Llevábamos más de un año con la misma rutina, más de un año escondiéndonos de todos en aquel lugar oscuro para satisfacer nuestros deseos. Más de un año había pasado desde aquel primer encuentro, desde que nos encerramos una noche de lluvia en los vestuarios del club de tenis y nos dejamos llevar por el deseo a flor de piel, pero jamás me paso por la mente si en verdad me querías.
Me dicen el Tensai por que se jugar muy bien al tenis o por mis habilidades innatas e únicas p tal vez porque tengo facilidad ante aquellas cosas que para la gente son poco comunes, bueno quien como yo tomaría una garra de Zumo de Inui y querría mas por ejemplo, pero hay cosas que no puedo descifrar y no tienen que ver con las habilidades físicas e intelectuales sino con aquello que llamamos corazón, los sentimientos que sentimos entre personas y la verdad eso a mí me lastima.
Y me lastima no solo por el hecho de que te ame, Tezuka Kunimitsu, sino porque no se qué pasa por tu cabeza cuando me vez, que pasa por tu mente cuando hablamos, que pasa en verdad dentro de ti en esos días cuando nos encerramos en los vestuarios y sin más ni más dejamos que el deseo nos lleve hasta otra frontera y mis preguntas sin respuesta son: ¿Te importo? ¿Alguna vez te importaron mis sentimientos? Y esa pregunta rondan en mi cabeza sin parar y sus posibles respuestas me lastiman, mas mi corazón comanda a mi cuerpo cuando nos encontramos y cuando te vas lo único que tiento a hacer por conciencia propia es llorar.
Me di cuenta que te amaba desde la primera vez que te vi, tus ojos castaños me llevaron hacia ti, tu personalidad tan intrigante me llevo hasta ti, los mechones rubios de tu cabellera me atraían intensamente, mas yo soy humano y lo único que pudo hacer fue dejarme llevar por mi corazón, sin saber si me correspondías o no. Al principio nuestra amistad comenzó bien, mas nuestro encuentro en las canchas de tenis la fortifico a pesar de todo y mis sentimientos siguieron igual a cada instante, mas yo no quería perder tu amistar y por ello me guarde mis sentimientos ¿Qué aria yo si tu no me mirabas? Sonora loco para una persona sádica, pero me volví adicto a tu mirada y temía que si algún día tú te enteraras de mi sentir me dejarías de mirar y quizás, tan solo quizás, me odiarías y dejarías de hablar. Sabía que no sobreviviría a aquello y por ello no dije nada, por temor a perderte para siempre y a pesar de que mi corazón sufría todo estaba bien entre los dos.
Pero un buen día, nos quedamos encerrados en los vestuarios, estábamos en segundo año y llovía a cantaron afuera, el entrenamiento había sido suspendido y todos se fueron a sus casas, acepto nosotros dos, nunca supe porque no me fui mas solo quería estar a tu lado y disfrutar de tu compañía, pero a partir de ese día las cosas cambiaron entre nosotros. La lluvia había aumentado y los relámpagos se mostraban como la furia del mismo Zeus cada tantos momentos, fue entonces cuando te vi tomar una pastilla extraña de color azul y al principio no me molesto, pensé que se trataba de un tratamiento médico, pero lo que paso luego me hizo cambiar de parecer, aquel día de lluvia, acompañados por los relámpagos, me besaste con intensidad en los labios y después…nos dejamos llevar por el mismo ambiente, nos desnudamos e hicimos el amor, o al menos lo caracterizo así. Pensé que fue un sueño, un mero capricho de mi imaginación cuando desperté en el vestuario, pero me percate que estaba desnudo y tenía un fuerte dolor, más verte a mi lado todo sudado me hizo caer en la realidad, más al día siguiente comenzó mi cruel agonía.
No recuerdo cuantas veces lo hemos hecho ya, cuánto dolor he soportado, pero a partir de ese día hasta el día de la fecha nos hemos encerrado en los vestuarios para tener relaciones, mi corazón late fuerte cuando lo hacemos y yo me siento querido, pero cuando intento decirte algo un nudo en la garganta me lo impide y existen ocasiones en las que tú me demuestras indiferencia, a pesar de todo jamás hemos hablado al respecto, no sé si me amas, solo sé que soy para ti ese juguete a dónde vas a hacer tus necesidades.
Y la pregunta se vuelve a formular ¿alguna vez te importe? Porque la verdad, tu actitud hacia mí y tu forma de ser me lastiman, pero porque te quiero, porque te amo no te dijo nada, mas cada vez después de nuestras sesiones, cuando tú te vas, ese dolor que tengo en el pecho se trasforma en lagrimas de dolor intentando responder esa pregunta en mi mente.
Otro día mas y para el mal de mis males hoy es navidad, tenía planeado ir a cada con mi familia y pasar una agradable velada, pero una tormenta, como la de nuestra primera vez, me ha encerrado contigo de nuevo en este oscuro y frio lugar, la verdad no sé si alguna vez sentiste algo por mí, pero mi corazón no aguanta más cuando me aprisionas contra la pared más cercana y comienzas a desajustarme la ropa con rapidez, buscando saciar tu sed. Mis lágrimas comienzan a brotar mis ojos como un torrente y para mi desgracia recuerdo aquella pregunta y con ello llegamos hasta el momento de estar desnudos, no te importaron mis sollozos mas seguiste con tu juego y fue cuando levantase la cabeza después de practicarme sexo oral y te quedaste tieso.
No dijiste una sola palabra, solo me llevaste a tu pecho y comenzaste a consolarme, secaste mis lágrimas con cuidado y hasta me prestaste tu chamarra de capitán para taparme, yo quede inmóvil ante todo ese trato. Me miraste a los ojos y me besaste en los labios con suavidad y allí sentí mi corazón estallar en mil pedazos pequeños que hasta me imagine que se esparcían por el suelo del lugar.
-Te amo- te dijo entre sollozos después de aquel dulce beso.
-También yo- me dijiste al oído y mi corazón se acelero y en ese momento solo llore.
-Tezuka- dije mientras el llanto se apoderaba de mí.
Secaste mis lágrimas con suavidad y luego me abrasaste con fuerza, me pediste silencio y obedecí, pero esta vez no me besaste, te pusiste tu ropa y luego me llevaste a donde estaban tus cosas y de tu morral sacaste un osito de peluche que decía un te quiero en el centro- para ti, feliz navidad.
Y lo único que hice fue romper en llanto, esta vez me miraste con preocupación, secaste mis lágrimas de nuevo y me llevaste a sentarme hasta la banca, donde me colocaste en tu regazo y me preguntaste si estaba bien. Solo atine a sonreírte como siempre, pero me dijiste que querías la verdad, no la sonrisa falsa y entonces, agarre mi pecho con fuerza y te pregunte aquello que nunca me atreví a preguntarte.
-¿Te importo?- dije con miedo de saber la respuesta, aunque dudaba de los actos anteriores.
-Sí y mucho- me dijiste al oído y luego me abrasaste con fuerza.
Después de eso me colocaste con cuidado mi ropa sin decir nada y me llevaste hasta mi casa, te aseguraste que llegara hasta mi habitación y hasta me acobijaste, me pediste que me quedara en cama hasta mañana y me prometiste que vendrías una hora o dos antes para ayudarme a cambiarme, luego de un beso dulce en los labios te fuiste y me dejaste solo en la habitación.
Ha pasado un largo año desde aquello, ya he olvidado lo que pasaba en los vestuarios del club de tenis y nuestras aventuras en el, ya no somos alumnos de secundaria, ya no somos como niños que descubrían algo nuevo y este día, además se ser nuestro aniversario de novios, es nuestras primera navidad juntos. Tú te has hecho de fama, eres un tenista reconocido mundialmente y yo solo estudio en una escuela de bellas artes para ser el mejor fotógrafo de todos, solo para ti, aunque me dices a toda hora que no es necesario y que desperdicio mi talento deportivo.
La noche apenas comienza, he estado preparando todo para nuestra primera cena de aniversario y navidad, la verdad mi corazón está cantando porque cada vez que veo el reloj y veo que falta poco para las 12 siento una gran emoción por este primer aniversario. Veo a mi alrededor nuestro pequeño y acogedor hogar, un departamento de dos habitaciones en Alemania, con todos los nerviosos necesarios, pero lo único que necesito es a ti y en eso me acuerdo del reporte meteorológico y me alegro que allá nevado de sobremanera, porque desde que las temperaturas están bajo cero tu y yo dormimos juntos acurrucados en la cama y tu no vas a entrenar, salvo cuando te escapas y vas hasta el techo del edificio a hacer un peloteo.
La nieve ha vuelto a caer con lentitud y debo admitir que me encanta ver la nieve caer, y en eso me doy cuenta de la hora y termino apresurado los últimos detalles de la cena, estoy seguro que te gustara. A pesar que ya ha pasado un largo año desde que tu y yo comenzamos con la relación seriamente, y aunque creo que comenzamos al revés, creo que ya conozco todos tus justos, pues a alguien tan tradicional ya uno se imagina aquello que le atrae, una cena típica de Japón, por eso me esforcé consiguiendo ingredientes para hacer una sopa de fideos, Sushi del mejor y hasta el té que tanto te gusta, solo para ti.
Llegan las 11 de la noche y tu rostro se ilumina después de un día de mucho relajamiento en la habitación que compartimos, me abrazas y me besas, creo que le di con lo de tu cena favorita y ya me imagino la noche que nos espera. La cena pasa en silencio, ese típico silencio con el que nos decimos cosas con la mirada y termina con nosotros dos en la cama y la verdad eso me gusta que pase.
-¿te importo?- te pregunto al oído mientras me desviste en la cama, al parecer encontré la comida afrodisiaca para ti.
-Sí y mucho- me dices en el mismo tono que el año pasado pero esta vez le agregaste tu sonrisa, esa sincera que casi nunca muestras y me dices con cierta ternura a los oídos- siempre me importaste mucho.
He ahí esta respuesta, la que tanto ansié alguna vez tener y me encantaba que me la repitiera, al menos una vez al año, la verdad me da gusto haberme enamorado del hombre correcto y que este me correspondiera, pero lo que más me agrada de todo es que le importo mucho y lo mejor de todo es que cada navidad el me lo diría.
Fin