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La Bestia Verde de Hanoko por Higary

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Notas del capitulo:

Higary: Hola de nuevo, queridas lectoras y lectores por si hay alguno n.n Ya sé, tanto Eli como yo deberíamos actualizar nuestros fics, pero en mi caso la inspiración ha decidido ponerse en huelga, y ya saben que no me gusta forzar mis escritos ¬¬ pero trataré de inspirarme porque esta semana se supone estaré ligera de trabajos. Bueno, pasando al fic, como creo que ya mencioné en otro, estoy dando mi servicio social es una escuela leyendo cuentos a niños de 7 u 8 años, y precisamente este oneshot está basado en uno de ellos, que se titula "Un cuento de hadas para conejos", claro que mi hermana le hizo sus respectivos cambios. Sin más por mi parte les dejo para que lean, ya saben que aceptamos quejas, sugerencias, felicitaciones, flores, pedradas, jitomatazos y demás =^u^=

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Eli: Wiii, aquí esta otro cuento que la verdad me quedó muy dulce, es el primero que hago de esta pareja {lean para que sepan quienes son ^u^} el fic de Dime, aún no lo he terminado, ya que quiero que sea el final y como me está saliendo largo tal vez se divida en dos, así que porfa ténganme un poco de paciencia. Me voy por que mi sobrinito me llama, bye bye

P.d  Espero sus review

"EL TESORO DE LA BESTIA VERDE DE HANOKO"

 

Un pequeño niño estaba en cama, no podía dormir pues hacía un par de horas que había tomado una siesta, así que llamó a su papá.

-¿Qué pasa? -preguntó el hombre mayor entrando al cuarto- Ya es tarde, deberías de estar dormido.

-Pero no tengo sueño, papá. ¿Por qué no me cuentas una historia?, tal vez así me duerma -dijo el pequeño con ojos suplicantes

Observó a su hijo y luego pensó:

-<<¿Otra vez?, ¿por qué "él" no lo hace?>> -resignado se acomodó a un lado de la cama

-Bien, te voy a contar cómo Uzumaki Naruto llegó a ser el líder de Konoha.

-¡No quiero! Eso ya me lo sé de memoria de tantas veces que lo he escuchado.

Eso era verdad. Naruto era tan famoso por sus hazañas e inclusive por su matrimonio con Uchiha Sasuke quien fuese su amigo, rival y ahora esposo, con quien tenía dos pequeños, una niña y un niño. El mayor estaba presionado, ahora no sabía qué hacer, cuando de pronto una idea llegó a él, aunque le haría unos pequeños ajustes.

-¿Qué te parece si te cuento la historia de un joven mitad humano mitad mapache y su enfrentamiento con una bestia?

-Sí, sí, cuenta, cuenta -decía muy entusiasmado el niño

-Pon atención al relato.

 

Hace mucho tiempo en una aldea llamada Hanoko habitaba una bestia verde.

 

-¿Verde?, ¿qué tan verde?

-Muy verde -respondió el padre

-¡¡Oh!! Sigue por favor, papá.

-Bien.

 

La bestia verde de Hanoko era muy poderosa y hábil, siempre derrotaba a aquellos que le retaban para obtener su valioso tesoro...

 

-¿Un tesoro?, ¿qué era?

-Deja de interrumpir sino, no podré contarte.

 

Nadie sabía qué era ese tesoro, pero sí que era muy importante para la bestia. Un día, el mitad mapache había escuchado sobre la bestia y el tesoro, entonces partió con rumbo a la aldea. El mitad mapache se consideraba lo suficientemente fuerte para derrotarlo, pero en el trayecto, y casi llegando a su destino, sus provisiones se habían agotado y como tenía tanta sed y hambre cayó desmayo

 

-¿Qué le ocurrió? -volvió a preguntar el menor

 

Cuando recobró el conocimiento se dio cuenta de que estaba acostado bajo la sombra de un árbol. Se sentó para inspeccionar el lugar pero de pronto se escucharon unos ruidos que provenían de los arbustos; entonces se puso en alerta cuando de pronto...

 

-¿Era la bestia?

-No. Era un chico.

-¿Un chico?

-Sí.

 

De entre los arbustos salió un chico delgado y de cabellos negros.

-No te asustes. No te lastimaré -le dijo el chico

-¿Quién eres?

-Yo sólo andaba de paso y te vi tirado en el suelo.

-¿Tú fuiste quien me ayudó?

-Sí.

-Gracias -le dijo el mapache al joven quien ante el agradecimiento sincero se sonrojó

-No... No es nada, yo... sólo quería ayudar -le respondió el joven nervioso ante la atenta mirada del otro-. Toma, conseguí un poco de agua y comida para ti. Come por favor.

Después de haberse satisfecho el mapache hizo una pregunta.

-¿No te incomodo? -pero el joven no entendió lo que preguntó- ¿Que si no te molesta que sea un mitad hombre y mitad mapache? -especificó

-¡¡No!! A mí me gustas... eh... bueno, quiero decir, que está bien tal como eres -le había dicho sinceramente

-Eres la primera persona que me dice esas palabras -le hizo saber el mapache y en su rostro se dibujó una hermosa sonrisa que el chico le correspondió

-¿A dónde vas? - preguntó con curiosidad

-A Hanoko.

-¿Hanoko?, ¿Para qué?

-Voy en busca de alguien -le dijo. Entonces un sonido se hizo escuchar en todo el lugar

-Me tengo que ir -se apresuró a decir el joven-. Espero volver a verte -se despidió dándole un beso en la mejilla

-Ya se fue y no le pregunté su nombre -dijo el mitad mapache-. Ojalá le vuelva a ver -y soltó un suspiro al aire. Retomó su camino con dirección a encontrarse con la bestia y obtener lo que tanto deseaba, "El Tesoro". Aunque desconocía lo que era, deseaba obtenerlo a como diera lugar.

En un abrir y cerrar de ojos dio con la casa de la bestia verde de Hanoko. La casa era normal, tenía un jardín con muchas flores y pájaros cantando. Sin esperar más se dirigió a la puerta y tocó  tres veces, entonces se abrió la puerta y se sorprendió al ver delante de él a...

 

- A la bestia, ¿verdad, papi?

- Sí.

- ¿Y cómo era? -preguntó el pequeño- Apuesto que tenía garras filosas y unos colmillos enormes.

- Te equivocas.

- ¿Eh?

- Escucha...

 

El mitad mapache se sorprendió al ver a un hombre humano y como pensó que se había equivocado de casa le preguntó al hombre:

-Disculpe, creo que me he equivocado -dijo-, ¿podría decirme dónde puedo encontrar a la bestia verde de Hanoko?

-No te has equivocado, chico, yo soy a quien estás buscando -contestó al fin dejando ver una sonrisa brillante

-Vaya, no tenía idea -expresó el mapache-. He venido desde muy lejos puesto que deseo que me de el tesoro que guarda con recelo -le hizo saber

-Ja -se bufó el hombre-. Han venido cientos de seres vivos y han sido derrotados por mí, ¿qué te hace pensar que un niño mitad mapache como tú podrá lograr lo que otros no? -le preguntó- Para que veas que no soy tan malo te reto a tres pruebas.

-Acepto -respondió con confianza

-Y para que no digas que hago trampa, las pruebas serán observadas por alguien para que no quepa duda alguna. ¡Lee! -llamó la bestia

 

-Se llaman igual -dijo el pequeño con asombro a lo que su padre asintió

 

Entonces salió un chico, y no era cualquier chico, sino era quien había ayudado al mitad mapache. Cual fue la sorpresa de ambos jóvenes al verse.

-Lee, este chico ha venido a retarme y yo he impuesto tres pruebas, así que quiero que tú observes para que no haya duda.

-Bien -le respondió

-De acuerdo, la primera prueba será de velocidad -dijo la bestia humana-. Veamos cuál de nosotros es más veloz. Daremos una vuelta a la casa y el que llegue primero será quien gane.

-Suerte -le dijo Lee dándole ánimos al mapache

-Gracias.

Entonces detrás de la línea de salida Lee hizo cuanta regresiva.

-Tres... dos... uno... ¡Cero! -gritó y ambos salieron disparados

 

-El mapachito ganó, ¿verdad?

-No, hijo. La bestia fue quien llegó primero como si nada, mientras que el otro llegó poco después muy cansado y sucio.

-¿Por qué?

-Pues porque detrás de la casa había diferentes obstáculos.

-Pobrecito -dijo con pena el pequeño

-Continuo.

 

-¿Eso es todo? -se burló- Estás muy lejos de superarme -pero el mapache no respondió

-¿Estás bien? -le preguntó Lee

-Sí -respondió un poco triste por su derrota

-No te preocupes, diste lo mejor de ti -le animaba mientras limpiaba su cara que estaba llena de tierra

-Gracias -dijo de nuevo

-La segunda -comenzó a decir la bestia- es ver quien puede cortar más troncos con la hacha.

-Cuando digas -dijo a Lee estando ya en sus posiciones

-¡Ahora! -contestó y ambos comenzaron a partir los troncos a  la mitad

 

- ¿Ganó esta vez?

- No.

 

La bestia era muy fuerte y había terminado de cortar toda su parte mientras que el mapache no iba ni a la mitad.

-Te vencí de nuevo -dijo y el mapache nuevamente quedó en silencio

-Déjame curarte las manos -le pidió Lee

-Perdí -al fin dijo el mapache

-Lo sé, pero... se que estás dando lo mejor de ti y eso es más importante que ganar, así que esfuérzate como hasta ahora y tal vez ganes la última prueba -le animaba

-Tienes razón.

-Si ganas esta última -comenzó a decir la bestia- te daré por vencedor.

-Estoy listo.

-Así me gusta. La última prueba es ver quien es mejor cantando.

-¡¿Qué?!

-Lo que escuchaste, y lo haremos frente a la personas.

Y como lo dijo la bestia, ahora se encontraban frente a varias personas y cada quien con micrófono en mano.

-Hola, gente de Hanoko. Yo, la bestia verde, cantaré para ustedes y espero recibir sus aplausos.

 

-¿De qué se trató la prueba papi?

-Pues tenían que cantar y a quien aplaudieran más sería el ganador.

-Ya veo.

 

La bestia comenzó a cantar la macarena.

 

-¿La macarena?

-Sí, hijo, cantó La macarena -decía el padre del pequeño mientras movía la cabeza en forma negativa

 

Entonces siguió el turno del mapache, éste estaba muy nervioso pues nunca en su vida había cantando. A lo lejos pudo ver a Lee quien con una sonrisa le decía que él podía hacerlo, y el mapache muy feliz por su apoyo cantó como nunca en su vida.

 

-¿Qué canción fue?

-Michi to you all - (segundo ending de Naruto Shippuden n.n)

-Guau, ¿y ganó esta vez?

-No, volvió a perder.

-Pobrecito -comenzó a sollozar el niño-, debió de haberse puesto muy triste.

-No fue así -le respondió su padre mientras le limpiaba las pequeñas lágrimas

 

La bestia fue quien obtuvo más aplausos porque había cantando muy bien, mientras que el mapache cantó un poco desafinado y obtuvo menos. Pero estaba feliz porque había dado su mejor esfuerzo y tal vez para la siguiente oportunidad vencería.

-Bueno jovencito, como has visto yo he sido el triunfador de nuevo.

-Sí, y admito mi derrota.

-Felicidades -dijo Lee mientras le daba un gran abrazo al mitad mapache-, diste lo mejor aunque no hayas ganado.

-Sí, ahora me marcho.

-¿Te vas?

-Me gustaría quedarme aquí contigo, pero es hora de volver a casa, ojalá algún día me vayas a visitar.

-Entonces llévame contigo -dijo de inmediato

-Lee -habló sorprendido el mapache

-En ese caso -habló de pronto la bestia- cuídalo, Lee es mi gran tesoro y ahora es tuyo.

-¡¿Qué?! -preguntó más sorprendido aún

-Lo que escuchaste, él es mi mayor tesoro, es como un hijo para mí. Además me habló sobre el chico que había conocido en el bosque y cuando te vi supe de inmediato que eras tú. Lo de las pruebas fue para ver qué tipo de persona eras y no me defraudaste, ahora entiendo por qué Lee se enamoró de ti.

Al escuchar esto, tanto Lee como el mapache se sonrojaron, pues al mapache también le había gustado mucho Lee por su amabilidad, optimismo y haberle salvado la vida. Entonces ambos se marcharon hacia el hogar del mapache y vivieron felices para siempre, claro que la bestia verde iba a visitarlos de vez en cuando. Fin.

 

-¿Te gustó? -preguntó al niño

-¡Sí!

-Bien, ya es hora de dormir -y arropó a su hijo quien inmediatamente se durmió

-Me gustó la historia -decía una persona parada en el marco de la puerta

-Lee, ¿desde cuándo has estado ahí? -quiso saber su esposo

-Creo que desde la segunda prueba. Me recordó cuando Gai-sensei te hizo hacer varias cosas, como cuando tuviste que nadar en el lodo y atrapar ranas, o cuando te hizo bailar frente a todos -dijo esbozando una sonrisa

-Sí, todo porque no quería que me llevara a su alumno -dijo mientras lo abrazaba

-Pero se pasó en algunas cosas -le correspondió hundiendo su cabeza a un lado de su cuello

-Pero no importa porque valió la pena. Ahora estamos juntos y me has dado un hijo, soy feliz muy feliz, te amo.

-Yo también te amo, Gaara.

Se dieron un tierno beso y se fueron a su habitación a profesarse todo el amor que sentían el uno al otro. Sí, después de todo lo que le hizo pasar Maito Gai para separarlos, al final no lo consiguió y aceptó su relación.

-Por cierto, Gaara, mañana viene a pasar unos días con nosotros Gai-sensei...

 

Cri... cri...

 

¿fin?


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