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Al Final por Anako chan

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Al Final

Capítulo dos

Perseguido

Por Anako Hiten

En la oscuridad de mi vida

Busco una última luz

Ni siquiera el sol de día

Puede sacarme de este ataúd

Es hora de pagar por mis pecados

Aunque bien sé que de ellos no soy consciente

La esperanza no desea regresar a mi lado

Haciendo que de mí el dolor no se aleje”

Llegó hasta aquella gran puerta de entrada tambaleándose, sin darse cuenta de que dos pares de ojos lo miraban desde el puesto de vigilancia. Su ropa estaba sucia y rasgada al punto de parecer un pordiosero; su rostro denotaba el mal estado en el que se encontraba, y encima, la lluvia no lo ayudaba en lo absoluto. Mientras continuaba su camino por las calles de Konoha, una aldeana que pasaba por allí soltó el pie adrede para hacerle tropezar, exitosamente. Como solían hacerse charcos por la aldea cuando llovía, Naruto cayó de frente en él, enterrando su cara por completo. Al intentar levantarse, un peso en nuca se lo impidió.

— Maldita bestia… ¿Por qué rayos regresaste? —escuchó una agresiva voz masculina. Empleó un poco más de la escasa fuerza que le quedaba, y levantó su cabeza del charco, pero gracias a ello, recibió un fuerte puntapié en ella— Yo no te tengo miedo, monstruo¡no sé por qué aún no te han sacrificado!

— Hokage-sama es demasiado bondadosa con el Kyuubi, sólo porque es un chico… — dijo la mujer que le había hecho caerse.

Sin soportar más aquello, se puso de pie y corrió hasta su pequeña casa, donde nadie le criticaría ni humillaría de esa forma… al fin y al cabo nadie le esperaba allí.

Desde el incidente de Kakashi, dos años atrás, todo había cambiado de manera gravemente negativa: sus amigos se alejaron de él, hasta Sakura, de quien menos esperaba rechazo; supo que no tenía a nadie cuando, habiendo entrado a hurtadillas en la Torre Hokage, escuchó a la Hokage diciendo que Naruto era una amenaza demasiado grande para la aldea, teniendo 3 muertos en su expediente, y un gran número de heridos, como si de algún matón se tratase; los aldeanos lo humillaban y repudiaban, como vengándose por lo que el Kyuubi hizo en el pasado; los ANBU le perseguían para asesinarlo, pero como lograba escaparse por poco, desistieron, además de que Tsunade suspendió dicha persecución. Una gran parte de los aldeanos, molestos por la decisión de la Godaime, decidieron tomar la vida de Naruto en sus manos, y lo acorralaron para lincharlo. Sin embargo, el Kyuubi no quería que eso sucediera, y valiéndose de la debilidad mental de su contenedor, se liberó casi por completo, matando a dos personas. Pero Naruto no recordaba nada de lo que pasaba cuando aquel demonio se apoderaba de él, sino que poco a poco sentía como su mente iba nublándose, y su cuerpo debilitándose. Todo ello era consecuencia de que su cuerpo ya no era lo suficientemente resistente como para aguantar al Zorro de las Nueve Colas, y además, su alma y voluntad simplemente no tenían la fuerza que lo caracterizaba.

— Otra vez estoy completamente solo…— musitó cuando finalmente llegó a su casa, quitándose la chaqueta y cayendo al piso de la pequeña sala, expulsando todo el dolor acumulado— Todo por un demonio que está dentro de mí… lo he perdido todo… No… nunca tuve nada… esa familia, Sakura-chan, Sasuke… fue una ilusión… ¿Por qué…¡¡¡¿POR QU…EEEEEE?!!!

Aquel furioso bramido provocó que el kitsune cayera desmayado; días sin comer y carencia de fuerzas ocasionaron su desfallecimiento.


Otra mañana se abría paso, y el sol iluminaba parte de la torre Hokage, donde, como siempre había mucha actividad: integrantes y capitanes ANBU de aquí para allá, algunos chuunin cargando con cajas, y Shizune recorría el lugar junto a Ton-Ton, buscando unos pergaminos para su maestra. …sta última se encontraba en su oficina, acompañada por dos ANBU.

— ¿Así que ha vuelto?

— Sí, Hokage-sama, algunos aldeanos afirmaron verlo hace tres días, pero no se le ha visto desde entonces.

La rubia mujer se veía agobiada y algo afligida, y los ninja que estaban con ella proponían de nuevo cazar a Naruto.

— Si lanzáramos bombas de humo a su casa nos infiltraríamos sin problemas— propuso uno cuya máscara simbolizaba una liebre.

— Podríamos rodearlo fuera y--

— ¡BASTA! —gritó la mujer levantándose y golpeando el escritorio con sus puños— Dudo que quiera salir a la calle en estos momentos.

— Pero Hokage-sama¡no sabemos si volverá a atacar!

— ¡Déjenlo en su casa en paz! Ya asigné a Kotetsu y a Izumo para que lo vigilen fuera de su casa, si quieren refuercen la vigilancia¡pero NO SE ACERQUEN A NARUTO! —ordenó Tsunade volviéndose para mirar por la ventana.

— ¡Sí, Hokage-sama! —Obedecieron los ANBU, desapareciendo al instante en una nube de humo.

Un pájaro dorado se aterrizó en el marco de la ventana, canturreando alegremente mientras miraba a Tsunade, que apretaba un papel hasta hacerlo polvo.

º— Tsunade-baachan!!! — se acercaba él corriendo entre lágrimas— ¿Cómo está Kakashi-sensei¡Me dijeron que está muriéndose por mi culpa!

Pues está en el hospital, Naruto, pero fue un accidente¿no? —dijo ella agarrándolo por los hombros para calmarlo.

¡No lo sé! Estábamos entrenando, me estaba mostrando cómo mantener el sello del Kyuubi cuando estuviera transformado¡y no recuerdo más nada! —chilló el kistune cubriéndose la cara con sus manos— ¡No quiero que Kakashi-sensei muera, Tsunade-baachan¡NO QUIERO!º

Salió de la oficina, necesitaba dar una vuelta alrededor de la aldea a la que con tanto cariño Naruto protegía.

— Naruto… quería que fueras mi sucesor… no quería que esto sucediera… si el traidor ese no te hubiese abandonado…


Al fin estaba de vuelta en Konoha, aunque bastante machacado quedó luego de obtener su venganza. Ahora que ya no perseguía a su hermano, iba a buscar a su mejor amigo para juntos ajustar cuentas con Orochimaru. Mientras caminaba, algunos lo miraban sorprendidos, otros cuchicheaban entre ellos. Los ignoró, lo único que tenía en mente era encontrar a Naruto. En su camino, se topó con una mujer rubia de descomunales proporciones superiores.

— Vaya, así que el Uchiha traidor regresó a la aldea de la Hoja— dijo ella clavándole sus ojos inyectados de rabia— ¿Qué vienes a hacer aquí?

— Es mi lugar natal¿no? —dijo con es mismo tono de desdén que aplicaba la Godaime— ¿O tengo acaso prohibida la entrada?

— Alguien me convenció para que no te declarara ninja de rango S, traidor oficial del País del fuego. Ese alguien piensa en ti todo el tiempo¡y todo lo que le ha sucedido ha sido por tu culpa!

— ¿MI CULPA¡Quisiera saber por qué!

Ante tal contestación, el enfado de Tsunade aumentó.

— ¡CLARO QUE SÍ¡ERAS SU ÚNICO AMIGO, Y LO ABANDONASTE, TRATASTE DE MATARLO! — su voz comenzó a temblar— Por querer tener el poder suficiente para salvarte se transformó en un monstruo, involuntariamente, perdiendo poco a poco su consciencia, no aguantó tanto poder. ¡…L ERA QUIEN NECESITABA SER SALVADO, NO UN NI—O CAPRICHOSO COMO TÚ!

Demasiada información, demasiados remordimientos. Sasuke no hallaba como mantenerse íntegro ante la mujer que se le enfrentaba, pero era un Uchiha, no iba a mostrarse vulnerable ante nadie.

— Yo jamás recuerdo haberle pedido que me rescatara de nada— afirmó cerrando sus ojos con arrogancia— Así que lo que haya pasado por estar metiéndose donde no lo llaman no es mi proble--

¡¡¡PLAF!!!

La fuerza sobrenatural de la Godaime se mostró en un simple bofetón, quedando en el suelo por el impacto y su mejilla ardiendo. La miró sorprendido, y se puso de pie con dificultad, las heridas de su batalla anterior no habían sanado del todo.

— Si no hubiese sido por Naruto… ya un grupo de ANBU estaría detrás de ti para matarte… —añadió con odio y volteándose para irse, cuando se topó otro par de ANBU.

— ¡Hokage-sama¡Sasuke Uchiha ha regresado!

— Existe la posibilidad de que Uchiha sea el único que pueda encargarse de de Uzumaki.

¿Encargarse de Uzumaki? —Sasuke arqueó una ceja y se volvió, de frente a los ANBU y les preguntó con ira— ¿Qué quieren decir con “encargarme” de él, eh?

— Naruto Uzumaki se ha convertido en un grave peligro para Konoha, y es necesario eliminarlo para--

— ¿ELIMINARLO? —increpó el moreno— ¡VIEJA TSUNADE, NO ME DIGAS QUE APOYAS ESTO!

La aludida esquivó la dura mirada del muchacho, quien estaba por lanzarse a golpear a los enmascarados. Escuchar cómo se referían a Naruto le causaba indignación, estaba atónito.

— Como si fuese algún tipo de asesino en serie… mil veces se arriesgó por la aldea… a la que tanto ama… y ustedes… ¡USTEDES…!

Dejó el lugar, no lo soportaba, iba a encontrar a Naruto a como diera lugar.


— Regresaste¿eh?, espero que puedas evitar alguna tragedia, Sasuke, eres el único que puede hacerlo…

Luego de perder de vista al moreno, siguió su camino mientras fingía leer su libro, pensando en cómo ayudar a su alumno.


Despertó con un gran dolor de cabeza, tirado en el piso de la sala. Intentó ponerse en pie pero la debilidad era dueña de su cuerpo entero. No sabía cuánto tiempo había pasado inconsciente, sin comida por varios días y sin agua por tiempo indeterminado. Se avergonzó de sí mismo, por ser tan poca cosa.

º— Lo mejor es que desaparezcas¡das lástima!º

Las últimas palabras que había escuchado de Sasuke se repetían en su mente a cada momento. Cerró sus ojos, mientras brotaban unas finas lágrimas.

Tienes razón, Sasuke… —pensó al tiempo en que lograba pararse, y caminaba por su casita dando tumbos y la visión borrosa. Carecía de toda fuerza para moverse, más bien creía que el aire le ayudaba a desplazarse hasta su habitación, y llegó hasta su cama, cayendo en ella de una vez. Lentamente, buscó con su mano el portakunai, le quedaban tres todavía. Sacó uno de ellos y lo apretó en su mano derecha frente a sus ojos, viniendo recuerdos de su temprana adolescencia, cuando era feliz en aquella ilusión donde creía tener amigos. Recordó cuando envidiaba a Sasuke, cuando le gustaba Sakura, cuando se fue volviendo fuerte, cuando tuvo la batalla final contra Sasuke… también recordó la última voluntad de su maestro Iruka, quien murió luchando durante una rápida invasión del país de la niebla.

º— Naruto… no mueras fácilmente… eres el ninja más poderoso… de Konoha, así que conviértete en Hokage… podrás...º

— Iruka-sensei… si estuvieras aquí seguro sería diferente… ahora… Konoha sufre por mi culpa, pero ya no sufrirán más… —suspiró roncamente el rubio— y Sasuke… ojalá hubieras regresado… quería decirte que yo… yo…

Con su mano libre levantó su franelilla y tocó con la punta de sus dedos el sello hecho por Yondaime en su estómago, para luego rozar el espiral con el filo del kunai.

— Este sello… es lo que me ha traído tanta infelicidad… ya es hora de acabar con esto…


Corría desesperado hacia la casa aquel que llamaba amigo. Estaba solo y buscaban la manera de asesinarlo, no podía ser, Naruto debía estar muriéndose de la tristeza.

— Perdóname Naruto, te abandoné y te di la espalda cuando me necesitabas… pero llegaré hasta ti— se decía el moreno, impidiendo que una lágrima de rabia escapara de su ojo— Verás que te ayudaré, y juntos saldremos adelante, amigo, y nadie volverá a-- ¡UGH!

Interrumpió su carrera en seco cuando sintió una punzada en el pecho, produciéndole un terrible presentimiento. Prosiguió, hasta alcanzar el edificio donde el rubio vivía, y subió las escaleras casi sin rozarlas. Al llegar a la puerta, tocó, sin obtener respuesta. Temeroso, giró el pomo, abriéndose la puerta y mostrándole una sala relativamente ordenada. Nada daba indicios de que algo andaba mal, y la chaqueta negra de Naruto estaba allí, así que en silencio continuó caminando hasta llegar al pasillo, donde percibió un olor que hizo que su corazón palpitara a mil. Se llevó las manos a la boca por los nervios, caminando muy lentamente.

— Calma, Sasuke… calma…

La puerta de la habitación estaba entreabierta, y al asomarse soltó un grito mudo, y todo su cuerpo se congeló.


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