CAPITULO 30 – CUANDO UNA ERA TERMINA.
-¡Bravo! –Bruno había entrado a nuestra habitación de manera imprevista, se encontraba aplaudiendo eufórico. –Que hermosa pareja.
-¿Qué haces aquí Bruno? –Pregunté enfurecido, mientras por debajo de las sábanas me ponía mi bóxer rojo. -¿Nos has estado espiando?
-Siempre quise ser como Big Brother. –Sin darnos tiempo a reaccionar, se lanzó a la cama y se acostó en medio de los dos. –Tiene tiempo que no hago un trío, y estar entre ustedes dos es la fantasía de cualquiera. ¿Qué me dices Marquitos? Te doy mientras Kyle me da a mí, ¿o prefieres al revés? Tengo nalgas firmes y apretaditas, y sé que a tu novio le gusta sentirme dentro de él.
-Estás demente, fuera de mi casa, ahora. –Marcos se estaba molestando, y no era para menos, nuestro bello momento se había arruinado completamente.
-No estoy loco, te lo juro. La loca era mi hermana, pero tú no la conociste. –Bruno comenzó a reir. –Y con respecto a lo otro, imagino que sí sabías que tu amado pasó una intensa noche de pasión conmigo, mientras tu estabas en coma. Hablando de eso... ¿por qué no regresas al coma? Honestamente, es lo que mejor te va.
-¡Bruno, ya cállate! –Lo agarré fuerte del hombro con intención de sacarlo pero este sólo rio divertido diciendo que yo aún recordaba que le gustaba el sexo fuerte. Intentó besarme y ahí fue cuando Marcos reacciono lanzándole un puñetazo en la cara.
-¡Intenta eso de nuevo y te juro que ahora si te rompo la cara! –Bruno tallaba su mejilla, no esperaba que Marcos que reaccionara así, en especial yo tampoco. –Deja tus intrigas de telenovela barata y sal de una vez por todas de mi casa. –Bruno quiso responder con palabras, pero Marcos estaba firme y se impuso ante él. –No tienes nada que hacer con Kyle, él es mi novio y te aseguro que vamos a estar muchos años juntos y haremos el amor como hoy muchas veces, y si quieres espiarnos mientras te metes el puño en tu ano abierto, no me importa, porque es todo lo que puedes hacer, tú sólo entraste a la vida de Kyle porque yo estuve ausente un rato, pero ahora que regresé, tu presencia aquí no tiene mucho sentido. –Bruno estaba furioso, definitivamente no iba a dejar las cosas así, pero esa batalla ya estaba perdida, definitivamente Marcos no era un enemigo pequeño, por lo pronto, decidió marcharse. –Al fin se fue ese loco. –Suspiró aliviado Marcos mientras se recostaba cómodamente.
-Oye... –Me acerqué a él. -¿Es raro que me haya excitado de nuevo? –Le besé el cuello mientras le acariciaba el pecho.
-¡No lo vamos a volver a hacer! –Me gritó entre sonrisas, para luego abrazarme haciéndome descansar mi cabeza sobre su pecho.
-¿Estás molesto? –Pregunté, el movimiento de su pecho indicaba que estaba agitado, quizás hasta enojado. –Te juro que lo que pasó con Bruno no...
-Lo sé. –Me interrumpió. Sentí sus suaves dedos acariciar mi espalda. –Además... yo tampoco he sido bueno contigo, te traté muy mal y tú siempre estuviste apoyándome.
-Tengo algo para ti. –Me levanté y busqué mi pantalón entre el montón de ropa tirada en el suelo, hurgué en el bolsillo y saqué algo que siempre cargaba conmigo y volví a la cama. –Lo estuve guardando con la esperanza de que algún día, volveríamos a usarlos. –Le mostré los anillos que nos habíamos puesto el día que nos “casamos” en el patio de la escuela, habían pasado ya dos años, pero ese momento seguía fresco en mi mente. -¿Quieres volver a ser mi esposo?
-Por supuesto. –Contestó sonriendo, él tomó mi anillo y me lo puso y yo le coloqué el suyo, para luego besarnos apasionadamente.
-Sabes, esa vez no tuvimos luna de miel... –Marcos sabía hacía donde iba mi comentario. -Creo que esta noche debemos hacer el amor una vez más en honor a aquella noche.
-Pues no sé qué haces hablándome en vez de estar tocándome. –Me acerqué a besarlo con furor y deseo, pero estábamos muy cansados, luego de unos cuantos besos, nos quedamos dormidos abrazados, sabiendo que nunca volveríamos a separarnos.
El día siguiente llegó, y con eso la convención de anime en la cual mi hermana tendría su stand de yaoi. Marcos y yo llegamos como a las 2 de la tarde y eso ya estaba infestado de gente y todos iban disfrazados de su serie, película o videojuego favorito. Nosotros dos, no íbamos tan producidos como algunos que llevaban armaduras y espadas, sólo nos habíamos puesto un uniforme de basketball blanco y negro, yo llevaba el número 10 y me había pintado el cabello de rojo, Marcos era el número 11 y llevaba el cabello color azul cielo, éramos Kagami y Kuroko del anime de Kuroko no Basket.
Nos costó trabajo movernos, y niñas de 9 años nos quedaban viendo como hipnotizadas y alguna que otra le sangraba la nariz, no pensaba que eso en realidad pudiera llegar a suceder. Finalmente llegamos con mi hermana que ya contaba con muy buena clientela, su local vendía desde prendedores con imagines de yaoi, hasta almohadas, playeras y blurays de series que ella misma había fansubeado. Karo estaba vestido con un kimono de sacerdotisa color azul, y su amiga fred con un kimono color rojo, eran Chikane y Himeko del anime de Kannazuki no Miko.
-Watashi-tachi wa yaoi no miko. –Dijo mi hermana, la verdad no estaba seguro si lo que dijo fuera correcto. –Parece que la ropa que les envió sí les quedó, se ven geniales, definitivamente aumentarán mis ventas.
-Júntense un poco más por favor. –La pequeña chica Fred comenzó a tomarnos fotos desde todos los a´ngulos posibles, eso nos hizo sentir muy incomodos. Al poco rato llegaron Tess, Clark y Adam. La chica iba vestida como Sailor Moon, definitivamente a esa mujer le encantaba exhibir sus piernas. Mi hermano, por su parte, iba vestido de Tuxedo Mask, haciendo una excelente pareja con su novia. –No reconozco tu anime. –Le dijo la pequeña chica a Adam, quien iba vestido con su ropa de hospital.
-La verdad no tuve mucho tiempo de prepararme. –Sin aviso, el chico comenzó a quitarse su ropa ahí frente a nosotros, captando la atención de todos, hasta que finalmente quedó con un traje de baño muy ajustado color negro, con una línea color verde a los costados.
-¡Freeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee! –Gritaron las dos fujoshis juntas, al ver a Adam en cosplay de Makoto del anime Free. Pronto una estampida de chicas llegó y lo rodearon, el pobre hombre clamaba por auxilio pero interponerse entre una fujoshi y su presa era un suicidio seguro, así que nos fuimos a recorrer los demás puestos que había.
Yo me había inscrito a un concurso de Mario Kart, pero perdí en la tercera ronda. Pero mi hermano seguía en la competencia, incluso llegó hasta la final; como estaba vestido con esmoquin y además era muy nervioso, no dejaba de transpirar, su rival, un chico extremadamente flaco y pálido como de 19 años, no se iba a dejar vencer tan fácil. Mi hermano jugaba con bebé Luigi y el otro chico llevaba a Bowser; mi hermano habilidosamente tomó la delantera, pero el tipo tuvo suerte y le salió un caparazón azul, dándole directamente al bebé; para el último lap, mi hermano estaba muy atrasado, rogo a Dios que lo ayudara y pronto le salió una estrella, logrando así rebasar a su rival en el último segundo y se consagró como el Rey de Mario Kart.
Clark daba de saltos, se revolcaba por el piso, definitivamente denigrando la imagen de Tuxedo Mask, buscó a su novia para darle la buena noticia, pero Tess se había adueñado del escenario, había coqueteado con uno de los organizadores, y le había dado permiso de tomar un micrófono y cantar. Su audiencia eran los chicos heterosexuales que no le habían puesto atención a Adam, definitivamente esos dos hermanos sabían llamar la atención. La chica se encontraba cantando el opening de Sailor Moon, y lo hacía de manera espectacular, mi hermano dejó ver sus mejillas ruborizados debajo de su blanco antifaz, y fue en ese momento que lo decidió, una vez que la canción terminó, subió al escenario junto a su novia y le tomó la mano.
-Tess... –Me hermano tragó saliva.
-Clark. –La chica sonrió. Pronto, todos nos reunimos a ver qué estaba pasando.
-Quiero que sepas que desde que formas parte de mi vida, la parte de mí que me hacía sentir como un solitario fracasado, desapareció. Fue sustituida por una parte que no entiende que una chica tan maravillosa se haya fijado en mí, y a la vez estoy tan agradecido contigo.
-Clark... –Volvió a repetir su nombre. –Soy yo quien está agradecida, encontrar al chico ideal es algo con lo que todas soñamos pero mi sueño ya se hizo realidad. Pensé que siempre estaría sola... y digo, ¿cómo no hacerlo? Uno de mis novios me fue infiel y al otro le gustan los penes. –Marcos sintió la pedrada para él. –Pero tú, con tu aligría, tu pureza, que me aceptas con todo y lo difícil que se que puedo llegar a ser... Te amo Clark.
-También te amo. –Los dos se besaron, causando enternecer a todos los presentes, Marcos y yo nos miramos complacidos, nos alegraba que todos fueramos tan felices como lo eramos nosotros, pero algo nos sorprendió, de pronto mi hermano se arrodilló y de su bolsillo sacó un anillo con un diamante. -¿Te casarías conmigo? –Fue su pregunta, lo que causó el revuelo de todos los presentes.
-Yo... –La cara de la chica cambió. –Tengo 20 años, no estoy segura de lo que quiero hacer con mi vida, y a la vez hay tantas cosas que quiero hacer. –La mano de Clark ahora estaba temblando, apenas y podía sostener el anillo y en su boca tenía un enorme nudo. –Pero... sé que no quiero vivir mi vida sin ti a mi lado. ¡Acepto! –El hombre pareció incrédulo. -¡Ponme el maldito anillo Clark, sí quiero casarme contigo! –Y así fue como esa pareja quedó comprometida, bajo la bendición y aplausos de todos los presentes. Pronto salieron apresuradamente del salón, y no quiero ni pensar las cosas que se fueron a hacer.
Por otra parte, el resto de nosotros nos fuimos a ver que podíamos comer pues teníamos mucha hambre, pero lo único que vendían era sopa de fideos instantánea haciéndola pasar por un caro platillo japonés y además cobraban extremadamente caro. Adam, amablemente nos invitó la comida y refrescos, me daba un poco de miedo verlo comer sopa caliente y el desnudo del pecho, me moría de dolor sólo de observarlo.
-Uno, dos, tres... –Fred contaba todos los billetes que le habían pagada. –Parece que la mercancía se ha vendido como pan caliente... hablando de eso, se me antojó un pan horneado, ¿alguien quiere algo más? –Le pedimos que nos trajera galletas de la fortuna, aunque saben feas y sus mensajes no tienen coherencia, por alguna razón siempre teníamos que comerlas, además mi hermana le encargó una caja d poki. La pequeña chica, caminaba lentamente para no tropezarse con su traje.
-Parece muy dulce esa niña. –Dijo Marcos sonriéndole a mi hermana.
-Lo es. –Karo suspiró. –Además incrementó mis ventas con un video que trajo, del cual no les daré detalles, pero se vendió muy bien. Aun así, apenas la estoy conociendo, y estudia en Canadá. Por cierto... ustedes dos han estado muy juntos todo el día... –Nos miró con sospecha.
-Marcos y yo... somos novios otra vez. –Aclaré con una sonrisa de oreja a oreja, mientras abrazaba a Marcos.
-¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! –Gritó mi hermana emocionada. -¿Saben lo que eso significa? ¡Nueva temporada para mi fanfic! Mis lectores estarán emocionados.
Parce que nuestra felicidad de algún modo molestó a Adam, quien se paró diciendo que iba al baño, pero era obvio que se sentía incómodo. Pobre hombre, me daba algo de lástima. Me levanté a buscarlo para hablar con él, pero me perdí entre la multitud, y que mal porque yo sí quería orinar pero no encontraba los baños. Y así, Adam entró al sanitario, fue hacía el lavabo a remojarse un poco la cara y el cabello, y por el espejo vio a un chico detrás de él, estaba vestido con una gabardina negra que le cubría todo el cuerpo.
-No tengo nada debajo de esto. –Le susurró el tipo al oído con una voz que era evidente que quería seducirlo. El tipo comenzó a tocarlo y Adam sintió un choque eléctrico recorrer todo su cuerpo una vez que el intrépido chico comenzó a masajear su entrepierna, haciéndolo excitarse. Instintivamente, se dio media vuelta y ambos comenzaron a besarse con locura, mientras caminaban hasta introducirse en uno de los cubículos. El médico se sentó sobre el escuzado, mientras que el otro tipo, dejó caer al suelo su gabardina, quedándose completamente desnudo, mostrando una prominente erección, para luego darse vuelta, e inclinándose un poco, apoyando sus manos en la puerta dijo... –Quiero que me la metas hasta el fondo y bien duro. –Adam no reaccionó como el otro chico hubiera esperado, pues le pasó su gabardina, le sonrió; siempre había esperado por su primera vez, y con un desconocido, en un apretado baño, no encabezaba la lista de las formas en que había imaginado que seguía. Pensó que el tipo se molestaría, pero se alegró al ver que todavía existían tipos decentes, a diferencia de él.
Mientras tanto, Marcos se había quedado solo en la mesa, pues Karo había regresado con Fred al puesto. Mi novio se encontraba jugando Bubble Witch Saga en su celular, y estaba haciendo rabietas porque no podía liberar a un fantasma y ya se le habían acabado las vidas.
-Me alegra ver que aprovechas tu tiempo. –Apareció Bruno, sentándose en su mesa. –El cabello azul no te queda.
-¿Qué no tienes otra gente a quien molestar? –Marcos cerró su juego y se dispuso a conversar con él. –Mira, si buscas a Kyle, él ya no quiere ser tu amigo, y mejor vete antes de que regrese, no quiero que arruines nuestro día.
-No entiendo por qué te prefiere a ti que a mí. Lo trataste mal, te enfermas seguido, eres una carga, y tus nalgas no son tan sexys como las mías.
-Bruno, en vedad no tengo ganas de hablar contigo, pero hazte un favor y no andes de rogón, te quita el poco encanto que tienes.
-¡Oye tú...! –No pudieron seguir discutiendo porque se oyó el sonido de un disparo dentro del salón.
-¡Nadie sale de aquí! –Y como dirían los periódicos del día siguiente, un hombre caucásico de 22 años, con un arma de fuego, tomó rehenes en la convención de anime y manga que se celebraba el día anterior. Muchas personas lograron escapar, de hecho eso era lo planeado, y quedaron diez personas que el hombre juntó en un solo lugar para poder controlarlas. Era un matrimonio de chicos jóvenes, que llevaban a su bebé disfrazada de Sakura Kinomoto. Karo y Fred también fueron tomadas como rehenes, dos chicos de diez años que iban con cosplay de Naruto y Sasuke, un hombre de cabello largo que tenía un local de katanas, y aunque se escondieron tras una mesa, Bruno y Marcos también fueron encontrados.
Yo escuché el disparo, y quise ir corriendo a donde estaba mi novio, pero Adam me detuvo, estaba acompañado de un sujeto con gabardina negra. Sigilosamente nos íbamos escabullendo y pude notar que el secuestrador le estaba gritando a todos sus rehenes, Marcos y mi hermana incluidos entre ellos. Quisimos acercarnos y sorprenderlo por detrás, pero el tipo de la gabardina pisó una lata de refresco y el malhechor se dio cuenta de nuestra presencia.
-¡Ahí estás malnacido! –Le apuntó a la cabeza al de la gabardina, pero Adam lo salvó y nos metió a los tres en una oficina, que era la de seguridad, porque vimos monitores que reflejaban lo que pasaba afuera. -¡Sal de ahí maldito infeliz! –El psicópata quiso abrir la puerta de donde estábamos, pero estaba protegido precisamente por si se presentaban situaciones así. Fue entonces que el maniático se dirigió a los rehenes. –Ahora, no me gusta mucho ventilar mi vida íntima, pero el desgraciado que está ahí, es mi novio o lo era hasta antes de que descubriera que me engañaba con un compañero de la universidad, con un primo mío y hasta con el cartero. Ahora, se ve que ustedes son buenas personas, y me ayudarán a hacer que salga. ¡Harvey, si no sales me veré obligado a dispararle a alguna de estas personas, yo todo quedará en tu conciencia! –Vociferaba el hombre mientras todos estábamos encogidos, y temblando de miedo. –Posdata, gracias por el herpes.
Adam y yo tratábamos de convencer a Harvey de que saliera y hablara con su novio, cosa que evidentemente no quería hacer. Hablamos por teléfono a la policía y no tardaron en llegar con patrullas y ambulancias, aunque no podían entrar al salón porque el loco seguía amenazando con matar a alguien o a todos si lo forzaban. En el lugar donde estábamos encerrados había un aparato que usaban para dar informes a través de una bocina.
-Jimmy, bebé... ¿me oyes? –Lo convencimos de que al menos intentara hablar con él para calmarlo. –Sé que estás enojado, admito que me equivoqué, soy humano, pero a pesar de todo, contigo siento una conexión, tú eres mi persona especial.
-¡Por favor! ¿Crees que todavía puedo creer algo de lo que me digas? No eres más que un desconsiderado, ayer fui al spa a depilarme el área del bikini, ¿crees que el depilado brasileño es agradable?
Nada funcionaba, el tipo estaba hecho una fiera.
-¿Ya ves que yo no estoy tan loco? –Le susurraba Bruno a Marcos, pero este lo ignoraba. –Yo lo entiendo, un buen hombre que deja todo por el chico al que ama, ¿Y ué recibe como pago? Que se acueste con el primer facilote que sale del coma.
-Bruno, por favor. –Marcos volvió a esconder su cabeza entre sus piernas, pero Jimmy los escuchó y los amenazó con dispárales si no se quedaban callados.
-¡Yo te comprendo! –Bruno llamó la atención del secuestrador. –Yo también sufro por un hombre que me dejó, por otro que no vale la pena. Es justo este que está a mi lado.
-¡Bruno! –Se escuchó a mi hermana gritar, sabíamos que Bruno estaba medio loco pero cualquier cosa que le dijeran a ese hombre podía alterarlo demasiado.
-¿Es cierto lo que dice este tipo de ti? –Cuestionó Jimmy a Marcos.
-No... –Y estaba viendo todo por los monitores, observé como Jimmy se hincó frente a mi novio y le acarició el rostro con la pistola. –Yo conozco a mi novio desde hace tres años, estuve enfermo y fue cuando él se acercó a mi novio, pero en realidad estamos casados. –Marcos enseñó su anillo, su mano temblaba.
-Así que... –Jimmy se puso de pie y se quedó viendo fijamente a Bruno. –Tú eres la perra. –El secuestrador disparó a quemarropa al corazón de Bruno. Todos los presentes se estremecieron, Fred se refugió entre los brazos de Karo. Marcos se quedó impávido viendo como Bruno se desangraba, quiso hacer presión sobre la herida, pero esta era letal, no pasó mucho tiempo para que Bruno cayera muerto, dejando un enorme charco de sangre.
-Por nada. –Dijo el ahora asesino, pero Marcos lo veía con odio. –No me veas de esa forma, tú lo querías muerto.
-¿Cómo puedes decir eso? –Las manos de Marcos estaban cubiertas de sangre y de sus ojos empezaban a escurrir lágrimas.
-Bueno, ya sabes lo que pienso de los que se entrometen en las relaciones.
-¡Yo no quería esto, no te atrevas a decir que yo quía esto! –Marcos se puso de pie, y limpió las lágrimas de su rostro, pero al hacerlo con sus manos, sólo se manchó la cara con la sangre de Bruno.
-¡Callate! –Recriminó el asesino. -¿No has estado poniendo atención? Mi novio ha estado engañándome.
-¿Y QUÉ? ¡Todos sufrimos, todos aquí sufrimos, pero lidiamos con eso y seguimos con nuestras vidas! ¡Pero lo que n hacemos es salir a dispararle a la gente!
-¡Él se lo merecía!
-¡Y TÚ MERECIAS QUE TU NOVIO TE ENGAÑARA! –Hubo un tétrico silencio luego de que Macos le gritó, todos los presentes se encogieron aún más, lo único que querían era sr invisibles, pus sabían lo que estaba a punto de pasar. –Perdón... perdón... perdón... no debí haber dicho eso. –Justo en ese momento, Marcos sintió algo que hasta hace mucho no sentía, miedo de morir, miedo de no volver a verme o a sus amigos, y algo surgió en su interior, deseo de vivir.
-Es cierto, no debiste haberlo dicho. –Jimmy apuntó justo a mi novio, quien temblaba de miedo, pero justo en que el momento en que le iba a disparar, y sin que se diera cuenta, llegué por detrás de él y lo empujé al selo, lo que casó que el disparo fuera directo a donde estaba Fred, pero la bala sólo pasó frente a sus ojos, incrustándose en la pared.
Mientras yo forcejaba con el psicópata logré arrebatarle la pistola, los presentes comenzaron a salir despavoridos, y ya estaban sus familiares esperándolos, pues la historia había salido en las noticias, mis padres también estaban entre los presentes. Al poco tiempo llegó la policía y pudieron someterlo. Una vez estuvo aprendido, corrí a abrazar a mi novio, lo abracé tan fuerte y comencé a llorar luego de que vi el cuerpo sin vida de Bruno recostado en el suelo.
El cadáver fue sacado por los forenses en una bolsa negra. Al salir, Tess estaba esperando a su hermano y corrió a darle un abrazo, lo mismo pasó con mi familia.
Contrario a lo que cualquiera pudiera pensar, Marcos no tuvo pesadillas esa noche, de hecho en sus sueños nos vio juntos, sentados en un hermoso prado junto a un lago. A partir de esa noche, mi novio durmió tranquilo abrazado a mí, pues había entendido que la vida es un preciado regalo, y no estaba dispuesto a repudiarla nunca más.
CONTINUARÁ...