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Say When* por FcircusHye

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Dos años después.

 

Sus manos sudaban, su corazón estaba tan acelerado que con suerte podía contenerse, sentía una de las manos de su Sunbae sobre su hombro; no podía controlar su respiración mientras escuchaba la obación de la gente, se escuchaba tan fuerte que no sabía cuantas personas habían en ese lugar. Había pasado por tanto para estar allí que no podía rendirse por unos aplausos, por unas cuantas caras que ni siquiera vería... Eso era justamente lo que debería darle más valentía. Pero sabía que había específicamente una razón por la que estaba tan nervioso y era porque esa misma pieza la había tocado en un nivel mucho menos avanzado hace dos años y medio atrás cuando estuvo a punto de irse de Corea por haberle desilucionado. Su nombre estaba completamente prohíbido dentro de su mente. Él particularmente había cambiado demasiado, su cabello rubio, ahora medio rapado a los lados dejando ver sus raices de color azabache, el flequillo caía sobre su frente apenas cubriendo sus ojos con unos lentes oscuros y su cuerpo ya no era el mismo, estuvo un año completo con un entrenador físico, ejercicio que hizo que su altura aumentara un par de centimetros y su cuerpo ya no fuera tan delgado como antes, haciéndole ver mayor y más maduro, ya no el tímido niño que era antes... Todo eso había dejado atrás con las torturas de esos últimos dos años.

Ya era hora.

Dio un suspiro hondo en el segundo, la milésima en que el animador volvió a pronunciar su nombre anunciando su entrada. Caminó con lentitud luego de las dos palmadas en su hombro de parte de aquel hombre que tanto le había ayudado para comenzar a caminar, ByungHun se había vuelto aún más independiente que antes y había aprendido a sólo usar un pequeño bastón que le había ver también que tenía una pequeña lesión en una de sus piernas, caminó de forma tranquila siendo iluminado por las grandes luces del escenario que se alzaban sobre su cabeza y los europeos impresionados ante la seguridad del muchacho al caminar sobre aquel piso de manera pese a no ver absolutamente nada; pero eso era mentira, ByungHun o su cuerpo, había luchado: No sabía cómo pero cuando había luz podía ver sombras, distinciones entre lo que se movía y lo que no, podía percibir algo aunque en aquel lugar con esa luz tan intensa sobre su cabeza apenas podía ver el piano que estaba cerca de él. Se sentó en el taburete y dejo el bastón aún costado, apoyado en un pequeño objeto adoptado para eso, alzó las manos por breves segundos y las dejó caer con suavidad y tranquilamente sobre el teclado para comenzar a tocar cada nota como si su vida dependiera de ello, la emoción subió por su cuerpo haciendo que le recorriera un líquido caliente hasta la cabeza, el efecto le mareaba casi ilusamente mientras se dejaba llevar por aquella melodía: Tan triste y aún más intensa que muchos años atrás, mucho más perfeccionada... ByungHun ahora era un exponente famoso dentro de los pianistas.

La melodía llegó a su fin de forma tan esplendorosa que los rostros impresionados de todos los auditores fue memorable para todos excepto para ByungHu, quién estaba tan sumido en esa noche, en esa misma noche en que él perdió la memoria y dejo de reconocerle, esa misma noche en que todo su interior se partía en mil pedazos, esa misma noche en que se dio cuenta que no podía vivir sin él, pero... Eso es lo que hacía ahora ¿No? ¿Vivir? Ese concepto había cambiado tanto para ByungHun, que ahora él no vivía... Se sentía simplemente un objeto... Y esa fue la única manera en que logró poder mantener a salvo a todas las personas que amaba, incluso a él, cual rostro se veía tan malgastado en su mente, tan extraño, tan retorcido que ni siquiera podía ver esa sonrisa que iluminaba su vida. Sus pensamientos se quebraron. Hubieron apenas unos segundos de silencio y luego todas las personas en ese salón comenzaron a aplaudir con euforia, algunos gritaron y otros con suerte podían aplaudir de la impresión que sentían, de los sentimientos que habían sido entregados por el chico cuando interpretó aquella pieza.

ByungHun se sorprendió gratamente cuando escuchó a todas esas personas, pero ni siquiera una sonrisa apareció en sus labios, endurecidos por esos años. Se levantó de su lugar con cierta elegancia y se quedó frente a todo ese público que aún seguía aplaudiendo, hizo una larga y pronunciada reverencia intentando de algún modo agradecerle a aquellas personas que habían ido hasta escuchar lo que él tenía, a esas personas que les había gustado lo que había tocado; deseando internamente... Que en algún lugar del mundo la melodía haya llegado hasta él... Pensamientos ilusos, llamó a lo que cruzaba su mente haciendo que todo atisbo de ligera alegría desaparecieran de su cuerpo y de su cabeza de forma instantánea, se dio media vuelta y fue directamente por donde mismo había entrado a aquel escenario, la primera y única persona que se acercó a él fue su Sunbae, quien era un gran compositor y su mentor: Kim JaeJoong. Recibió un abrazo de su parte pero él apenas le contestó con uno de sus brazos, Jae ni siquiera se molestó por ello porque ya llevaba dos años bajo su tutela y sabía cómo era él, sabía que pese a la cercanía y pese a las muchas veces que le había visto llorar jamás le había contado algo más o le había respondido demasiados abrazos: Así estaba bien para él.

 

-Lo hiciste excelente, Byung-ah -le dijo él con tono orgulloso mientras le soltaba de aquel abrazo que le había dado. El contrario apenas asintió a lo que el mayor le había dicho.

-Iré por un poco de agua, Sunbae. -fue su respuesta mientras se apartaba de su lado para salir de lo que era la parte trasera del escenario, en donde era todo tan oscuro que le costaba encontrar la salida.

 

Había sido una experiencia memorable y sabía que tendría muchas más por ese estilo, a sabiendas que todo aquello era para pagar una deuda que ni sabía por cuánto más sería. Dio un suspiro cansado mientras llevaba la zurda hasta su rostro para frotar su cien con suavidad, se sentía tan agotado y sabía que era simplemente por la intensidad que generaba su interior ante una melodía tan conocida. Un golpe le hizo escapar de sus pensamientos con rapidez, alzó la cabeza pero no podía ver casi nada, apenas una sombra extraña, aquel golpe de hombro con hombro le hizo botar el bastón por lo que se agachó casi de inmeadiato, tanteando el suelo con el ceño fruncido mientras buscaba el bastón. No escuchó palabra alguna de la persona con la que había chocado, pero en cuanto tomó su bastón se levantó.

 

-Lo siento -se disculpó con levedad haciendo una ligera reverencia para volver a caminar en dirección a los baños, pero la voz que escuchó le paró en seco.

-¿ByungHun-nim? -sus ojos se abrieron más de lo normal y se giró apenas un poco para darle el rostro a esa persona que le había llamado por su nombre entero y en toda su vida sólo había una persona que le había llamado de ese modo.

-¿HyunChul? -preguntó inseguro por primera vez en esos años demostrando algo de sorpresa, entrecerró los ojos intentando hallar algo del menor pero no veía nada. Pero en realidad él seguía igual excepto por el cabello ahora un poco más corto, pero los mismos ojos y el mismo cuerpo, el mismo rostro con la sonrisa cariñosa de siempre. 

-¡ByungHun-nim! -él alzó la voz sorprendido y con el tono quebrado. Cielos ¿Cuánto había pasado? ¿Cuánto se había preocupado por él? Porque la única persona que sabía todo era Hannie y ella se había negado a darle cualquier tipo de información a todos los que habían ido a preguntarle algo del rubio. De prontó sintió como sus delgados brazos le rodearon el torso con fuerza, sentía que su cuerpo se paralizaba poco a poco y se relajaba; nunca había pensado que le haría sentir tan bien abrazar a alguien de su pasado, un pasado que nunca quiso abandonar- Cielos... -sollozó el menor ocultando su rostro en el cuello del contrario- ¿Dó-Dónde estabas? ¿Has estado bien? Hannie no nos quiso decir nada a nadie y no sabía qué hacer, no sabía por donde buscarte ByungHun Babbo... Estaba tan preocupado, pero nunca me rendí... Yo sabía que te encontraría en algún momento.. ¡Por eso estoy aquí!

 

Había sido demasiada información de golpe, demasiadas preguntas a la que no sabía cómo responder... Cuánto había extrañado el apoyo del menor, cuánto había extrañado todo y nada a la vez, esa tranquila y esa necesidad que él siempre le había proyectado hizo que todas las emociones que intento por esos años ocultar salieran a flote, inundaran su corazón, su pecho recordándole cuán humano era... Que no importa todo lo que lo intentara extrañaba demasiado a su Omma, a Hannie, a sus amigos y sobretodo a él... Sin responderle nada al menor siquiera tomó una de sus manos, preguntándole de vez en cuándo dónde estaban ciertas cosas, incluso podía percibir el rostro de sorpresa que tenía el menor frente a ésto ¿Estaba.. Ciego? Fue un pensamiento en el que HyunChul no quiso profundizar, angustiándose de manera inmediata porque quizá iba a hallar una respuesta que no quería escuchar. Luego de algunos cortos segundos en que caminaron los dos de la mano, ByungHun con un aire apresurado y un tanto preocupado llegaron hasta la habitación del hotel en dónde él se hospedaba en ese momento.

 

-¿Qué haces aquí? -fue lo primero que ByungHun le preguntó al menor una vez el primero había cerrado la puerta con pestillo y se había acercado rápidamente al ventanal para poder cerrar las cortinas. Se giró hacía él luego con las manos en los bolsillos.

-Buscándote... Porque... Recordé hace un par de días algo que me habías dicho -comenzó a contarle el menor tranquilo, queriendo evitar la preocupación que sentía así que lentamente fue a sentarse en aquella amplia cama que había allí- Que si en un lugar que sabía que prosperarías en tu carrera sería en Londrés... Por eso estoy aquí porque jamás deje de buscarte, ignorando las mentiras que nos decía tu hermana... Yo no me creía nada de eso, no lo podía aceptar -dijo él mientras sus manos entrelazadas se apretaban con el corazón acongojado. ByungHun soltó un suspiro intranquilo.

-No debiste venir, no debiste buscarme -dijo él, el miedo había comenzado a apoderarse de él una vez recordó todas las amenazas que había recibido si él se llegaba a encontrar con alguien de Corea.

-ByungHun-nim... ¿Qué sucede? No iba a dejar de buscarte ¡Acaso estás loco! Desapareciste, nadie sabía nada y no me iba a quedar quieto -Su actitud no pudo evitar hacerle sonreír de manera casi imperceptible. Se levantó y caminó hasta él de forma un tanto brusca. Necesitaba saberlo. Alzó las manos y le quitó los lentes oscuros que el mayor traía, fue entonces cuando se dio cuenta que sus ojos tenían algo extraño... Sus ojos eran los de una persona ciega... Sintió que su corazón dejo de latir mientras Byunghun bajaba la mirada- ¿Qué.. sucedió?... -preguntó casi sin aire, no había manera en que el mayor quedara en un estado así.

-Es una larga historia... -Para él realmente no era tan larga, era bastante simple pero no iba a gastar su tiempo en eso- Ahora, en éste mismo momento no puedes estar aquí HyunChul, debes irte. -de pronto el tono del mayor se volvió agresivo, serio, cosa que sorprendió al contrario

-¿Irme? ¡No! No haré que por fin te encontré -reprochó mientras los ojos se le llenaban de lágrimas, era algo a lo que no iba a acceder. Después de todo lo que había pasado para encontrarle ¿Él lo recibía de ésta manera? No iba a permitirlo

-HyunChul hablo enserio, no puedes quedarte aquí.. -pidió él en un tono más bajo, más angustiante y preocupado. ¿Qué iban a hacer esos imbéciles si se llegaban a encontrar con el menor aquí? No quería ni pensarlo, justamente por eso se había alejado de todos por mantenerlos a salvo.

-¿Qué te ha sucedido, ByungHun-nim?... -preguntó a secas el contrario, sabía que algo que él no entendía estaba sucediendo, pero no podía dejar las cosas de ese modo.

-Muchas cosas -contestó él de forma cortante mientras observaba hacía la puerta. Buscó las manos del menor para tomar sus lentes y de esa forma cubrir sus ojos de nuevo- Enserio HyunChul... No sé qué podrían hacerte si te ven aquí -dijo él llevando el rostro en dirección hacía la puerta como si en cualquier minuto fueran a entrar esas personas

-¿Quienes?... Háblame ByungHun... No entiendo qué sucede.. -comentó un poco desesperado el menor.

 

Tenía que tomar una decisión en ese instante porque no sabía cómo había soportado tanto tiempo estando al servicio de ese imbécil, no sabía cómo había soportando tanto dolor, tanta tortura. Y ahora que el menor había llegado hasta él no pudo evitar recordar cuán bella era la vida antes de que todo ocurriera, cuán tranquilos eran sus pesares, cuando magnífica era la dicha de reír con sus seres queridos. Ni siquiera era capaz de mostrar su propio cuerpo ahora por las marcas que llevaba en él, ni siquiera sus brazos, todo su cuerpo y su mente estaban marcados por todo lo que había cruzado, por todo lo que había llorado. Ya no podía seguir soportándolo y recordó a su hermana "Eres un cobarde" Esas palabras hicieron eco al interior de su cabeza; no iba a soportar más.

Metió la mano a su bolsillo y sacó el móvil, marcó un número con rapidez y la voz de la persona que había sido su refugio durante esos años contestó.

 

-Necesito su vehículo... No, no... Jae Sunbae, no. Estaré bien -le interrumpió- Deje de insis... -ni siquiera pudo terminar sus palabras y frunció el ceño.

-¿Qué paso?.. -le preguntó con preocupación para él negarle con suavidad mientras tomaba una de sus manos. Pronunció un corto "Vamos" y comenzó a caminar a paso apresurado.

 

Su corazón latía con tanta fuerza, con tanto desespero porque sentía que la libertad estaba sólo a un metro de su cuerpo y sólo tenía que correr para alcanzarla, nunca se había sentido tan vivo como en ese momento porque ByungHun había vuelto a luchar por su vida pese a que quizá las consecuencias no iban a ser las mejores, él no iba a dejar de luchar... No de nuevo. El menor cuando entendió todo aquello como siempre, como era en los viejos tiempos que con sólo ver una de sus expresiones era capaz de entender aunque fuera un poco qué era lo que estaba pensando el mayor comenzó a guiarle con más facilidad, se daban instrucciones mutuamente en voz baja con voz tensa, con sus cuerpos tensos y acelerados. 

En cuanto llegaron a la puerta del hotel en dónde estaban, HyunChul se fijó en el auto azul oscuro que les esperaba afuera, inseguro le preguntó al contrario y él asintió, volviendo a obtener la velocidad de antes para poder subir al automóvil.

 

-¡Vamos! -les gritó una voz desde adentro mientras HyunChul abría una puerta, era JaeJoong.

 

Fueron breves, cortisimos segundos en los que ByungHun escuchó su nombre a sus espaldas... "Mierda..." Fue el primer pensamiento que cruzó su mente cuando ese sonido fue tan fuerte, tan angustiante, recordándole la primera vez que había recibido un disparo.. Recordando esa sensación de cómo su piel ardía, cómo se desgarraba. Jadeó y sintió unos brazos jalarle con fuerza, la sensación de estar desorientado y de no poder ver nada lo que sucedía a su alrededor era aún más desesperante, sentía la humedad... La herida sangraba demasiado y apenas escuchaba cómo alguien gritaba su nombre, lo gritaba con tanta desesperación que quería responder y decir que todo estaría bien... Que ya por fin podría tomarse un descanso, ya no había nada más... Que todo estaría bien...

 

Antes del amanecer

Por favor piensa en mi

Antes del amanecer

Puedo escuchar mi corazón latir por ti

Antes del amanecer

Por favor... Regresa a mi.

Notas finales:

Ando inspirada ~~ 


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