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Hot Coffee por LadyHenry

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Notas del fanfic:

Si quieren leer más sobre Bobby: Hazme Justicia

Happy Birthday Kuma!

Esperoque este año te yaoices màs y tambièn nos yaoices mucho màs, para contribuir lo prometido... (este puto ordenador no me deja poner la tilde bien =_=)

Notas del capitulo:

La historia está inspirada en el corto mencionado en el resumen,merece la pena verlo *-* y en esta imagen

 

 

Todo comenzó la noche de la despedida de soltera de Carrie, después de demasiados martinis Lisa había llamado a Tyke, su novio, para que fuera a recogerla.

 

A Tyke no le había hecho ninguna gracia que le despertara una mujer borracha a las cuatro de la mañana, aunque fuera Lisa pidiéndole que fuera a buscarla. El enamoramiento no le llegaba a tanto como para encontrar divertida la situación.

 

Media hora más tarde estaba ayudando a una Lisa notablemente perjudicada a subir al coche. Tuvo que parar a mitad de trayecto para que vomitase, logró llegar a una estación de servicio con cafetería 24 horas, la media hora que Lisa estuvo en el baño la empleó en tomar un café bien cargado y en llamar a Cameron, su mejor amigo, que esa noche llegaba de un importante viaje de negocios, ya que estaba despierto y sin nada que hacer, salvo esperar, podía darle una pequeña sorpresa.

 

-Buenos días Cam, ¿qué tal el viaje?

 

-¿Quién eres tú y qué demonios has hecho con Tyke?

 

-No es para tanto, yo también madrugo a veces…

 

-Sólo cuando tienes que trabajar o hay alguna emergencia, ¿ha pasado algo?-preguntó Cameron preocupado.

 

-Nada grave, Lisa se ha pillado una buena moña.

 

-Vaya, sabía que era bastante juerguista, pero pensé que podía cuidarse solita.

 

-Era la despedida de soltera de Carrie, supongo que se desfasaron más de lo normal… Pero dime qué tal el viaje.

 

-Algo aburrido, deberías pensar en hacer la entrevista para esa vacante, trabajar juntos sería estupendo.

 

-Claro, ser tu asistente y que me miren como el enchufado… me parece que no.

 

-Deberías pasar de lo que piense la gente, yo sé que estás cualificado, eso es lo que importa.

 

-Lo pensaré… Lisa vuelve tambaleándose tengo que colgar.

 

Tyke se levantó rápidamente, dejando caer su móvil para evitar que Lisa tropezara con la cristalera.

 

-Tranquiii chavaaal-balbuceó Lisa-vas a joderrr el móvil.

 

-Mejor eso a que te pegues la hostia del año.

 

-Schssss no gritesss, el móvil fue un regalo mío.

 

-No Lisa, el que tú me regalaste lo rompiste cuando apostate a que era sumergible.

 

-Me essstafaron en la tienda, pero lo cambié por otro.

 

-Que te quedaste tú, éste me lo regaló Cam.

 

-Oh Cam, es un chico muy atento, y essstá muy bueno.

 

-Gracias, se lo diré de tu parte.

 

-Ya ssse lo dije yo, nos enrrollamosss antesss de que tú y yo… ya sssabesss.

 

-No me lo habías contado.

 

-Lo habré passsado por alto pero no te preocupesss, ya misssmo te lo cuento.

 

A Tyke no le había hecho ninguna gracia enterarse de eso, pero lo que menos le gustaba era que Cameron se lo ocultase también, de Lisa podía esperarse algo así, pero no de su mejor amigo.

 

-No hace falta, me hago una idea.

 

-¡Qué vaaa!-contradijo Lisa exaltada-Ni te imaginas lo bueno que es, hasta besa mejorrr que tú.

 

Ésa fue la gota que colmó el vaso, estaba harto de soportar el aliento alcoholizado de Lisa, la molesta forma en la que arrastraba las eses o enfatizaba las erres, y que pretendiese relatarle cómo era su mejor amigo en ese aspecto… simplemente inaguantable. Se levantó dispuesto a marcharse, pero Lisa se aferró de la manga de su chaqueta tironeando.

 

-No te enfadesss, tú también estásss muy bueno…

 

-Lisa, ahora voy a levantarme y le voy pedir al camarero que te llame un taxi, sé buena y estate quietecita.

 

-Pero no puedesss…

 

Tyke se giró fulminándola con la mirada, esta vez no iba a dejarlo correr. Lisa era divertida, guapa, lista… pero no congeniaban lo suficiente y se le había acabado la paciencia.

 

-Sí puedo, sólo mira cómo lo hago- esas fueron las palabras que dieron por zanjada la relación.

 

Cameron estaba extrañado, todos los viernes quedaba con Tyke para jugar al tenis y cenar, aprovechaban para ponerse al día. Esperaba convencerlo de que aceptara ser su asistente, pero no lo había llamado desde la noche en la que llegó de su último viaje de negocios, hacía ya tres días. Decidió esperarlo a la salida del trabajo, desde la cafetería Ivo podía ver la entrada de la empresa en la que trabajaba Tyke, aunque esperaba que eso cambiara pronto.

 

 

 

Después de diez minutos Tyke salía del edificio con la bolsa de deporte, aflojándose la corbata mientras pensaba en tomar un café rápido antes de ir al gimnasio, iba tan ensimismado, que no se dio cuenta de la presencia de Cameron hasta que estuvo a pocos metros de él, separado por la cristalera del local. Normalmente habría sonreído antes de saludar y acelerar el paso para encontrarse con su amigo, pero clavó los pies en el suelo mostrando una expresión desconcertada, sus labios se abrieron como si quisiera decir algo, pero nada salió de ellos, quería darse media vuelta y marcharse, pero Cameron fue más rápido y antes de que pudiese huir le alcanzó, obteniendo como recompensa la expresión de fastidio más obvia que hubiera visto jamás.

 

-¡Tyke!

 

-¿Qué?

 

-Puede que sea cosa mía, pero te noto algo distante-dijo Cameron en un tono a caballo entre la ironía y la preocupación.

 

-No he tenido una buena semana-respondió tajante, dando a entender que no quería hablar del tema.

 

-Entiendo… sólo dime si yo tengo algo que ver con eso-preguntó Cameron sabiendo que no podría sonsacarle nada más.

 

Tyke resopló, no estaba preparado para afrontar aquello, después de que Lisa le confesara su rollo con Cameron todo se había vuelto de patas en su cabeza, no entendía por qué, pero de repente ya no se sentía igual de cómodo con él, no es que se sintiera traicionado, después de todo no había sido una infidelidad, estaba seguro de que si no se lo había contado Cameron era porque sería algo sin importancia, además lo de Lisa estuvo bien pero no es que fuera su alma gemela… Todo eso pasaba por su cabeza mientras Cameron esperaba una respuesta.

 

Estaba seguro de que si le contaba lo ocurrido tendría una explicación aceptable y podrían dar por zanjado ese tema, pero también tenía la certeza de que eso no era lo que le inquietaba. Lo único que tenía claro era que fuera lo que fuera, de momento, no podía abordarlo.

 

-Tengo que irme, en serio… tengo prisa-respondió agobiado.

 

Y Cameron tomó su reacción como un rotundo e innegable sí. Sabía que era pronto para presionarlo en busca de una respuesta decente, Tyke necesitaba su tiempo y lo que conseguiría si seguía insistiendo era no volver a verlo en mucho tiempo. Suspiró resignado y le deseó un buen fin de semana, ya habría una mejor ocasión de aclarar las cosas.

 

Después de una semana sin noticias de Tyke, Cameron decidió husmear un poco en la vida de su amigo, de algún modo iba a enterarse, debía ser algo gordo y mejor estar preparado porque cuando Tyke se cabreaba lo hacía a lo grande, además era impulsivo y se alteraba con relativa facilidad, no era buena idea buscarle las cosquillas.

 

Volvió a pasar por la cafetería Ivo, esta vez con la intención de encontrarse con Bobby, el compañero con el que mejor se llevaba Tyke en el trabajo, un chico bastante desenfadado con el que se tomaba confianza en seguida, sabía escuchar a los demás sin juzgarlos, con una tendencia a restarle importancia a los problemas, a relativizarlos, por eso Tyke solía contarle casi todo, se sentía relajado cuando hablaba con él, sabía que no iba a regañarlo o  a hacerle reproches, como mucho haría algún chiste burlándose del asunto y acabarían riéndose.

 

Como de costumbre Bobby bajaba a por los cafés cuando había mucho lío, al ser la tercera semana del mes lo habría seguro, Bobby fumaba y necesitaba tomarse un descanso para bajar, ya que no podía fumar en el edificio , sólo en la calle.

 

Cuando Bobby pidió los cafés y se encontró con Cameron sonrió de una manera un tanto enigmática que no acabó de gustarle.

 

-Bueno, bueno… ¿Qué hace el mulato más fashion de la ciudad por aquí?

 

-Hola Bobby, por enésima vez, no soy mulato soy negro.

 

-No creo, tu piel es como el chocolate con leche, no es como si fueras una tableta con el 90% de cacao, y tus ojos son pardos…

 

-Lo que tú digas…

 

-¿Has venido a ver a Tyke?

 

-Ambos sabemos que no, ¿o me equivoco?

 

-Mmm entonces vienes a verme a mí… qué honor.

 

-Si te invitó al café ¿me cuentas algo?

 

-Depende de lo que quieras saber.

 

-¿Qué le pasa a Tyke?

 

-Muchas cosas, concreta un poco…

 

-Conmigo.

 

-Eso me temo que no lo sabe ni él… y aunque yo tenga mis hipótesis es algo en lo que no debo inmiscuirme.

 

-Pues dime lo que puedas… algo…

 

-El detonante, que no el inicio-dijo sonriendo-fue la noche de la despedida de soltera de Carrie.

 

-Recuerdo que me llamó, había ido a recoger a Lisa porque se había pasado bebiendo.

 

-Y tanto que se pasó, ¿tuviste un rollo con Lisa, Cam?

 

Cameron parpadeó confuso, frunció el seño y resopló.

 

-Sí, cuando tenía quince años, coincidimos durante las vacaciones en el mismo hotel, no me pareció relevante, ni siquiera la reconocí al principio… es una bobada que se haya puesto así por eso.

 

-¿Cómo se ha puesto?

 

-No me ha devuelto las llamadas y cuando vine a buscarlo huyó sin explicarse.

 

-Cortó con Lisa, de hecho la dejó tirada después de pedirle un taxi.

 

-Eso no es propio de Tyke…

 

-Digamos que Lisa se lució, Tyke odia que la gente se emborrache y haga el tonto, lo hizo levantarse en medio  de la noche con el frío que hace, después tuvo que parar en un 24 horas para que vomitara, y por si fuera poco le cuenta a grito pelado que tuvo un rollo contigo porque estás muy bueno y  besas mejor que él…

 

-Menudo numerito, es lógico que se molestara pero…

 

-No hasta tal punto-completó la frase Bobby.

 

-Exacto.

 

-Pues ahí queda eso.

 

-Recapitulemos… Se supone que Tyke está molesto porque no le dije cuando empezó a salir con Lisa que tuve un rollo con ella.

 

-O porque besas mejor que él… quién sabe-rió Bobby antes de tomar los cafés del mostrador y despedirse.

 

-De cualquier manera parece que no es algo tan grave como para que esté así de molesto ¿no?-preguntó Cameron alzando la voz para que le oyera.

 

-Obviamente no-respondió Bobby agitando la mano.

 

Después de mucho pensar en por qué se sentía tan molesto sin llegar a ninguna conclusión Tyke decidió que lo mejor era hablar con Cameron, seguramente su pequeño gran caos se aclararía después. Antes de ir al apartamento se pasó  por el Starbucks, necesitaba un café antes de hacerlo.

 

Al entrar se incomodó, juraría haber escuchado la peculiar risa de su ex novia, respiró hondo sonriendo, se estaba poniendo paranoico, o eso pensó hasta que la divisó en las mesas del fondo, estaba tomando algo con Cameron, y parecía que lo pasaba en grande. De por sí no tenía ningunas ganas de encontrarse con ella, pero verla junto a Cameron hizo que saltaran las alarmas en su atormentado cerebro ¿Estaba intentando ligarse a Cameron? ¿Al final ella era la que lo había plantado de la forma más patética en la que podría hacerlo? ¿Y su amigo le estaba dando bola? ¿O sólo la escuchaba para obtener la explicación que se había negado a darle? Pero lo que menos le gustaba era lo mucho que le estaba molestando la posibilidad de que esos dos estuvieran juntos y revueltos, porque las ex novias y los amigos debían permanecer alejados, era una especie de regla no escrita pero inquebrantable. Además a Cameron nunca le gustó demasiado Lisa, no lo demostraba abiertamente pero se notaba en la distancia que mantenía con ella, a no ser que el motivo fuera que estaba celoso de él… no era una locura Cameron tenía mejor gusto…

 

Tenía que averiguar qué estaba pasando antes de seguir haciendo absurdas conjeturas, pero no podía interrumpirles, y menos después de haber evitado el contacto con ambos. En momentos como ése odiaba ser tan dejado, no tendría que haber pasado tanto tiempo  decidiéndose a afrontar la situación.

 

Decidió llamar a Bobby, nadie mejor para mantenerle distraído en semejante situación. Media hora después rajaban de su jefe mientras se inflaban a tacos en el restaurante mexicano favorito de Bobby, le gustaba lo picante en todos los ámbitos.

 

-Bueno Tyke hemos puesto a parir al jefe, a su secretaria y al conserje, ya es hora de que me cuentes qué coño te pasa.

 

-Cuando te pones así de sentimental se me saltan las lágrimas-ironizó Tyke.

 

-Pues saca el moquero y te las enjugas. Llevas una semana que no hay quien te aguante así que desembucha, y no marees, que nos conocemos, ve directo al grano.

 

-En momentos como éste me pregunto por qué recurro a ti-resopló Tyke.

 

-Porque no quieres hablar con Cameron.

 

-Sí quiero, pero cuando iba de camino a su apartamento lo vi con Lisa en el Starbucks.

 

-Oh vaya shock, me imagino el drama queen que se habrá montado en tu retorcida cabecita.

 

-Muy gracioso.

 

-Para nada, cuenta… cuenta…

 

-No hay mucho que contar, más bien especular.

 

-Lo que yo decía, eres una drama queen.

 

-Déjate de coñas, ¿qué crees que está ocurriendo entre ellos?

 

-No estaba de coña, casi nunca lo estoy, pero la gente tiene la nefasta manía de no tomarme en serio, no sé por qué… en qué estábamos… Qué puede estar pasando entre tu mejor amigo y tu ex novia… ¿Crees que van a volver?

 

-No lo digas como si hubieran tenido algo serio-protestó Tyke.

 

-Cómo lo sabes si no has preguntado.

 

-Porque si hubiera sido relevante Cam me lo habría contado.

 

-Entonces no te molestaste por eso, ¿fue porque dijo que se lo monta mejor que tú?

 

-Que besa mejor que yo-le corrigió Tyke.

 

-Puede ser una metonimia.

 

-No profundices en eso ¿vale?

 

-No te gusta la idea de que ellos se acerquen más de la cuenta.

 

-Claro que no, ¿a quién le gusta que su mejor amigo y su chica se pasen de la raya?

 

-A nadie… pero dado el caso lo más lógico es que Cameron haya recurrido a Lisa para preguntarle sobre vuestra ruptura, no tiene más pistas sobre tu estado de “exiliado amistoso”-argumentó Bobby haciendo el signo de las comillas con las manos.

 

-Lo sé…

 

-Pero aún así te preocupa.

 

-Puede ser…

 

-O puede que te preocupe otra cosa.

 

-El calentamiento global es algo que me lleva de cabeza-se burló Tyke.

 

-Te entiendo, a mí me quita el sueño que los burros sean una especie en extinción… los cuadrúpedos, claro.

 

-¿Podemos dejar de perder el tiempo?

 

-¡Oh, creí que no lo dirías nunca!-exclamó Bobby-. Y sinceramente, me preocupaba, porque en lo que tú y yo divagamos como damas británicas ellos podrían estar fornicando.

 

-¿Fornicando? ¿Qué clase de palabra es ésa?

 

-La usaría una señorita, copulando es menos bíblica…

 

-Ya lo pillo, ¿crees que habrán acabado?

 

-Espero que no, eso significaría que Cameron…

 

-¿Qué?

 

-Ya sabes… dura poco.

 

-Madre de dios, ya te vale… Creo que voy a llamar a Cam para quedar.

 

-Eso sería cojonudo, venga invito yo-dijo Bobby extendiéndole su móvil.

 

Cameron acababa de hablar con Lisa, había sido una hora bastante entretenida, teniendo en cuenta que ella apenas se acordaba de lo que había pasado, sólo que Tyke se negaba a responderle las llamadas después de su última juerga. Estaba convencida de que se le pasaría en unos días. Cuando Cameron le preguntó si era cierto que besaba mejor que Tyke, abrió los ojos a más no poder mientras su labios formaban una O muda.

 

En ese preciso instante Lisa fue consciente de lo que había hecho, imágenes de su última conversación con Tyke llegaban a su cabeza arrasando con cualquier esperanza de reconciliación.

 

-La he jodido bien-sentenció tajante.

 

-Eso creo.

 

-¿Por eso has quedado conmigo? ¿Te lo ha contado?

 

-No, porque  a mí tampoco me habla.

 

-¿En serio?

 

-Sí.

 

-Vaya, si que se ha molestado, seguramente haya pensado que lo nuestro fue más serio…

 

-Ni siquiera puede llamarse “lo nuestro”.

 

-Cierto, eso me da alguna esperanza.

 

-¿Qué?

 

-Bueno, si se ha peleado contigo también, debe ser porque le importo mucho, ya sabes, ustedes dos son inseparables…

 

-No nos hemos peleado, sólo me ignora.

 

-Ya sabes lo que dicen, la indiferencia es lo peor.

 

-No es indiferencia.

 

-Pero…

 

-Tengo que irme Lisa, gracias por tu tiempo-se despidió Cameron dejándola con la palabra en la boca, no podía soportar más la conversación de besugos en la que habían acabado cayendo.

 

Iba hacia el apartamento de Tyke cuando su móvil empezó a sonar, al mirar la pantalla sonrió, aparecía una foto de Tyke enseñando la lengua, sólo se veía su bocaza abierta y sus cristalinos ojos azules entrecerrados por la regañada expresión.

 

-¡Aleluya!-saludó Cameron sonriente.

 

-Buenas tardes Cam-sonrió Tyke al otro lado de la línea.

 

-¿A qué debo este inesperado honor?

 

-Me gustaría que quedáramos mañana.

 

-Espera que consulto mi agenda, a ver… tengo un hueco a las siete.

 

-¿Quedamos para cenar?

 

-Vale, pero en mi casa, me apetece cocinar.

 

-Genial ¿llevo algo?

 

-El postre-respondió Cameron en tono travieso que provocó un leve sonrojo en Tyke.

 

-Me pasaré por la pastelería que está en la calle de Bobby, hacen un pastel de café muy bueno.

 

-Estoy deseando probarlo, no me hagas esperar.

 

-Ni que fuera el puto conejo blanco, no suelo llegar tarde-protestó Tyke algo intimidado por el tono juguetón de Cameron. No entendía qué le estaba pasando, ya que solían usar ese tono a menudo para bromear, pero esta vez le resultaba inquietantemente distinto…  casi peligroso.

 

Bobby intentaba reprimir la risa, le costaba mucho, la escenita que estaba presenciando ameritaba unas buenas carcajadas. Estaba en la ventana de su apartamento disfrutando de un cigarro cuando vio a Tyke entrar en la pastelería de abajo, un Tyke totalmente distinto al chico taciturno con el que había cenado ayer, éste iba sonriendo, caminaba con ligereza y estaba comprando ¿dulces?

 

La risa le entró después de saludarlo, le había gritado desde la ventana sacándolo de su feliz ensimismamiento.

 

-Ojazosss-lo llamaba por ese apelativo que hacía justicia a sus almendrados ojos azul claro cuando quería que contestara rápido.

 

-Hola Bobby, ¿qué tal?

 

Bobby sonrió con malicia, normalmente Tyke lo hubiera mandado a la mierda pero en lugar de eso le había obsequiado una sonrisa digna de un anuncio de pasta dentífrica.

 

-Dándole a mi organismo su dosis de veneno y tú qué haces con tanto dulce.

 

-Voy a cenar con Cam y me toca llevar el postre.

 

Y ese fue el momento en el que Bobby se mordió el labio para no romper a reír. Sabía lo despistado que Tyke podría llegar a ser, lo comprobó en carne propia la vez que compartiendo habitación sufrieron un pequeño percance.

 

 Estaban asistiendo a un congreso sobre marketing, cuando acababa la jornada aprovechaban para irse de fiesta solían acabar con el ligue ocasional en la cama. A ninguno le molestaba esperar a que el ligue de turno saliera del baño, o irse a desayunar al comedor del hotel… o eso parecía hasta que el último día Tyke en lugar de toparse con alguna fémina vio a un tipo junto a Bobby en la cama. Primero parpadeó intentando mejorar su visión, luego creyó que sería un viejo amigo y se habrían pasado con la bebida, cuando vio que se daba la vuelta para destapar a Bobby y que éste en lugar de resistirse le palmeaba el culo, pegó el gritó del año, haciendo que se sobresaltara toda la planta.

 

-Joder Bobby si tenías novio haber avisado, no me van esos rollos-había protestado su acompañante.

 

-Es un amigo.

 

-¿Y no sabe que también te van los tíos?

 

-Por lo visto no…

 

-Bueno por lo menos es mono, así disimula su retraso-rió el chico antes de salir de la cama totalmente desnudo ante la estupefacción de Tyke.

 

Cinco minutos después el chico se había marchado y Tyke seguía flipando.

 

-¿Eres gay?

 

-Un poco.

 

-¿Se puede ser un poco gay?

 

-Sí…

 

-Bobby…

 

-Como dijo un sabio guionista “hay que follarse a las mentes”, me da igual si tienen polla o tetas o ambas cosas, si me gusta ataco.

 

-Genial… pero eso se cuenta, no es que me moleste ni nada pero, joder, acabo de quedar como un gilipollas.

 

-Dean te ha llamado retrasado, no gilipollas-sonrió Bobby.-Pensé que lo sabías, no es que lo vaya ocultando.

 

-Supongo que no hemos tocado demasiado el tema sentimental…

 

Desde ese momento Tyke y Bobby tuvieron charlas más “profundas”, construyendo una amistad íntima. De hecho uno de los motivos, a decir verdad el más importante, para que se resistiera a aceptar la oferta laboral de Cameron era dejar de trabajar con Bobby, a pesar de que estaban bastante puteados se compenetraban bien y se divertían juntos, lo echaría mucho de menos aunque tuviera a Cameron como superior.

 

Bobby al ver tan ilusionado a Tyke con sus dulces en la mano y un look bastante cuidado como para ir a cenar a la casa de un amigo, decidió echarle más leña al fuego, después de todo a Tyke solía hacerle falta un empujoncito extra.

 

-¿Qué le llevas de postre a Cameron?

 

-Pastel de café.

 

-Buena elección, es estimulante, aromático, fuerte… ideal-dijo Bobby en un tono sensual, mientras ponía una expresión algo lánguida.

 

Tyke saboreó cada palabra, dejándose llevar por el meloso tono. Una sensación agradable comenzó a sacudir sus sentidos, de pronto se notaba agitado, algunas imágenes que poco tenían que ver con el café aunque sí con la descripción de Bobby habían bombardeado su cerebro.

 

Bobby se aplaudió a sí mismo por conseguir su objetivo, nada mejor para que algo funcione que agitar antes de usar.

 

 

 

Cuando Cameron le abrió a Tyke casi se le cae el pastel, por lo visto se había retrasado  haciendo la comida, y al tocar el timbre lo había pillado recién salido de la ducha.

 

-Adelante-saludó Cameron sonriendo.

 

-Hola, ¿te hice salir de la ducha?

 

-Justo acababa de salir, me retrasé un poco preparando la cena.

 

-Huele muy bien.

 

-El postre también, ¿qué es?

 

-Café-murmuró Tyke al recordar la descripción de Bobby “aromático” como el perfume que conservaba Cameron en la piel después de la ducha, “fuerte” como su musculoso cuerpo del que escurrían algunas gotas de agua que “estimulaban” sus sentidos. Definitivamente Bobby era un cabrón.

 

-¿Café?

 

-Pastel… de café.

 

-Oh lo pondré en la nevera.

 

-No hace falta, se toma caliente, después habrá que calentarlo en el horno unos minutos.

 

-Mmm pastel de café caliente, suena muy apetitoso.

 

-Supongo…

 

Tyke preparó la mesa mientras Cameron terminaba de arreglarse, intentaba borrar la imagen que tanto le había turbado.

 

La cena empezó bien, charlando de trivialidades, Cameron quería que Tyke se aclimatara antes de empezar a tocar temas más peliagudos. Consideró que en el segundo plato ya estaba lo suficientemente relajado.

 

-¿Qué te pasó la semana pasada, Tyke?

 

-Lisa me montó un numerito después de que te llamara, la noche de la despedida de soltera de Carrie. La dejé…

 

-¿Recuerdas que te pregunté si tenía que ver conmigo?

 

-Sí… en cierta manera, ella me contó que tuvieron un rollo.

 

-Cuando éramos adolescentes, te aseguro que ni siquiera la reconocí cuando me la presentaste…

 

-Lo suponía, pero me molestó mucho no saberlo, que me pillara por sorpresa, me lo podrías haber dicho después.

 

-Lisa me pidió que no te lo contara, pensé que tampoco era relevante, lo siento.

 

-Joder, pues ella me lo soltó a pleno pulmón delante de un montón de desconocidos, y encima jactándose de que besas mejor que yo.

 

El tono que había empleado Tyke para contar lo sucedido estaba lleno de rabia y frustración. Se había contenido para no estallar con Cameron, por eso había pasado una semana evitándole, para calmarse y poner en orden sus ideas. Pero todo se había ido a la mierda al revivir la escena.

 

-Debió ser de lo más violento…

 

-Sí, pero bueno, estaba muy borracha, evidentemente no era consciente de sus actos, será mejor dar por zanjado el asunto y pasarlo por alto.

 

-Bueno, hay una cosa en la que sí estuvo acertada-afirmó Cameron con seriedad.

 

-Ah, ¿si? ¿En qué?

 

-En que yo beso mejor que tú.

 

Tyke frunció el seño molesto, no entendía a qué coño venía ese comentario, para colmo Cameron seguía comiendo de su ensalada como si nada.

 

-¿Qué dices?

 

-Que Lisa tiene razón beso mejor que tú-le aclaró sin inmutarse.

 

-¿Y cómo puedes saber eso?

 

-Bueno, ya sabes lo que dicen… los borrachos no mienten.

 

-¿Se puede saber de qué vas?-preguntó Tyke ofuscado.

 

-No te pongas así, no tiene importancia.

 

-Tampoco es para que le rías la gracia.

 

-Solamente le estoy dando la razón.

 

-No puedes hacer eso porque no eres objetivo, yo también puedo decir que beso mejor que tú…

 

-Ella nos ha besado a los dos así que puede  saberlo.

 

-Muy bien, te vas a enterar de lo que es bueno.

 

Esas fueron las últimas palabras que dijo Tyke antes de alzar a Cameron por el cuello de la camisa y besarlo de  manera salvaje.

 

Fue un impulso animal, instintivo, puede que llevara latente algún tiempo, sólo hacía falta despertar a la fiera, a ese salvaje que todos llevamos dentro, y que pocos privilegiados tienen el dudoso honor de descubrir.

 

En esos momentos su cabeza era un hervidero de sensaciones, nada de  pararse a pensar en detalles como “estoy besando a un hombre, que es mi mejor amigo” o “está tomando el control del beso”, puede que Lisa tuviera razón, Cameron besaba muy bien, o puede que él nunca hubiera besado a Lisa con esas ganas, el caso es que llevaban algunos minutos comiéndose la boca sin darse tregua en una especie de exploración salvaje donde labios, lenguas y dientes se combinaban para degustarse. Lo que más le estaba gustando a Tyke era la fuerza con que lo hacían, siempre había tenido la sensación de que debía ser cuidadoso, que si daba rienda suelta a sus instintos resultaría rudo, pero Cameron no le parecía frágil, él no iba a quebrarse por muy bestia que se pusiera.

 

Se estaban acalorando demasiado, habían pasado de estar medio incorporados en la mesa, a tumbarse en la alfombra, donde se estaban dejando sin aliento. Irónico que fuera precisamente la falta de oxígeno la que hiciera a Tyke parar.

 

-Nos a vamos a poner perdidos-carraspeó mientras se incorporaba y le tendía la mano a Cameron.

 

-Sí, el piso no es precisamente cómodo.

 

-Voy a por el postre, tengo que calentarlo.

 

-Creía que era lo que estabas haciendo.

 

-Tardaré unos minutos-respondió Tyke obviando la situación.

 

Mientras encendía el horno intentaba procesar lo que acababa de ocurrir, acababa de besar a Cameron, que en lugar de apartarse le correspondió con bastante énfasis y había sido… alucinante, hasta el punto de quedarse con ganas de más. Lo peor es que de momento su único plan consistía en comer pastel. Tenía que decidirse a hacer algo, su primera opción era huir, pero ya sabía bien que eso no le llevaba a ninguna parte, la segunda era hablarlo, saber qué pensaba Cameron era importante aunque le diera pavor, o podía besarlo de nuevo y dejarse llevar.

 

El timbre del horno lo sacó de sus cavilaciones, sirvió el postre y respiró hondo antes de volver al comedor.

 

-Huele bien-dijo Cameron para romper la tensión.

 

-Sí…

 

-Tyke.

 

-Dime.

 

-No irás a desaparecer de nuevo ¿verdad?

 

-No voy a negar que consideré la posibilidad, pero es agotador darle vueltas a la cabeza para terminar peor de lo que estabas.

 

-¿Reconoces que beso mejor que tú?-sonrió Cameron desafiante.

 

-Acabo de pasearme por tu boca del derecho al revés ¿y lo que te preocupa es eso?

 

-No, a decir verdad no me preocupa nada.

 

-Pues deberías, soy tu mejor amigo, soy un hombre… ya sabes.

 

-Detalles…

 

-¿Te van los tíos?

 

-Hasta ahora no, y creo que a ti tampoco.

 

-¿Y no te parece raro?

 

-Para todo hay una primera vez…

 

-Joder, ¿has estado viéndote con Bobby?

 

-No, ¿por?

 

-Empiezas a hablar como él.

 

-Bobby a veces tiene razón, pero pienso negar en público lo que acabas de oír.

 

-Cierto, hay otra cosa en la que tiene razón.

 

-¿Cuál?

 

-Para qué vas a hablar cuando puedes echar un polvo.

 

En ese momento Tyke dejó de juguetear con el pastel para tomar a Cameron de la mano y llevarlo al dormitorio.

 

Le sorprendía lo agradable que era acariciar un cuerpo fornido, la facilidad con la que le tomaba entre sus brazos,  todo era diferente, se sentía bien la sensación de abandono que le invadía al dejarse hacer, no llevar el control, no ponerse límites, sólo disfrutar…

 

Otra que tenía razón era Lisa, Cameron besaba de maravilla y además estaba muy bueno, no sabía cómo no se había dado cuenta hasta ahora, pero qué más daba, él era jodidamente despistado, procuraría prestar más atención en el futuro.

 

De momento tenía bastante con mirar a Cameron mientras se deslizaba por el interior de sus piernas, un escalofrío recorrió su columna cuando sintió arder el aliento del mulato contra su erección. Antes de tomarlo casi literalmente como postre lo miró a los ojos disfrutando su descarada expresión.

 

Al principió sólo atinó a respirar entrecortadamente cerrando los ojos con fuerza, había empezado fuerte, pero no iba a terminar tan pronto, una cosa es que le estuviera gustando dejarse hacer y otra que no tuviera aguante. Abrió los ojos y se apoyó en los codos para poder observar cómo Cameron lo devoraba, era la imagen más hot que había visto hasta ahora, sus labios lo envolvían con ímpetu, deslizándose de arriba abajo mientras le lanzaba miradas cargadas de lujuria.

 

Si no había entendido mal, Cameron y él estaban en igualdad de condiciones, no lo habían hecho con tíos. Así que definitivamente su amigo era muy bueno usando la boca. Tanto que no tuvo la menor queja cuando dejó la parte delantera a punto de explotar para irse a por la trasera. Debía haberse propuesto volverlo loco, pero no tenía queja alguna, debía ser la influencia de Bobby, tantos años escuchándole relatar las ventajas de la bisexualidad debieron haber hecho mella, porque en lugar de preocuparse porque Cameron estuviera hurgándole en los bajos estaba deseando que encontrara el punto G, ya fuera con los dedos que acababa de introducir o con la polla, no había que ser un genio para saber que lo estaba dilatando.

 

En medio de toda esa marea de sensaciones nuevas, no tuvo reparos en preguntarle algo que en su opinión era crucial, bueno más bien en la de Bobby, porque según él “el orto es elástico pero tiene sus limitaciones, así que bendito sea el lubricante”.

 

-¿Tienes lubricante verdad?

 

Cameron paró en seco sonriendo por lo espontáneo de la pregunta.

 

-Sí, en el tercer cajón de la mesilla de la izquierda.

 

-Estupendo, creo que desde aquí alcanzo.

 

Tyke alargó la mano para abrir el cajón, a ciegas palpó el interior hasta dar con un tubo que Cameron la arrebató de las manos para darle uso. Tyke intentó mirar pero Cameron lo raptó hasta llegar a su cuello, que besó hasta llegar al lóbulo de la oreja para mordisquearlo mientras aplicaba el lubricante.

 

-Relájate-susurró cadenciosamente en la enrojecida oreja.

 

Por respuesta obtuvo un anhelante gruñido, la señal de que Tyke estaba listo para más. Lo volteó, besándolo relajadamente, separó sus piernas colocándolas alrededor de su cintura, a escasos centímetros de los carnosos y humedecidos labios ronroneó ¿estás listo?

 

La respuesta no pudo ser más directa y excitante “fóllame”.

 

Y a eso fue, poco a poco se hizo paso dentro de un Tyke totalmente relajado, suspirando con cada avance, dándole confianza para seguir, para empezar a moverse cuidadosamente e ir aumentando el ritmo.

 

Tyke sonrió mientras lo embestían con fuerza, pocos minutos había durado la delicadeza inicial, notaba cómo Cameron perdía el control, cómo su respiración enronquecía, cómo apretaba la mandíbula intentando contenerse, comenzaba a entender a Bobby cuando decía que no había nada tan relajante como que te follaran después de un duro día, mínimo esfuerzo máximo placer, porque aparte de lo físico estaba el componente psicológico de doblegar, “el sumiso es el que manda” afirmaba sonriente, y Tyke lo estaba comprobando, notaba cómo Cameron se veía obligado a cambiar su ritmo cuando lo aprisionaba, cómo jadeaba controlándose al sentirse apretado, cómo intentaba corresponder a los besos esporádicos que Tyke le daba para frenarlo, era una delicia cometer esas pequeñas y placenteras torturas, alargarlo hasta hacerlo enloquecer por completo, verlo consumirse de deseo era más orgásmico que la continua fricción que estaba recibiendo su próstata.

 

Cuando se enganchó a su cintura y aprisionó su espalda con fuerza Cameron por fin pudo perder el control del todo, sacudiendo a Tyke hasta quedar exhaustos.

 

Había sido un polvo bestial, otra cosa buena de hacerlo con tíos era que podían llegar a ser jodidamente certeros a las primeras de cambio, según Bobby era porque conocían bien la anatomía masculina, también valía para los trans, pero Tyke no tenía intención de comprobarlo con nadie más por ahora, iba a estar muy ocupado reflexionando sobre su sexualidad, el nuevo estatus que había alcanzado su relación con Cameron ¿eran follamigos? ¿Iban en serio? Y sobre su trabajo, Cameron insistía en que aceptara su oferta, de momento tenía de excusa no mezclar negocios y placer, porque de lo que sí estaba seguro era de que iba a repetir hasta aclararse y puede que más…

 

 

 

 


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