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Compartiendo Cuarto por Neriah

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Notas del capitulo:
Bueno aquí estoy de nuevo, espero que este capítulo también os guste y que dejéis muchos reviews, alimento de mentes como la mía (Inner: ¿Enfermas? ^_^) No, creativas ¬¬* (Inner: si tú lo dices...)

Por cierto, se me olvidó decirlo en el anterior capítulo, pero tanto este fic, como los personajes, entidades y asociaciones son completamente ficticios, cualquier parecido con personas o empresas reales será pura coincidencia.
Lo primero que vio Efrén al abrir la puerta hizo que casi le diese un infarto, su compañero de cuarto se paseaba por la habitación tal y como su madre lo trajo al mundo, sin siquiera un triste calzoncillo. Efrén levantó una ceja, a punto de empezar a sufrir un tic nervioso. -¿No deberías ponerte algo? -Preguntó con duda, “¿Esto se supone que es para que me vaya o para que me quede? Menudo cuerpazo tiene el chaval, ¿has visto que abdominales? ¿Pero eso es legal?” Carolus, o Carol, como había descubierto que lo llamaban el resto de chicos, se giró hacia él y con una sonrisa de gato le preguntó -¿Por qué? ¿Acaso te molesta que vaya desnudo por MÍ habitación? -El “mí” había sido remarcado con énfasis, con mucho énfasis.

Efrén bufo divertido. “No, si yo lo decía por tú propia seguridad, que uno no es de piedra” Pensó para sus adentros, sin embargo lo que dijo en voz alta, mientras se encogía de hombros y se dirigía a su escritorio fue -Por mí como si te pones una maceta en la cabeza mientras bailas sardanas alrededor de las camas, pero si te resfrías no voy a ser yo el que se preocupe. -El rubio lo miró entrecerrando los ojos, parecía desearle la peor de las muertes al castaño, pero aún no se iba a rendir, la noche sólo acababa de empezar, ya vería la sorpresa que se llevaba cuando abriese su mochila. Estaba en lo cierto, en cuanto el castaño se acercó a la desgastada bolsa negra y la abrió se oyó un grito de alarma. -¡Nooo! -Carolus se preparó para reírse del enorme salto y de la cara de pánico que pondría el chaval encima de la cama mientras gritaba ¡Una araña! ¡Una araña!

Sin embargo lo que ocurrió estaba muy lejos de lo esperado. Efrén se había puesto a ¿Regañar? A la enorme tarántula que le había metido en la mochila. -¡Pero Amanyta! ¿Se puede saber que haces en mi mochila? Alberto debe estar preocupado por tu fuga. ¡Parece mentira que no sepas como se pone cuando te escapas de la jaula! -El muchacho había cogido a la enorme araña pollito con cuidado en su mano, mientras con la otra sacaba el móvil de su cartera y marcaba un número. Carolus estaba estupefacto, todas las personas que habían tenido el “gusto” de conocer a su mascota, habían huido aterrorizadas, o se habían quedado petrificadas de miedo. Pero nadie hasta la fecha se había puesto a charlar despreocupadamente con su araña.

-Mama, dile al Tito, que no se preocupe por Amanyta que la tengo yo. Al parecer se había colado en su mochila -Carolus observaba la conversación que estaba teniendo Efrén con su madre, por lo visto no era el único que tenía una araña gigante. Al otro lado del teléfono, su madre le respondió algo que lo sorprendió bastante y empezó una discusión que cortó tan rápido como había iniciado, cuando una chispa de comprensión saltó a su cerebro. Sus ojos se clavaron en los de Carol taladrándolo con la mirada, al tiempo que le decía al aparato:

-No, mamá, no te preocupes creo que ya he encontrado al dueño. -Efrén colgó el teléfono y se acercó a Carol, tendiéndole la mano con la araña. -Creo que esto es tuyo. -Dijo con tono molesto -Oye ¿de verdad te piensas, que porque te pasees en pelotas, me llames niña o me pongas arañas en la mochila me voy a ir? Tío, si quieres echarme cúrratelo un poco más. ¡Ah! Y para tu información, tampoco me dan miedo los ratones, las culebras, ni ningún tipo de insecto. No tengo prejuicios hacia orientaciones políticas, religiosas o sexuales y creo que la música a todo volumen es una buena forma de empezar el día. Así que no intentes nada de eso. Además también creo que deberías saber que tengo dos hermanos con muy mala uva, por lo que conozco todas las bromas clásicas, algunas originales y he sido víctima de una gran variedad de torturas, que harían palidecer a un mafioso.

El rubio todavía estaba mudo cuando la araña se deslizó sobre su hombro dejada allí por Efrén mientras este se daba la vuelta, se ponía el pijama y se metía en la cama. No sólo se había reído de sus trampas, ignorándolas por completo, sino que además se había burlado de él, dándole “consejos” para facilitarle las cosas. Carolus se sentía herido en su amor propio y se dijo que las cosas no quedarían así. Aún le quedaban la pasta de dientes y los huevos en las zapatillas. Y si todo eso no funcionaba, empezaría a ponerse serio.

A la mañana siguiente, la primera frase que le vino al Castaño a la mente al levantarse, fue “¡Joder que guarrada!” la siguiente fue “Me cago en el rubio, en su puta madre y en todos sus muertos” cuando metió los pies en sus deportivas favoritas. Su cama era una mezcla de pasta de dientes, miel, espuma de afeitar, champú y, si su olfato no le fallaba, polvos de talco. Y para rematar el pringue, tenía los pies llenos de huevo recién aplastado. “Este capullo se va a cagar” Pensó, mientras se metía a la ducha tras hacer una bola con su pijama y las sábanas. Por suerte para él, y también para Carolus, porque sino lo hubiese matado; cada cuarto tenía su propio baño, con un lavabo, un váter y un plato de ducha. Tras salir de la ducha se puso unos vaqueros y una camiseta azul marino con un lobo blanco en el frente. Al parecer la primera noche y el primer día no era obligatorio llevar el uniforme, ya que a los nuevos se les entregaban los libros y los uniformes en la primera hora de clase, que ese día se utilizó para conocer a la tutora, repartir horarios e información sobre todas las actividades extraescolares a las que se podían apuntar los alumnos para no aburrirse.

Para su sorpresa descubrió que había más de una que le interesaba, entre ellas Kenpo-Kárate y fotografía, sus dos pasiones desde pequeño. De hecho su mayor tesoro era la cámara reflex que le había tocado a su hermano pequeño en un concurso de cuentos cortos y que éste le había cambiado por su play station y dos meses de hacer sus tareas de la casa. Y el Kenpo, había sido su manera de sacar toda la rabia y la impotencia que sentía al no poder hacer nada por él, cada vez que tenía una recaída de su enfermedad. Sobre todo últimamente, que cada recaída era peor que la anterior. Y Efrén sentía, aunque no quería admitirlo, que la enfermedad le estaba ganando terreno a su hermanito. Así que se alegró bastante al ver que las actividades extraescolares eran gratuitas y que podían apuntarte a tantas como quisieras, siempre y cuando eso no influyera en tus notas.

Las siguientes horas no fueron tan divertidas, pues consistieron en una serie de tests de treinta minutos, para valorar su nivel en las distintas materias. Tras la última hora que consistió en corregir ellos mismos todos los tests hechos, Efrén comprobó con agrado que estaba bastante adelantado tanto en física, como en matemáticas y biología. Aunque no le gustó saber que su nivel de inglés rayaba lo ridículo, ni que el francés era una asignatura obligatoria en aquel lugar. ¡Si él no había dado Francés en toda su vida! Ya podía verlo, un cero tras otro y estudiando hasta las tantas para ponerse al día. Se veía diciéndole adiós al Kenpo y a la fotografía, para encerrarse en su cuarto delante de palabras incomprensibles que no tenían ni pies ni cabeza. Tan inmerso estaba en sus sombríos pensamientos, que no notó la persona que se acercaba a mirar sus resultados por encima de su hombro.

-Vaya garrulo que estás hecho en idiomas. -La voz de Lucas lo sobresaltó, sacándolo de sus pensamientos. -¡Oye sin faltar! -Dijo mientras se giraba y le daba un empujón amistoso.

-¡Hey! Espera un segundo, ¿eso que veo en física es un diez? Si me dices como lo haces y me ayudas a imitarte seré tu profesor particular de Inglés y Francés por el resto de tu vida. O al menos del trimestre. ¡Por favor! ¡Di que me ayudaras! Si vuelvo a llevar la física suspensa mis padres me desheredan, por favor, por favor, por favor, por favor...

Efrén se carcajeó mientras le daba una palmadita amistosa a su amigo que le estaba poniendo cara de cordero degollado a la vez que se arrodillaba juntando las dos manos en un gesto de súplica. -Hecho, tu me enseñas idiomas y yo te enseño física. ¡Me parece un trato justo! -Lucas le dio un abrazo de oso que casi lo asfixia, asegurándole que era el mejor de sus mejores amigos. -De todas formas, si no quieres que Mire te acose por los pasillos, te aconsejaría que guardes ese examen de mates, o en cuanto te descuides te verás explicándole integrales y derivadas, sin saber como has llegado a su cuarto, ni por qué estás atado a la pata de su cama con una cadena.

-¿Vas a atar a Efrén a tu cama con una cadena? No sabía esas cosas de ti, Lucas... -Dijo Mireia apareciendo de repente, como si hubiese sido convocada al decir su nombre.
-En realidad, se supone que eres tú la que me va a encadenar a la pata de su cama. -Dijo Efrén con un encogimiento de hombros.
-¿Ah si? ¿Y puedo preguntar por qué voy a hacer tal cosa?
-Porque ahí donde lo ves, con sus pintas de malote de barrio, es un genio de las ciencias.
-Tampoco te pases que no es para tanto, además ¿Qué es eso de malote de barrio? pijillo descafeinado.
-¿Pijillo descafeinado? ¿Hablas de mí? ¡Soy Señor pijo para ti pellejo!
Mientras los dos chicos seguían peleándose de broma, Mire había estado examinando los exámenes de Efrén y cuando el chico quiso darse cuenta, tenía una mano esposada al brazo de la chica.
-¿Puedo preguntar de donde has sacado las esposas?-Efrén las miraba con cara de estar tramando algo.
-Pues las compré en una tienda, no son tan resistentes como unas de verdad, pero aguantan bien.-Contestó la chica poniendo su mejor cara de “Yo no he roto un plato en mi vida, pero no esperes que te suelte” -No te preocupes, cuando lleguemos a mi cuarto te las quitaré y te pondré una cadena más larga, no tendrás que estar tan pegado a mi todo el tiempo.
-¿También tienes una cadena? ¿Como es de larga? -La cara de Efrén parecía súbitamente muchísimo más interesada. Mireia decidió seguirle el juego, aunque no estaba muy segura de a dónde quería ir a parar.
-Bueno, pues la cadena será de unos tres o cuatro metros de largo, no es demasiado gruesa aunque si bastante resistente, pero podrás llegar desde la pata de mi cama hasta el baño. -Efrén pareció volver a la realidad durante un segundo y se dio cuenta de que todavía seguía esposado a la chica. -Tengo que pedirte algo, pero necesito que me sueltes, si me haces este favor te prometo ser tu esclavo como profesor de mates para el resto del curso.
-¡Eh! No prometas eso, que ya eres mi profesor de física.
-Bueno, pues formamos un grupo de estudio por las tardes, o algo así, ya nos organizaremos luego, pero ahora se me acaba de ocurrir un plan y cuando os lo cuente seguro que os encanta. Lucas y Mireia se miraron con una sonrisa pícara y dijeron al unísono -Dispara. -Por la cara que estaba poniendo el castaño, tenía pinta de ir a ser algo divertido.

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Desde el otro lado de la clase Carolus observaba la escena fastidiado, aquel idiota no parecía preocupado en absoluto, de hecho, parecía estar pasándoselo en grande. A este paso tendría que idear un plan muy bueno para lograr echarlo. Además había ido a juntarse con el grupito de la gata y la Barbie, así que no podría intentar el truco de dejarlo sin amigos, porque cuando ese grupo se fijaba en alguien y lo incluía en sus filas, ya no lo soltaba. En esa panda era difícil entrar, pero más lo era salir, porque eran una auténtica piña y el rubio no tenía muy claro como Efrén había logrado que lo aceptasen tan rápido, en realidad lo que Carolus no tenía claro, eran los requisitos para pertenecer al grupo, ya que cada todos eran completamente distintos los unos de los otros.

La Barbie era eso, una Barbie. Alta, de piernas estilizadas, ojos azules y una melena rubia que le llegaba hasta la cintura. Tenía un estilo único para vestir y se veía guapa hasta con el uniforme del colegio. Era refinada y nunca decía una palabra más alta que otra, pero por alguna razón siempre lograba que hiciese lo que ella quería y encima acabas creyendo que todo había sido idea tuya. Por su parte, su hermano era un tipo bastante corriente, con una afición desmedida por los deportes en general, y por el tiro con arco en particular. Así que normalmente se le veía con el uniforme de gimnasia corriendo de un sitio a otro, mientras cambiaba las botas de fútbol por una raqueta o su arco de poleas por un balón de baloncesto. Todos los equipos del colegio contaban con él para las competiciones y había más de una pelea, cuando coincidían dos partidos distintos.

La gata era una polvorilla que no paraba quieta un segundo, su pasión era el baile y tenía el cuerpo y la gracia necesarios para ello. Era ágil flexible y cuando sus ojos brillaban y ponía cara de estar tramando algo, el colegio entero temblaba. Ahora que ya estaban en Bachillerato, se había calmado un poco, pero durante la primaria y la secundaria sus bromas habían sido el terror de profesores y alumnos por igual. Aún recordaba la broma del viaje de fin de primaria, jamás había visto a una muerta tan bien hecha, ¡Hasta la profesora se lo creyó!

Y por último estaba Lucas, cuando estaba con sus amigos Lucas era un tío normal, pero si mirabas su cuenta corriente descubrías a un genio de las finanzas de tan solo diecisiete años. Además el chico hablaba cuatro idiomas a la perfección: Inglés, Francés, Alemán y Castellano. Fruto de que sus padres, una Alemana y un Francés ambos de ascendencia española, se habían conocido en Londres y tras una serie de incidentes habían acabado teniendo un hijo y viviendo en España. Con la historia de los padres de Lucas, se podría escribir una comedia romántica rollo “Tienes un e-mail” o “Te puede pasar a ti”.

Bien mirado, parecía que el requisito para entrar en el grupo era tener algún talento destacado, pero por el momento el nuevo no había demostrado ninguno, a no ser que se contase la paciencia extrema como tal. En fin, Carol decidió dejar de darle vueltas al tema y empezar a planear la siguiente broma pesada.

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Durante la cena se reunieron con Pablo y Paula que no estaban en su clase, debido a que ellos iban por el bachillerato cientifico-técnico en lugar de por la doble vía. -Hey, he visto que te has apuntado a Kenpo, nos veremos por el gimnasio. Siempre es bueno tener a algún cinturón blanco de más de siete años, par poder burlarse de él. -Efrén sonrió ante el comentario de Pablo -Pues siento desilusionarte, pero la ultima vez que miré mi cinturón, era un poco más oscuro.
-Amarillo también me vale -Efrén negó con la cabeza -¿Naranja o Morado? -Efrén volvió a Negar y empezó reírse por la cara de fastidio de Pablo. -Lo siento, pero soy marrón, me estoy preparando el negro. Pero si te sirve de consuelo, puedes reírte de mi por no ser negro. -Pablo negó con la cabeza fingiendo abatimiento. -No puede ser, ¡Tiene más cinturón que yo! -Toda la mesa se echó a reír ante el comentario, cuando se calmaron, fue Lucas el que tomó la palabra.

-Bueno, chicos, llega el momento de ponerse serios. Efrén ha tenido una idea estupenda esta mañana. -Efrén miró Lucas levantando una ceja. Su “plan” no era estupendo, era sólo una pequeña broma, que no era necesario que supiera más gente que Lucas y Mireia, de hecho, con Mireia le hubiese bastado y sobrado, pero como Lucas estaba delante, pues también se la había ocntado a él. Por descontado que sería divertido, pero al fin y al cabo el resto no lo disfrutarían ya que no estarían presentes y... -Efrén ha propuesto que organicemos un grupo de estudios. -Efrén se quedó perplejo ¿Esa era su ida estupenda? Empezaba a pensar que Lucas debía redistribuir su sistema de valoración de ideas. Al parecer no era el único que pensaba lo mismo.
-Pero si acabamos de empezar el curso.
-¿No nos puedes dejar ni dos semanas?
-Tío, déjame disfrutar de la primera semana de curso.
Las tres quejas habían salido de forma simultánea de sus otros compañeros de mesa que ahora lo miraban mal a él por ser el que dio la idea. -Eh, a mi no me miréis que fueron ellos dos los que me acosaron para que les diese clases. -Respondió señalando a Mire y Lucas. Pero no pareció suficiente excusa, seguían mirándole mal.
-Bueno, basta de miradas asesinas. He empezado a organizar ya los grupos de estudio porque luego llegan los preparativos de Halloween, los puentes de noviembre, el de diciembre y cuando queremos darnos cuenta tenemos las evaluaciones encima. Así que este año, pienso haceros trabajar en serio y no pienso dejar que me liéis. -Esta última frase había sido especialmente dirigida a Paula y Mire, que miraron para otro lado, fingiendo no haber escuchado.

El resto de la cena fue una explicación esquemática del horario de cada uno y las horas que podrían aprovechar para estudiar juntos y hacer ejercicios en grupo. Observaron, gratamente sorprendidos, que según había hecho los horarios Lucas, tenían un montón de tiempo libre. Además, había tenido en cuenta las actividades extraescolares de todos y el tiempo que necesitarían por si les mandaban trabajos adicionales. Aquel hombre era un monstruo de la organización.

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Efrén abrió con cuidado la puerta de su cuarto, esperándose cualquier cosa desagradable, o un nuevo pase nudista de su compañero, pero nada sucedió. Después de la cena había ido al cuarto que compartían Pablo y Lucas para jugar un ratito a las cartas, era una pena que después de cenar las chicas tuvieran prohibido el acceso a las habitaciones de los chicos y viceversa. Eran las once y media, le quedaba media hora hasta hasta el momento en que le obligarían a acostarse. Al parecer en aquel colegio, los alumnos tenían una hora para acostarse dependiendo del curso en el que estuvieran. Las nueve de la noche para los de primaria, las diez para secundaria, las once para primero de bachillerato y las doce para segundo.

Excepto los viernes, que según le explicaron sus nuevos amigos, como al día siguiente no había clase, los profesores hacían la vista gorda con respecto a la hora de acostarse. Efrén preguntó que por qué no pasaba lo mismo con el sábado, ya que el domingo también era fiesta y ahí fue cuando descubrió, para su consternación, que la misa era otra de esas cosas obligatorias en su nuevo colegio. Y él ni siquiera se sabía el padrenuestro.

Así que entró de puntillas en el cuarto, no había nada extraño y su compañero parecía dormir profundamente. Le dio un suave golpecito en el hombro y ni se movió, perfecto, Carolus parecía de esas personas que cuando duermen no se despiertan ni aunque les pongas una banda de músicos completa a tocarles en el oído. Mejor así podría llevar a cabo su idea con menos peligro, el rubio se iba a llevar una sorpresa si intentaba hacer algo esa noche.

Tras llevar a cabo todos los preparativos, Efrén se metió en la cama, aún con diez minutos de margen, notó que había algo raro, como bultitos dentro del colchón. Metió la mano para ver de que se trataba y descubrió un par de calcetines usados que no olían ni la mitad de mal que los de su hermano mayor y unos calzoncillos sucios. “Este tío es idota” Fue su único pensamiento antes de coger la ropa sucia y ponerla el cesto de cosas para lavar de Carolus. Volvió a echar una mirada a la cama de su compañero y no pudo evitar que una sonrisa aflorase a sus labios, al menos esa noche dormiría tranquilo.

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-Pero ¡Que cojones! ¡Suéltame desgraciado! ¿Se puede saber qué coño has hecho?
Los gritos vespertinos de Carol, fueron los que sacaron al otro chico de su sueño. En la cama de al lado, un muy enfadado rubio luchaba intentando liberarse de las cadenas y las esposas que con que lo había atado Efrén la noche anterior. El castaño había puesto un cuidado extremo en no despertarlo mientras lo ataba con cadenas y esposaba su mano y su pie derechos a los barrotes de la cama. Y cuando se trataba de hacer cosas sin despertar a la gente, Efrén era un maestro. Había entrado muchísimas veces en las habitaciones de sus hermanos a gastar bromas mientras Alberto y Luis dormían, casi tantas como ellos en la suya. De pequeños, tras ver cierta película de Victor Wong, solían jugar a ser ninjas y a que eso era parte de su entrenamiento, así que ahora era casi un experto, sobre todo si su “victima” tenía un sueño tan profundo como el de Carolus.

-Lo siento, -dijo conteniendo la risa -Pero tenía que asegurarme de que hoy me levantaba limpio. No es nada personal, es sólo que me gusta llegar a clase sin resto de huevo en las deportivas y como hoy tenemos gimnasia, no quería que me estropeases el otro par que me quedan, mientras se lavan las que me ensuciaste ayer.

Efrén estaba seguro de que si las miradas matasen, llevaría muerto más o menos cinco minutos, pero no le preocupaba, ese pijillo se tenía bien merecido sufrir un poco. Así que sacó con parsimonia el uniforme de su armario, organizó tranquilamente su bolsa de deporte con las cosas para gimnasia y Kenpo y comprobó varias veces que los libros que necesitaría durante la mañana estaban en su mochila. Cuando cogió la toalla y el neceser para meterse en la ducha, oyó la pregunta llena de ira contenida de su compañero.

-¿Es que no piensas soltarme? -Efrén se giró hacia él fingiendo sorpresa. -Vaya, lo siento, es que como hoy no incordias, me había olvidado de ti. -Dijo con una sonrisa que hubiese dejado en ridículo al gato de Chesire. Se acercó al chico encadenado y abrió las cerraduras de las esposas y del candado que ataba la cadena, y mientras Carolus, se quitaba de encima todo el peso, cogió su ropa y se metió en la ducha aún riéndose por lo bajini.

Cuando salió de la ducha, descubrió que su uniforme y su toalla ya no estaban encima de la taza del váter, donde los había dejado antes de entrar en la ducha. Suspiró pensando que sería la venganza de Carolus, mientras salía del baño, rezando porque le hubiese dejado algún uniforme en el armario. Por eso le sorprendió tanto ver tanto su ropa como su toalla encima de su cama. -¿Esa era toda la broma? ¿Cambiarle la ropa del baño a la cama? Ni siquiera lo había podido hacer para que pasase vergüenza, porque no había ni rastro de rubio en la habitación. Como no lo hubiese hecho para hacerle pasar frío... Fue lo único que se le ocurrió mientras se secaba con la toalla y se ponía el uniforme. Tardó diez minutos en conseguir hacer un nudo decente a la dichosa corbata, pero eso sí, había que reconocer que el uniforme era bonito. Camisa blanca, pantalón beis, zapatos negros, corbata verde oscuro y en lugar del típico jersey de lana, chaqueta de traje a juego con la corbata. Echó un último vistazo al espejo, para comprobar que todo seguía en su sitio y su corbata no había decidido rebelarse de nuevo y bajó corriendo a desayunar con la mochila colgando de un hombro.

En lo que no se había fijado era en la pequeña cámara de fotos con temporizador, que parecía casualmente apuntada hacia la puerta del baño por la que había salido... Desnudo.
Notas finales:
Bueno, y hasta aquí el nuevo capítulo, espero que os haya gustado. Me he dado cuenta mientras lo escribía, de que este es otro capítulo de presentación de personajes del bando de Efrén para irlos conociendo un poco mejor. Ya presentaré a los profesores y a algunos otros alumnos que aún no han salido. De hecho quedan un par de personajes importantes por aparecer y las respectivas familias de Efrén y Carolus que tendrán importancia en la historia. Ya veréis como...

(Inner: Aunque ya conocéis la voz de madre de Efrén por teléfono y sabéis que su hermano se llama Alberto, lo llaman Tito y tiene una tarántula.)

Reviews?? Pliz Y como diría Raúl Sender: Si te gustó recomiéndaselo a tus amigos, si no te gustó, recomiéndaselo a tus enemigos. ^__^

GLOSARIO:

Sardana: Baile típico de Cataluña, que no sabría explicar :P si queréis saber más Google, lo sabe todo y youtube, también :P :P

Araña pollito: Es un tipo de tarántula poco agresiva, bastante común como mascota (Inner: Común entre los pirados que tienen arañas gigantes como mascota) Es algo así: http://farm1.static.flickr.com/161/356856157_156fcca795.jpg

Pirado: Loco, tarado.

Móvil: Abreviatura de teléfono móvil. También llamado celular :P :P :P

Bachillerato científico-técnico y doble vía: En Madrid hay varios tipos de Bachillerato, dependiendo de lo que quieras hacer después. Aunque todos los bachilleratos comparten Inglés, Historia, Lengua y Filosofía, luego en función de la vía que cojas tienes unas asignaturas u otras. Por lo general, el científico-técnico tiene Dibujo técnico, Física, matemáticas y otra asignatura a elegir entre CTM, Química y biología. mientras que la doble vía tiene Física, Mates, Química y Biología.

CTM: Ciencias de la tierra y el medio ambiente.

Cinturones de Kenpo por orden: Blanco, Amarillo, Naranja, Morado, Azul, Verde , Marrón y Negro.

Gato de Chesire: Es el Gato de Alicia en el país de las Maravillas, conocido por su enoooorme y siniestra sonrisa.

Cierta película de Victor Wong: Me refiero a tres pequeños ninjas. Es una peli de tres niños que son entrenados en el arte del ninjutsu por su abuelo(Victor wong) y que por circunstancias del destino, acaban enfrentándose contra una banda de malos malosos. Una mezcla interesante entre Karate Kid y sólo en casa.

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