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A través de las manos... Y llegará el amor por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola de nuevo, gente bonita. En realidad quería que este oneshot estuviera listo para San Valentín, sin embargo como mi ciudad natal estuvo azotada por sismos durante varios días no había tenido tiempo de ponerme a escribir, pero ahora sí aquí se los traigo, mi primer trabajo de Fullmetal Alchemist, así que espero les guste. Para la historia tomé referencias de dos doujinshis, la parte de Roy es de "Empty Shell", y la de Edward de "Lovely cool fake" (ambas historias son hermosas T_T), y lo de las manos lo dijeron en la película de La Cenicienta 3 (sí, la vi, muajajajaja). Ejem, sin más que añadir las dejo para que lean y esperaré sus comentarios con críticas, quejas, sugerencias, felicitaciones, jitomatazos, flores y demás XD (Kyuubi: Recuerden la lección #321 de la guía de supervivencia de Higary-chan: No molesten a los floreros de vidrio, porque en caso de temblor son los primeros en atacar ¬¬) Ejem, ya no me recuerdes eso, Kyuu-chan ;_; Mejor pasemos al fic: ¡¡A leer!!

Aclaraciones: La primera parte de la historia es de Roy, así que en letra cursiva estarán sus pensamientos. La segunda parte es la historia de Ed, y por lo tanto lo de cursiva serán sus pensamientos. La serie y los doujin pertenecen a sus respectivos autores. Ah, y no, no hay ni siquiera alusión de royxal ¬¬

A TRAVÉS DE LAS MANOS... Y LLEGARÁ EL AMOR...

 

El coronel Roy Mustang se encontraba en su oficina firmando unos papeles. De pronto se quedó contemplando fijamente sus manos, recordando algo que escuchó de una de sus tantas amantes.

"Dicen que a través de las manos puedes detectar al amor de tu vida"

Desde que aquella mujer le contó eso, siempre que salía con alguien le tocaba las manos para ver si podía sentir algo inusual, especial, pero nunca lo encontró... Hasta aquél día.

 

FLASH BACK

 

Edward y Alphonse habían vuelto a la Ciudad Central después de uno de sus tantos viajes. Los hermanos iban rumbo a la oficina del coronel para entregar su informe, pero antes de tocar la puerta ésta se abrió de golpe tirando al pequeño rubio.

-Ah, Fullmetal –comentó Roy como si nada al verlo en el suelo-, no sabía que estabas aquí. Eso te pasa por estar tras la puerta.

-¡¿A quién le llamas enano que puedes pisotear sin darte cuenta?! –reclamaba desde el piso

-Nii-san, el coronel no dijo nada de eso.

-Sigues igual de escandaloso, enano.

Le extendió la mano para ayudarlo a levantarse y en cuanto hizo contacto con el chico, ambos tuvieron una extraña sensación proveniente de donde sus manos se unían.

-…

-… Coronel –por fin reaccionó el alquimista-, ¿podrías regresarme mi mano?

Con algo de desconcierto, el pelinegro lo soltó y recibió el informe que le extendía el menor de los Elric.

-Allí está todo lo que descubrimos en el viaje y ya nos vamos porque queremos descansar –dio media vuelta para irse, pero Roy le detuvo

-Necesito hablar contigo, así que quiero que te presentes mañana temprano... solo –añadió como quien no quiere la cosa

-Mmm... Está bien –accedió, no muy contento de que excluyeran a su hermanito

-Con su permiso, coronel –el siempre educado Al se despidió del de ojos negros antes de seguir a su Nii-san

 

FIN DEL FLASH BACK

 

Todavía lo recuerdo claramente. Esa mañana conversamos de temas muy triviales, sólo para pasar el rato. A partir de ahí siempre que teníamos oportunidad nos reuníamos, ya fuera para comer o al menos charlar un poco y con el paso de los días nos acercamos más y más, hasta el día en que me atreví a robarle un beso... y luego él me abofeteó. Fue difícil lograr convencer a Edward de que yo iba en serio, y lo admito, fue mi culpa por coquetear con mujeres incluso cuando lo tenía a él, además, y ahora me arrepiento de ello, no fui precisamente muy afectivo que digamos, le decía que lo quería, pero él deseaba oírme decir "Te amo", cosa que pocas veces logré hacer. Estoy seguro de que Ed habría sido feliz si le hubiese dado algún regalo de vez en cuando y no simplemente limitarme a demostrarle mi cariño con besos y caricias. Poco a poco el tiempo que compartíamos disminuía debido a su deseo por recuperar el cuerpo de su hermano, aunque cuando estábamos juntos no dudaba en entregarse a mí completamente. Y llegó aquella noche... la última en la que lo tuve entre mis brazos.

 

FLASH BACK

 

Ed se encontraba recostado en la cama mirando fijamente sus manos, mientras Roy bebía una taza de café y veía la lluvia caer a través de la ventana de su departamento.

-Coronel –lo llamó el rubio-, he estado pensado últimamente y hay algo que quiero decirte.

-¿Qué?, ¿acaso quieres terminar conmigo? –preguntó con fingido rencor

-No es eso –agachó la cabeza-. ¿Sabes? Si tú murieras, yo... no lloraré por ti.

-¿Por qué dices eso? –preguntó, arqueando una ceja

-Déjame terminar. Yo no lloraré por ti, así que tú tampoco... puedes llorar si yo dejo de estar aquí.

-¿Acaso ha pasado algo? –se acercó al menor, ocultando su preocupación por aquellas palabras

Edward recibió gustoso la mano que acarició su mejilla con suavidad.

-Es una promesa –sonrió-, ¿de acuerdo?

-… Está bien.

 

FIN DEL FLASH BACK

 

Esas palabras que me dijiste... no se oían como tú. Entonces ocurrió el final de tu largo viaje y lo diste todo para recuperar a tu querido hermano, aún si eso incluía que te tuvieras que sacrificar. Ése niño, tu valiosa familia, sin recordar nada vino a verme porque quería saber de ti, deseaba escuchar acerca de su adorado hermano mayor y fue por ello que me atreví a hablar con alguien acerca de ti... por primera vez desde que te habías ido.

 

FLASH  BACK

 

La teniente guió al pequeño Alphonse ante Mustang. Éste a su vez lo llevó al techo para que pudieran hablar más tranquilamente.

-Me reconoció al instante, señor. ¿Me conocía de antes?

-La primera vez que fui a tu casa vi una fotografía donde aparecías con él, también me di cuenta al escuchar tu voz, aunque se oye diferente sin la armadura. Además –sonrió-, no cabe duda de que eres su hermano, te le pareces mucho.

-¿De verdad? –preguntó, emocionado- Como yo me parezco más a mamá y mi nii-san a papá, jamás había escuchado que alguien dijera que nos parecíamos.

-Jajajaja –miró al cielo-. Adelante, puedes hacer la pregunta que viniste a hacerme.

-Sí. Yo... no recuerdo realmente nada hasta que intentamos revivir a mamá. Winry, la abuela e incluso Rose-san me han contado mucho de cuando estuve como armadura, también sé que mi nii-san se sacrificó para traerme de vuelta. En ese momento... juro que escuché su voz, me dijo que yo debía volver primero y que él me seguiría, pero al abrir los ojos no estaba conmigo.

-¿Alphonse...?

-Lo que quiero... es oír hablar del nii-san que yo no recuerdo, coronel. Si lo hago, podré conocer de nuevo a mi nii-san. Además no puedo rendirme, porque estoy seguro que en algún lugar él sigue esforzándose. No podría verlo a la cara si yo no hiciera lo mismo.

-Puede que tengas razón –el pelinegro sonreía con melancolía

-Todavía pienso que... en alguna calle, al doblar la esquina, podré encontrarme con él. Jejeje, quién sabe, quizá si alguien le llama enano u hormiga aparecerá corriendo de pronto muy molesto.

-Hum... ¿Lo probamos?

-¿Eh?

Roy tomó aire para gritar con fuerza.

-¡¡Enano!!

-Eh –Al también gritó, aunque un poco más bajo-... ¡Alubia!

-¡¡Mini alquimista!!

-Ah... ¡Hormiga!

Y así estuvieron gritando durante varios minutos hasta que se cansaron.

-Parece que no funciona –murmuró decepcionado Roy

-Es verdad... Creo que ya debería irme, me deben estar esperando. Coronel, muchas gracias por haber hablado conmigo.

-Sí, cuídate mucho.

-Usted también, coronel.

Se dieron la mano. Roy lo miró fijamente. No percibía lo mismo que cuando tocaba a Ed, pero aquella mano le pertenecía a la persona a quien su querido rubio más deseaba proteger en todo el mundo. Lo jaló para abrazarlo con fuerza. Ése era el mismo niño que siempre lo miraba feo desde que se había enterado que mantenía una relación con su hermano mayor.

-Lo siento –se disculpó Mustang, separándose

-No, está bien -Al lo miraba seriamente-. Coronel... ¿tú amas a mi hermano?

-… No me amenazarás de nuevo, ¿verdad?

-¿Eh? –lo miró sin comprender

-No es nada –sonrió y le puso una mano en el hombro-. Bienvenido, Alphonse.

-<<No cabe duda de que el coronel es como yo –pensaba el rubio, sonriendo-. Ama mucho a nii-san>> Gracias...

 

FIN DEL FLASH BACK

 

Tu hermanito resultó ser muy astuto, porque aún sin memoria se dio cuenta de mis sentimientos. Recuerdo que ese día, después de que me quedé sólo en el techo, te grité de muchas formas, insultándote, para ver si salías alegando como siempre, pero al no obtener tu respuesta... las lágrimas cayeron por mis ojos... incluso por aquél que perdí en batalla. Sé que te había prometido que no lloraría, aunque era muy doloroso pensar que no te volvería a ver. Pero tú no dijiste "si yo muriera", cambiaste las palabras a "no estar ahí", porque estoy seguro de que siempre creíste que tenías una oportunidad. Como lo dijo tu hermano, yo quería confiar en que estarías en algún lugar esforzándote, de pie, sin rendirte. Y resultó que sí lo estabas, y como siempre tenías que meterte en problemas. Por estar peleando ni siquiera tuvimos tiempo de vernos más que unos pocos segundos. Y por segunda vez tuve que mirarte partir, pero esta vez no lo hiciste solo, tu hermano te siguió. A veces aún le tengo envidia por haber hecho algo que yo también deseaba. Ahora estoy aquí, continuando con mi vida, como ustedes dos lo estarán haciendo. Ed, yo aún estoy triste, pero sigo recordando la calidez que tenía tu cuerpo la última noche que compartimos. Voy a seguir esforzándome, cumpliré con mis objetivos y quizá un día decida asentar cabeza, por eso, de todo corazón espero que encuentres a alguien especial y que te haga muy feliz, tanto como yo no pude hacerlo, para que siempre sonrías donde quiera que estés...

 

**********

 

Edward Elric, estudiante de la universidad, se encontraba en su escritorio leyendo unos documentos. Aún faltaba una hora para que tuviera que salir rumbo a sus clases. Podía escuchar a Alphonse y Noah preparando el desayuno.

 

Recuerdo que estaba anocheciendo cuando lo encontré en el campus. A pesar de que en este mundo ya había encontrado a varias personas que yo conocí, como a Hughes, tan enamorado de Gracia como siempre, e incluso a Heiderich con quien conviví, no pude evitar impresionarme cuando me topé con él, tenía el mismo cabello y ojos negros, así como la piel blanca, sólo que lucía un poco diferente. No pude contenerme, fue como si algo me impulsara a acercarme a él.

 

FLASH BACK

 

Las clases de aquella mañana estaban por comenzar. Ed caminó hasta pararse junto a aquél pelinegro que había llamado su atención.

-¿Puedo sentarme junto a ti? –le preguntó el rubio

-Claro –contestó el otro, examinándolo un poco con la mirada

-Oye, ¿cómo te llamas? –cuestionó mientras tomaba asiento

-Roy Mustang.

El más bajo sonrió victorioso.

-¿Puedo llamarte simplemente Roy? Yo soy Edward Elric.

-¿Elric... kun?

Esas palabras le provocaron escalofríos al rubio, se le hacía tan... ¿extraño?, ¿repulsivo?, escuchar eso viniendo de alguien idéntico al coronel, aunque era obvio que tampoco le iba a decir que le llamara Fullmetal.

-Jejeje, Edward... con Ed está bien. ¿Habías notado que estamos en muchas clases juntos? –no recibió respuesta-, ¿de dónde vienes?

-Haces demasiadas preguntas.

-Ah, perdona, entonces te haré una última, ¿cuántos años tienes?

-¿Mi edad? Tengo dieciocho.

 

FIN DEL FLASH BACK

 

La verdad me sorprendí mucho cuando me lo dijo, ya que estaba acostumbrado a la gran diferencia de edad que nos separaba, aunque era curioso que desde los dieciocho el coronel tuviera esa cara tan seria y amargada... Como sea, a partir de ese momento él y yo comenzamos a salir juntos siempre que podíamos, hablábamos de cualquier cosa, o también intercambiábamos conocimientos, ya que era una persona muy inteligente. Pero fue hasta cierto día que mis sentimientos se comenzaron a confundir por su culpa.

 

FLASH  BACK

 

-¿Tienes un hermano menor? –decía el pelinegro mientras caminaban- Me alegro por ti, yo no tengo familia –añadió, sonriendo

-¿No tienes?

-No, ningún pariente. Vengo a la universidad por medio de una beca.

-¿Y por qué elegiste la carrera de mecánica?

-Porque pensé que en esta profesión podría ganar lo suficiente para mantenerme bien.

 

FIN DEL FLASH BACK

 

Cuando me dijo aquellas palabras, fue como despertar a la realidad. Me di cuenta plenamente de que ése "Roy" no era el coronel que yo conocía. Que él no tiene las ambiciones ni las cargas que el coronel posee, es una persona diferente, no el alquimista de fuego. Me sentí tan idiota cuando me di cuenta que estaba decepcionado de no haber encontrado en él lo mismo que en "mi” Roy. Yo ya debería haber sabido que aunque poseyeran la misma cara, su personalidad, sus emociones y deseos no serían los mismos, y aún así no quise aceptar lo diferente que era del coronel y de que no poseía los mismos sentimientos que yo compartía con aquél Roy del otro lado de la puerta. Pero de entre todo eso, lo que más me molestó de mí mismo fue que albergué la esperanza de que él y yo nos llegáramos a enamorar igual que antes.

 

FLASH BACK

 

Ambos habían salido de paseo como ya era costumbre, aunque Edward parecía ir algo ausente.

-Ed, ven aquí.

Lo jaló hasta un callejón vacío, sujetó su cara con delicadeza y acercó sus labios a los del menor. Edward al principio intentó apartarse, pero al ver cómo se dirigía hacia su cara, cerró los ojos y se dejó guiar por ese tierno, y por qué no decirlo, torpe beso.

-Ah... –el rubio lo miraba con sorpresa, esperando una respuesta

-Perdóname –contestó, claramente avergonzado-, no me volveré a acercar a ti.

Y sin previo aviso salió corriendo como loco desesperado antes de que Ed siquiera pudiera haber intentado detenerlo.

-¡Oye, espera un momento! ¡No huyas, cobarde!

 

FIN DEL FLASH BACK

 

Pero aunque me dijo eso, no pudo apartarse mucho tiempo de mí y en el fondo de mi ser yo tampoco quería que lo hiciera. Nuestra relación siguió igual que antes, hasta que un día, mientras estábamos a solas en un salón, comenzó a besarme y tocarme. Y ante su cara, voz, olor y calor, no pude evitar caer rendido y entregarme a sus brazos. Yo era consciente de que no se trataba del coronel que tantas veces me había tomado, pero al ver de nuevo el extraordinario parecido entre ambos, la idea de detenerlo se desvaneció por completo.

 

Fue sorprendente, aquél chico era inexperto en el sexo, para desvestirme lo hacía con torpeza y sus caricias eran tímidas. Me pareció tan lindo que decidí guiarlo para que ambos lo disfrutáramos. Además, cuando me confesó que tampoco había estado con mujeres, una parte de mi corazón brincó de emoción. Era bien sabido que el coronel era popular con las mujeres, había estado con muchas, incluso el bastardo era capaz de coquetear con ellas estando conmigo, eso siempre me molestaba. Ése hombre al que yo conozco, que deseaba ser el Fuhrer, cargó con muchas cosas sobre sus hombros; su cuerpo y su corazón no le pertenecían sólo a él. En mi interior yo deseaba que el coronel me viese sólo a mí, aunque sabía que fuese imposible, pero con algún gesto o palabra que demostrara sus sentimientos me bastaba, habría sido más que suficiente que las caricias y besos que me daba. Entonces creí que el joven que tenía delante de mí, quien aún no conocía nada del mundo real, podría ser sólo mío, pero cuando terminamos de hacerlo la imagen del coronel apareció nítidamente en mi memoria, con esa sonrisa que tanto me crispaba los nervios, y entonces me percaté de que en ningún momento, cuando mis  manos se entrelazaron con las de éste chico, sentí esa corriente eléctrica que estaba acostumbrado a que me recorriera cuando el coronel me tocaba.

 

Después del sexo, cuando nuestras miradas se cruzaron, me di cuenta de que había traicionado los sentimientos del coronel y del Roy frente a mí, porque ciertamente, él no era el hombre a quien yo en verdad amaba... Al único con quien deseaba estar una vez más...

 

FLASH BACK

 

Roy y Ed caminaban en silencio por los ya vacíos campos de la universidad.

-Eh... quisiera preguntarte algo –dijo Roy y el rubio se limitó a verlo-. ¿Por qué parecías tan acostumbrado a hacer "eso"?

Edward agachó la cabeza y sonrió con culpa. Aquél chico no se merecía que lo engañara.

-No sé si me creerás, pero te contaré todo sobre mí... y alguien muy especial en mi vida.

 

Procedió a contarle todo lo de su mundo, que era un alquimista nacional, sobre su hermano encerrado en una armadura, los homúnculos y aquél coronel llamado Roy Mustang con el que se la pasaba discutiendo y con quien terminó compartiendo una relación muy personal.

-¿Así que tu coronel y yo realmente nos parecemos tanto? –fue lo primero que preguntó el pelinegro tras oír el relato

-Eres la viva imagen de él. Ahora te he dicho todo sobre el coronel y sobre mí. ¿Pero no piensas que estoy loco? Quiero decir, un mundo donde existe la alquimia, una puerta que los separa... Realmente es algo difícil de creer para ti, supongo –el rubio suspiró y volteó a verlo fijamente-. Eso es todo lo que tengo que decirte, pensé que era injusto que te lo ocultara. A quien yo amo es al coronel y lamentablemente traté de buscarlo dentro de ti... te usé como su reemplazo. Y al mismo tiempo, traicioné el amor de ese bastardo. Te he contado todo sobre mí, ahora puedes gritarme, golpearme o abandonarme, haz lo que te plazca, no te lo reprocharé porque tienes el derecho.

Roy no dijo nada, sólo miró seriamente al joven de cabellos dorados que tenía frente a él.

 

FIN DEL FLASH BACK

 

Precisamente en ese momento, transcurría una semana de aquellos sucesos, en la cual Ed no le había visto siquiera el cabello; supuso que estaría enojado o herido, después de todo, aquella había sido la primera vez para el pelinegro. Aún así le preocupaba sinceramente que faltara a clases, ya que se suponía que poseía una beca. Estaba decidido a que si no aparecía, iría a buscarlo y lo llevaría a la universidad aunque fuera a rastras. Bajó a desayunar con Al y Noah, y luego se dispuso a marcharse.

-Cuídate, nii-san.

-Que tengas buen día, Ed.

-Sí.

 

Cuando salió de su casa se topó con Roy, quien le extendía un precioso ramo de flores diversas.

-Buenos días –le saludó

-Bu... Buenos días –contestó sin salir de la impresión

-Estas son para ti –dijo, acercándose con el regalo

-… ¿Y esto?

-Es un ramo de flores –respondió con obviedad

-Puedo verlo, pero... ¿por qué...?

-¿Alguna vez "tu coronel" te dio flores?

-… Nunca.

-Bueno, entonces debe ser por eso que estás tan impresionado.

-¿Qué?

Roy sonrió con superioridad.

-Haré todo excepto lo que ese coronel hizo por ti, así que de ahora en adelante piensa en mí. Quiero que me mires sólo a mí.

El rubio no pudo evitar sonreír. Esas eran las palabras que alguna vez él quiso expresarle a su valiosa persona.

-Mira, no quiero decirte más mentiras –respondió finalmente-. Yo lo sigo amando, no puedo olvidarme del coronel... Y sinceramente no creo que algún día lo logre. Pero si quieres que también te vea a ti, supongo que tendrás que romperme algunos huesos.

Ahora la cara del mayor adoptó una expresión seria.

-Entiendo. Por ahora... me conformo con que decidas si aceptarás estas flores.

Ed se acercó y las estrechó fuertemente contra su pecho.

-Vamos a la universidad –le dijo-, porque cierto idiota ha estado faltando mucho.

 

Durante el camino a su recinto escolar, el de ojos dorados quiso despejar una duda que lo acongojaba.

-Oye, ¿cómo conseguiste estas flores? Creí que habías dicho que apenas si tenías el dinero suficiente para comer.

-Ah, eso... Tuve que cortarlas yo mismo –volteó la cara hacia otro lado-. Como quería las mejores me tardé una semana, por eso falté a clases.

-¡¿Qué?!

Roy sonrió de nuevo con presunción.

-Estás tan impresionado por mi amor que vas a lloras, ¿verdad?

-No. Si lloro será de la risa al imaginarme a un hombre como tú cortando flores en el campo.

-… Eres cruel, Edward.

 

Querido coronel, estoy seguro que sigues esforzándote, no te rendirás porque me lo prometiste. Por eso, creo que quizá en un futuro intentaré comenzar algo con esta encantadora y genial imitación, pero aún si lo hago quiero que sepas que mis manos sólo percibirán aquella extraña sensación contigo, yo siempre te amaré y jamás voy a olvidar el calor que tenía tu cuerpo la última noche que fui tuyo. Y porque te quiero tanto, voy a rezar para que donde estés puedas encontrar a una persona que esté contigo para siempre, que te sepa cuidar y te proteja, así como yo no lo pude hacer...

 

FIN

THE END

OWARI


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