CAPITULO 37 – CUANDO LAS PALABRAS NO BASTAN
“Por el bien mayor” es un fundación que se encarga de apoyar económicamente a niños con enfermedades muy graves, no sólo apoyaban económicamente sino que también daban terapias para toda la familia y organizaban eventos y fiestas con el fin de que los niños olvidaran todo el sufrimiento que seguramente estaban pasando. Marcos es miembro activo de esta fundación, él y yo nos encontrábamos en un salón donde se llevaría a cabo una cena-baile con motivo del día del niño; mi novio era encargado del comité de decoración y yo estaba ahí ayudándolo tanto como podía.
-En serio, ¿cuántos globos necesitamos? –Pregunté luego de inflar el milésimo globo con decorado de Frozen. – Creo que ya he usado todo el helio del mundo.
-¿Crees que estoy exagerando? –El salón contaba con unas 100 mesas redondas, con lugares suficientes para que fueran ocupadas por dos familias, estaban decoradas con un mantel blanco, y holanes rojos o azules dependiendo si era un niño o una niña el que se sentará ahí, como centro de mesa había un florero con rosas blancas, mismas a las que nosotros les habíamos cortado las espinas. Había también un pequeño escenario en donde hablaría el maestro d ceremonias y además entregarían premios a los niños con el fin de animarlos a seguir luchando contra su enfermedad. –Es que... esta fundación hizo mucho por mí cando yo era niño, y hoy tengo la suerte de estar bien y sano, no sé, quiero devolver un poco de lo mucho que me ha sido dado.
Odiaba que me viera con sus ojos tan tiernos porque no podía negarme a nada de lo que me pidiera, tomé la bolsa que contenía otros 300 globos y seguí inflándolos. Mientras estábamos decorando, una mujer un poco pasada de peso, con un traje elegante y perlas alrededor del cuello se acercó a mi mientras mi novio iba al baño y con su voz chillona me dijo le feliz que estaban los del comité de tenerlo y el buen ejemplo que era para todos los niños y que por eso le iban a otorgar un reconocimiento sorpresa en la gala de esa noche y querían que fuera yo quien se lo diera y además dijera un discurso. Luego de escuchar esa petición me quedé helado, no me gustaba para nada hablar en público, pero ni siquiera me dio oportunidad de negarme, qué problema, ¿qué era lo que iba a decir?
Le marqué a mi hermano para que me ayudara, así que fui a su departamento y lo encontré un poco triste, me comentó que había estado teniendo problemas con Tess, que la notaba distante y siempre estaba mandando mensajes con su celular, tenía miedo de que lo estuviera engañando. Clark es demasiado inseguro para ser un psicólogo, lo alenté como siempre y le dije que Tess lo amaba, sino no hubiera aceptado casarse con él en primer lugar, lo que pasa es que es mujer, por eso es mejor relacionarse con hombres, las cosas son más claras, o es “sí” o es “no” o es “por delante” o “por atrás”, no hay más.
Terminamos mi discurso y la verdad me quedó genial, así que dejé a mi hermano para que se arreglara y yo me fui a la mansión a hacer lo mismo, cuando llegué, subí a mi habitación y encontré a Marcos sólo con una toalla amarrada a la cintura, acababa de salir del baño, su cabello húmedo peinado hacia a tras aún dejaba caer pequeñas gotas que caían por su delgado abdomen, nunca me oirán decirlo en voz alta, pero después del coma se puso más sexy.
-¿Terminaste lo que fuiste a hacer con Clark? –Me preguntó, mientras se untaba desodorante en barra sobre sus axilas. -¿Qué tienes? –Me pregunté cuando me le quedé viendo, pero yo sólo sonreí de manera pícara y arqueé mi ceja izquierda y de inmediato entendió lo que quería. –No, no, no, me acabo de bañar y además vienes cochino de la calle y nos tenemos que ir.
-Sólo será un rapidín. –Me acerqué a él y comencé a besar su cuello, él sólo se dejaba hacer mientras observaba lo que hacíamos en el espejo, nos dimos un apasionado beso en el que nuestras lenguas sabían exactamente qué hacer y es que luego de tanto tiempo sabíamos bien nuestros puntos erógenos. Bajé por su abdomen y lamí sus tetillas, él comenzó a gemir tal como lo esperaba y entrelazó sus dedos en mis cabellos, bajé más y con firmeza lo despojé de su toalla y quedó desnudo frente a mí, sus mejillas estaban rojas suplicantes, mordía la parte inferior de su labió y con deseo movió su cabeza de manera afirmativa y entonces me preparé para introducir su miembro a mi boca cuando...
-Oye Marcos... –Luc entró de improviso a nuestra habitación, Marcos no vio ni como salió corriendo a esconderse detrás de una cortina, haciendo que yo cayera y me golpeara de frente contra el suelo, Luc de inmediato supo que había interrumpido y salió de la habitación gritando que lo disculpáramos.
-¿Qué querías Luc? –Pregunté algo molesto y sexualmente frustrado mientras me ponía de pie.
-Perdón, perdón, perdón. –Se escuchaban sus disculpas a través de la puerta. –Sólo venía a decir que no había agua caliente, adiós. –Y salió corriendo a esconderse a su habitación, miré a Marcos quien sólo se soltó a reírse, y entonces me dirigí al baño, y fue muy oportuno que no hubiera agua caliente, porque un regaderazo frío era lo que necesitaba.
Mi novio y yo nos vestimos muy elegantes, con esmoquin y toda la cosa, y salimos antes de la casa ya que somos organizadores y el entrometido de Luc, sí sigo enojado con él, se quedó y nos alcanzaría después. Al llegar al salón, Marcos revisaba los últimos detalles de organización con los demás miembros del comité mientras yo repasaba mis líneas caminando en círculos por el estacionamiento. En cuestión de minutos llegaron Clark y Tess tomados de la mano, no quisiera admitirlo pero hacían buena pareja juntos.
-Vaya Keyla, hasta los monos se ven bien vestidos de etiqueta. –Comentó la mujer que llevaba un vestido largo strapless de brillos plateados, y cuyo cabello rubio ondulado caía sobre la parte de enfrente de su hombro izquierdo.
-Muchas gracias, veo que hoy vienes elegante hasta te depilaste el bigote. –Le contesté.
-Muy chistoso, en un minuto voy a reir. –Disimuladamente checó su celular y mi hermano me lanzó una mirada. –Pero bueno, hoy te lo dejaré pasar, ya me enteré que darás el gran discurso, sólo espero que no te orines en el escenario. –Sólo le hice una mueca.
Marcos se acercó a nosotros muy alegre de que los invitados ya estuvieran llegando, muchas familias llegaban con sus niños, era triste ver como algunos llegaban en sillas de ruedas pero también resultaba inspirador ver cómo le seguían echando ganas y estaban dispuestos a pasar una noche de diversión donde se olvidarían de las enfermedades.
Un invitado más apareció, se trataba del mismo hombre que había visitado a Tess en su casa y con quien había estado masajeándose.
-¿Capitán? –Pregunté al ver al sujeto.
-Hola. –Dijo con una sonrisa acercándose a nuestro grupo.
-Qué sorpresa, no sabía que había que andaba por aquí. –Le estreché la mano y me dispuse a presentárselo a los demás. –Él es Kike, y fue el capitán cuando yo estaba en primer año, el me enseñó todo lo que sé de fut.
-No has dicho más que la verdad. –Le encantaba actuar como presumido, aunque tenía con qué hacerlo. Saludó amablemente a todos y a Tess se acercó a darle un beso en la mejilla muy cerca de los labios. –Bueno, los veo adentro, tengo que ir a dar mi recorrido social. –Ya estábamos a punto de entrar cuando Karo llegó vistiendo un esmoquin también, y su saco tenía cola de pingüino como esos que usan los pianistas y además llevaba zapatos de charol y sombrero de copa.
-Qué bueno que están aquí. –Nos comentó m hermana, se veía muy pálida y pude observar que sus manos le temblaban, era evidente que estaba muy nerviosa. –Bueno, como sabrán, hoy es un día d fiesta y todo lo demás empalidece al lado de los niños necesitados, así que espero que no se molesten pero invité a...
-Oye, ¿hay servicio de estacionamiento aquí? Porque si no ya me robaron mi auto. –En eso apareció una mujer que hacía mucho tiempo que ninguno de nosotros veía, apareció Fe, y como cereza del pastel, estaba peinada igual y llevaba exactamente el mismo vestid que Tess, claro a que a la castaña se le marcaban más las curvas naturales. –Cierren esa boca, parece que hubieran visto al fantasma de mi hermano.
-¿Qué hace esta mujer aquí? –Tess estaba que explotaba de la furia. –No, puedo creer que tengas relación con esta mujer Karo, luego de lo que me hizo, d lo que nos hizo, ¿ya se te olvidó lo que pasó con Mike?
-Sí, ya me esperaba este recibimiento. –Fe comenzó a estirarse los dedos. –Admito que estaba un poco loca cuando nos conocimos, pero he estado en tratamiento, haciendo ejercicio, y pues de corazón, vengo a pedirte que me perdones por lo que te hice, la verdad estoy muy arrepentida y ya no soy la misma de antes. –Pero Tess no parecía querer darle a la chica el beneficio de la duda, por es mi hermano tuvo que intervenir, aunque creo que empeoró más la situación.
-Amor, yo mismo he seguido de cerca el tratamiento de Fe, y es más, fui yo quien la puso en contacto con Karo e insistió en que viniera aquí hoy, creo que todos merecemos una segunda oportunidad.
-No puedo creerlo. –El tono de voz de Tess bajó y se volvió más grave, estaba muy molesta. –Mi prometido y mi amiga me traicionan, no tengo nada que hacer aquí. –Clark quiso detener a su novia, pero está le dio una fuerte cachetada y se alejó caminando muy dignamente.
-Bueno, salió mejor de lo que esperaba. –Dijo Fe mientras sostenía la mano de mi hermana quien tenía una sonrisa a medias. –Si ya n hay más preguntas, deberíamos entrar al salón.
-¡Yo tengo una! –Respondió Marcos mientras levantaba su mano. -¿Quién eres? –Le enrollé mi brazo por encima del hombro y me dispuse a contarle todo lo que había ocurrido mientras él estaba en coma.
Mientras tanto, a Luc ya se le había hecho realmente tarde, estaba parado en la calle pero no pasaba ningún taxi, entonces vio cómo se iba a cercando un convertible rojo con la música a todo volumen, el coche se estacionó frente a él y para su sorpresa quien l conducía era nada más y nada menos que Sebastián.
-¿Cuánto me cobras por la noche completa? –Preguntó l chico con una sonrisa burlona claro que al menor esto no le pareció gracioso.
-¿En serio no tienes nada mejor que hacer que molestarme?
-Pues iba al gym. –Luc pudo constatarlo ya que vio una mochila de entrenamiento en el asiento del copiloto, además de que Sebastián estaba usando ropa deportiva. -¿Tú a dónde vas? Si quieres te llevo.
-Preferiría subirme a una carroza fúnebre antes que a tu ato. –En eso, sintieron como la presencia de otra persona se acercaba, Sebas volteó para ver de quién se trataba pero de inmediato recibió un golpe en la cara que lo dejó inconsciente.
Tess, se había quedado sentada en la calle, llorando por la traición de las dos personas a quienes más quería, Kike, no perdió el tiempo y se dispuso a consolarla, y le ofreció llevarla a su casa donde estaría más tranquila, así pues la chica se subió al auto del que decía ser su amigo.
La fiesta estaba comenzando bastante bien, los niños se veían contentos conviviendo con s familia y disfrutando de los obsequios que se les habían entregado, pronto la mujer ricachona me hace una señal con su mano, indicándome de que era hora de que subiera a decir mi discurso, pronto los camareros empezaron a llenar con champagne las copas de los adultos y con jugo de durazno las de los niños, listos para brindar. Con nerviosismo y ante la mirada confundida de mi novio, subí al estrado con una copa de champagne en la mano, y me paré frente al micrófono.
-Buenas noches. –Dije después de aclarar mi garganta. –Se me ha pedido que diga unas palabras para brindar por el invitado de honor esta noche, muchos seguro ya lo conocen, su nombre es Marcos. –Un reflector iluminó a mi apenado enamorado, quien ante los nervios y la sorpresa, no pudo evitar estornudar. –Salud. –Le contesté.
-¡Salud! –Dijeron todos y levantaron sus copas y comenzaron a beber.
-¡Esperen, esperen! Aún no digo mi discurso, no brinden todavía. –Los detuve, dios, esos padres sólo buscan una excusa para beber, sin más procedí con lo que tenía que decir. –Todos aquí conocemos el dolor... –Clark no perdió el tiempo y le hizo una video-llamada a Tess, quien algo dudosa contestó, y mientras iba en el auto de Kike, sacó unos audífonos de su bolso y se colocó uno en el oído izquierdo. –y a diario vivimos con el temor de saber que nuestro hijo, nuestra hermana, o la persona que más amamos muera a causa de la enfermedad que padece y sin embargo no podemos mostrarnos débiles, pero como hace falta un apoyo, alguien que nos dé un respiro y nos diga que todo estará bien. Pues, Marcos ha sido el apoyo de muchos, él es quien juga con los niños y les alegra el día, él que siempre tiene una sonrisa y una historia de aliento cuando nos sentimos derrotados, él que probablemente se quedará hoy hasta el final a recoger hasta el último plato. Es por eso que hoy homenajeamos a este grandioso ser humano y le hacemos entrega de este reconocimiento que todos los niños han hecho con mucho cariño. –Todo el mundo le aplaudió a mi novio y lo alentaron a subir al escenario donde le haría entrega del regalo que todos los niños le habían hecho, se trataba de un pequeño paraguas azul decorado con pequeñas lentejuelas doradas. –Permítanme leerles lo que dice, “Aunque la tormenta sea fuerte, sabemos que tu cariño siempre nos protege. Gracias, Marcos.” –Hice entrega del regalo y nos dimos un fuerte abrazo ante el aplauso de todos los presentes, incluso el de Tess que nos veía a la distancia. –Sí, Marcos ha hecho mucho por nosotros pero si de verdad quieren homenajearlo entonces sigan su ejemplo, los pleitos y enojos que tuvimos en el pasado es momento de olvidarlos, no es fácil y aún vendrán cosas peores, pero con esperanza y amor todo tiene una solución. –Lo que a continuación siguió no me lo esperaba, los padres comenzaron a abrazar a sus hijos, algunos entre risas, otros entre lágrimas pero todos llenos de amor. Ante la escena fue inevitable que hasta incluso Tess llorara, sobre todo cuando vio en la pantalla de su teléfono el rostro de Clark, quien le dijo “Te amo”.
-Gracias por este reconocimiento. –Fue el turno de Marcos ara hablar. –La vedad que no me lo esperaba pero fue un bonito regalo, más viniendo de todos los niños y que me lo entregó la persona que más quero en este mundo. Yo no tuve una familia y al verlos así me da un poco de envidia y tristeza, lo admito. Pero ya no me siento solo, estoy rodeado de amor y al final del día eso es más poderoso que cualquier enfermedad, y no olviden que todos somos capaces de superar cualquier cosa. Ahm... ¡salud!
-¡Salud! –Todos brindaron y yo me fui con mi novio a nuestra mesa, pero antes, nos escondimos en un rincón oscuro y nos dimos un tierno y hermoso beso. En ese momento me sentí el hombre más afortunado del mundo.
Tess terminó la llamada con Clark, y limpiado discretamente las lágrimas que aún caían de sus ojos, le pidió a Kike que si la podía llevar de regreso, que ya lo había pensado mejor.
-Lo siento, nena. Tengo órdenes estrictas de llevarte. –Tess intentó abrir la puerta pero no pudo, entonces entendió que estaba siendo secuestrada, Kike, tomó el celular de la chica y lo aventó por la ventanilla de su auto.
El banquete ya había comenzado, y todos ya estábamos degustando de los sabrosos alimentos, algo inquietos porque ni Adam ni Luc habían llegado todavía y no respondían mensajes; en eso, sorpresivamente llegó Dereck, quien estaba todo sudado y agitado, me pidió ayuda, pues al parecer su auto se había ponchado, Clark se ofreció a ayudarlo también pero dijo que conmigo era suficiente, fuimos hasta la calle, y efectivamente estaba su auto estacionado pero no había ningún otro. Me agache para revisar l neumático pero parecía estar bien.
-Oye... –M dijo con un tono de voz un tanto seco y sombrío. -¿Conoces la acupuntura?
-Claro, es la técnica china en la se le producen estímulos al cuerpos a través de la presión en ciertos puntos.
-¿Te acuerdas que hace algún tiempo a t hermana la atacaron? Usaron puntos de presión en el cuello para dejarla inconsciente.
-Ajá. Oye no le veo nada malo al neumático... –Entonces lo entendí, sentí las manos de Dereck oprimiendo mi cuello y antes de que pudiera hacer algo, ya estaba inconsciente.
Las cosas no iban tampoco bien para Luc, ante él había aparecido la persona que menos esperaba ver, el cuerpo del joven comenzó a temblar tanto que hasta sus dientes rechinaban, antes de desmayarse, alcanzó a decir el nombre de su atacante...
-¡¿Mike?!
CONTINUARÁ...