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You Belong to Me por JungKimSenshi

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Notas del fanfic:

No se que me dio por escribir esto, pero de que es raro, lo es... Segundo Shot de la trilogía MY FEELINGS FOR YOU que comenzó con el Shot YJ Forbidden

Notas del capitulo:

No sé qué funo para haberlo hecho... 

°~°~°~

Un día más de escuela había terminado. El jovencito pelirrojo suspiró con cansancio mientras tomaba sus cosas del casillero y metía a su mochila los libros que utilizaría esa tarde para hacer sus deberes escolares. Después se encaminó hacia la salida, ya la mayoría de sus compañeros se habían retirado, a él sólo le restaba esperar.

 

- Hasta mañana, JunSu…- escuchó una voz a sus espaldas.

 

Un pelinegro de grandes ojos se despedía de él con un movimiento de su mano libre, pues la otra era sostenida por un moreno que le sonrío.

 

- Hasta mañana, JaeJoong-Hyung… gusto en verle de nuevo, YunHo-Hyung.- dijo el menor con una sonrisa al ver pasar a los hermanos Jung junto a él.

 

El pelirrojo sonrío ante la cercanía de ambos, pues era algo de envidia lo que sentía cada vez que los miraba. No conocía ni conocería jamás a unos hermanos tan unidos como JaeJoong y YunHo Jung, pues a pesar de que los separaban cinco años de diferencia de edad, eso no parecía importarles para llevarse así.

 

- Hey, JunSu… no se te olvide mañana el USB con la información de la investigación.- le recordó otra voz cerca de él.

 

El pelirrojo se giró a mirar al más alto e hizo un gesto de fastidio.

 

- ¿Cuándo aprenderás a llamarme Hyung, ChangMin? Soy mayor que tú.- dijo haciendo un puchero con los labios, recibiendo un bufido por parte del más alto y una mueca de desaprobación por parte de su acompañante. ¿Acaso esa era muestra de celos por parte de Choi MinHo? Debía estar alucinando.

- Cuando te lo ganes, hablamos…- le respondió el moreno con una sonrisa burlona.

 

Un claxon, de un sonido muy conocido para el pelirrojo, interrumpió su respuesta.

 

- Sólo porque ya llegaron por mí…- dijo medio molesto.- te traeré mañana lo que me pides ¿Ok?- respondió el pelirrojo con prisas, para luego aferrar su mochila sobre sus hombros y correr hacia el automóvil que le esperaba del otro lado de la acera.

 

El más alto sonrío y le hizo una seña a su acompañante, mientras veía a su Hyung pelirrojo subir al auto, todavía tenía que llegar a casa.

 

- Hasta mañana, JunSu…- dijo cuando pasaron junto al automóvil, mientras el aludido dejaba su mochila en el asiento trasero.

- ¿Quién era él?- le preguntó el conductor con el ceño un poco fruncido.

 

JunSu le miró extrañado, mientras se ponía el cinturón de seguridad.

 

- ¿Ya no reconoces a ChangMin?- le preguntó sorprendido, mirando al chico que llevaba de la mano al castaño que estaba con él.

- ¿En serio? Está más alto que la última vez que le vi.- añadió como dándose cuenta de su error.- Y ese que va con él, es su novio me supongo.

 

JunSu rió ante la ocurrencia del mayor. Una risa de delfín que sacó una sonrisa del pelinegro.

 

- Nooo… es Choi MinHo, su sobrino.- respondió entre risa.

- ¿Su sobrino?- preguntó extrañado, porque el castaño parecía de la misma edad que JunSu y ChangMin.

- La vida familiar de Minnie es muy complicada. Algún día te la contaré.- el pelirrojo se encogió de hombros, mientras veía al pelinegro poner en marcha el auto para salir del estacionamiento de la escuela.

- ¿Minnie?- preguntó en tono celoso el pelinegro.

- ¡Ay, Park YooChun qué voy a hacer contigo!- preguntó el menor con una sonrisa, al darse cuenta de sus celos, antes de darle un beso en la mejilla.

- Más respeto, JunSu, que soy tu padre.- le espetó el mayor.

 

JunSu se acomodó mejor en el asiento sonriendo.

 

- Y por eso te amo…- le respondió al mayor con un leve sonrojo en las mejillas.

- ¿Cómo te fue hoy en la escuela, baby?- preguntó su padre sin despegar sus ojos del camino y JunSu se apresuró a contarle todo lo que había hecho en la escuela ese día.

 

~°~°~°~°~

 

El pelirrojo esta recostado en su cama, en su habitación, ya de regreso en casa. Cerró la laptop después de terminar de redactar su resumen. Estaba cansado y pronto sería la hora de la cena.

 

“Appa regresará pronto del trabajo…” hizo un puchero viendo que era casi las siete de la tarde. “Por favor, regresa con bien.” Rogó internamente.

 

Porque a pesar de los años, a pesar de todo, JunSu aún tenía miedo de que le arrebaten al único ser que tenía en la vida, a la única persona que había estado a su lado.

 

Trató de contener las lágrimas, pero el recuerdo aún estaba ahí… y dolía… a pesar de todo, dolía el saber que tu madre nunca te quiso y te abandonó a tu suerte.

 

Las imágenes empezaron a pasar por su mente y dolor se hizo presente…

 

+++Flash Back

 

- Estoy harta ¡Harta! ¿No entiendes?

 

El rostro y la voz eran totalmente irreconocibles, su mente infantil los había bloqueado, pero las palabras no.

 

Ahí… escondido bajo la cama, el único lugar donde podía esconderse en esa pobre habitación de 4 x 4 metros, que era su hogar. Escuchaba los gritos y las maldiciones de la mujer que lo había traído al mundo.

 

- Es un niño, sólo tiene cinco años… es lógico que llore porque tiene miedo.

 

La voz de YooChun se dejaba escuchar por el lugar, defendiéndolo. Con tinte de preocupación en su voz.

 

- Pero tú no pasas las veinticuatro horas del día junto a él.- Le reclamaba.- Fue un error haberlo tenido. Debí hacerles caso a mis padres, debí abortarlo en cuanto lo supe… en vez de casarme con un perdedor como tú.

 

JunSu recordó que el miedo se apoderó de él. Al principio no sabía el significado de aquellas palabras, pero ahora… a sus diecisiete años, JunSu sabía que su madre quería incluso matarlo... lo veía como un estorbo.

 

- ¡Jamás! ¿Lo oyes? ¡NUNCA EN TU VIDA VUELVAS A DECIR SEMEJANTE TONTERÍA, YOONA! TAL VEZ TÚ TE ARREPIENTAS DE HABERLO TENIDO, PERO YO NO DARÉ NI UN MALDITO PASO ATRÁS.

- Suéltame, YooChun, me lastimas…- se quejó ella con dolor en la voz.

- Si quieres largarte, hazlo… si quieres que nos divorciemos lo haré, pero por ningún motivo vuelvas a decir o a intentar hacerle daño a JunSu… tal vez tú no naciste para ser madre, pero él es un ángel que no merece a una mujer como tú como su madre.- le reclamó y JunSu escuchó el sonido de algo empujando la mesa de madera, justo en medio del cuarto, que era donde comían.

- Pues si, me largo…. No voy a seguir soportando pasar hambres y frío por ese mocoso…- Yoona tomó su maleta y empujó sus cosas dentro, evitando mirar a YooChun.

 

Sólo eran unos niños, unos niños que habían jugado a ser mayores, YooChun con veinte años trabajaba en lo que podía para sostenerlos, había intentado que eso funcionara, pero Yoona, acostumbrada a otra clase de vida, no podía soportar el hecho de que ya tuviera todos los caprichos que ella quería cuando lo deseara.

 

YooChun no era de familia de estatus social alto, su familia era de la clase trabajadora y él había aprendido durante toda su vida a trabajar por lo que quería, sin embargo, cuando sucedió lo de Yoona, su novia por casi seis meses en el instituto, supo que tenía que tomar la responsabilidad en la consecuencia de sus actos. Con apenas quince años se había casado con ella para enmendar su error.

 

Vivían en una pequeña habitación arrendada, pagada con lo poco que YooChun podía permitirse de los trabajos que él encontraba. Siendo menor de edad, eso era realmente una odisea. Habían pasado casi cuatro años desde eso, JunSu tenía cinco años de edad, y aunque habían tenido sus peleas fuertes en el pasado, ésta había sido la gota que derramó el vaso.

 

- ¿Sabes una cosa?- dijo Yoona desde la puerta antes de irse.- ni siquiera estoy segura de que sea tuyo.

- Lárgate, Yoona…- respondió YooChun entre dientes.

 

El silencio se apoderó de la habitación, JunSu sólo podía escuchar el propio sonido de su respiración y su llanto contenido.

 

- Umma…- llamó en un murmullo.

- Susu-ah… ¿Su? ¿A dónde se ha escondido mi pequeño delfín?- la voz calmada de su padre se escuchó y la sábana que cubría su escondite fue levantada, dejando ver un par de ojos negros que le miraban con amor y una sonrisa que le llenaba de tranquilidad.-  Aquí estás, mi amor… ven…- le pidió alargando la mano y JunSu sin pensarlo dos veces salió de ahí para arrojarse a esos fuertes y amorosos brazos que lo rodearon.

- Appa… Umma…- intentó preguntar entre sollozos.

- Shhh… tranquilo, amor, ya pasó. Yo estaré aquí para ti… siempre, siempre.- le murmuró suavemente, acunándolo hasta que el pequeño cayó dormido entre sus brazos.

 

+++ Fin Flash back

 

JunSu se limpió las lágrimas y abrazó a su Mickey Mouse de peluche con fuerza que yacía en la cama a su lado. Su padre había sacrificado todo por él. YooChun a su corta edad, había trabajado como obrero en construcciones durante el día, mientras se dedicaba a cuidarlo y  por las noches, a pesar del cansancio, del frío o del hambre, estudiaba para poder terminar la preparatoria y la universidad.

 

Ahora, doce años después de aquel divorcio, YooChun era un hombre de treinta y dos años, que había logrado labrarse por si mismo una profesión y podía darle a su hijo todo lo que él pedía. JunSu estaba orgulloso de él, porque nadie hacía lo que él hizo. Eran pocas en realidad las personas que tomaban sus responsabilidades con la debida fuerza y entereza. Por eso estaba orgulloso de él… y por eso lo amaba más.

 

- Su-ah… Estoy en casa…- escuchó que le llamaba desde la estancia del departamento.

 

JunSu se levantó de la cama y fue rápidamente hacia el baño, donde se mojó el rostro y se pasó a tiempo la toalla por la cara, cuando Park YooChun entró a su habitación.

 

- ¿Su-ah, estás aquí, pequeño delfín?- y llegando hasta la puerta del baño sonrío al encontrarlo.- vaya, con razón no me escuchabas. Vamos, traje la cena.- pero su sonrisa se vio disminuida al mirar el rostro del pequeño pelirrojo, el cual mostraba sus ojos rojos e hinchados.- baby, ¿Has estado llorando?- preguntó preocupado.

 

El pelirrojo negó con un movimiento de cabeza y sonrió.

 

- Me lavé la cara de prisa y me entró jabón en los ojos.- no quería preocuparlo, no a él, quien era lo que más amaba en el mundo.

 

YooChun le levantó el rostro y le examinó con cuidado. Sabía que le estaba mintiendo, lo conocía muy bien, pero dejaría que fuera el propio JunSu quien le contara lo que le ocurre.

 

- Ten más cuidado la próxima vez.- le besó la frente y le tomó de la mano para llevarle hacia la sala.

- Appa… esta noche… ¿Vas a salir esta noche?- murmuró el jovencito con una presión en el pecho. Sabía que había muchas mujeres tras su padre, que él era un magnífico prospecto para esposo y que muchas matarían por estar con él.

- ¿Por qué habría de hacerlo? Esta es nuestra noche como cada miércoles.- le aclaró con una sonrisa, pues sabía que su hijo se refería a esas salidas ocasionales que realizaba con alguna compañera de trabajo, únicamente para cumplir con el reclamo de sus padres, quienes le exigían que se casara nuevamente, pero a él… a él en realidad ese tema le daba igual. Con su JunSu le sobraba y le bastaba.- Una película, pizza y helado ¿Qué más puedo pedir?... o tú… ¿tú ya te cansaste de eso?- YooChun se detuvo y miró a su hijo por un segundo.

 

JunSu ya es un adolescente, seguramente esas cosas infantiles ya no le atraían. Encerrarse en casa viendo una película junto a su padre, tal vez no era lo que se imaginaba como “diversión” para un miércoles por la noche. Tal vez quisiera salir con sus amigos, ir a los videojuegos o… ¿Qué hacen los chicos hoy en día?

 

- ¡No! Está bien… tienes… tienes razón, es nuestra noche.- respondió el menor, aliviando grandemente la angustia de su padre.

- Bien, vamos entonces.

 

Pero aquel pensamiento no se alejaba de su mente. Su JunSu, su pequeño bebé ya no lo era más y pronto empezaría a salir con sus amigos, a buscar otra compañía, tal vez una novia… o novio. Él estaría ahí para su hijo, pero… deseaba con todo su corazón que ese momento no llegara.

 

~°~°~°~°~

 

Aquella mañana, JunSu, ChangMin y JaeJoong observaban a MinHo en su entrenamiento del equipo de basket ball. Bueno, en realidad los únicos atentos en ese momento eran JunSu y ChangMin, debido a que JaeJoong estaba más atento a los mensajes que llegaban a su móvil.

 

- Deja a YunHo Hyung en paz.- le advirtió ChangMin con fastidio, sin dejar de mirar hacia la cancha.- está en horario de clase, sólo lo interrumpirás, Hyung.

 

Un suspiro escapó de los labios del pelinegro.

 

- Lo sé… pero... es que... lo extraño y… no es justo que se haya tenido que mudar por haber entrado a la universidad.- se quejó con un puchero, mientras miraba de nuevo la pantalla del móvil.

- Era lo más lógico. Al vivir en el dormitorio tiene más ventajas, como la corta distancia y el NO TENER A ALGUIEN MOLESTÁNDOLO CADA VEZ QUE QUIERA ESTUDIAR.- dijo ChangMin arrancando una risita de JunSu al entender la indirecta muy directa que le había dedicado a su Hyung.

- Seguro también debe estar aburrido…- “y extrañándome.”, quiso añadir, pero no lo hizo.- ¡Ya sé!- dijo tronando los dedos.- iré a verle el fin de semana al campus… seguro eso lo alegrará. Le diré enseguida… ¡Gracias por la idea, Min!

 

El más alto de los tres rodó los ojos con fastidio, para luego intentar concentrarse de nuevo en la práctica de… SU sobrino, pero el rostro serio de JunSu le dijo que el pelirrojo no estaba bien.

 

- ¿Y a ti qué te pasa?- le pregunta viendo que el pelirrojo suspira con pesadez.

- Bueno… es que…

- ¿Qué cosa?- le apura el más alto.

- Appa ha estado muy ocupado últimamente con su proyecto… y… hace semanas que no lo veo.- dijo bajando la miranda. Tal vez a Min le parecía tonto, pero para él…

- Eres muy apegado a tu Aboji, ¿cierto?- JunSu asintió con leve movimiento de cabeza.- Míralo por el lado positivo. Después de esto, tu Appa será un ingeniero de renombre, tendrá mucho trabajo y tú tendrás todo lo que quieras con sólo pedírselo.- dijo el menor, porque ese proyecto no era otro que el Kingdom Tower, un edificio de un kilómetro de alto que albergaría oficinas y negocios tanto gubernamentales como privados. Era un proyecto ambicioso en el cual el padre de JunSu era el ingeniero principal. Se ha hablado de él durante meses y no hay persona en Seúl que no conozca sobre él.

- Appa tendrá su oficina entre los pisos más altos del edificio.- respondió JunSu.- ¿Sabes lo que eso significa?

- Mmm… ¿Qué tendrás que usar el elevador cuando vayas a verlo?- preguntó JaeJoong distrayéndose por un momento de la conversación vía mensajes de texto con su hermano mayor.

 

“Que ya nada será como antes…” pensó el pelirrojo mordiéndose el labio inferior.

 

- ¿Tienes miedo de que deje de estar contigo?- fue como si ChangMin leyera su pensamiento.

- Él es lo único que tengo…- murmuró JunSu en respuesta.

- Hasta que se consiga una novia, se case y te dé hermanitos.- habló JaeJoong con descarada verdad, pero al ver el rostro de JunSu, quiso retractarse de lo que había dicho.- Susu… este…

- No, tienes razón… al fin y al cabo, mi padre es un hombre joven… y guapo. Algún día tendrá que rehacer su vida… ¿No creen?- dijo el pelirrojo con un dolor en su corazón. No quería compartir el amor de YooChun con nadie. Se levantó de las gradas para dirigirse hacia la salida del gimnasio.- les veo mañana.- se despidió sin dejar que sus amigos le respondieran.

 

Le tocaba llegar en autobús hasta su casa, su padre no había podido pasar a recogerle en los últimos días, debido a que cada día estaba más cerca la inauguración del proyecto y él debía cuidar, junto con los arquitectos, hasta del más mínimo detalle de la construcción que estaba trabajando a marchas forzadas para ser terminada a tiempo.

 

Él lo entendía, sabía que su padre lo hacía para el bienestar de su pequeña familia… pero tenía tanto miedo de que todo cambiara…

 

- ¿Kim JunSu?

 

Aquella voz le detuvo a medio camino. Aferró la mochila con sus cosas en su hombro y giró para encontrarse cara a cara con la persona dueña de esa voz.

 

- Me confunde usted…- dijo con seriedad. Ese nombre no había vuelto a escucharlo desde que era un niño pequeño.

- No, no puedo confundirme… eres tú… eres… eres mi hijo…- dijo la mujer con lágrimas en los ojos.

- Lo siento, Ajuhmma. Está usted equivocada. Mi madre murió para mí hace mucho tiempo.- dijo él sin ningún tipo de compasión en la voz.

- ¿Eso es lo que ese patán te dijo?- ella tenía odio en su voz

- Señora, por favor. No sé a quién se refiere, pero por favor no vuelva a buscarme.- intentó dejar las cosas así, tratar de que esa mujer no vuelva a molestarlo, pero no soportaría que intentara decir algo malo en contra de su padre.

- Fue YooChun, ¿Cierto? Él te ha puesto en contra mía… él te ha llenado la cabeza de cosas en mi contra, contra tu propia madre…

- ¡BASTA! No voy a permitir que usted levante un solo falso más en su contra. La única que sé, intentará llenar de cosas mi cabeza en contra de él, es usted…- le gritó justo ahí, en medio de la calle.

- JunSu…- le llamó asustada.

- Tal vez usted crea que no recuerdo nada, que sólo era un niño pequeño y he olvidado cómo sucedieron las cosas en realidad… ¿Pues sabe una cosa? Está usted totalmente equivocada. Porque recuerdo perfectamente sus malos tratos, sus maldiciones, sus deseos de que nunca hubiera yo nacido.- JunSu apretó los puños y decidió que no podía seguir manteniendo ese rencor por tantos años escondido en su corazón.- tal vez no lo entendí cuando era un niño. No pude entender el por qué usted me odiaba tanto, pero lo que sí entendí era que nunca me amó… y lo único que tuve ahí para mí, fue a YooChun, a mi padre… el único que me ha amado y al que yo amo…- “aunque no sea de la manera en la que un hijo deba amar a su padre.” Se recriminó mentalmente.

- ¿Tú… recuerdas? ¿Recuerdas todo? ¿Cómo es posible?- preguntó ella bajando el rostro con vergüenza.

- Por supuesto que sí… no sé cómo mi mente infantil nunca pudo olvidarlo. Tal vez su rostro y su voz no podía recordarlos, pero sí cada una de sus palabras, de sus frases hirientes hacia mí, su estorbo, y hacia el “perdedor” de mi padre.- cosa que le encantaría restregarle en la cara, pero se imaginaba que Kim Yoona ya sabía sobre el éxito de Park YooChun.- mi padre jamás habló maravillas de usted, pero tampoco me dijo cosas para que la odiara. Lo único que me dijo fue que Umma se había decidido a vivir sin nosotros y que nosotros debíamos entender su decisión. ¿Es eso ponerme en su contra? Después de eso, fue tema zanjado y yo tampoco he querido saber nada…

 

Yoona bajó el rostro, porque sabía que JunSu tenía la razón, pero ahí estaba ella. Dispuesta a pedir perdón, dispuesta a todo por recuperar a su hijo.

 

- No quiero volver a verla nunca…- dijo JunSu con firmeza.

 

Yoona levantó la mirada con dolor.

 

- JunSu… hijo…

- Nunca vuelva a llamarme así. Usted menos que nadie… no tiene ningún derecho a hacerlo.- dijo con amargura.- usted se olvidó de mí por casi trece años. ¿Cree que seré tan tonto para no imaginarme que usted regresa, no por mí, sino por el dinero que ahora mi padre tiene? ¿Cree que le perdonaré tan fácil el abandono y los deseos de muerte que tuvo hacia mí? Pues no es así, porque incluso estuvo a punto de suceder. ¿Dónde estuvo cuando me caí de aquella escalera, me golpeé la cabeza y YooChun, mi padre, tuvo que velar mis sueños durmiendo a mi lado en una silla incómoda junto a mi cama de hospital, después de romperse la espalda trabajando? ¿Dónde estuvo en esos momentos cuando más la necesité? ¿Disfrutando una fiesta? ¿Viajando? ¿Conociendo hombres? No me importa… lo único que me importa es que no vuelva a aparecer en nuestras vidas jamás.

 

Yoona se encogió sobre sí misma al escuchar todas aquellas verdades de los labios de su propio hijo. Habían pasado doce años desde su divorcio con YooChun, y ella había atravesado ya por múltiples matrimonios y divorcios, pero de ninguna de esas relaciones había podido volver a tener hijos. Se sentía sola y arrepentida. Había ido a diversos médicos, para saber si había algún problema, y todos le decían lo mismo. Está en perfecto estado de salud, ninguno sabía el por qué no podía volver a embarazarse, pero Yoona sabía la respuesta. Era un castigo por haber abandonado y deseado la muerte de su primer hijo.

 

- ¿Quiere usted que la perdone?- preguntó JunSu con firmeza.

 

Yoona asintió con un movimiento de cabeza, esperanzada.

 

- Váyase… váyase y jamás en su vida vuelva a cruzarse en mi camino, ni en el de mi padre. No vuelva a aparecerse en nuestra vida… y le estaré eternamente agradecido.- se dio la media vuelta, avanzando de nuevo hacia el paradero del autobús, que no se hallaba más allá de unos cuantos metros.- por cierto…- habló de nuevo, pero siempre dándole la espalda.- mi nombre fue y siempre ha sido Park JunSu… que eso le quede muy claro.

 

~°~°~°~°~

 

YooChun regresaba a su casa ya pasadas las ocho de la noche. Se le había hecho tarde y se regañaba por eso. Su pequeño JunSu debía estarle esperando. ¡Maldita sea! Era su día, juntos, como cada miércoles y él había tenido que trabajar hasta esa hora porque los arquitectos no se ponían de acuerdo en los detalles finales del edificio. Eso lo estaba hartando, pero al menos era lo último y una vez que los decoradores hicieran su trabajo, todo estaría listo para la inauguración. Y él vería el fruto de todo su esfuerzo con esa obra. Podría darle a su hijo más de lo que se merecía al ser un chico tan estudioso y bien portado…

 

Su JunSu, su pequeño delfín… apodo que surgió cuando muy pequeño, JunSu se reía agudamente, tanto que se parecía al sonido de un delfín… sonido que resultaba un calmante para él y uno de sus más grandes motivos para seguir adelante y no decaer. Porque su amor por su hijo iba más allá, era más fuerte que nada. Deseaba con todas sus fuerzas que su hijo pudiera ser feliz y sabía… sabía que tarde o temprano, JunSu lo dejaría para comenzar él mismo su propia familia… y dolía, quería impedirlo, deseaba con todas sus fuerzas que el momento de la separación no llegase nunca y su JunSu pudiese quedarse a su lado toda su vida… su hijo… su amor… su único amor… un amor prohibido que había ganado lugar en su corazón cada vez más, con cada sonrisa, con cada tierna caricia, con cada beso inocente.

 

- JunSu, estoy en casa…- habló en voz suficientemente alta para que le escuchara.

 

Le extrañó que la casa estuviera a oscuras a esa hora, excepto por la luz de una de las lámparas de noche que estaba en una mesita. JunSu estaba sentado en el sofá de dos plazas, abrazado a sus rodillas, mientras escondía el rostro entre éstas.

 

- Su… JunSu ¿Qué pasa?- le preguntó con angustia sentándose en el sofá junto a él, rodeándolo con sus brazos para pegarlo a su pecho.

 

El menor soltó sus piernas y se acurrucó contra el cálido cuerpo que le cobijaba, como tantas veces antes… y tenía miedo… miedo de que esa mujer se interponga en sus vidas… miedo de que le separaran del único hombre a quien él amaba… miedo de perderlo para siempre.

 

Se aferró a su camisa, mientras los sollozos no dejaban de escucharse, dolorosos y angustiantes, saliendo de sus labios. YooChun no sabía qué hacer o qué pensar. Ignoraba lo que hubiera sucedido para que JunSu llorara de esa manera.

 

- Ella…- la voz quebrada de su hijo le sacó de sus pensamientos.- ella volvió…- el jovencito escondió el rostro aun más en su pecho.- Yoona volvió.

 

Porque JunSu no había vuelto a decirle mamá a aquella mujer que los abandonó. Y escuchar aquello, hizo que YooChun abrazara con fuerza a su hijo.

 

- Nos quiere separar… Appa… no lo permitas, no… por favor…- rogó en murmullos interrumpidos por sus sollozos, mientras YooChun sentía esa angustia posarse en su corazón.

 

No iba a permitirlo, Yoona no iba a venir a intentar arruinar sus vidas con su presencia, luego de doce años de ni siquiera haber llamado para preguntar si su hijo necesitaba algo o por lo menos saber que estaba bien. Nada ni nadie lo separaría de JunSu, ni siquiera la muerte, como aquella vez cuando siendo un niño, travieso como él solo, había caído de las escaleras que conectaban el segundo con el tercer piso del edificio de su escuela.

 

JunSu se había golpeado la cabeza y perdido mucha sangre, incluso tuvieron miedo de que tuviera un daño cerebral permanente y no despertara de la inconsciencia en la que hubiera caído. YooChun donó parte de su sangre para que su hijo pudiera salir adelante y rogó y suplicó porque no lo separaran de él. Porque no le arrebataran a la única persona que en realidad amaba con todo su ser y con toda su alma.

 

YooChun sabía que estaba mal sentir aquello, pero no pudo evitarlo. JunSu se había convertido en su todo desde el primer momento que lo sostuvo entre sus brazos a sus escasos dieciséis años, cuando se convirtió en padre, aún más cuando Yoona se fue. Y a pesar de que ha salido con muchas personas, hombres y mujeres por igual, nada ni nadie le ha dado la misma sensación de paz, tranquilidad y amor, como lo es tener a JunSu entre sus brazos.

 

- No lo hará, mi amor… no lo hará…- murmuró besando sus cabellos con ternura.- te lo prometo, baby… nada ni nadie nos separará… nunca.- le asegura con confianza, con fuerza… con esa fuerza que puede sacar cuando se trata de SU JunSu.

- ¿En verdad?- pregunta el pelirrojo levantando la mirada, encontrándose con esa mirada negra y profunda que JunSu tanto ama.- ¿Lo prometes?

- Con mi alma, Su… con mi alma.

 

JunSu asiente con un movimiento de cabeza, su llanto se ha tranquilizado ya, pero no puede evitar quedarse mirando el rostro que tanto ama. Y no puede evitar pensar que a pesar de los años, sigue siendo tan guapo y varonil como en su juventud, aunque en realidad no es tan mayor. Su rostro ya demuestra algunos claros signos de la edad, pero sigue conservando esa mirada profunda y esos labios que llaman a un beso. Un beso que él ha deseado con toda su alma desde hace mucho tiempo.

 

Se acerca hasta él sonrojado y con ternura junta sus labios con los más gruesos del mayor, en una caricia tierna y dulce, cerrando los ojos ante el suave contacto. Las manos de YooChun se aferran a su cintura, ambos sintiendo que el corazón se les quiere salir del pecho ante el cúmulo de emociones que les embarga.

 

Cuando se separan, YooChun no puede evitar sonreír con cierta tristeza, porque sabe que ese pequeño beso no es más que la muestra de amor de filial de un hijo a su padre.

 

- Te amo…- confesó mirándolo a los ojos.

- Yo también te…

- ¡No! No entiendes… te amo.- JunSu le había interrumpido aferrándose a su cuello.- te amo, te amo, te amo…- El pequeño pelirrojo no sabía de dónde había sacado el valor para decirle aquello.- te amo.- repitió una vez más.

 

Y sólo así YooChun pudo saber lo que en realidad sentía su pequeño. Ahí entre sus brazos estaba el amor de su vida y no lo dejaría escapar.

 

~°~°~°~°~

 

Aquellas manos recorrían su piel lentamente, presionando suavemente, buscando esos puntos que más de una vez le han arrancado suspiros y gemidos quedos. Esos suaves y dulces labios ahora besan los suyos, que sedientos le responden con timidez, con nerviosismo, pues era su primera vez en todo. Sus primeras caricias íntimas, sus primeros gemidos de placer, provocados por otra persona, su primera vez recibiéndolo en su interior.

 

El placer lo embargaba desde la punta del cabello hasta la punta de los pies, sintiendo su interior contraerse y expandirse, acostumbrándose a aquel intruso que en ese momento entraba y salía de su cuerpo, golpeando ese sensible lugar que manda escalofríos por todo su cuerpo.

 

- Yoo… YooChun…- le llama una y otra vez, apretando el agarre de sus piernas a su cintura, sintiendo que cada vez está más cerca de ese límite, que esa presión que nace en su vientre pronto estallará y no sabe, en realidad no sabe, qué sucederá. Si morirá de felicidad o simplemente su cuerpo colapsará hasta quedar inconsciente debido a la felicidad y al goce del cual es presa en este momento.

- Te amo…- fue el murmullo que escuchó antes de que todo esa corriente eléctrica lo remplazara todo y su vista se oscureciera, mientras su cuerpo convulsionaba de aquellas deliciosas sensaciones que le cubrieron entero.

 

JunSu se aferraba al cuerpo de ese hombre que amaba con su alma, respirando agitadamente, sintiendo su cuerpo aún sensible por todas esas sensaciones que había experimentado apenas unos segundos atrás, sintiendo esa humedad llenarle y sonrío. Su corazón latía furioso contra su caja torácica, como si quisiera salirse de ahí.

 

YooChun se aferraba a él, aun escondiendo el rostro en ese espacio entre su cuello y su hombro, disfrutando de las sensaciones que le atravesaban a la vez. Había sido demasiado tiempo desde la última vez, tanto, pero valió la pena, sabiendo que es con esa persona que ha compartido ese momento tan especial. Esa persona a quien pertenece en cuerpo y alma.

 

Cuando salió de su interior, JunSu gimió de inconformidad, YooChun se acomodó a su lado en la enorme cama kingsize del mayor y le rodeó con sus brazos instintivamente, acariciándole la espalda con la yema de sus dedos. El pelirrojo apoyó su cabeza en el amplio pecho de su amante, escuchando el ritmo desenfrenado de su corazón junto a su oído.

 

Pero a pesar del cansancio físico y emocional que había acumulado durante el día, el pelirrojo no podía dormir. Respiró profundo y se levantó lentamente de la cama, cuidando de no despertar a su amor, pero sabiendo que su sueño era lo suficientemente pesado para que no notara su ausencia, hasta mucho después.

 

Tomó la primera prenda que encontró y se la colocó dándose cuenta que era la camisa de YooChun. Su esencia estaba impregnada en ella y eso le hizo sonreír con ternura.

 

Se dirigió a la cocina por un vaso de leche fría que sacó del refrigerador. Entonces, un sobre blanco con el logotipo de un reconocido laboratorio médico, llamó su atención. Lo habían dejado sobre la mesa, sin abrirlo siquiera.

 

JunSu respiró profundo, recordando lo ocurrido aquella mañana.

 

++ Flash back

 

Estaban sentados con su abogado en aquella mesa frente al juez. Kim Yoona se sentaba en la mesa justo a un costado.

 

- Es una pérdida de tiempo, su Señoría…- Kim HyunJoong, el abogado de los Park habló con seriedad.- tenemos todos los testimonios de gente cercana a Park YooChun y Park JunSu, quienes aseguran que en trece años jamás han visto, ni han oído acerca de esta persona. En los documentos del trámite de divorcio consta que la señora Kim, aquí presente, cedió los derechos sobre a la patria potestad de su hijo a su exesposo, el señor Park, mi cliente.

 

El juez escuchaba el discurso de cierre de ambos abogados, él iba a determinar el caso en esa última cesión.

 

- Un examen de DNA a estas alturas es totalmente ilógico… ¿por qué hacerla? Ella misma se está poniendo en evidencia ante la corte y ante su familia como una mujer de pocos escrúpulos, dudando ahora sobre la paternidad de mi cliente tantos años después…

- ¡Objeción!- gritó el abogado de la mujer.- estamos aquí para determinar quién se quedará con la custodia del joven Park, no para cuestionar la vida privada de mi cliente.

- ¡A lugar!- dijo el juez. Y el abogado Kim carraspeó, pero sabiendo que había dado en el blanco al tocar el tema.- más cuidado con sus palabras, abogado Kim.- le llamó la atención.

 

El juez impidió que HyunJoong continuara con la exposición de sus argumentos.

 

- Esto debería ser un caso sumamente fácil.- habló el juez Jung JiHoo con cierta preocupación.- una madre debe ser quien conserve siempre a su hijo con ella…- Yoona sonreía al escuchar al juez.- sin embargo, la madre de este caso, lo abandonó muchos años atrás sin importarle su destino. Lo cual la deja en una enorme desventaja.- el juez miró luego hacia la mesa de los Park.- dejando de lado exámenes de paternidad y maternidad… yo creo que hemos pasado por alto algo que para mí tiene suma importancia.

 

El hombre de toga negra se levantó de su asiento.

 

- JunSu… ven conmigo.- le pidió.

 

Y el jovencito tragó duro antes de mirar a YooChun. El pelinegro asintió, permitiéndole ir hacia el hombre que le esperaba para entrar a la cámara de descanso a un lado de la sala del tribunal.

 

El juez Jung le hizo tomar asiento y él se sentó a su lado en el mismo sofá.

 

- Nadie te ha preguntado cómo te sientes respecto a esto, ¿No es así?- el pelirrojo asintió con un movimiento de cabeza.- Tus padres han estado peleando por ti desde hace unos meses JunSu ¿Qué piensas al respecto?- le preguntó de nuevo.

 

El pelirrojo se encogió de hombros.

 

- ¿Te da igual? ¿Vivirías con cualquiera de ellos?- JunSu negó con un movimiento de cabeza.- has vivido toda tu vida con Park Yoochun, tu padre… ¿Quieres dejarlo? ¿Te trata mal y por eso quieres irte con tu madre?

- ¡NO, NUNCA LO DEJARÉ!- interrumpió al hombre mayor y bajó el rostro, apenado por cómo había contestado.- él ha sido lo único que tengo. Ha estado conmigo, me ha cuidado, me ha protegido desde que tengo memoria. Él… él es todo para mí, Señor Juez.- JunSu estaba siendo totalmente sincero.

- ¿No te llevas mal con él? ¿No se pelean? ¿No te pega?- y a cada respuesta JunSu respondía con un NO rotundo.

- Yo lo amo, señor Juez, con toda mi alma, él me ha cuidado desde el primer momento, desde siempre. Ha estado a mi lado en lo bueno y en lo malo, me ha protegido. ¿Cómo no iba yo a quererlo?- le pregunta con los ojos llenos de lágrimas.- le pedí… le pedí a ella que nos dejara en paz, que no regresara, pero veo que no le importa nada más que ella misma.

 

El juez dio por terminada la entrevista y salieron de la habitación hacia el tribunal nuevamente. El Juez Jung tomó asiento en el podio de nuevo y miró a todos los implicados.

 

- He tomado una decisión ya…- los dos abogados miraron a sus clientes y sonrieron confiados. JunSu había regresado al lugar junto a su padre.- Una vez que yo la diga y quede asentado en el acta, ésta será total e irrevocable. Todos los involucrados deberán acatarla, por lo que también tiene carácter de inapelable.- los presentes asintieron, JunSu tomó la mano de YooChun con un poco de miedo recorriendo su cuerpo.- He tomado la decisión de ceder la total patria potestad del joven Park JunSu a su padre, Park YooChun.

- ¡¿QUÉ?!- fue el grito de Yoona ante el veredicto.- Pero si ni siquiera ha visto los resultados del ADN.

- Señora Kim mantenga la calma o me veré obligado a retirarla del tribunal y arrestarla por faltas a la autoridad de este tribunal.- dijo el juez mirándola seriamente. Su abogado la tranquilizó un poco, solamente un poco.- Un padre no es aquel que engendra, señora Kim, sino también es el que ama y educa. El Joven JunSu es un muchacho feliz, que ha crecido al lado de un padre que lo ama y le ha dado todo lo que ha necesitado, sin recurrir a usted. El Joven JunSu me ha dicho que le pidió que se aleje de ellos, que no quería verla… señora, usted lo abandonó por trece años, no quiera venir a intentar ejercer un papel que en su vida no ha hecho jamás… así que además impongo una orden de restricción, usted no podrá estar a más de 200 metros cerca del joven Park JunSu y/o su padre. Es la última palabra de este tribunal.

 

++ Fin flash back

 

JunSu sonrió, levantando el sobre con los resultados del ADN. No estaban abiertos. No habían querido saber el contenido… YooChun no había querido saber el resultado.

 

El pelirrojo abrió el sobre y leyó rápidamente…

 

- JunSu…

 

Escuchó la voz de YooChun desde la habitación, llamándole, mientras una sonrisa se formó en su rostro al leer las últimas líneas de aquel documento. Escuchó la puerta abrirse y sin pensarlo fue hasta la cocina donde encendió uno de los quemadores de la estufa, poniendo enseguida el documento al fuego, el cual lentamente fue encendiéndose, quemándose hasta consumirse.

 

- ¿Qué haces?- la voz extrañada de YooChun le sacó de sus pensamientos y sonrió.- Eso es…- se dio, por el olor, cuenta de qué algo se consumía en el fuego y miró a JunSu seriamente.

- No lo vamos a necesitar de cualquier manera…- dijo el pelirrojo con una sonrisa antes de dirigirse hacia él para tomarle la mano y llevarlo directo a la habitación.- Estamos juntos, siempre lo estaremos, nada ni nadie más importa… Appa.- dijo el pelirrojo la última palabra, con una sonrisa dulce antes de besarle en los labios y refugiarse en los brazos del hombre que más amaba en el mundo.

Notas finales:

Saben???

No me imagino un YooChun de 32 años XD

 

>Comments son bien recibidos 

 

bye


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