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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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El segundo embarazo fue como el primero. Superponían sus cuerpos con el suyo todos los días, como personas enloquecidas por el sexo, así que comenzó a sentirse un poco extraño que no pudiera quedar embarazado de inmediato aún así. Entonces, cuando Kim logró hacerlo, los niños cuidaron de él con la mayor sinceridad del mundo entero. Le ofrecieron todo tipo de alimentos y medicinas, diciendo que no podían permitir que tuviera un aborto una vez más. ¿Y tenía que decir que al menos era un alivio que no lo hicieran pasar hambre otra vez? Kim San sonrió amargamente mientras miraba toda la comida que ahora tenía frente a él.

En los primeros días del embarazo, no podía comer bien debido a las náuseas matutinas, así que volvió a perder mucho peso. Los niños estaban tristes porque decían que no les gustaba que estuviera en los puros huesos y sin embargo, comenzó a sentirse como si todo esto fueran solo un par de "lágrimas de cocodrilo". Kim San no quería responder si era tan falso. Además, aunque los niños dijeron que estaba muy débil como para tener sexo con él, eso no significaba que no hubiera ningún tipo de contacto íntimo. Fueron innumerables besos, lamidas e incluso Kim pareció continuar jugando sin problemas, como por ejemplo, chupando los genitales de los niños, masturbando sus penes con la mano y cosas por el estilo. Por eso pensó que la libido de los niños había disminuido en este tiempo. Ellos no le tocaron ni un solo cabello en mucho tiempo. Siempre lo trataron con respeto, como si fuera una muñequita de cristal, y eran tan educados y lindos que si se olvidaba que tenía un bebé en su vientre, entonces casi se sentía como si hubiera vuelto al pasado en el que solo eran "padre e hijo".

Sin embargo, a medida que su estómago se hinchaba y sus senos se volvían gordos en consecuencia, Kim San se encontró con una dura realidad: Tan pronto como su bebé entró en el período estable, tuvieron sexo con Kim como si hubieran pasado años desde la última vez que lo tocaron. Le agarraron los pechos y le chuparon los pezones, lo mordieron y lo acomodaron justo como les gustaba y luego entraron en su cuerpo sin darle un minuto de descanso. No podía hacer varias posiciones debido al tamaño de su estómago, pero lo acostaron y disfrutaron completamente de los altibajos que tenía papá.

Cuando vio a sus hijos, sosteniendo sus senos y moviendo su cintura violentamente de adelante para atrás, entonces San Kim solo sonrió al pensar que no había solución o algo que pudiera hacer.

Ya lo había dicho antes, ellos eran una completa basura.

Los niños entonces sentaron a su padre en la cama para poder extenderle las piernas a voluntad. Lee Taek, de pie, le abrió la boca para forzar el sexo oral mientras que Isaac, arrodillado en el suelo, comenzaba a acariciar suavemente el agujero de su culo. Quiso empujarlos para que lo dejaran respirar, pero eso también fue imposible porque sus brazos estaban bien amarrados a su espalda.

Con un cigarrillo en la boca, Lee Taek, que estaba observando la apariencia de Kim mamando su verga, le levantó un poco la cara para poder verlo directo a los ojos. Sus pupilas estaban tan vacías que no contenían nada más que su reflejo y además, como si estuviera exhausto de todo este asunto, Kim San le chupó los genitales y suspiró con tanta fuerza, que su aliento cálido y húmedo comenzó a envolverle los genitales y los testículos hasta brindarle a su hijo un extraño placer. Lee Taek exhaló un gemido satisfactorio junto con el humo del cigarrillo, abrió las piernas, y agarró la cabeza de Kim San para que se lo tragara un poco más profundamente. Lo acostaron sin sacarle la verga y luego, Isaac comenzó a penetrarlo también.

Sus muñecas estaban metidas en unas esposas bastante bonitas, sus caderas se elevaron por completo en la dirección de Isaac y la correa en su cuello pareció estar en manos de sus hijos. Sin embargo, tenía que decir que lo más difícil de todo esto, era solo su estómago. Le estaba doliendo mucho la espalda por culpa del bebé.

"Respira un poco, hermoso."

Kim San le rogó que le soltara las muñecas antes de hacer cualquier otra cosa y sin embargo, en lugar de responder, lo que volvió como un "boomerang" en su dirección fue una palmada en el culo.

"¡Ummm!"

El chirrido era ensordecedor así que San Kim abrió las piernas. Fue el método que escogió para sentir un poco menos de dolor ante todo esto. Lee Taek, que se había acomodado en la cama, abofeteó a su padre en la cara con un pene brutalmente erecto y aunque obviamente no fue una sensación muy buena, Kim San solo apretó los dientes y perseveró.

"Abre bien la boquita, mi vida."

Entonces, el cuerpo de Kim San se apretó contra los genitales que parecieron estar a punto de alcanzarle la garganta. Isaac se quejó de la fuerza con la que estaba presionando su verga con el culo, así que tuvo que moverse para que lo dejara de lastimar.

"Eres perfecto con las mamadas, bebé. Comes de mi semen como si estuvieras muerto de hambre."

Frotando su glande contra su garganta, Lee Taek comenzó a escupir un montón de palabras que se escuchaban bastante obscenas. Tanto así, que Kim San se quedó sin frases que decir y terminó por apoyar la cara por completo en el muslo de Taek. Lamentablemente, era cierto que estaba muy emocionado con chuparlo y era verdad que amaba sentir esa otra verga cavando por su culo. Era como si se hubiera acostumbrado a los golpes y a la manera en la que le hacían el amor sin cuidar su cuerpo. Ya no podía tener una erección con el sexo suave. En otras palabras, tenían que golpearlo y frotarle los genitales en la cara hasta obligarlo a tragarse todo.
Isaac le daba palmadas fuertes en el trasero cada vez que lo penetraba. Y dado que era un adulto, incluso un golpe como ese le hacía sentir hormigas en toda la piel. Además, Lee Taek e Isaac lo golpearon en el trasero tantas veces, que las marcas rojas no parecieron desaparecer ni una sola vez. Entre sus muslos había marcas de viejos moretones y también de nuevos. Había araños, marcas de dientes y también de las succiones que ocasionaban con sus labios. Y mientras Isaac le daba palmadas en el trasero una tras otra, las lágrimas brotaron sin que pareciera posible que se fueran a detener.

Los ojos de Kim San se nublaron de placer, igual a si hubiera tomado algún tipo de medicamento, y luego sacó la lengua como para pedirle a Lee Taek que se comenzara a mover.

Kim San arrugó la frente y tosió ante los fuertes y gruesos genitales que presionaban su lengua. No podía respirar debido al glande que había entrado en su garganta y luego torció la parte superior de su cuerpo de un lado a otro mientras se quejaba de dolor. Isaac dijo una palabra:

"No seas duro, hermano. El bebé va a asustarse por tu culpa."

"Ups."

Lee Taek chasqueó su lengua con arrepentimiento y eyaculó en la boca de Kim San a la vez. Pero antes de que Kim tragara automáticamente, justo como siempre lo había hecho, Lee Taek le apretó los labios y susurró:

"No tragues de inmediato. Hoy quiero que lo mantengas."

Kim San levantó los ojos, sin saber qué decir, y observó como su hijo sonreía bastante amablemente mientras le quitaba el cabello que se le había pegado a la frente. Luego, Taek se paró al lado de Isaac, y comenzó a acariciar su propia verga utilizando la saliva de su padre.

Como dijo que no lo tragara, Kim tenía mucho semen en la boca y cuando jadeó, comenzó a gotear directo contra el colchón y llegó incluso a mojarle el cuello. Era el olor amargo que tuvo presente todos los días durante varios meses, así que podía decir que ya se había acostumbrado lo suficiente como para que ahora no hubiera objeción. Y mientras Isaac eyaculaba y lo sacaba, los genitales de Lee Taek tomaron su lugar para impedir que su culo se cerrara inmediatamente. Era como si un hierro redondo hubiera entrado para empezar a acariciarlo. Era caliente y doloroso. Un placer que incluso eclipsó el sentido completo de esas palabras. Kim San movió los dedos de los pies ante el placer que perforó su estómago, sus muslos temblaron como si hubieran sido electrocutados y luego, Isaac se sentó en el lugar donde estaba Lee Taek y miró el rostro de Kim con ojos repletos de hambre.

Mientras levantaba su cabello, pudo ver unos ojos negros rogando por él. Y la vista de sus lágrimas despertó un poco su parte sadomasoquista.

Todo siempre fue por su padre. 

Todo esto comenzó porque amaba tanto a papá que no podía soportar la idea de dárselo a otra persona. 

Isaac entonces inclinó la cabeza y besó a Kim. Podía sentir el semen de su hermano pasando a su propia boca gracias a sus movimientos pero no le importaba en absoluto. Cuando metió la lengua y escaneó el paladar de Kim, fue tan dulce y tan rico que ambos gimieron lo suficiente como para que el momento se sintiera muy íntimo. Entonces, finalmente Lee Taek subió la mano y le tocó el estómago que estaba hinchado como una montaña. Estiró los dedos un poco más y agarró sus deliciosos y blancos senos que pronto se sintieron como si estuvieran a punto de estallar. Los dos hijos codiciaban tanto a su padre que parecieron realmente decididos a liberar el deseo sexual que habían estado soportando todo este tiempo.

Cuando se soltaron las esposas de las muñecas de Kim, el hombre jadeó y abrazó su estómago hinchado porque el bebé no dejaba de moverse.

"Lo siento amor, no estamos siendo muy amables que digamos".

Isaac sonrió, así que San cerró los ojos y giró la cabeza como si estuviera muy avergonzado por lo que acababa de decir.

"Agarra tus piernas, amor".

Mientras tanto, Lee Taek había hecho rodar suavemente el pecho de Kim San utilizando ambas manos. Casi como si estuviese amasando una bolita de plastilina en el jardín de niños. Luego, la mano del hijo bajó otra vez y acarició entonces el vientre de papá:

"Voy a entrar de nuevo ¿Está bien, encanto? Respira lentamente..."

Lee Taek, que pronunció estas palabras en un tono tan dulce como un algodón de azúcar, abrió el agujero de papá con los dedos y acercó la punta de su verga hasta que, lentamente y justo como lo prometió, comenzó a entrar en él con una cosa que era del tamaño del antebrazo de un niño.
Kim San, que había comenzado a chupar los genitales de Isaac de nuevo, sollozó, y se retorció hasta un punto en que pareció querer ver lo que hacía su niño en la parte de abajo. Las lágrimas estaban cayendo como gotas de rocío sobre el rubor que se extendía sobre sus mejillas y luego, sus labios, cubiertos de semen y saliva, comenzaron a temblar con muchísimas ganas.

"Aguanta. Tuvimos que soportarlo por meses así que esto es lo menos que puedes hacer."

Lee Taek, que habló descaradamente sobre la situación, metió el pene hasta que su vello púbico tocó esas nalgas enrojecidas, hinchadas y llenas de semen y luego, las manos que sostenían sus piernas temblaron hasta que sintió que ya no podía tenerlas en alto por más tiempo. Isaac se rió:

"Tal vez lo que necesitas es tomar un poco de leche."

Entonces, le metió el pene en la boca hasta llegar al fondo

Sin importar lo que los niños hicieran con su cuerpo, la cabeza de Kim San se nublaba día tras día. Se había dado por vencido desde la primera vez que salió del hospital así que ya no se comía tanto la cabeza pensando en lo que pasaría después de esto o sobre lo enferma que era la situación... Aunque eso no significaba que no estuviera cansado. Además, había un niño en su vientre, por lo que no podía morir o volverse loco de la nada y le preocupaba como los niños, que se parecían a Choi Hee-seo, tratarían al bebé una vez que viniera al mundo. No pensaba que fueran a abusar de él o de ella, pero le preocupaba que si se portaba mal, descargaran todo su enojo en su dirección.

Y ya que era su padre, pareció que era su papel soportar.

"¡Ah!"

Lee Taek se humedeció el labio inferior mientras observaba a su propio padre aferrarse a sus piernas con unos ojos llameantes de placer. La mano de Isaac descansaba sobre su pecho izquierdo y la mano de Lee Taek descansaba sobre su pecho derecho, frotando y tocando en diferentes direcciones como si se estuvieran burlando de él. Luego, se separaron por un momento bastante breve y entonces, lo que apareció frente a sus ojos fue ese mismo mecanismo que habían ocupado antes para prevenir la eyaculación. Y lo incrustaron en su uretra antes de pedirle permiso o dejar que se preparara.

El pene se le puso de pie y se aferró a su vientre hinchado. La joya en el centro del glande absorbió la luz de las lámparas LED y brilló como una pequeña farola en un parque público. Y entonces, justo después de que lo metieran, el gemido de papá llegó a su clímax total cuando comenzó a hacerlo rodar justo como lo haría una tuerca.

"Oh por Dios ¡Ah! ¡Moriré! ¡Voy a morir! Ah, ah, ah, por favor... ¡Ah!"

"Tienes que decir "por favor MI señor" ¿Recuerdas? Si no, las palabras no valen."

"Señor... Ah, ah, mi señor..."

Isaac, que puso a su padre entre sus piernas, le dio fuerza a su propio cuerpo y se inclinó para ​​tocar suavemente el pecho de papá. Casi como si estuviera masajeando sus pezones para aliviar el dolor. Y cuando agarró los dos y tiró de ellos para adelante, entonces San Kim se retorció y experimentó un placer que pareció comenzar a darle un tanto de miedo.

"Alto, alto, alto, alto por favor..."

Entonces Lee Taek, mirando el vientre en el que estaba su bebé, tomó el instrumento de su pene y lo sacó de un solo tirón.

"¡¡Aaaaah!!"

El semen salió a borbotones y luego se estrelló finalmente contra su piel. 

Los ojos de Kim San se abrieron cuando sintió que le agarraban el pezón entre las manos y su boca comenzó a temblar de tal manera, que pareció como si no pudiera ni dejar escapar un solo gemido. Tembló por un rato hasta que su hijo se corrió dentro de él y luego, Kim San logró recuperar el aliento lo suficiente como para poder bajar los párpados un segundo. Era un placer tan insoportable que comenzó a sentirse un poco más como una tortura que como algo para hacerlo sentir bien.

Entonces, Lee Taek se acostó a su lado para mamarle el pecho.

"Ah, ah, ah..."

"Isaac, tú también deberías chuparlo. Se siente bien..."

Y de pronto, sus dos hijos terminaron colgando de ambos pechos, atormentando los pezones de su padre justo como hacían cuando eran unos bebés.

La fuerza que utilizaban para mamar, morder y masticar, pareció abrirle la suave piel de los pezones a cada segundo que pasaba y sin embargo, fue tan bueno, tan condenadamente rico, que Kim San babeó y se retorció como si fuera un gusanito en la tierra. La única queja que tenía, era que su estómago estaba tan pesado que no podía moverse como lo hubiera querido para algo así.

"Oh por Dios. Es estupendo, es tan bueno, ah, ah, allí. Justo allí."

El instrumento se alojó una vez más en la uretra de Kim, pero él solo había comenzado a temblar sin darse cuenta de eso.

Tampoco notó que era increíblemente hermoso cuando lo tocaba la luz.


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