No podía creer en lo que estaba metido, menos aun lo que mi primo y sus amigos habían hecho para conseguir dinero fácil, delante mió estaban grabando un video donde ellos cinco estaban encapuchados, ocultando sus rostros con ropa y otras cosas mientras cada tantos minutos le pasaban dos cables pelados que venían directamente desde el toma corrientes a un chico de cabello castaño y tez blanca, al que tenían con las manos y los pies atados, los ojos vendados con ropa y la boca tapada con cinta aislante. Mi primo decía frente a la cámara “si no reúnes en una semana el dinero tu hijo es boleta” luego le pegaban al muchacho entre los cinco, cortaron la grabación y comenzaron escupirle a su cautivo.
No podía soportar esa masacre, hacia una semana mi primo me dijo que me conseguiría dinero fácil para que lo gaste en un auto o una moto, pero no pensé que lo aria secuestrando a un inocente y lo maltratarían de ese modo tan cruel y humillante.
Llegada la noche los mire comer una hamburguesas que un chico al que le decían el Facha había traído, mire al chico que tenían cautivo y dije viéndolos comer todo lo que tenían a su paso hasta no dejar ni migajas- no piensan al menos darle algo que comer.
-Primo, primo, primo, aun tienes mucho que aprender sobre esto, a los cautivos no se les da nada, mientras mas débil este mejor, mas rápido su padre querrá pagar su rescate.
Cuando mi primo y sus amigos terminaron de comer, se fueron hasta un quiosco cercano a comprar bebida alcohólicas, mire al chico maniatado de brazos y piernas, salí de la casa abandonada hasta donde había caño que goteaba, busque de entres las bolsas rotas por los perros un recipiente para poner agua, de suerte encontré un una lata de refresco cortada a la mitad, llene una mitad con agua y volví a la casa y entre a aquella piecilla donde estaba el muchacho, le saque la cinta de la boca y le dije- toma un poco de agua.
El chico succiono toda el agua muy rápido, cuando le estaba por volver a tapar al boca dijo- por favor quiero irme a mi casa.
-Pronto estar allá, te lo prometo- le dije para tranquilizarlo.
-Déjame me ir por favor, yo no le hecho nada malo a nadie- dijo entre sollozos.
-Oye, pronto volverás a tu casa no te preocupes, todo pasara muy rápido ya lo veras- le dije lo mas dulcemente que podía.
-Me van a matar de una u otra forma, no volveré a ver a mi familia nunca más.
-Si la volverás a ver- le dije tirando la mitad de lata al suelo- No te vas a morir, no permitiré que te maten, pero se paciente pronto estarás en tu casa con tu familia de nuevo.
-Llevo varios días aquí, lo se por que he sentido muchas veces el canto del grillo que esta afuera- me dijo con desesperación- mi padre no podrá conseguir ese dinero, lo se, falta una semana para que se cumpla el plazo y cada día el monto dos veces mayor, me van a matar.
-No lo aran no son capaces, tranquilízate, mañana quizás ya estés a salvo- le dije tapándole la boca de nuevo.
Pasaron tres días y cada día que pasaba mi primo era más cruel con sus torturas, había llegado a quemar al chico con un tubo de metal calentado, con cigarrillos encendidos y hasta con el fuego del encendedor. No iba a soportar más ese maltrato que al pobre chico le daban por ser hijo de un padre adinerado, ni iba a permitir un golpe más. Esa noche, cuando mi primo y sus amigos salieron por la cena yo me quede diciendo que vigilaría al cautivo, cuando los vi alejarse lo suficiente comencé a poner en marcha mi plan para sacar a ese chico de allí, lo primero que hice fue hacer unos agujeros en la pared, luego saque al chico de la habitación y cerré la puerta de la misma pasando por los agujeros que había hecho una cadena gruesa de metal y le puse dos candados para finalizar, saque al muchacho afuera de la casa abadanada y luego lo subí a la bicicleta de mi primo, que no se como se había olvidado, comencé a pedalear a todo fuerza alegándome lo mas posible de esa casa y ese vecindario tan peligroso.
Llegué a mi casa y lleve al chico hasta mi cuarto donde lo recosté con cuidado y le quite las cuerdas y las cintas, el me miro confundido al principio pero luego comenzó a llorar desesperado-¡Quiero ir a mi casa!- dijo entre llantos.
-Tranquilo amigo, aquí estas a salvo, yo no te are daño, escúchame bien, en cuatro días se cumple el plazo de tu padre y no voy a dejar que mi primo se salga con la suya ¿Sabes que vamos a hacer?- le dije para darle ánimos
-¿Qué?- me dijo secándose sus lagrimas.
-Primero vas a llamar a tu familia varias veces al día pero la llamada no debe pasar el minuto, seguramente la policía ya debe haber intervenido la línea y si pasas el minuto nos encontraran y al que llevaran preso es a mi, seguramente cuando se cumpla el plazo mi primo llamara a tu casa y disparara su arma para aparentar que te mata, pero tu no estarás allí, yo llamare a la policía y daré su ubicación, una vez ellos presos yo me encargare de llevarte a casa personalmente- le sonreí para darle tranquilidad.
-¿Lo prometes?- me dijo mirándome como si fuera su ángel.
-Lo prometo, solo faltan cuatro días, en solo cuatro días estarás con tu familia de nuevo y solo tendrás que olvidarte de todo lo que has vivido con esto del secuestro amigo, pero dependerá si agarran a mi primo o no- le dije comenzando a abrirle la cama para taparlo.
-¿Cómo te llamas?- me pregunto mientras me ayudaba a taparlo- yo me llamo Fuji Syusuke.
Termine de arroparlo en la cama con cuidado y luego le tome la temperatura, el me miro insistiendo a que le diga mi nombre, yo por otro lado, antes de darle ese dato lo tenia que arropar bien, no quiera que nada malo le pasara, menos que se enfermara, lo único que deseaba era que estuviera protegido y se sintiera seguro, luego de asegurarlos bien en mi cama le respondí- Mi nombre es Tezuka Kunimitsu.
-Mucho gusto.
-El gusto es mió- asentí.
-¿Tus padres?
-Mi madre esta de viaje por China con mi abuelo ayudando a un primo lejano que tiene problemas con la familia y mi padre esta en uno de sus viajes de negocios
-Ya veo, entonces tu familia esta conformada por tu abuelo, tus padres y tu primo.
-Makoto vive con su padre pero lejos de aquí, en este casa y a los que considero mi familia son a mis padres y a mi abuelo.
-En mi familia somos cinco, mi mamá, mi papá, mi hermana mayor que me lleva como diez años y mi hermano menor al que le llevo once meses y 19 días.
-Eres el hijo del medio, yo soy hijo único, aunque según mis padres mi madre esta de mes y medio.
- Oye ¿Cuál de todos los que me lastimaban es tu primo?- me pregunto curioso mirándome.
-Mi primo era el único que te golpeaba fuerte y el que te causo las quemaduras, se llama Makoto, pero olvídate de el y solo ten en mente que pronto vas a estar en tu casa con tu familia, con tu padre, tu madre…
-Con mi hermanito- me interrumpió- ¿Puedo llamar a mi casa ahora?- me pregunto iluminando sus ojos.
-Si, por supuesto- corrí hasta el recibidor donde estaba el teléfono inalámbrico y regrese a toda prisa para dárselo en las manos, el sonrió y tomo el teléfono temblando emocionado.
Pasaron unos cuantos minutos hasta que decidió hablar, marco con lentitud el numero de su casa y dijo emocionad- ojala que mi hermano sea quien atienda.
Del otro lado se escucho la vos de una mujer angustiada llorando-hola.
-Mama soy yo- dijo con emoción.
-Hijo ¿Cómo estas? ¿Estás bien?
- Madre, ¿Cómo están todos allá?
-Hijito por favor danos una pista donde estas.
-Es que no se mamá, mira tengo que colgar después llamo, Yuuta ¿Está en casa?
-Si mi amor, esta aquí, ¿Quieres hablar con el?
-Ahora no mamá, después cuando vuelva a llamar, los extraño.
- Y nosotros a ti hijo.
-Mamá no sabes cuanto deseo estar con ustedes- dijo evitando llorar, la verdad esa escena me dabas ganas de abrazar al muchacho y darle ánimos, solo tenia que soportar cinco días sin ellos, pero quizás para su alma frágil eran una eternidad.
-Hijo- dijo la madre en un tono que parecía que iba a llorar.
Syusuke oprimió la tecla roja y luego comenzó a sollozar- Sabes quiero estar en mi casa ahora, daría lo que fuera por estar con ellos.
Lo abrase, me anime a hacerlo, tenia que tranquilizarlo y darle seguridad de que pronto el estaría en su casa con su familia y eso lo iba a hacer aunque me costara la vida- tranquilo, yo te prometo que pronto tu estarás abrazado a tu madre y vas a estar con tu hermano y con tu papá, mira si por mi fuera podría llevarte ahora a tu casa, pero hay un problema, mi primo y sus amigos están sueltos y si te llevo a tu casa corres el riesgo de que ellos te atrapen de nuevo y te lastimen, dejemos que ellos se crean que están ganado, pero cuando se confíen ellos van a peder y tu volverás con tu familia.
-Crees que eso pase y tu primo con sus amigos caigan presos?- me pregunto secándose las lagrimas con lentitud.
-Claro que si- le sonreí- mi padre me enseño a nunca bajar la guardia y se que mi primo es muy confiado, bajara la guarida cuando menos se lo imagina e ira a prisión.
-Gracias por protegerme.
-No me des gracias por hacer algo bien, es mi deber como ciudadano impedir que Makoto y sus amigos logren que el crimen salga bien, sabes que toma este cautiverio, mejor no lo llamemos así, toma estos días en que vas a estar en mi casa, como una visita a un amigo, llamas a tus padres y le dices que todo esta bien por aquí luego cortas y cuando vuelvas a casa te acordaras de esto no como un secuestro sino como unas linda vacaciones- le propuse para animarlo, tendría que ingeniarme en los próximos días como hacerlo si volvía a decaer.
Syusuke cerro sus ojos y sonrió, volvió a agradecerme y luego miro el cuarto a su alrededor, estaba algo oscuro, por lo que era noche, pero aun así se relajo miro a la ventana y por ella a la luna llena y dijo- La luna esta muy bella hoy.
Asentí con la mirada luego lo con extrema delicadeza lo cobije en las sabanas de mi cama, es se hizo a un lado para darme espacio y sonrió mostrándome que quería que durmiera a su lado, no me negué menos reproché, accedí a su pedido y me acosté a su lado, esperando que los próximos días fueran mas fáciles que ese.
Continuara
