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Implosión del alma por Dark Amini

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Notas del capitulo:

ESTA MEDIO COMPLICADO ULTIMAMENTE ACTUALIZAR... ASI QUE NO SE DESESPEREN.

 

ESPERO SUS COEMTARIOS!!!

Después del encuentro con Aarón en el pasillo, aún me intimidaba verlo de acercarse a mí, y prácticamente le huía. Sin embargo aún éramos rivales y yo aún debía mantener el mejor promedio. Un día en un maratón de preguntas, se hizo muy evidente nuestra rivalidad, a tal grado que entablamos una discusión. Al profesor se le hizo exagerada esta reacción y nos mando castigados al pasillo. Cosa que no me agradaba en lo absoluto, así que tome distancia de él. Desconcertado por mi reacción, me pregunto:

-          ¿Y ahora?  ¿a ti que te pico?

-          Nada… solo me siento incomodo, estando solo contigo - ¡que directo!

-          Ya somos dos… no soporto tenerte cerca – dijo mirando el techo

-          ¿Eh?... ¡soy yo el que debería sentirse ofendido! – dije con tono molesto

-          ¿Por tratar de abusar de mí estando convaleciente?

-          ¡Baja la voz!... ¡Fuiste tú el que me beso!... – dije tratando de moderar el volumen

-          ¡Yo no hice nada! – dijo también bajando la voz – tú te aprovechaste de mi, mientras estaba desmayado

-          Seguramente te desmayas parado… ¡idiota!...

En ese instante, termino la clase y el profesor abrió la puerta. Nos ordeno entrar y antes de que protestáramos, nos dijo:

-          Ya estoy cansado de tan absurda rivalidad. A partir de este momento trabajaran en un proyecto de ciencias, de la cual dependerá el 50% de su calificación

-          ¡¡¡¿Qué?!!! – gritamos al unísono - ¡Claro que no!

-          ¡No está a discusión! ¡Harán el trabajo juntos, con evidencia fotográfica de su participación en equipo para final del bimestre! – dijo enojado, mientras tomaba algo de aire para continuar – de otra forma, estarán reprobados ambos.

Ambos nos miramos con recelo, no queríamos estar juntos. Sin embargo tampoco queríamos reprobar la asignatura. El primer problema fue elegir el proyecto: a él le interesaba la anatomía de los anfibios y yo quería hacer algo relacionado con la ecología. Discutimos agriamente por un largo rato, hasta llegar a un acuerdo, donde estudiaríamos el impacto ecológico de charcas contaminadas en las ranas, donde mostraríamos su anatomía mutada por los contaminantes. Y aunque parecía titulo de una tesis, ambos quedamos conformes. Nos citamos a la semana siguiente con toda la información, y con ello, organizar una salida de campo.

Y por fin llego el esperado día, para ir a una represa cercana, donde ambos nos coordinaríamos para fotografiar, tomar muestras y todo lo relacionado con el proyecto.  Y aunque éramos serios en nuestro trabajo, el choque de nuestras personalidades era muy evidente. Mientras yo decía como medir la profundidad de la charca, él alegaba tener un método mejor… y así nos la llevábamos discutiendo durante el día.

-          ¡Eres un idiota Bruno! – me grito enfadado, cuando perdí la pluma con la que estaba escribiendo, a la orilla de la charca

-          ¡Cállate Daniel! – dije seguro de que era él, y no su otro yo - ¡Tu perdiste los tubitos con las muestras de agua!

Enfadado, Daniel me aventó al agua para pelear, pero no se dio cuenta que yo lo había sujetado de un ridículo morral que traía consigo. Ambos nos caímos al agua, y sin proponérmelo, le di un buen golpe con la rodilla en la barbilla. Daniel se quedo impávido sobre el agua, dándome un buen susto. Lo arrastre a la orilla, y estaba a punto de verificar su respiración, colocando mi oreja sobre su pecho, cuando el comenzó a reírse.

-          ¡Maldito imbécil! ¡me asustaste! – le dije enfadado, mientras me sentaba a su lado

-          Pones una expresión muy simpática cuando te asustas – dijo él, mientras se sentaba

-          No le veo lo gracioso – le dije molesto mientras me retiraba algunas plantitas acuáticas de la ropa

-          Bruno – dijo en tono suave

-          ¿Eh? – pregunte mientras volteaba a verlo

Y nuevamente me sorprendió, y me planto un beso. Yo me sobrecogí de la impresión, y lo empuje lejos de mí. Rojo como un tomate, lo vi acercarse, y como mero reflejo me incorpore e intente correr, pero él me cogió de un pie y me derribo. Una vez en el suelo, rápido como un animal, se puso encima de mí y me  sujeto las muñecas con fuerza. Con una sonrisa débil me dijo:

-          Eres muy predecible, eso me gusta de ti…

-          ¿Aarón? – dije con la voz cargada de miedo

-          ¡Whooo!... ¡me llamaste por mi nombre si equivocarte! – dijo con cara de satisfacción

-          Déjame en paz… ¡quítate de encima! – dije mientras me retorcía en la tierra

-          No quiero… hace mucho que no te beso y me voy a volver loco si no lo hago… -dijo buscando mi boca

-          ¿Más loco?... – dije con nerviosismo, provocando una sonrisa burlona en él – no… déjame en paz…

Y aunque forcejeaba, Aarón tenía mucho más fuerza que yo, y termino haciendo lo que deseaba, y yo al fin de cuentas accedí para evitar que buscara la piel de mi cuello. Me beso con pasión, se sentía en el movimiento de su boca, en su respiración entrecortada y en los leves mordiscos a mis labios. Ese día, ya sea por el cansancio o porque me había rendido, deje de luchar  y me deje besar sin resistencia alguna. El aprovecho eso para poner sus manos en mi rostro y besar profundamente mi boca, introduciendo tímidamente la lengua y buscando respuesta. Y creo que yo involuntariamente le correspondía, mientras cerraba los ojos y apretaba los puños en la tierra. Sin embargo, Aarón busco ponerse más intenso y bajo su mano hacia mi abdomen, cosa que me hizo reaccionar violentamente.

Lo empuje con todas mis fuerzas, derribándolo a la tierra y me incorpore lo más rápido que pude. Sonrojado y enojado le grite:

-          ¡¿Qué demonios haces?!... ¡eres un pervertido! – dije mientras trataba de limpiarme la boca, y el solo me miraba burlonamente

-          Pero si lo estabas disfrutando… -dijo mientras se incorporaba y se sacudía el polvo

-          imbécil!...

-          ¿Qué tiene de malo?... es lo que hacen las parejas… - dijo Aarón, mientras se colocaba las manos en la cintura

-          ¿Las parejas?... ¡yo no soy tu pareja!... – dije completamente rojo y ofendido

-          ¿Entonces solo somos amigos cariñosos? – dijo mientras se acercaba a mi

-          ¡Claro que no!... no somos ni amigos, ni nada que de eso – dije mientras tomaba mis cosas para marcharme

-          ¿Entonces por qué me correspondías?... algo de lo que hacemos te debe gustar – dijo él mientras recogía lo suyo

Ya no le conteste. Me di cuenta que este era un juego muy peligroso, y yo ya estaba cediendo. Preocupado, me apure para irme lejos de él. Mientras caminaba lo más rápido que pude con la mochila a cuestas, Aarón me seguía con toda la calma del mundo. En una ladera, Aarón se tropezó y cayó de bruces en el polvo. Al ver que no se levantaba, me dio ansiedad, ya que no quería acercármele. Después de un minuto de dar vueltas como tigre enjaulado, me atreví a acercarme, pero en el momento en el que lo iba a tocar, el gruño:

-          ¡Maldición!... – dijo al incorporarse y verse todo cubierto de polvo - ¿Cómo demonios llegue aquí?

-          ¿Daniel? – pregunte tratando de verificar su identidad

-          ¿Qué paso? – pregunto muy desorientado

-          ¿Qué tienes?... andas muy extraño – le dije mientras le ayudaba a levantarse

-          Nada… nada… - dijo aun con esa expresión de duda

-          Démonos prisa, el camión no tarda en pasar – le dije tratándolo de tranquilizar.

Durante el trayecto no dijo nada, ni yo tampoco. Sin embargo no dejaba de ser preocupante, ya no sabía en qué momento era Aarón o Daniel. Y lo que más me mortificaba, eran mis reacciones con Aarón… ¿acaso me gusta?

-          Oye imbécil – me dijo de forma sorpresiva

-          ¿Eh?

-          ¿Cómo piensas reponer las notas que arruinaste? – dijo mientras revolvía los papeles en el ridículo morral que aun escurría un poco de agua

-          Fuiste tú el que me empujo al agua… debiste pensarlo mejor… y antes di que no se arruino mi cámara fotográfica… idiota – le dije mirándolo con recelo

-          Pero tú eres el tarado que pierde todo… ¡detesto trabajar contigo! – dijo enfadado mientras aventaba el morral al suelo

-          El sentimiento es mutuo. Solo espero que esto acabe pronto – dije con enfado, cruzándome de brazos y mirando hacia la ventanilla – bastardo…

En el resto del viaje no quedamos callados. Y con ello me aclaro algo: no lo soporto. Durante las clases todo iba normal, nos ignorábamos mutuamente y solo nos veíamos en la biblioteca para el proyecto de ciencias. Y todo iba bien, hasta que un día ya pasada la tarde, tuvimos un desacuerdo en una de las salitas de estudio que tiene la biblioteca y comenzamos a pelear. Y llego un punto en el que se puso escandaloso, que el encargado nos corrió del lugar. Enfadados salimos por el pasillo, y comenzamos a empujarnos.

-          ¡Tarado!... ¡Por tu culpa nos corrieron! – me dijo Daniel dando el primer empellón

-          ¡Pero fuiste tú el que se puso como histérico!... ¡Imbécil! – le dije dándole un buen empujón contra la pared

Bastante molesto, decidí irme y no continuar con la ridícula lucha por saber quien tenía la culpa, así que cogí mis cosas y avance cerca de donde está el pequeño cubo vacio y sin iluminación, entre los cubículos del pasillo. Inesperadamente, Daniel me cogió con fuerza del brazo y me arrojo a ese lugar. Desconcertado, me estrelle de frente contra la pared y antes de que pudiera reaccionar, Daniel me sujeto las muñecas contra la pared arriba de mi cabeza con una sola mano… entonces algo mi hizo tener un mal presentimiento. Y mientras forcejeaba, el recargo el peso de su cuerpo contra el mío, y comenzó a mordisquearme una oreja, completamente estremecido dije:

-          ¿Aarón?... ¡déjame!... ¡no hagas eso!

-          ¡Shhhh!... no hagas ruido o nos descubrirán – dijo mientras recorría mi cuerpo con la mano libre

-          ¡Suéltame o grito! – dije temblando de los pies a la cabeza

-          Grita… así de una vez por todas se darán cuenta que te fajas conmigo… ¿te imaginas todo lo que dirán tus compañeros? – decía mientras restregaba una notable erección sobre mi trasero

-          No… déjame por favor… - le dije tratando de esconder mi cabeza entre el cuello y los hombros

-          ¿Ves?... todo tu cuerpo está muy receptivo… incluso estas pegando más tu trasero a mi pelvis – dijo, mientras su mano se deslizaba a mi entrepierna

-          Nooo… por favor… - dije tratando de zafarme de él.

-          No me das otra alternativa – dijo bufando molesto

Y de manera brusca me soltó y me dio la vuelta estrellándome contra la pared, ahí intente darle un golpe, pero él lo adivino y aprovecho exitosamente ese movimiento, para cogerme de la muñeca, torcerla e inmovilizarme. Entre el forcejeo, logro someterme y besarme vorazmente los labios. Yo me sentía casi violado, y me resistía, pero eso parecía excitarlo más, puesto que comenzó a restregar su entrepierna sobre la mía, ocasionándome casi un ataque de pánico. Mientras me besaba el rostro, me dijo con voz entrecortada:

-          Te necesito…

-          ¡No quiero! – le dije con los ojos vidriosos por las lagrimas de impotencia

-          Te prometo ser amable con tu cuerpo… - dijo mientras me apretaba las nalgas con la mano

-          ¡Dije que no! – y como un reflejo, le pegue con la cabeza en la nariz

Eso fue suficiente para que me soltara, y con ello cogí mis cosas y salí huyendo. Mi corazón parecía salirse de mi pecho cuando llegue a mi casa, no podía creer que estaba pasando eso, y mucho menos entendía como de un momento a otro Aarón aparecía en el cuerpo de Daniel. Trate de serenarme antes de entrar a la casa, y mientras respiraba hondo para meter la llave a la cerradura, escuche a la mamá de Daniel sollozar en el patio de atrás. Sigilosamente camine por el jardín y a hurtadillas espié para ver que ocurría, entonces le oí decir:

-          No sé que voy a hacer Lety… Daniel esta cada vez peor

-          Pero Sofía, ¿no se supone que el doctor te dijo que era parte de su depresión?

-          No Lety… esto ya tiene tiempo manifestándose. Hace siete años, cuando Daniel se accidento y quedo en coma, al despertar comenzó a tener esta clase de comportamientos… Pero los medicamentos habían estado funcionando bien… ¡hasta ese día!... – y antes de poder continuar rompió en llanto.

-          ¿Y qué sigue? – pregunto mi madre conmovida

-          Quieren que lo interne en un hospital psiquiátrico… pero temo que empeore su condición, o que le lo dejen tonto de tanto medicamento... ¡o que incluso se llegue a matar! – y nuevamente rompió en llanto la podre mujer

Escuche un ruido y me retire del lugar. Estaba consternado, no sabía que Daniel tuviera tantos problemas. Mientras avanzaba a la puerta, me sorprendí al ver a Daniel en mi puerta, recargado en la pared. Entre sorprendido y molesto le dije:

-          ¿Qué haces aquí?

-          Vine por mi mamá. Me aviso que viniera aquí a recogerla… imbécil…

Suspire aliviado, era Daniel y sin mucho preámbulo, lo deje entrar a la casa. Mi mamá se asomo y le aviso a su amiga, la mujer hizo de todo para ocultar sus ojos hinchados por las lágrimas, mientras que Daniel y yo nos veíamos despectivamente en los extremos del sillón. Después de un rato, la señora se despidió y se fue con su hijo, el cual se mostraba amable frente a mi mamá.

Esa noche no pude dormir, me sentía muy inquieto. Aun podía sentir las manos de Aarón manoseando mi cuerpo. Me duche con agua fría e intente dormir otra vez. Alcance el sueño, cuando mi cuerpo se rindió ante el cansancio y comencé a soñar. Al principio soñé que estaba perdido en un laberinto, en pijama, de alguna forma llegue al colegio y entre a mi aula, la cual estaba completamente vacía. Entonces me asome al patio para ver si había alguien por ahí, y de repente sentí que alguien estaba detrás de mí. Sorprendido, me di cuenta que era Daniel, el cual se encontraba recargado en el marco de la puerta vestido con el uniforme. Acercándome con gran precaución, le pregunte:

-          “¿Aarón? ¿eres tú?”

Y con una gran sonrisa, hizo una seña afirmativa con la cabeza y yo sonreí feliz mientras me arrojaba a sus brazos. En mi sueño nos besamos apasionadamente, mientras él me arrastraba a la mesa del profesor, desprendiéndome de la ropa que llevaba puesta, ahí beso mi rostro, cuello y cuerpo, y yo jadeaba de placer. Mientras mi cuerpo se contorsionaba con sus caricias, escuche como sonaba la hebilla de su pañalón y la ropa deslizarse pesadamente hasta el suelo. Entonces el comenzó a masturbarme, mientras lamia mis pezones… y tuve un orgasmo tan fuerte que me despertó.

-          ¡Diablos! – dije al ver mi ropa interior mojada.

Siempre tuve sueños eróticos con chicas… per jamás había tenido uno con un chico, y eso era perturbante. Sin embargo, gracias a ello puede percatarme  de algo que distinguía perfectamente a Daniel de Aarón…

CONTINUARA...

Notas finales:

SI EL CAPI LE SPARECE CORTO, LO SIENTO... PERO DE POR SI ES DIFICIL ACTUALIZAR, MAS LOS CAPITULOS LARGOS...


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