Encontré un patrón de comportamiento entre Roy Mustang y mi hermano. Ellos se veían cada fin de semana, cuando casi no hay gente en cuartel general, y tenían relaciones sexuales en la oficina del coronel. Yo practique muchas formas de alquimia de ocultamiento, para seguir de cerca a mi hermano.
Y hoy llego el día en que pueda hacer contacto con él. Con la alquimia logre hacerme invisible y espere pacientemente a mi hermano fuera de la oficina de Roy. Escuchar los jadeos de Ed me hacían sentir intranquilo… quizás un poco sucio. Pero mi determinación era tanta que suprimí lo que sentía. Tenia que tener la cabeza bien fría para pensar con claridad todo lo que yo fuera a hacer. Parecía una eternidad el tiempo que espere escucharlos gemir, gruñir y jadear. Me asome por la cerradura, y vi a Edward recargando su pecho sobre el escrito, y a Roy penetrándolo por detrás. Mientras hacia eso soltó el cabello de mi hermano y lo sujeto con fuerza mientras lo embestía. Ed miro hacia donde yo estaba y pareció sonreírme. Eso me impresiono y me hizo alejarme de la puerta de inmediato. Por fin terminaron y Ed se despidió de Roy.
Cuando salio Edward, los seguí por las escaleras lo más rápido que pude y nuevamente al dar vuelta por el pasillo se desvaneció.
- Es imposible que con alquimia se desvanezca tan rápido – dije decepcionado
Me fui contrariado a mi casa, no podía ser más frustrante perderlo tantas veces. Trate de relajarme y pensar en otra manera de encontrarlo, así que me desnude y comencé a ducharme. Cuando salí de la ducha, me di cuenta que la recamara estaba oscura, ¿apague las luces?, no recuerdo. Intente encender la luz del cuarto, pero no servia:
- ¡Maldición!... otra vez ese maldito foco no enciende
Al buscar el apagador de la lámpara que estaba en mi buró, me tropecé con algunos muebles, perdí la toalla que me cubría y dije un sin numero de maldiciones. Por fin prendí las luces y mi sorpresa fue mayor. Edward estaba recostado placidamente en la cama, su cabello negro estaba suelto, tenía la camisa desabotonada, con una mano tocándose el pecho y sus ojos azules me veían de una forma… escalofriante.
- Vaya… veo que eres un hombre corpulento… y dotado - dijo Ed con cinismo al mirar mi entrepierna
- ¡¿Qué?! – grite mientras me cubría con un cojín mis partes privadas - ¿Qué haces aquí?
- Tu eres el que me estaba buscando – decía Ed mientras se incorporaba y se recargaba en el respaldo de la cama.
- ¿Me reconoces?
- ¿Debería?...
- Soy tu hermano Edward… soy Alphonse, tu hermano menor
- A si, Alphonse Elric. Roy me ha hablado de ti, pero creo que te confundes, yo no tengo hermanos.
- Edward… ¿no recuerdas nada?, ¿no recuerdas cuando éramos niños y jugábamos con alquimia?... ¿recuerdas cundo tratamos de revivir a mamá con una transmutación humana?... yo perdí mi cuerpo, y tu perdiste el brazo derecho y tu pierna izquierda.
- ¿Una transmutación humana? – pregunto Ed levantando una ceja
- Si… ¿recuerdas que me regresaste mi cuerpo y tu pasaste la puerta?
- La maldita puerta – dijo Ed bajando la cabeza y dejando que su cabello cubriera su rostro.
- ¿Cómo te regreso el coronel? ¿recuerdas algo?
- ¿Regresarme? Jajajajaja – comenzó a reírse Ed, dejándome perplejo – a mi me sacaron de la puerta creándome un cuerpo humano.
- ¿Qué quieres decir? –dije retrocediendo confundido
- Roy me explico que fui creado con un pedazo de piedra filosofal, y un cuerpo hecho de la sangre y cabello de un tal Edward. A través de una alquimia antigua, unieron mi alma a este cuerpo. Estaba tan obsesionado con ese niño, que decidió nombrarme de la misma manera. Aunque yo prefiero que me llamen Kage (Sombra)
- ¿Eres un homúnculo?
- No. Los homúnculos son solo imitaciones humanas, no tienen alma, yo si – decía él mientras se acercaba a mi
- ¿Por que haría Roy algo así? –dije retrocediendo asustado
- Por que el creía estar enamorado de tu hermano. Pero yo soy diferente, soy una versión perfeccionada… soy mejor amante
Mi rostro se desencajo, no podía creer que Roy se había atrevido a hacer algo semejante como la transmutación humana. Trate de correr, pero Edward se movió rápidamente y me arrojo a la cama. Yo trate de tocar mis palmas para hacer alquimia, pero el era mucho más fuerte que yo, y me amarro las manos en los extremos de la cabecera de la cama. Comenzó a desnudarse sensualmente mientras me decía:
- Te he visto espiarnos, he escuchado tu respiración agitarse tras la puerta, como tu corazón late con fuerza… como te excitas al vernos.
- ¡No!… ¡te equivocas! – dije tratándome de resistir
- Tranquilo, prometo que lo disfrutaras – decía mientras se quitaba la ropa lentamente y la arrojaba al suelo
- ¡Pervertido!
- ¿Yo?... ya veremos – me dijo el con una cruel sonrisa
Continuara...