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Abrir Mi Corazón por Caballero de la Luna

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Notas del fanfic:

Creo que les spoileré todo el primer capitulo en el resumen jeje.

Notas del capitulo:

Primer capitulo de la historia de Sebastián, leanlo y comenten.

CAPITULO 1: VIDA

 

-No puede creer que solamente tengas 18 años, haces cosas que mi marido nunca me ha hecho, y ni siquiera creo que podría hacer.

-Seguro, ¿Tiene el dinero?

-Está en un sobre, en el cajón que está al lado de ti; puedes contarlo si gustas.

-Confío en usted. Bueno ese es todo, me retiro.

-¿Seguro que no te quieres quedar un rato más?

-Lo siento, debo regresar a casa temprano. Mañana inicio la universidad.

-Y si te pago más ¿te quedarías otro poco?

-Bueno, al cliente lo que pida.

Mi nombre es Sebastián, e imagino que ya todos saben a qué me dedico, pues sí, me encargo de darle placer a la gente a cambió de dinero. ¿Qué si me gusta? Pues es sólo un trabajo más, yo sólo llego, hago lo que tenga que hacer, termino, cobro y me largo. ¿Por qué hago esto? ¿Qué no es obvio? Por el dinero, sin dinero no eres nadie, sin dinero sólo eres una rata esperando ser aplastada; y yo decidí des hace mucho tiempo que nunca me dejaría aplastar. ¿Mis padres? Mi padre es un borracho que se gasta el dinero que le pagan en la construcción en bebidas y en juegos, él será la primera rata que aplaste. En cambio mi madre, es el Sol que ilumina nuestra pequeña casa; ha tenido que lavar ajeno e incluso quedarse sin comer para que mi hermano y yo sí podamos hacerlo. También tengo un hermano, se llama Pepe, tiene 5 años; cuando estoy de mal humor él siempre llega y me hace sonreír, pero desafortunadamente nació con el cuerpo muy débil, y se enferma constantemente y las medicinas que necesitan no son precisamente económicas. Así que decidí aprovechar el buen cuerpo que tengo para obtener dinero fácil. ¿Avergonzado dices? ¿Por qué? Sólo hago lo que tengo que hacer, gracias a eso conseguí lo necesario para inscribirme en la Universidad y poder estudiar arquitectura, cuando termine la carrera, lo primero que haré será construir una gran casa en la que viviré junto con Pepe y mi mamá.

-Sebastián, llegaste temprano del taller hoy.

-Sí –le había inventado a mi madre que trabajaba en un taller automotriz, si bien a mí me da igual que la gente sepa lo que en realidad hago, mi madre se preocuparía si lo llegará a saber y eso es lo que menos quiero –como es domingo me dejaron salir antes, además de que mañana empiezo la universidad.

-Mi hijo será un gran arquitecto ya lo vi, eres el orgullo de esta casa.

-No es para tanto mamá, por cierto me pagaron esto, úsalo para comprar las medicinas y lo que haga falta en la casa.

-Mijo yo no puedo aceptar ese dinero, tú te lo ganaste honradamente y con el sudor de tu frente. No, ese dinero es para que lo gastes en ti. Además ahorita le voy a llevar su ropa ya planchada a la señora Ricardez y también me va a pagar, así que tú tranquilo.

-Está bien, y ¿Cómo esta Pepe?

-Ya mejor, parece que los medicamentos lo calmaron un poco,  esta acostado.

-Voy a verlo.

-Sí, cuídalo en lo que yo voy a dejar la ropa, no me tardo.

Entre a la habitación, que en realidad solo es una parte de la sala dividida con una cortina y pude a ver a mi hermanito que descansaba viendo televisión.

-¿Qué haces chaparro?

-¡Sebas! Ven, te estás perdiendo Phineas y Ferb –mi hermano lo estaba viendo en nuestra pequeña tele que apenas y mostraba algo más que estática.

-Son repeticiones, ¿cómo te sientes? ¿ya mejor?

-Sí, bueno me duele un poquito la cabeza, pero ya estoy mejor.

-Bien, porque mañana hay escuela, ya se acabaron las vacaciones.

-Ni me lo recuerdes, mañana empiezo la primaria, extrañaré a mi maestra.

-Pero varios de tus amigos del barrio estudiaran contigo, así que no estarás solo.

-Supongo, oye ¿me acompañas mañana?

-Lo siento flaco, no puedo, recuerda que yo entro a la universidad.

-Es cierto, tienes que echarle ganas.

-Así lo haré, y no te preocupes, que cuando me gradúe y trabaje, lo primero que haré será comprar una tele gigante para que podamos ver caricaturas.

-¿En serio? Eso estaría de lujo.

-¡MARÍA! ¡MARÍA! ¿DÓNDE ESTÁS? TENGO HAMBRE ¡MARÍA!

-Es papá, parece que viene borracho otra vez.

-Tranquilo Pepe, yo iré a ver qué quiere.

-¡MARÍA!

-Mi mamá no está, fue a dejar una ropa que tenía.

-Esa zorra, yo me la paso trabajando todo el día y lo menos que espero es llegar a mi casa y comer.

-Ya te dije que ahorita viene. Y ¿Apoco trabajas? Si nosotros no vemos ni un peso.

-Cállate escuincle baboso, porque ahora sí te parto la cara.

-A ver atrévete.

-Tranquilos, ya regresé. Ay Juan que pena, ahorita te sirvo unos frijolitos, están muy ricos, déjame que te los caliente.

-¡Pero apúrate mujer! ¡Y no te olvides de mí cerveza! Y tú mocoso, fuera de mi vista.

Mi mamá se puso a servirle de comer a mi papá, y yo molesto con la situación, salí a tomar un poco de aire. Mientras intentaba relajarme, una camioneta negra se estacionó frente a mí, y el conductor de gafas oscuras me hizo una seña indicándome que subiera, en realidad no estaba de humor para un cliente más pero trabajo es trabajo. Me subí, en realidad no lo pensé mucho, me llevo a un motel, nos metimos a una habitación, y empezó a desnudarse.

-¡Anda chúpalo! –me ordenó mientras señalaba su entrepierna. No era la primera vez que lo hacía, hombres, mujeres, lo único que importaba era que tuvieran con qué pagar. Se la estuve chupando un rato hasta que terminó en mi boca, asco, era de las cosas que menos me gustaba hacer. Luego se acostó boca abajo en la cama y me ordenó que lo penetrara; tomé un condón que había en la habitación, me lo puse y empecé a embestirlo salvajemente, como él me lo había pedido, mientras que con mi mano derecha lo masturbaba, hasta que volvió a terminar ahora en mi mano; lo siguiente que hizo fue recostarse mientras yo me empezaba a vestir.

-Sabes hoy tuve un día difícil –me empezó a platicar –mi jefe es un monstruo ya no lo soporto. Espera ¿Ya te vas?

-Sí, podría pagarme por favor.

-Espérate, platica un poco conmigo, anda.

-Lo siento, pero si quiere amor mejor cómprese una tarjeta o mejor aún valla con su esposa, yo no vendo eso. Le di lo que quería ahora págueme.

-Rogelio Villalva no paga por sexo.

 -Rogelio Villalva me está haciendo perder mi tiempo, ahora págueme que tengo muchas cosas que hacer.

-Vete de aquí –dijo mientras sacaba una pistola de su pantalón –Nadie me comprende, lárgate si no quieres que te dispare.

Quise agarrar su cartera, pero cuando lo intenté me dio tremendo golpe y me estampó contra la pared. Asustado, se vistió y salió corriendo del lugar. A los 5 minutos reaccioné y como pude salí del motel. Me encontraba lejos de mi casa y sin un centavo porque había dejado mi cartera en casa. No sé cuántos kilómetros caminé, pero el dolor de cabeza era insoportable, lo último que pude ver antes de desmayarme fue a un chico bebiendo un refresco con popote, que se acercaba asustado hacía mí. Me despertó un extraño y fuerte olor a alcohol, y pude ver que me encontraba en el asiento delantero de un auto, mientras una mano me pasaba un algodón por la nariz.

-¿Ya despertaste?

-¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?

-En mi auto, es que venías caminando y te desmayaste justo frente a mí, la verdad no supe que hacer, así que te metí a mi auto y fui a comprar a una farmacia alcohol y algodón, escuché que eso podría ayudar.

-¿Qué hora es?

-Son las 11 de la noche.

-No puede ser, tengo que ir a mí casa, mi mamá…

-No te preocupes, yo te llevo, sólo dime en dónde es y…

-No, no traigo dinero para pagarte.

-¿Dinero?

-O es que prefieres que te pague de otra manera.

-No se muy bien de lo que hablas pero, no te preocupes no tienes que pagarme nada.

-¿Cómo?

-En serio, lo hago de todo corazón.

-Vivo en la colonia Bosques Campesinos. –No sé por qué se lo dije, estoy seguro que nadie ofrece algo a cambio de nada, pero algo en sus ojos me hizo saber que era sincero. Mientras íbamos camino a mi casa, empezamos a platicar cosas sin importancia.

-Y… ¿Sigues en la prepa? –me preguntó.

 -No… de hecho mañana empiezo la carrera de arquitectura.

-No inventes ¿En dónde?

-En la Universidad Estatal.

-No inventes, yo también, así que somos compañeros, pero que modales los míos, me llamo Leo, mucho gusto.

-Sebastián, igualmente. Me puedes dejar en la esquina para que no tengas que callejonear.

-¿Seguro?

-Sí, mi casa ya está cerca, además ya has hecho bastante por mí.

-Si tú insistes, entonces nos vemos mañana.

-Si hasta mañana, por cierto… ¡Gracias!

-Fue un placer.

Me despedí de Leo y caminé hasta mi casa, y mi madre al ver que traía la cara golpeada se asustó mucho más, le inventé que unos tipos me quisieron asaltar pero cómo no llevaba cartera entonces me golpearon, pero que me había defendido.

¿Quién era ese sujeto? ¿Por qué fue tan amable conmigo? La verdad, además de mi mamá y Pepe, no pensé que existiera gente así. En verdad me había dejado intrigado, no podía esperar para hablar con él mañana en la Universidad.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Acabo de terminar el primer capitulo y no tengo idea de cómo continuará la historia, les juro que estoy en blanco, así que se aceptan todas las sugerencias que puedan.

Gracias por leer.


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