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Lo que nunca creí hacer por Kaimi

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí otro capítulo del fic, espero que lo difruten y que les guste mucho!! ^^

CAPÍTULO 44: SOSPECHAS Y EVIDENCIAS

Los días fueron pasando, Beyond y L se mostraban más cercanos con Miyuki, cosa que sólo acentuó las sospechas de la chica, llegando a dudar de sus intenciones. El ojirojo quería saber con sumo de detalles todo lo que le sucedió, a pesar de que el detective intentó persuadirle de lo contrario, creyendo que era mejor ir despacio para que ella no sospechara nada. Sin embargo, como siempre, no quiso escucharle, y tuvo que acceder a sus métodos si quería seguir ayudándole. 

Miyuki salió de su habitación para preparase algo de comer, se encontraba sola, ya que Watari había ido de compras acompañado por Near. Se dirijo a la cocina perezosamente, no tenía ganas de hacer nada, así que simplemente cogió uno de sus refrescos cargados de azúcar. De repente, llamaron a la puerta. La chica dejó su lata medio vacía encima de la mesa y se acercó a la puerta para abrir, pensando que quizás era Watari que se había olvidado de algo. Sin embargo, se sorprendió al comprobar que se trataba de Ryuuga.

_¿Qué haces aquí? _le preguntó, curiosa, ya que era inusual que el detective la visitara.

_Tengo que hablar contigo _le respondió L con voz serena, pero mirándola fijamente.
 
Miyuki contuvo la respiración mientras se alejaba para darle paso. Notó en la mirada del detective que se trataba de algo serio. Por un momento, temió lo peor, ya que todavía no había ideado un plan alternativo para obtener algún tipo de ingreso e irse a otro lugar por si llegaban a echarla.

L se sentó de cuclillas en el sofá, mordiéndose el pulgar casi con angustia mientras esperaba a que Miyuki le sirviera un trozo de pastel que mantenía en el frigorífico.

_Watari me dijo que estas buscando trabajo _le habló el detective seriamente, sin quitarse el pulgar de la boca, pensativo. 

_Sí _afirmó, sentándose delante de él, mirándole fijamente para que no notara su nerviosismo.

El detective permaneció en silencio ante su respuesta. Cogió el plato con el pastel que reposaba en la mesa y se puso un trozo del dulce en la boca, degustándolo lentamente, sin alejar su mirada de la chica. 

_Miyuki, sé perfectamente que no te fías de mí. Así que he pensado en una pequeña solución. Trabajarás para mí, tendrás un sueldo y podrás irte cuando quieras si lo consideras necesario _siguió finalmente, manteniendo la cucharita en su boca, acción que daba un efecto menos intimidante a sus palabras.

_Ryuuga, yo no… _intentó excusarse, no se esperaba que lo intuyera, tampoco había sido tan obvia para que la descubriera tan rápidamente.

_Me ayudaras con mis trabajos. Serás como mi secretaria _la interrumpió, no quería que se excusara inútilmente.
 
_¿Cómo? _preguntó ahora confusa_. ¿Tu secretaria? ¿Desde cuando eres empresario?

_Soy... Digamos que en un futuro próximo aspiro a convertirme en un buen detective, y me gusta realizar investigaciones por mi cuenta. Espero tu colaboración, no acepto una negativa _dijo eso último con una sonrisa y con mucha seguridad, haciendo que sonara más a advertencia que a cualquier otra cosa.
 
Miyuki se lo quedó mirando, pensando su oferta detenidamente. Después de saber que no se fiaba de él, le ofrecía trabajo… sospechoso.

 _De acuerdo _accedió finalmente, la verdad es que sentía curiosidad por cómo terminaría todo eso.

_Bien, esto es todo _dijo mientras se levantaba_. Puedes empezar esta misma tarde a las cuatro, te estaré esperando. 

Miyuki lo acompañó a la salida y lo despidió. Cerró la puerta lentamente, y se quedó allí, con la mano todavía en el pomo, analizando minuciosamente las palabras del detective.

Poco después llegaron Near y Watari, cargando con algunas bolsas. El albino subió a su habitación mientras la chica se dedicaba a ayudar a Watari.

_Watari… _le llamó Miyuki, algo dubitativa_ ¿sabe? Ryuuga me ha ofrecido trabajar para él.
 
_¿De verdad? _le respondió este con una sonrisa, como si no lo supiera, recordando la conversación que había tenido con su protegido unos días antes.

(Flash Back)

_Señorito L, la señorita Asano es un poco terca, ¿no cree? _le habló el anciano. Estaba sentado junto al detective en la terraza, tomando una taza de té.

_Un poco, perfecta para Beyond, se parecen _respondió L tranquilamente mientras comía de su dulce_. Pero, ¿por qué lo dices?

_Porque está buscando trabajo _le explicó después de dar un sorbo de su té.
 
_¿Le has dicho que no hace falta que trabaje? Aquí lo tiene todo.
 
_Sí, pero insiste en que no quiere ser una carga.

_Mmmm… _se limitó a decir el detective, poniéndose el pulgar a la boca, analizando por unos segundos las palabras de Watari.

_¿Está pensando en algo, señorito? _le preguntó el hombre curioso, intuyendo un poco los pensamientos de L.

_Hablaré con ella, si lo que quiere es trabajar, le pediré que me ayude con mis casos _siguió rápidamente el detective, evadiendo las posibles sospechas de Watari.

_¡Señorito! Pero entonces sabrá que usted es L… _le dijo, impactado y preocupado al mismo tiempo.

_No… Podría decirle que soy un gran fan de mí mismo, pero que soy más tonto que yo. Aunque será un poco difícil ser menos inteligente que yo _bromeó, intentando que el hombre no se preocupara.

_Señorito, la chica es muy inteligente, descubrirá que es L _seguía preocupado, al mismo tiempo que le caía una pequeña gota de sudor por la frente ante la “ingeniosa” respuesta del detective.

El chico se levantó de la silla lentamente, y le dijo mientras se marchaba y le miraba con una sonrisa prácticamente indescifrable:

_Lo sé.

Y se marchó, dejando a Watari sólo con su taza de té.

_Señorito L… está jugando con fuego _suspiró, realmente preocupado.

(Fin del flash back)

_Watari, ¿me ha escuchado? _le llamó de nuevo Miyuki, consciente de su leve ausencia.
 
_Pues hágalo. ¿No es eso lo que quería, señorita?

El hombre le puso una mano en el hombro y le sonrió, cómo felicitándola. Luego, se marchó. Miyuki observó cómo se marchaba en silencio, sin entender muy bien el porqué de su reacción, parecía inquieto.

Justo a las cuatro de la tarde Miyuki se acercó a casa de los gemelos, estaba algo emocionada, ya que sentía curiosidad por lo que realmente tendría que hacer. Presionó el timbre y esperó, y casi al momento la puerta se abrió.

_Dos minutos tarde _ese fue el saludo del detective, lo dijo de forma tan indiferente y a la vez despreocupada que la chica no supo si era realmente un maniático de la puntualidad o era tan sólo una simple broma_. Pasa.

Miyuki entró soltando una risita nerviosa ante el comentario del detective, y echó un rápido vistazo a la sala.

_Vamos al piso de arriba, te enseñaré donde trabajaremos.

Ambos empezaron a subir las escaleras en silencio. La chica estaba ahora nerviosa. Y si se encontraba con Luxaky… ¿Que haría? ¿Qué le diría? ¿Qué pensaría? ¿La odiara por trabajar con su hermano? Empezaba a sentirse mareada por todas esas preguntas sin respuesta… Se sentía confusa, sin saber muy bien por qué le importaba tanto.

_Esto...
 
_No está _le interrumpió tajantemente L, sin girarse para mirarla.
 
_¿Qué? _preguntó, pensando que se había equivocado, ya que aún no le había preguntado nada en absoluto.

_Querías preguntarme si mi hermano está por aquí, ¿verdad?

_Ehh... _se pudo nerviosa. ¿Cómo lo había adivinado de una manera tan rápida? Ah, puede que leyera la mente..._. Sí _admitió finalmente.

_No está, se le terminó la mermelada y ha ido a comprar más. Tardará aproximadamente cuarenta minutos en llegar.

Miyuki se lo quedó mirando en silencio, sin saber que decir, pensando que quizás si tenía futuro como detective. Finalmente llegaron a lo que era su despacho. Miyuki quedó con la boca abierta al ver todo aquello. Había un ordenador principal conectado a más de una decena de pantallas. Dos mesas, una de ellas con tres ordenadores más, y la otra con uno, esta vez portátiles. Una gran estantería repleta de libros, carpetas, documentos… Y así seguía la cosa, era una sala realmente impresionante. Casi parecía del FBI.

_¡Wow! ¿Aquí trabajas? _le preguntó, impresionada.

_Sí, sé que no es mucho, pero es lo que tengo.
 
_¿Qué no es mucho? _sonrió, sin duda, Ryuuga tenía un problema.
 
_Tu estarás aquí _le señaló la mesa con un solo portátil.

El detective le explicó detalladamente todo lo que tenía que hacer. Básicamente tenía que dedicarse a archivar documentos, buscar la información necesaria al instante y escribir informes detallados. Miyuki creyó en un primer momento que sería como jugar a detectives, hallazgos sin importancia y hechos irrelevantes, pero después de todo eso, empezaba a dudar de sus expectativas. De vez en cuando observaba al azabache de reojo, sentado de cuchillos sobre un sillón negro de piel, delante del monitor principal, envuelto en más y más documentos y escribiendo a toda velocidad en el ordenador. La chica pensó que se lo tomaba realmente en serio para ser sólo una especie de pasatiempo.

_¡L! ¿Dónde estás, L? _se escuchó des del piso de abajo.

L se tensó sobre la silla, dejando de teclear al momento. No se había planteado la posibilidad de que su mismo hermano le delatara, ya que normalmente se dirigía a él con alguna clase de insulto, y si estaba de buenas, simplemente como “Ryuzaki”.  

_¿L? _le preguntó Miyuki confusa.

Demasiado tarde. El detective se levantó rápidamente y se dirijo a la puerta mientras pensaba en una buena excusa antes de que la chica empezara a sospechar.

_Sí… ¿Conoces al detective L? Pues me gustaría llegar a ser como él… Y como mi hermano es imbécil, me llama así porque cree que es una tontería _respondió finalmente con tono frío y tranquilo, intentando aparentar absoluta normalidad_. ¡Lue, aquí arriba! _gritó, de forma algo angustiosa y apresurada una vez abrió la puerta.

Al cabo de pocos segundos Beyond hizo acto de presencia, y dijo burlón mientras cerraba la puerta sin darse cuenta de la presencia de Miyuki:

_¿Cómo no me extraña que estés aquí? Como ratón en su jaula.

L permaneció en silencio, cosa que extrañó al ojirojo. Lo miró sin entender, y se dio cuenta de la expresión que adornaba el rostro de su hermano, una mezcla entre nerviosismo muy bien disimulado y “voy a matarte aquí y ahora”. Desvió entonces su mirada, dirigiéndola a la sala, dándose cuenta de alguien que no debería de estar allí.

_Hola _saludó Miyuki levantando la mano tímidamente.

Beyond se quedó totalmente inmóvil, mirándola como si hubiera visto un fantasma. Se acercó a su hermano, sin quitarle los ojos de encima a la chica, y le preguntó susurrando y con claro tono de desagrado:
 
_¿Qué coño hace ella aquí?

_Es mi nueva secretaria _le respondió el detective ya más tranquilo, parecía que la chica no había sospechado nada.

_¿Cómo? ¿Estás de broma, no?

_No.

El ojirojo chasqueó la lengua ante la respuesta del detective, y decidió que necesitaba tomar un poco de aire, tanta noticia repentina le había colapsado la mente. Cogió uno de los botes de mermelada que había adquirido recientemente y se marchó a la terraza. Poco después L y Miyuki le acompañaron. L con un trozo de delicioso pastel y Miyuki con una coca-cola.

En la casa de al lado, Watari estaba tendiendo la ropa tranquilamente, sin darse cuenta de que cierto albino estaba detrás de él.

_¿Dónde ha ido la chica? _le preguntó.

_Trabaja para L _le respondió Watari mirándolo con una sonrisa.

_¿De verdad? _intentó mostrar cierto grado de sorpresa, sin éxito alguno, su voz sonó totalmente neutra.

Los días fueran pasando, y todo iba realmente bien, por extraño que parezca. Beyond había aceptado, aunque a desgana, que Miyuki trabajara para L, y ya no parecía molestarle mucho. L había descubierto que tener una ayudante podía resultar bastante útil, y Miyuki era eficiente e inteligente, le era de mucha ayuda.

Ahora mismo ambos se encontraban trabajando en un nuevo caso que le había encargado Watari, más sencillo de lo que el detective esperaba encontrarse, así que disponía de algo de tiempo libre. Se levantó de la silla con parsimonia y observó a la chica por unos segundos, y le dijo:

_Miyuki, me voy un momento, en seguida vuelvo.

_Bien.

Una vez L se marchó, la chica se desperezó sobre la silla. Realmente estaba impresionada, no se trataba para nada de una simple afición, como había pensado en un principio. Ese ojeroso escondía algo... Le carcomía la cabeza el qué.
 
En ese momento del monitor principal, que hasta el momento se había mantenido de color negro, indicando que estaba en suspensión, empezó a brillar de forma intermitente un anuncio: resultados encontrados. La chica miró la puerta de entrada, Ryuuga aún no volvía. Miró de nuevo la pantalla, encontrándose esta vez con un mensaje distinto: diez minutos para que los datos sean eliminados.

Se levantó de golpe de la silla y se acercó al ordenador. Intentó desbloquear el ordenador para evitar que la información se borrara, pero no lo consiguió, le pedía una y otra vez la clave de acceso. Miyuki refunfuñó por la bajo, mientras se sentaba rápidamente en la silla del detective y hackeaba el sistema a toda velocidad:

_Maldita sea, las cosas que me toca hacer…

Le costó mucho más de lo que esperaba, ya que hacía mucho tiempo que no se infiltraba en un sistema operativo, y menos en uno de tan alta seguridad. Eso le sorprendió bastante, no entendía para que se tomaba el azabache tantas molestias.

Suspiró aliviada, al menos había conseguido salvar los datos. Se trataba del informe de un criminal, documentos que deberían de ser totalmente confidenciales. Sin embargo, allí estaban, en el ordenador de un mero estudiante de universidad. Leyó el informe con curiosidad, no había nada que destacar, se trataba de un simple asesino de niños. Aunque su aspecto era bastante desagradable. Delgado, en extremo, casi parecía un esqueleto cubierto por una fina capa de piel blanquecina, prácticamente del mismo color que la ceniza; cabello largo, de un color rubio tan claro que daba la sensación de ser blanco y graso; ojos azules, muy claros, casi blancos, que creaban un efecto algo extraño, como si sus ojos fueran tan solo el globo y la pequeña pupila; y unos labios finos que perecían delineados con pintalabios marrón.

Miyuki cerró el informe una vez terminó de leerlo, encontrándose ahora con el fondo de pantalla del ordenador, personalizado con la L gótica que identificaba al detective L. La chica soltó una sonora carcajada, Ryuuga estaba totalmente loco por ese detective.

Algo le llamó la atención. Medio escondida en el extremo superior del escritorio, había una carpeta, cuyo nombre era: Miyuki Asano. La chica miró nuevamente a su alrededor, asegurándose que aún se encontraba sola. Abrió la carpeta. Dentro de ella había otra carpeta, sin nombre, un vídeo y una grabación. Abrió el vídeo, dándose cuenta de que era ella misma junto con Watari. Incrédula, abrió la otra carpeta, encontrándose con toda clase de documentos. Tenían todas sus defunciones, documentos de adopción e impresos del registro civil.

Abrió los ojos de la sorpresa, no se lo podía creer, así que todo este tiempo los habían tenido ellos. Estaba indignada, disgustada, cabreada, totalmente cabreada. Sacó el pen drive que guardaba en su bolsillo trasero, lo conectó al ordenador, y copió todo el contenido. No sólo lo suyo, no, ya que la habían investigado, ella haría lo mismo con ellos. 

En ese momento, escuchó sonidos provenientes del piso de abajo. Era cuestión de pocos  minutos que Ryuuga entrara por esa puerta. Quitó rápidamente el pen del ordenador, a medio copiar todo el contenido, pero no le importó, supuso que tendría bastante. Eliminó todo rastro de trasferencia de archivos del sistema, y dejó abierto el video para cuando entrara el detective.

La puerta se abrió, dando paso a ambos hermanos.

_¡No me lo puedo creer! ¡Me estáis investigando! _gritó con claro tono de enfado a los recién llegados.

Beyond y L comprendieron al momento de lo que hablaba, el vídeo seguía reproduciéndose en el ordenador como prueba definitiva. L miró fijamente la pantalla, no creyó que esa chica fuera capaz de infiltrarse tan fácilmente en su sistema, casi podría llegar a la altura de su pelirrojo sucesor. Sonrió interiormente por eso, quizás la había subestimado un poco. 

_No teníamos otra opción _dijo L finalmente, mirándola de forma penetrante mientras ambos se acercaban a ella.
 
_¿Qué no teníais otra opción? _repitió, todavía gritando, asombrada de que aún tuvieran los cojones de responderle eso_. ¿Y creéis que la mejor opción es espiar a la gente?

_Escondes demasiadas cosas y... _objetó Beyond.

_¿Cómo quieres que te llamemos? _lo cortó de repente su hermano_. ¿Miyuki? ¿Urquina? ¿Misaco? ¿Kaoly? _le dijo en tono de burla, casi despectivo, como pretendiendo provocarla.
 
_Miyuki. Me llamo Miyuki, lo sabéis…

_Deja que lo dudemos _repuso de nuevo el detective, mirándola desafiante.

_Sabía que no me podía fiar de ti, Luxaky. Pensaba que la otra vez te dejé bien claro que no quería que te metieras en mi vida. Estoy harta de todo esto, harta de vosotros, ¡me largo! _dijo algo más calmada.

La chica empezó a dirigirse hacia la puerta, seguía cabreada y disgustada, pero no pensaba caer tan fácilmente en las provocaciones del detective. De repente, L la cogió fuertemente del brazo, haciendo que retrocediera.

_No, tú nos tienes que explicar algunas cosas _le dijo autoritariamente, todavía sin soltarle el brazo.

_¿Explicar? ¿Y qué quieres que te explique? Seguramente ya lo sabes todo _repuso ella, zafándose violentamente de su agarre.

_Algunos detalles que me interesa averiguar _le respondió, volviendo a poner la mano con la que agarraba a la chica en el bolsillo del pantalón.

_Como es el caso de la cicatriz que tienes en la espalda _agregó Beyond_. ¿Cómo te la hiciste?

Miyuki se condujo inconscientemente la mano al hombro izquierdo, donde tenía una cicatriz bastante notoria, pero no de gran tamaño, justo encima del omoplato, un grato recuerdo del orfanato Delop Hilad.

_¿Cómo lo...? _preguntó casi por acto reflejo.

_Te la vi el otro día _le confesó el muchacho.

_Claro… _murmuró más para sí misma que para ellos, ahora se daba cuenta de la estupidez de la pregunta. Dirijo su mirada al suelo, pensando en que lo de esa noche con Luzaky quizás no debería de haber pasado…

_Probablemente sea como nos lo contó Trébol _intuyó Ryuuga, haciendo que Miyuki se tensara, sabían más de lo que ella esperaba.

_¿Trébol? _preguntó con una voz que sonó a carraspeo de garganta y con los ojos abiertos por la sorpresa.

_Así que eras realmente tú la chica tan inteligente de la que nos habló esa niña _concluyó el detective, intentando que Miyuki se pusiera más nerviosa y así respondiera a todas sus preguntas, quitando su voluntad a golpes.

_¿Hablasteis... con ella? _empezaba a sentirse mal, los recuerdos la invadían por momentos. Su mirada, la seguía viendo, clavada en su mente…

_Sí, hablamos con ella _afirmó Beyond como si nada.
 
_Bien... y cuando faltasteis a la universidad fue porque... _dedujo, dejando de lado la culpabilidad que sintió en su momento y volviendo a cabrearse.

_Fuimos a cada uno de los orfanatos. Queremos saberlo todo, con detalles _volvió a responderle Beyond.

Miyuki suspiró con cansancio. ¿Es que esos dos no entendían el significado de las palabras “dejad en paz mi vida”? Parecía que no. Cansada de escucharlos, levantó los brazos en señal de resignación y dijo:

_Bien, ya que sabéis tantas cosas y os gusta tanto indagar en la intimidad y la privacidad de la gente, dejaré que sigáis buscando en lugar de decíroslo yo.

La chica se dirijo de nuevo a la puerta, esta vez dispuesta a marcharse. Estaba convencida de que serían capaces de llegar hasta el final, pero ella no les diría absolutamente nada, y no estaba dispuesta a aguantar más acusaciones, ¡como si fuera la mala de la película!

_Huir es de cobardes _le dijo el detective, con una desgarradora hipocresía, justo antes de que saliera por la bendita puerta.

Y se hizo el silencio absoluto.

Miyuki se detuvo de golpe, aferrando el pomo de la puerta con la mano, con furia. De repente, se giró, y se acercó pausadamente al detective, con la cabeza baja y el flequillo tapándole los ojos. Se detuvo, quedándose a pocos centímetros de distancia del muchacho. Por su parte, Beyond los observaba atentamente, expectante, esperando a ver quién de los dos hablaría primero. Sin más, Miyuki levantó la mano muy lentamente, bajo la atenta mirada del detective. Y… ¡pum! Solo por el hecho de que el rostro del detective estaba de lado, y el estruendo de la mano de Miyuki golpeando su cara, el ojirojo pudo saber que le había dado un terrible bofetón.

L se quedó totalmente inmóvil, aun con el rostro girado, mientras Miyuki le cogía ahora violentamente del cuello de la camiseta, acercándolo más a ella con fuerza, y le escupía las siguientes palabras:

_¡No te atrevas a llamarme cobarde, maldita imitación!

Luego le soltó con violencia, haciendo que el detective se zarandeara un poco y retrocediera un paso. Beyond abrió los ojos de la sorpresa, mientras L la miraba de reojo bajo los mechones de cabello rebeldes, cabreado. Nadie le pegaba. Nadie.

_Ryuzaki… _susurró Beyond con voz autoritaria y amenazante, imaginando cual sería la reacción de su hermano.

L se incorporó lentamente, y miró muy fijamente a la chica, haciendo que un escalofrío le recorriera la espinada. Nunca había visto esa mirada en el detective, esos ojos que ahora mostraban furia, rabia, dureza... Y sin previo aviso, le lanzó una potente patada en la mandíbula, provocando que retrocediera y casi cayera al suelo.

_¡¡Ahhh!! ¡Joder! _gritó, llevándose las manos instintivamente a la zona afectada, apretando con fuerza para intentar calmar las punzadas de dolor, y sintiendo al cabo de poco el sabor metálico de la sangre en su boca. 

El detective aprovechó la sorpresa de la chica para volver a acercarse a ella, y puso una pierna entre las suyas, desequilibrándola y haciendo que esta vez cayera al suelo con un golpe seco. Pero justo en el momento en el que el pie de L iba a aterrizar sobre la cabeza de la chica, Beyond le cogió la pierna, deteniéndola al instante y haciendo suficiente presión para que L se alejara debido al dolor. 

Ambos hermanos se quedaron mirando fijamente, sin decirse una palabra, parecía que la mirada era suficiente para conversar. Miyuki se los quedó mirando con la respiración contenida, todavía sujetándose la mandíbula con una mano, se había salvado de una buena paliza por los pelos.

L se alejó unos pasos, ya calmado, mientras que Beyond se quedaba mirando fijamente a Miyuki, sin ninguna intención de ayudarla a levantarse. La chica se quedó un momento en el suelo, como meditando, hasta que finalmente se incorporó lentamente. Los miró a los dos, todavía con una mirada llena de ira contenida, y les sonrió. Una sonrisa totalmente siniestra, que dejaba entrever sus dientes ahora cubiertos de sangre. Escupió en el suelo el exceso de sangre, y se fue sin decir nada más.

Beyond observó como se marchaba en silencio, para luego se agacharse en el suelo, delante del escupitajo de sangre, y lo tocó con el dedo índice, como quien descubre algo realmente interesante. Levantó el dedo y lo miró curioso, eso era bastante sangre, quizás el golpe le había roto algún diente, pensó. 

_Beyond...

_No hacía falta que la atacaras de esa manera... y lo sabes.

_Lo sé, pero...
 
_Tenías que controlarte... ¿no es eso lo que siempre me dices? Pues aprende tu primero.

Luego el ojirojo se levantó del suelo y se marchó, no sin antes lamer la sangre de su dedo índice, dejando solo al detective.

Miyuki cerró la puerta de su casa con un fuerte portazo. Watari estaba tranquilamente sentado en el sofá, leyendo el periódico, y levantó la mirada sorprendido, pero sólo pudo ver como la chica subía las escaleras a toda velocidad. Siguió leyendo el periódico, sin darle mucha importancia al asunto. La chica se encerró en su habitación y se dirijo de forma apresurada al baño. Abrió el grifo del agua y se enjuagó la boca, escupiendo más y más sangre. Mientras hacía gárgaras iba refunfuñando cosas ininteligibles.

_¡Maldito cabrón! Duele… _maldijo una vez comprobó que ya no le salía mucha sangre y volvía ponerse la mano encima para mitigar el dolor.

Al cabo de unas horas, Beyond volvió a bajar al salón a por un bote de mermelada. Se sentó en el sofá, todavía le costaba de creer lo que había sucedido esa misma tarde. L sabía perfectamente que para él, Miyuki no era alguien cualquiera, y supuso que la respetaría, pero parecía que no. Suspiró y cerró los ojos, intentado tranquilizarse.

A los pocos minutos, escuchó pasos detrás de él, L había ido a buscarle, así que abrió los ojos y lo miró.

_¿Qué sucede? _le preguntó de mala manera.

_Lo siento _respondió mientras se sentaba en el sofá de delante, separado por la pequeña mesa del medio.

_Lo he estado pensando, L… Necesito preguntarte algo, y espero tu más suma sinceridad _le dijo seriamente y mirándolo fijamente.
 
_Claro _aseguró, imaginando cuál sería la pregunta, aunque muchas le abordaban la cabeza.

_¿Por qué que Miyuki está viviendo con nosotros? _articulando bien cada palabra para dejarle claro que era importante_. Si no querías que se quedara en la calle podías haberle pagado tú mismo el alquiler o buscarle otro y pagárselo. No tenías por qué haberla traído aquí.

L permaneció en silencio, no se esperaba precisamente esa pregunta, y sabía que la respuesta no le gustaría nada a su gemelo. Pero quería recuperarlo, así decidió responderle con tan sólo una parte de la verdad.

_Porque... quería tenerla cerca para investigarla a fondo. Si le hubiera pagado el alquiler, no habría dado el mismo resultado.
 
_Me lo imaginaba _le dijo Beyond suspirando, sabía que le estaba mintiendo, o al menos que no le decía toda la verdad, pero tampoco sabía que era exactamente lo que le escondía.

A la mañana siguiente Miyuki decidió no ir a trabajar, la razón era más que obvia. Ella no pensaba ser la primera en pedir disculpas, y el moratón casi negro que tenía por mandíbula le era razón más que suficiente. Aunque por lo que realmente estaba enfadada era porque la habían estado investigando a sus espaldas y porque el maldito de Ryuuga le había llamado cobarde. 

Llamaron a la puerta de su habitación, y apareció Watari, mirándola con una sonrisa mientras ella se tapaba rápidamente el rostro con el libro que estaba hojeando.

_Hola, señorita, venía a decirle que se queda sola, Naer y yo vamos a salir _le dijo el hombre con una sonrisa.

_Bien, Watari _le respondió ella, mirándolo por encima del libro.

Watari volvió a cerrar y se marchó. Suspiró aliviada, no se había dado cuenta. No creía que al hombre le gustara mucho la idea de la pelea, y mucho menos con uno de sus ahijados.

Volvió a concentrarse en la lectura, hasta que escuchó el sonido del timbre. Dejó el libro a un lado y bajó las escaleras para abrir, intuyendo que Watari y Near ya estaban de vuelta, aunque más pronto de lo que supuso.

De nuevo, llamaron, dos veces más, insistiendo. Miyuki supo entonces que no se trataba de Watari. ¿Entonces, quién era? ¿Matt? ¿Mello? Finalmente abrió la puerta con una sonrisa, pero lentamente la fue borrando cuando lo vio...

 

Notas finales:

Miyuki: Bueno, y así termina el capítulo, supongo que todo el mundo se imagina quien está detrás de la puerta xD

Beyond: Te sigo diciendo que se te da de pena la intriga <_<

Miyuki: Ais… *suspirando, ya pasando de él totalmente xD* A ver, y no se extrañen por los acontecimientos, piensen que L siempre tiene una segunda intención para todo lo que hace. Así que no se sorprendan por la “gran” oferta de trabajo que le ha dado a Miyuki.

L: ¿Eso es un sarcasmo? <_<

Miyuki: No, que va ^^’ Por cierto, explicación de la pelea. Por mucho que admire a L, mi mayor sueño sería tener una buena pelea con él xD

Beyond: Sí, y perdiste xD

Miyuki: <_< Bueno, es que nadie puede ganarle a L, ni siquiera yo xD Una pregunta gente, ¿creéis que es de ser egocéntrico tener de fondo de pantalla tu propio nombre?

Beyond: ¡Sin duda!

Matt y Mello: Por supuesto xD  *al unísono*

Near y Light: Totalmente.

Miyuki: ¡¡Lol L-chan!! Te hemos calado xD

L: Sois todos unos cabrones <_<

Miyuki: Bueno, me despido, que esto cada vez es más largo xD Dejen muchos reviews porfa, que si no me deprimo... y no podré actualizar pronto xD Saludos y hasta el próximo ^^

Agradecimientos:

Fujoshi-4-ever

Hanako

FAN

aikoyukizero

Lady Kakashi Birthday (Tania Depp Sparrow)

Morphie (Circe Kurosaki)

KiraKuran

dith

Lawliet Shinigami

Anónimo (hay un anónimo entre nosotros xD)

VampireDark


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