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Cuando Un Chico Se Enamora De Otro Chico por Caballero de la Luna

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Notas del capitulo:

Hola hola, ¿cómo están? Espero que bien, yo estoy algo nervioso con la publicación de éste capítulo, no sé cómo lo vayan a tomar, pero bueno, ojalá sea de la mejor manera.

Por cierto, nunca les pongo temas de música de fondo a mis capitulos, pero para este me pareció conveniente ponerles la canción con la que conceví estas escenas. Aunque sólo me gusta la música del inicio de la canción, pero bueno es la melodía que baila Fe, ¿no saben quién es Fe? Pues es una nueva chica que se integra a la serie, además tambien me gusto para música de fondo para la escena lemon. Así es señoras y señores hay lemon en este capitulo y eso es lo que me tiene más nervioso.

Bueno les pongo el link de la canción por si quieren escucharla mientras leen:

http://www.youtube.com/watch?v=Pk2ZX8UqHaQ

CAPITULO 14 – CUANDO PASÓ

 

-Kyle... –Mi hermano me intentaba explicar mientras se volvía a subir su short. –Esto definitivamente no es lo que crees.

-Pequeñín, esto sí que es una sorpresa. –Bruno se lamía los labios al tiempo que se acomodaba la ropa en el área de la entrepierna. –Siempre quise hacerlo con dos hermanos, y ahora finalmente mis suplicas han sido escuchadas. –Yo me quedé inmóvil, no sabía qué decir o cómo actuar, había encontrado a mi hermano a punto de tener sexo con nuestro vecino. Clark ya no dejó que Bruno siguiera hablando, y por la fuerza lo echó de nuestro departamento.

-Kyle, déjame explicarte. –Mi hermano me tomaba el hombro con una de sus manos y con la otra seguía acomodándose la ropa.

-Descuida. –Le dije fingiendo una sonrisa. –No tienes que explicarme nada, tú ya eres un hombre y puedes tener sexo con quien tú quieras. Perdóname por haberte interrumpido. –Tomé mi cartera y volví a salir a comprar.

Esa tarde estuve solo en lugar viendo televisión, chequé unas cosas en mi Tablet, comí sobras de comida, y cuando creí prudente comencé a arreglarme para salir con mis amigos. Ya nos habíamos puesto de acuerdo en que nos veríamos allá. Salí del baño envuelto de la cintura en una toalla, me puse desodorante, del armario saqué un poco de ropa, me puse uno de mis tantos bóxer negros y me vestí con jeans entubados y una camisa purpura, y me fui antes de que Clark llegara del trabajo.

Esperé en la callé a que pasara un taxi, fue entonces que del estacionamiento del edificio salió un auto convertible color plata, gracias al alumbrado publico me di cuenta de que se trataba de Bruno, quien venía vestido con una playera sin mangas negra, pantalones de cuero del mismo color y una cadena plateada alrededor de su cuello.

-Servicio de taxis, ¿a dónde lo llevo? –Se estacionó justo delante de mí, sonriéndome cínicamente.

-¿Me estás acosando acaso? –Pregunté serio, pero él sólo se limitó a contestarme que nuestros encuentros ya estaban predestinados y volvió a hacerme la pregunta. –Voy al club P3, no creo que te quede de camino.

-Nunca lo había oído, debe ser un lugar para niños buenos. Pero como no tengo nada que hacer creo que iré contigo. –Me abrió la puerta del lado del copiloto. –Anda sube, te doy un aventón.

No me quedó más remedio que aceptar, ya que ningún taxi se veía en el camino. Su carro era muy elegante y los asientos de piel estaban muy bien cuidados, ¿de dónde sacaría tanto dinero este individuo? De seguro debía tener padres ricos.

-Mis padres murieron y en el testamento, nos dejaron heredadas a mi hermana y a mí, acciones de su empresa de autos, sólo tengo que ir a aburridas reuniones de vez en cuando, firmar dos o tres papeles y gano más en un día que lo que cualquier muerto de hambre gana en un año. –Yo lo miré confundido. –Vamos, de seguro te estabas preguntando eso, pues ahí lo tienes, fin del misterio Scooby Doo. –Yo no decía nada, sólo me arrepentía de haber aceptado su invitación, pero la mano de Bruno acariciando mi entrepierna me trajo de nuevo, por tres largos segundos lo dejé tocarme, pero luego reaccioné y alejé su mano. –Oops, me equivoqué de palanca.

Mientras tanto, mis amigos ya se encontraban en el P3, estaban sentados en uno de los lugares VIP que la gerencia del lugar siempre reservaba para Tess.

-¡No puedo creer que no hayamos salido en el capítulo pasado! –Se quejaba la rubia quien llevaba una ceñida blusa con estampados florales azules y unos pequeños shorts de un azul más intenso y largas botas blancas. –De haber sabido no hubiera renovado mi contrato.

-¿De qué hablas? –Le preguntaba Karo quien tenía la nuca recostada sobre las piernas de su amiga, Karo como siempre iba más comoda y casual, con Jeans, playera con un estampado de Sekaiichi Hatsukoi y sus desgastados y deslavados tenis.

-No sé creo que necesito tomar agua. –Tess acariciaba suavemente los negros y rizados cabellos de mi hermana. –Por cierto... ¿dónde está mi novio? Hace horas que nos fue a buscar bebidas.

Tratando de que la gente no le tirara lo que llevaba en las manos, mi amigo Mike caminaba por la pista de baile llevando una cerveza para él, agua embotellada para su novia y un jugo de uva para caro. Mientras esquivaba a las personas llegó a un punto en que varios chicos, todos hombres, estaban bailando en circulo alrededor de alguien.

Una chica de cabello castaño y con largo hasta sus hombros vestida con pantalones de cuero color marrón, un diminuto top negro y botas de tacón de aguja negras, se encontraba bailando, moviendo su cuerpo al ritmo de la música electrónica, los tipos a su alrededor se turnaban para tocar su cuerpo y con sus manos recorrer sus delicadas caderas. La chica los atraía hacia ella, con sus suaves manos les acariciaba el pecho, el rostro, pronto estuvo en medio de dos chicos que en vez de bailar parecía que estaban teniendo sexo con ella ahí mismo.

Mike caminaba, con mucho cuidado, pero uno de los chicos le hizo tirar las bebidad que con tanto esfuerzo había llevado hasta ahí. Pronto fue el centro de todas las miradas, pero fue objetivo de los ojos oscuros de esa chica, quien se acercó lentamente hacía él.

-Hasta qué aparece un hombre de verdad. –La chica le tocó sus duros bíceps. –Qué músculos, ¿todo lo tienes así de duro?

-Creo que algo está pasando allá. –Comentó Karo quien de inmediato fue tirada al piso por su amiga que se levantó rápidamente.

-Oiga señorita... –Mike sólo se alejaba, pero la chica lo tomó del cinturón y con fuerza lo detuvo.

-¡Oye! –La chica volteó la mirada y su rostro se encontró con la palma abierta de la rubia quien le había propinado una poderosa cachetada. –Hola, mi nombre es Tess, y esa es mi manera de decirte que no te acerques a mi novio.

-No está mal el golpe para una rubia. –La chica sólo reía divertida. –Oye chico, controla a tu mascota, por eso prefiero los gatos, las perras ladran mucho y no se saben comportar. -Tess completamente furiosa, cerró está vez su puño para golpearla con todas sus fuerzas, pero fue detenida por la palma izquierda de la castaña, quien no sólo bloqueo su golpe, con su mano derecha le regresó la bofetada a su agresora. –Y está es mi manera de decir que me llamo Fe y que ninguna estúpida viene a molestarme cuando me divierto. –Entonces la chica volteó a la entrada y nos vio llegar a Bruno y a mí. –Por ahora te lo paso, el ambiente aquí se está poniendo tóxico así que mejor me voy. Nos vemos. –Antes de marcharse y salir corriendo, le dio un rápido beso a los labios de Mike, quien sólo quedó inmóvil, al igual que mi hermana quien había quedado fascinada con la presencia de Fe.

No me fue difícil encontrar a mis amigos, pues estaban siendo el total centro de atención y la rubia se encontraba gritando como loca.

-¿Qué hay? –Me acerqué a ellos saludándolos, y al parecer mi llegada les sirvió para cambiar de tema.

-Hermano, me alegro que finalmente vuelvas a salir con nosotros. –Mi hermana me abrazó complacida y mi amigo me saludó de mano para luego también abrazarme, luego todos pusieron atención al chico guapo que me acompañaba.

-Él es Bruno. –Lo presenté y el saludó de mano a todos. –Estudia en mi universidad y además vive arriba del departamento de mi hermano.

-Otro tipo nuevo, ahora tendremos menos participación en la historia. –Se quejó amargamente la rubia. -¿Tú también piensas besar a mi novio?

-¿Así? –Sin aviso Bruno acercó sus labios a Mike para darle un rápido beso, pero todos nos quedamos con la boca abierta. El chico se encontraba con el rostro completamente rojo, era su primer beso gay, Tess se dejó caer sin fuerzas sobre un mueble y Karo sangraba sin control por la nariz mientras publicaba lo ocurrido en un foro de fanáticas del yaoi. –Perdonen, fue una pequeña broma para romper el hielo.

Contrario a lo que se podría pensar, Bruno pareció agradarles a mis amigos; estuvimos platicando un rato, contando anécdotas graciosas, bailamos un rato, y luego de beber tantas piñas coladas me dieron ganas de ir al baño. Una vez ahí, bajé el cierre de mi pantalón y me dispuse a hacer lo mío, cuando ya había terminado, escucho dentro de uno de los cubículos como una especie de gemidos, de inmediato reconocí que eran sonidos de sexo, no quería espiar pero mi curiosidad me quedé inmóvil tratando de ver por alguna rendija, de pronto la puerta se abre, y un tipo con sólo el pantalón en las rodillas se encuentra penetrando salvajemente a otro, me quise disculpar por verlos pero me di cuenta que el tipo que gemía al ser penetrado era yo.

-¿Es eso lo que quieres? –Marcos apareció justo a mi lado, ambos veíamos la escena, ahora pude darme cuenta que el otro sujeto era Bruno. -¿Deseas estar así con él?

-¡Claro que no! Tú sabes que eres el único para mí. Yo te amo.

-Pero algo estás empezando a sentir por Bruno, ¡admítelo! –Los chicos dentro del cubículo no dejaban de moverse y gemir como poseídos. -¡Admite que quieres estar así con él!

-Yo... –Entonces sentí unas palmadas en mis mejillas, abrí los ojos y estaba tirado en el piso del baño, Bruno se encontraba hablándome. -¿Qué paso?

-Te caíste. –Me ayudó a levantar. –Deberías hablar con tu hermano y contarle de tus desvanecimientos. –Era la persona que menos quería ver ahora, por su culpa el recuerdo de Marcos se estaba alejando. Salí del club, despidiéndome a lo lejos de mis amigos, comencé a caminar por la calle pero él me estaba siguiendo. -¡Oye vinimos en mi auto, te llevo a tu casa!

-¡Aléjate de mí! –Seguí caminando por calles desoladas. –Tú no eres más que un pervertido que sólo piensa en tener sexo, ¿por qué no vas a acosar a mi hermano?

-¿Sabes qué? –Se detuvo y comenzó a gritar. –Creo que lo voy a hacer y voy a conseguir que se acueste conmigo y los dos vamos a gozar como nunca; luego de eso visitaré a tu amigo Mike, ya le di su primer beso, hacer que haga más cosas no será complicado; ah y tu amiga Tess, con ella no me será difícil lograr que separé sus sexys piernas; y por último a tu hermana, a ella, tan inocente y virginal la haré gritar y gemir como la zorra que es.

-¡Eres un malnacido! –Le di un golpe en el rostro con todas mis fuerzas, arrojándolo contra el suelo.

-No es por defenderlos que me golpeaste. –Rio cínicamente mientras limpiaba algo de sangre de su boca con el dorso de su mano. –Admite que es por mí. –Se levantó y a golpes me metió a una casa abandonada. –Acepta que es porque quieres ser tú el que esté conmigo.

-¡Eres una basura! –Seguimos golpeándonos hasta que lo arrinconé contra la pared.

-¡Pues tú eres un...! –No lo dejé insultarme porque cerré su boca con la mía introduciéndole hasta el fondo mi lengua.

Nos separamos y ambos comenzamos a mirarnos con deseo, ahora el me empujó y me arrinconó con sus brazos, volvió a besarme con rudeza y con su hábil mano izquierda logró bajarme el cierre del pantalón y sacó mi miembro ya erecto. Bajó su rostro y lo fue introduciendo a su boca, yo lo embestía con rudeza, con fuertes movimientos de mi pelvis se lo metía todo, haciendo que el diera pequeñas arqueadas de asco, pero no me importaba ser amable con él.

Se levantó y volvió a besarme con la misma rudeza, nos empujábamos el uno al otro contra la pared, haciendo que del techo cayera polvo de asbesto de la vieja casa abandonada en la que estábamos.

Le tomé la playera y con mis manos se la desgarré para luego aventarla lejos de nosotros, sin dejar de besarnos, le desabroché el pantalón y el con movimientos de sus piernas se lo fue sacando, dejé de besarlo a pasé a lamerle el cuello donde le dejé una mordida sacándole un poco de sangre, a lo que él solo gimió; me arrodillé frente a él y ahora fue mi turno para engullir su erección, lo hice mientras con mis manos masajeaba sus nalgas, el sólo me decía que lo hacía muy bien, mientras con sus manos se restregaba la cara y su cabello, por su torso resbalaban saladas gotas de sudor, mismas que saboreé con mi lengua.

Nos separamos para yo quedarme desnudo mientras el sacaba una tira de condones del bolsillo trasero de su pantalón. Sabía lo que seguía, no me importaba ya nada, me apoyé a uno de los pilares y me incliné dejando expuesto mi trasero. Bruno se colocó en cuclillas y comenzó a pasar su lengua por mi entrada para luego irme penetrando con ella, jamás había sentido nada así, quería más, lo quería a él dentro de mí. Se lo hice saber y sonrió una vez más, se masturbó endureciendo al punto máximo su pene y se colocó un condón. Apoyó sus manos fuertemente en mis caderas, y lentamente lo fue introduciendo. Mordí mis labios para no gritar, sentía que me desgarraba el interior cada vez que se iba introduciendo un poca más. Cuando me acostumbré a su invasión, comenzó con su vaivén al principio lento, pero con una de mis manos hice presión en su espalda indicándole que quería más fuerte. Así lo hizo, me insultaba, me daba nalgadas y eso hacía que me excitara más, mientras golpeaba con mi puño el pilar sobre el que me apoyaba.

Ahora era mi turno, lo empujé contra el suelo y lo abrí de piernas, escupí en su ano, no me importó prepararlo porque de seguro no era la primera vez que hacía eso, tomé uno de sus condones y me lo coloqué, sin paciencia alguna le dejé ir todo de un solo golpe; el soltó un grito y de sus ojos cerrados brotaron pequeñas lágrimas, ahora era mi turno de sonreír, lo embestí con todas mis fuerzas, le jalé fuertemente del cabello y le dije que abriera los ojos y así nos volvimos a besar viéndonos directamente, estábamos completamente bañados en sudor. Bruno comenzó a masturbarse con fuerza, sabía que no tardaríamos mucho más, salí de él, me quité el preservativo y subí dejando mi pené a la altura de su rostro y comencé a penetrarle la boca con rudeza. Él terminó dejando salir fuertes chorros de semen que cayeron incluso en mi espalda, resbalando por mis nalgas y piernas, por mi parte acabé dentro de su boca haciendo que bebiera hasta la última gota. Nos volvimos a besar y sentí el sabor de mi semen en sus labios. Nuestras respiraciones estaban agitadas y nuestros ojos llenos de deseo, estábamos muy lejos de terminar. Esa noche lo hicimos hasta que nos quedamos por completo sin energía, complaciéndonos ambos sexualmente.

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Bueno... primero que nada, debo decir que este es el lemon más largo que he escrito en mi vida, y precisamente lo tuve que hacer en esta hisotria, ojalá lo hayan disfrutado los amantes de los lemon (que creo que son casi todos) porque no creo volver a escribir una escena así, al menos no en esta historia.

Ya hay más personajes, pero es que el universo de la trama se sigue ampliando y van a ver muchas más cosas. Por lo pronto les aviso que se viene el especial de Halloween que va a ser un episodio dividido en dos capitulos.

Y pues nada, espero como siempre sus comentarios, gracias por leer y seguir apoyando esta historia.

Nos estamos leyendo, cuidense mucho.


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