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HOGAR, DULCE HOGAR por Higary

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Notas del capitulo:

Higary: Hola, queridas lectoras. Mi pobre hermana está de vuelta con un cuento, sí, lo sabemos, debería estar escribiendo Dime lo que quiero escuchar y sus otros fics, les aseguro que ella ya está trabajando en ellos, a paso de tortuga, pero está avanzando, jejeje. Por mi parte es todo, los dejo con Eli para que la ataquen y linchen n.n (es broma, no me vayan a quitar a mi guía en el camino yaoi ¬¬).

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Eli: Hola a todos. Aquí yo de nuevo con otro cuento más. Esta vez es basado en el cuento infantil "Los tres lobitos y el cochino feroz" adaptado al yaoi por mí. Higary me ha dicho que han preguntado sobre el final de mi fic, ya estoy en eso y la verdad está quedándome muy dulce y ya voy a terminarlo, hoy quise adelantar pero Kamui me rechazo y pude. Les prometo darme prisa ya que Higary me esta presionando pero es lo que necesito para trabajar.

Quiero dar las gracias por los anteriores reviews y va dedicado a ustedes y perdón por no haberlos contestado

HOGAR DULCE HOGAR

 

Había una vez tres tiernos, inocentes, hermosos y lindos jovencitos que vivían con su tío. Uno era rubio de larga cabellera, el otro era un joven de piel morena y cabello castaño, y el último era un rubio de hermosos ojos azules y con unas marquitas en el rostro que lo hacían lucir como un kitsune. Los tres vivían en casa de su tío Shikamaru.

Un día los llamó y les dijo:

-         Ya son mayores, es hora de que se marchen y construyan su propia casa porque la problemática de Temari quiere que viva con ella, pero como es tan problemático guardar mis cosas y mudarme, al final dijo que mejor ella se mudaría aquí, uff -suspiró-. Ya les he enseñado todo lo que debían, pero tengan cuidado con los extraños, sobre todo tú, Iruka, que confiarías incluso en una cucaracha.

-         No te preocupes, tío -respondió con una gran sonrisa

-         Deidara, tú no seas tan desconfiado, olvida el pasado.

-         Lo intentaré -dijo algo inconforme

-         Y Naruto...

-         ¿Sí, tío Shikamaru?

-         ... Dejémoslo así -suspiró

-         No te preocupes, tío, tendremos cuidado -dijeron los tres y salieron a buscar un buen lugar donde podrían construir su nueva casa.

 

Antes de poder decir "¿y ahora qué haremos?", se toparon con un hombre de larga y negra cabellera y ojos amarillos, que empujaba una carretilla llena de ladrillos

-         Señor, señor -llamaron

-         ¿Qué desean, chicos? Porque en este momento deseo que mi Jiraiya me haga muchas cositas, kuku -dijo relamiéndose los labios

-          ¿...? -los tres no entendieron a lo que se refería

-          Por favor, ¿podría regalarnos algunos ladrillos? -preguntó Iruka

-         Por supuesto, les daré los que tengo aquí y los que están apilados allá atrás -señaló una gran cantidad de ladrillos

-         Gracias -dijeron muy felices

 

Los jóvenes con mucho esfuerzo y sudor construyeron una casa, una casa hecha de ladrillos. Aún le faltaba muchas cosas a su vivienda, pero eso lo arreglarían después. Tan cansados quedaron que cayeron rendidos al sueño. Al día siguiente se encontraban dentro de su casa, dormidos, cuando de repente se oye que golpean a la puerta. Deidara fue a abrirla y cual fue su sorpresa al ver ahí a un hombre de cabello largo y negro, tan negro como sus ojos.

-         Hola -dijo el extraño, pero Dei no contestó- ¿Me dejarías pasar? Pues me gustaría conocernos.

-         No, no hablo con extraños -al fin respondió

-         Pero si te digo mi nombre ya no seré un extraño, además yo...

-         No -fue lo que dijo y cerró la puerta con fuerza.

Pero el hombre no se daría por vencido y dijo:

-          Si no abres la puerta, la derribaré.

-         Ja, como si pudieras -contestó con burla, ignorando la amenaza

-         Conste que te lo advertí.

 

Pero lo que ambos desconocían fue lo que sucedió a continuación. El hombre de ojos negros tuvo una gran idea, fue y trajo consigo un taladro y al intentar destrozar la puerta... la casa fue la que se destrozó. El desconocido al ver lo que provocó, tiró su taladro y se fue de inmediato, dejando a los tres chicos, uno enojado y dos a medio despertar, sin casa.

-         ¿Pero que fue lo que pasó, Deidara?

-         Por eso no confío en extraños, Iruka

-         ¿Eso qué tiene que ver?

-         Un hombre vino, dijo que quería conocerme y como me negué destruyó la casa -explicó

-         Recuerda lo que dijo tío Shikamaru. Tal vez se sintió ofendido por tu rechazo.

-         Tal vez tengas razón, pero no era motivo para esto -refiriéndose a la casa hecha trizas

-         ¿Y ahora? - preguntó Naruto

-         Tendremos que construir otra casa y más resistente -dijo Deidara

-         ¿Cómo lo hacemos? -preguntaron los otros dos, pero milagrosamente vieron pasar a una chica de cabello rosa, que llevaba una carretilla llena de cemento.

-         Por favor, ¿podrías regalarnos un poco del cemento que llevas ahí? -preguntó Naruto con su hermoso rostro lleno de dulzura

-         Por supuesto que no -fue su respuesta

-         Pero, ¿por qué? -ahora fue Deidara

-         Pues porque no quiero. Si lo quieren, deben darme dinero o algo muy valioso.

-         Pero no tenemos nada de valor -volvió a decir Dei

-         Entonces no me hagan perder mi tiempo -concluyó lista para marcharse

-         No, espera -intervino Iruka esta vez-. Una persona tan linda, hermosa y encantadora como tú debe tener un gran corazón -ante estas palabras la chica quedó hipnotizada-. Sólo pedimos un poco de cemento para construir nuestra casa. Estoy seguro que tú eres muy, muy amable y generosa, y tu novio debe ser muy afortunado por tener a alguien como tú a su lado -la chica estaba con corazones en lo ojos, y más que emocionada, ante los cumplidos del moreno, les regaló todo el cemento que necesitaban y más. Despidiéndose se marchó muy feliz.

-         ¿Por qué dijiste tantas mentiras, Iruka?

-         Naruto, necesitábamos el cemento y aunque no me gusta mentir tuve que hacerlo.

-         No importa, tenemos lo que queríamos, así que a trabajar -muy emocionado estaba Deidara.

 

Mientras ellos construían su nueva casa, en otro lugar el querido tío se jalaba de los cabellos regañándose una y otra vez.

-         Aaah -suspiró-. Creo que olvidé hablarles sobre "eso". Aaah  -volvió a suspirar el tío Shikamaru - bueno ni modo, creo que no pasará nada malo, de todas formas creo que no iban a entender sobre "las aves y abejas".

 

Los chicos al fin habían terminado de construir su nueva casa, esta vez hecha de cemento. Se encontraban acostados en el suelo puesto que no tenían camas. Deidara volvía a explicar todo lo ocurrido a Naruto, quien escuchaba muy atentamente. Pasados unos minutos después, Naruto iba a decirles algo pero ya se encontraban dormidos los otros dos. Al siguiente día, muy contento se encontraba uno de los chicos pues estaba tratando de arreglar un poco la casa. En eso tocan a la puerta. Al abrirla se topa frente a él un hombre alto, de cabello gris.

-         Hola -dijo Iruka con alegría y una gran sonrisa

-         A... Ho... yo... Ita... -inexplicablemente y desconcertando a Iruka, el hombre tartamudeaba- Kakashi, Kakashi es mi nombre -pronunció palabra al fin

-         Yo soy Iruka, mucho gusto. ¿Puedo ayudarlo en algo?

-         Sí que puedes, déjame comerte -soltó de repente, asustando con sus palabras al joven quien de inmediato cerró la puerta y colocó seguro. Kakashi, al darse cuenta de su error, tocó varias veces y trató de hablar con Iruka, pero se negó.

-         ¡Déjame entrar! -rogaba Kakashi

-         No, no -fue su respuesta-, no voy a dejar que me comas, vete.

-         No hasta que me hayas dejado explicar bien las cosas y escuches a lo que he venido.

-         No, no volveré a confiar en ti.

 

Ante estas palabras y no quedándole más alternativa, el peligris sacó una pequeña bomba que no tenía mucho poder, y con mucho cuidado la colocó a un lado de la puerta con la intención de que ésta cayera, pero su suerte fue igual que la del hombre anterior. Toda la casa cayó, dejando de pie sólo la puerta y detrás de ella a Iruka shockeado, y haciendo lo mismo que el pelinegro anterior, Kakashi huyó de ahí. Momentos después llegaron Deidara y Naruto quienes habían ido a buscar algo de comida.

-         ¿Qué sucedió? -preguntaron los dos

-         Lo... lo siento -sollozaba -. Tío Shikamaru tenía razón, por mi ingenuidad la casa se derrumbó.

-         No llores, Iruka -trataba de consolarlo Naruto-. Construiremos una casa, pero esta vez más fuerte que las anteriores.

-         ¿Pero cómo la construiremos?

-         Ja, no te preocupes, tuvimos suerte antes y también la tendremos esta vez -dijo el otro rubio

 

Y como había sido dicho, no tuvieron problema alguno en conseguir lo que necesitaban. Pues vieron pasar un camión lleno de alambres de puas, clavos, placas blindadas, etc.

-         Por favor ¿podría regalarnos un poco del material que transporta? -le preguntaron a un extraño individuo que vestía una capa  negra con nubes rojas

-         ...

 

Los chicos quedaron sorprendidos ante el gesto altruista del que fueron objeto, pues el individuo les dio todo, hasta el camión, y antes de perderse en una colina dijo "Tobi es bueno". Ni tardos ni perezosos construyeron una casa muy fuerte y difícil de destruir. Era la más fuerte que habían hecho. Se sentían felices y a salvo.

-         Escuchen, desde hace tiempo quiero decirles algo importante -contó Naruto-, se trata de...

-         Después nos dices Naru, ahora estamos cansados y queremos dormir -interrumpió Deidara

-         Sí, Naruto, ya nos contarás después -dijo esta vez Iruka

-         Uff -suspiró-, bien.

 

Naruto, quien se había levantado mucho más temprano, decidió ir  a darse un baño porque la casa carecía de agua al igual que de luz. Los otros dos después de haber despertado un poco más tarde, optaron por quedarse y reforzar más la casa. Se encontraban poniendo más seguros a la puerta cuando se dieron cuenta de la presencia de los sujetos de días pasados. Se adentraron a la casa, le pusieron los 25 seguros y subieron a la parte de arriba porque la casa era de dos plantas. Los hombres tocaron a la puerta y dijeron:

-         ¡Déjennos entrar!

-          No, no y no -contestaron-. ¡No queremos extraños y no los dejaremos pasar! -dijeron desde una ventana en la parte alta

-         Que no somos extraños, mi nombre es Itachi y él -señalando - es Kakashi, queremos ser sus amigos.

-         Y algo más -dijo Kakashi en voz bajita

-         No nos interesa, ¡váyanse!

-         Se ve que son testarudos, Itachi.

-         Pero así no gustan ¿no?, ¿y qué haremos?

-         Fácil.

-         ¿Mm?

-         Derribemos la casa, no queda de otra.

-         Creo que no es buena idea.

-         ¿Acaso no quieres a ese rubio desconfiado para enseñarle ciertas "cositas"? -dijo con sorna

-         Hagámoslo -terminó muy convencido por el argumento

-         Bien, ju ju, ya quiero poner mis manos sobre ese tierno corderito, kuku  -Iruka y Deidara sólo observaban ignorando el maléfico plan.

 

Mientras que en otra parte...

-         ¡Ahhh! ¡Quiero verte! -decía Naruto sentado cerca del río

 

Desde arriba, Deidara e Iruka sólo observaban todo el ajetreo que Itachi y Kakashi hacían. Iban y venían, daban vueltas alrededor de la casa.

-         ¿Que crees que tengan pensado hacer, Deidara?

-         De seguro derrumbarla como antes -esto había asustado al moreno

 

Una bomba era lo que Kakashi colocaba en el piso junto a la casa, encendió la mecha y... ¡la casa explotó! Los chicos apenas lograron escapar por la puerta trasera. Estaban asustados por la explosión que levantó mucho polvo hasta dejarlos totalmente empapados, al igual que sus rostros.

-         Cof cof, creo que se nos pasó la mano -al igual que los otros, ellos también estaban cubiertos de polvo y sus rostros ni se distinguían

-         Espero nos perdonen después de escucharnos, no podemos regresar sin nada.

De repente  se comienza a divisar como algo se aproxima a gran velocidad dejando a su paso un camino de polvo.

-         ¿Qué es eso? -al decir esto, el cuerpo de Itachi salió volando por los cielos para más tarde ser acompañado por un Kakashi inconciente. Naruto se acercó a sus amigos y al ver que se encontraban bien sonrió

-         Marchémonos a otro lugar y esta vez no dejaremos que esos desalmados se salgan con la suya -dijo con firmeza y valor

 

-         Va a matarnos cuando se entere de todo.

-         No tiene que enterarse aún.

-         Pero...

-         No te preocupes Itachi, todo saldrá bien.

-         ... ¿Y qué haremos?

-         Buscarlos, cuando los encontremos los amordazamos si es necesario, pero tienen que escucharnos por que si no, estaremos muertos y yo aún tengo muchas cosas que hacer y que hacerle a Iru-chan cuando sea mío.

 

Muy a lo lejos de ahí...

-         Ya no lo soporto más -habló una voz misteriosa

 

Después de muchas horas, los jóvenes disfrutaban de su nuevo hogar. Era una casa sencilla con un hermoso jardín y un gran árbol. Cuando habían estado deambulando, se toparon con un chico de nombre Lee. Les comentó que estaba triste y a la vez feliz, pero no sabía qué hacer. Triste porque tendría que abandonar su casa y feliz porque se mudaría a casa de su novio Gaara. Los otros le contaron su trágica historia y Lee no dudó en obsequiarles la suya con la única condición de que la cuidaran bien. Aceptaron y ahora sí que lucharían hasta el final por defender su patrimonio.

 

Pasaron tres días, de nueva cuenta el enfrentamiento daría inicio, pero el final sería muy distinto. La guerra llegó, tanto Iruka, Deidara y Naruto arrojaban piedras, lodo, troncos y más piedras que con anterioridad habían recogido para ese día. Los otros dos se escondían detrás de un árbol.

-         Kakashi, ¿ya lo has visto?

-         Sí, vaya, quién lo diría -contestó esquivando una piedra

 

Con lo que no contaban los tres era que sus armas se estaban agotando. Naruto, como era el más veloz, optó por ir a abastecerse; fue de nueva cuenta al rió pues ahí había piedras de gran tamaño. Tan concentrado estaba que no se dio cuenta de que alguien llegó junto a él.

-         Hola...

 

Kakashi y su amigo habían notado que los ataques habían cesado. Llegaron a la conclusión de que los otros estaban indefensos, y ellos estaban en una muy buena oportunidad para contraatacar. Al dar unos cuantos pasos con dirección a la casa oyeron unos gritos:

-         ¡No se acerquen o no respondemos!

-         Jaja -reían los dos- ¿Qué nos van a hacer? Si ya no tienen nada más que arrojar -los otros dos se sintieron descubiertos

-         Deidara, no queremos quedarnos sin casa, además lo prometimos. Estoy seguro que Naruto no tardará en regresar -pero Iruka estaba muy equivocado-. Así que saldremos y cada uno correrá en diferente dirección, trataremos de perderlos y regresar aquí, para entonces Naruto ya habrá regresado

 

A la cuenta de tres salieron disparados hacia distintos caminos. Como Kakashi e Itachi ya habían puesto su vista en quien les gustaba, se separaron, Kakashi por Iruka e Itachi por Deidara.

-         Es nuestra oportunidad, kukuku -había dicho Kakashi antes de salir veloz

 

Pasado un tiempo, una pareja se encontraba acostada sobre el césped.

-         Te extrañé mucho, Sasuke -decía Naruto desnudo sobre su novio

-         Yo también, Naruto -dijo al momento de abrazarlo con mucho amor-. Pero dime, ¿qué hacías antes de que llegara?

-         Lo que pasa es que unos sujetos... ¡lo olvidé! -gritó para después ponerse de pie y buscar sus ropas- Tengo que ayudar a Iruka y Deidara, sino esos tipos podrían hacerles daño. Sasuke, por favor, necesito que me ayudes.

-         Tranquilízate. Dime cómo son.

-         Uno tiene cabello gris y el otro negro y largo hasta diría que se parece un poco a ti, pero eso no es todo, han destruido varias casas que hemos construido con mucho esfuerzo y...

-         ¡¿Qué?!... Kakashi... Itachi... cuando los vea... -murmuraba en voz alta

-         ¿Los conoces, Sasuke?

-         Desgraciadamente sí, el de cabello gris es mi amigo y el otro es mi hermano mayor. ¿Que están haciendo? -se preguntaba confuso- Mejor vístete y en el camino me explicas.

 

En el bosque, Iruka estaba bien escondido entre unos arbustos. Kakashi merodeaba por ahí, en un descuido del moreno tropezó con una piedra y cayó al suelo. Kakashi al oír el sonido se acercó y lo vio sentado quejándose. Con calma y sigilo se fue acercando para que el joven no huyera.

-         ¿Estás bien? -Iru volteó y se asustó- No te haré daño, lo juro -prometió levantando sus manos-. Mira, te has raspado las manos y la frente -dijo preocupado, rompió parte de su ropa para vendar las palmas de sus manos

-         Gracias -respondió con pequeño sonrojo ante la delicadeza con que era tratado

-         ¿Te duele? -se refería a la herida de la frente

-         No, bueno, sólo me arde un poco -Kakashi le dio un beso en la frente, Iruka se puso rojo de la vergüenza. Sus miradas se cruzaron, pero el momento fue roto por el peligris quien estrechó entre sus brazos a Iruka para susurrarle unas palabras:

-         Definitivamente eres tú, al fin te encontré...

 

En otro parte del pequeño bosque la situación era... ¡Totalmente distinta! Itachi sí había seguido el plan, tenía amarrado a Deidara en un árbol de cerezos.

-         Bien, ahora sólo somos tú y yo, te soltaré si prometes no huir o hacerme algo.

-         ¿Qué te hace pensar que aceptaré tus condiciones?

-         Bueno, entonces te quedas ahí amarrado por el reto de tu vida.

-         No lo harías.

-         Pruébame.

-         .......... Acepto.

-         ¿Qué? No te escuché.

-         Dije que está bien, no haré nada.

-         Bien, así me gusta -con tranquilidad lo liberó de las cuerdas-. Comencemos de nuevo. Hola, mi nombre es Itachi Uchiha -dijo estirando su mano

-         Ho... hola, yo soy Deidara -respondió estrechándosela

-         Mucho gusto, Deidara. Antes que nada quiero ofrecerte disculpas por todos los daños y problemas que he causado -besó su mano y Deidara se sonrojó-. ¿Te parece que nos sentemos y hablemos? -el otro sólo asintió y con su mano aún tomada por la de Itachi fue guiado...

 

Sasuke y Naruto se encontraban recogiendo todos los palos y piedras que estaban esparcidos por el lugar. Lo hacían para hacer tiempo y aguardar la llegada de las dos parejas. Al principio cuando llegaron y vieron todo el desorden se preocuparon y fueron al bosque a buscarlos, pero lo que encontraron fue a las dos parejas muy felices bajo una atmósfera romántica. No queriendo interrumpir regresaron a casa a esperarlos y al fin aclarar todo.

 

Todo quedó aclarado. Sasuke le explicó a Naruto que mandó a Itachi que fuera a hablar con el tío Shikamaru para que diera su aprobación para que Naruto viviera con él, pero como no regresaba, Kakashi se ofreció (más bien, lo mataba la curiosidad por conocer a quien le había robado el corazón a Sasuke) a ir a ver qué ocurría, y como ninguno de los dos regresaba y pasaban los días, Sasuke decidió ir a la casa y ahí se había enterado que Naruto y los más se habían mudado. Los anduvo buscando hasta que por cosa del destino se encontró con el rubio en el río.

 

Ahora Sasuke era quien se había enterado de las cosas que su hermano y Kakashi habían hecho. Estaba muy molesto, pero gracias a que Naruto intervino con su carita que enloquecía a Sasuke, y la mirada de corderos degollados de los otros dos, los perdonó y todos vivieron felices por siempre...

 

    ¡¡¡ PUES NO!!! ...

Kakashi hizo una casa para él e Iruka, lo mismo hizo Itachi, y ambas casas estaban al lado de la de Naruto y Sasuke...

Sasuke y Naruto van a casarse...

Iruka y Deidara sí que entendieron pues diario se los mostraban Kakashi e Itachi con prácticas...

La razón por la que Deidara no confiaba en nadie era porque cuando era más joven, un niño mayor que él, de cabello negro, se le había acercado y le acarició el trasero, y él muy asustado había huido...

A Itachi repentinamente le dio tos...

Y Ahora sí...

 

¡¡¡ FIN!!!


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