CAPÍTULO 33 – CUANDO TE PERSIGUE UN CONEJO BLANCO
-¿Alguien podría decirme cómo es que conseguimos este vehículo? –Era una camioneta blanca bastante espaciosa y muy elegante, sólo la gente con mucho poder podría acceder a vehículos así, sólo había visto carros así en alguna película del FBI. Tess era la que iba al volante y de copiloto iba mi hermano quien se hacía bolas con el GPS de su celular y el del coche; Marcos, Karo y yo íbamos en la segunda sección, y en la parte de atrás iban Luc, Dereck y Adam seguía inconsciente luego de que su amigo le aplicara presión en el cuello.
-Cuando trabajas para gente tan importante como yo, puedes darte algunos lujos. –Expresó orgulloso Dereck quien observaba como Luc pasaba un algodón con alcohol por el rostro de Adam intentando despertarle, finalmente despertó cuando Dereck le vació una botella de agua en la cabeza.
-¿Qué paso? –Preguntó Adam confundido mientras observaba a todos lados. -¿A dónde vamos? ¿Cómo es que me mojé?
-Tuviste un sueño húmedo. –Respondió Dereck. –Fue muy humillante.
Luego de explicarle a Adam la situación y de escuchar a Tess, Clark y Karo pelear sobre la ubicación, pudimos observar una mansión, era bastante grande, pintada de color púrpura intenso, para poder acceder a ella tuvimos que atravesar un jardín con muros de rosales rojos. Cuando finalmente llegamos a la puerta de la casa, todos descendimos del auto.
-¿Alguien además de mí piensa que deberíamos regresar? –Preguntó Tess mientras agarraba fuertemente el brazo derecho de su prometido.
-Ya llegamos hasta aquí, hay que ver si nos invita a tomar el té. –Y con mucha valentía pero aun así temblorosa del brazo, mi hermana giró la manija y abrió la puerta principal, misma que hizo un rechinido más agudo que el lamento de un gato. -¿Hola? ¿Está la señora?
-¿En serio? –La reprendí. -¿Es lo primero que se te ocurre preguntar al entrar en una casa embrujada? –No pudimos avanzar mucho, delante de nosotros había una pared, pero había cuatro diminutas puertas, si quisiéramos entrar debíamos de hacerlo gateando. En cada puerta había un número del 1 al 4.
-Hay una nota, miren. –Mi hermano encontró una carta que colgaba del techo. –Dice: “Sean muy bienvenidos Alicias y acompañantes, retos como este jamás han enfrentado antes. De dos en dos deben proceder y su número ya deben conocer, cada camino tiene un horror que deben enfrentar con gran valor”. Que cool, todo rimaba.
-Son rimas muy básicas, no ha de ser buen escritor nuestro anfitrión. –Criticó Karo mientras daba una ojeada al mensaje. –Pues bien, Kyle y yo la número 4, Tess y Clark por la 3, Marcos y Adam por la 2, y eso deja a los solitarios Dereck y Luc en la 1. Bueno, en marcha.
-Un momento, yo no dejaré a Marcos ir solo. –Reclamé ante la mirada inquisidora de mi hermana ya que insinué que ella no me importaba.
-Amor, estaré bien. -Mi novio me tomó de las manos. -Todo esto es como un juego, además iré con Adam, nada me pasará.
-¡Yo quiero ir con Adam! –Gritó Dereck. –No te ofendas Luc, pero es que a ti llevo dos segundos de conocerte.
-Como quieras. –Marcos sujetó a Luc de la muñeca y de nuevo este al sentirlo se sonrojó y Adam con una mirada de decepción se dejó abrazar por su amigo. –Yo sí te quiero conmigo, amigo.
Puerta 1:
Adam y Dereck se arrodillaron y abrieron su puerta para entrar en ella gateando uno a la vez, era como si entraran en la madriguera de algún animal, luego de recorrer el estrecho camino finalmente llegaron a una habitación, estaba peculiarmente decorada; las paredes eran cubiertas de terciopelo rojo, pinturas de hombres desnudos o fotografías de hombres también desnudos en posiciones demasiado sugerentes; en el centro había una enorme cama en forma de corazón, vestida con sabanas de seda color carmín intenso, y para rematar, había un espejo colgado del techo que reflejaba todo lo que pudiese ocurrir sobre la cama,
-¿Qué es este lugar? –Preguntó Adam mientras Dereck abría un cajón con juguetes sexuales y una tanga de cereza que tenía escrito “Cómeme”.
-No sé, pero o accidentalmente llegamos al más bizarro prostíbulo o estamos haciendo crossover con 50 Sombras de Grey. –Dereck también encontró unas pastillas azules de viagra. –Él que se coma esto definitivamente crecerá.
-Pensé, que esta puerta estaba diseñada para nosotros, pero en realidad no veo cómo estos “objetos” se relacionan conmigo.
-Nosotros no estamos incluidos en esto, ¿recuerdas? –Los chicos intentaban buscar un pasaje secreto en las paredes pues no parecía haber una puerta de salida y no podían regresar por donde habían entrado. –Todo esto fue planeado para la primera Alicia que no sabemos quién es, pero algo me dice que le gustaba el sexo.
-Yo creo que más bien estaba confundido. –Dereck lo volteó a ver extrañado. –Quienquiera que fuese la primera Alicia, no sabía apreciar lo que es tener intimidad con otra persona.
-Si no me equivoco, tú tampoco lo sabes. –Respondió astutamente el científico mientras buscaba que juguetes podía robarse.
-No pero yo... –Antes de que pudiera Adam terminar su oración, de las rejillas de ventilación empezó a salir un extraño gas color rojo. -¡Cúbrete! –El doctor tomó con fuerza a su amigo y lo hizo agacharse, el sentir sus cuerpos tan pegados hizo que Dereck se sonrojará, pero ninguna reacción parecía ocurrir en Adam, quien astutamente cubría su nariz y boca con la palma de su mano. De pronto, Dereck sintió que algo dentro en el pantalón de su amigo comenzaba a crecer.
-Oye no creo que este gas sea... precisamente dañino. -Ambos se pusieron de pies y observaron cómo los dos tenían sus penes erectos.
-¿Gas afrodisiaco? ¿Qué clase de enfermo........? –La boca del doctor fue silenciada cuando los labios de su amigo se unieron a los suyos. –Dereck... –Le era difícil articular palabras. -¿Qué... haces?
-Lo siento... –Se detuvo un momento y se quedaron viendo el uno al otro, la respiración de ambos estaba agitada y gotas de sudor ya se transpiraban sobre sus rostros. –No puedo evitarlo. –Se lanzó a besarlo de nuevo pero esta vez fue más allá, al introducir su lengua juguetona. Adam evidentemente no era de piedra, y ya sea por sus propios deseos o por el narcótico, comenzó a participar también, sus fuertes manos comenzaron a recorrer por completo el cuerpo de sus compañeros, empezaron por su cabello, descendieron por el cuello para seguir a la espalda hasta llegar a los glúteos, los cuales apretó.
-No puedo. –Adam desistió y hablaba aún entrecortadamente. –Marcos...
-Marcos, Marcos, Marcos. –Dereck estaba evidentemente molesto. –Desde que te conozco es en lo único que piensas. ¿Cuándo vas a comprender que él jamás te amará?
-Pero yo... –Adam de nuevo fue silenciado por el beso de su amigo, un beso lleno de amor, una emoción que jamás pensó que Dereck pudiese sentir y mucho menos por él.
-Si abrieras los ojos, verías que frente a ti está la persona que más te ama en este mundo, aunque tú no sientas nada por él. –Antes de que el doctor pudiera responder, la habitación comenzó a girar, mostrando una entrada a otra habitación.
Puerta 2:
Marcos y Luc habían llegado a una especie de desván todo desordenado, se les dificultaba ver por donde pisaban pes la habitación estaba en completa oscuridad, hasta que Marcos, tocando con la palma de su mano la pared, descubrió un interruptor y pronto todo se iluminó.
-¿Qué es este lugar? –Luc se abrazó con fuerza al brazo de mi novio.
-No tengas miedo. Estamos juntos. –Marcos le inspiraba una poderosa confianza y seguridad al muchacho. –Oh mira, este muñeco se parce a Kyle. –Fue adonde se encontraba un extraño muñeco de porcelana cuyos rasgos eran exactamente igual a los míos.
-Y este se parece a ti. –Luc encontró otro muñeco sólo que esta vez era idéntico a Marcos, la sorpresa aumentó cuando encontraron un muñeco por cada uno de nosotros.
-Mejor sigamos avanzando. –Abrieron otra puerta y esa habitación estaba ligeramente iluminada, se veía todo como en penumbra, niebla artificial también acondicionaba el cuarto. –Es un cementerio. –Delante de ellos había muchas lápidas, se acercaron a unas para observarlas mejor y vieron que tenían sus nombres labrados. –Es nuestro cementerio.
-¡Aaahhhh! –Luc gritó cuando unas manos huesudas los agarraron a ambos d los pies, jalándolos hacia el suelo. -¡Vamos a morir aquí! ¡Nos van a matar!
-Tranquilo. –Marcos simplemente sacudió un poco sus pies y de inmediato quedó libre y comenzó a hablar mientras observaba el techo. – ¡Necesitas algo más que escenografía barata de la casa del terror para asustarme! ¿Por qué no mejor te muestras ante nosotros y nos hablas frente a frente? –Las manos huesudas dejaron de moverse y por fin Luc se calmó.
-¿Cómo es que no te da miedo?
-Yo no tengo miedo a morir... ya lo hice una vez. –Una puerta más se volvió a abrir. –Sigamos.
Puerta 3:
-Mira que hacer pasar a una delicada chica como yo por esto. –Se quejaba Tess mientras gateaba por su túnel. –Cuando encuentre al que está tramando todo esto le daré una buena paliza.
-Eres tan sexy cuando te pones vengativa. –Vaya que a Clark le encantaba su prometida. Finalmente entraron a su habitación, esta estaba extrañamente decorada, parecía un cuarto de bebé, había una cuna, juguetes, biberones. –Esto no me parece muy aterrador.
-¡Aaaaaaahhhh! –Gritó la chica al verse reflejada en un espejo. Era un espejo como de feria, de esos que te distorsionan el cuerpo, Tess se vio a si misma pero con un cuerpo más obeso. -¿Esto es lo que me espera? ¿Perder mi belleza, cuidar niños, ser miserable?
-¿En serio crees que nos espera una vida miserable? –Clark se acercó hacia su novia y la abrazó, pero no pudo evitar soltar una carcajada luego de ver su imagen regordeta en el espejo.
-¡Se supone que venías a consolarme! –La chica le dio un coscorrón.
-Me rio porque no tienes nada de qué preocuparte, yo te veo tan hermosa como siempre. Además, si alguien tiene que preocuparse soy yo, quizá no te pueda dar la vida a la que estás acostumbrada.
-Oye, bobo. El dinero es lo que menos me importa. Tengo la mala suerte de que los chicos siempre rompen mi corazón, luego apareciste tú, un ser humano común y corriente, pero has sido el único que ha sabido cómo cuidar y corresponder mis sentimientos, pero al mismo tiempo está este lado de mí que quiere sobresalir, tener una vida excitante y glamurosa.
-Hermosa. –Besó a su novia en la frente. –Quizá no tengamos una vida excitante, pero... ya hice reservaciones para una luna de miel romántica en París.
-Te amo. –Ambos se besaron entre risas. –Creo que nos irá bien juntos. –Fue entonces que vieron otra puerta abrirse, misma que los llevaba a un gran salón.
Gran Salón:
Marcos, Lucas, Clark, Tess, Adam y Dereck entraron al salón. Parecía un viejo auditorio y había un escenario frente a ellos. Los chicos se saludaron al llegar nuevamente pero fueron interrumpidos cuando un hombre-conejo blanco vestido de traje y con un reloj de bolsillo de oro apareció frente a ellos.
-Toda gran historia tiene un comienzo. –Un reflector de luz iluminó al conejo quien empezó a decir su parlamento, captando inmediatamente la atención de todos. –Y esta empezó con dos hermanos, la escritora y su protagonista. –En ese momento aparecimos Karo y yo, colgados y amarrados de cuerdas, y nos movíamos como títeres. –Un chico obsesionado por encontrar el amor, y su devota hermana dispuesta a ayudarlo.
-¡Kyle, Karo! –Gritó nuestro hermano cuando nos vio colgados
-¡Sucio conejo, déjalos ir! –Amenazo Adam, al vernos sufrir atados.
-Se le pide a la audiencia no hablar durante la función. –Detrás de ellos aparecieron unas sillas, y fueron aprisionados a sentarse en ellas, sus manos y piernas estaban sujetadas. –Me permitiré continuar. –Una soga que era movida por gruas de teatro ahora amarraba a Marcos y otra a Tess, y los llevó hasta donde estábamos Karo y y. -Finalmente nuestro héroe encontró a su amor verdadero, el chico más dulce y tierno sobre la faz de la tierra, pero este chico tenía una novia, la malvada chica popular que se interponía entre ellos. –Colocaron a Marcos junto a mí, y nos acercamos lo suficiente para tomarnos las manos, nos miramos confiando en que estaríamos bien. –Si me lo preguntan, esta es la historia más cliché que he escuchado.
-¡No insultes mi historia! –Gritó Karo, quien forcejaba para liberarse. –Por sí no lo sabías me han dejado cientos de reviews, diciendo que soy una gran escritora.
-Es cierto, niña. –Respondió el conejo. –Tú fuiste la que inició todo esto, no eres más que una sociópata que usa la vida de su hermano y amigos como inspiración para escribir una historia carente de imaginación, pero ahora yo me he propuesto darle un giro interesante.
-¡Tú eres el psicópata! –Le grité con furia. -¿Por qué demonios nos haces esto? Maldito enfermo.
-No tolero esa clase de vocabulario. –El conejo se tapó las orejas luego de escucharme maldecir. –Pero sí yo no he hecho nada, yo lo único ue hice fue enviarles unas simples cartas y su curiosidad fue la que los metió en esto, y hablando de cartas, cada uno de ustedes recibió una con un número, la número dos es el dulce chico destinado a morir, la tres es la chica hermosa que enloquece al perder su belleza, y el número cuatro los gemelos que es creen los héroes, pero acaban tan muertos como los demás.
-¿Quién recibió la número uno? –Preguntó Marcos lleno de curiosidad.
-¿Es que no pueden deducirlo por ustedes mismo? –Preguntó con ironía el conejo. –Sentados están todos los anexados, personajes de relleno que se han ido añadiendo a esta historia, pero en el escenario están los importantes, los que empezaron todo. Permítanme leerles la carta a la primera Alicia para presentarlo y hacer más mágico este reencuentro. –Sacó un pedazo de papel de su bolsillo, muy parecido al que habíamos recibido y comenzó a leer su contenido. –“La primera Alicia estaba llena de valor, con espada en mano se adentró en aquel país, incontables fueron las pérdidas que causó, dejando detrás sólo un sendero carmesí. Esa Alicia en el bosque se perdió y en castigo a sus pecados encerrada se quedó, árboles cubrieron toda forma de escapar, nadie sabe si vivió o murió donde estará.” Que hermosa estrofa, ahora pensemos por un momento, ¿qué personaje estaba al inicio, los lastimó y luego se fue y no volvieron a saber nada de él? –Fue entonces que Tess susurró algo. –No te escuché bien, linda.
-¡Es Mike! –Dijo la chica con convicción.
-Tenemos una ganadora, ¡Que pase el desgraciado! –Y del techo calló Mike, pero el no estaba colgaba, su cuerpo se impactó directo contra el suelo, estaba inmóvil y la piel de su cuerpo se notaba deteriorada, y un horrible olor de inmediato invadió el salón. –Oh no, este muñeco ya está roto. –El conejo se acercó al que era mi amigo, lo tomó de los cabellos, lo alzó y todos pudimos comprobar lo que temíamos, Mike ya estaba muerto.
-¡Maldito! ¿Qué fue lo que le hiciste? ¡Asesino! –Le grité con una rabia enorme mientras intentaba liberarme de mis ataduras.
-Por supuesto que yo no he hecho esto, ¿no oíste l que leí? Este es el castigo por sus pecados. ¿No t parece adecuado este final, Tess?
-¡Claro que no! –La rubia comenzó a llorar y e quedó inmóvil. –Mike no merecía esto.
-Me decepcionas. –El conejo se volteó para ver a nuestros amigos que estaban sentados. -¿Qué me dices tú, Luc? Tú si debes estar conforme con este final para Mike. –Luc no emitía sonido, estaba en shock y no dejaba de temblar en su asiento. ¿Pero qué tenía que ver Luc con Mike? –Me decepcionas chico, aunque sé que po dentro te regocijas de ver a tu “amorcito” de esta forma.
-¡¿Qué es lo que quieres, maldito loco?! –Le volví a gritar.
-Qué no me gustan las malas palabras, afean la lectura. –Por lo que sabíamos ese conejo nos iba a matar a todos ahí mismo, teníamos que hacer algo para liberarnos. –No se preocupen, este fue sólo el acto de apertura, uno a uno les llegará su momento, sólo tengan paciencia, voy a mejorar esta historia. –El conejo aplaudió y un fuerte destello de luz se hizo presente, cegándonos por completo, cuando recuperamos la visión, ya nos habían liberado y el cuerpo de Mike había desaparecido.
Salimos inmediatamente de la casa, subimos al auto y fuimos lo más rápido que pudimos hacia la estación de policía, les explicamos todo lo sucedido y enviaron varias patrullas a la mansión, pero al llegar no había rastros de nada, parecía una simple casa abandonada y para colmo no encontraron pruebas de ADN de Mike, así que nos tomaron a locos e incluso nos amenazaron con encerrarnos si volvíamos a hacer una broma como esa.
No nos quedó más remedio que volver a la casa de Marcos, estábamos tan asustados que decidimos quedarnos a dormir todos juntos ahí en la sala y con las luces encendidas. Pero había algo que me tenía intranquilo.
-Oye. –Llamé a Luc, captando la atención de todos. -¿Se puede saber qué tienes que ver tú con Mike?
CONTINUARÁ...