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Síndrome de culpa por maxi anime

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Notas del fanfic:

 

Declaimer: los personajes de SAINT SEIYA no me pertenecen son de Masami Kuramada, no gano nada monetario con este fic

Notas del capitulo:

 

A este fic lo hice una mañana en que estaba deprimida, razón, había desaprobado un parcial, vi unas imágenes de AiorosxShura en internet y me puse a escuchar música algo depre, véase Kudai, la primera parte sí que esta algo deprimente…quizás de aquí salió lo del Cid, espero sea de ser agrado.

Las estrellas brillaban con intensidad, pero por más extraño que fuese yo no podía verlas, veía solo la oscuridad que me rodeaba, camine buscando luz pero solo encontré una habitación con velas, al entrar note que había una especia de mesada para ofrendas a los dioses, a un costado una bríllate armadura dorada que no reconocía y en aquella mesada de piedra caliza yacía un cuerpo cubierto por una sabana blanquecina, la saque y luego caí de rodillas, delante de mi veía un cuerpo masacrado, lleno de heridas, ensangrentado, el cuerpo de mi amado.

 

Cuando lo pude notar su mano se cayó de la mesada y me señalaba, de sus ojos salían lagrimas de sangre y de sus labios un ¿Por qué? ¿Por qué lo hice? Salgo a toda prisa de la habitación, ahora la oscuridad se trasforma en sombras diversas, todas me señalan, una me mira y de ella sale un gran león dispuesto a comerme y sus fauces de inmediato me tragan, mis ojos me arden, mi corazón me duele, miro delante de mí y veo a aquella figura superior diciéndome “bien hecho” las sombras me vuelven a rodear y lo único que veo es a un niño llorando sin consuelo culpándome por lo acontecido.

 

-¡Shura! ¡Shura!- escucho una voz suave, dulce y reconfortante y lo único que puedo hacer es llorar, es su vos…su vos…

 

-Shura, tranquilo, estoy aquí, despierta Shura-

 

Despierto aturdido, todo ha sido un sueño, junto a mi estaba el, aquel que estaba muerto en aquella mesa de piedra, me miraba con una sonrisa en su rostro y luego me abrazo, inconscientemente lo único que pude hacer fue llorar.

 

Desde que revivimos todo en mi vida ha sido muy diferente, comenzando con  la forma en que fuimos revivido, los primeros fueron los últimos en morir, Mu, Aioria, Shaka, el viejo maestro de los cinco picos y Milo, luego siguió Aldebarán ese mismo día, a la semana siguiente fuimos los cinco que murieron en la guerra de las doce casas, Saga, Camus, Mascara de muerte, Afrodita y yo, pero para mi pesar, casi un mes después lo trajeron a él junto al patriarca, los dos se veían radiantes y llenos de energía y él me sonrió como siempre, como si nada hubiera pasado.

 

A partir de que el regreso todo cambio, mi mundo se derrumbo, el siempre estuvo a mi lado, en buenas o malas y yo… fui capaz de matarlo. Desde su primer día el me aseguro que me seguía amando, que me perdonaba porque culpa alguna no tuve, Saga me dijo que no tenía que preocuparme, que el debía ser quien cargara con aquella culpa, mas mi mente nunca me dejo descansar en el remordimiento.

 

Volvimos a empanzar nuestra relación desde cero, teniendo yo que sortear obstáculos como el hermano menor, que a pesar que no sentía odio hacia mí y que me apreciaba, me la puso difícil porque quería saber si en verdad amaba a su hermano mayor, mas no tuve ningún otro problema además de ese. Cuando la vida debía regresar a la normalidad, para la mayoría lo hizo, mas no para mí, desde el primer día comencé a tener pesadillas, una tras otra acerca de ese día, primero me veía a mí ejecutando aquel acto y luego siendo absorbido por la oscuridad.

 

Las pesadillas eran continuas y cada vez más fuertes, hasta tal punto que comencé a llorar y a gritar al despertar, comencé a preocupar a varios, en especial a Aioros y Camus, que a pesar que nunca escucharon mis gritos me veían alterado y somnoliento, pero un día, Camus iba subiendo a su templo, después de una reconfórtate noche o parte de ella junto al escorpión y me vio, llorando y gritando entre sueños el nombre de mi amado, el de la novena casa del zodiaco y no dudo en avisarle, desde esa noche dormimos juntos en sagitario pero nada ha cambiado.

 

Desde mi niñez siempre he tenido pesadillas, desde el día en que llegue al santuario, siempre eran las mismas, hasta el día en que lo mate, allí cambiaron y se hicieron más temibles y comenzó a salir ese sentimiento de culpa que no me dejo nunca descansar, incluso después de morir siempre lo tuve, porque yo fui quien lo ejecuto, el que me dio todo y así le pague.

 

Recuerdo cuando llegue al santuario, mi maestro me había traído desde España. Después de haber roto con mi mano una roca del doble o triple de mi altura y espesor, después de haber caminado solo los montes pirineos y hacerlo en menos de una semana, había terminado mi entrenamiento y ahora solo me quedaba ser santo de oro, mi maestro, aquel que me había enseñado todo y me dedico casi siete años de su vida, había sido el santo de plata de vela, quien tiempo después, según me entere, murió.  Cuando entre a la sala del patriarca, el mismo me miro fijamente, a pesar de no poder verle la cara, podía sentir su mirada, parecía complacido, cuando me di cuenta dos santos de oro aparecieron, uno era el santo de Géminis y el otro el de sagitario, ambos recientemente habían recibido sus armadura y se veían muy confiados. Una luz fuerte dorada me cejo, cuando pudo abrir mis ojos allí estaba mi armadura ante mí y luego se coloco en mí, me lleve una sorpresa cuando note que era de mi talla.

 

-Haz recibido el honor, has demostrado ser digno de recibir la armadura dorada, a partir de ahora eres el santo dorado de capricornio, Shura de capricornio- había dicho el patriarca y luego eso mi maestro se fue, no volví a saber de él.

 

Fue recibido por el santo de Sagitario, Aioros, como era el más joven y vivíamos a una casa de distancia, y yo con diez años, un niño apenas, el de catorce, me invito a pasar un tiempo en su casa. Aquellos días fueron muy placidos, recuerdo que me llevaba de maravilla con el hermanito de Aioros, Aioria, de siete años y pronto portador de la armadura dorada de leo, a pesar de eso con Saga apenas logre cruzar palabra, no era muy abierto y si le saludaba con la mano no podía esperar mucha respuesta.

 

Casi un mes de llegar al santuario pasó algo…llamativo, mi primer beso. Estaba con Aioros en un prado, no muy lejos del santuario, Aioros me había prometido llevarme a un lugar bonito, no imagine lo hermoso que era hasta que lo vi, había un árbol bastante grande, estaba lleno de flores, casi repleto, había un pequeño lago y a lo lejos se podía ver un rio, el cual le daba sus aguas al lago. Nos sentamos bajo el árbol, Aioros me dio un libro para leer mientras él se recostó a mi lado, cuando me di cuenta los manos de Aioros poco a poco bajaban por mi cuerpo hasta mi pierna y comenzaron a acariciarme la pantorrilla, me tense un poco y él me miro extrañado.

 

-¿Qué pasa?- me pregunto dulcemente, yo me sonroje como tomate y me tape con el libro, el me lo quito y me vio a los ojos- Shura…

 

No se cuento tiempo paso, segundos, minutos o horas, ambos nos mirábamos fijamente y de pronto Aioros comenzó a acortar la distancia, estaba algo tenso, nervioso, el lo noto, me tomo la barbilla con su mano y cerro la distancia con un simple beso en los labios, no era la gran cosa, solo una unión de labios. Luego de eso el me miro fijamente, yo me tape la boca algo avergonzado.

 

-Shura- me dijo en susurro, me quito la mano y me beso con más intensidad, mas deseo, mas amor si se podría decir, yo estaba tenso, sonrojado, pero luego me asuste cuando sentí su lengua entrar en mi boca allí inconscientemente solloce.

 

-No llores ¿acaso no te gusta?- me dijo suavemente- mira, si no quieres no lo hacemos más.

 

Era la primera vez que alguien me hablaba en ese tono, me demostraba cariño, desde el día en que murieron mis padres, yo le abrace fuertemente y asentí a su mirar, unos segundos después el me volvió a besar, esta vez con más pasión, me comenzó a gustar aquel beso, nuestras lenguas se encontrar y comenzaron a pelear entre sí, hasta que Aioros gano y la movió por toda mi boca, tenía un poco de miedo, pero me gustaba y mucho.

 

Aioros al parecer quería llegar a mas, me quito la camisa y el pantalón mientras el beso continuaba, luego comenzó a besarme el cuello y allí me vi, estaba casi desnudo y el tenia su pantalón desabrochado, me dio miedo, pavor, no sé si lo hice consiente o inconscientemente, me orine encima, Aioros noto lo que había pasado y se detuvo, se puso de pie y luego se quito el pantalón y la ropa interior, yo me tape con ambas manos la cara de vergüenza para no verle.

 

-Tranquilo- me dijo suavemente.

 

Mi curiosidad me gano, levemente quite las manos y vi a Aioros sin ropa desde la cintura hasta los pies, el se me acerco con su bóxer en la mano y me quito mi ropa interior de un tirón, me dio miedo y comencé a sollozar, pero cuando me di cuenta el me había puesto su ropa interior y comenzó a colocarme mi ropa, cuando estuve ya vestido él se coloco de nuevo la suya y guardo en el pequeño bolso donde tenía algunas cosas para nuestro picnic mi ropa interior.

 

-Puedo estar sin bóxer, tranquilo, avanzaremos poco a poco, pero quiero que sepas que te amo- me dijo tiernamente.

 

-Yo también- le dije casi en susurro y así comenzó lo nuestro.

 

Unas semanas después se celebraba una festividad en Atenas, bajamos los dos junto a Aioria a ver la feria y disfrutarla, Aioros me invito a comer su comida típica, ya que desde que llegue solo comía  comida que conocía, la española, si bien los platillos estaban deliciosos, pero me gusto mas compartir mi helado con Aioros, mientras Aioria se llenaba su cara de chocolate.

 

Llegada la medianoche nos fuimos hasta un prado no muy lejano al pueblo para ver los fuegos artificiales, me gustaron mucho los de rojo y azul, no sé si es porque los colores de las camisetas de la selección española son rojas y azules o solo porque tenía diez años y a mi todo me maravillaba.

 

A media noche paso algo por lo que llore muchas noches, con y sin Aioros a mi lado, todo mundo se estaba volviendo a sus casas, apenas conocía el pueblo, Aioros nos tomaba de la mano a mí y a Aioria para que no nos perdiéramos y no sé en qué momento lo solté y seguí mi propio camino, cuando me di cuenta acabe en un lugar extraño y oscuro, un descampado, con los pastos de varios metros más altos que yo y rodeado de un olor nauseabundo que invadía el lugar, mire a mi costado y tras de mi Aioros ya no estaba, comencé a llamarlo con temor, pero no hubo respuestas.

 

-Pero miren que tenemos aquí- escuche una vos a mis espaldas, cuando me di cuenta un hombre me había agarrado y me tiro al suelo.

 

El miedo se apodero de mi en aquel momento, estaba boca arriba en el pasto y el hombre, al que le calcule unos cuarenta a cincuenta años tenía la mirada desorbitada, de su boca salía un olor a Alcohol mesclado con alguna cosa extraña, estaba parado, mirándome detenidamente y luego note un bulto en su pantalón, el se dio cuenta y se desabrocho el cierre del mismo para sacar con su mano después su miembro.

 

Se me tiro encima de un momento a otro y comenzó a besarme en los labios, quince minutos tardo en desabrocharme el pantalón y sacar mi pene de él, para luego besarlo, lamerlo y morderlo intensamente, yo estaba asqueado, asustado y en un momento me orine sobre la boca de él, el reconoció el sabor o al menos supo que no era lo que esperaba, se levanto en seco y me miro con rabia, me levanto de un tirón y me llevo hasta donde había una roca donde el se sentó, me tomo del cabello y llevo mi cabeza hasta su pene,  me obligo a masturbarlo y beber su semen, lo que me dio mucho asco. Cuando se hubo vaciado en mi boca, me tiro al suelo y con desesperación rompió mi ropa, quede desnudo y con su mano comenzó a masturbarme mientras metía su pene dentro mío, luego comenzó el vaivén, algo muy dolores, comencé a llorar desesperado hasta que el termino en mi y su mano se lleno de mi liquido viscoso, luego se levantó, se sacudió la mano delante mío y estaba a punto de irse.

 

-Maldito bastardo- fue lo único que llegue a escuchar, cuando vi, Aioros estaba golpeando fieramente a aquel hombre y lo dejo sangrando e inconsciente, se me acerco rápidamente, se quito su chaqueta y me la puso- Shura, perdóname, es mi culpa…perdóname Shura.

 

Perdí el conocimiento poco después, cuando desperté estaba en un hospital, con Aioros tomándome la mano y llorando pidiendo que despertara, me comenzó a besar la mano y yo apreté la suya, el paso sus manos por mis cabellos y desde aquel día todo en mi vida cambio, por miedo solía dormir con él, siempre soñaba con aquello, pero cuando él me abrazaba se hacía sentir bien, querido y feliz. Nunca pasamos de besarnos, según él, por nuestra diferencia de edad de cuatro años era mejor esperar para tener relaciones sexuales, además de lo ocurrido, quería que nuestra relación estuviera completamente forjada y segura, segura de que nada ni nadie nos separaría, así yo le entregaría mi virginidad a él y el a mí.

 

Luego, cuando aun no estaba completamente recuperado, paso lo inevitable, tuve que hacerle daño, tuve que usar mi máxima arma contra él, pero no pude contenerme, no pude hacer nada, había algo que me quería detener, al mismo tiempo que algo me decía que debía hacerle daño, nunca entendí que me llevo a hacerle daño, pero siempre me lamente, en sueños, en la oscuridad, y en mi soledad, siempre me lamente haberle levantado la mano y él lo sabe.

 

Ya han pasado seis meses desde que los doce santos dorados volvimos a la vida, trece con Kanon de Géminis, las cosas no han cambiado mucho, Death sigue siendo el mismo temible y maldito italiano de siempre, con quien me gusta pelear, Shaka y Mu son los que meditan y mantienen calmas las cosas, Camus y Milo siguen son su relación amorosa, Afrodita con su alias de superioridad y amante de la belleza, otras cosas cambiaron, Saga tiene un gran resentimiento por lo ocurrido, siempre le pide disculpas a Shion y a  Aioros por ello, Aioria ya nos tolera, no me odia, pero al menos ya hablamos más que antes, Camus se volvió más…abierto, habla más y se expresa más, creo que es uno de los efectos postmorten de los que nos hablo el santo de libra, el que sigue siendo más sabio pero ahora que es joven es mas amigo, Aioros es el que no ha cambiado, es el responsable, el sabio, el legendario y a la vez sigue siendo el extrovertido, el cariñoso, no nos deja de abrazar a mí y a Aioria, como si aun fuéramos esos niños a los que tanto quiso hace trece años, salvo con que ahora ya tenemos ente veinte y veintitrés años, que somos hombres ya formados y claro, Aioria ya tiene pareja, Marín de Águila, algo que a nadie le sorprendió, menos cuando él nos dijo que pronto se casarían.

 

Debido a las fuertes depresiones  y pesadillas que sufrimos algunos, Mu, Aioria, Saga y yo estamos en el ese grupo, por orden de Athena nos llevaron a un medico en Japón, un Psicólogo conocido mundialmente. A algunos  nos sorprendió el resultado que nos dios, a Mu y a Aioria les diagnostico un trastorno en el sueño el cual derivaba en parálisis del sueño, en el caso de Mu, el tenia pesadillas donde era estrangulado y en varias oportunidades dejo de respirar que si no fuera por Kiki o su maestro Shion quienes lo despertaban y atendían, hoy estaría muerto, el médico le dijo que en sus pesadillas el sentía que en verdad era estrangulado, por lo sus músculos se paralizaban y por momentos el dejaba de respirar, algo parecido pasaba con Aioria, solo que soñaba que le pisaban el pecho hasta romperlo y en la realidad él sentía esa opresión como algo verdadero y por ello su corazón alentaba su marcha, de suerte Marín estuvo cerca de él cuándo ocurrió su primer y único paro cardiaco. Saga tenía un trastorno de identidad disociativo, pero decidieron estudiarlo más para descartar la esquizofrenia, ya que el presentaba si bien la mayoría de los síntomas de la primera, también tenia síntomas de la segunda.

 

A mí se me diagnostico síndrome de culpa junto a catatonia, causada por una psicosis maniaco-depresiva, no entendí muy bien lo que dijo, hasta que me explico que tenía problemas de depresión y posiblemente algún retraso de madurez que no estaba comprobado, a lo que dije que nunca tuve un retraso, el médico insistió a que era posible debido a lo ocurrido en mi niñez. Según el médico el síndrome de culpa es incurable pero con antidepresivos y pastillas para dormir se puede mantener una vida normal o más o menos normal.

 

Cuando regresamos a Grecia sin Saga, debido a que tenían que hacerle más pruebas, a todos nos dieron un frasco de pastillas y las recetas medicas para un año de medicación, recuerdo que cuando llegamos Aioros nos abrió los brazos y nos abrazo a mí y a Aioria, después que explicamos lo dicho por el médico, Aioros se ofreció a ayudarnos en lo posible, pero Marín se le adelanto de antemano y se llevo a Aioria, diciendo que ella era suficiente para el León, dejándome en manos de Aioros. Cuando fui a Sagitario le explique todos los pormenores de lo acontecido, Aioros me preguntaba con intriga si ese síndrome de culpa tendría que ver con lo ocurrido hace trece años a lo que me negué y le asegure que tenía que ver con lo ocurrido en mi pelea contra Shiryu, una mentira bastante grande, pero tenía su merito, Aioros no se echaría la culpa, conociéndole lo aria si le decía la verdad.  

 

A pesar de la medicación las pesadillas seguían muy intensas, nunca terminaban, nunca acaban y poco a poco formaban parte de mi rutina con Aioros, al dormir juntos desde aquella noche que Camus me descubrió llorando y gritando, no me molesta dormir con Aioros, me agrada, siempre creí que él era quien espantaba a mis pesadillas, pero desde que volvimos a la vida…no ha habido un solo día en que no las tenga y Aioros no puede hacer nada.

 

-Son las dos de la mañana…estas asustado- dijo preocupado- veamos algo de televisión, debe haber algo que te ayuda sentir mejor- tomo el control remoto de la mesa de luz y prendió el aparato, la pantalla se ilumino y vi algo que me causo asco, una pareja homosexual teniendo relaciones en un baño, de algún local, al parecer era una película, yo me di media vuelta y vomite a un lado de la cama, Aioros en tanto me miro extrañado- No me digas que…

 

-¿Qué?- dije preocupado mirándole.

 

-Shura, ¿nunca has visto pornografía cierto?- me dijo insinuante.

 

-¿Qué tiene que ver eso?- pregunte volviéndome a recostar en la cama.

 

-Shura, respóndeme, ¿viste alguna vez pornografía?

 

-No, contento- conteste molesto.

 

-Ósea que si tenemos relaciones te orinas- dijo secamente.

 

-No…

 

-¿Nunca has tenido relaciones? Además de aquello.

 

-No, nunca- dije secamente- buenas noches, tengo sueño.

 

-Estás alterado aun- dijo preocupado- ven.

 

-No quiero, déjame en paz- dije fastidiado.

 

-¿Qué pasa si te tocan? ¿Te mojaras?

 

-Déjame Aioros- dijo ocultándome entre las sabanas, Aioros se adelanto y metió su mano por debajo del pantalón.

 

-¡qué grande esta! Me acuerdo que era chiquito.

 

-No,  déjame- dije con miedo- suéltame.

 

-Soy yo Shura, tranquilo, no te lastimare…

 

-Aioros- solloce y de inmediato, sin poder detenerme había mojado mi ropa y la mano de Aioros.

 

-Si, es orina- dijo después de olfatearla.

 

Me oculte en las sabanas, no podía creer lo que hice, me dio miedo ver a Aioros a la cara, el quito las sabanas que me acobijaban y me miraba fijante, el no pedio tiempo, haciendo uso de todo su esfuerzo casi sobrehumano, me dio la vuelta y acobijo junto a él, luego se quito la camisa y recostó mi cabeza sobre su pecho.

 

-Ahora veremos esa película, avísame si se te para- me dijo con seriedad.

 

-Pero…- replique recrimínate.

 

-Nada, mira la película Shura, es una orden.

 

-Odio la pornografía- dije molesto- por favor Aioros no me hagas ver esa cosa.

 

-Nada Shura, creo que el médico tiene razón, no sé si con el síndrome de culpa, pero si con lo del retraso, es anormal que aun hombre de veintitantos años no se le pare al ver algo sexual, eres hombre así que mira atentamente.

 

-Aioros por favor- pedí secamente y comencé a sollozar- por favor, te lo ruego, esas cosas no me gustan.

 

-¡que pasa! Shura no llores, es solo que es anormal que un hombre…

 

-Para mí no- dije abrazándolo posesivamente, no sé porque, pero creo que con eso logre algo.

 

-Mañana veré que hacer- dijo pesadamente y apago el televisor- vamos, quizás sea solo cosa de dormir, buenas noches Shura.

 

-Buenas noches- respondí mas calmado.

 

-Recuerda que te amo y no dejare que nada de nuevo te haga daño, hasta mañana.

 

Desperté como a las diez de la mañana del día siguiente, Aioros me había traído el desayuno a la cama, y se recostó a mi lado, después del desayuno me dio las dos pastillas que debía tomar y me beso en la frente, como todas las mañanas y comenzó la misma rutina desde que volví de Japón, Aioros cambiaba las sabanas y comenzaba a acomodar la habitación, momentos después era hora del baño.

 

-Casa acomodada y limpia, hora del baño, vamos Shura, hay que ducharse.

 

Pensé que todo sería como siempre, que me sacaría todo menos la ropa interior y me iría directo a la bañadera, pero antes de que pudiese hacer algo Aioros me detuvo, me sujeto de la camisa y comenzó a desabrocharla lentamente, en ese momento pensé que sería porque quería ver alguna marca en mi o algo por el estilo, pero él estaba muy concentrado en lo que hacía, cuando me quito el pantalón y pensé que termino el me detuvo  y me bajo la ropa interior, Aioros me dijo que no temiera que ya era hora de avanzar y yo le asentí, me vio completamente desnudo y luego él se quito toda la ropa, me ayudo a meterme en la bañera y luego él se metió, me abrazo posesivamente y comenzó la larga rutina del baño.

 

-Tranquilo, es solo un baño, recuerda que no te are daño- me susurro, yo me tense un poco, Aioros lo sintió, me beso en la frente y nos rodio con su cosmos, me sentí un poco más tranquilo el resto del baño.

 

Aioros parecía estar algo inquieto antes y después del baño, pero aparentaba estar tranquilo, yo le mire, el me sonrió, cuando salimos del agua allí lo note, estaba excitado, lo tenía parado y no decía nada, se puso solo sus bóxer antes de salir y me ayudo a cambiarme, momentos después me llevo a la cama y el se encerró en el baño, supuestamente para terminar de cambiarse, salió un momento después, su pantalón no tenia bulto alguno, se había masturbado, en tanto yo, como ente al agua de igual manera salí, no me éxito estar desnudo junto a Aioros y eso al parecer era un problema.

 

Se recostó sobre la cama y se quedo pensando, por momentos se suspiraba molesto, le mire algo preocupado y luego chasqueo los dedos, lo mire sin entender y luego se me acerco lentamente y comenzó a besarme en los labios, en un beso lleno de amor y pasión. Estaba tan entretenido en el beso que no me di cuenta de que las manos de Aioros me desprendieron la ropa y habían sacado mi pene fuera de ella, de pronto deje de sentir sus labios y en cambio los sentí en mi entrepierna, cada beso, cada lamida de Aioros me excitaba y me hacía sentir bien, pero temblaba, a pesar que me gustaba el trato estaba temblando, tenía miedo, miedo de que todo saliera mal, miedo de no ser lo suficiente para Aioros y volvió a pasar, me había orinado, de suerte Aioros ya había lamia la base del pene cuando lo hice, me vio preocupado y se levanto, rápidamente cambio las sabanas y mi ropa y luego se fue a hablar por teléfono.

 

Me sentía demasiado mal, había arruinado el momento, me sentía horrible, parecía que todo en mi vida siempre saldría mal y de pronto tuve ansias, ganas de tomar algo y lo único que tenia a mi mano eran las pastillas antidepresivas, tome el pequeño frasco y lo mire detenidamente, luego me lo abrí y lo metí a mi boca, lentamente todas las pastillas se adentraron, eran como cincuenta al menos,  debía tomar dos al día y apenas había comenzado el frasco, me recosté sobre la cama y en eso el frasco se me callo de las manos, rompiéndose en miles de pedazos al llegar al piso. Aioros entro extrañado por el ruido y lo vio, mi vista perdida, el frasco roto, corrió a socorrerme, yo me encontraba ido, poco a poco iba llevándome de este mundo.

 

-Shura, Shura, Shura mírame, no dejes de mirarme ¿sientes esto?- dijo alterado y me apretó la mano, no respondí poco a poco comencé a ver borroso.

 

Continuara

Notas finales:

 

Gracias por leer el fic, algunas notas:

Debido a un rewiebs que me dejaron anoche, me puse a revisar los rewiebs de cada fic y me di con la casualidad que tenia 3 rewiebs nuevos, 1 en horóscopo y 2 en cuando nacieron los dorados (lost canvas) la decisión de que fic subir hoy ya la tome, pero mañana cuando suba la parte final del fic subiré el fic que me pidió Juna Ichijouji…el primero de los tres “Vacaciones” junto con el fic que Epsilon pidió “despertando en la oscuridad” y durante el trascurso de ambos fics publicare “por la manía de Milo” cuando termine “Vacaciones” o “despertando en de la oscuridad” recién subiré formando una familia, debido a que son fics largos, no los tengo terminados y son de más de cinco capítulos por el momento y hasta diciembre tengo que limitarme por el tema de la universidad, el 22 de diciembre terminan las clases, quizás allí actualice todos mis fics una vez a la semana, como hacía antes en Prince of tennis o cada dos semanas.

Ante cualquier cosa, pueden dejarme rewiebs, todo es bien recibido, críticas buenas, malas, tomatazos, amenazas.


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