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Amōris por OdiumAmoris

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Amōris

Por: OdiumAmoris


Epílogo


No tenía por qué mentir, todo se había vuelto más difuso y firme.

Cuando abandonaron Konoha aquel día Naruto no estuvo allí para despedirse de ellos, no porque no quisiera, sino porque estaba Gaara y él no lo quería ver.

Nadie quería ver al Kazekage.

Tanto Tsunade como Shizune mantuvieron el silencio de aquella muerte quizás inducida por la incapacidad que el pelirrojo tenía de controlar sus emociones, la Godaime decidió que aquello sólo acarrearía trifulcas entre aldeas y el tratado de paz se podría ver afectado, en pocas palabras Haruno Sakura murió por dar a luz al primogénito Uchiha.

Sin pena ni gloría.

Ninguno de los ‘posibles’ amigos del pelirrojo se acercaron a él en su estadía en la Hoja, era casi como empañar la memoria de la chica de rosas cabellos. Tanto el rubio como el pelinegro estuvieron pegados a la incubadora viendo la evolución del pequeño quien sacó los negros cabellos de su padre y la pálida piel de ambos, pero a penas Gaara pisaba el pasillo el Jinchuuriki contrario no se encontraba allí.

Naruto lo odiaba, por lo menos eso era lo que él pensaba.

—El próximo año vendré solo —fue lo único que le dijo Sasuke el día que marcharon.


Gaara a sus veintiocho años supo lo que era sentirse miserablemente ansioso. Hoy el pequeño Daiki ingresaba a la academia de Suna, si bien Sasuke pasaba seis meses en Konoha justo el año que ingresaba —al tener cinco años— le tocó el su país natal.

Como toda buena ‘madre’ vistió a su hijo con ropas negras y un uniforme similar al que ocupaba su padre en aquellos tiempos.

—Chichiue* ¿y Oto-san?

Cinco años…

—Está en una misión Daiki, ahora pórtate bien y déjame arreglarte —murmuró seriamente el mayor.

Cinco años ya…

—Quiero a Oto-san Chichiue, ¿él me irá a dejar a la academia ninja?

Uchiha Daiki era la personificación de Sakura en personalidad: tierno y llamativo pero no se dejaba vencer. Sasuke al ver que su ‘carácter’ Uchiha estaba más bien resguardado lo había entrenado para no soportar que nunca nadie se burlara de él y de sus personas preciadas. “Tienes que morir por ellos si es necesario Daiki, entiéndelo” y él nunca le dijo nada.

Gaara nunca quiso inmiscuirse mucho en la educación del menor, no tenía derecho, cada vez que observaba aquellos orbes verdes sentía algo de remordimientos, pero pasaba cuando el pequeño abría sus labios para pronunciar su nombre y llamarlo padre.

Observó directamente al pequeño quien comía con ganas su desayuno emocionado por iniciarse hoy como ninja, siempre quiso serlo, su Chichiue ‘jugaba’ con él con su arena y su Oto-san le enseñaba a controlar su chakra y de vez en cuando lo sacaba a pasear a una plaza hablándole de las cosas que hacía con su Oji-san Naruto.

—Chichiue, ¿Oji-san Naruto cuándo vendrá?

Lo había olvidado… Naruto amaba a Daiki como si fuera su propio hijo. Muchas veces estando él en Konoha pasaba a buscar al niño y juntos jugaban y lo llevaba a comer Ramen, como también le hablaba de una compañera de equipo que gustaría que conociera.

En el fondo el rubio lo castigaba.

—Daiki —la voz de Sasuke rompió sus cavilaciones cuando el pequeño saltó de su silla y corrió hasta abrazar por la cintura a su padre con ganas. Sasuke sonrió de medio lado y revolvió sus negros cabellos.

—¡Oto-san!, ¿vs a ir a dejarme con Chichiue a la academia? —inquirió el menor con ganas. El mayor asintió golpeándole la frente un poco como Itachi en su momento lo hizo con él.

—Ve por tu bolsa de shuriken y kunai te esperaré aquí —murmuró inclinándose un poco para poder hablarle.

—¡Sí Oto-san! —el pequeño corrió hasta su cuarto y cuando escuchó la puerta cerrarse se fijó en los claros orbes de Gaara.

—¿Vino?

—Sí —espetó escuetamente mientras se marchaba al refrigerador por algo de comer.

—Anoche no llegaste.

—Me quedé con él.

—Pareces más pareja de él que mía.

—¿Lo matarás por eso?

Golpe bajo.

—Sasuke…

—No fue mi intención, sabes que Naruto sólo es mi amigo —pero ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho.

—Yo también iré a dejar a Daiki —dejó la taza en la mesa y se levantó para hacerle frente al Uchiha.

Ambos se miraron por un tiempo… a veces pensaba que separarse del Uchiha era lo mejor, dejarlo vivir al lado de sus amigos y verlo libre pero…

Mío

—No te dejaré ir, ¿lo sabes cierto? —murmuró el Kazekage mirándolo fijamente.

—Hn…

Un amor enfermizo por parte de ambos.

—¡Oto-san, Chichiue ya estoy listo! —exclamó el menor con ganas mientras mostraba a su Chichiue sus armas para que las ordenara.

—Escucha bien Daiki —comenzó el pelirrojo mientras se agachaba a amarrar la bolsa en su parte trasera —, no ocupes tus armas para dañar a tus compañeros y ten cuidado.

En verdad parecía su madre.

—¡Sí Chichiue!

—Cuídalas Daiki, y si no las sabes utilizar bien pídele ayuda al sensei, Chichiue o a mí, ¿correcto?

—¡Sí Oto-san!

—Bien, vamos.

El pequeño Daiko tomó la mano de ambos padres y caminó con ellos. En las calles de Suna todos veían al menor, el hijo del gran Uchiha Sasuke, el ‘hijo’ del Kazekage.

¿Lo odiarán? —pensó el Kage mirando de reojo al menor quien sonreía a todo el mundo, algo extraño sabiendo que ellos nunca sonreían —… ¿te despreciarán? —temía por él al mismo segundo que se sentía ansioso por ver cómo le iba en la academia.

…l nunca fue a ninguna porque no lo necesitaba, utilizaba su arena a su antojo pero Daiki era distinto, él era ‘normal’ pasando por el hecho de que no tenía madre y ése rol lo cumplía él porque quería ser lo que le había quitado al menor antes siquiera que tuviera raciocinio.

—¡Dai-chan!

—¡Oji-san Naruto!

—¡¿Eh y yo?!

—¡Oji-chan Kankuro, Oji-chan-Temari!

—¡Pero qué mono eres mocoso! —expresó la rubia mientras revolvía los cabellos del menor.

—¿Cómo estás enano? —preguntó el rubio cargando al menor quien se removía gustoso por las muestras de atención que le daban los mayores.

—Oto-san dice que tengo que ser un buen niño —dijo sonriendo como Sakura, los orbes de Naruto se tiñeron en un tono más oscuro para luego sonreír.

El hijo de su amigo… cinco años han pasado ya.

—Tu Oto-san dice muchas porquerías, si te aburres siempre te puedes escapar —murmuró el rubio en tono confidente aunque todos le oían.

—¡Hai Oji-san!

—No le enseñes mierdas a mi hijo dobe.

—Vamos Daiki, Oto-san y Naruto pelearan por un tiempo, vamos a la academia.

Gaara dejó al cuarteto allí peleándose entre sí mientras Daiki se despedía emocionado viendo como todos los demás niños marchaban con sus madres a la academia, pronto su sonrisa se desvaneció.

—Nee Chichiue, ¿por qué yo no tengo madre?

Cinco años han pasado ya… ¿no es gracioso Sasuke?, tu hijo pregunta por su madre a la que yo maté.

—¿No crees que así es mejor? —contestó con otra pregunta ganándose la interrogante mirada del menor —, las mujeres chillan y lloran mucho… además no puedes pegarles muy fuerte y una vez al mes se vuelven unas bestias… ¿no es mejor tener dos padres que una madre y un padre?

¿Cierto que es mejor?

—¡Sí Chichiue!, me tengo que ir… te quiero mucho ¡adiós!

—Cuídate…

Yo también te quiero Daiki…

—Pórtate bien y no le hagas caso al baka de Naruto —dijo al final Sasuke quien permanecía alejado, pero con la voz suficientemente alta para que su hijo lo escuchara.

—¡Sí Oto-san!

Su hijo… suyo y de Sasuke… mío…

—Mío…

—Vámonos Gaara —murmuró el Uchiha arrastrando al menor de la mano camino a Temari, Kankurou y Naruto quienes los esperaban para celebrar.

—Ustedes son míos, ¿lo sabes cierto?

Amor enfermizo…


Notas finales:

*Chichiue: Padre.

Sí, esto es un fin. Me gusta este capítulo, al final Gaara se desquicia un poco y pierde su norte.

Espero sus comentarios —enserio los espero xD—.

Saludos.

—OdiumAmoris—


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