Llego el momento del último torneo de soccer juvenil, este no se realizaría en nuestra ciudad y tendría la duración de cuatro días, tres de partidos y uno más de premiación; esa mañana me despedí de mis padres quienes me desearon mucha suerte en el juego, mi madre preparó emparedados para mí y para Marcos. Estaba emocionado, ya lo tenía todo planeado en mi mente, sentarnos juntos en el autobús, reír y comer los emparedados, luego él se quedaría dormido sobre mi hombro y yo lo abrazaría tiernamente para quedarme dormido a su lado, lograría anotar el gol de la victoria y el me recibiría con un beso para celebrar nuestro éxito, y finalmente durante la noche, juntos en nuestro cuarto de hotel haríamos... el simple hecho de pensar en eso hacía que mi cara se ruborizara tanto que mi rostro parecía un tomate radioactivo.
Fantaseando todo el camino hasta la escuela, donde ya estaban todos mis compañeros de equipo reunidos, los saludé de mano, estuvimos un rato charlando y bromeando y en eso recibí un mensaje de mi novio que decía... “Amor lo siento, pero no podré ir contigo en el autobús, tengo una cita con el médico, Tess se encargará de llevarme, te veo allá. Te amo.”, mi primer fantasía había sido echada a perder, al menos aun podía sentarme junto a mi amigo Mike, eso haría más ameno el viaje, pero cuando lo encontré, él ya estaba dormido en el autobús y el asiento a su lado ya estaba ocupado, de hecho la mayoría estaban ocupados y me tuve que ir a sentar hasta atrás al lado del baño; todos parecían divertirse, si bien era cierto que me había alejado un poco de ellos desde que inicié mi noviazgo con Marcos peor no era razón para que todos me ignoraran así. Empecé a comer con enojo mis emparedados y le ofrecí uno a Hugo, un compañero que iba sentado al lado de mí, quizá podría divertirme y conocerlo mejor, pero Hugo sólo se sobó su panza y corrió al baño y durante todo el viaje “aromatizó” mi lugar con los gases tóxicos que expulsaba de su cuerpo.
Cuando finalmente llegamos, salí huyendo del autobús para poder disfrutar del precioso aire puro del lugar. Una vez hube recuperado el aliento, una mano suavemente me tocó el hombro.
-¿Te encuentras bien amor? –Era Marcos quien ya había llegado al lugar. Detrás de él estaba Tess y por alguna extraña razón mi hermana estaba con ellos.
-Hola Kyle... ¿A qué no te esperabas verme? –Tanto mi hermana como Tess traían puesto un uniforme de porristas que a decir verdad no dejaba mucho a la imaginación, lo que hizo que mis compañeros les empezaran a chiflar y a gritar piropos. -¡Gracias chicos, que lindos son! –Los saludó aventándoles besos y levantándose un poco la falda.
-¿Se puede saber a qué viniste? –Le pregunté a mi hermana mientras abrazaba por detrás a mi novio.
-¡Vinimos a apoyarlos! –Sacó sus pompones y empezó a decir porras con rimas tontas.
-Lástima que apoyemos a un equipo con un capitán mediocre. –Tess comenzó a caminar contoneándose provocativamente ante la mirada de todos los chicos de las diferentes escuelas que ya estaban ahí. –Vamos Karo, necesitamos registrarnos, tenemos que conseguir una buena habitación que no haya sido ocupada por estos primates asquerosos. –Y así se fueron las dos chicas, pues como no eran parte del equipo, no tenían habitación reservada.
-Las veremos en un momento para que comamos juntos. –Las despedía Marcos ondeando su mano izquierda.
Fuimos donde el entrenador para que nos indicara cuál sería nuestra habitación, estaba seguro que a mi me tocaría con Marcos, ya me imaginaba estar acostado en la cama, abrazando su delicado cuerpo desnudo.
-Bien... Kyle... –Tomé fuerte la mano de mi novio. –A usted le toca en la habitación 313... –Me preparé para correr a toda velocidad con él. –con el joven Marcos. –Ni bien escuché su nombre salí corriendo junto con mi novio hacia la habitación indicada por el entrenador; abrí la puerta del cuarto y recosté a Marcos bocarriba y comencé a besarlo apasionadamente en los labios.
-Me gustas mucho Kyle... –Me susurraba al oído mientras acariciaba mi espalda. -¿De verdad estamos listos para esto?
-Yo lo deseo más que nada en este mundo... –Mi voz se entrecortaba debido a lo agitado de mi respiración. –Quiero hacer el amor contigo. –Ambos suspiramos y comenzamos a acariciar por completo nuestros cuerpos, pero por desgracia fuimos horriblemente interrumpidos en nuestro acto.
-¡No puedo creer que ya no tengan suites! –Entró Tess abriendo abruptamente la puerta de la habitación, seguida por mi hermana; ambas se nos quedaron viendo fijamente al ver la lujuriosa escena que estábamos realizando.
-Hola chicas. –Las saludó Marcos mientras quitaba su mano derecha de mi glúteo, Karo no pudo responder pues cayó desmayada producto del fuerte sangrado nasal que sufrió al vernos.
-Pediré que cambien las sabanas. –Tess arrojó su bolso a una de las camas y sentó emitiendo un suspiró de decepción.
-¿Se puede saber que hacen ustedes dos aquí? –Jamás en la vida me había sentido tan frustrado, creo que hasta me dolía la entrepierna; mi hermana se levantó y secó su sangre con un pañuelo que mi novio le alcanzó, y nos explicó que el hotel se había quedado sin habitaciones y las habían mandado a esta. -¿Entonces compartiremos camas?
-Yo no comparto camas. –Tess se quitó la blusa y quedó sólo con su sujetador de encaje carmín. –Yo dormiré en una cama, Karo dormirá en la otra, y los amables caballeros dormirán en el suelo. –Se quitó la falda y quedaron al descubierto sus pantis de encaje que hacían juego con su sujetador y comenzó a caminar despreocupadamente hacia el baño. –Estaré un rato en la tina a ver si se me pasa el mal humor.
Luego de desempacar nuestras cosas y que Tess saliera del baño, una hora después, los demás pudimos entrar y refrescarnos un poco, decidimos salir a dar la vuelta por la ciudad ya que durante los próximos días estaríamos ocupados con el torneo de soccer. Bajamos a la recepción, vestidos con shorts caqui, camisas a cuadros y lentes oscuros, realmente parecíamos unos verdaderos turistas; incluso traíamos una cámara fotográfica y aprovechamos para tomarnos unas cuantas fotos cerca de una elegante fuente que había cerca de ahí, incluso mi amigo Mike se había unido a nosotros y era victima de todas las ocurrencias de mi hermana, lo hacía posar de maneras un poco subidas de tono, pero el hacía todo lo que le decía siempre y cuando le pagara con galletas de chispas de chocolate; verdaderamente aunque no habíamos ni salido del hotel la estábamos pasando muy bien y nuestras escandalosas risas inundaban por completo el lugar.
-¿Podrían callarse? –Se paró frente a nosotros un tipo alto, cabello negro y gafas oscuras, vestía el uniforme de una de las escuelas a la que probablemente nos enfrentaríamos en el mini-torneo. –Algunos intentamos relajarnos; ya no son niños deberían entender.
-Perdón, no quisimos molestar. –Marcos intercedió por todos y se disculpó mostrando sincero arrepentimiento y luego le dedicó al joven una sincera y cálida sonrisa que lo hizo sonrojar. –Te prometemos que ya no haremos ruido.
-Parece que en su escuela también hay cosas buenas. –Karo se sonrojó pensando que hablaba de ella y le extendió la mano para que se la besara, pero el chico la ignoró por completo y tomó la mano de Marcos para besársela provocando el asombro de todos los presentes. –Me llamo Ricardo. Desearía conocer su nombre, si me lo permite.
-Yo soy... –pero antes de que pudiera decidir algo yo lo interrumpí.
-¡Es mi novio! –Le arrebaté la mano de Marcos y la tomé yo, para luego envolverle el cuello con mi brazo derecho, para indicarle al tipo que no le estaba mintiendo. –Si nos disculpas, vamos a salir a caminar un rato.
-Por supuesto. –Se apartó para dejarnos pasar. –Tal vez nos veamos en otra ocasión Marcos. –Mi novio sólo le sonrió amablemente y todos nos dirigimos a pasear como ya habíamos planeado.
Tess compraba todo lo que veía en frente, ropa, zapatos, accesorios, nada era suficiente para ella; mi hermana por su parte encontró una tienda de manga y anime y compró toneladas de series Yaoi que no había podido ver debido a la caída de Megaupload; Mike compraba pequeños recuerdos para sus padres y hermanos, en realidad él es un tipo sencillo y no gasta mucho dinero en excentricidades.
-¿Estás bien? –Me preguntó mi novio mientras nos alejábamos un poco dejando a Mike solo con las dos locas compradoras. –Te siento algo distante, ¿estás enojado?
-No... –hice una mueca y luego volteé a verlo. –Es ese tipo Ricardo, si lo ves en el hotel no quiero que te acerques a él.
-No entiendo por qué. Si no te conociera bien diría que estás celoso.
-¿Celoso, yo? Por favor, obvio no estoy celoso. –Mentí, por dentro los celos me revolvían el estómago, por un momento sentí una horrible inseguridad dentro de mí, la simple idea de pensar que Marcos pueda estar con otro chico me hacía enfurecer horriblemente; pero como buen hombre que soy decidí ocultar mis sentimientos y sólo me acerqué a él y le di un tierno beso en sus delicados labios. -¿Ahora me crees?
-Desearía que me dijeras lo que de verdad piensas, pero es obvio que no confías tanto en mí cómo para decirme lo que pasa por tu mente. –Creí que había hecho lo correcto, pero en vez de tenerlo contento, se molestó y me dejó ahí solo para irse con Mike y las dos locas.
Regresamos al hotel, ya era de noche, el profesor nos reunió a todos para pasarnos lista y nos pidió que no saliéramos ya y de ser posible nos acostáramos a dormir pues mañana sería un día muy importante para nosotros como equipo; nadie hizo caso a esto, algunos se metieron a la piscina, y otros se fueron a su habitación a disfrutar de los canales porno gratis. Marcos y yo apenas y hablábamos, tal vez mi actitud lo había molestado, lo vi caminar y alejarse como perdido mientras yo remojaba mis pies en la fresca agua de la alberca; me quedé pensando en la manera de disculparme cuando un golpe en mi cabeza me sacó de concentración.
-¡Eres un verdadero estúpido! –Se trataba de Tess, quien me golpeó con su bolso, estaba vistiendo un revelador traje de baño de dos piezas, lista para meterse a la alberca, pero en sus palabras y gestos noté que estaba preocupada pero sobretodo molesta. -¿Qué le hiciste a Marcos? Sabía que un troglodita como tú terminaría por hacerlo sufrir. –Yo no respondía, sólo aceptaba los golpes que la pelirroja me propiciaba. -¿Es por el chico ese, Ricardo, verdad?
-Supongo... –Fue lo único que dije para luego emitir un triste suspiro de frustración.
-Pues ve y aclara las cosas con él. –No podía creer que Tess me estuviera diciendo eso. –Dile a Marcos lo que sientes y arreglen todo de una buena vez. –Seguí el consejo de esta bipolar chica, y salía corriendo descalzo para encontrar a mi novio decidido a arreglar las cosas con él, seguí el camino por el que lo había visto y en un rincón oscuro del hotel, pude ver a lo lejos a Marcos, entre los brazos de Ricardo quien le estaba dando un beso en los labios.
CONTINUARÁ...