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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Pensó que las reuniones con Choi Hee-seo terminarían allí. Obviamente fue un error.

Choi Hee-seo entró y salió de la Zona Roja varias veces después de eso porque resultó que el hombre estaba en el negocio de la distribución de drogas, haciéndose cargo del trabajo de su padre, que era un narcotraficante. Evidentemente se había convertido en un trabajo diario detenerlo y escucharlo gritar:

"¡Te daré dinero, tengamos sexo!"

Fue tan estresante cuando los niños lloraron al ver a su padre todo magullado.

Kim San-eun presionó su cabeza con fuerza. Le dolía porque el maldito Choi Hee-seo era realmente molesto. La solicitud de sexo no le había hecho ningún daño porque Choi Hee-seo era originalmente un bastardo pero, le molestaba que lo siguiera, se aferrara a él como un niño y se quejara todo el tiempo. Además, aunque Choi Hee-seo, nunca tocaba a Kim San, decidió utilizar otro método para apretar una correa alrededor de su cuello.
 
Choi Hee-seo le tendió una trampa a Kim San de una manera económica. 

La razón fue porque no escuchó correctamente la vaga advertencia de Choi Hee-seo: "Te vas a arrepentir." Y todo se desató en el momento en que Isaac y Taek cumplieron 11 años. 

Al darse cuenta de que los niños necesitaban una habitación propia, San Kim buscó rápidamente una nueva casa para mudarse. Dudó en si elegir un lugar que no estuviera muy lejos de la escuela o uno que estuviera cerca del trabajo así que, dos veces por semana, en los días libres, Kim San tomaba las manos de los niños y se iba con ellos para ver casas.

"Papi, si nos mudamos de aquí, ¿No podremos dormir juntos de nuevo?"

Isaac, que había perdido gran parte de su apariencia de bebé, preguntó esto de una manera bastante seria. El helado en su mano se había derritió así que los deditos los tenía completamente pegajosos. Kim San sacó un pañuelo que llevaba y limpió bien las manos del niño. Luego hizo lo mismo con su boca y acomodó el sombrero que estaba a punto de caer.  El niño era hermoso así que Kim San sonrió. Demonios ¿Por qué tenía que parecerse tanto a Choi Hee-seo?

"Ahora... Ya llegó un momento en que deberíamos dormir separados. Por eso vamos a cambiar de casa."

"Quiero acostarme con papá."

Lee Taek se colgó de la pierna de su padre para mostrarle que no se quería separar de él. Era un caluroso día de verano así que Kim San le limpió la carita con un pañuelo desechable al ver que no dejaba de sudar.

"Eso pasa cuando creces, mi amor. Papá está en su habitación, Isaac en la habitación de Isaac y Lee Taek en la habitación de Lee Taek."

"Lo odiamos."

Isaac y Lee Taek hablaron al mismo tiempo. Él se elevó de hombros.

"Todos nosotros."

Las personas, que veían a los pequeños niños, con su cabello corto y sus manitas sobre las de su padre, les mostraban una sonrisa bastante amable. Finalmente, una anciana sonrió y se les acercó:

"Su papá es guapo, pero ustedes son preciosos. ¿Lo sacaron de su mamá?"

Kim San respondió a la pregunta de la abuela con una sonrisa incómoda: "Sí. Se parecen a su mamá."

Él era la madre y el padre de los niños, pero no podía decir eso libremente así que mentía. Isaac y Lee Taek, que escuchaban en silencio, inclinaron la cabeza con ternura y le preguntaron a papá:

"¿Verdad que nos parecemos a ti?"

"Somos iguales a ti ¿Cierto papá?"

Lee Taek también estuvo de acuerdo con la negación de Isaac. La abuela miró a los niños, les palmeó las mejillas y luego siguió adelante. Kim San tomó las manos de los niños más fuerte para poder cruzar la calle.

Hacía calor, así que compró helado para ellos, pero de todos modos tenía sed porque no había llevado nada para él. Miró a su alrededor y finalmente vio una cafetería. Kim San observó a sus niños y dijo:

"¿Les gustaría ir a la cafetería y comer un raspado?"

Los ojos de los niños se iluminaron así que San Kim comenzó a reírse. Se parecían a Choi Hee-seo, pero a diferencia de él, estos niños eran completamente puros por dentro. 

Para llegar a la cafetería, tenían que cruzar el paso peatonal así que los niños jugaron a ver quien llegaba al semáforo primero. Sin embargo, aunque Taek se detuvo al llegar, Isaac continuó un buen tramo después de eso.

"¡Isaac!"

Kim San se sorprendió tanto que llamó al niño para que se detuviera. Y en el momento en que estaba a punto de correr hacia él nuevamente, un camión, que se acercaba tambaleándose, apareció justo en frente.

Sin siquiera tener tiempo de gritar, Isaac fue atropellado por el camión hasta rodar por el asfalto. Kim San soltó la mano de Lee Taek y corrió de inmediato. Gritando y diciendo que necesitaba ayuda. El rostro del niño estaba cubierto de sangre. Su cabeza pareció estar abierta y no dejaba de gotear.

"¡Aaah! Ah. Papi ¡Papi!"

Kim San estaba tan sorprendido que su única reacción fue abrazar al niño con fuerza y decirle que lo mirara a él. Que todo estaba bien, que no iba a irse. Isaac lloraba y gritaba en los brazos de su padre así que la ropa de Kim comenzó a mancharse también.

"¡Papi!"

Lee Taek estaba asustado así que se paró junto a él y comenzó a llorar.

Una mujer cercana llamó al 911, luego miró a Kim San, que estaba en estado de pánico e intentó que se calmara.

"Llamé al 911, ya vienen. Ya vienen, papá. Tranquilo."

La mujer consoló a Lee Taek, abrazándolo mientras lloraba y llamaba al nombre de su hermano y padre.

La gente se apresuró en el lugar y comenzó a murmurar muchas versiones del accidente "Él niño hizo eso" "El camión iba muy rápido." Y luego una ambulancia llegó rápidamente debido a la llamada de la mujer.

Cuando lo pusieron en la camilla, Kim San se ocupó ahora de tratar de apaciguar a Lee Taek, que lloraba como si tuviera un ataque. Su cuerpo estaba manchado con la sangre de Isaac, pero no tuvo tiempo de preocuparse por eso ahora. Y tan pronto como llegaron al hospital, el niño entró en urgencias y comenzaron a hablar de los resultados. Lamentablemente fue peor de lo que esperaba. Tenían que operarlo y además, requería un tratamiento de rehabilitación continuo para seguir con su vida diaria. Ya se había gastado una gran cantidad de dinero porque las facturas del hospital eran muy caras e incluso ocupó lo que había ahorrado para la casa, para pagar las facturas del hospital de su hijo. Trató de reclamar daños y perjuicios al conductor, pero fue en vano. El Seguro Nacional de Salud le proporcionó solo una cantidad mínima de apoyo y tuvo que depender del seguro de la empresa. Afortunadamente, el seguro de la compañía y el seguro para niños que tenía le ayudaron a pagar las facturas del hospital sin cargas.

Y cuando pensó que había cruzado una colina, lamentablemente recibió una llamada de la empresa. Fue despedido sin explicación y Kim San se quedó sin forma de ganarse la vida de inmediato. Salió a trabajar como jornalero, pero no alcanzaba. Los préstamos también fueron bloqueados y lo mismo ocurrió con los bonos. Dicho esto, no tenía como moverse, ni algo que darle a sus hijos. Tenía que trabajar de alguna manera para ganarse la vida pero... Parecía completamente imposible ahora. Kim San se mordió las uñas con nerviosismo cuando de repente pensó en algo extraño. 

Ese hijo de perra.

Era la situación perfecta. No había razón para que lo sacaran del bar. Tenía un buen cuerpo, era joven y eficiente. Lo mismo ocurría con los préstamos. Naturalmente pensó en Choi Hee-seo. Solo él podía oprimirlo así de bien hasta acorralarlo.

Buscó en la casa para encontrar la información de contacto de Choi Hee-seo, pero no apareció nada más que la tarjeta de presentación. 

"¡Maldición!"

De repente, la energía se le fue.

Kim San-eun, que estaba con el rostro completamente enterrado entre las rodillas, levantó la cabeza solo al sentir el contacto de una manita conocida. Lee Taek lo estaba mirando a la cara.

"Papi ¿Te sientes mal?"

Kim San sonrió laboriosamente, incluso aunque era fácil hacerlo al ver sus hermosos ojos.

"Ven aquí."

Kim San abrió los brazos y sostuvo a Lee Taek con fuerza contra su pecho. Y ya con papá, Taek se movió hasta darle un beso pequeñito en los labios, que estaban cuarteados y llenos de células muertas debido al cansancio.

"No pasa nada, papi. Mi hermano se pondrá bien pronto. ¿Sí? No llores."

Hubo momentos en los que Isaac lloraba y gritaba porque se sentía muy mal, así que el niño se convirtió en un hijo fuerte y le dio fuerza a San Kim. Eran brillantes pero ambos eran todavía lo suficientemente chiquitos como para necesitar que estuviera allí con los dos. Tenía que esforzarse.

"Sí. Gracias mi amor."

Kim San sonrió brillantemente y dejó ir al niño. Preparó la cena para Lee Taek, lavó los trastos y luego alistó su bolso para volver al hospital. Por si acaso, llamó a la vecina para que lo cuidara y le dio al niño una larga charla sobre lo que tenía y no tenía que hacer. Después de que Isaac resultara herido de esa manera, estaba preocupado por su Lee Taek, quien se quedaba solo en casa, todo el tiempo ¿Qué pasaba si la casa se incendiaba? ¿Qué pasaría si el niño se lastimaba al encender la estufa para freír huevos? Todo tipo de preocupaciones se apoderaba de él si que no podía quedarse quieto.

El lugar donde llegó Kim-san fue la capital, donde vivía Choi Hee-seo. Había espléndidas mansiones, como las que se podían ver en Hollywood, y autos que olían a millones de dólares. Luego, llegó hasta la lujosa casa y descubrió que había un hermoso jardín, como una pintura de un paisaje, con fuentes, árboles, flores y un puente que pasaba arriba de un lago familiar lleno de peces. Kim San, que dudaba un poco, finalmente se armó de valor y tocó el timbre. Y como si esperara este momento, se escuchó la voz de Choi Hee-seo diciendo:

[Tardaste demasiado.]

Kim San apretó el puño.

La ira se le extendió por el rostro así que pensó que lo primero que haría al ver su cara sería reventarsela a golpes. 

Kim San entró en la mansión. El jardín era tan grande que le tomó mucho tiempo llegar hasta donde estaba. Ya incluso estaba sudando. Luego, Kim San tiró de la manija sin pensar demasiado en si hacerlo o no y cuando la puerta se abrió y entonces apareció el hermoso rostro de Choi Hee-seo, Kim San cumplió con su promesa, lo agarró por el cuello y lo golpeó.

El rostro de Hee-seo Choi se volvió hacia la izquierda junto con un sonido de estallido impresionante.

"Auch. Eso duele".

Choi Hee-seo sonrió. Sin embargo, Kim San no se detuvo y golpeó a Choi Hee-seo en la cara otra vez, y otra y otra más. Hee-seo entonces agarró la muñeca de Kim San con una mano temblorosa, quizá porque había llegado al límite, y se la estrujó para intentar que se detuviera. Hee-seo Choi, que tenía una hemorragia nasal y la mejilla hinchada, dijo:

"Oye… ¿Puedes dejar de golpearme por un minuto?"

Pero la respiración de Kim San era todavía bastante áspera. Sacudió su puño, empapado en la sangre de Choi Hee-seo en el aire, y dejó que las gotas salpicaran y se pegaran a la pared. Al ver esto, Hee-seo Choi se rió y escupió lo que se había juntado dentro de su boca. Sacudió la cabeza como si estuviera mareado y luego gimió de dolor y se sentó frente a Kim.

"Me duele mucho, carajo".

Pero no importaba todo lo que hiciera, su ira no paraba. Con una cara inexpresiva y con muchísima ira en su interior, San Kim pateó a Choi Hee-seo justo en el estómago.

"¡Hey!"

"¡Ojalá pudiera matarte!"

Hee-seo Choi, sosteniendo su vientre, se apoyó contra la pared y sonrió con una cara increíblemente hermosa. Algo que parecía brillar sin importar cuánto lo golpeara.

"Por cierto ¿Cómo está?"

"¿Qué...?"

Choi Hee-seo escupió sangre por segunda vez y entonces, le mostró una sonrisa bastante burlona.

"El niño tuvo la culpa, si me preguntas."

Su ira se disparó hasta las alturas ¿¡Cómo podía hablar así de su propio hijo!? ¿¡Cómo había pensado en hacerle eso a su propio hijo!?

"¿¡¡Fuiste tú!!?"

Al ver el puño de Kim San, moviéndose de un modo amenazante en su dirección, Choi Hee-seo dijo: "¡Espera!", gimió y se sentó en el suelo antes de mirarlo: "¿Crees que estoy tan loco como para querer convencerte de algo medio matando a tu hijo?"

Una mueca apareció en el rostro de Kim San, que había sido indiferente como una escultura todo este tiempo así que, Hee-seo Choi, que lo vio estar visiblemente confundido, sonrió como si estuviera satisfecho con esto. Se limpió la sangre de las comisuras de la boca con el puño y habló con fluidez.

"No lo golpeé yo. Así que cálmate."

Choi Hee-seo, quien deliberadamente dejó de hablar, agitó su dedo índice.

"Solo bloqueé tu línea de dinero. Pensé que si te veías en la necesidad, entonces definitivamente vendrías a mi."

"No puede ser ¿Todo esto por sexo?"

Hee-seo Choi se encogió de hombros y sonrió ante el tono de voz de Kim-san, que parecía al punto de un colapso cerebral. Sacó un cigarro de su bolsillo y frunciendo el ceño de dolor, mordió el filtro y encendió el fuego. Hee-seo Choi, quien absorbió el humo, miró hacia Kim y dijo:

"Sí, podría decirse. Pero ahora realmente estás atrapado porque sabes que yo soy el único que puede arreglar todo esto. Y solo te estoy cobrando con esa cosa que tienes entre las piernas."

La amargura cubrió la cabeza de Kim San. Después, apretó y abrió su puño con una cara inexpresiva así que Hee-seo Choi soltó una risa bastante estúpida mientras apoyaba la cabeza contra la pared. A pesar de su rostro hinchado y ensangrentado, Choi en realidad parecía muy emocionado con lo que pasaría a continuación.

"Dije que te arrepentirías. ¿Por qué no me obedeciste incluso aunque conoces mi personalidad? Ahora, evita problemas, se obediente y ven conmigo. Te pondré dinero en ese agujero tan lindo".

"Estúpido..."

Los labios secos de San se abrieron y salió una voz más seca que el desierto. Quería matar a Choi Hee-seo, quien hizo todo esto solo porque quería acostarse con él. Sin embargo, bueno, no podía hacerlo. Si le aplastaba la cabeza iría a prisión, y luego Isaac y Lee Taek estarían solos. Isaac estaba en el hospital y Lee Taek era tan joven que ni siquiera iba a poder moverse. Kim San pensó en sus hijos, que se parecían a Choi Hee-seo, hasta que le dolió el pecho.

"¿Y si digo que no? ¿Vas a violarme?"

Un tono solitario, cercano a la resignación, rodó por el suelo hasta llegar directo a él. Choi Hee-seo se levantó lentamente, aplastó el cigarrillo que estaba fumando y luego cojeó como si su estómago estuviera a punto de caerse al suelo por el dolor. Llegó a su lado y colocó su mano sobre el hombro de Kim San. Apoyó la barbilla sobre él y susurró:

"¿Por qué me haces ver tan maldito? ¿Para ti soy como un perro en celo o qué?"

"Exactamente."

"Bueno sí, pero no de los que violan".

Choi Hee-seo apartó la cara de su hombro y sonrió. Tenía todo ensangrentado, pero de todos modos había decidido tocar juguetonamente la mejilla de Kim San.

"¿Llegamos a un acuerdo?"

"…  Si lo hago, ¿Qué harás tú?"

Preguntó, bloqueando la mano que se coló a través de sus pantalones. Hee-seo Choi fingió estar preocupado por un momento, luego habló:

"Me pondré en contacto con los prestamistas."

"¿Eso es todo?"

"¿Pensaste que se terminaría todo con solo una vez? No seas ingenuo."

Choi Hee-seo agarró a Kim San por el cuello hasta acercarlo como si se estuvieran besando. Podía oler el cigarrillo que estaba fumando Choi Hee-seo hasta hace unos segundos así que Kim San frunció el ceño ante lo desagradable que era. Choi Hee-seo no pudo contener el placer que le daba esa expresión atormentada e inexpresiva. Arrastró a Kim San a la habitación más cercana a la puerta principal y cuando la abrió, le mostró entonces una bonita cama individual. Aparentemente se trataba de una habitación de invitados, porque tenía un tocador, un armario y un baño. Choi Hee-seo arrojó a Kim San sobre la cama y luego se subió también.

Choi Hee-seo se lamió los labios y comenzó a desnudarlo. Le gustaba que estuviera lleno de músculos duros. Y poco después, Choi Hee-seo, quien también se quitó los pantalones, llevó su pene lleno de semen a los labios de Kim San.

"Abre la boca, y te ayudaré más que eso."

"¿… De qué estás hablando?"

"Joder, si haces esto... Entonces pagaré la manutención completa de los niños".

Choi Hee-seo, incapaz de contener su emoción, escupió una oración que hizo que Kim San se pusiera en blanco. Hee-seo Choi frotó su glande resbaladizo contra sus labios y habló otra vez:

"Así que abre la boca."

Kim San mantuvo la boca cerrada, como si se hubiera puesto pegamento en los labios. Pero tan pronto como la abrió un poco para hablar, el pene de Choi Hee-seo pareció apresurarse hasta posarse en su lengua.

Kim San, que miraba a Choi Hee-seo con ojos que decían que no sabía lo que estaba pasando exactamente, extendió la mano y agarró su pene. Simplemente lo atrapó un poco, pero hizo que los ojos de Choi Hee-seo se abrieran demasiado.

"Oye, chúpalo rápido".

"¡Anota lo que dijiste! No quiero trampas después".

Ante el tono monótono de Kim San, Choi Hee-seo se rió. Se subió los pantalones a la mitad, sacó su teléfono celular y le mostró a Kim San como se iba hasta su contacto. Choi Hee-seo presionó el botón de grabación:

"Yo, Choi Hee-seo, juro que cada vez que tenga sexo con Kim San, le ofreceré algo que él quiera. No importa lo que sea. Además, prometo no faltar a mi palabra."

"..."

"Te lo estoy enviando, revisalo."

Kim San-eun sacó su teléfono celular de su bolsillo trasero. Realmente había llegado un mensaje de Choi Hee-seo. Después de descargarlo y presionar el botón de reproducción, escuchó la voz de Choi Hee-seo diciendo justo eso.

"Bueno."

"Eres tan molesto."

Choi Hee-seo, que se quejaba, cerró la boca cuando Kim San abrió la suya para comenzar a morderle el glande. Le preocupaba que hubiera olvidado como hacer una mamada decente porque nunca había tenido sexo con nadie más además de él, pero de todos modos se lo metió todo en la boca hasta que no pudo tragarlo. Le mordió la punta y la parte superior y lo chupó de costado como si fuera un caramelo. Sus mejillas estaban hundidas como cuando se fumaba un cigarrillo porque era difícil acariciar un pene que no parecía nada pequeño. Tenía que abrir la mandíbula lo más posible y debía tener cuidado de no tocarlo con los dientes. 

Pronto, Kim San comenzó a tener dolor en la cara así que inclinó la cabeza hacia un lado y trató de acomodarse un poquito mejor. Luego le dijo a Choi Hee-seo:

"Estoy incómodo."

Así que Choi Hee-seo, que sonrió mientras miraba las comisuras enrojecidas de su boca, intentó ayudarle un poco sujetándo su cara.

"Espera".

Choi Hee-seo se levantó de encima de Kimsan, se quitó la playera y tiró de él un poco más para adelante incluso aunque solo lo estaba mirando fijamente desde hace un buen rato.

Choi Hee-seo le dijo a Kim San que se acostara de tal manera que dejara su cabeza colgando fuera del colchón. Era una postura que hacía que los genitales entraran hasta su garganta así que Kim San, que ya había estado en esta posición en el pasado y lo había visto ya muchas veces en el porno, estaba más nervioso de lo que quería aceptar. Después de todo, el pene de Choi Hee-seo, que se había parado junto a él, era demasiado gordo.

"Vamos, abre grande".

Choi Hee-seo se rió cuando empujó su pene dentro de él.

Su cuerpo entero se había puesto rígido cuando entró imprudentemente, incluso antes de que pudiera tragar saliva. Además, su pene le había invadido la garganta en cuestión de segundos por lo que se  sentía como si le estuvieran clavando un palo. Trató de respirar, pero sus testículos estaban aplastados en sus labios y no podía hacerlo adecuadamente. Era una postura difícil en muchos sentidos. Y mientras Kim San se acostaba con las rodillas en alto y se ponía a temblar, Choi Hee-seo se rió y luego lo sacó despacio. Tanto que comenzó a desesperarse.

"Ah, ah, ah..."

Su cara estaba pálida y tenía un montón de lágrimas en los ojos. Pero mientras su rostro inexpresivo estaba contorsionado por el dolor, Choi Hee-seo parecía tener muchísima hambre. De hecho, la emoción estaba aumentando tanto que le penetró la boca sin avisarle primero por lo que Kim San golpeó el colchón con la palma completa de la mano, sintiendo como si fuera a morir. Y eso era algo inaceptable ¡No podía morir chupándole la verga a este tipo! Golpeó el colchón para decirle que se detuviera, pero Choi Hee-seo se rió otra vez.

"Tienes que ser paciente..."

Sus testículos tocaron sus labios húmedos así que no podía respirar por la nariz.

"Ah, ah ¡Um!"

Un sonido chirriante salió de la boca de Kim.

Hee-seo Choi, que movía lentamente el pene para disfrutar de su boca, finalmente lo sacó por completo así que, Kim San, medio aturdido, se dio la vuelta y se agarró del cuello para comenzar a toser. Su garganta estaba dolorida y además, era como si sus papilas gustativas hubieran sido controladas por el líquido de su semen porque el sabor estaba borrando cualquier otro. Lloró, fue más doloroso de lo que había esperado. 

Choi Hee-seo se subió en la cama y levantó el cabello de Kim San, quien apenas y estaba respirando bien. Su rostro estaba empapado de dolor.

"Me siento mal cuando te veo sufriendo tanto, San-ah".

"... Puto loco."

Con voz quebrada, San Kim comenzó a maldecirlo groseramente. Choi Hee-seo solo se puso a sonreír. Era como una flor en plena floración. Brillante y hermoso como nadie.

"Lo soy."

Choi Hee-seo asintió y agarró el cabello de Kim San otra vez, pero ahora para presionarlo hacia abajo.  Cuando Kim no se rebeló, Choi Hee-seo le quitó la ropa hasta dejarlo completamente desnudo. El cuerpo de Kim, iluminado por las lámparas en el techo, era como una pintura de museo. Había estado haciendo ejercicio desde que era pequeño, por lo que sus líneas eran bastante bonitas y la forma natural de sus articulaciones era hermosa y muy fluida. Por supuesto que se veía mucho mejor cuando se quitaba todo que cuando lo tenía puesto. 

Hee-seo Choi sacó un condón del cajón. Lo rompió y se lo puso en el pene. Luego buscó el gel y exprimió bastante en sus manos.

"Voy a prepararte".

"Por supuesto que tienes que…  ¡Ay!"

"Shhh... Muchos bastardos ni siquiera hacen esto, San-ah. Deberías ser agradecido"

San Kim, quien tragó una grosería, estaba temblando con muchísima fuerza. Su entrada dolía así que se agarró de la cama para poder resistir.

Hee-seo Choi sacó su dedo, notando los dientes apretados de San Kim y el dolor persistente, y apretó un poco más de gel dentro de él. Sin embargo, el agujero estaba tan apretado que no pudo hacerlo como le gustaría. Metió bruscamente dos de sus dedos y trató de hacer pequeños circulitos, luego agarró la cintura de Kim San y la levantó un poco en el aire mientras utilizaba las manos para envolverle la panza. Kim estaba notablemente nervioso por la próxima inserción porque, después de todo, no sabía lo violento que podía ser este animal.

"Respira."

Choi Hee-seo, quien dio una orden bastante breve, metió rápidamente el pene en su agujero así que Kim San inclinó la parte superior sin darse cuenta. Realmente le dolió hasta el punto de sacarle lágrimas. Dolía como si un arpón lo hubiese atravesado por debajo así que gritó. Fue lamentable verlo sacudiendo los hombros y llorar así que Choi Hee-seo murmuró en su oreja, mientras lo insertaba lo suficientemente profundo como para tocar su útero:

"¿Quieres que te de una droga? Eso puede ayudarte a hacerte sentir bien... Ya no va a doler."

Podría ser una palabra de consideración para los demás, pero fue una tontería para Kim San. Era mejor sentir el dolor que estar excitado por la droga. Al menos así podía pensar un poco. 

Kim San-eun recordaba las caras de los niños cada vez que los genitales de Choi Hee-seo lo atravesaban. La cara de Isaac, llorando, diciendo "Papá" y sangrando entre sus brazos ¡Que doloroso debió haber sido para ese niño tan pequeño estar herido! Después de la cirugía, cuando San Kim comenzó a llorar junto a su cama, Isaac movió su manita para secar la cara de su padre, mostró una suave sonrisa con su cuerpo envuelto en vendas y dijo:

"Papi, estoy bien."

Pero Isaac debió haber sentido más dolor que esto.

Además, cuando Lee Taek vio herido a su hermano mayor, lloró tanto que se quedó ronco por un día entero. Y en nombre de su ocupado padre, el pequeño Taek limpió la casa y preparó comidas solo para él. Iba a su cama, lo sostenía en sus brazos y murmuraba que todo estaría bien. Decía "Haré mucho dinero cuando sea grande y te ayudaré" así que solo con esas palabras, Kim San se conmovió.

Por el bien de los niños, podía aguantar esto.

Mientras Isaac y Lee Taek no estuvieran enfermos y se criaran bien, podría soportar cualquier cosa. Porque ellos eran la razón por la que vivía.

"Está... Malditamente apretado".

Choi Hee-seo agarró la cintura de Kim San. Lo había puesto lentamente al inicio pero, a medida que el interior se comenzaba a aflojar, lo empujó con más fuerza hasta un punto en que Kim San jadeó ante la sensación de congestión y dolor y luego, incluso comenzó a tener miedo. Le preocupaba que el interior se le estropeara lo suficiente como para que no pudiera trabajar. A diferencia de Choi Hee-seo, el hijo de un narcotraficante, Kim San era como un huérfano. No podía ganar dinero si estaba dañado y entonces, Isaac y Lee Taek pasarían hambre.

Y mientras Hee-seo Choi estaba cavando con fuerza en su agujero, de pronto sonó el teléfono. Era el tono de llamada del celular de Kim San. Al principio trató de ignorarlo, pero Choi Hee-seo alcanzó los pantalones de Kim San, que estaban en la cama, y lo sacó para ver quién era. Kim San tembló al sentir que el pene salía de su agujero.

"Es tu hijo."

"No contestes".

De repente, su rostro se endureció. Los ojos de Choi Hee-seo se entrecerraron ante la apariencia asustada del hombre así que metió su pene de nuevo, saboreando la reacción notablemente cambiada de Kim San.

"¡Um!"

Choi Hee-seo presionó el botón para contestar la llamada y lo llevó al oído de Kim. El rostro se le puso pálido.

[Papi.]

Era la voz de Taek.

Kim San no respondió y mantuvo la boca cerrada. Pero cuando Choi Hee-seo le dio una fuerte palmada en el trasero, gritó:

"¡Ah!"

[¿Papi?]

Lee Taek se sorprendió por el sonido de un grito así que volvió a llamar a su padre. Él no dijo nada. Hee-seo Choi intencionalmente hizo un sonido chirriante desde atrás cuando lo penetró así que, mientras él sonreía, Kim San lo miraba con los ojos al rojo vivo.

"Vamos, habla con el niño ¿Qué pasa si se pone a llorar?"

Su voz era amable y suave, pero no iba a dejarse engañar. Kim San soportó.

[Papi, ¿Por qué no hablas?]

La voz suave y dulce de Choi Hee-seo y la voz del joven Lee Taek enredaron alternativamente a Kim San hasta la locura. Kim agarró la sábana con manos temblorosas y apartó la cabeza lo más posible del teléfono. Al final, tenía una cara de llanto bastante impresionante.

"Kim..."

[¿Papi?]

Un dolor horrible, como si golpeara su pecho con un martillo, se apoderó del cuerpo de Kim San. Cada vez que escuchaba la voz de Lee Taek, las lágrimas caían de sus ojos hasta hacerle sollozar justo como un niño. Después de todo, su padre tenía las piernas abiertas por dinero. Era vergonzoso. Su corazón latió con fuerza mientras imaginaba a sus hijos dándole miradas despectivas y finalmente, incluso se puso a temblar. Aunque Isaac y Lee Taek tenían 11 años y eran jóvenes, no era que no supieran lo que era la prostitución. Tal vez no hablaban de eso, pero estaban vagamente conscientes del significado. No iba a aguantarlo. Tenía que mantener esto en secreto tanto como pudiera.

Kim San se aferró desesperadamente a Choi Hee-seo. Tenía miedo de que los niños le gritaran que estaba sucio.
 
"Por favor, Heeseo".
 
Choi Hee, que vio a Kim San llorando mientras lo llamaba por su nombre, sacó su pene con la cara completamente arrugada. Y como para decirle que estaba bien hablar, hizo un gesto con la barbilla en su dirección así que Kim San suspiró aliviado y dijo en voz baja:

"Lee Taek-ah ¿Qué pasa mi amor?"

[Papá, quiero comer ramen, pero ¿Cómo enciendo la estufa?]
 
"Te lo cocinaré cuando llegue…  ¡Ah!"
 
Mientras estaba descuidado, Hee-seo Choi decidió atravesar su pared interior utilizando su pene así que, fue lógico que un gran dolor le recorriera todo el cuerpo de inmediato. Lee Taek pareció ansioso por el extraño sonido, así que lo llamó otra vez:

[¿Papá?]
 
"¿Me creíste de verdad?"
 
Choi Hee-seo se rió para burlarse de Kim-san. Kim miró a Choi Hee-seo con los ojos manchados por una sensación de traición impresionante y pensó que ahora si que lo podía matar. Kim se mordió el labio por frustración así que, al verlo, Choi Hee Seo sonrió y acercó el teléfono de nuevo hasta su cara. Luchó por corregir su voz:

"Yo haré el ramen, Lee Taek-ah.  Papá... Papá llegara pronto ¿De acuerdo?"
 
[Sí… ]

Lee Taek notó algo extraño así que colgó el teléfono. Hee-seo puso el celular al lado de su cara a propósito y golpeó sus genitales una y otra vez hasta que se volvió algo insoportable. Su cabeza estaba mareada y además, ya que había sufrido un golpe psicológico, las lágrimas seguían cayendo hasta mojarlo por completo.

"... Ya detente."
 
Pero Choi Hee Seo no respondió.  Simplemente presionó con más fuerza.


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