Tenían que mudarse urgentemente. No podía dejar a sus hijos solos, en una casa de dos habitaciones, más tiempo de lo que lo había hecho hasta ahora. Aunque el alquiler era barato, no era adecuado para niños que tenían la edad suficiente como para ser independientes.
Revisó el saldo de su cuenta bancaria, pero era tan bajo que se le saltaron las lágrimas sin notarlo. Y teniendo en cuenta el alquiler mensual, las facturas de servicios públicos, los gastos escolares, los gastos de alimentación, entre otras cosas, hasta era extraño que no se quedaran en la calle. Se había estado acostando con Choi Hee-seo durante mucho tiempo y gracias a eso recibió bastante dinero, sin embargo, eso iba más bien al fondo de emergencia así que no quería gastarlo. Es decir, pensó que sería mejor dejarlo para el futuro escolar de sus hijos o por si necesitaban ir al médico.
Aunque buscó casas en un área cercana, el precio de ellas se había disparado considerablemente en los últimos años por lo que la cantidad que necesitaba no pareció nada fácil de conseguir. Miró su bolso y golpeó el escritorio. Demonios ¿Debería usar el dinero que le dio Hee-seo Choi? ¿Debería obtener un préstamo hipotecario? ¿Pero cuánto tendría que dar de interés entonces? Aunque su trabajo actual era el de ser un guardaespaldas, no era muy bueno y por consiguiente, el interés que tenía que dar parecía ser considerablemente alto.
Kim San vio a sus niños, que estaban durmiendo profundamente con las manos entrelazadas y entonces, solo suspiró. Tenían 14 años y estaban creciendo así que era lógico suponer que necesitaban de un espacio independiente. Por mucho que quisieran a su padre, necesitaban más privacidad.
Más tarde, Kim San recogió el cabello de Isaac, que se estaba poniendo largo, y comenzó a trenzarlo simplemente por jugar con él. Y al sentir el toque de su padre, tan constante de abajo para arriba, Isaac abrió lentamente los ojos y pestañeó. Cuando sus pupilas se encontraron con las de su padre, el niño sonrió hasta que su expresión se convirtió en una media luna brillante. Contagiado por él, Kim San también sonrió un poquito.
Isaac se dio la vuelta y apoyó la barbilla en el muslo de su padre. Kim le acarició el cabello como si fuera un gatito.
"Isaac".
"¿Sí?"
Cuando llamó su nombre, Isaac entreabrió los ojos con una cara un tanto desconcertada. Luego le quitó las pequeñas pelusas de las pestañas con la mano y dijo:
"¿Quieres ir a buscar una casa con papá?"
"¿Por qué tenemos que mudarnos?"
"¿No quieres una habitación para ti solito?"
Isaac frunció el ceño ante las palabras de su padre. Extendió sus brazos alrededor de la cintura de Kim y entonces terminó por enterrar el rostro en su estómago. Luego murmuró como un niño pequeño:
"Amo dormir con mi papá y amo dormir con mi hermano. Quiero acostarme así para siempre."
"Seunghwan y Junhee, tus compañeros, tiene una habitación propia. ¿Recuerdas cuándo presumieron por eso durante días?"
"Ellos son ellos y yo soy yo".
Isaac dijo esto mientras se aferraba a los brazos de su padre. Pero después de un rato, lo miró con una cara bastante hosca y dijo:
"¿O papá odia acostarse con nosotros?"
"No, no es nada de eso."
Kim San había hablado con sus compañeros de trabajo sobre el tema de la habitación de los niños. Lo que le devolvieron fueron consejos de personas con años de experiencia en la crianza. Debería haberles dado una habitación desde antes y tal vez ahora era demasiado tarde. Le dijeron que los niños, como las mascotas, necesitaban de su propio espacio para comenzar a crear conductas específicas y que estar con ellos en realidad solo los estaba frenando. Pero a los niños les gustaba Kim y Kim tampoco podía separarlos porque le encantaba el olor de su carne y la temperatura de sus cuerpos. Sin embargo, no podían estar así para siempre. Tenían que salir, hacer una relación y tener hijos. Era algo natural pero que solo Kim San parecía saber.
Los niños, que lo miraban y decían "papi" eran encantadores. Además, cuando otros niños veían a su padre, no lo besaban ni lo abrazaban y sin embargo, Isaac y Lee Taek lo hacían inmediatamente después de verlo regresar del trabajo. Además, cuando entraba a altas horas de la noche, se encontraba con que los dos estaban frente a la puerta, diciendo que habían estado esperando a que su padre regresara para ir a la cama. Aparte de eso, no se preocupaba por ellos porque eran increíblemente inteligentes. Siempre estuvieron en lo más alto de las listas escolares, eran educados con los adultos y se llevaban bien con sus compañeros. Nunca hubo accidentes importantes en la escuela e incluso ahora, eran tan encantadores y guapos, que cuando fueran adultos inevitablemente robarían un montón de suspiros.
"Padre..."
"¿Sí?"
Estaba pensativo, jugueteando todavía con la cabeza de Isaac, cuando el niño lo llamó. Él sonrió brillantemente a pesar de la estúpida respuesta así que pensó que era algo muy bonito. Como una rosa en plena floración y tan adorable, que definitivamente no se podía comparar con el estúpido de Choi Hee-seo. Isaac solo le dio un beso en la frente.