Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando Un Chico Se Enamora De Otro Chico por Caballero de la Luna

[Reviews - 200]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, aquí les traigo lo mas nuevo de esta historia, finalmente el capitulo 26, y a pesar de que no pasa realmente mucho en este capítulo pues creo que es importante, bueno los dejo leer.

CAPITULO 26 – CUANDO TE ARRANCAN DEL CIELO.

 

Dos días habían pasado desde que Marcos fue vuelto a internar en el hospital, pero no era el mismo en el que había estado seis meses atrás; ahora estaba en el sanatorio “Nueva Vida”, y no se alojaba precisamente en la suite presidencial; se encontraba en una cama por demás incómoda, y por si fuera poco, sus manos y pies estaban atados para impedirle el movimiento, además vestía una vergonzosa bata de hospital.

-¡Sáquenme de aquí! –Gritaba Marcos en la soledad de la habitación. -¡Conozco mis derechos, esto es secuestro! –Forcejaba para intentar liberarse las extremidades pero era inútil. -¡Adam, sé que estás ahí afuera, te exijo que me des una explicación!

-¿Qué es este alboroto? –A la habitación entró un hombre alto y de piel muy pálida, debía tener alrededor de 45 años, llevaba una bata blanca que indicaba que era doctor de ese hospital. -¿Puedo ayudarle en algo joven?

-Sí, lo que pasa es que tengo comezón en mi testículo izquierdo pero como verá, estoy imposibilitado así que si usted fuera tan amable... –Movió los dedos de sus manos y luego intentó liberarse nuevamente. -¿Usted qué cree? ¡Quiero me desaten!

-Perdone señor pero yo no recibo ordenes de usted. –El médico hizo algunas anotaciones en una hoja de reporte y volvió a salir de la habitación, donde afuera se encontraban impacientes Adam, Clark, Karo y Tess.

-¿Ya puedo pasar doctor? –Preguntó angustiado el atractivo médico. –Me está llamando, es obvio que me necesita.

-Tal vez entre todos podamos calmarlo. –Sugirió también Karo, esbozando una ligera sonrisa que fue apagada por la seriedad del psiquiatra.

-Lo siento pero no puedo permitirlo, el paciente se encuentra atravesando una etapa de ira y es seguro que arremeterá contra ustedes, lo mejor es esperar a que se le pase la euforia del enojo.

-¿Pero no cree que la presencia de la gente que lo quiere puede ayudarlo y así no pensará que lo hemos abandonado? –Mi hermano se sintió con un poco de autoridad para comentar el tema. –Lo conozco, soy su psicológo y yo pienso que..

-Bueno. –El doctor soltó una ligera carcajada. –Puedo ver los resultados de su buen trabajo como profesionista. Ahora si me disculpan, tengo otros pacientes que atender. –El viejo se abrió camino entre ellos, ignorando por completo sus peticiones.

-Él sí que sabe tratar a la gente. –Comentó sarcástica Tess. –Por cierto, tengo un proyecto que entregar en la escuela, y hermano, tú no puedes descuidar tu trabajo.  –Convenció a todos de que era inútil estar ahí y que lo mejor que podían hacer era dejarlo solo. –Nos veremos aquí de nuevo a las 4, estoy segura de que Marcos saldrá para esa hora.

Todos se fueron a realizar sus respectivas actividades, y de alguna forma, Marcos lo sintió. Ahí solo en ese cuarto, se sintió abandonado por todos, sólo sollozaba e intentaba liberarse mientras entre lágrimas susurraba con odio: “No quería regresar”.

Mientras tanto yo me estaba en la biblioteca de mi universidad, estaba haciendo investigación para una clase, y a pesar de que tenía el montón de libros alrededor mío, no hacía más que pensar en Marcos, a pesar de todo, no pensé haber hecho algo malo, si quiera estaba vivo. Mi hermana me escribió diciendo que tenía que terminar de sacar mis cosas de la mansión, pues según Tess, era probable que Marcos fuera dado de alta esa misma tarde. Todos me decían que lo mejor era darle su espacio y esperar a que las cosas se enfriaran un poco, pero demonios, cómo me duele estar tan separado de él. Así estaba perdido en mis pensamientos cuando siento que alguien me sopla en mi oído, por lo que no pude evitar dar un pequeño brinco.

-¿Te asusté? –Apareció Bruno detrás de mí, era muy extraño pero me sonreía. –No fue mi intención asustarte, pero te vi tan concentrado que no me pude resistir.

-¿Bruno? –Lo miré serio. -¿Qué haces aquí?

-Ok, sé que hace algún tiempo brillé por mi ausencia, pero también estudio aquí. Necesitaba unos libros para unos trabajos que tengo que hacer, y tú tienes uno de los que necesito. –Pensó un poco. -¿Te importa que me siente un momento? Te prometo que buscaré rápido lo que necesito. –Le pasé el libro y le dije que no hay problema; se sentó a mi lado y en efecto toda su atención estaba en el libro, buscó en el índice y cuando encontró las páginas que necesitaba sacó su celular y comenzó a fotografiarlas. –Listo, ahora ya no tengo que molestarte.

-No sabía que fueras un alumno tan dedicado. –Comenté sorprendido. –Pero este libro ya no se ocupa en tu semestre, ¿para qué lo necesitas? No me digas que fue un truco para acercarte a mí.

-Nada de eso pequeño ególatra. –Me dijo de nuevo entre risas. –Pero tengo algunas materias atrasadas y tengo que apurarme si es que quiero titularme, estoy llevando 10 materias este semestre, pero por alguna razón, me siento tranquilo.

-Vaya, parece que te has convertido en un nerd. –Bromeé.

-Y vendrán cosas peores dice la biblia. –Ambos reímos, pero de un momento a otro sentí que su pierna rozaba con la mía y me alejé un poco. -¿Sigues... sigues con este niño?

-Es complicado. –Dije sin saber bien la razón. –Nos estamos dando un tiempo. De hecho tengo que ir a sacar mis cosas de su mansión.

-Lo complicado no necesariamente es algo malo. Pero... tanto drama, tantas emociones fuertes, con el tiempo todo eso llega a ser abrumador, en mi opinión, un noviazgo no debería ser tan complicado. Y ten cuidado con eso de darse tiempo, a veces las personas olvidan. –Su comentario lejos de alegrarme me estaba volviendo a deprimir. –Pero... ¿sabes lo que yo no olvido? Cuando me descubriste teniendo sexo aquí mismo en la bibliotecas.

-Ni lo digas, fue uno de los momentos más traumáticos de mi vida. –Ambos reímos, aunque controladamente ya que estábamos en un lugar de silencio.

-Oye, sé que lo que te voy a pedir es lo más descabellado del mundo considerando todo lo que hemos pasado, pero creo que correré el riesgo... –Tragó saliva. -¿Crees que podamos ser amigos?

-Claro. –Contesté con seguridad y el mostró un rostro de incredulidad que me llamó mucho la atención. –Siempre me pareciste un tipo muy loco, presumido, arrogante, controlador, vanidoso, pero... también muy divertido, además desde que se fue mi amigo Mike, me he sentido algo solo así que, sí, me gustaría ser tu amigo.

-¿Es en serio? –De verdad parecía no creerme.

-Muy en serio. Es más, que te parece que tu primera labor como amigo sea ayudarme a buscar mis cosas a casa de Marcos.

-Hecho, nos vemos a las cinco.

Mientras tanto, la hora había llegado y todos mis amigos se encontraban justo afuera del cuarto de Marcos, esperando impacientes a que Tess les dijera por qué estaba tan segura de que lo darían de alta esa misma tarde, pero la chica no les contestaba. Pocos minutos después de estar esperando en silencio se oyeron unos pasos acercarse, aunque suaves se escuchaban firmes, el tipo de sonido que produce el calzado de un hombre seguro de sí.

-Lutessa Charlotte, Adam Adrián, ya estoy aquí. –Apareció un hombre blanco, alto, de cabello oscuro pero emblanquecido de algunas partes, llevaba un traje ejecutivo hecho exclusivamente a la medida. -¿No le dan un abrazo a su padre?

-Papi. –Tess se acercó a darle un abrazo cariñoso y un beso en la mejilla, y Adam, aunque un poco más serio, también abrazo a su progenitor; mientras Karo observaba algo extrañada, al contrario de Clark que estaba temblando por conocer a su suegro.

-Arreglemos este desastre. –Abrió la puerta con total autoridad. En la habitación estaba Marcos sentado en la cama aun vistiendo la vergonzosa bata de hospital, y sentado en una silla delante de él, estaba el doctor mostrándole hojas con manchas a las que mi ex sólo respondía que veía dos cerdos fornicando. –Perdone la intromisión doctor.

-Sr. Charles. –El médico rápido se puso en pie y Marcos puso recta su postura. –Es un honor saludar a uno de nuestros mayores benefactores. ¿Puedo preguntar a qué debo el honor de su visita?

-Por supuesto mi estimado doctor. –Caminó hasta el centro de la habitación como analizando cada detalle, y por momentos viendo la hora en su caro reloj de bolsillo. –Me temo que sus servicios, aunque útiles, ya no serán necesarios. –El psiquiatra quiso rezongar pero el hombre lo calló mostrándole la palma de su mano y se sentó justo al lado del muchacho. -¿Cómo te sientes Marquitos? –Se saludaron de mano. -¿Crees que es necesario que permanezcas aquí?

-Padrino, la verdad estoy bien, quiero irme a mi casa.

-Cámbiate, nos vamos ahora mismo. –El chico sonrió pero entes de poder levantarse de donde estaba, el psiquiatra recordó el atentado por el que el muchacho había sido internado y que era necesario que permaneciera bajo la supervisión adecuada si de verdad le interesaba su bienestar. –Por supuesto que yo ya sé todo eso, y Marquitos, tu salida tendrá ciertas condiciones. –Marcos escuchó atentamente a lo que su padrino decía. –Mi primera condición es que empieces la universidad, la carrera que tu prefieras. –Adam hizo una mueca. -Y como sé que no hay inscripciones hasta agosto, en el tiempo que resta deberás conseguir un trabajo; tal vez si estás ocupado no cometas este tipo de tonterías.

-Por supuesto. –Marcos al igual que todos, escuchaba atento.

-Mi segunda condición es que disminuyas tus gastos, si bien es cierto que las acciones de tus padres siguen produciendo dinero, no es motivo para malgastarlo en cenar pizza todos los días o en comprar videojuegos, es por eso que el control de tu cuenta de cheques y tarjetas de crédito pasará a ser administrada por mi hermosa princesa.

-¿Yo? –Tess estaba sorprendida. -¿Qué estás diciendo, papá? Yo no tengo los conocimientos necesarios para...

-Mi hermosa princesa. –El hombre acarició la mejilla de su hija. –Confío plenamente en ti y en tu buen criterio, además será un pequeño adelanto de lo que será controlar mi empresa. –A la rubia no le quedó más remedio que aceptar aunque se sintió algo incomoda de manejar las finanzas de su amigo.

-Yo... –Adam, temeroso, atrajo la atención. –Yo quiero ser el médico responsable de Marcos... si me lo permite, padre.

-Cierto, por poco olvido que tienes una carrera. –El tono en que lo dijo pareció de burla. –Pero no seas ridículo, Adam Adrián, esta no es tu área, en todo caso tengo al indicado justamente en esta habitación. –Fue entonces que caminó justo frente a mi hermano mayor. -¿Le interesa el trabajo, doctor?

-¿Qué qué? –Clark se había literalmente transformado en pierda.

-Mi princesa me ha comentado que es el mejor psicólogo que ha conocido, además de ser buen amigo de Marquitos, así que me parece que usted es el más adecuado para tratarlo, o... ¿tiene miedo?

-Acepto el encargo, majestad. –El cerebro de mi hermano había colapsado, siempre he dicho que no hay gente más loca que los psiquiatras.

-Por supuesto que será remunerado muy bien. Ahora, entiendo que tiene un pequeño consultorio. Deberá disminuir el número de pacientes ya que quiero que Marquitos sea su prioridad máxima, por lo cual deberá mudarse a su mansión y estar disponible para él siempre que lo necesite.

-No es necesario todo esto, en realidad. –Marcos pareció pensar que todo eso era una exageración.

-Lo lamento, pero no es tu decisión. –El Sr. Charles firmaba la salida de Marcos a una enfermera. –Dado tu estado no eres responsable de tus actos, y es eso o quedarte encerrado, pero creo que te estoy ofreciendo la mejor solución. –Se acercó a su ahijado y colocó sus manos sobre los hombros del chico. –Le prometí a tus padres que haría todo lo que esté en mi poder para mantenerte a salvo y así será. Ahora vístete que los llevaré a cenar.

Para ese tiempo yo ya había salido de la universidad y en compañía de Bruno, me dirigí hacia la mansión de Marcos para terminar de recoger el resto de mis cosas, usé mi llave para entrar, mi nuevo amigo estaba sorprendido al entrar, jamás pensó que fuera tan rico; vaya, la fortuna de mi ex impresionaba hasta los ricos y exigentes. Subimos hasta la recamara que compartíamos.

-Así que aquí es donde sucede la magia. –Comentó entre risas bruno al ver la cama. –Claro que yo ya probé un poco de eso una vez. ¿Qué te parece si lo repetimos aquí y ahora? –Yo sólo lo observé con reprobación. –Lo siento, mi antiguo yo sale de repente y sin aviso, pero estoy intentando controlarlo.

-Sólo ayúdame a empacar mis pesas y demás cosas de ejercicio, por favor. –Terminé de poner en cajas mi ropa, y mis cosas de ejercicio y también recogí un pequeño estuche en el que estaban los anillos que nos habíamos dado el día de nuestra boda en la escuela.

Bajamos las escaleras cargando cajas y sin querer se me cayó al suelo el estuche y los anillos se arrastraron por el impulso hasta la puerta, misma donde se encontraban de pie Marcos y Clark.

-Ya me iba, vine a recoger las cosas que se me habían quedado. –Marcos, totalmente serio alzó la vista hacia Bruno, quien se tambaleaba nervioso ante la mirada de desaprobación de mi hermano. –Él es un amigo que vino a ayudarme...

-No me interesa. –Dijo en tono seco y caminando con paso firme, aplastó los anillos, haciendo que se deformaran un poco, sentí un verdadero sentimiento de odio hacía mí cuando paso justo al lado mío para luego subir a su habitación.

-Creo que es mejor que ambos se vayan. –Me ordenó Clark quien cargaba una maleta de ropa, quería preguntarle por qué pero me fue imposible y me dijo que ahora su prioridad era Marcos y tras decirme que estaba decepcionado de mí por estar con Bruno, cerró la puerta. Luego subió a la habitación de Marcos, quien se encontraba acostado en soledad en su cama y mi hermano le habló desde la puerta donde lo observaba con atención. –No es mi intención, ser abogado del diablo, pero… ¿no crees que estás siendo algo injusto con Kyle? –El chico no respondía. –Si vamos a hacer que esto funcione, entonces tenemos que hablar.

-Estaba felíz. –Contestó con melancolía. –Donde sea que estuve, era feliz, en paz. El tiempo no significaba nada y aunque no tenía forma áun era yo. Sabía que todos ustedes estaban bien, de alguna forma lo sabía. Me sentía seguro, acompañado, amado; y creo que mis padres estaban ahí. Estaba realizado, completo. No entiendo nada de teología o dimensiones, ni nada de eso en realidad pero...creo que estaba en el cielo. Y ahora no. Fui arrancado de ahí, por el hombre que decía amarme. Todo aquí es difícil, brillante y violento. Todo lo que siento, todo lo que toco... Este es el infierno. Y tener que seguir pasando minuto tras minuto sabiendo lo que he perdido...Jamás voy a perdonarlo...

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Vaya, pobre Marcos, debe ser díficil que el hombre que te ame te haga expulsar del cielo, de hecho este personaje esta mostrando cierta inmadurez, pero me resulta divertido escribir sobre este nuevo Marcos.

Y ahora Bruno, honestamente no sé que tiene planeado, no se si su cambio es real o solo es una estrategía para acercarse a Kyle, pero la verdad no veo a Bruno y a Kyle como pareja, no creo que tengan esa "magía".

Gracias por leer y gracias a los que comentan, son pocos pero son mi mayor fuente de inspiración, quisiera que más personas me dieran su opinión pero bueno, supongo que el hecho de que sigan leyendo debe ser suficiente.

Hasta la próxima.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).