Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sasuke-kun in Wonderland por Higary

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi hola, queridas lectoras. Con motivo de conmemorar mi primer año publicando fics escribí este oneshot, espero que les guste. Ya saben, se esperan sus reviews con quejas, sugerencias, felicitaciones, saludos, pedradas, jitomatazos y demás. Los dejo para que lean

SASUKE-KUN IN WONDERLAND

 

Era un nuevo día en la aldea de Konoha. Uchiha Sasuke hacía tres años que había regresado a la aldea, y ahora, con sus dieciocho años, era un Anbu muy respetado. Aquella mañana caminaba por las calles con aburrimiento, ya que su queridísimo todavía amigo Uzumaki Naruto tuvo que salir muy temprano en una misión en compañía de Kakashi, Itachi y todos los ex Akatsukis (que como se habían encariñado mucho con el rubio se fueron a vivir con él a Konoha).

-Hum, el dobe no regresará hasta en la tarde y como no estoy de humor para soportar a mis molestas fans mejor me voy a entrenar.

 

Camino al bosque se topó con Neji y Lee quienes paseaban tomados de la mano.

-¡Vamos, Neji! Hay que aprovechar nuestra juventud. ¿Qué te parece si hacemos una carrera alrededor de toda Konoha?

-Mmm –sonrió lujuriosamente-... Prefiero que aprovechemos nuestra juventud de otra forma –después de decirlo le lamió la oreja

-Ahh... Neji... estamos en público.

El ojiblanco ya le estaba besando el cuello.

-Entonces vamos a tu departamento, allí estaremos más cómodos.

 

Con molestia y celos el Uchiha dio media vuelta para cambiar el camino al bosque.

-<<Grrr... Ya quisiera poder hacerle eso al dobe>>

Pero en su nueva ruta se topó con otra parejita.

-¡¡Gaa-chan!! –Sai abrazaba con fuera al Kazekage de Suna

-¡Sai, me estás asfixiando! ¡Suéltame!

-¡No! Casi no podemos vernos, así que aprovecharé el tiempo al máximo, kukuku.

 

Ignorando que el otro Anbu le estaba metiendo mano al pelirrojo en plena vía pública, Sasuke siguió su camino aún más enfurruñado.

-¿Era el Uchiha? –preguntó Gaara

-Sí. Seguro está celoso porque aún no se le hace andar con Naru-chan.

 

Sasuke llegó al bosque y se puso a entrenar lanzando shurinkens y kunais, pero como por más que trataba no podía concentrarse, decidió sentarse a descansar bajo la sombra de un árbol, celoso y frustrado por ver que Sai y Neji ya tenían a los chicos que les gustaban.

-Ahhh –suspiró, cerrando los ojos-… Naruto...

 

-Es tarde, es tarde –escuchó una vocecilla y abrió los ojos de golpe, lo cual fue un grave error

Tuvo que cubrirse la nariz con ambas manos para detener la hemorragia nasal producto de lo que tenía frente a sus ojos: un Naruto vestido con un pegadísimo traje Anbu, unas orejitas y una esponjosa cola de conejo, miraba preocupado su reloj.

-Na... ru... to...

-No -le contestó-, soy el conejo Naru-chan, dattebayo.

-¿Eh?, ¿pero tú...?, ¿cómo...?

-¡Waaaa, es tarde! –gritó el conejito-, lo siento, pero tengo que irme –y se fue corriendo dejando al Uchiha estupefacto

 

Echemos un vistazo a la mente del azabache:

Acababa de toparse con Naruto en el bosque.

Acababa de toparse con Naruto con sus ropas de Anbu en el bosque.

Acababa de toparse con Naruto con sus ropas de Anbu y un reloj en el bosque.

Acababa de toparse con Naruto con sus ropas de Anbu, un reloj y unas orejitas y colita de conejo que lo hacían ver muy apetecible, en el bosque.

Tres... Dos... Uno...

-¡Ven acá, Naruto! –gritaba Sasuke mientras corría a toda velocidad- ¡Finalmente voy a hacerte mío, muajajajajajajaja!

 

El alegre conejito volteó hacia atrás debido al escándalo que se escuchaba. Entonces corrió como si su vida dependiera de ello porque le tenía pánico a la cara de maniático pervertido que el chico de ojos negros lucía.

-¡¿Por qué me persigues, ttebayo?!

-¡¿Por qué huyes de mí, dobe?!

-¡No soy dobe y se me está haciendo tarde!

 

Se detuvo al llegar frente a un agujero; se disponía a saltar cuando unos fuertes brazos lo apresaron por detrás.

-¿Qué haces? Suéltame, ttebayo, se me hace tarde.

-Tranquilo, Naru-chan –con una sonrisa lujuriosa le acariciaba las orejas-, ya verás que tú también lo disfrutarás –y se acercó a lamerle el cuello

-¡Waaaa, pervertido!

Forcejearon y debido al movimiento ambos cayeron por el agujero. Sasuke apretó al rubio contra su cuerpo para protegerlo de la caída.

 

Aterrizaron en una arboleda de cerezos. El conejito se zafó del agarre que ejercía el chico sobre él.

-Oye –lo llamó-, ¿estás bien?

Lo movió un poco, pero no funcionó, había perdido el conocimiento al aterrizar. Naruto consultó su reloj y suspiró.

-Lo siento, no puedo retrasarme más –le dio un beso en la mejilla-. Gracias por protegerme y cuídate, ttebayo.

 

Cuando Alicia, perdón, cuando Sasuke despertó, inmediatamente buscó a SU conejito rubio.

-¡¡Naru-chaaan!! ¡Vuelve! ¡Ni siquiera me diste un besito, kukuku!

-Nya, qué pervertido, Uchiha bastardo.

El aludido alzó la vista a un árbol y miró a cierto pelinegro con orejas y cola de gato.

-Copia barata, ¿y ése cosplay? –le preguntó con burla

-Nya, soy el gato Sai, Uchiha bastardo –decía mientras se tallaba la cara con el dorso de la mano-. Y te vi, kukuku -sonrió pervertidamente-, intentabas meterle mano al conejo Naru-chan.

-Eso no es de tu incumbencia.

-Y yo que planeaba ayudarte a encontrarlo, nya –notó que inmediatamente Sasuke volteó a verlo-. Pero como dijiste que no era de mi incumbencia, mejor me voy a visitar al mapache Gaara-chan.

-¡No, era broma! Dime a dónde se fue Naruto.

-Mmm... Voy a pensar si te ayudo, pero mientras lo tendrás que buscar solo, nya. Nos vemos –y desapareció en una nube de humo

-¡Maldito Sai, regresa!

 

Como el orgullo Uchiha no permite rendirse, Sasuke retomó su camino. En el trayecto se topó con una casita en cuyo jardín había una mesa donde bebía té cierto peligris con un sombrero que le cubría un ojo.

-¿Kakashi? –preguntó Sasuke

-Incorrecto, soy el sombrerero loco y es la hora de mi té. ¿Por qué no tomas asiento?

No teniendo otra opción el Uchiha se sentó en una de las sillas.

-¡Ratoncito! –gritó el sombrerero- ¡Tenemos invitados!

De la casita salió Iruka con unas orejitas de ratón muy lindas.

-¿Iruka-sensei? –preguntó, desconcertado

-¡Hola, soy el ratón Iruka! Mucho gusto –le contestó mientras servía té

-Ah... yo soy Uchiha Sasuke.

-¿Y qué te trae por aquí, Sasuke? –preguntó el sombrerero

-Busco a Naruto, digo, al conejo Naru.

-Pensé que dirías que buscabas cómo volver a tu casa –dijo Iruka

-No, primero debo encontrar a ese conejito –sonrió perversamente

-Esa cara de pervertido me recuerda a alguien –murmuró el ratón con escalofríos

-Kukuku, me agradas, Sasu-chan –dijo Kakashi-, así que te ayudaré. Veamos... seguro que el conejo Naru debe ir en camino al castillo, si vas allá podrás encontrarlo.

-Genial, entonces mejor me doy prisa –se bebió su té de golpe y de pronto comenzó a encogerse hasta medir unos treinta centímetros- ¡¿Qué demonios es lo que me hicieron?!

-¡Kakashi! –gritó Iruka- ¡No me digas que volviste a cambiar el té para los invitados por la pócima para encoger!

-Mmm... No lo recuerdo, quizá sí, quizá no.

-¡Maldición! Pues dime la forma para que vuelva a la normalidad.

-Debes comer una de las asquerosas galletas hechas por las gemelas que viven más al frente, tú sólo sigue el camino amarillo. Y ten cuidado, que esas chicas están locas.

-Suerte, Sasuke-kun.

-Hum.

 

Mini Sasuke caminó y caminó (realmente no era mucha la distancia, pero como era tan chiquito le parecía más larga) hasta que finalmente llegó a una casita pintada con colores rosa y morado.

-Tengo un mal presentimiento –murmuró con un tic en la ceja

Junto a la puerta estaba el gato Sai lamiéndose la mano.

-Nya, qué enano estás, Uchiha bastardo.

-Déjame en paz, copia barata... Un momento, ¿qué haces aquí?

-Vine a burlarme de ti, perdón, vine a ver cómo te iba.

-Haz algo útil y toca el timbre, necesito una de las galletas de las gemelas de aquí.

-¿De ese par de feas? Será mejor que lo hagas rápido o son capaces de violarte –y tocó el timbre

-¡Voy! –oyeron gritar desde adentro

-Bueno, lo demás depende de ti, nya –y desapareció, otra vez

-¡Espera!

La puerta se abrió y se divisó a una chica pelirosa.

-Ay, no...

-¡Kyaa! ¡Sasuke-kun!

-¿Qué?, ¿Sasuke-kun? –una rubia llegó corriendo a la puerta

-¡¡Sasuke-kun está en nuestra casa!! –gritaban ambas, emocionadas

-¿Se puede saber cómo es que saben mi nombre?

-¿Bromeas? –dijo Sakura- Quién no conoce al guapo y sexy Uchiha Sasuke. Seguro te han llegado rumores sobre mi deslumbrante belleza y por eso has venido.

-Ya quisieras, frontuda –dijo Ino-. Es obvio que Sasuke-kun vino por mí.

-Ni loco escogería a una de ustedes –dijo el chico-. Sólo quiero una de sus horribles galletas para volver a mi tamaño real.

Ambas chicas se miraron.

-De acuerdo –dijo la de cabellera rosa-, pero...

-A cambio serás nuestro novio, una semana la frontuda, otra semana yo.

-¡¿Qué?! ¡Primero muerto!

-Entonces dile adiós a la galleta –contestó la rubia

La mente del Uchiha estaba en una crisis.

-<<Si no acepto no podré volver a mi tamaño real y no encontraré a mi zorrito-conejito, pero si acepto tendré que soportar a estas dos monstruosidades. Rayos, ¿qué hago?>>

Las chicas sonreían malévolamente mientras sostenían una galleta con forma de estrella con doce picos (es que la galleta estaba muy deforme).

-… Está bien, ace...

-¡Alto ahí!

La puerta explotó y por ella entraron un chico de cabello negro que usaba un traje verde con mallas del mismo color y otro chico de ojos blancos usando un... ¿vestido verde con un par de alitas en su espalda?

-Por el poder de la juventud no permitiremos que dañen a este pobre e indefenso chico –decía el de grandes cejas

-¿Quiénes son ustedes? –preguntó Sasuke, desconcertado

-Yo soy Peter Lee  y él CampaNeji. Y hemos venido a salvar a Sasuke-kun.

Sin más que decir, Peter Lee comenzó a pelear con Sakura e Ino bajo la mirada de los otros dos.

-¿Qué no ustedes son de otro cuento? –preguntó el Uchiha

-Es que la autora quería que saliéramos más en el fic, pero ya no quedaban papeles disponibles.

 

Después de dejar inconscientes a las gemelas que en realidad no se parecían en nada, salvo que estaban igual de locas, Peter Lee se alzó triunfante y le dio la galleta al Uchiha.

-Aquí tienes, Sasuke-kun.

-¿Y tú cómo sabes mi nombre?

-Mientras pasábamos por aquí un gato llamado Sai nos habló de ti y decidimos venir a salvarte –dijo, sonriendo

El pelinegro azulado se comió la galleta y casi muere por el horrible sabor, pero más rápido de lo que se puede decir yaoi, había recobrado su tamaño real.

-Kukukuku, ahora podré ir a perseguir a mi conejito –y se fue corriendo

-Ahhh, qué bien se siente ayudar a los demás –decía Peter Lee

-Ni siquiera dio las gracias –señaló CampaNeji

 

A una velocidad digna del clan Uchiha y sólo comparada con la de Flash, Sasuke corrió hasta divisar el majestuoso castillo que curiosamente se parecía a la Torre del Hokage. Atravesó los jardines llenos de rosales y allí se topó con dos sujetos vestidos con gabardinas negras con corazones rojos estampados en ellas.

-¡No! –lloraba uno que parecía planta-, Kakuzu, ¿cómo puedes cometer tal atrocidad?

-No seas exagerado, Zetsu –replicó el otro-. Sólo estoy cumpliendo las órdenes de su majestad, hasta estoy utilizando poca pintura para pintar las rosas.

-Snif, snif, pero pobrecitas, son hermosas con su color natural.

-Zetsu, ¿qué te parece si en lugar de hacerme gastar saliva y tiempo, mejor te vas a hacer fotosíntesis?

-Eso he estado haciendo, ¿por qué crees que no me he movido?

-Cofcof.

Ambos guardias voltearon a ver al recién llegado.

-Hola, chico con peinado de cacatúa –saludó la planta

-¿Por qué están pintando esas rosas? –lo miró de mala manera al haber sido llamado así

-Porque su majestad quiere ver rosas amarillas, no blancas. Ahora vete de aquí, me haces perder mi valioso tiempo.

El Uchiha iba a protestar cuando de pronto divisó unas orejitas de conejo sobre una cabellera rubia.

-Por fin –dijo con su cara de pervertido y se fue

-Presiento que alguien va a perder la virginidad –dijo Zetsu

-Estoy de acuerdo –miró los rosales, pensativos-... ¿A cuánto podré vender estas rosas pintadas?

-… Avaro.

 

-Uff –suspiraba el conejo Naru consultando su reloj-, llegué justo a tiempo.

Iba a seguir caminando, pero sintió cómo fue apresado por unos fuertes brazos.

-Por fin te atrapé –le susurraron al oído-, mi conejito.

-¡Waaa! Eres el chico de antes.

Se preguntarán cómo es que el azabache llegó primero, pues eso fue porque Naruto se detuvo en el camino a comer ramen.

-¿Me extrañaste? –le lamió el lóbulo

-Ah... detente...

-¿Mm? No pareces querer que me detenga –sus manos descendieron por los muslos del chico

-E-Espera... ahh...

-Llámame Sasuke... Naru... to...

Unas trompetas comenzaron a sonar y las puertas del castillo se abrieron.

-Ahhhh, ya es mediodía –decía Tsunade, feliz-, hora del sake y de ver a mi chico lindo.

-No deberías beber tanto, mujer –le dijo Jiraiya

-Oye, yo no digo nada de tus libros pervertidos.

-Mis libros son educativos y filosóficos.

-Sí, cómo no. Oh, aquí está mi conejito consentido.

La rubia sonreía, pero una de sus cejas tembló al ver a cierto pelinegro metiéndole mano al conejito sin importar quién los viera.

-¡¡¿Qué crees que estás haciendo?!! –gritaron los reyes

-¡Kyaa! –gritó Naruto- ¡Tsunade obaa-chan, Ero-sennin!

-Es reina y rey, Naru –le corrigió el peliblanco

-¡Tú! –señaló la rubia al intruso- Quítale tus sucias manos de encima a mi conejito.

-¿Tuyo? –repitió, molesto- Para tu información él es mío, vieja –le mordió el cuello al pequeño para marcarlo de su propiedad

-Ahh... Sasuke...

Todos los guardias, que se parecían sospechosamente a los ex akatsukis, y el rey Jiraiya retrocedieron asustados: era bien sabido por todos que la alcohólica reina era muy sobreprotectora con el conejo Naru. Un duelo de miradas se apreciaba entre el azabache (que aún no soltaba al ojiazul) y la rubia.

-Muy bien –dijo ella-, tú lo has querido, chico. Tendremos un combate y el que gane se queda con Naru.

-Estoy de acuerdo.

-Hey –intervino Naruto-, ¿y yo no puedo opinar sobre mi vida?

-No –contestaron los otros dos

-Eso es injusto –lloriqueó

De quién sabe dónde Tsunade sacó unas cajas llenas de botellas con sake.

-El que beba más será el ganador.

-¡¿Qué?! –él sabía que sería muy difícil ganarle a la bebedora número uno

-Si no quieres participar, vete alejando de mi Naru-chan.

El Uchiha volteó a ver al conejito rubio: era sencillamente hermoso, no podía darse el lujo de perder y que lo alejaran de semejante criatura.

-Comencemos, vieja –agarró una botella y se la bebió de un golpe

-Aún eres demasiado joven, mocoso.

 

Muchas botellas después, ambos estaban totalmente ebrios, pero ninguno se daba por vencido, hasta que finalmente Tsunade cayó dormida y comenzó a roncar a pierna suelta.

-Muajajajaja, sabía, hic, que ganaría. Ahora reclamo mi, hic, premio.

Jaló a Naruto y lo sentó en sus piernas. El conejito miró a su alrededor, asustado, pero por razones muy misteriosas que ni la autora sabe, los dos se encontraban totalmente solos, es decir, el lobo había atrapado a su presa.

-Finalmente te tengo entre mis brazos –decía Sasuke mientras le lamía el cuello

-Ahh... es... pera... –gemía debido a que las manos del Uchiha estaban recorriendo todo su cuerpo, y cuando digo todo, es ¡todo!

Le quitó la ajustada camisa y lo recostó en el suelo, posicionándose él entre sus piernas.

-He deseado hacerte esto desde hace mucho, mucho tiempo.

Justo cuando se disponía a quitarle el pantalón, escuchó a alguien que lo llamaba.

-Sasuke, oye, Sasuke, ¿estás bien?

 

El Uchiha abrió los ojos, topándose con una intensa mirada azul.

-¿Naru... to?

-Quién más, teme –le dijo, sonriendo

Fue entonces cuando Sasuke se dio cuenta de que estaba acostado bajo la sombra de un árbol del bosque y que todo el equipo con el que el rubio había ido a la misión lo rodeaba.

-Parecía que tenías un sueño muy agradable, otouto baka –dijo Itachi

-¡Déjame en paz! Dobe, tengo que hablar contigo –lo jaló de brazo para llevárselo lejos

-¿Creen que por fin se le declare? –cuestionó el líder Pain

-Yo apuesto a que sí –opinó Deidara

-Tobi opina igual que Deidara-senpai

-Yo digo que en vez de declararse se lo va a explicar con acciones –dijo Itachi

-Estoy de acuerdo con Itachi-san –apoyó Kisame

-Si están tan seguros, apostemos –propuso el rubio

-De acuerdo.

-Sasori-san –llamó el artista-, ¿de lado de quién estás?

-Mmm... Yo concuerdo con Itachi y Kisame.

-Yo también apuesto –entró Zetsu-, pero a favor de Deidara y Tobi.

-Hashin prohíbe las apuestas –se justificó Hidan

-Ni piensan que voy a arriesgar mi dinero –dijo Kakuzu-... Aunque si lo hago podría ganar más... Qué gran dilema.

-<<Nadie que los viera en este momento creería que eran el grupo de criminales más peligrosos que han existido>> -pensaba Kakashi leyendo su Icha Icha Paradise

 

Los dos amigos/rivales/novios no oficiales (toda la aldea estaba esperando que formalizaran su relación) llegaron junto al lago.

-¿Qué quieres decirme, Sasuke? –preguntó el rubio

-Naruto, yo... te... –lo jaló hacia su pecho, lo cual hizo sonrojar al rubio completamente

-Sasuke...

-Me gustas más como zorrito que como conejito –le susurró

-¿Eh?

Lo sujetó del mentón y le plantó un apasionante beso marca Uchiha. Después de separarse se miraron y sonrieron.

-Ya era hora, Sasuke teme, me estaba cansando de esperar.

 

Ese día finalmente Sasuke Uchiha y Naruto Uzumaki se volvieron novios oficiales y le dijeron adiós a su virginidad. Ah, y si se preguntan quiénes ganaron la apuesta, pues quedaron en empate porque estaban tan ocupados discutiendo que olvidaron ir a espiar a la parejita.

 

FIN

THE END

OWARI


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).