Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Después de completar la admisión al hospital psiquiátrico, Lee Taek se dirigió a la sala de fumadores y sacó un cigarrillo de su cajetilla. Taek se apoyó contra la pared y aspiró todo el humo de una forma un tanto inmadura, inclinó la cabeza y luego, pareció pensar profundamente sobre la situación.

Cuando era un niño, creyó que era genial ver a papá fumando. Era un hombre alto y apuesto que se apoyaba contra la barandilla del pasillo del apartamento, fumando en silencio, con una cara completamente pacifica. Siempre que observaba eso, su corazón latía con fuerza y ​​​​su boca se torcía. Quería presumir ante el mundo: "Esa persona es el padre que nos dio a luz, y él es nuestro" Cuando se acercaba a él, con el alma completamente emocionada, su padre lo miraba atentamente y, como si pensara que Taek, con grandes mejillas y labios abultados, fuera lindo, su padre tiraba de la punta de su boca para sonreír solamente para él. El rostro indiferente siempre le cambiaba a uno lleno de ternura. Eso era bueno. Además, cuando ese hombre, que no se preocupaba por otras personas, lo abrazaba o hablaba con un tono suave, eso lo hacía sentir igual a si fuera la persona más especial del planeta tierra. Al principio, pensó que era solo un sentimiento ciego hacia su padre y sin embargo, cuando comenzó a ir a la secundaria y empezó a tener sueños extraños con él, también fue el momento en que descubrió que algo estaba mal. No podía definir completamente este sentimiento en términos de lo extraño que era, por supuesto.

Quería llamar la atención de su padre, así que hizo todo lo posible para poder conseguirlo. Sin embargo, su ingenioso hermano lo bloqueó antes de que pudiera avanzar y, finalmente, terminó por llegar a tener un acuerdo con él. En pocas palabras, nadie iba a tener primero a papá. Iban... A compartirlo. E incluso se animaron unos a otros, diciendo que deberíamos estar juntos, con papá, cuando finalmente fueran adultos.
Al principio, no tenían la intención de presionar a papá hasta este punto porque los deseos solo iban en el camino de: "compartir". Pero, ver a Choi Hee-seo venir y tratar a su padre como si fueran terriblemente intimos, les cambió por completo la vida. En el momento en que se rió como un ángel, con una cara similar a la de ellos, y dijo: "Su papá estaba delicioso" tuvieron una sensación de humillación que pareció honestamente impresionante para alguien de su edad.

Y lo que siguió después de eso fue peor.

Al igual que Choi Hee-seo, empezaron a tener deseos terribles de probar a su padre. Querían complacer a papá y otorgarle más placer que el que le había dado Hee-seo. Deseaban ver a Kim, que siempre se veía guapo con su uniforme, jadeando bajo sus pies y tragando un grito de dolor mientras su verga se volvía gorda y llena de semen. Y después, su "deseo sexual insatisfecho" se tornó más extraño cuando vieron en primer plano como la mano de Choi Hee-seo agarraba el cabello de papá, le abría las piernas y lo golpeaba brutalmente en el trasero sin que Kim se quejara de la situación. Entonces, como era lógico, pronto parecieron desear tener a su padre a su merced.

Pero ahora todo se había salido de control.

Cuanto más saboreaban el cuerpo de su padre, más sentían que se estaban volviendo locos. Era un infierno del que pensaron que nunca podrían escapar. Querían saborear las mucosas de arriba y de abajo, que succionaban sus genitales, todos los días. Querían... Fundirlo en su piel hasta que se volvieran uno. No sabían si debían agradecer a Choi Hee-seo por informarlos sobre esto o seguir odiándolo.

Lee Taek escupió el humo del cigarrillo e hizo una mueca. Era lo mismo que fumaba su papá, pero se sintió tan fuerte que comenzó a toser. Terminó por apagarlo con el pie antes de buscar uno nuevo. Algún día, algún día fumaría justo como lo hacía su papá. Y también se vería muy cool.

Miró hacia afuera mientras apretaba el filtro del cigarrillo entre sus dedos. Eran mediados de otoño, así que los días parecieron volverse más cortos y fríos. Durante más de tres meses, disfrutó de su padre a voluntad... Y durante ese tiempo, su papá perdió más de 10 kg. Como estaba decidido a morirse de hambre y luego ellos lo castigaron, bajó de peso automáticamente y no solo eso, también de masa muscular y grasa. Su papá era el tipo de persona que se iba a los puños cuando estaba enojado, así que si quisiera ir contra ellos enserio y los golpeaba con ese mismo puño, no podrían moverse en mucho tiempo e incluso hasta podría matarlos. En parte, fue por esto que no tuvieron más remedio que elegir este método. Además, no había un modo de enseñanza más seguro que el del hambre. Y la verdad era que cuando notaban que su padre se había vuelto más lindo con ellos, entonces no pensaban que el método estuviera mal. Al contrario, a veces solo se arrepentían de no haberlo hecho antes.

Fue desgarrador saber que su bebito, apenas formándose, había muerto en el vientre de Kim. Pero también pensaba que había solución. Mientras papá estuviera vivo, entonces podrían intentar tener hijos después.

"Bzzz, Bzzz."

Mientras fumaba su segundo cigarrillo, su teléfono celular vibró. Cuando revisó la pantalla, el nombre [Papá♡] estaba flotando justo allí.

"Papá, ¿Por qué estás despierto?"

Cuando preguntó esto, muy amablemente, pudo escuchar a papá suspirar.

[¿Dónde estás?]

Lee Taek frotó su cigarrillo en el cenicero y lo apagó.

"Estoy... Fumando."

[Ven al hospital.]

"Papá, allí estoy. ¿Hace cuánto te despertaste?"

[Justo ahora… Pero, me siento muy enfermo ¿Puedes subir?]

"Está bien. Subiré."

Lee Taek respondió obedientemente, como un buen hijo. Después de colgar el teléfono, caminó hacia la habitación del hospital y se acomodó el cabello. Era como si su padre siguiera a su alcance incluso en esta situación tan desordenada. Casi en su palma. Además, todavía no podía borrarse de la cabeza los ojos de papá, que temblaba frenéticamente al ver a Isaac clavando ese cuchillo en su estómago. La emoción que estaba allí, era un amor infinito por ellos. Un amor sincero. Un fuerte sentimiento que le decía que no podía abandonarlos, por duros y malvados que fueran con él ¿Era esto igual al  dicho de que los padres no podían golpear a sus hijos sin sentir el doble de dolor? Lee Taek sonrió para sus adentros y subió al ascensor.

Cuando abrió la puerta, Kim San, que pareció honestamente exhausto, estaba sentado en la cama con ambas manos acariciando sus piernas. Como ex guardaespaldas, su postura era muy buena e incluso hasta ocasionaba un poco de intimidación. Después de cerrar y bloquear la puerta, Lee Taek se apoyó contra la pared y miró a ese hombre. Dios, de verdad había perdido mucho peso, así que su mandíbula se volvió más afilada y las articulaciones sobresalían de sus dedos hasta que comenzó a pensar que se habían convertido en algo muy parecido a ramas secas. Su flequillo también era lo suficientemente largo como para pinchar sus ojos y ni hablar de lo partidos que tenía los labios.
Lee Taek acercó una silla a la cama y se sentó para poder acariciar la cabeza de su padre. Kim San permaneció inexpresivo un buen rato, luego, agarró la muñeca del niño hasta hacer que su cara cambiara ligeramente de color. Era el rostro del padre que intuía los pecados de su hijo.

"Entonces ¿Fumas?"

"Fumo."

"Hacer algo como eso… Ya me imagino tus pulmones."

Kim San suspiró y lo regañó. El estado de ánimo de Lee Taek mejoró por los amistosos regaños que no había escuchado en mucho tiempo y, después de eso, finalmente se rió a carcajadas. Apoyó la cara en sus muslos. Kim miró a su hijo, justo como si estuviera mirando a otra persona, y luego le dio unas palmaditas en la cabeza igual a si fuera lo mejor que se le había ocurrido hacer.

"Ah, es que estoy nervioso. No puedo con esto. Estoy cuidando a mi papá y a mi hermano. Me estoy haciendo cargo de todos los papeles y tengo que correr para aquí y para allá. Soy lamentable ¿No?"

Lee Taek preguntó, fingiendo ser lindo y colocando ese tono hermoso que utilizaba cuando era un niño. Luego, miró directamente a los ojos de Kim San. Siempre había pensado que tenía grandes pupilas negras y profundas, como un ternero. Y amaba que solo su cara estuviera dibujada allí. Lee Taek puso su mano alrededor del cuello de su padre y cuando tiró con fuerza en su dirección para poder acercarse, entonces los labios del niño tocaron su nariz. Kim San frunció el ceño porque el olor a cigarrillos que salía de la boca de su hijo le resultaba muy familiar. Era extraño, porque siempre creyó que el niño tenía un aroma fresco y juvenil, como a menta. Pero después de mezclar su cuerpo con el suyo, comenzó a emitir un fuerte olor masculino. Su bebé había crecido mucho y fue como si él se perdiera de todo este proceso. 

"Por cierto, mi hermano está... Está bien. Por supuesto, sigue delicado."

"¿Cómo está su cuerpo?"

Preguntó Kim. Lee Tak apretó la barbilla y respondió:

"Pues está jodido."

"Él siempre ha sido muy fuerte. Si hay alguien que puede salir adelante de algo como eso, es Isaac. Solo hay que esperar otro poco."

Kim San habló con voz temblorosa, como si estuviera preocupado por su hijo a pesar de lo que le hizo. Lee Taek sonrió, pero Kim San se apartó un poco de el gracias a esto. Siempre pasaban cosas malas cuando su hijo ponía esa expresión. No alimentarlo, desnudarlo o darle semen. Le dio tanto miedo, que descubrió que su cuerpo había comenzado a temblar. Lee Taek lo agarró de la mano cuando notó que estaba a punto de perderlo de vista. 

"Si hubieras aceptado nuestro amor, nada de esto hubiera pasado. Mi hermano se lastimó y estuvo a punto de morir, y mi papá tuvo un aborto espontáneo. Fue malo para todos."

"¿Es culpa mía entonces?"

La sonrisa de Taek se oscureció.

"Eres un poco culpable, papá. Intentaste suicidarte frente a nosotros. No sabes como hiciste sentir mi corazón."

Lee Taek se subió a la cama, a centímetros de papá, inclinó la cabeza y trató de besarlo, pero Kim estaba lo suficientemente atrapado en el miedo y la vergüenza de que otros pudieran verlo como para poder aceptar. Empujó desesperadamente a Taek y rogó.

"Aquí no..."

"La puerta está cerrada. No te preocupes. No somos como Choi Hee-seo así que no tenemos el fetiche de ser vistos por otras personas."

En el momento en que Kim San abrió mucho los ojos, sin saber qué decir ante eso, Lee Taek se acercó y lo besó en la boca. Fue algo denso y apasionado, bastante sexual y tan fuerte, que salió un "Ugh" de su boca. La lengua del hijo estaba metiéndose cada vez más y más y por eso mismo, incluso comenzó a contener la respiración. 

Kim San se encogió de hombros y lo aceptó. En cuanto a qué hacer, su mente y su corazón ya habían decidido. Sin embargo, fue difícil aceptarlo como una realidad, así que ahora solo se había quedado en blanco. El hecho de que tuviera un aborto espontáneo no era realmente algo que le quitara el sueño. Él, era el niño que no quería. Un bebé no amado y no deseado y tal vez, incluso estaba feliz de ya no tenerlo en su vientre. Lo que preocupaba a Kim San era Isaac, que estaba mal herido. Todavía no podía olvidar como la sala se convirtió en un mar de sangre. Ah, solo pensar en eso hizo que su corazón se helara y su cabeza no pudiera pensar en nada más que en él. Isaac cayó al suelo y gritó. Y ese sonido todavía seguía aferrándose a sus oídos como una sanguijuela que le estaba chupando su mente, sangre y alma.

Eso solo le hizo darse cuenta de que si elegía el suicidio como salida, entonces ellos realmente se matarían. Quería morir para terminar esta relación, era verdad. Pero no quería ver morir a sus niños. Eran sus propios pequeños y además, solo tenían 21 añitos. ¿Cómo podía matarlos? Aunque ellos abandonaran a sus padres, el dicho de que sus padres no podían abandonar a sus hijos pareció cobrar vida.

Kim San abrazó lentamente a su hijo, quien había corrido hacia él con mucho deseo. Y ante el rostro del niño cruel que pareció no arrepentirse de nada de lo que había hecho, San Kim solo sonrió y dijo para si mismo: "No puedo huir. Me han cerrado todo".

Lee Taek entonces le quitó lentamente el uniforme de paciente a Kim San y chupó los pezones que estaban expuestos. Eran pezoncitos salidos, así que eso solo facilitaba la succión.

"¡Ummm!"

Después de chupar toda su areola, Kim San se estremeció mientras sentía la manera en la que hacía rodar con la lengua el pezón que había entrado en su boca. Era un área sensible que no requería un entrenamiento especial. Una parte lasciva que se ponía en guardia con solo chuparla. Además, no le ayudaba mucho que con la otra mano recogiera sus senos planos y los mantuviera unidos entre si como si le gustara amasar su carne.

Lee Taek, con los pezones entre sus dientes, le mordió una y otra vez justo como si fuera un chicle. Lamió y mordió hasta que la picazón se volvió calor y el hormigueo se volvió en un placer que le punzó en el culo. Maldita sea, tenía tantas ganas de tenerlo. Los niños le enseñaron a reaccionar ante el sexo así que ahora estaba excitado. Fue como si su cuerpo esperara que el enorme pene de su hijo lo perforara y escupiera semen dentro de él hasta llenarlo por completo.

Lee Taek, que estaba chupando obsesivamente solo un pezón, levantó la cabeza cuando notó que papá se había tapado la boca.

"¿Por qué haces eso, amor? ¿Te avergonzaste por estar en el hospital?

"Es que... Si alguien más escucha... ¡Um!"

Después de morder sus pezones lo suficientemente fuerte como para hacerlo sangrar, el niño sacó la lengua y comenzó a lamerlo de arriba para abajo. Las piernas de Kim San se separaron y envolvieron la cintura de Taek por completo porque, justo como hace un minuto, fue una reacción de su cuerpo que él ni siquiera notó. Taek sonrió ante la figura lasciva del hombre que pareció estar a punto de quitarse la ropa para él.

"Carajo. Eres tan lindo, amor. Es tan hermoso ver a papá sentir vergüenza. ¿Probamos el sexo en vivo más tarde? ¿Um? ¿Jugamos un juego frente a Choi Hee-seo?"

"No, no hagas eso..."

Kim San estaba sollozando tanto que, al ver esto, Lee Taek se rió a carcajadas.

"Es una broma ¿Por qué papá no puede entender los chistes?"

Y como si lo estuviera castigando por eso, golpeó sus nalgas con un fuerte "¡Pam!" Que provocó que Kim San frunciera el ceño como si tuviera muchísimo dolor. (Por supuesto que a su hijo realmente le gustó la forma en que el apuesto hombre de aspecto pulcro lo miraba todo este tiempo)

Lee Taek miró el agujero que estaba ansioso por comer y finalmente, chasqueó la lengua:

"Maldita sea. Lo siento papá... No podemos tener sexo tan rudo porque te hicieron un legrado. Pero... Bueno, después de que salgas del internado, podemos hacerlo justo como te gusta."

"¿Cómo...?"

Kim San miró a Lee Taek con la cara completamente en blanco. 

"Un intento de suicidio no es un juego, mi amor. Vas a estar internado en un hospital psiquiátrico por un tiempo".

"... ¿Es de verdad?"

Kim San preguntó esto, con el ceño completamente fruncido. Lee Taek sonrió, agarrando los genitales de su padre para comenzar a masturbarlo lentamente para arriba y para abajo sin un ritmo determinado. Era un movimiento similar al agua que fluía en un arroyo poco profundo. Una sensación suave y calmada, pero que hizo que la espalda de Kim San se levantara del colchón.

"¿Sabes la magnitud de lo que hiciste? Es la forma en que la familia se arruina. Y si no tenemos una buena familia, entones ninguno de nosotros va a ser feliz. Entonces, ve al hospital para que recibas el tratamiento que necesitas. Mientras tanto, mi hermano también tiene que ser tratado y yo tengo que cuidar de él. Papá va a poder descansar finalmente ¿No quieres eso?"

"Pero... ¡Um!"

Sus dedos, que habían sido envueltos en el medio, entraron, cavando a través de los pliegues uno por uno hasta volverlos lisos. La razón se le desvaneció del rostro a Kim San y todo lo que quedó después, fue la imagen de un padre lascivo que buscaba el placer sin importar que fuera en manos de su hijo.

Sus dedos entraron obstinadamente y llegaron muy profundo. Tanto, que el interior comenzó a llenarse de una sensación extraña que hizo que su entrada quedara llena de dolor. Lloró, así que Lee Taek sonrió un poquito, se acercó y le abrió las piernas hasta que la luz fluorescente de la habitación se derramó en el lugar en el que se estaban uniendo.

Kim jadeó:

"Ah, ah ¿Tengo que ir?"

"Si no vas, te obligaré a ir".

Kim San movió los pies ante el placer instantáneo de esos dedos golpeando justo en su punto bueno. Fue suficiente para casi olvidar las palabras de Lee Taek sobre ir a un hospital psiquiátrico.

"La hospitalización obligatoria solo es posible con las firmas de dos tutores legales. Pero, ahora fue un poco más fácil considerando lo que hiciste."

"Ah, ah, ah, no, espera. Todavía yo no... ¡Ah!"

El niño se concentró en apuñalar el área donde se sentía bien. Además, aunque Kim San dijo "no, no" todo este tiempo, fue como si su cuerpo respondiera de una manera extrañamente honesta en lugar de que lo hiciera su boca. El pene se le levantó, así que tuvo que decir que fue un lindo espectáculo ver esa parte temblar en línea con el movimiento de su cintura.

"No quiero... Ir..."

"¿A qué le tienes miedo, amor? Ha llegado el momento de que recibas tratamiento. Allí vas a tomar tu medicina, vas a comer bien y vas a dormir bien también..."

Eyaculó más rápido de lo habitual. Fue difícil porque la pared interior estaba tan apretada que era un tanto difícil moverse.

Sin embargo, definitivamente ahora era un niño domesticado.

"Eso sí. No puedes comer la verga de otro hombre en nuestra ausencia."

"Umm..."

Lee Taek no se movió de su lugar y en cambio, agarró el pene de Kim entre los dedos de la otra mano.

"Dime que la verga de tu hijo es la mejor."

Kim San abrió la boca y tembló cuando le presionó los genitales mientras tocaba justo esa área que todavía estaba punzando.

"Si no me lo dices, seguiré tratándote así..."

Era vergonzoso escuchar a su hijo decir eso, así que Kim San se cubrió la cara y lloró con muchísima fuerza. Había decidido aceptar a sus hijos para ya no sufrir, pero no podía entender por qué le dolía tanto el corazón de todos modos. Pensó que las cosas estarían bien si se dejaba llevar y de todas maneras, Kim San se encontró secando una cara húmeda con el dorso de la mano. Cuando levantó la cabeza, vio sus piernas levantadas hacia el cielo y a su hijo con los dedos bien atravesados entre ellas. Era este el verdadero rostro del hombre que había decidido aceptar. ¿Y era realmente su niño? San tuvo un pensamiento tonto como ese de la nada.

"¿No quieres terminar?"

Lee Taek tocó su pene como si lo estuviera frotando con algún tipo de piedra. Era áspero y doloroso, pero igual había logrado hacer que se pusiera erecto para él. Kim San liberó la razón que todavía tenía en la cabeza y dijo:

"La verga de mi hijo… Es la mejor."

Al escuchar las palabras tartamudeantes de su padre, Lee Taek soltó su mano para ocasionar que la eyaculación que había bloqueado todo este tiempo finalmente saliera.

"¡Aaaah!"

Y al mismo tiempo que eyaculaba, Lee Taek decidió insertar su pene en su culo justo como si fuera un clavo en la pared. Su interior se abrió de inmediato y la fricción hizo incluso que la entrada y las membranas se le calentaran como locas. No creyó que pudiera ponerse más intenso que esto, pero ciertamente su cuerpo superó el punto crítico y comenzó a hervir.

"Ah, ah, ah, ah, me encanta. Me encanta como se siente... Dentro de mi."

Y como Kim San gritó y gritó que "estaba bien" y que "le encantaba", la sonrisa que colgaba de la comisura de los labios de Lee Taek se profundizó.

"¿Choi Hee-seo te sedujo así? ¿Lo hizo duro hasta que te gustó?"

"No, no, él... ¡Um!"

El pene, que estaba casi completamente adentro, fue empujado hasta que emitió un nuevo sonido obsceno. Entonces, el agujero se le abrió hasta el límite y envolvió los genitales de Lee Taek hasta un punto en que los ojos de papá simplemente se agrandaron. Se sintió como si la razón le hubiera desaparecido sin dejar nada atrás.

"¿No crees que realmente estamos llevándonos mejor ahora? El padre se vuelve loco porque le gusta la verga de su hijo, y el hijo se muere porque le gusta el agujero de su padre."

Luego, agarró la barbilla de Kim San, que había estado evitando su mirada todo este tiempo, y lo obligó a poner sus ojos directamente en él. Su rostro pálido y arrugado se había enrojecido por el deseo sexual así que Taek no pudo soportar las ganas que tenía de comerlo completo al verlo llorando, con sus pezones rojos, y enrojecido hasta la base de su cuello.

"¿Qué dices?"

Kim San se mordió el labio y trató de negarlo. Lee Taek entrecerró los ojos y dijo:

"¿Quieres más educación, mi amor? Ahora, en lugar de mi hyung, ¿Tengo que lastimarme para que me escuches?"

"No hagas eso, por favor."

Kim San se cubrió la cara con ambas manos. El llanto se hizo más y más fuerte y luego, justo después de tragarse los genitales de su hijo, Kim San, que había estado quejándose, abrió los ojos como si se hubiera decidido. Kim voluntariamente envolvió sus brazos alrededor del cuello de su niño y susurró en voz baja como si quisiera que nadie más que él lo pudiera oír.

"Sí, mi señor..."

La sonrisa del hijo era hermosa. Como estaba genuinamente feliz, su expresión se convirtió en un reflejo de eso.

"Buen trabajo, mi vida."

Lee Taek le dio unas palmaditas en el cabello y lo elogió. Luego, con ambas manos presionadas a la fuerza en el colchón, Kim San sintió la manera en que le insertó sus genitales hasta el punto de no poder respirar. Un sonido similar a ser golpeado, resonó en cada parte de la habitación del hospital así que Kim San se tragó a la fuerza un gemido que estaba a punto de estallar. Era difícil contener el aliento caliente de su hijo así que Kim cerró los ojos porque no había forma de que esto pudiera terminar rápido. Más bien, pensó que este era el comienzo.

Pero desde el principio hasta el final, Kim San se dio cuenta de que no podía hacer nada más que quedarse quieto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).