CENA PARA TRES
Uchiha Sasuke era conocido por ser un hombre serio, frío, arrogante y orgulloso, a quien le gustaba sentirse superior a los demás, sumamente celoso, posesivo y más que nada poseedor de un pánico a los compromisos formales. Todo esto lo sabía muy bien Uzumaki Naruto, su actual pareja. Ellos habían tenido un comienzo difícil, lleno de discusiones y problemas, pero en algún punto se volvieron amigos y posteriormente se enamoraron. Llevaban cerca de tres años de relación, desde hacía uno viviendo juntos, ya que eso fue lo máximo a lo que Sasuke accedió.
-Estoy tan cansado –comentaba Naruto, caminando hacía su departamento-, lo bueno que ya terminé el manuscrito.
-¿Naruto? –escuchó que lo llamaron- ¿Uzumaki Naruto?
Volteó y se encontró con un pelirrojo de ojos color aguamarina.
-¿Gaara? –su sonrisa se amplió y corrió hacia él- ¡Gaara!
-¿Qué?
-Sí, me encontré con Gaara hoy. Estará dos semanas en la ciudad.
Sasuke tenía un tic en el ojo por ver la sonrisa de su novio. Era el Vicepresidente de Uchiha Corp. y había tenido un arduo día de trabajo. Estuvo cenando relajadamente hasta que el rubio le contó su encuentro. Y eso fue suficiente para acabar con su tranquilidad. Sabaku no Gaara, cómo odiaba a ése sujeto. En realidad no lo conocía en persona, pero tenía un motivo muy valioso para detestarlo: se trataba del ex esposo de Naruto. Según lo que sabía, ellos fueron amigos desde pequeños, cuando crecieron comenzaron a salir juntos y a los dieciocho años se casaron. Pero se dieron cuenta que había algo que les faltaba, por lo que tras dos años de matrimonio decidieron que lo mejor era divorciarse. Entonces Gaara recibió una beca para terminar su carrera en el extranjero y desde entonces estuvo lejos. Hasta hoy.
-Eh... Sasuke... Bueno, es que... Gaara vendrá a cenar mañana.
-… ¡¿Qué?!
-Parece que Tema-chan le comentó que vivía contigo y él insistió en querer conocerte. ¿Está bien?
Claro, tenía que ser Temari, la esposa de Nara Shikamaru, uno de los mejore amigos de Naruto, quienes le pusieron muchas trabas para poder andar con él, ya que ella es la hermana del odioso pelirrojo.
-Ya qué –se rindió-. Él fue parte importante de tu vida, supongo que debo conocerlo.
-¡Muchas gracias, Sasuke! –respondió, sonriendo
Fue precisamente por aquella sonrisa que a pesar de odiar los compromisos formales, aceptó vivir con el rubio.
Al día siguiente en Uchiha Corp., Sasuke revisaba unos documentos en su oficina, pero no podía concentrarse.
-Otouto –entró un pelinegro-, escuché por ahí que venías de peor humor que de costumbre.
-Déjame en paz, aniki.
-Qué malo, deberías respetar al Presidente de la compañía.
El menor suspiró con fastidio.
-¿Y qué pasó?, ¿acaso peleaste con Naru?
-No es eso. Invitó a cenar hoy al idiota de Gaara.
-¿Gaara? Ah, su ex esposo. Kukuku, ¿estás celoso, otouto?, ¿te sientes amenazado?
-¡Claro que no!
Itachi sabía que una de las cosas que su hermano apreciaba de Naruto era que como el rubio estuvo casado, no parecía tener intensiones de sugerirle a su novio que dieran ese gran paso, ya que las palabras "boda" y "matrimonio" eran tabú para Sasuke.
-Pues tendrás que soportar la cena de hoy, otouto. Ten, para que te distraigas luego del enfrentamiento con Gaara.
Se trataba de un folleto que anunciaba la exposición de pinturas de un tal Sai.
-¿Y esto?
-Él fue uno de los mejores alumnos de Dei en sus clases de arte en Francia.
Deidara era el esposo de su hermano, daba clases en la Escuela de Artes, pero antes de casarse estuvo enseñando en Francia por un año.
-Creo que será un buen sitio para que Naru te perdone, porque conociéndote es muy probable que arruines la velada de hoy.
Mientras tanto en el departamento, Naruto se debatía sobre qué cocinar.
-Mmm... Podría preparar el platillo favorito de Gaara, pero no sé si eso molestaría a Sasuke. Ya sé, haré comidas que a ambos le gusten, aunque si por mí fuera cocinaría ramen.
Llegó la hora de la cena. Naruto estaba terminando de poner la mesa mientras Sasuke miraba televisión, o simulaba hacerlo. Fue entonces cuando escucharon sonar el timbre.
-Debe ser él. Sasuke, pon buena cara.
-Hum…
El rubio corrió a abrir la puerta y se encontró con el pelirrojo en cuyas manos sostenía una caja.
-Buenas noches, Naruto.
-Bienvenido, Gaara. Adelante, pasa.
-Gracias. Ten, traje un pastel de chocolate. Pensé mucho en traer un postre o ramen, sin embargo conociéndote capaz y eso cocinabas para la cena.
-Aunque no lo creas mi repertorio de recetas ya aumentó. Pero muchas gracias por el pastel, ¡amo el chocolate!
-Lo sé, lo recuerdo.
-Cofcof –escucharon una tos fingida
Sasuke había decidido intervenir porque no le gustó la forma en que ése individuo le hablaba a su pareja.
-Ah, sí. Gaara, quiero presentarte a mi novio, Uchiha Sasuke. Sasuke, te presento a mi ex esposo, Sabaku no Gaara.
Se estrecharon las manos con mucha fuerza, sin decirse absolutamente nada como "Mucho gusto" o algo similar. El pelirrojo lo miró de arriba abajo y sonrió cínicamente.
-Sí, eres exactamente como Temari te describió.
-Hum, pues tú también eres como te imaginaba –y pensó- <<Maldito idiota>>
Se miraban queriendo asesinarse, así que ahora fue Naruto quien intervino.
-Este... V-Vamos a cenar. Iré a guardar el pastel al refrigerador. Sasuke, guía a Gaara a la mesa.
-Hum. Por aquí, Sabaku.
Ambos tomaron asiento mientras el rubio servía los platillos. Estaba nervioso debido al ambiente tan tenso.
-Uh... C-Cuéntame cómo has estado, Gaara. Supe por Tema-chan que te encargaron la construcción de un puente muy importante en el lugar donde vives.
Primer golpe. A Sasuke le tembló ligeramente la mano al saber que su pareja se encontraba al tanto de lo que estaba haciendo el idiota pelirrojo.
-Sí, fue un proyecto bastante complicado pero muy gratificante. Ver sus obras terminadas es la meta de todo arquitecto. ¿Qué hay de ti? Supe que tus libros están teniendo mucho éxito.
-Jeje, más o menos. Ya sabes, me gusta dejar algo en mis lectores.
-Me di cuenta con "No olvides soñar", me hizo reflexionar mucho.
-¿Lo leíste?
-Por supuesto, he leído todos tus libros.
-Cofcofcof, Naruto, ¿me pasas la sal?
-¿Ah? Claro, Sasuke.
Segundo golpe. Cada vez le gustaba menos el rumbo de la conversación. Al parecer Gaara se dio cuenta porque volvió a sonreír con cinismo.
-¿Y tú, Uchiha? Escuché que eres empresario o algo así.
Sasuke estaba seguro de que lo hacía a propósito, ya que dudaba que no hubiera reconocido su apellido si era uno de los más famosos en Japón.
-Sí, lo soy.
-Sasuke es el Vicepresidente de Uchiha Corp., pero no le gusta presumir de ello –sonrió Naruto al azabache, el cual le regresó la sonrisa
Ahora fue Gaara quien se calló unos minutos.
-Entonces, ¿llevan mucho tiempo como pareja? –preguntó
-Casi tres años –le sonrió el azabache como diciendo "Más de lo que duró tu matrimonio con él"
-Ya veo... ¿Y todavía no tienen planes de boda?
Último golpe. Acababa de pronunciar las palabras que el moreno tanto odiaba. Estaba a punto de cometer homicidio cuando Naruto habló.
-No, nos tomamos las cosas con calma. Desde hace un año que vivimos juntos y así somos felices. Creo que eso es más que suficiente.
Ambos observaron la expresión sincera del rubio.
El resto de la cena transcurrió sin percances, hasta llegar a la hora del postre.
-Iré por el pastel –dijo el ojiazul-, ahora vuelvo.
Una vez se quedaron solos, Gaara miró a Sasuke.
-No me agradas –declaró-. Eres demasiado frío, siento que no sabes tratar correctamente a Naruto.
-¿Y tú sí?, ¿qué no fue por eso que se divorciaron?
-Yo amaba a Naruto, aún lo amo, pero como amigo. Y él igual a mí. Ese fue el error que cometimos, confundir nuestros sentimientos. Pero la forma en que él te mira es distinta, nunca había visto sus ojos brillar de esa manera. Cuando me enteré de que Naruto vivía con alguien quise saber cómo era esa persona, entonces mi hermana me habló de ti, tu carácter tan reacio, tu miedo a los compromisos serios. Entonces pensé que no eras adecuado para Naruto. Él es muy amable, se merece a alguien que lo ame y proteja siempre, que le corresponda de la misma manera.
-¿Quieres decir que no debería estar con Naruto?
-Quiero decir que eres un estúpido, porque de la forma en que están ahora alguien podría aparecer y arrebatártelo. Dudo mucho que vuelvas a encontrar otra persona como él.
-Aquí está, siento la demora, es que no encontraba los tenedores. ¿Eh?, ¿pasa algo?
-No te preocupes, Naruto -le sonrió el pelirrojo
Sasuke se quedó pensativo tras las palabras del otro.
Terminaron el postre y Gaara decidió marcharse.
-Gracias por la invitación, Naruto. La cena estuvo deliciosa.
-Al contrario, muchas gracias por venir.
-Recuerda, si necesitas algo, no dudes en pedirme ayuda. Adiós, Uchiha.
-Adiós.
Una vez se fue, el rubio miró a su novio.
-Te lo agradezco, Sasuke.
-¿Por qué?
-Por soportar la velada sin intentar golpearlo. Me disculpo si él fue rudo contigo, es sólo que está preocupado por mí. Supongo que no quiere que me lastimen.
-Está bien, lo entiendo –le abrazó-. Pero no pidas que me simpatice. Él jamás podrá caerme bien, no después de haber compartido tanto contigo. Y de que parece querer recuperarlo.
-Eres un teme –rió-. ¿Sabes por qué está en la ciudad? Vino acompañando a su esposo quien tendrá una exhibición de arte aquí. Me dijo que él se llama Sai y se casaron hace apenas dos meses.
Fue cuando recordó el folleto que su hermano le dio. Se trataba de aquél pintor que había sido alumno de su cuñado.
El sábado decidieron ir a la galería. Luego de una hora se toparon con el creador de las obras y su pareja.
-Mira, Sai, él es Naruto, mi ex esposo. Y su novio, Uchiha Sasuke.
-Es un placer, Naruto-kun –le estrechó la mano, sonriendo-. Gaa-chan me ha platicado mucho de ti.
-Gracias, el placer es mío.
-¿Qué te parecen mis obras?, ¿no te gustaría ser modelo para alguna?
Mientras ellos platicaban sobre las pinturas, los otros dos se miraban con recelo.
-Tú tampoco me agradas –habló el azabache-, pero esta vez tengo que darte las gracias.
-¿Por qué?
-Naruto, es hora de irnos.
-Ya voy –contestó el rubio
-Un momento, Uchiha, ¿gracias por qué?
-Olvídalo, maldito Sabaku.
La pareja se retiró y caminaron por las calles tomados de la mano.
-Sai es un hombre muy simpático. Me alegro que Gaara esté en buenas manos, se lo merece.
-Hum.
Naruto sonrió. A pesar de que su novio fuera tan serio, él estaba feliz por el simple hecho de poder permanecer a su lado. Pero lo que el rubio no sabía es que Sasuke había meditado mucho desde la cena con Gaara y llegó a la conclusión de que deseaba estar para siempre junto a Naruto, que nada ni nadie lo alejara de él. Era por eso que en el bolsillo de su pantalón traía una cajita con un hermoso y caro anillo dentro. Ahora sólo le faltaba el momento correcto, y el valor, para enfrentarse a su tabú y hacerle aquella propuesta tan importante a su adorado Naruto.
FIN
THE END
OWARI