CAPÍTULO 38 – CUANDO NUNCA ES SUFICIENTE
Dicen que para toda causa hay una razón, que el fin justifica los medios, que nunca juzgues a un libro por su portada, entre muchos otros refranes conocidos. Es por eso que para entender las causas de todo, lo primero que hay que hacer es analizar las cosas punto por punto.
27 DE AGOSTO DE 2005 – HACE NUEVE AÑOS.
Hubo entonces un chico, no era muy agraciado físicamente, era flacucho, con acné en la cara, y sus ojos casi ciegos eran ocultos por unos lentes de fondo de botella. Por lo mismo no era muy sociable, la demás gente siempre se burlaba de él, y a pesar de tener 18 años y estar en su primer año de universidad, no se le hacía fácil socializar con sus compañeros de grupo, las únicas personas con quienes hablaba regularmente era sus maestros, quienes lo tenían en muy alta estima, por otra parte siempre se encontraba leyendo un libro o mirando alguna película en su laptop.
Una noche, el joven se había quedado hasta tarde en la universidad, haciendo experimentos de robótica, estaba estudiando la ingeniería mecatrónica, el caso es que sin darse cuenta se había quedado sólo en el lugar; apagó las luces del laboratorio, cerró con la llave que el mismo director le había confiado, y tomó sus cosas para luego salir. Espero un rato junto a la caseta de vigilancia, pero los autobuses ya no pasaban a esa hora, así que caminó un poco hasta llegar a la estación del metro. Sentía un poco de temor, además de que era muy intuitivo y rápidamente se dio cuenta de que dos sujetos lo venían siguiendo, apretó el paso pero uno d ellos se adelantaron y le cerró el camino.
-¡Entréganos tu mochila! –Dijo un sujeto, cuyo rostro iba cubierto por un pasamontañas negro.
-¿Qué les pasa? –Preguntó armándose de valor. –Estas cosas son mías, yo ahorré para comprarme todo mi equipo, no se los voy a dar así tan fácil.
-Mira, niñito. –El otro sujeto enrolló, por detrás, su brazo izquierdo sobre el cuello dl muchacho y le mostró una navaja. –O nos das lo que t pedimos por las buenas, o nos lo das por las malas, es tu decisión.
-Pues... –El muchacho dio un respiro. –Yo no tengo la culpa de que ustedes sean unos estúpidos que no pudieron acabar la primaria y nadie les de trabajo, si en vez de estar embarazando mujeres s hubieran puesto a leer, seguramente no se estarían muriendo de hambre, no es mi deber ayudar a unos vagos que seguramente ni fueron amantados apropiadamente.
-¡ahora sí sacaste boleto chamaco, mi madre me amamantó muy bien! –El chico vio cómo el sujeto que tenía enfrente se preparó para darle un golpe en el abdomen, pero algo ocurrió, el brazo del golpeador se detuvo.
-Como odio a los ladronzuelos que molestan gente inocente. –Apareció otro muchacho, tal vez fue porque casi no se veía bien por la oscuridad o por efecto de las luces de la calle, pero el chico quedó deslumbrado por el guapo joven que llegó en su auxilio, de un movimiento, empujó al atacante contra la pared, rápidamente despojó al otro de la navaja que tenía en la mano, y tomándolo de la cabeza con su gran mano, lo lanzó hacia donde estaba su cómplice, quedando ambos inconscientes. -A ver si así aprenden... –El guapo hombre d cabello rubio dorado, ojos azules, piel tan blanca y fina, que evidentemente era alumno de medicina por la filipina blanca que traía, le dedicó una sonrisa cautivadora al muchacho que hasta hace unos minutos estaba a punto de ser asaltado. –Creo que no te pasó nada, me alega haber llegado a tiempo, qué risa me dio todo lo que les dijiste... por cierto... –Le extendió la mano para saludarlo. –Me llamo Adam, ¿y tú?
-Yo... –El muchacho, algo tímido, lo observó fijamente, y de pronto una sensación de seguridad le invadió el cuerpo entero. –Yo soy Dereck.
19 DE ABRIL 2005 – HACE OCHO AÑOS
Habían pasado ya unos meses desde que Dereck y Adam se conocieron, se habían hecho inseparables amigos y a pesar de no estudiar las mismas carreras, decidieron que las clases que podían llevar juntos así lo harían, una de estas era inglés, materia que no se le facilitaba para nada a Dereck, por esa razón esa tarde se encontraba en el cuarto de la mansión de Adam practicando.
-Repite... –Le decía el rubio al moreno. –That ice cream was the most deliciuos thing she has ever eaten.
-Ok... –Derck tenía muy rígida la lengua y su ponunciación no era la ideal. –Dad I scream... de mus de..li..ciuos think chi jas everiten. –Adam no pudo evitar soltar una carcajada al escuchar a su amigo hablar. -¡No te rías, no todos tuvimos la fortuna de ir a escuelas privadas o viajar al extranjero! Además, el verdadero idioma universal son las matemáticas, no el inglés.
-¿Qué no te gustaría viajar a otros países? La universidad tiene convenios con grandes instituciones en Londres, mi meta es irme a un hospital allá y aprender todo lo que pueda de medicina y regresar con mucho conocimiento para ayudar a... a muchas personas. Vamos. –Adam pasó su dedo pulgar sobre los labios de Dereck. –Tienes que soltar más la lengua, si no sabes inglés, no podrás irte conmigo.
-Adam... –Sin pensarlo dos veces, el moreno se abalanzó a besar los labios de su amigo, el rubio se rehusaba pero Dereck no iba a permitir que se le escapara. Sin dejar de besarlo lo obligó a costarse sobre su cama, metió las manos debajo de la camisa de su tutor de inglés y acarició su pecho, luego desabotonó el pantalón y sintió con su mano el miembro erecto Adam y comenzó a masturbarlo.
-Ahh, qué rico... nunca nadie me... Ahh. –No pasó mucho tiempo hasta que el rubio terminó en la mano de Dereck, quien sensualmente lamió un poco. –Dereck... quieres ser mi...
-¡Hermano! –Se escuchaba la voz de una niña gritar. -¡Hermano, rápido! ¡Se volvió a poner mal! –En ese momento, Adam entró como en trance, rápido se acomodó la ropa y dejó a Dereck solo en su habitación. Afuera, su hermana le estaba hablando.
-¿Qué paso, Lutessa? –Ambos bajaban rápidamente de las escaleras.
-Estábamos en clase de deportes y... –Tess, una niña de 12 años, con coletas rubias a los lados, la cara cubierta de pecas y además unos frenos en su dentadura, parecía la niña de Buscando A Nemo, apareció muy afligida. –Creo que se agitó mucho y le duele el corazón.
-Marcos. –Adam dijo su nombre, mi amado, en ese entonces un niño de 13 años, usando su ropa deportiva, con su cabello castaño alborotado y un sensual rojo sobre sus mejillas, era digno de un anime shota, ¿pero, qué estoy diciendo? –Marcos, ¿estás bien? –Adam checó sus signos vitales y rápido corrió a buscar un estuche con inyecciones y le aplicó al niño una en el antebrazo y lo dejó descansar sobre el sofá. –Tranquilo, Marcos. Te prometo que yo encontraré la cura y te salvaré. –Mientras el universitario le acariciaba los cabellos al infante, desde las sombras, Dereck observaba todo.
03 DE MARZO DE 2012 – HACE TRES AÑOS.
Había pasado un mes desde que Marcos y yo nos habíamos hecho novios, estábamos todo el día juntos, incluso entre clases aprovechábamos para vernos y platicar en el pasillo. Para aquella época había mucha fricción con mis compañeros de equipo de futbol, apenas y me dirigían la palabra, él único que siempre me siguió tratando de la misma manera, fue Mike. Aunque creo que yo no le supe corresponder.
Esa tarde Mike me había pedido que lo acompañara a comprar unas cosas, al parecer quería impresionar a una chica cocinándole un postre, pero le daba pena entrar a la tienda solo, ya que generalmente estaba llena de mujeres que se le quedaban viendo. Le dije que no habría problema y que yo lo acompañaría. Pues así, ya era la hora fijada y Mike se encontraba esperando, de hecho ya llevaba una hora en ese lugar, pero la verdad es que yo lo había dejado plantado.
Lo cierto, es que Marcos me pidió que lo acompañara a la librería, luego pasamos a comprar un helado y perdí la noción del tiempo. Y no sólo eso, me había olvidado completamente del compromiso que había hecho con Mike, tanto así, que sin darme cuenta pasé caminando con Marcos, justo frente a la tienda de repostería, y sin que me diera cuenta Mike me vio, para luego esconderse y llamarme por teléfono.
-Demonios... –Dije viendo mi celular y entregándole mi helado a Marcos. -¿Bueno? ¿Mike? Ahm... –Empecé a fingir voz de enfermo. –Lo que pasa es que me sentí muy mal del estómago, y me tomé unas pastillas que me noquearon, y ya no pude avisarte, de hecho todavía ando medio zombi, ¿te importa que lo hagamos mañana? Ok, sin falta mañana sí te acompaño, gracias por entender, eres un buen amigo. –Colgué sintiéndome muy mal.
-Perdón. –Vi la mirada triste de Marcos. –Si hubiera sabido que tenías un compromiso no hubiera insistido tanto, hasta tuviste que mentir por mi culpa. Incluso por salir apurado hoy en la mañana, olvidé darle propina al cartero, soy de lo peor.
-Tranquilo. –Le revolví el cabello, aunque por dentro me moría de ganas de que nos besáramos por primera vez. –Mike no es de los que se toman tan en serio las cosas, pero mejor ya vámonos, no quiero que por accidente me vea en la calle. Y todo el mundo ignora a los carteros, eso es una ley universal.
Jamás imagine que ese sería un detonante para la conducta futura de Mike, por fuera se veía tan calmado, pero por dentro estaba conteniendo una ira indescriptible.
-¡Hey! –Detrás de Mike apareció Roberto, nuestro pelirrojo y algo molesto compañero de salón. -¿Qué haces aquí tan solito? ¿Por qué tienes ese libro de repostería? Se me hace que se te están pegando las mañas de tu amiguito. –Dijo en tono despectivo y burlón.
-No digas tonterías. –Respondió algo molesto. –Vine a hacer un encargo para mi mamá. Por cierto, ya me di cuenta que nadie del equipo está muy contento con Kyle ahora.
-Sí. –Dio un suspiro. –Kyle era nuestro Brother y todo, pero ahora todo es tan incómodo, ni siquiera me atrevo a cambiarme de ropa si está él cerca.
-Creo que si nadie confía en él, ya no es apto para el puesto de capitán. –Contestó Mike tajantemente, y con una mirada muy fría.
-Supongo, pero creo que deberíamos hablar primero con él...
-Reúne firmas de todos los que quieran sacar a Kyle del equipo, se hará la voluntad de todos.
-Bueno... –Roberto se sintió algo intimidado, pero como ya saben, al final todos firmaron y dejé de ser capitán, al menos por un breve tiempo.
02 DE DICIEMBRE DE 2013 – HACE UN AÑO CUATRO MESES
La historia se sitúa ahora en la ciudad de Londres, donde dos colegas de trabajo rentaban un departamento, en pocas palabras Adam y Dereck vivían juntos, o so era hasta ese día.
-Oye, no adivinarás a quién vi en McDonald’s. –Dereck entró a su departamento decorado minimalistamente y con elegantes sofás blancos cargando una bolsa con hamburguesas, pero lo que él no hubiera adivinado jamás, era lo que estaba a punto de pasar, pues encontró a su rubio compañero, con maletas en mano a punto de salir. –Espera... ¿Y esas maletas?
-Dereck, ¿cómo te digo? –Adam sólo se encogía de hombros mientras dejaba en una mesa un pedazo de papel y un lápiz, aparentemente estaba a punto d escribir una nota para su fugaz despedida. –Tengo que regresar, Lutessa me acaba de informar que Marcos lleva un año en coma, no puedo segur acá. –Dereck estaba furioso por dentro, pero a lo largo del tiempo que llevaba al lado de ese hombre había aprendido a enmascarar su sufrimiento.
-¿Y tu trabajo? ¿Qué no estabas en medio de un importante proceso de investigación?
-Renuncié, pero ya conseguí trabajo como doctor en el hospital en el que hice mis prácticas.
-Vaya, pero si ya tenías todo bien pensado, imagino que todo este proceso no comenzó ayer. –Adam agachó la cabeza y se dispuso a salir sin más, pero Dereck se interpuso en la puerta. –Sólo tengo una pregunta más, ¿Qué hay de mí? Todavía me quedan al menos tres años de mi investigación en robótica, además me dejas la renta de este departamento a mí solo.
-Pero, si tú eres el que más dinero gana, pagar este departamento no te será difícil, y si quieres, nos vemos allá en tres años, pero ahora me tengo que ir, sabes bien lo que significa Marcos para mí.
-Bueno... ¿Quién soy yo para interferir entre el amor verdadero? –Dereck se quitó de la puerta y le ofreció su mano a su amigo además de una sonrisa por demás falsa. –Buen viaje.
El científico escuchó la puerta cerrarse detrás de él, en completo silencio fue a sentarse a su elegante comedor de madera fina, en completa tranquilidad abrió la bolsa de comida, desenvolvió su hamburguesa y le dio una pequeña mordida, era extraño pero mientas masticaba, sentía como si su propio corazón se estuviera triturando, sin poderlo controlar, una lágrima cayó rápidamente por su mejilla izquierda, con manos temblorosas volvió a levantar su hamburguesa pero antes de poder engullir un poco más, una mancha de salsa de tomate se formó sobre su inmaculada bata blanca. Fue entonces que no pudo seguir controlando sus emociones. Dio un grito de furia y lanzó lo que quedaba de la hamburguesa contra la pared, misma que dejó una mancha mientras se deslizaba hacia el suelo; posteriormente comenzó a lanzar los floreros que habría sobre el comedor, empujó las sillas, los muebles, arrancó el papel tapiz, todo esto mientras en su interior pensaba lo infeliz que era desde que había conocido a Adam, hubiera preferido seguir siendo l chico en las sombras sin amigos y que lo hubieran asaltado esa noche a sentir el dolor que ahora estaba sufriendo. Sólo dejó d destruir cosas cuando le faltó el aliento, se dejó caer al suelo mientas que con su mano derecha s oprimía el pecho, tal vez un infarto era el final perfecto para ese día, después de todo ya no necesitaba su corazón, sin poder seguir pensando en más cosas, se desmayó en la soledad de su apartamento.
Dereck despertó acostado en su cama, ahora llevaba puesta su piyama, por un lago minuto no recordó lo que había sucedido previamente, pero luego de ese tiempo, el dolor volvió a su cuerpo, y comenzó a llorar. Fue entonces que escuchó unos pasos acercarse a la habitación. “Adam, volvió”, pensó, “En realdad si me quiere”. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando otro sujeto, cuya identidad desconocía, apareció. Era un hombre vestido con un traje sastre de un color tan blanco, que parecía un color que hasta ese día no había conocido, el cabello del hombre era gris, pero no era un viejo, su edad debía estar oscilando entre los 25 y 27 años, sus ojos eran extraños, eran color rojo.
-¿Quién eres tú? –Preguntó Dereck, aún en estado de shock, por un momento pensó que luego de haber llorado tanto había logrado llegar al País de las Maravillas y ante él estaba el Conejo Blanco.
-Tranquilo. –Le dijo. Su voz aunque grave, había logrado transmitir un tono de calidez que el chico jamás había escuchado y como acto seguido, lo abrazó y le dio un beso en la mejilla. –Ya estoy contigo.
01 DE AGOSTO 2014 – HACE 8 MESES
Esto sucede poco antes de que Luc pensara que había matado a Mike, pues verán, Luc, a pesar de ser un chico tímido y recatado, tenía dos pretendientes detrás de él, uno era su mejor amigo, Jake, era su compañero en la prepa y ahora en la universidad ambos rentaban un departamento juntos, y el otro era mi buen amigo Mike, resulta que ellos se conocían desde niños pero por asares del destino, de alguna u otra forma siempre terminaban separados.
Mike tenía un problema, él se sentía muy solo, ¿y qué hacía para dejar de sentir esto? Bueno, pues él se acostaba con alguien. Mujeres, hombres, él no discriminaba, sólo quería sentirse necesitado por alguien. Claro que la mayoría no comprendía esto, quedó muy claro cuando fue expulsado de nuestro círculo luego de que se acostara con Fe. Como no era muy bueno escondiendo sus deslices, eventualmente Luc lo descubrió; dejó de responder sus llamadas y pues hizo todo lo posible por dejar de verlo, Mike había herido a la única persona que siempre creyó en él, y lo peor de todo, es qué él se creía la victima del asunto.
La noche de ese día, Mike se encontraba bebiendo en un bar, últimamente ahí se la pasaba, había descuidado sus estudios, así como la vida tan saludable que llevó desde joven, incluso había llegado a probar drogas como “Poppers” mientras tenía sexo, como dije, todo esto para olvidar su, según él, excesiva soledad y traición de sus amigos. Junto a él, se sentó un hombre, era la misma persona que hace algunos meses había visitado a Dereck en Londres, el hombre de saco blanco, cabello gris y ojos rojos.
-Buenas noches. –Le dijo el hombre, tendiéndole la mano a mi amigo, pero este no le respondió. –Qué encantador, bueno he venido aquí luego de observar tu situación para hacerte una propuesta.
-Veo qu ya te enteraste. –Dijo Mike con una voz alcoholizada y ronca. –Sí, dejo que me la chupes un rato pero si me das una buena cantidad de dinero.
-Se me hace agua la boca. –Contestó el conejo con un evidente tono sarcástico. –Pero lo que he venido a ofrecerte nada tiene que ver con los placeres de la carne. Y me dado cuenta de tu problema. Eres un estúpido. –Mike se comenzaba a molestar. –Sí, sí, te lo digo en serio. Perdiste a tus amigos, a una buena chica, y a un chico que hubiera dado la vida por ti. Pero para tu suerte, seré el cerebro para tu espantapájaros.
-¡Déjate de tonterías!
-¿No lo ves? –El conejo se mostró más emocionado. –Yo voy a hacer que todos ellos te amen, no volverás a sentirte solo.
-¿Y cómo harás eso? –Le había dado al punto clave de la psique de Mike.
-Pues... –Sonrió maliciosamente. –Vas a morir.
AHORA
Luego de haber pasado más de una hora en la fiesta, Marcos se preocupó por mi desaparición, salió a buscarme pero no me encontraba ni a mí ni a Dereck, todos decidieron volver a la mansión, fue cuando encontraron a Sebastián desmayado.
-Oye, amigo. –Karo sacudió a Sebastián hasta que logró despertarlo. -¿Qué paso? ¿Qué haces aquí desmayado? ¿Dónde está Luc? ¿Cuándo saldrá la tercera temporada de Junjou Romántica? ¡Habla por el amor de Dios!
-Ahm. –Sebastián intentaba incorporarse, para ir respondiendo una a una las preguntas de mi hermana. –Pues, llegó un tipo medio loco, me golpeó, luego se lo llevó y... ¡NUNCA SALDRÁ! –Karo lanzó un grito de terror al escuchar la última respuesta, pero Fe la consoló diciéndole que había leído en un blog que seguramente la temporada saldría en verano de este año y que contaría con 12 episodios.
-¿Recuerdas algo del sujeto que te atacó? –Preguntó Clark, ayudando al antes desmayado.
-Pues... no l vi bien, pero creo haber escuchado a Luc decir su nombre, creo que se llamaba Mike. –De pronto todos nos quedamos callados, excepto por Fe.
-¿Es el Mike con quién yo...? Ahm... Qué raro, yo me lo encontré en vuelo que tomé para regresar, luego que salí de rehabilitación.
-¿Recuerdas algo en particular? –Preguntó Marcos. –Seguramente también se llevó a Kyle y a Dereck.
-Dereck fue el chico que llegó a la fiesta, ¿verdad? –La chica puso su mente a recordar. -¡Él iba con Mike en el avión! Sí, lo recuerdo bien porque pensé que se había vuelto un muerde almohadas, además otra cosa pasó, durante el viaje un sujeto vestido de traje blanco se acercó a hablar conmigo pero no le hice mucho caso porque intentaba pasar de nivel en Candy Crush, sé que ya pasó de moda pero pues no tenía otra cosa que hacer, me dijo algo de unirme a un grupo o algo así, como no le hacía caso me dejó su tarjeta y se fue. –Fe comenzó a buscar algo en su bolso hasta que sacó una tarjeta, misma que entregó a Clark.
-Tiene la dirección de la casa a la que fuimos cuando todo esto empezó. –En eso Marcos se subió al auto de Sebastián y se puso detrás del volante, pasando al dueño al lado del copiloto. -¿Marcos, qué planeas hacer?
-¡Voy a ir a esa mansión otra vez! – Dijo con determinación mientras Karo y Fe se subían atrás. -¡Voy a salvar a Kyle y acabaré con esto de una vez por todas!
CONTINUARÁ...