CAPÍTULO 32 – CUANDO LA INVITACIÓN ES FORZADA
-¿Cuánto es cinco más tres? –Le pregunté a mi hermana mientras examinaba las reacciones en sus ojos al alumbrarlos con una pequeña lámpara. Eran las tres de la mañana y todos los presentes estábamos en pijama. Marcos se acercó a darle un analgésico junto con un vaso de agua.
-Es ocho, también conocido como la mitad de dieciséis, el doble de cuatro y el cubo de dos. –Respondió mi hermana algo molesta luego de tomarse el medicamento. –Estoy bien en verdad, quizá sólo fue un borrachito que pasó, ni siquiera se llevó mis cosas. –Fue entonces que volteó a ver a Luc, estaba sentado en un sofá observando la situación junto con sus padres. –Oye Luc, de verdad muchas gracias por encontrarme, significa mucho para mí.
-La verdad cuando te vi fue porque me había levantado al baño. –Respondió el chico escondiendo su cabeza entre sus hombros. –No hice nada que merezca la pena agradecer. –Pero todos le hicimos ver que si no fuera por él, quizá mi hermana seguiría desmayada ahí afuera, nos alegramos mucho de que estuviera ahí. De pronto se escuchó que un taxi llegaba a fuera de la mansión, Karo observó por la ventana y al darse cuenta de que eran mis papás, tomó sus cosas y las llaves del auto, se despidió apresuradamente y salió a su encuentro, para luego los tres irse a la casa.
Algo alterados por lo ocurrido, regresamos a dormir. Karo no apareció al día siguiente por la mansión, y aunque estaba preocupado por ella, pensé que lo mejor era darle un poco de espacio y esperar a que se tranquilizara. El domingo transcurrió en completa calma y tranquilidad, los señores Esteban y Fer limpiaron a fondo la habitación que sería de su hijo, fueron a comprarle algunas cosas personales y cuando finalmente terminaron sus labores se despidieron de su hijo y nos agradecieron nuestra amabilidad, nos comentaron que les gustaría quedarse y volver a vivir aventuras juveniles pero que debían ingresar a sus trabajos al día siguiente. Estuvimos tomando café con Luc un momento mientras veíamos televisión pero luego decidió encerrarse en su cuarto, parecía un chico muy solitario y yo estaba cien por ciento seguro que algo escondía.
El lunes finalmente llegó y con él el regreso a la escuela, yo tenía que iniciar mi tercer año en la facultad de medicina y Marcos iniciaba sus estudios de lenguas. El sonido de alguna canción de Katy Perry sonó en el celular de mi novio y nos indicó que era hora de levantarnos, era extremadamente difícil moverse, me estaba muriendo de sueño, entré a la ducha casi como un zombi, y a pesar de bañarme junto con Marcos, y sentir su cuerpo desnudo tan cerca de mí, lo único que deseaba en ese momento eran cinco minutos más de sueño. Me vestí con mi bata y zapatos blancos, muy bien arreglado y mi novio optó por un look más informal con tenis, camiseta y jeans, envidiaba a los alumnos de su carrera que no tenían que ir siempre limpios. Tomamos café, nos subimos en uno de sus autos, yo manejaba, luego de unos minutos de camino me estacioné en la entrada de su escuela, antes de que se bajara, nos despedimos con un beso en los labios que captó la atención de muchos de los alumnos y alguno que otro curioso que pasaba; luego de desearle suerte en su primer día
Algo desorientado, mi chico pidió indicaciones para saber a cuál salón debía dirigirse primero, uno de los encargados, que evidentemente era un chico que hacía su servicio social en la escuela, le indico el camino que debía tomar de manera muy efusiva y alegre. Marcos quedó asombrado al ver lo inmenso de ese salón, era como un auditorio con espacio para 50 alumnos y la visión de todos daba a un pequeño escenario en donde el maestro exponía su clase. Mientras observaba maravillado los recovecos de esa prestigiosa universidad, sin darse cuenta chocó con otro estudiante.
-Perdón... –Se disculpó inocentemente sólo para darse cuenta de que se trataba de alguien conocido. -¿Luc? ¿Qué haces aquí?
-Vengo a tomar clase. –Respondió el chico con una tímida sonrisa.
-¡Qué felicidad! –Marcos sintió como si un enorme peso se le quitara de encima. –Pensé que estaría solo en mi primer día, y que nadie me hablaría.
-¿Qui... quieres... sen...tar...te junto a mí? –Balbuceó el chico de cabellera oscura.
-¿Bromeas? Hasta iremos al baño juntos, ven, busquemos asiento. –Marcos tomó a su compañero de la mano, lo que provocó en el menor un escalofrío que no supo entender; se abrieron paso entre los demás alumnos y se acomodaron en dos lugares que estaban vacíos en la sección de en medio. –Nos hubieras dicho que venías a esta universidad, nos pudimos haber venido juntos y... –Mientras mi chico sacaba de su mochila un par de plumas y su libreta para apuntes, encontró un extraño sobre misterioso, era como una especie de invitación pero no pudo examinarla a detalle porque enseguida entró su profesor.
-Buenos días jóvenes, soy el profesor Gideon y a partir de este momento y por el resto del semestre nos veremos a esta hora para la materia de Lenguaje Escrito, ahora, ¿quién de ustedes leyó algo durante el verano? –Todos se quedaron callados, hasta que un chico que quería hacerse el gracioso comentó que había leído la parte de atrás de su caja de cereal, a lo que todos los presentes rieron. –Bueno yo pensaba en algo más formal, Octavio Paz, García Márquez... Stephen King puede ser.
-Yo leí algo en el verano. –La voz de Marcos resonó fuerte en el silencio que inundaba el aula, captando de inmediato la atención de catedrático. –Bueno... quizá no sea “formal” como usted le llama, pero hay una página en internet donde varios chicos escriben historias amateurs, leí unas cuantas, incluso una amiga mía publica ahí.
-Es un punto muy interesante... ahora... joven Lucas, -Nuestro amigo temblaba en su asiento al sentirse bajo el escrutinio de toda la clase, luego de que el maestro lo nombrara. –Antes que nada me alegra ver que no se rindió y decidió continuar a pesar de haber reprobado el semestre pasado. Dígame por favor si está de acuerdo en que es mejor usar el tiempo leyendo lecturas de amateurs a cultivar el cerebro leyendo cosas de gente más estudiada en el tema de las letras.
-Yo... yo creo que uno debe leer lo que le guste. –Luc tragó saliva al saberse observado por todos.
-Entiendo... –El profesor agachó la mirada y comenzó a caminar en círculos. -¿Entonces está de acuerdo con que una persona deba asaltar un banco o dispararle a cuatrocientas personas en un centro comercial si eso es lo que le gusta?
-Me parece que está siendo muy extremista. –Rezongó Marcos. –Eso nada tiene que ver con la lectura, yo prefiero leer algo sencillo y conciso a algo rebuscado y pretencioso que en diez páginas apenas logra describir el color de una habitación; además creo que le está dando mucha importancia a las palabras.
-Les preguntaré algo. –El maestro se notaba motivado y entusiasta. –Imagino que todos han oído hablar de John Lennon, un famoso cantante inglés que perteneció a la más grande boyband de todos los tiempos, los Beatles, ahora... ¿alguien puede decirme cómo murió este hombre? –Uno de los estudiantes, de cabellera larga jeans rasgados contestó que había sido asesinado por uno de sus fans a unas cuadras del hotel donde se hospedaba el cantante. –Gracias, eso supongo que la mayoría de ustedes lo sabía, pero a diferencia de lo que ocurrió con Selena, hay algo que de verdad me intriga en este caso, ¿alguien sabe cuáles eran las posesiones del asesino al momento de privarle la vida al cantante? –Todos estaban callados y atentos a lo que el profesor tenía que decir. –El asesino, además del arma, solamente llevaba... un libro. “El Guardián Entre El Centeno”, este era el libro que ese hombre estaba leyendo y algo en las palabras de este autor lo convencieron de asesinar al artista; hasta el momento los más grandes expertos en letras siguen en debate sobre este detalle, pero algo es seguro, no debemos tomar a la ligera las palabras de un libro. Así que para mañana quiero por escrito su análisis sobre este libro y sus ideas sobre los motivos del asesino de John Lennon; ahora analicemos el término “palabra”...
Luego de 50 minutos, la clase dio fin y los chicos de primero ya estaban empezando a sentir la presión que implica estar en una universidad de prestigio. Luego de un momento de analizar su horario y descubrir cuál sería su siguiente salón, Marcos recordó que había recibido un sobre extraño, pensó que era una equivocación y que alguien lo había perdido pero en el exterior tenía su nombre escrito, así que se decidió abrirla, el contenido era un hoja con un pequeño mensaje y al final un dibujo de un conejo blanco. El mensaje decía de esta forma.
“La segunda Alicia tenía una hermosa voz, llenó con su dulce canto el extraño país. El bello sonido a aquella Alicia enloqueció, tanta música arruinó a la pobre infeliz. Esa Alicia quiso una rosa cortar, mas su fiel amante al verla no se pudo controlar, florecieron en su pecho rosas carmesí, que tragedia amar y estar destinado a morir.”
La verdad no lo entendió mucho así que no le dio importancia, y decidió continuar con el resto de sus clases y su atareado primer día. A las dos de la tarde cuando finalmente hubieron terminado sus clases, pasé por él en el automóvil, me llevé la sorpresa de que se encontraba con Luc, lo invitamos a ir con nosotros, después de todo nos reuniríamos el grupo completo en una cafetería, y así fue, cuando nosotros llegamos ya se encontraban sentados mis hermanos, Tess, Adam y el nuevo chico Dereck.
-¿Cómo que fuiste atacada? ¿Por qué no nos habías dicho nada? –Preguntaba Tess a mi hermana, quien sorbía un poco de su refresco.
-Se los estoy diciendo ahora. –Mi hermana intentaba tomar todo con actitud relajada, pero en el fondo yo sabía que estaba muy asustada. –Además no me pasó nada, yo creo que era un tipo que quería dinero pero que luego se asustó.
-Déjame ver. –Dereck se puso de pie y sin permiso comenzó a tocar el cuello de Karo. –Los puntos en los que el tipo hizo presión, son los exactos para causar un ligero desmayo pero sin afectar de manera grave el cerebro al faltarle oxígeno; en definitiva eras el blanco de ese sujeto, lo más seguro es que seas el objeto de su obsesión y vuelva para hacerte cosas aún más horribles.
-Por favor, Dereck. –Cuestionó Adam. –Sé que eres muy inteligente pero no puedes saber de puntos de presión.
-Te demostraré, por qué soy tu jefe. –Dereck envolvió con suavidad el cuello de su amigo, movió sus dedos hasta colocarlos en la posición que quería, hizo algo de presión y al instante Adam se desmayó en su asiento. –Es muy fácil hacerlo, aunque creo que esto me convierte en el victimario potencial.
-Mejor cambiemos el tema. –Sugirió mi hermano. –Así que ahora vivirás en la mansión Luc, debes de saber que hasta hace poco yo ocupaba ese cuarto, espero te sientas cómodo.
-La verdad... –Luc intentaba integrarse, aunque siendo un niño bastante retraído le costaba trabajo integrarse y más aún si el grupo estaba lleno de personas con carácter fuerte. –Me estoy sintiendo muy bien, Marcos y Kyle son geniales, también Karo, y espero llevarme bien con todos ustedes. –Adam le dio un codazo a Dereck y le susurró que debía ser igual de educado que Luc. -¿Han leído el periódico últimamente? –Nos preguntó así en seco. –Es que ha habido casos de personas que han sido asesinadas, no creo que deban tomar a la ligera lo que pasó a la señorita Karo, podría tratarse de un asesino serial. –Todos lo observamos fijamente. –Perdón no quise incomodarlos, a veces digo cosas que perturban a la gente. ¡Pero Dereck es el que sabe desmayar a la gente!
-Ya, por favor, en serio. –Ordenó Tess. –Este tipo de cosas me dan mucho miedo, y no necesito ese estrés cuando mi boda está tan cerca o me saldrán arrugas. Debo pensar en cosas lindas, arcoíris, unicornios, conejitos.
-¡Por favor eso no! –Exclamó Dereck con los pelos de punta. –Es que me dan mucho miedo los conejos.
-Hablando de conejos. –Marcos sacó el sobre que había recibido. –Recibí esta extraña carta con el dibujo de un conejo blanco. –Nos la mostró y nos leyó lo que contenía. –La verdad no sé qué pueda significar.
-Ok, esto les va a sonar súper extraño, pero yo recibí una carta igual. –De su bolso Tess sacó una carta idéntica a la que Marcos recibió, esta contenía el siguiente mensaje:
“La tercera Alicia una pequeña niña fue, de hermosa figura perdida en aquel país; todos la adoraban por su bello parecer y en su mundo de ilusiones decidió vivir. Esa Alicia la reina se volvió, y su tierna mente de pesadillas se llenó, un cadáver putrefacto pareció observar como su reinado comenzaba a zozobrar.”
La situación se tornó aún más extraña cuando Karo y yo también mostramos sobres que habíamos recibido, pero la diferencia era que los nuestros contenían el mismo mensaje.
“Un par de gemelos el número cuatro fue, llenos de curiosidad llegaron al país; abrieron las puertas encontrando cada vez las terribles escenas de pena y dolor sin fin. La valiente hermana mayor y el brillante menor a la primera Alicia se quisieron acercar... pero su sueño está aún por terminar, aquel extraño país hoy a sus pies está.”
-Ok... ¿alguien podría explicarme qué significan estas cartas? –Pregunté bastante alterado. Al parecer alguien quería meterse con nosotros. –Lo de Karo y lo del asesino suelto ya es demasiado, seguramente alguien sin quehacer quiere meterse con nosotros.
-Espera. –Luc notó algo mientras yo movía mi carta con la mano, me la arrebató y la miró a contra luz. –Entiendo. –Comenzó a juntar las demás cartas y las pegó con algo de cinta que llevaba en su mochila. –Es un mapa. –Todos lo pudimos ver ahora.
-Marca una mansión que está a las afueras de la ciudad. –Puntualizó Clark. –Ahora recuerdo que cuando era niño ese lugar me daba miedo.
-¿Qué vamos a hacer? –Preguntó Marcos mientras nos veíamos fijamente.
-La persona que hizo esto se ha tomado muchas molestias. –Karo tomó el mapa y lo observó fijamente a contraluz. –Lo menos que podemos hacer es corresponder a su invitación.
CONTINUARÁ...