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Cuando Un Chico Se Enamora De Otro Chico por Caballero de la Luna

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Notas del capitulo:

¡¡¡Hola Hola!!!

Dios, siento que hace años que no me paso por aquí, ustedes disculparán pero entiendan que con los años, el proceso creativo se vuelve más lento, pero finalmente y tras mucho tiempo finalmente logré escribir un capitulo más.

Espero les agrade.

CAPITULO 24 – CUANDO LA NOCHE NO ES ANESTECIA

 

Era un viernes por la tarde, todo estaba normal Marcos y yo estábamos en nuestra habitación, estábamos arreglándonos pues a mi hermano se le había ocurrido que fuéramos todos juntos a un concierto.

-No puedo creer que Clark decidiera, de todos los artistas en el mundo, comprar boletos para Belinda. –Le comentaba algo molesto a mi novio mientras que yo, cubierto de la cintura solamente por una toalla blanca, me aplicaba desodorante en spray.

-Oye, no es tan malo. –Me respondió con una sonrisa al tiempo que se subía sus jeans para luego abotonarse una camisa negra manga corta. –Recuerdo que cuando era niño veía una novela donde tenía una hermana gemela o algo así, aunque creo que luego la botaron.

-Mi hermano me comentó que según su mamá la sacó porque estaba afectando sus calificaciones, aunque luego vi en la tele que la productora la corría por que Belinda y su mamá eran conflictivas. –Me vestí también con jeans y una franela roja, tanto estar con la bata de doctor en la universidad me daban ganas de estar siempre con ropa cómoda; me aventé a la cama y respiré profundo.

-Me encanta esto. –Me dijo mientras me miraba fijamente.

-¿Hablar de chismes de los famosos? –Le respondí en forma de broma mientras me volteaba hacia él, quedando de lado con un brazo apoyando mi cabeza.

-Todo. –Con su mano izquierda acarició mis cabellos. –Los chismes, que estés aquí, has sido tan maravilloso conmigo que siento que no lo merezco, hasta me sirves té todas las noches.

-Oye... –Nos acercamos para darnos un beso rápido. –No tienes nada que agradecer, te amo, no sabes lo mal que estuve durante todo el año que estuviste dormido, ahora siento que todo es como debe ser.

-Sí... –respondió en un suspiro y luego se levantó de la cama. –Vámonos ya, Clark no nos perdonará que lleguemos tarde a algo que planeó con mucho cariño.

Y nos subimos a uno de sus carros, yo manejé por supuesto, el bar donde se presentaría la “artista” no quedaba tan lejos de donde estábamos así que no había mucha prisa. Pero el que se sentía presionado era mi hermano, pues estaba atorado en el tráfico, para colmo estaba haciendo mucho calor y su aire acondicionado se había descompuesto, y por si fuera poco su acompañante en ese momento era Tess.

-¿Belinda? ¿En serio? –Lo criticaba la chica rubia quien lucía un vestido gris strapless muy entallado.

-Por enésima vez sí. –Mi hermano se secaba el sudor de la frente con la manga del saco negro que llevaba. –Era una oportunidad para salir juntos, siempre te quejas de que no salimos porque nos tenemos que ocultar de los demás.

-Ay... pero... ¿Belinda? –La rubia se comenzó a abanicar con la cartera Armani que hacía juego con su vestido y zapatillas. –Además, ¿Cómo vamos a explicar que llegamos juntos?

-Pensé en dejarte una cuadra antes y que llegaras caminando. –La fila de autos finalmente se comenzó a mover.

-¿En serio esperas que camine yo sola por un lugar tan oscuro? –La chica alzó el tono de su voz. -¿Qué tal si me encuentro con limosneros nicaragüenses o con niños de la calle?

-O... puede que, como se trata de la inauguración de un bar en el que de seguro estarán muchos productores, alguno te descubra y así empiece tu carrera como la nueva Top Model. –Mi hermano rezaba para que ese comentario tuviera éxito.

-Ok, te lo paso esta vez. –La rubia abrió su bolso para sacar uno de sus espejos y verificar que el calor no hubiera arruinado su maquillaje, y pudo notar que el total de entradas eran seis. -¿Por qué hay seis boletos? Somos tú, yo, Karo, y Marcos con su chinche, ¿para quién es el sexto boleto?

-Para tú hermano. –Su novia se intrigó todavía más, pues no sabía que fueran amigos. –Mi intención es írmelo ganando poco a poco, así cuando le diga que soy novio de su hermanita quizá no golpee mi cara con esos músculos de dios griego que tiene.

-Número uno, mi hermano no tiene por qué meterse en mis relaciones; número dos, puedes estar tranquilo antes de que mi hermano siquiera intente golpearte, yo lo mandaré a volar con una de mis súper patadas; y número tres, mejor lo hubieras orinado en la cara antes de invitarlo a un concierto de Belinda

Mientras mi hermano tragaba saliva y rezaba para que todo saliera bien, en el lugar de la cita ya se encontraba mi hermana, quien desesperada, mandaba mensajes a todos nosotros para que nos apuráramos. Estaba sola, parada afuera del lugar pus no tenía en su poder el boleto para entrar, así que no le quedó más remedio que quedarse ahí. Para su buena suerte, alguien estaba a punto de llegar a hacerle compañía.

-Señorita Karo. –Apareció ante ella Adam, un hombre bien parecido, alto, vistiendo una camisa lila muy ajustada y con algunos botones abiertos que dejaban ver sus definidos pectorales.

-Adam. –Le sonrió. –Parece que tú y yo somos los únicos puntuales.

-Sí. –Sonrió mostrando su blanca dentadura. –No quería quedar mal, tu hermano fue muy amable al incluirme, la verdad desde que llegué no he salido mucho. –Mi hermana le preguntó por sus amigos. –La verdad no tengo... aquí, digo tengo un amigo pero por cuestiones de trabajo sigue en Londres, de momento sólo me he dedicado a mi trabajo en el hospital; por cierto me encanta tu atuendo. –Mi hermana iba vestida con jeans, converses, y una playera blanca con un estampado que decía “I Love Yaoi”.

-Gracias, me visto genial. –Karo pensó un momento lo que iba a decir a continuación. –Estás enamorado de Marcos... ¿verdad? –Su acompañante cambió el color de su cara por un rojo intenso. –Yo soy muy intuitiva para eso del “Boys Love”, y pues bueno, se necesita amar mucho a una persona para entrar a un edificio en llamas.

-Al principio pensé que las intenciones de tu hermano eran falsas, que sólo era un chiquillo enamorado, pero he visto como lo trata, como es Marcos cuando está con él, y créeme que yo jamás haría algo que...

-Yo también tengo el corazón roto. –Le comentó mie hermana con una media sonrisa y ambos se vieron a los ojos. –Sé lo mucho que duele no ser “esa persona especial”. Pero si necesitas alguien con quien desahogarte y comer chocolate, llámame.

-Lo haré. –El mayor le sonrió sinceramente.

-Y si necesitas que te presente a un chico sólo dímelo. Administro un grupo en Facebook y en él están los ukes más alocados que conozco, se excitan y gimen como locos con el simple hecho de ver una imagen de Sebastian de Kuroshitsuji.

Luego de 10 minutos finalmente llegamos Marcos y yo, 5 minutos después llegó Clark, quien se sorprendió al ver que todavía no había llegado la insoportable de Tess, le respondimos que no y su hermano se dispuso a llamarle a su celular murmurando entre dientes que por eso era mejor que los dos legaran juntos. A la distancia la pudimos ver que se acercaba pero venia cojeando de un pie, al parecer el tacón de su zapatilla izquierda se había roto y no podía caminar bien.

-¿Qué te ocurrió Tess? –Le preguntó mi novio preocupado, pero fue como darle cuerda.

-El idiota del taxista me dejó una cuadra antes, así que tuve que caminar, para colmo se venía acercando el señor que vende elotes y no quería impregnarme de ese olor, así que apresuré el paso pero el tacón de mi zapatilla quedó metido en una ranura en la banqueta y se me rompió, y para colmo un menonita me confundió con un travesti prostituto, nadie ha sufrido lo que yo. –Por suerte mi hermana, llevaba en su mochila, otro para de converse, pero la diva dijo que evitáramos a toda costa que lo tomaran fotos. Finalmente entramos al bar y nos sentamos en una mesa.

-Esto va estar genial, se los prometo. –Mi hermano estaba muy emocionado, estábamos sentados en bancos alrededor de una pequeña mesa circular, la verdad es que los cinco estábamos muy apretados. –Uno de mis pacientes me ayudó a conseguir las entradas, y por ser inauguración todos nos llevaremos un vaso.

-Hablando de eso. –Adam era muy alto y apenas entraba sentado entre su hermana menor y mi novio. –Quiero agradecerte por la invitación, Brother. –Le extendió la mano. –Fue en detallazo que me invitaras. –La cara de Clark se ruborizó y con gusto acepto la mano de su nuevo amigo.

Estuvimos un rato conversando de cualquier cosa, pero el tema principal fue la vida de Adam en Londres, al parecer era una eminencia en la medicina, había ido a cientos de congresos, estrechado las manos con científicos de renombre y aunque era cirujano, ya había terminado una especialidad en cardiología y estaba a punto de empezar otra en neurocirugía, esta noticia entristeció a Marcos, pues pensó que de nuevo se iría, pero para mí mala suerte, el monumento a la hombría podía realizar ese tipo de prácticas en el hospital regional que se encontraba en la ciudad. En eso  llegó uno de los meseros a servirnos vasos con whiskey, mi novio quiso tomar uno pero Adam y yo lo detuvimos, diciendo que era mejor que no tomara nada de alcohol y prácticamente se lo arrebatamos, Marcos sólo sonrió y dijo un comentario sobre la suerte que tenía al estar rodeado de los mejores doctores.

-Vaya Marcos. –Comentó la rubia. –En verdad se te ve muy feliz.

-¿Verdad que sí? –Le contestó. –Pues tengo que admitir que si andaba medio deprimido unos días, pero al tener a los mejores amigos y al mejor novio, nadie puede deprimirse. –Entonces Clark lo volteó a ver con ojos fríos. –Y al mejor psicólogo por supuesto. –De pronto las luces se apagaron y se anunció que el espectáculo daría comienzo. Empezó a salir humo del escenario y los reflectores comenzaron a iluminar, pronto se dibujó entre las sobras, una extremadamente delgada silueta femenina. Era Belinda, quien vestía un top negro y un entallado pantalón del mismo color, además de un sombrero, se acercó a su micrófono y comenzó a... “cantar”.

-Ego... Ego... Egoísta. –Cantaba la chica, Dios, era tan desafinada, pronto todos nos quedamos viendo a Clark, quien sólo se encogió en su asiento.

-Tengo una idea. –Propuso Marcos. -¿Qué tal si comemos pizzas en mi casa? Les prometo que todos podrán llevarse un tenedor cuando se vayan.

Y así lo hicimos, nos fuimos todos a casa de Marcos, ordenamos tres pizzas grandes y refrescos y nos pusimos a jugar Mario Kart 8, juego recientemente adquirido por nosotros. Estuvimos así un rato, de tanto tomar refresco me dieron ganas de ir al baño. Mientras tanto, Clark y Adam ayudaban a recoger todo, pero accidentalmente, el doctor derramó refresco de fresa sobre su camisa. Mi novio le dijo que quizá una de sus camisas le quedaría chica, pero que buscara algo entre mis cosas algo que pudiera usar, y así, Adam subió hasta nuestra alcoba, abrió cuidadosamente mis cajones y entre mis camisas dobladas estaba una caja con jeringas y suspensiones.

-Oye... –Mientras todo esto ocurría, Tess y Clark jugueteaban en la soledad de la cocina. -¿Qué te parece si nos vamos a tu departamento y dejo a tu Mario recorrer mi circuito? –Se insinuaba la chica quien hablaba con una voz más ronca.

-Me encanta que uses analogías sexuales con referencias a videojuegos. –Ambos se besaron. –Pero, ¿no querrá tu hermano que te regreses con él?

-Ay, cierto. –Se lamentó.

-No importa. -Clark la tenía agarrada de brazos. -Mañana nos vemos para almorzar, y después dejaré que tu Donkey Kong se coma mi banana.

-Ok... asco. –La chica se apartó. –Olvídalo, mañana no nos veremos, y que sea la última vez que me dices un piropo tan vulgar y que me comparas con un mono. –Tess salió de la cocina y se dirigió a la sala para seguir jugando, mientras mi hermano juntaba la basura, Adam le llegó por detrás, y sí, ya sé cómo se escuchó eso.

-Tengo que hablar contigo. –Le dijo muy serio, Clark se sintió amenazado y cuando entra en pánico, no es el hombre más inteligente.

-Perdóname, no quise tocarla. –Comenzó a balbucear. –Imaginé que te enojarías pero por favor déjame explicarte.

-¿De qué hablas? –Ahora el confundido era otro. -¿Qué te pasa Clark? ¿A quién tocaste?

-Ahm... –Al saberse seguro, mi hermano comenzó a pensar algo. –Tu pierna... –Fue lo que dijo. –Sí, toqué tu pierna. Es que la tienes tan firme y dura que no pude resistirme a tocarla cuando estábamos en el bar. –Se la comenzó a tocar justo ahí. -¿Haces cardio?

-No es momento de eso. –Le enseñó mi caja. –Encontré esto entre los cajones de tu hermano, está medicina es experimental y es ilegal en este país.

-¿Sucede algo? –Entré a la cocina y vi a mi hermano y al otro conversando muy pegados. -¿Interrumpo algo? –Creo que no fue el mejor momento para hacerme el chistoso pues de inmediato Adam me lanzó un puñetazo directo a la cara, y me hizo caer contra el refrigerador, al escuchar el estruendo, los demás llegaron y preguntaron qué ocurría. -¡Este loco comenzó a atacarme de la nada! –Respondí enojado aún en el suelo.

-¡Explícanos qué demonios es esto! –Mostró la caja con la medicina. –No supe que decir. -¿Tú sabías algo de esto, Marcos? –Mi novio estaba confundido, respondió que jamás había visto esa caja ni lo que contenía. –

-¡Son medicinas! –Comencé a explicarme. –Las conseguí cuando Marcos estaba en coma, y se las inyecté sin el permiso o conocimiento de los doctores.

-¿Es en serio? –Mi novio estaba en shock. -¿Tú me trajiste?

-Te amo tanto. –Comencé a arrastrarme hasta él. –Cuando vi que gracias a eso despertaste fui el hombre más feliz del mundo, pero, estabas deprimido, distante y algo débil también, temí que la historia se repitiera y te seguí inyectando.

-¿Cómo es que no me di cuenta? –Sus ojos estaban distantes y sus brazos inmóviles, era como si no estuviera ahí.

-Cada noche te daba tranquilizantes y antidepresivos en tu té. Pero... gracias a esto estás aquí, junto a mí, somos más felices que nunca, finalmente los dos estamos juntos, tal y como debe de ser.

-Sal de mi casa, ahora. –Me dijo con voz autoritaria, intenté explicarle pero fue imposible. -¡Me violaste! ¡No hay nada que explicar! ¡Terminamos, no quiero volver a verte en mi vida!

-Marcos, amor... no, yo jamás haría algo para lastimarte.

-¡SALGAN DE MI CASA TODOS AHORA! –Adam quiso acercarse a él, pero también lo rechazo, y subió corriendo y se encerró en su habitación.

-Lo mejor ahora será dejarlo solo, igual y vendré a darle una vuelta en la mañana. –Comentó mi hermano. Tess y Adam se ofrecieron a llevar a mi hermana a su casa, no sin antes dedicarme una mirada de desaprobación, mientras yo me iba con Clark a su departamento otra vez.

-Hermano... –Le hable mientras caminábamos a la salida de la mansión. -Tú si me crees, ¿verdad?

-Sólo espero que lo que hiciste, no lastime todavía más a Marcos.

Nos subimos a su automóvil y salimos de ahí, dejando a mi novio solo. Marcos no dejaba de llorar, se sentía confundido, herido y traicionado por la persona que más amaba, se revisó su brazo derecho y notó que tenía una ligera punzada, comenzó a rasguñarse con sus uñas hasta el punto de sacarse sangre.

-Quiero regresar... quiero regresar... –Repetía una y otra vez, observó sobre el buró, un retrato de nosotros y lo arrojó contra la pared, cayendo al suelo un marco roto. Con brusquedad abrió mis cajones y comenzó a aventar mi ropa, finalmente encontró lo que estaba buscando, un frasco con antidepresivos. Corrió al baño, llenó un vaso con agua de la llave, se metió tantas pastillas como pudieran entrar a su boca y luego las pasó sorbiendo el agua, tomó las que creyó necesarias, se sentó en el piso y sonrió mientras que con su mano izquierda cubría sus ojos. –Voy a regresar.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Pues ahí estuvo un capitulo más, sean pacientes conmigo, quizá la espera tan larga no valió la pena para esto pero se vienen cosas mejores (según yo).

Siempre intento mezclar romance, comedia y drama, no sé si lo hago bien, espero no haber perdido mi "toque" ni la conexión con esta hisotria.

Les juro que llevo tres meses queriendo actualizar pero simplemente las palabras no me salían, y me quedaba viendo sólo la hoja en blanco en mi pantalla y ni podía decidir el titulo, con eso les digo lo mal que estaba.

Les mando un abrazo a todos los que leen mi hisotria, y un agradecimiento especial a todos los que me apoyan y me dicen cosas lindas, lamento haberles quedado mal pero estoy intentando seguir y le echo muchas ganas.

Hasta la próxima.


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