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Una caja de rosas gemelas (Traducción finalizada) por yuniwalker

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A medida que la habitación se volvía más oscura, el aire también pareció sentirse extrañamente denso. No había a dónde escapar, ni tampoco mucho margen de movimiento, por lo que Viola cerró los ojos y se preparó para lo peor.


"Padre Viola".


La mano de Safils tocó su mejilla.


"El sexo es mucho más de lo que crees."


"Ah..."


Los dedos del hombre se arrastraron por su pecho y frotaron sus pezones de arriba para abajo hasta que finalmente le hicieron levantarse. Viola jadeó.


"Eres tan lindo."


Safils acarició cada rincón y grieta del cuerpo de Viola porque, a diferencia de Roofs, que era más extrovertido y arriesgado, él pareció querer tomarse su tiempo para disfrutarlo.


"Viola, ¿Sabes? Todos los agujeros del cuerpo humano son muy sensibles a la estimulación."


Y como para demostrar su punto, una lengua larga y caliente comenzó a lamer el interior de su canal auditivo. 


"Ah..."


Mientras el sonido de su saliva resonaba en su cerebro, un escalofrío recorrió su columna vertebral hasta atravesar finalmente su cuerpo como si se tratara de un rayo.


"Puedes sentirlo también en tu ombligo..."


Su mano acarició el vientre de Viola.


"Detente..."


Con solo hacerle cosquillas en la panza, su cuerpo saltó en su lugar y aunque era vergonzoso, levantó la espalda como si lo estuviera buscando.


"Y cuando alguien chupa el orificio de tu pene... Bueno, creo que no es necesario explicar lo rico que se siente ¿Verdad?"


Diciendo eso, Safils comenzó a quitarse la ropa hasta dejarla aventada por aquí y por allá sin que le importara demasiado. Por supuesto, el cuerpo que apareció frente a sus ojos era tan fuerte y robusto que definitivamente su imaginación era insuficiente. Era como una escultura, un hombre sin desorden y una piel que era completamente diferente a la suya. Entonces, antes de que pudiera decir algo al respecto o incluso quejarse de lo que estaba pasando entre los dos, Safils se arrodilló en el suelo y sujetó su pene con ambas manos.


"Ay, no hagas eso. No..."


Safils sostuvo la punta del pene de Viola contra su pezón hasta provocar que la protuberancia encajara perfectamente con su abolladura.


"Eres muy sensible, cariño."


Después de todo, en realidad no había hecho gran cosa y ahora los pezones de Safils estaban empapados con su semen. Viola no pareció poder apartar los ojos de lo que había hecho ni dejar de pensar en lo que iba a hacer.


"Pero está bien... Porque tú también me vuelves loco".


Safils comenzó a estimular sus pezones con los genitales de Viola, abriendo la boca al mismo tiempo en que sus ojos se iluminaban debido al éxtasis que le estaba haciendo sentir. Y ya que estaba moviendo su pene según su voluntad, los gemidos de Viola se elevaron hasta cubrir toda la iglesia.


"Ah, am..."


Con las palmas de sus manos envueltas alrededor de su verga, Viola sintió como si estuviera a punto de llegar al clímax cada que lo acariciaba y lo exprimia entre sus manos. Fue sorprendente que su cuerpo estuviera tan desesperado en sentir placer incluso aunque él estuvo comiéndose la cabeza todo el tiempo debido a sus creencias.


"¡Ah!"


Su corazón estaba latiendo tan rápido que pensó que le iba a explotar.


"Estoy tan mojado con tu semen..."


El pecho de Safils estaba tan sucio que Viola se espantó.


"¿Por qué pones esa cara? Yo creo que es bastante delicioso."


Safils recogió el semen con los dedos y lo aplicó de inmediato en las mejillas de Viola y a lo largo de las comisuras de su boca.


"..."


Viola frunció el ceño ante lo asqueroso que era.


"No tienes que odiarlo tanto… Viene de tu cuerpo, ¿No es verdad?


Safils sonrió levemente y se inclinó para chuparle la cara


"¿Ves? Es muy rico..."


Con una expresión de éxtasis en su rostro, sacó la lengua para poder limpiar todo lo que había quedado en sus labios. Metió sus dedos a su boca y chupó y chupó igual a si realmente le encantara comer de su semen. Y con solo mirar los movimientos obscenos de parte de Safils, escuchar su voz y sentir lo necesitado que estaba por él, el cuerpo de Viola comenzó a calentarse independientemente de su voluntad hasta que fue demasiado.


Tenía miedo de su propia reacción. 


Al ver que sus genitales se estaban poniendo tan duros, Viola se entristeció y pidió que pararan antes de que algo saliera mal de nuevo. Después de todo, ya lo había dicho: Sacar semen por placer era un pecado e incluso si Safils negaba ese hecho, era algo que estaba profundamente grabado en el corazón de Viola. No podía dejar de pensar que estaba mal de un momento para otro.


Safils, ignorando lo que pensaba, volvió a poner la mano sobre el pene de Viola, lo acarició como para confirmar su forma y luego acarició el lugar cerca de su raíz utilizando todos los dedos. Viola no quería, pero era un placer tan delicioso que hasta estaba palpitando.


"¿Te sientes bien aquí?"


"Ah..."


Fueron los dedos de Safils, ahora acariciando su ano, los que devolvieron a Viola de vuelta a la realidad.


"Ah, por favor. Detente..."


Incluso un hombre con conocimiento muy bajos sobre el sexo, como Viola, era muy consciente de lo que estaba haciendo y de lo que quería lograr en él. Safils tenía la intención de ofender a Viola justo como lo había estado haciendo Roofs.


"¿Que me detenga? ¿Cuándo estás tan feliz aquí?"


"¡Ah!"


Sus dedos se clavaron en el estrecho espacio de su culo, retorciendo los pliegues apretados una y otra vez hasta que terminó por colocar sus uñas en esa pequeña membrana mucosa que capturaba su calor. Era como su intento para inflamarlo. Entonces, no pasó mucho tiempo hasta que la tez de Viola cambiara considerablemente, notando más que nada que la parte que estaba en contacto con sus manos se había comenzado a humedecer. ¡Maldita sea! ¡Este movimiento era exactamente igual al que hacía Roofs! A pesar de que su cabello y sus ojos eran de diferentes colores, ni siquiera podía notar una diferencia al estar entre tanta oscuridad.


"Tú... ¿Siempre fuiste Roofs?"


Mientras murmuraba esto, la mano de Safils se detuvo de inmediato.


"Roofs. Así que ese es su nombre ahora."


Y le dio un besito en la frente como si lo premiara por darle tan buena información.


"A ver,Viola. Abre las piernas y déjame entrar. Luego contestaré tus dudas hasta que te sientas mejor ¿De acuerdo?"


Y sin siquiera darle la oportunidad de responder, el calor lo golpeó de todas direcciones hasta que dejó caer la cabeza completamente para atrás.


"¡Aah!"


Cuando estuvo enterrado hasta el fondo, Viola dejó escapar un gemido tan aterrador que hasta pensó que lo había lastimado. Safils suspiró, abrazó el cuerpo del hombre suavemente entre sus brazos y lamió sus labios como para intentar tranquilizarlo tan bien como fuera posible. Le dijo que respirara lentamente y metió la lengua hasta que le hizo un montón de cosquillitas en la boca. Viola tembló porque se sentía como si su cuerpo entero se estuviera llenando de él.


"Ah, ah, ah."


Poco a poco, se fue acostumbrando al calor en su cuerpo. Lo suficiente como para seguir el ritmo de respiración que quería que tuviera.


Al igual que como pasó con Roofs, estaba nervioso y esperando por el momento exacto en que lo apuñalaría en la dirección correcta. Sin embargo, Safils sonrió, sacudió su cuerpo y dejó que los latidos de su corazón se transmitieran a través de su piel para llegar a la suya. Y cuando comenzó a sentirse bien y hasta un tanto conmovido por sus acciones tan amables, Viola entró en pánico. Estaba a punto de penetrarlo así que era extraño saborear la sensación tan lentamente cuando no debería ni de gustarle.


"¿Qué pasa?"


Safils lo miró a los ojos cuando se dio cuenta de que estaba a punto de intentar marcharse otra vez.


"Relájate, Viola. Solo tienes que disfrutarlo conmigo."


"Pero yo... Um..."


Viola se estremeció ante la sensación de estar siendo quemado desde todas las direcciones posibles. En la boca, en el pecho, en la cadera y entre las piernas también.


"No va a pasarte nada ¿De acuerdo? Es algo que se siente bien. Es como, un juego..."


Con un susurro bastante tierno, el pulgar de Safils entró en su boca y acarició su interior hasta detenerse finalmente en la superficie húmeda de su lengua.


"Ah..."


La voz que salió sin que lo supiera, era tan dulce que no podía creer que fuera la suya.


"Es una voz preciosa. ¿Me dejas escuchar más?"


"Um..."


"Vamos, bebé".


Susurrándole al oído, Safils lamió el pulgar que sacó de la boca de Viola y luego dejó que sus miradas se entrelazaran entre si como si fueran amantes de toda la vida.


Cuando el rostro del hombre se acercó en su dirección, Viola cerró los ojos y permitió que sus labios se entrelazaran y que su lengua entrara hasta posarse en la suya. Y con las puntas bien juntas, los dedos de Safils se envolvieron alrededor de la cintura de Viola en un intento por hacer que su verga se abriera paso tan profundo como fuera posible. Luego, le mordió el cuello cuando separó los labios de los suyos y se echó para atrás como para intentar acomodarlo contra él. El joven sacerdote no podía quedarse quieto ni por mucho que pusiera su esfuerzo en eso.


"Lo estoy haciendo suave. Espera..."


La respiración de Safils también era áspera. Avanzó y retrocedió suavemente, luego se acomodó e hizo lo mismo una vez más pero intentando rozar en esa parte que sabía que le gustaba.


"¡Um!"


Quería que llegara hasta el fondo de una sola vez, pero su espalda baja dolió incluso aunque apenas estaban empezando. Además, Viola se dio cuenta de que ya no podía suprimir ni los más pequeños sonidos que eran provocados por sus movimientos tan salvajes.


"Ah, ah, eres genial. Eres genial, mi amor."


Safils arrugó la frente y sacudió la espalda, mostrando una expresión realmente excitada en su rostro.


El hombre había apuñalado un punto sensible y Viola pareció levantar la cadera en consecuencia a esto. Eran dos sacerdotes inmersos en una actividad sexual bastante fuerte, en la sala de penitencia en donde anteriormente habían entrado un montón de personas del pueblo ¿Pero por qué era que mientras se sentía tan promiscuo, se estaba sumergiendo en un placer tan encantador? El brazo de Viola agarró el de Safils y luego lo envolvió alrededor de su espalda al sentir que podía caerse. No solo su piel, sino que su respiración y el sudor que caía contra su cara era tan caliente que fue difícil que pudiera respirar. Y se sentía bien. Muy, muy bien.


"Voy a..."


Los dedos de Safils estaban enredados en su pene así que, después de algunos barridos desde la raíz hasta la punta, Viola alcanzó su clímax de inmediato, haciendo que como resultado, la fuerza entrara en su cuerpo de tal manera que apretó la verga de su compañero con los músculos de su culo.


"Umm... Yo tampoco voy a resistir mucho si me tratas así."


Viola miró al hombre que lo sostenía por la espalda, golpeando su cintura una y otra vez en busca de su propio clímax.


Y cuando el calor de su semen brotó en su interior y ambos comenzaron a moverse como si estuvieran convulsionando, Viola perdió el conocimiento.


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