CAPITULO 31 – CUANDO HAY BIEN TAMBIÉN HAY MAL
Desde pequeños nos han enseñado que los hombres buenos son aquellos que siempre sonríen, que hablan sin groserías, que ofrecen su asiento en el autobús a una mujer embarazada; por otro lado siempre nos dicen que aquellas personas que se visten de negro, con tatuajes y piercings en lugares extraños, son personas que debemos evitar pues de seguro algo malo han de estar planeando.
Susy Perkins, una joven chica universitaria de 19 años, realmente creía en esto y seguía otras reglas al pie de la letra; para los encabezados de sus apuntes siempre usaba tinta roja y para la información azul o negra, siempre esperaba 30 minutos después de comer para meterse a nadar y siempre resolvía sus exámenes con lápiz del número 2. Pero en una ocasión, Susy salió ya muy noche de la universidad, el último autobús ya había pasado y esperaba algo temerosa que pasara un taxi que la llevara a su domicilio. Un taxi se detuvo, pero el conductor traía los brazos cubiertos de tatuajes así que la chica decidió seguir esperando, mala decisión, pues a continuación, un auto elegante color blanco se detuvo frente a ella, Susy reconoció en el conductor una cara familiar, era un hombre limpio y educado quien amablemente se ofreció a llevarla directo a su casa, Susy no pensó, de inmediato aceptó la proposición de este hombre. A la mañana siguiente, una noticia en el periódico conmocionaría al pueblo entero, la estudiante universitaria Susy Perkins de 19 años, había sido encontrada muerta, al parecer alguien la había estrangulado.
-¡No puede ser! ¿Ya vieron el periódico de hoy? –Apareció Tess en la mansión de Marcos, él y yo nos encontrábamos en el jardín, estábamos cortando la hierba y arreglándolo un poco, la verdad estaba muy descuidado.
-¿Qué pasa amor? –Preguntó Clark con tono preocupado, a pesar de ya no vivir ahí y de haber vuelto a su antiguo departamento, decidió ayudarnos. -¿Alguna horrible tragedia?
-La noticia sobre nuestro compromiso está debajo de la nota de esta mujer que peleó contra seis tiburones para salvar a un pobre cachorro que se ahogaba, ¿por qué ese tipo de notas son más relevantes?
-Bueno Tess, aquí dice que la mujer perdió medio brazo. –Comentó Marcos con lamento, al empezar a leer el artículo.
-¡Así le hubieran arrancado la cabeza, mi próximo matrimonio es más importante! –
Sus quejas siguieron por un rato más, dándome un terrible dolor de cabeza, pero ni sus gritos ni el caliente sol que nos quemaba ese día, eran motivo suficiente para amargarme. Luego de muchas dificultades, finalmente Marcos y yo estábamos viviendo juntos, los últimos días que disfrutamos de vacaciones fueron de los mejores de mi vida, hasta fuimos a Disney a conocer Mickey Mouse, ahora yo empezaba mi tercer año en la facultad de medicina y él había estaba por empezar su primer semestre en la carrera de Lenguas extranjeras. Cada día terminaba con nosotros dándonos besos y abrazados en nuestra cama, definitivamente nada podría ir mal ahora.
-¿En qué estás pensando? –Marcos me sacó de mi trance y me sonrió tan dulcemente.
-En ti. –Le contesté devolviéndole la sonrisa y dándole un beso en los labios. –Esto de remodelar la casa es mucho trabajo, ya se acabaron las vacaciones y no hemos podido ni acabar con el jardín.
-Sí, sé que fue mi culpa, el año pasado no estuve exactamente poseído por el espíritu hogareño, y verdaderamente dejé decaer la casa que mis padres tanto cuidaron.
-Tranquilo amor, ya verás que lograremos que este lugar se llene de amor y alegría como cuando tus padres estaban aquí. –Lo abrace y ambos contemplamos la casa, mientras que a nuestras espaldas, Clark corría despavorido con una serpiente en la mano que había encontrado entre los matorrales. Por suerte apareció Adam, quien tomó la serpiente y la arrojó lejos a la casa del vecino.
-¡Hola, hola! –Apareció mi hermana también. –Veo que les está quedando muy bien el lugar, sigan así, ya veo que pronto podré grabarlos en todo tipo de escenas eróticas en este jardín.
-Me alegra que estemos todos aquí. –Nos informaba Adam mientras todos nos reuníamos a beber un vaso de limonada natural. –Mi amigo Dereck llega hoy a la ciudad, su interinato en Londres finalmente acabó, él es algo... “especial” por llamarlo de alguna manera, y no conoce a nadie aquí así que me gustaría que lo trataran tan bien como lo hicieron conmigo. Además de que es mi jefe y necesito formar parte de su equipo de investigación.
-Claro amigo, cuenta con nosotros. –Se acercó Marcos a palmeare el hombro. -¿A qué hora llega? –Fue en ese momento que un taxi se estacionó en frente del portal de la mansión de mi novio, inmediatamente llamó la atención de todos el sujeto que se bajó del vehículo. Un joven de 26 años, piel casi pálida por tantos años de vivir en Londres, camisa azul marino con las mangas dobladas hasta el codo, pantalón café y gafas de sol.
-Dereck, bienveni... –Adam se acercó a saludar al recién llegado pero este sólo le mostró el dedo índice, indicando que lo esperaba, pues hablaba con alguien por su celular.
-Ok Viviana, te lo encargo mucho y por favor no me pases más llamadas, tengo que hablar con alguien muy importante.
-Dereck, bienveni... –De nuevo Adam se quedó con los brazos extendidos, pues inmediatamente el tipo había finalizado su llamada, había iniciado otra, obviamente esa persona importante con la que tenía que hablar no era su amigo.
-Hola José... –Lanzó una ricita hipócrita. –Sé de buena fuente que tu spa es el mejor de la ciudad y quiero recibir atención de tus mágicas manos, especialmente tengo mucha tensión en la espalda baja... ok... nos estaremos viendo, adiosito. –Fue entonces que finalmente colgó su teléfono. -¡Hola Adam, que gusto me da verte luego de un año!
-Bienvenido amigo. –Finalmente se abrazaron. –Mira, déjame presentarte a mis amigos, la rubia es mi hermana Lutessa. –El chico intentó disimular no muy bien una risa al escuchar el nombre de la chica. –Él es su prometido Clark. –El nuevo le lanzó unas extrañas miradas a mi hermano como si lo desnudara con la mirada. –Ellos son los gemelos Kyle y Karo, y por último está Marcos, de quien ya te he hablado.
-Mucho gusto. –Expresó Marcos con su habitual sonrisa que a mí me derrite.
-Lo mismo digo, ya era hora de ponerle cara al nombre. –Se saludaron de mano pero Dereck despedía una sensación extraña, pero luego su rostro se suavizó cuando volvió a estar más cerca de Adam. –Ahora vámonos a comer, hice reservaciones en el restaurante Diamante, según sé es el más exclusivo de la ciudad.
-Perfecto... –Adam sonrió y luego se dirigió a Marcos y a mí, que estábamos un poco sucios. –Ya oyeron chicos, báñense rápido y luego iremos a comer.
-De hecho... –Dereck interrumpió el entusiasmo. –La reservación es sólo para dos, la verdad no me imaginaba que tenías toda una escuelita aquí, además sería descortés interrumpir a tus amiguitos en el trabajo. –Se acercó a mí y puso su tarjeta de presentación en mi mano. –Llámenme si necesitan trabajo, pronto me instalaré en una nueva casa y necesitaré de alguien que me limpie la piscina, doy muy buenas propinas. –Sin decir más, tomó a Adam del brazo y se dirigieron a su auto.
-Oye Tess. –Me acerqué a mi futura cuñada. –No te ofendas, pero al lado de este tipo tú pareces la madre Teresa de Calcuta.
-Descuida, yo estaba pensando lo mismo. –Contestó en voz baja la rubia, todos nos habíamos quedado atónitos con la presencia de este sujeto. –Bueno, nosotros también nos vamos, entrevistaremos a organizadores de eventos.
-Me hace sentir importante entrevistar gente. –Enfatizó mi hermano. –Ya habíamos contratado uno, pero sugirió que nuestro tema de entrada a la iglesia fuera una canción de Gloria Trevi. Bueno, nos vemos. –Y ahora sólo nos habíamos quedado Marcos, mi hermana y yo.
-Oye Marcos, ¿me prestas tu estudio? –Preguntó tímidamente Karo. –Ese lugar me inspira para escribir mis fanfics, y estoy algo atorada.
-¿Problemas con Fred? –Pregunté algo curioso, mi hermana siempre tenía problemas de inspiración cuando sufría mal de amores.
-Pues... –Suspiró profundamente. –Regresó a Canadá, y la verdad es que no somos nada, sólo buenas amigas que se escriben de vez en cuando. –En ese momento sonó su celular, pues le había llegado un mensaje de texto. –Miren, es ella... dice... “Quiero lamer tus muslos jugosos”... Dios mío, Winifred. –Eso si fue sorpresivo. –Ah no esperen, corrigió, dice... “Quiero comer un moose cremoso”, ya le dije que desactive el autocorrector de su iPhone... Bueno, estaré adentro disfrutando de tu WiFi.
Nos quedamos solos nuevamente Marcos y yo, estuvimos hablando entre otras cosas de lo emocionado que estaba por su primer día en la universidad, estaba algo nervioso, pues pensaba que era raro que un chico de 20 años inicie su primer semestre de la carrera, cuando sus demás compañeros seguro tendrían 18, pero lo tranquilicé y le dije que probablemente tendría compañeros de hasta 40 años, es muy común que varios profesionistas tomen clases para refrescar un poco su memoria o adquirir más conocimientos.
Luego de la platica y de tomar mucha limonada, me dieron ganas de orinar, así que entré a la casa. Mientras tanto, Marcos subió una escalera que teníamos pegada a la pared, quería observar que tantas reparaciones necesitaría su techo, pero no se dio cuenta que la escalera estaba mal apoyada y al intentar bajar perdió el balance ocasionándole caer por el aire, para suerte de él no se hizo ningún daño, pues cayó delicadamente en los brazos de un hombre. Al oír el ruido de la escalera caer, rápidamente salí a ver qué había ocurrido, y mi sorpresa fue enorme al encontrar a mi novio siendo cargado por un hombre rubio, de buen cuerpo y un rostro amoroso y seguro.
-Marcos... –Titubeé un poco. -¿Me podrías decir qué es lo que está pasando? ¿Quién es este hombre?
-Cielos, en verdad no soportas no ser el centro de la atención. –Apareció otro sujeto, probablemente de la misma edad pero un poco más bajo y de cabello negro, además usaba gafas para la vista. –Perdona a mi esposo, en definitiva se toma atribuciones que no le corresponden.
-No podía dejar que este hermoso chico se lastimara. –Comentó el hombre rubio que mostró una sonrisa tan brillante que hasta me deslumbraba los ojos. -¿Estás bien chico?
-Gracias a usted lo estoy. –Marcos se puso de pie y efectivamente no presentaba lesión alguna. –Fue muy amable de su parte el ayudarme, mi nombre es Marcos y este es mi novio Kyle, mucho gusto. –Amablemente ofrecí mi mano para saludarlos, la verdad me parecían personas de mucha confianza.
-Hola, Marquitos y Kyle. –Saludó el hombre de cabello negro. –Yo me llamo Marcos, y tu salvador es Esteban y como ya había dicho, estamos felizmente casados desde hace muchos años.
-Es un placer conocerlos chicos. –Corroboró el hombre rubio, de verdad que esos dos, no comprendí en ese momento la sensación que me provocaron, pero pensé que así me gustaría estar en unos años con Marcos. –Y... ¿cuánto pagan de renta aquí? ¿O es propiedad de una universidad? –Preguntó mientras observaba la casa, cosa que nos extrañó mucho, pero Marcos le aclaró que él era el dueño y que los dos vivíamos juntos ahí. –Perdonen la confusión, es que como hace rato vimos muchos jóvenes reunidos y simplemente supusimos que era como una pensión o casa de fraternidad.
-Cariño, estás hablando como un viejo... eso me excita. –Se sonrieron y comenzaron a besarse y a abrazarse en frente de nosotros, por lo que tuvimos que toser para que recordaran que también estábamos ahí. –Mil perdones, miren lo que pasa es que estamos buscando un lugar para que viva nuestro hijo... él está por ahí... ¡Ven Luc! –Por el portón entró un chico de 19 años, tenía el cabello algo largo pero no se le veía mal, estaba muy flaco y pálido, vestía una playera gris de manga larga y pantalones entubados negros, no dijo nada, sólo se acercó e intercambiamos miradas, parecía un pequeño gato asustado. –Bueno, perdonen la confusión, nosotros nos retiramos porque tenemos que seguir buscando.
-¡No, esperen! –Los detuvo Marcos antes de que se fueran. –La verdad es que la casa es muy grande y sólo estamos nosotros dos, si no tienen inconveniente, Luc puede quedarse aquí. –Los señores iban a objetar pero fueron interrumpidos por la voz de su hijo.
-Quiero vivir aquí. –Ese chico tenía algo extraño, definitivamente tenía problemas serios, quise objetar pero mi novio estaba decidido y no me quedó más remedio que apoyarlo. Invitamos a la familia a tomar café en la sala para ultimar los detalles pero ya era un hecho, Luc viviría en la misma casa que nosotros, ya podía despedirme de nuestras noches nadando desnudos en la piscina.
-¡No inventen! ¿Ustedes son Fer y Esteban? –Mi hermana estaba eufórica y gritaba como loca por toda la sala luego de conocer a los señores, para luego abrazarlos con una fuerza sobrehumana. –No me lo creo, Dios, no saben lo mucho que los amo. He leído una y mil veces el libro de “Hermanos”, me sé de memoria como se conocieron, todo lo que vivieron con los locos de Alexander y Sebastián, y como al final se casaron y se juraron amor por siempre. Creo que me va a sangrar la nariz.
-¿Son famosos? –Pregunté mientras sorbía mi taza de café.
-Ósea hermano, son Fer y Esteban. –Mi hermana me miró como me miraría una religiosa luego de toserle en la cara al Papa. –Su vida es un Best Seller publicado por Juan Carlos Hernández, si me lo preguntan es el mejor escritor en todo el mundo, y su historia de empezar escribiendo en la página de Amor Yaoi para luego publicar nóvelas internacionalmente es realmente inspiradora, es la razón por la que yo soy escritora también.
-¿También escribes? –Le pregunto el señor Fernando. –Yo soy editor, si quieres déjame una copia de tus manuscritos y veo que puedo hacer.
-Ay no... Ay no... ¿De verdad? –Mi hermana estaba muy emocionada. –Pero lo mío es tan sencillo... no es algo digno de publicar... me iré a editar ahora mismo. –Se fue a meter al estudio de Marcos llevándose la jarra de café, algo me decía que estaría editando toda la noche.
-¡Qué chica más encantadora, ya la amo! –Expreso el señor Esteban a lo que Luc esbozó una sonrisa casi imperceptible. –Bueno, iremos a buscar un hotel para quedarnos y mañana vendremos a instalar a Luc.
-De ninguna manera señor. –Se negó Marcos. –La casa tiene muchas habitaciones, estoy seguro que estarán más cómodos aquí, por favor siéntanse como en su casa. –Mi novio era todo un santo, debo admitir que me agrada más verlo así que en su estado de zombi deprimido del año pasado.
Les mostramos cual sería la habitación en la que Luc dormiría, estaba algo empolvada pero nos dijeron que al día siguiente aprovecharían para limpiar a detalle y que no nos sintiéramos mal. Los dejamos organizarse y nosotros nos fuimos a nuestro cuarto para darles privacidad, la verdad la casa si estaba muy grande, un ejército entero podría vivir ahí y aun así no compartirían habitación.
-¿Luc? ¿Ya te dormiste? –Entró Fer a la nueva habitación de su hijo sólo para encontrarlo profundamente dormido, se acercó a él y de la mano del pequeño tomó el frasco de píldoras para dormir. –Me gustaría que ya no las usara... –Suspiró y acarició el cabello de su hijo. –No creo que dejarlo solo en estos momentos sea lo mejor.
-Son las indicaciones del psiquiatra. Además, estos chicos parecen buenas personas, yo creo que le harán muy bien a nuestro hijo. –Esteban se encontraba buscando entre las maletas que levaban su pijama para bañarse y luego dormir. -¿Qué hace esto aquí? –Encontró una bolsa negra de plástico y dentro de ella una camisa blanca que estaba completamente llena de sangre. –No puedo creer que trajeras esto. –Esteban cerró la puerta de la habitación y empezó a regañar a su marido en voz baja.
-Me siento más seguro si tengo la camisa conmigo. –Fer rápido tomó la camisa y la volvió a meter en la bolsa para sepultarla dentro de la maleta. –Además sin esto nadie podrá vincular a nuestro hijo con lo que sea que haya pasado.
-Sí, hasta que aparezca el dueño de esa sangre. –Esteban se cruzó de brazos y observó a su hijo dormir, se veía tan tranquilo, tan inocente. -¿De verdad crees que él...?
-¡No! –Respondió rotundamente antes de que su marido terminara la pregunta. –Yo sé que Luc es un buen niño y sería incapaz de hacer algo malo.
Los amorosos padres le dieron a su hijo un beso de buenas noches y luego se retiraron al lugar donde dormirían, una vez se fueron Luc abrió los ojos, aparentemente sólo había estado fingiendo que dormía.
Mientras tanto mi novio y yo ya nos habíamos acostado en la cama con las luces apagadas, y descansábamos bajo las sábanas.
-Marcos... –Le hable suavemente. -¿Estás pensando lo mismo que yo?
-Ay Kyle, sabes que siempre quiero sexo contigo pero hoy trabajamos mucho en la casa y me duele todo el cuerpo. –Su comentario me hizo reir.
-No hablo de sexo, bobo. Mira... no me mal entiendas Esteban y Fer me cayeron muy bien y me gustaría que algún día así estemos nosotros dos, pero Luc...
-Es un poco raro, ¿verdad? Pero yo creo que sólo es un chico confundido, creo que nos llevaremos bien y será bueno tenerlo de compañía, además será bueno tener a alguien que me haga compañía cuando veas tus aburridos partidos de futbol.
-No decías que eran aburridos cuando estábamos en prepa y me seguías a todas partes diciendo “capitán, capitán”.
-Los buenos tiempos. –Ambos sonreímos y nos dimos un beso. –Sólo espero que las cosas sean menos complicadas a partir de ahora, quisiera que siguieran así de tranquilas para siempre.
El bien y el mal son dos cosas que existen en este mundo, podemos observar el bien al observar a dos amigos que se reúnen después de un año de no verse; dos chicos son bondadosos al aceptar que una familia se quede a dormir en su casa a pesar de no conocerlos; y sobre todo vemos el bien en el amor de unos padres que harán lo que sea para proteger a su hijo. -Demonios ya se me hizo muy tarde. –Karo se había quedado en el estudio editando sus fics, ya pasaba de media noche, pensó en quedarse pero recordó que había llegado manejando el carro de papá y que era probable que este lo usara al día siguiente. Así que tomó sus cosas, salió de la mansión y se dirigió a la calle, escuchó unos ruidos que la hicieron voltear pero no notó nada extraño, fue cuando metía la llave para abrir la puerta que sintió unas manos cubiertas por guantes de piel apretar su cuello, había tomado clases de defensa personal pero estaba muy asustada como para recordarlas, todas sus cosas cayeron al suelo, quiso librarse de su atacante pero este tenía más fuerza, pronto el oxígeno le empezó a faltar, su vista se nublaba y lentamente sus ojos se cerraron hasta quedar inconsciente, fue entonces que su atacante la dejó caer al lado de sus cosas, dándose golpes en la cabeza y en su brazo izquierdo. El atacante huyó dejando a mi hermana herida y sola en medio de la calle.
Sí, hay mucho bien en este mundo, pero como dije antes, también hay mucho mal.
CONTINUARÁ...