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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Estaba tan cansado que ni siquiera podía abrir los ojos. ¿Por qué se sentía tan débil y enfermo? No pudo pensar en nada razonable al principio. Sin embargo, cuando Kim San levantó la pierna suavemente para cambiar de posición, tembló ante la aparición de un dolor intenso y luego tuvo que taparse la boca para no gritar.

Lo que había pasado con sus niños brilló ante sus ojos como una linterna.

Los ojos de Isaac, la fuerza con la que presionaba su muñeca, Lee Taek colocando el pene en su boca y también cada uno de sus jadeos de emoción. Finalmente, Isaac estaba allí, sonriendo de una manera hermosa incluso cuando lo perforó hasta sangrar.

Y cada una de estas cosas demostró haberse grabado en su piel como si lo estuviera castigando.

"La verga de Choi Hee-seo y las nuestras son iguales, así que ¿Por qué no te gusta?"

Las vulgares palabras de Lee Taek resonaron en sus oídos así que Kim San levantó las manos y se cubrió la cabeza como si su hijo continuara allí. Hablando sin parar para volverlo loco. Sin embargo, incluso así, una voz, la que no sabía si era de Isaac o Lee Taek, siguió persiguiendo a Kim San tan constantemente que no pareció tener más remedio que soltar el grito que había reprimido con tantas ganas.

Entonces, alguien se despertó

Kim San-eun, mojado con lágrimas, volvió la cara y se encontró con un hombre que era similar a Choi Hee-seo, pero que parecía más joven y con el cuerpo más entrenado que él. El jovencito se levantó y miró a Kim fijamente. Y cuando sus ojos se encontraron con el hijo que tanto amaba, San se asustó y lloró como si hubiera visto al fantasma más aterrador del mundo. Incluso su rostro se puso blanco y comenzó a gemir igual a si no pudiera aceptar esta nueva realidad. Era mayor que él y tenía un cuerpo más grande, pero el niño había agarrado la mano de su padre como si él fuera el que necesitara de su protección ahora. Incluso se la llevó a los labios para intentar consolarlo.

Cuando besó el dorso de sus manos y luego besó sus dedos, San Kim se sobresaltó. Lee Taek sonrió con ganas. Si no hubiera pasado nada entre los dos, lo hubiese estado admirado todo el tiempo, diciendo que era una linda sonrisa y que parecía como un ángel que bajó del cielo, pero ahora era completamente diferente.

"Lee Taek-ah".

Kim San pronunció el nombre de su hijo con una voz temblorosa. Y al oír este sonido, Isaac, que estaba acostado en el lado izquierdo de padre, se despertó y comenzó a estirarse igual a un gato.
El niño, que era más delgado que Lee Taek, abrazó a Kim de inmediato por lo que sus músculos se endurecieron como piedras e incluso comenzó a exhalar e inhalar lo suficientemente fuerte como para que se escuchara más como un sonido chirriante que como una respiración.

Lee Taek sostenía todavía sus manos y detrás de él, Isaac lo abrazaba del abdomen como si fuera un niñito. Kim negó con la cabeza pero, sin importar cuánto lo pensara o lo mucho que quisiera hablar, no salió ninguna cosa. ¿Por qué los niños lo atacaron y por qué parecían tan excitados con él? ¿Era por algo que había hecho? ¿Algo que había provocado al ser su madre un hombre? Kim San apenas y reprimió las ganas de gritar por segunda vez. En realidad, trató de recuperar la compostura y hablar con sus niños porque, todavía eran SUS NIÑOS, pero no pudo moverse. Y fue peor cuando la mano de Lee Taek tocó los pezones que se le habían hinchado.

Kim San dejó de respirar ante el dolor que se elevó como si hubiera sido electrocutado. Trató de detener a Lee Taek la primera vez, pero Isaac, todavía detrás de él, extendió las manos y cruzó los brazos de su padre atrás de su espalda.

"Ah..."

Lee Taek pellizcó sus pezones entre sus dedos, los retorció y comenzó entonces a repasar la figura de su carne con las uñas y las yemas. Isaac y Lee Taek lo habían mordido mucho la noche anterior así que su pecho dolía incluso con el más mínimo toque. El problema era que... No era solo incomodidad. Kim San apretó los dientes ante el placer que había surgido dentro de él al percatarse de lo bueno que era para tocarlo.

Y eso era asqueroso.

Un cuerpo que respondía satisfactoriamente a las manos y a los genitales de su hijo... Una estupidez.

Kim San negó con la cabeza y comenzó a llorar otra vez.

Lee Taek era como un bebé. Obsesionado con los pezones de papá todo este tiempo. No salía leche ahora, por supuesto, pero lo chupó y lo chupó como si estuviera convencido de que podría beberla si esperaba un poco más. Y la escena en la que su hijo adulto se metía en la boca los pezones calientes de su padre y los recorría con la lengua en pequeños circulitos... Era ridículamente erótica. Kim San cerró los ojos con fuerza ante el sonido de la succión. No quería ver.

"Papá, quiero leche..."

Lee Tak gimió, retorciendo sus pezones antes de llevarlos de nuevo a su boca. 

Cada vez que Kim San negaba con la cabeza, las lágrimas caían y se acumulaban en su mentón. Lee Taek no obligó a su padre a abrir los ojos ni a decirle nada al respecto, y como si no hubiera necesidad alguna de forzarlo como la noche anterior, simplemente le secó las lágrimas con el pulgar y dijo:

"Quédate embarazado de nuestro niño y dame un poco de tu leche..."

"Taek... Taek, no seas así. No puedes hacer esto conmigo. ¡Isaac! Si le hacen esto a su padre, entonces yo no..."

Cuando el aliento caliente de Lee Taek llegó a toda su areola y la lengua y la boca del niño chuparon sus dos pezones, no pudo seguir con su oración. El placer llegó como una ola y cubrió todo su cuerpo. Su torso tembló como si estuviera experimentando un escalofrío, su rostro se sonrojó y los dedos de sus pies se curvaron hacia arriba y luego se extendieron contra el colchón. Quería rebelarse, pero era difícil cuando se trataba de su niño y además, cuando tenía un cuerpo que no fue exactamente objeto de misericordia la noche anterior. Y estando en una situación en la que no podía resistirse, Kim San no tuvo más remedio que llorar y esperar que se detuvieran.

Los pezones, que habían sido magullados por sus mordidas y chupados, estaban húmedos y obscenamente brillantes debido a su saliva. Luego, Lee Taek sonrió de un modo brillante, levantó la cara y tocó el labio inferior de papá con el pulgar para poder moverlo también. Mostró sus dientes blancos y parejos y una lengua suave y larga ¿Y por qué esa boca era tan deliciosa para empezar? Ni siquiera se dio cuenta de que había comenzado a pensar eso.

Lee Taek se humedeció los labios y dijo:

"Papá, todo está bien ¿De acuerdo? Si no te vas a ningún lado y vives con nosotros, podemos estar muy bien. Papá... ¡Papá, vamos a tener un bebé y estar felices para siempre! Además, vas a alimentarnos con tu leche."

"Sería bueno si nos alimentas como lo hacías cuando éramos bebés "

Los niños escupieron un montón de palabras extrañas así que Kim San trató de hacerse de oídos sordos para negar la realidad. Se dijo a si mismo que era una mentira, pero no lo fue. Nada de lo que pasaba allí lo era. Los niños miraron a su padre, que temblaba como si se estuviera muriendo de frío, y luego notaron que se había puesto a llorar. Además, sus ojos, mirándolos desde abajo, se habían teñido de una desesperación que no le habían visto tener nunca.

Isaac soltó los brazos de papá. De todos modos, estaba tan asustado que ni siquiera pareció darse cuenta de que lo había dejado ir. Luego se levantó de la cama y fue a buscar una correa. Un lazo que había comprado en una tienda de mascotas la semana anterior con la excusa de que era un regalo. Regresó a la cama y sonrió hermosamente cuando notó que papá se había quedado completamente quietecito mientras ponía esa correa alrededor de su cuello. Kim San levantó la cabeza solo cuando escuchó el sonido del metal.

"¿Qué...?"

Luego Kim San se cubrió la cara con sus manos temblorosas y preguntó otra vez.

"¿Por qué están haciendo esto? ¿Qué...? ¿Qué fue lo que hice mal?"

Isaac agarró la correa y tiró de ella ligeramente en su dirección. Sin embargo, esto fue suficiente para que el cuerpo de Kim San cayera contra la cama. El niño abrazó a su padre, desnudo, lleno de moretones y huellas de manos, apoyó la barbilla en su hombro y susurró:

"Papá no hizo nada malo ¿Sí? Eres perfecto. Es solo que, estamos preocupados de que te vayas. No queremos perderte."

Por primera vez, Kim San suplicó:

"No huiré. No huiré, lo juro. No me voy a ir, estaré aquí con ustedes así que, solo quítame esto... Me olvidaré de todo, por favor."

Kim San estaba sollozando. Quería que le quitaran la correa de perro que le habían puesto en el cuello, pero no pareció que ellos quisieran hacerle caso. Lee Taek abrazó y consoló a su padre así que San lo sostuvo también como por reflejo. Y por extraño que pareciera, aunque era el mismo hijo que lo había tratado con dureza el día anterior, Kim San dejó de llorar poco a poco mientras su corazón se aliviaba por su suave toque y la calidez que le estaba transmitiendo. El deseo comenzó a hervir en los ojos de Lee Taek, como si le gustara la forma en que estaba acurrucándose entre sus brazos. Casi como un animalito.

"Padre... Pero realmente tenemos que cubrir todo ¿De acuerdo? Al menos un momento..."

Lee Taek levantó a su padre, que seguía llorando, y lo acomodó de modo que Isaac también pudiera acercarse a Kim-san para acariciarle el cabello. Y Kim, quien fue atrapado entre sus hijos antes de que pudiera decir que NO, se tragó las lágrimas y miró a los niños atentamente. Ahora parecía que no tenía más remedio que escuchar sus historias. Era difícil mantenerse cuerdo ante esto, pero pensó que sería mejor que sufrir sin saber la causa. Kim San casi dejó de llorar y luego permitió que Isaac envolviera sus brazos alrededor de su cintura. Eran brazos musculosos, piel desnuda y piel desnuda en contacto. Una sensación extraña a pesar de que eran hijo y padre.

"Te dijimos que íbamos a confesar nuestros sentimientos".

Kim San tembló al pensar en las palabras de su hijo, que ya había escuchado una vez antes.

"... ¿Confesar a mi?"

Kim San preguntó esto con una cara pálida y cansada. Y como si de pronto decidieran ser tímidos, las mejillas de los niños se sonrojaron y comenzaron a sonreír.

"Sí. Pero bueno, estábamos tan locos ayer que no es extraño que papá no escuchara bien así que, lo vamos a decir de nuevo..."

Quería decirles que no tenían que volver a explicarlo porque no quería escuchar, pero no tenía las fuerzas necesarias para hacerlo. Se necesitaba mucha energía solo para respirar y mantener la razón así que Kim San jadeó, con los ojos bien abiertos, y luego se llevó la mano a la boca para morderse. Isaac acarició su pecho para intentar evitar lo que parecía un ataque de pánico pero, ante el suave toque de su hijo, San Kim solo se puso a llorar con muchísimas ganas. Sin embargo, a diferencia del padre que lloraba por la impactante realidad, los hijos estaban alegres de poder liberarse. Con una cara muy feliz, sonrieron y abrazaron a su padre un poquito más. Y cuanto más lo hacían, más lloraba y más se quejaba del asunto, incluso aunque fuera como si no importara para ellos. Isaac y Lee Taek le susurraban a su padre que lo amaban y se turnaban para besarle.

"Papá, te amo."

"Te amo."

Kim San estuvo a punto de perder la cabeza ante las confesiones repetidas de sus dos hijos. Su razón estaba desgastada y desapareciendo de la realidad porque era, obviamente, una dolorosa y desgarradora forma de amor.

Lee Taek se separó lentamente del cuerpo de Kim San e Isaac lo acostó en posición vertical, todavía sosteniendo la correa en una mano. Kim apretó los dientes y cerró los ojos ante la acción. No podía golpear a los niños ¿Cómo podría hacerlo alguna vez? Ellos eran sus bebitos, sus hijos más amados.

"Por favor…"

Decidió pedir que se detuvieran. Isaac acarició su rostro:

"Papá nos amará sin importar nada."

"Pero... Ah..."

"Déjanos tener sexo con papá... Déjanos demostrar que te amamos."

Isaac sonrió amablemente, abrió las piernas de su padre y frotó el glande contra esa entrada bien hinchada. Y cada vez que rozaba su sensible agujero, la carne en el interior de sus muslos temblaba y sus manos se aferraban con fuerza a la cama como para tener algo que le permitiera no gritar.

Sabían que papá se había desmayado debido al cansancio, pero los niños no se detuvieron incluso así. Isaac puso las piernas flojas de su padre sobre sus hombros y empujó lentamente su pene en su dirección. Porque a pesar de que el dueño de ese cuerpo estaba inconsciente, su agujero se estaba abriendo diligentemente hasta tragarse su verga.

"Soportamos siete años. Papá tiene que aguantar esto también."

"Así es."

Los ojos marrones de Isaac y Lee Taek brillaron con fuerza a la luz de la lámpara.


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