CAPITULO 29 – CUANDO TE AMO
Amor, palabra que muchos usan para expresar el aprecio en extremos que sienten por algo o alguien. Un niño puede sentir amor por un cachorrito que sus padres le regalan el día de su cumpleaños; una adolescente puede amar a un cantante extranjero, aun sabiendo que quizá jamás crucen una palabra; un hombre de 40 años puede amar a su nuevo convertible rojo, mismo que se ha comprado luego de haberse divorciado de su esposa. Sí, en este mundo podemos encontrar distintos tipos de amor, pero... ¿qué pasa con aquellos que aman y no son correspondidos?
-Un poco más a la izquierda...no, mejor un poco más a la derecha. –Mi hermana se había dado a la tarea de colocar un stand en la próxima convención de anime en la ciudad, en él estaría vendiendo las impresiones de sus fanfics y autografiándolos; y ahora nos tenía a Marcos y a mí, acomodando el pesado encabezado de su local, que era un dibujo de ella junto a la palabra “Yaoi” y muchos corazones. –Saben qué, mejor sí un poco más a la izquierda.
-¡Ya basta! –Lo colocamos en la posición en la que estaba pues ya me había cansado de estar cargando ese pesado y gigante letrero. –Prometimos ayudarte, pero te estás pasando, llevamos una hora y no te decides cómo colocar el estúpido letrero.
-No me molesta ayudar. –Marcos se dejó caer sobre el suelo completamente empapado en sudor. –Pero creo que nos estás explotando, ¿Qué no tenías todo un grupo de ayudantes que grababan y te apoyaban en todo?
-La verdad... –el rostro de mi hermana se ensombreció. –Ahora que estamos en la universidad, no hemos tenido mucho tiempo de reunirnos, y las que sí tienen tiempo se volvieron arrogantes y me desconocieron como su líder; así que por el momento sólo cuento con ustedes. –De alguna forma me sentí mal por haberla reprendido. –Pero conocí a un chico por internet, está estudiando en Canadá, pero vino a pasar las vacaciones con sus papás, y es un verdadero friki del yaoi, se llama Fred y debe llegar en cualquier momento.
-Ya hablé con el encargado. –Llegó a Adam, otro chico que también nos estaba ayudando en todo eso de la convención. –Dice que puedes proyectar tu video sólo si es antes de que los actores de doblaje den su conferencia.
-Muchas gracias Adam querido, sin duda eres mi mejor apoyo, pasar tu día libre aquí ayudándome sin duda conmueve mi corazón. Es por eso, que te dejaré violar a mi nuevo asistente, se llama Fred, y aunque no lo conozco ni en foto, parece ser el tipo de Uke tímido que personalmente me encantan, quizá aún estemos a tiempo y pueda grabarlos y proyectarlos mañana, ¿qué te parece mi genial idea?
-Por el momento no estoy buscando novio, gracias. –Contestó algo sonrojado el doctor. –Y surgió una emergencia en el hospital así que tengo que volver, pero descuida, eso significa que me cambiarán mi día libre para mañana y podré venir a tu evento. –Nos despedimos de él y se fue en su carro rumbo al hospital, y Marcos y yo nos quedamos solos con la loca de mi hermana, quien insistía en que tuviéramos sexo ahí mismo para poder grabarnos pues alegaba que este año no le habíamos dado mucho material.
-Karo... Marcos y yo ya no somos novios. –Puntualicé con algo de dolor en mi corazón. –Sólo somos amigos y ayudaría mucho que no estuvieras presionándonos.
-Ay pero es que este año no me han dado muy buen material. –Volvió a quejarse. –Todo ha sido drama y el trauma de Marcos y ustedes dos rompiendo; a la gente no le gusta eso, el público quiere ver fuertes escenas de lemon salvaje. Quisiera volver a la primera temporada, al menos ahí había más romance y comedia inocente.
-Disculpen la tardanza. –Volteamos a ver y había una pequeña chica, no podía medir más de 1.50, era de complexión delgada y piel muy pálida. Levaba puestos unos jeans entubados que hacían ver sus piernas aún más flacas, portaba también una camisa negra con estampado del anime Free!, y sobre sus delgados cabellos rubios que le llegaban a los hombros, llevaba un gorro negro. –Lo que pasa es que mi mamá me pidió que le ayudara con unas cosas de su computadora y me atrasé. Pero traje refresco para todos. –A cada uno nos entregó una botella de refresco, quedando una, la cual imagino era para Adam. ¿Quién era esta chica tan atenta y amable? Mi hermana no se quería quedar con la duda y por supuesto que se lo preguntó. –Sí, perdón, qué tonta, es que me da pena poner mi foto en Facebook, pero me llamo Winifred, tengo 20 años y soy estudiante de arte.
-¿Tú eres Fred? –Mi hermana se quedó boquiabierta. –Pero yo pensé que eras un chico.
-Lamento decepcionarte. –La chica se sintió mal.
-No, tranquila. Me gustas más así. –Con la ayuda de Fred, fue más fácil terminar de preparar el stand, tenía un muy buen gusto y mejor sentido para dirigir y tratar a las personas que mi hermana. Cuando finalmente acabamos mi hermana ni nos prestó atención a Marcos o a mí, e invitó a su nueva amiga a comer un postre a una cafetería. Un vez sentadas ahí mi hermana procedió a interrogarla. –Bueno, ya que vas a ser mi asistente, debo hacerte unas preguntas. –La chica aceptó emocionada, se sintió como toda una celebridad, jamás nadie le había puesto tal atención. –Ahora sólo quiero me contestes lo primero que se te venga a la mente, no te tardes mucho pensando... Veamos... ¿Color favorito?
-Violeta.
-¿Seudónimo en foros yaoi?
-NekoHime2409
-¿Seme favorito?
-Yukina de Sekaiichi Hatsukoi.
-¿Seme o Uke?
-Uke.
-¿Me trajiste algún regalo?
-De hecho sí. –La chica busco en su mochila estampada con la imagen del anime Tsubasa Chronicles de CLAMP y sacó una memoria USB. –Mi papá es policía y estuvo encargado del caso del incendio que ocurrió en el hospital el año pasado, así que entré a su computadora y conseguí los videos de la cámara de seguridad; hice un pequeño video con escenas desde el momento en que el joven Marcos cae en coma, muy triste por cierto, hasta el momento en que salen en el incendio; claro que no soy tan buena editando, tú serán quien le dé el visto final y si gustas, podrías proyectarlo mañana.
-Ok... –Karo estaba atónita, sin duda esta chica era cosa seria, además de ser linda y con buen gusto en anime, también era capaz de obtener videos confidenciales con yaoi incluido, lo único que mi hermana acertó a decir fue... –Creo que te amo.
Esa noche mi hermano me había pedido que fuera a la mansión de Marcos, aparentemente, tenía algo importante que decirme; pero fue una verdadera sorpresa cuando llegué y el estaba vestido de esmoquin.
-Marcos está en su habitación, no lo molestes, si escuchas ruidos extraños sube inmediatamente a verificar que esté bien. –Luego de darme un par de indicaciones más, se despidió y subió a su auto rumbo a no sé dónde y yo me quede ahí como niñero de mi ex.
Como era de esperarse, Clark pasó a recoger a su novia, esa noche le tenía la gran sorpresa de llevarla a cenar al lugar más exclusivo de la ciudad, había hecho la reservación desde hace seis meses; pero la sorpresa se la llevó él cuando al arribar a la mansión, el mayordomo le avisó que la señorita no estaba y que había salido con algunas amigas de la preparatoria que tenía dos años sin ver.
Y en efecto, Tess se encontraba en un club, lleno de música escandalosa, humo de cigarro, ebrios vomitando en el baño, o personas toqueteándose deshinibidamente en los asientos del lugar, y ese era el caso de las tres amigas que habían llegado de visita y que ahora se encontraban besuqueándose descaradamente con tipos que habían conocido justo hace dos minutos, mientras Tess las observaba sorbiendo tragos de su piña colada sin alcohol.
-Qué bueno, que regresaron, tenía tiempo sin verlas. –Comentó la chica, intentando atraer la atención.
-Sí, honey. –Comentó una chica que obviamente tenía los senos operados, y al parecer el chico con el que estaba quería verificarlo pues no le quitaba las manos de ahí. –Obvi, New York es genial y todo, pero me gusta volver a mi pueblo y no olvidarme de mis orígenes.
-Y... ¿Qué tal la escuela? –A Tess se le estaban acabando los temas de conversación, jamás pensó que estar con las amigas con las que compartió desde secundaria fuera tan molesto, pero, al ser ella una alumna sobresaliente, pensó que ese tema si les podría ganar.
-Me acaban de invitar a una conferencia en Ámsterdam. –Comentó una chica con el cabello chino de un rojo alocado; se había aburrido del tipo con el que estaba y mientras encendía un cigarro, le echaba el ojo a otra chica junto al bar. –Será un congreso de jóvenes líderes, y varios empresarios importantes estarán ahí, un montón de viejos misóginos que ya ni se ven el pene de la enorme panza que tienen, será para mi un honor humillarlos durante mi increíble presentación de negocios.
-Es genial... –Vaya, estas mujeres no sólo se la pasaban de fiesta en fiesta en lugares en el extranjero, al parecer también tenían una carrera exitosa, pero ella sí las podría vencer en algo, el amor, tenía a un hombre que se desvivía por ella. –Y díganme... ¿Cómo van en el amor?
-¡Esperaba que saliera ese tema! –Otra chica rubia, llena de pecas y por demás esquelética, enseñó su mano izquierda y un diamante sobresalía. –¡Me voy a casar!
-Vaya... –exclamó a un más frustrada Tess. -¿Y a tu novio no le importa que estés besuqueándote con este?
-Pero si este en mi novio, Max. -La pecosa metía las manos dentro del pantalón del chico con el que estaba. –No podemos sapararnos, siempre está demostrándome lo mucho que me ama, tenemos sexo prácticamente 24/7.
-Lo que más me sorprende Tess. –De nuevo habló la pelirroja de cabello chino. –Son tus amistades. Está bien que no quedó gente nice luego de que nosotras nos fuimos, pero... ¿juntarte con esa freak de los monitos japoneses?
-Y no es todo... –Habló la primera chica, la que estaba operada de los senos. –Me decepciona que aún sigas siendo amiga de tu ex, quien resultó ser toda una mariquita que se revolcaba con el capitán del equipo de futbol.
-Y tu novio... –Habló la pecosa. –Supe que te metiste con Michael y que este hasta te fue infiel, no me sorprende que ahora andes con ese viejito todo flaco. Dime por favor que tiene una enfermedad terminal y que te quedarás con su herencia, porque sólo así podría entender que andes con un tipo como él.
-Honestamente Tess. –La pelirroja dio otra fumada, como intentando buscar consuelo. –Esperábamos mejores cosas de ti.
-Ok, ya me hartaron. –La rubia se levantó del asiento totalmente exasperada. –Tal vez yo no me haya ido al extranjero a estudiar a una de las mejores universidades, pero soy la mejor de mi clase. Karo es la mejor amiga que pude tener, es más inteligente y mucho mejor persona que cualquiera de ustedes, además de hermosa y sin necesidad de operarse, y por si quieren saberlo, está organizando un evento en la convención de anime y pienso ir de cosplay. Cuidado y me vuelven a insultar a Marcos, él es más hombre que cualquiera con los que ustedes han estado, incluso que tú Max, que ya te vi que le andas moviendo el trasero al mesero cada vez que pasa. Y mi novio no es ningún viejito, tiene 26 años y es súper inteligente, súper atento y debí haber salido con él en lugar de aburrirme con ustedes trio de perras despellejadas. – Lo siguiente que Tess hizo fue salir del lugar apresuradamente, a la salida, se encontró nada más y nada menos que con Clark, quien le pedía al guardia de seguridad que lo dejara pasar para ir a buscarla. –Oye... –Le gritó y el chico rápidamente puso cara de felicidad al verla. -¿Qué haces aquí?
-El sr, Armando me dijo que estabas aquí, y no sé, se me ocurrió venir y mezclarme con las personas de tu mundo.
-Tú eres mi mundo. –La chica se abrazó a su novio para luego darle el beso más cariñoso que alguna vez le hubiera dado. –Te amo, Clark.
-Te amo más, hermosa. –Volvieron a besarse, atrayendo la mirada de cualquiera que pasaba por el lugar. -¿Entonces no entramos?
-No, llévame a comer una hamburguesa, me muero de hambre.
Marcos se encontraba en su habitación y durante el tiempo que había estado en su casa, no se había presentado ningún incidente verdaderamente relevante. De momento me encontraba en el sillón, viendo en televisión un programa donde familias tenías que responder respuestas populares, sobre 100 latinos encuestados en Estados Unidos. Inocentemente, había estado masajeándome con Bruno, y le había dicho dónde estaba y lo qué hacía. Aunque el programa me parecía entretenido, me moría de curiosidad por saber qué estaba haciendo Marcos, fue en ese momento que escuché cosas romperse, como si hubieran sido arrojadas contra la pared.
-¡¿Marcos?! –Apagué el televisor y subí inmediatamente a su habitación, cuando giré la perilla me di cuenta de que tenía seguro. -¡Marcos, ábreme la puerta, por favor! –Tocaba, pero no obtenía respuesta alguna, fue entonces que empecé a darle de patadas a la puerta, y con mucho esfuerzo, logré romper el marco y minalmente entrar.
-¡Lárgate! ¡Déjame solo! –Estaba sentado en el piso, y aunque la habitación estaba completamente oscura, por la ventana entraba un poco de luz que me permitió ver en el suelo lámparas rotas, ropa desgarrada, y libros a los cuales les habían arrancado las páginas.
-¿Redecorando? –Fue lo único que se me ocurrió decir, aunque sabía que el momento no estaba para chistes. –Marcos, ven, levántate, te vas a lastimar. –Quise acercarme a él, pero él me empujo tan fuerte que fui a dar hasta la cama.
-¿Por qué sigues aquí? ¿Por qué insistes en estar cerca de mí?
-Porque te amo. –Dije sin ninguna duda, mis ojos serios lo observaban esperando una reacción.
-¿Que me amas, dices? –Soltó una risa irónica. –Ya no soy el mismo niño inocente y enfermo; él se fue, y quedé yo... Alguien roto, incompleto, que cada noche piensa que lo mejor sería morirse.
-¿Quieres morir? –Tomé un pedazo de vidrio roto y me hinqué junto a él. –Toma, córtate la garganta o lo que sea. –Marcos lo iba a agarrar pero antes de que lo tomará, alejé la mano. –Pero antes, deberás sacarme el corazón. –Hundí suavemente la punta del cristal sobre mi pecho, haciéndole un pequeño agujero a mi camisa.
-Por favor, no seas dramático.
-¿Ahora yo soy el dramático? –Arrojé ese pedazo de vidrio. –Tú eres el que se la ha pasado quejando y chillando desde que saliste del coma. ¿Sabes cuanta gente desearía poder hacer lo que tú hiciste?
-¡Tú no sabes lo que es estar desesperado y estar en constante sufrimiento! –No pude evitar soltar una carcajada estridente luego de escuchar semejante argumento.
-Te diré algo... –Intenté controlar mi risa, respiré profundamente. –Hace tres años, conocí al hombre más maravilloso del mundo, era divertido, tierno, inteligente, y con solo mirarme me hacía sentir lo mucho que me amaba... pero este chico estaba enfermo, y lo único que yo podía hacer, era verlo mientras se apagaba lentamente... La desesperación, la frustración que sentí al no poder ayudarlo... Sé exacto cómo te sientes, porque así me sentí yo cuando te perdí. Y perdóname por no sentirme mal por haberte traído de vuelta, pero me importa más el hecho de que estés aquí conmigo.
-Ya no soy el mismo. –Marcos agachó la cabeza y yo me acerqué más a él.
-Pues felicidades, eres un ser humano. Todos cambiamos, todos maduramos, todos crecemos, y sin duda el proceso es difícil pero... hay una cosa que no ha cambiado. –Acerqué mi rostro al de él para darle un beso, pero lo evitó. –Vamos... sé que aún me amas.
-Con cada parte de mi cuerpo pero...
-Eso es todo lo que necesito saber.
Volví a intentar besarlo y esta vez no lo he evitó, ambos lo necesitábamos, nuestros cuerpos se extrañaban, ansiaban estar juntos. Con rapidez me despoje de mi camisa, mis manos recorrían su cuerpo, tomé de nuevo uno de los cristales para desgarrar su camisa y dejar su pecho expuesto. Besé su cuello, lamí su pecho, su delgado abdomen, puse mi mano derecha sobre su entrepierna y noté que estaba tan excitado como yo, volteé a verle el rostro, el cual estaba sonrojado y sus ojos los tenía cubiertos con su brazo izquierdo. Lo estaba disfrutando, Desabroché su pantalón y se lo bajé junto con su bóxer hasta la altura de las rodillas, salió su miembro erecto, no quise hacerlo esperar más, lo tomé con mi mano y empecé a masturbarlo, soltó un gemido, aunque no tan fuerte como cuando me llevé su pene a la boca, lo lamía con suavidad, procurando darle placer. Luego de un rato, subí de nuevo a besarlo, Marcos estaba muy excitado, nuestras lenguas se entrelazaban con fuerza y pasión. Con habilidad, metió sus manos dentro de mi pantalón, acariciaba mis nalgas, haciéndome sentir un escalofrió. Su pene, tan duro como un fierro, lo sentía vibrar debajo de mí. Me detuve un momento, sentándome en su abdomen para desabrochar mi pantalón, él como desesperado, volvió a besarme, mientras que con sus manos me terminaba de desnudar. Suspiré un poco, pero lo deseaba demasiado. Abrí mis nalgas y lentamente me fui sentando, solté un leve gemido de dolor, pero mi compañero estiro su brazo, acarició mi pecho y me hizo sentir seguro. Lo sentí por completo dentro de mí, tomé un tiempo para asimilarlo, y cuanto estuve acostumbrado, comencé a subir y a bajar, mi pene jamás había estado tan duro, y chocaba contra mi abdomen al hacer yo mis movimientos. Marcos gemía y gemía sin control, apretaba mis nalgas con sus manos, y con gentileza pero con movimientos fuertes y seguros, cambió de posición y me hizo quedar debajo de él; era su turno para dirigir, él marcaba el ritmo, y lo sentía cada vez más dentro de mí. Me besaba apasionadamente, mientras yo le acariciaba el trasero, haciéndolo entrar más en mí. Inesperadamente, salió de mí, haciéndome sentir un vació enorme, me susurró que subiéramos a su cama. Él se levantó y se acostó boca abajo. Entendí lo que quería, me sitúe encima de él y comencé a besar su espalda hasta descender a su trasero. Lamí su entrada y el soltó un gemido muy fuerte. Subí de nuevo e instintivamente mordí su hombro, mientras que con mi mano, guiaba mi pene para penetrarlo. Qué sensación, el sentir a Marcos dentro de mí, y ahora estar yo dentro de él, eran tantas emociones juntas, y lo mejor era que él lo estaba disfrutando tanto o incluso más que yo. Mis nalgas se endurecían al momento que yo con amor y fuerza lo embestía. Nos pusimos en la posición de cucharita, y él volteaba su rostro para poder besarnos. Finalmente, salí de él, y nos acostamos bocarriba en la cama, yo lo acerqué a mí y lo envolví con mi brazo izquierdo, y con mi mano derecha me masturbaba con fuerza y él hacía lo mismo con la suya. Entre besos y cubierto de sudor, ambos terminamos, con fuerza, sentí que jamás había acabado así. Creo que ambos nos desmayamos por un minuto, lo volví a besar pero esta vez más tierno y tranquilo.
-Te amo, Marcos.
-Te amo, Kyle... pero yo...
-Sin peros. –Lo callé con otro tierno beso. –Lo que acabamos de hacer... –Me costaba trabajo hablar, mi respiración estaba por demás agitado. –Dios... te amo. Y se te sientes mal quiero que acudas conmigo, déjame ser tu pilar.
-Te prometo, que intentaré estar bien. –Ahora esta vez él me besó. –La verdad, es que necesitaba esto.
-También yo... es decir, mi mano es buena pero no tanto.
-¡No hablo del sexo, bobo! Bueno... obviamente también lo necesitaba, pero tenerte cerca, sentirte tan mío, sentirme tan vivo. –Volvimos a decirnos que nos amábamos y continuamos un rato besándonos, pero la llegada de una persona nos sacó del trance.
-¡Bravo! –En la habitación había aparecido Bruno, quien aplaudía emocionado. –Que hermosa pareja.
Sí, el amor siempre está presente en nuestras vidas, lo podemos encontrar en la llegada de una nueva amiga que promete ser muy pronto algo más. En los besos de un hombre sincero, que nos acepta por quienes somos. O en la pasión de dos chicos que se demuestran lo mucho que se aman y se prometen jamás volver a separarse. Pero... ¿qué pasa con aquellos que aman y no son correspondidos? Bueno, para empezar podrían intentar obtenerlo de maneras no convencionales, de todos modos, no tienen nada que perder.
CONTINUARÁ...