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La ciencia detrás del amor por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! El día de hoy les traigo un nuevo oneshot que escribí para un concurso en el grupo sasunaru de Facebook (Kyuu: Esto se le ocurrió bajo presión y lo escribió en unas pocas horas ¬¬), pero por supuesto tenía que compartirlo con mis amados lectores de esta página XD Lo que está en letra cursiva son fragmentos de un artículo que leí en un periódico y del cual saqué la idea para este fic (Kyuu: Por cierto, su nombre era igual que el título de este oneshot). Espero que les guste, como siempre ya saben que recibiré sus comentarios con pedradas, saludos, jitomatazos, flores, cebollazos, pedradas, golpes, amenazas y demás. Por cierto, como lo prometí por Facebook, ¡escribí una nueva mini historia de la saga de Hacia nuestro futuro y Nuestro futuro! En total van a ser cuatro, y la del día de hoy tiene como protagonistas a Fumiya y Kazuomi *o* Aquí tienen el link: http://higary-infoyaoifics.blogspot.com/2012/03/nuevas-cosas-xd.htmlLa próxima semana les traigo el capítulo 2 de Cómo librarte de un ex novio, así que sin más pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Kishimoto-sensei. La loca situación en la que los presento hoy fue basada en un reportaje que leí en un periódico.

LA CIENCIA DETRÁS DEL AMOR

 

Desde la infancia, el cerebro crea un mapa mental con las características que espera tenga una posible pareja.

 

Uzumaki Naruto se encontraba saliendo de su clase de Literatura. No tenía idea de qué le había ocurrido a su profesor, Hatake Kakashi, quien tuvo la “grandiosa” idea (nótese el sarcasmo) de encargar a sus alumnos que hicieran una lista con las características que debería tener una persona para que se enamoraran de ella y después debían analizarla y escribir un reporte sobre el por qué de dichas cualidades.

 

El rubio llegó a la cafetería de la preparatoria y tomó asiento, suspirando. Sacó una arrugada hoja de papel y se dispuso a comenzar la tarea. Al mal paso darle prisa y cuanto antes terminara aquello, mejor.

 

La persona ideal para Uzumaki Naruto:

1. Debe ser amable.

2. Tener simpatía y gracia.

3. Saber escuchar y aconsejar.

4. Ser inteligente, tanto en la escuela como en la vida diaria.

5. Responsable, pero entender cuándo hay que dar prioridades.

6. Dulce, sin llegar a ser cursi.

 

Se rascó la cabeza mientras seguía analizando su lista. La verdad es que no se le ocurrieron más cosas, no sabía mucho acerca del amor; jamás lo había experimentado. O por lo menos eso suponía.

 

Uchiha Sasuke también deambulaba por la preparatoria. Se sentía frustrado por la ridícula tarea que su loco profesor de Literatura les encargó, sinceramente no entendía qué cosa buena podría obtener de aquella hoja que traía en sus manos. Encontró una pequeña banca y tomó asiento al tiempo que bufaba y maldecía interiormente a Kakashi. Mejor comenzar con la tortura de una vez.

 

Características de una posible pareja:

1. Sinceridad ante todo.

2. Alegre.

3. Amable.

4. Leal.

5. Que sea una persona expresiva.

6. Lindos ojos y linda sonrisa.

 

Sasuke arrugó el ceño al terminar de leer. La verdad es que no tenía idea de dónde sacó eso último, pero cuando llenó la hoja en clase, no pudo evitar escribirlo.

 

Cuando una persona llena ese mapa (o la mayor parte) se dispara una alarma y se envía la orden de producir ciertas hormonas.

 

Naruto seguía martirizándose con su tarea cuando escuchó que una dulce vocecita lo llamaba.

-N-Naruto-kun…

El rubio alzó la mirada para encontrarse con Hyuuga Hinata, una tímida, dulce y amable chica que estaba en su clase. Por alguna razón Hinata siempre se sonrojaba cuando lo veía, pero él lo sumaba al hecho de que ella era bastante introvertida.

-Hola, Hinata. ¿Quieres sentarte?

-D-De acuerdo.

Sonrojada totalmente, la chica tomó asiento frente a él. No podía evitar contemplar las facciones de su compañero; era alguien único y maravilloso.

-¿E-Estás haciendo la tarea para la c-clase de Kakashi-sensei?

-Sí, es más complicado de lo que creí.

 

En ese momento Sasuke también ingresó a la cafetería. De inmediato sus ojos captaron una cabellera rubia sumamente conocida y frunció el ceño cuando lo vio en compañía de una chica. Él no era tonto, sabía perfectamente que Hinata estaba tras los huesitos de su amigo y la idea no le gustaba en lo más mínimo. Ni él mismo sabía bien por qué, sólo estaba seguro de que no quería que ella le arrebatara la compañía de Naruto.

-Hey, dobe –le dio un ligero golpe en la cabeza

-Ah, teme –sonrió-, ¿dónde estabas?

-Por ahí.

Sin esperar invitación se sentó junto al rubio y le lanzó una mirada severa a la Hyuuga, quien se sintió atemorizada, aunque trató de ocultarlo. Ella quería estar un poco más de tiempo en compañía de Naruto.

 

La primera de estas hormonas es la adrenalina; por eso, al ver a la persona que nos gusta se acelera nuestro ritmo cardíaco, aumenta la presión sanguínea, aumenta la oxigenación porque se liberan más glóbulos rojos, se liberan grasas y azúcares para incrementar la energía.

 

Los dos chicos se pusieron a platicar, olvidándose totalmente (o al menos en el caso de Naruto) de la presencia de Hinata quien, incómoda, supo que sólo estorbaba ahí, de modo que se puso de pie.

-¿Eh? Hinata, ¿ya te vas? –preguntó el rubio

-S-Sí, tengo muchas cosas que hacer.

-Adiós –le dijo Sasuke con mala intención

La joven se sintió un poco ofendida por la actitud de Sasuke, pero tampoco era algo que le extrañara. No sabía por qué, pero jamás había sido del agrado del Uchiha, aunque él se esforzara en disimularlo, sobre todo en presencia de Naruto.

-Entonces nos vemos mañana –le sonrió el de ojos azules

Ella, con la cara roja, asintió y se fue rápido porque le asustó la mirada asesina que Sasuke le dedicó.

-Realmente eres un usuratonkachi –lo golpeó en la cabeza

-Auch, me dolió. ¿Y por qué me dices así, teme?

-Porque lo eres, además de torpe e ingenuo.

-¡Ya no molestes y mejor déjame seguir haciendo la tarea que encargó Kakashi-sensei!

Sasuke sonrió de medio lado y decidió dejar de molestarlo por un rato. A decir verdad le alegraba que su amigo fuera así, de esa forma nunca se daría cuenta de las intenciones de Hinata para con él.

 

Cuando alguien está enamorado presenta algunos rasgos característicos: mirada luminosa, la piel del rostro se tensa y se reducen las ojeras, se contrae el abdomen, se tiene postura más derecha.

 

Luego de un rato sin ideas, Naruto decidió que mejor se fueran a casa. Ambos vivían  por el mismo vecindario, razón por la que iban y venían de clases juntos todos los días, ya era una costumbre.

-Odio a Kakashi-sensei –murmuraba el rubio-. ¿Cómo rayos se le ocurrió dejar ese reporte sobre la pareja que nos gustaría?

-Hum… ¿Acaso no conoces a alguien que llene las cualidades de tu absurda lista?

-¡Mi lista no es absurda! –se puso pensativo- Mmm… ahora que lo mencionas… déjame analizar…

El moreno frunció un poco el ceño. Odiaba aceptarlo, pero a su parecer, Hyuuga Hinata tenía varias de las características que Naruto había escrito.

-La verdad es que escribí lo primero que se me ocurrió –sonrió, rascándose la cabeza en gesto apenado-. No creo que haya una persona cien por ciento perfecta, pero el simple hecho de encontrar a alguien a quien amar es increíble, ¿no lo crees, Sasuke?

-… Sí, eres un dobe, Naruto.

-¡Cállate, bastardo!

-No hagas berrinches. ¿Qué tal si pasamos a comprar ramen en Ichiraku para comerlo en casa?

-¿En serio? –lo vio asentir- ¡Claro! ¡El ramen en lo mejor del mundo!

Sasuke desvió la cara con vergüenza, pero sonrió al verlo tan feliz. Por mal que se escuchara tenía que admitirlo (sólo mentalmente), ese rubio tenía la sonrisa más radiante y los ojos más puros que jamás había visto. Naruto era muy sencillo, así como se enojaba, podías hacerlo feliz con pequeñas acciones. Por eso lo valoraba tanto; encontrar a otra persona así le parecía imposible. De modo que perderlo no era una opción.

 

Al enamorarse una persona, el cerebro se inunda con feniletilamina, un compuesto que estimula la producción de otras sustancias como la oxitocina, que reduce el cansancio y produce la sensación de deseo, y la dopamina, que nos hace repetir las acciones placenteras.

 

Ambos ya se encontraban en Ichiraku, el pequeño puesto de ramen favorito de Naruto. El dueño conocía al rubio desde años atrás, era uno de sus clientes habituales, por lo que siempre lo alegraba verlo, sobre todo cuando iba en compañía de Sasuke. Era muy gracioso ver a esos dos adolescentes discutir puras tonterías.

-Ya te dije que no, dobe.

-¿Por qué no, teme? ¡A mí no se me ocurre nada! Tal vez sea más fácil si yo escribo tu reporte y tú haces el mío. A ver, ¿quién mejor para analizar qué tipo de persona es tu pareja ideal que tu mejor amigo?

-¿Ah, sí? –lo miró con burla- ¿Entonces qué opinarías si te emparejo con alguien como Rock Lee?

-¡Olvídalo! –se horrorizó- Lee me cae bien, pero es algo… bueno, muy extraño.

-Se entienden bien, tal vez harían buena pareja.

-Grr –se le ocurrió una fantástica venganza-… En ese caso yo te podría emparejar con Gaara. Son igual de serios, seguro que se entenderían.

-¡Primero muerto! ¡Sabes de sobra que no soporto a ése maldito pelirrojo!

-Nunca he entendido por qué. Gaara es un poco antisocial, pero cuando lo conoces a fondo es una persona increíble –añadió, sonriendo

Sasuke bufó con fastidio. En realidad la razón principal se debía a que cuando Gaara se encontraba cerca, el rubio le dedicaba mucha atención, cosa que molestaba de sobremanera al Uchiha.

 

Por su parte, Naruto observaba fijamente al moreno. Sabía que era parte de su carácter, pero no le gustaba que se molestara tanto ni que tratara de alzar una barrera entre él y la demás gente. Desde que lo conoció se propuso hacer más alegre a ese bastardo. Muy pocos se daban cuenta, pero el rubio poco a poco lo había vuelto más accesible, aunque no era de extrañar. Naruto sabía muy bien que en el fondo su amigo era alguien de verdad amable.

-Oye, Sasuke –llamó-, ya que vinimos por ramen, ¿qué te parece si pasamos al supermercado a comprar tomates? Si vamos a comer mi alimento favorito, es justo que tú también disfrutes del tuyo.

-…  ¿Seguro? Todo el tiempo te quejas porque me gustan los tomates.

-Bueno, ya me hice a la idea de que es algo que siempre disfrutarás, por eso mejor me resigné.

-Muy gracioso, usuratonkachi. Pero me parece bien –le desordenó el cabello y sonrió-. Gracias.

-Aquí está su pedido, chicos –llegó el dueño trayendo una bolsa

Sasuke sacó su billetera para pagar la cuenta. En cambio el rubio tenía la cabeza gacha y las mejillas ligeramente rojas. Inconscientemente llevó una mano a la cabeza para palpar la zona que el azabache tocó. Eran escasos, pero le encantaba cuando su amigo tenía esos gestos tan dulces para con él. Y además su sonrisa sincera… Aunque se pudiera malinterpretar, la verdad es que a Naruto le gustaba mucho cuando sonreía sin ninguna señal de burla o presunción. Él haría cualquier cosa para hacerlo sonreír así más a menudo.

 

En el cerebro se activan áreas que generalmente producen sensaciones de euforia. También se desactivan otras encargadas de realizar juicios sociales; por eso decimos que el amor es ciego.

 

-Hubiera sido más fácil si Kakashi-sensei nos hubiese encargado una lista con las cosas que no nos gustarían en nuestra pareja –comentaba Naruto mientras se dirigían a la estación del metro

-¿Y qué hubieras escrito, usuratonkachi?

-Que no fuera una persona arrogante, presumida, de mal genio y que disfruta molestando a los demás, sobre todo a mí –añadió con burla

El ojinegro se molestó y lo miró de forma asesina.

-Vaya, en ese caso yo hubiera escrito que mi pareja no debe ser berrinchuda, perezosa, que habla sin parar, torpe y con una insana adicción al ramen.

-¡Cállate, señor de los tomates!

-¡Fuiste tú el que empezó! ¡Y no me llames así!

Iban tan sumidos en su alegato y no analizaron que acababan de mencionar los defectos del otro y que a pesar de ellos, ambos seguían juntos y ninguno tenía la intención de terminar con su amistad. Y que al contrario de lo que pensaban, era precisamente por esos defectos que tenían una relación tan estrecha.

 

Durante el periodo de enamoramiento se van creando lazos afectivos. Acciones agradables como besar, acariciar o abrazar estimulan la producción de endorfina, la cual genera la sensación de apego. Esta sería la hormona de las relaciones duraderas.

 

Finalmente abordaron el metro, sin embargo como era la hora pico, iba abarrotado de gente. A ambos chicos les costaba mucho trabajo moverse, además de que las personas a su alrededor estaban tan apretujadas que los aplastaban un poco, sobre todo a Naruto.

-Tienes que conseguirte un auto, Sasuke. De esa manera nos ahorraremos esta tortura.

-¿Y quién te dijo que cuando tenga auto te dejaré subir en él?

-¡¿Qué?!

-Era una broma, dobe. No te enfades.

-Si me pudiera mover libremente, ¡ya te habría dado un puñetazo!

-Pero no puedes, así que mejor quédate con las ganas.

-Hum –miró a su alrededor-. Es por situaciones así que los casos de acoso sexual en el metro han aumentado.

-¿Acaso me estás proponiendo que te meta mano?

-¡Ni en tus sueños, bastardo!

El metro viró con brusquedad y Naruto se soltó, sin embargo Sasuke lo sostuvo con su cuerpo para que no se cayera. Ahora el rubio (con las mejillas sonrojadas) estaba completamente pegado al cuerpo de su amigo.

-¿Estás bien, dobe?

-Sí…

-Mejor agárrate a mí, nos sostendré a ambos. No vaya a ser que termines en garras de algún pervertido.

-Idiota –murmuró apoyándose en su pecho, sólo alzó la mirada para sonreírle-. Gracias, Sasuke.

-De nada –le sonrió también-, Naruto.

 

Al día siguiente Kakashi se encontraba en la sala de profesores leyendo los reportes de sus alumnos. Algunos eran bastante cursis y surrealistas (sobre todo los de las chicas), otros muy superficiales (principalmente chicos), pero hubo dos en particular que llamaron su atención. Estaban escritos con distintas palabras, pero su significado final era el mismo: la pareja ideal no puede ser sólo un listado de virtudes, también debe tener defectos. Y lo único realmente importante es que esa persona estuviera siempre ahí en las buenas y malas sin esperar nada a cambio. Sólo por la sencilla razón de estar juntos.

-Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto –leyó los nombres-. Parece que les ocurrió algo interesante.

Sonrió dejando los reportes junto a un trozo de periódico donde se leía el artículo “La ciencia detrás del amor”. Fue al leerlo que se le ocurrió asignarles esa tarea tan peculiar a sus alumnos.

-Bueno, supongo que sólo será cuestión de tiempo.

A veces el amor y las señales que lo indican ya están ahí sin que nos demos cuenta. Sólo se necesita algo de tiempo para que nuestro cerebro termine de atrofiarse para sucumbir ante otra persona que nos guste. Y Kakashi rezaba porque a aquellos dos chicos les ocurriera mientras todavía eran sus estudiantes. Así tendría algo digno de ver.

 

FIN

THE END

OWARI


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