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Lo que nunca creí hacer por Kaimi

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo a todas, primero que nada, siento mucho la espera. Pero por razones de estudios, no he podido actualizar hasta ahora. Sé que nada de lo que pueda decir puede compensar tan larga espera, pero tengo que intentarlo. Obviamente, no abandonaremos el fic. A partir de ahora, que ya tengo vacaciones, actualizaré más seguido, así que espero que no se hayan olvidado de él. Y muchas gracias a todas aquellas que han seguido dejando reviews hasta ahora. ^^

Espero que disfruten del capítulo, y de nuevo siento mucho la tardanza.

CAPÍTULO 46: UN PASO HACIA DELANTE

La lluvia había decidido hacer acto de presencia en la ciudad, encapotando el cielo con una densa capa de nubes grisáceas. Light contemplaba con semblante aburrido el espectáculo desde la ventana de su habitación. Suspiró con cansancio y terminó de acicalarse para dirigirse a la universidad. No le apetecía, no le agradaban los días lluviosos, y además no podía ir en coche porque su padre lo había cogido para ir a trabajar.

Bajó las escaleras con cierta parsimonia mientras se acomodaba en el hombro la bolsa con los libros. Una vez en la entrada cogió el paraguas de color negro del paragüero donde normalmente yacían los del resto de su familia y que ahora, que había cogido el suyo, se encontraba vacío. Intuyó que tanto sus padres como su hermana pequeña también se los habían llevado. Antes de salir por la puerta volvió a suspirar. Esta vez fue un suspiro vacuo, de algún modo sin sentido, y pensó en lo solo que se sentía en ese momento.

Cuarenta minutos después llegó al recinto universitario. Le había costado diez minutos más de lo habitual, básicamente debido al tráfico que colapsaba las calles. Comprobó que era de los pocos que iba a pie. El aparcamiento estaba repleto y muchos de los alumnos todavía bajaban ahora de sus respectivos vehículos. Se sintió como un verdadero idiota, hasta Kayla había llegado en coche acompañada por Matsuda.

Suspiró de nuevo antes de guardar el paraguas y acercarse a su amiga, sin poder quitarse de la cabeza al hombre que atormentaba todo sus ser. La parte más ingenua de su persona seguía esperando que apareciera de improvisto y se lo llevara lejos de allí. Pero no eran más que sueños absurdos, de ciego enamorado. Quien iba a decir que se enamoraría de un hombre… Un sujeto excéntrico que había creído odiar desde el primer día, totalmente contario a él, pero que sin embargo le desvelaba las noches y le hacía disfrutar como nadie. El mismo por el que ahora suspiraba, el mismo que no le había dirigido la palabra desde hacía ya semanas…

_¡Light! 

Dio un respingo antes de levantar la vista y ver que Kayla se aproximaba a él con una sonrisa que le iluminaba el rostro, y sacudiendo la mano de izquierda a derecha repetidas veces a modo de saludo. Le devolvió el saludo con cierta pereza, últimamente se le había hecho costumbre que le sacaran de sus pensamientos a sacudidas.  

_Tenías que haberme llamado, Matsuda y yo hubiéramos ido a buscarte _le regañó ella al ver su ropa ligeramente mojada, con un tono que al castaño se le antojó bastante infantil y fuera de lugar.

_No te preocupes _le respondió, sonriendo sin ganas.

Por un momento se obligó a sí mismo a dejar de pensar en Ryuuga, y se concentró en su amiga al recordar el porqué de tanta alegría y entusiasmo. Se pasó una mano por el cabello, también levemente mojado, acomodándoselo, y añadió con una verdadera sonrisa:  

_¿Ya has felicitado al señor Heisho?

_¡Claro que sí! ¡¿Cómo quieres que no le felicite?! Le llamé esta mañana, ambos están esperando impacientes la celebración de este año _respondió Kayla jovialmente.
 
_Deben de tener muchas ganas de verte, ¿cuándo llega su avión?

_Hoy, a las cinco _respondió, ampliando su sonrisa. Hacía casi un año que no veía a sus padres, e iban a reunirse esa tarde para celebrar el aniversario de su padre. Estaba realmente feliz de poder verlos de nuevo_. He reservado salón en uno de los restaurantes más caros, el Ring Gold.

_Bien, cuando terminen las clases iremos a prepararlo todo _le aseguró el castaño, ver a su amiga tan feliz le hacía olvidar un poco toda su angustia, preocupación… ¿o por qué no directamente sufrimiento?

Poco después se dirigieron cada uno a su respectiva clase.

Los alumnos de criminología estaban apiñados en el pasillo, hablando distraídamente, esperando la llegada del profesor para empezar con la clase. Light se apoyó en la pared alejado del tumulto de gente, observándolos durante unos segundos con hastío, perfectamente disimulado bajo su rostro educado e impasible. De improvisto, una mano se posó sobre su hombro. Se giró para encarar al que le sacó de su ensimismamiento, y no pudo hacer más que asombrarse al encontrarse el rostro de Ryuuga a escasos centímetros del suyo. Los orbes profundos e inexpresivos del detective le sostenían la mirada con firmeza, analizándole, prácticamente atravesándole. Light se sintió atrapado, sin saber qué hacer. Se sentía eufórico, a la vez que seguía afligido por el desinterés que mostró el azabache hacia su persona las últimas semanas. 

A Light le pareció que estuvieron minutos en la misma posición, sin decirse nada, sumergidos en ese agradable silencio. Silencio… Se volvió de nuevo, y se dio cuenta de que todos estaban ya en clase, y que tanto Ryuuga como él eran los únicos rezagados. Se dirigió de forma apresurada al aula, ignorando completamente al detective. L frunció el ceño ante su reacción, desde hacía unos días notaba extraño y distante al castaño, pero prefirió no decirle nada, al menos de momento, y seguirle para asistir a la estúpida clase.

Durante la clase, el detective no alejó su mirada de Light, pero este no se dignó a devolvérsela. El castaño estaba sumamente concentrado en las aburridas explicaciones del profesor, cuando muy probablemente (o eso es lo que quiso interpretar el detective), no prestaba verdadera atención a sus palabras. Comprendió enseguida que le estaba evitando. Pero… ¿Por qué? ¿Qué se suponía que le había hecho ahora? Deseó que acabara de una maldita vez la dichosa clase para poder hablar con él. Y su deseo se cumplió al cabo de unas tediosas horas.

Todos los alumnos salieron ansiosos del aula, y antes de que Light tuviera oportunidad de escaparse, L le acorraló. Light chasqueó la lengua, molesto, mientras el detective ponía una mano en palma contra la pared, al lado de la cabeza del castaño, y le preguntaba con impaciencia:

_¿Qué te ocurre?

Light lo miró frunciendo el ceño, lo empujó con brusquedad, más de la que él mismo hubiera querido, y le respondió con vehemencia alejándose unos pasos:

_Nada.

_Vamos, Yagami, ¿se puede saber que te he hecho? _insistió L. Su pie derecho frotaba su tobillo izquierdo con nerviosismo, señal de su inquietud al no poder controlar la situación_. Que yo sepa no te he dicho nada para...

_Tú mismo lo has dicho, no me has dicho nada _le interrumpió_. Y llevo prisa, adiós.

Acto seguido se marchó, dejando por unos segundos a L mucho más que desconcertado. El detective gruñó por lo bajo mientras también se marchaba para reunirse con sus amigos.

_¡Ryuzaki! _le llamó Matt, saludándole con una mano una vez lo visualizó entre la multitud de gente dispuesta a regresar a sus casas luego de otro aburrido día. Por un momento, se dio cuenta de la perturbación del detective, y le preguntó con cierta curiosidad_ ¿Ha ocurrido algo?

_No tengo ni la más mínima idea, Mail _le respondió con sinceridad y un deje de ironía, lo que hizo que Matt sonriera y se olvidara rápidamente del tema, creyendo que se trataba de otra de sus bromas prácticamente indescifrables. Aunque L realmente se sentía un poco angustiado, por primera vez en mucho tiempo, no encontraba una respuesta coherente a una cuestión tan aparentemente simple.

Se marcharon todos de regreso a la mansión, mientras L iba pensando en  cómo solucionar la situación, pero estaba falto de ideas e imaginación, y se dijo a sí mismo que una vez llegara a casa se atiborraría de dulces. 
 
Por su parte, Light, iba de camino a reunirse con Kayla, luego de haber estado meditando durante unos minutos bajo la lluvia, que ahora se había convertido en unas pequeñas y casi desapercibidas gotas de agua. Dejó que estas le mojaran el rostro, un poco cansado por la falta de sueño de los últimos días.

En seguida vio a su amiga junto a su novio, esperándolo en la entrada del edificio. Se dirijo hacia ellos como alma en pena, manos en los bolsillos y mirada apática. La pareja se lo quedó mirando un tanto desconcertada, hasta que Kayla le preguntó con preocupación (su estado le recordó vagamente a los días en los que estaba decaído por culpa de Hideki): 

_¿Te sientes mal, Light?

_No _respondió secamente mientras se pasaba la mano derecha por el rostro para secarse unas lágrimas rebeldes que habían quedado engullidas por las gotas de agua, las cuales seguían resbalando hasta llegar a su cuello y finalmente morir en el borde de su camiseta.

_¿Seguro? Si necesitas descansar Matsuda y yo podemos encargarnos de todo _repuso ella, temiendo que hubiera cogido un resfriado, ya que estaba bastante mojado.
 
_No, tranquila, estoy bien. Perfectamente. Además, yo también quiero ver a tus padres _insistió forzando una sonrisa, lo único que quería era poder distraerse para sacarse de la cabeza a ese maldito azabache.

_Pues vamos, ¿a qué estamos esperando? Ya son las tres y media, en hora y media tus padres estarán aquí _dijo Matsuda.
 
Kayla asintió ilusionada. Todavía le costaba un poco creer que después de tanto tiempo volviera a estar con su familia, aunque sabía que tan sólo sería por unos días y que se irían de nuevo, dejándola sola, durante medio año más.

Los tres subieron al coche de Matsuda y se dirigieron al restaurante. Durante el viaje la pareja hablaba animadamente de cómo podrían organizar la ceremonia, mientras que Light, sentado en el asiento de atrás al lado de la ventana tenía la mirada perdida entre las diferentes parejas que iban por la calle. Un tipo con el cabello negro, cogido de la mano de su novia por allá, otro más allá, y otro...

_Menuda mierda... _susurró, sin darse cuenta.
 
_¿No te gusta mi idea, Light? _le preguntó Kayla, girando sobre el asiento para mirarlo con ojos brillantes.

_No es eso, hablaba conmigo mismo _le respondió, haciendo un gesto con la mano a modo de disculpa.

No quería dar opiniones sobre las ideas de Kayla, principalmente porque no había prestado atención a ninguna. Ya le iba bien lo que pensara la chica, al fin y al cabo, era una fiesta para celebrar el reencuentro con sus padres, a él no le incumbía en absoluto, la acompañaba por pura cordialidad.

Cuando llegaron al establecimiento, Kayla habló con el encargado para que les mostrara cuál era el salón para organizarlo todo. Se trataba de una sala bastante grande, que los camareros ya se habían tomado la molestia de preparar. En el centro había una mesa en la que podían comer perfectamente unas doce personas. Estaba preparada minuciosamente. Los platos, cubiertos y copas que relucían encima de ella envolvían el lugar de forma elegante. Kayla, Matsuda y Light se dedicaron entonces a poner guirlandas, globos y demás para darles la bienvenida a los padres de la chica.

Una vez terminaron, se dirigieron al aeropuerto. Kayla suspiró aliviada al mirar el reloj y comprobar que todavía tenían tiempo. Estaba muy nerviosa, a pesar de que tenía una radiante sonrisa en el rostro. Matsuda la miraba ilusionado, mientras que Light vagaba nuevamente entre sus pensamientos. Poco después anunciaban por los altavoces la llegada del vuelo que estaban esperando. Vieron llegar a los padres de la chica cargados con algunas maletas y muchas bolsas. Kayla no esperó más y corrió hacia ellos, los abrazó a ambos fuertemente y les preguntó mientras le saltaban algunas lágrimas de emoción:

_¿Cómo ha ido el viaje? ¿Cómo os ha ido este año? ¿Habéis trabajado mucho? ¿Y qué tal las vacaciones?

Mientras tanto, Light y Matusda se acercaban a ellos con suma tranquilidad.

_Kayla déjales respirar un poco _habló Light, tendiéndole la mano cordialmente al padre de la chica_ un placer volverlo a ver señor Heisho _le dio un formal abrazo a la mujer_ señora Heisho.

_Gracias _agradeció el hombre, encajando a su vez las manos con Matsuda_. Espero que mi hija no te haya agobiado mucho.

_Nada de eso, es un orgullo que esté conmigo _repuso Matsuda con una sonrisa_. Encantado de volver a verlos señor y señora Heisho.

Se dirigieron todos nuevamente al restaurante, entre risas, anécdotas y algunos chistes que Light reía para no quedar mal. Justo al llegar al lugar, el móvil de Light emitió un leve pitido. Lo sacó del bolsillo con cierto aburrimiento, creyendo que se trataba de alguna publicidad. Leyó el remitente del mensaje “Desconocido”. Encaró una ceja con curiosidad, y lo abrió para leerlo.

Tenemos que hablar. Seriamente. Te espero en la universidad, donde está el almacén.

Ryuuga

Volvió a guardar el móvil en el bolsillo de su americana y dirigió una mirada a la familia Heisho. Sería muy descortés irse antes de empezar la celebración, pero a decir verdad, tampoco le apetecía nada estar en una fiesta con su estado de ánimo actual. Sonrió a modo de disculpa y dijo:
 
_Lo siento, pero tengo que marcharme un momento, luego volveré. He recibido un mensaje urgente.

_No te preocupes, Light _le sonrió Kayla, deseando que resolviera de una vez eso que le tenía tan atormentado.

Light les dirigió una última sonrisa de disculpa antes de marcharse. No sabía si realmente quería ir a encontrarse con Ryuuga, pero las piernas iban conduciéndole de nuevo hacia la universidad. Pensó en todo lo que quería decirle. Muchas cosas… ninguna a la vez... Pensó en cómo le iba a mirar, en cómo se iba a sentir al estar nuevamente junto a él, a pocos centímetros de él...

Finalmente llegó, pensando en por qué había ido, en por qué había accedido tan fácilmente sin meditarlo siquiera. Suspiró, desenado dejar de pensar y simplemente actuar. Y lo hizo. Se dirijo hacia la parte de atrás del edificio. Ryuuga había utilizado el término almacén. Quizás no era el más adecuado para describir esa especie de cobertizo que se utilizaba como trastero. Completamente vacío, no parecía haber nadie, así que decidió esperar. Se apoyó en la pared, esperando, tranquilo, hasta que alguien le sorprendió cogiéndole del brazo inesperadamente y haciéndole entrar en el cobertizo.

_¿Pero qué...? _gritó asustado. La acción le había tomado desprevenido y ahora se encontraba en la oscuridad del lugar, privado del sentido de la vista. Se puso en guardia, prácticamente esperando a que alguien le atacara.

 _No hables tan fuerte, podrían oírnos… 

Light se tranquilizó, dejando escapar una risilla irónica, sin saber realmente porque se había asustado. Tratándose de Ryuuga, ninguna citación podía ser medianamente normal. L presionó un interruptor y una tenue luz, de un amarillo anaranjado, invadió lentamente el pequeño lugar. Realmente pequeño, apenas podían moverse con cierta libertad rodeados por todos aquellos trastos. La luz hizo visibles las diminutas motas de polvo que flotaban en el aire, y un desagradable olor a productos químicos inundó las fosas nasales del castaño. Arrufó la nariz y frunció el ceño, ahora ligeramente cabreado con Ryuuga. 

_¿Se puede saber por qué me has citado aquí? _exigió saber, mirando directamente a los ojos del detective.

_Necesitaba hablar contigo. Hay ciertas cosas que escapan a mi entendimiento, quiero… No, exijo que me las respondas _respondió tranquilamente L, sonriendo de medio lado al ver la cara de disgusto de Light.
 
_¿Exiges? _no pudo evitar soltar una carcajada ante el descaro de ese sujeto_. ¿Y tiene que ser aquí?

_¿Qué tiene de malo este sitio?

Light suspiró exasperado, no sabía cómo lo hacía Ryuuga, pero conseguía siempre llevarlo al límite de su paciencia. Lo peor de todo es que estaba convencido de que lo hacía adrede, y sabía que no se equivocaba. Sonrió, no pensaba perder esta vez.

_Me voy _anunció, haciendo gala de su increíble capacidad de mentir. Dio resultado, tal y como esperaba, Ryuuga le cogió del brazo antes de que pudiera salir_. ¿Qué quieres?

_Déjate de juegos, Yagami _advirtió L. Light ni se inmutó, al fin y al cabo, era eso, ¿verdad? Un despiadado, morboso, insano y complejo juego, en el que ninguno de los dos quería perder. El juego de quien sucumbe al otro primero_. Dime, ¿por qué? ¿Por qué te comportas de esta forma conmigo? ¿Por qué me has evitado estos días?

_¿Yo? No me hagas reír, Hideki _repuso Light con auténtico cinismo_. Eres tú el que me has evitado durante días. Soy un estúpido, la culpa es mía, pensaba que éramos... _se obligó a si mismo a no seguir. Lo había dicho con total sinceridad, era lo que realmente sentía y ni siquiera era capaz de definir su “relación”.
 
_Lo somos _respondió rápidamente L. Nada de tretas, nada de juegos absurdos, era hora de decir la verdad.

_No… no lo somos. Entre tú y yo nunca ha habido nada sincero... Desapareciste durante una semana entera y aún ni me lo has mencionado, ni te has disculpado, nada...

_Eso fue… un asunto delicado. 
 
_¿Delicado? _río de forma ausente, dolido_. Admítelo, no soy más que tu maldito entretenimiento, y esto no es más que un ridículo juego al cual me obligaste a participar…

El detective se quedó literalmente sin palabras, totalmente desarmado, sin saber que decir. Le dolían, le dolían mucho las palabras del castaño, mucho más de lo que imaginaba. Y tenía que hacer algo, lo sentía en todo su ser. Estaba equivocado, totalmente equivocado, no era un juego, ¡ya no era un maldito juego!

Light sonrió de forma triste, mirándolo. Finalmente lo había vencido, con nada más que la verdad. Se había terminado, y se sentía la persona más miserable del mundo. El detective lo miró a los ojos, sin decir absolutamente nada, y Light realmente no se esperaba que le cogiera por el cuello de la camisa y lo golpeara violentamente contra la pared. El cobertizo entero se sacudió, y no pudo hacer más que mirar a los ojos a Ryuuga, esperando a que lanzara el primer golpe para contratacar, pensando a la vez que tratándose de Ryuuga, que tratándose de él mismo, tampoco podían terminar de forma medianamente normal. Pero lo que finalmente hizo que sus ojos se abrieran de par en par, lo que realmente le tomo con la guarda baja, fue que Ryuuga se lanzara a sus labios. No fue un beso violento, ni demandante, ni siquiera un beso que pretendiera excitarlo; fue completamente todo lo contrario. Fue como un primer beso, inocente, cariñoso, dado con todo el amor del mundo por un niño profundamente enamorado. Light cerró los ojos, devolviendo el beso de forma inexperta, correspondiendo a ese niño, convirtiéndose él también en un niño; idiota y enamorado.

Unieron sus lenguas, mientras L le abrazaba poniendo las manos en su cintura, uniendo sus cuerpos de forma más íntima. Por el contrario, Light hundió las suyas en la cabellera azabache del detective, profundizando ese sincero primer beso. Cuando ambos empezaron a notar la falta de aire, se separaron, y L fue el primero en hablar, diciendo unas claras y certeras palabras que ambos necesitaban oír:   

_Ha dejado de ser un juego…

Y con aquello bastaba. No necesitaban nada más, ni tan solo decirse lo mucho que se querían. Porque iban más allá del simple te quiero. Porque eran contrarios, a la vez que extrañamente iguales, y se necesitaban el uno al otro más que a nada en el mundo.

L volvió a besarlo, esta vez con más pasión, diciéndolo todo en ese intenso beso, haciéndole entender lo que quería, lo que los dos necesitaban. Tenían la clara intención de aprovechar al máximo el espacio del que disponían. Se abrazaron, sin dejar de besarse, empezando a rozarse contra el otro casi con desesperación. Rápidamente este contacto desesperado surgió efecto, haciendo que el castaño empezara a gemir levemente sin ningún tipo de control. L sonrió por su hazaña mientras subía lentamente las manos por su espalda, rozándola lentamente con los dedos, impacientando a Light, quien le halaba el cabello sin cuidado alguno, obligando al detective a echar la cabeza hacia atrás. Una vez tuvo el cuello del azabache a su merced, Light lo mordió con ferocidad, acallando de esta forma sus propios gemidos. L gruñó por lo bajo debido a la súbita acción, mientras le devolvía la jugada arañándole la espalda, para después despojarle de su americana y camisa. Light sonrió satisfecho, mientras le cogía por los hombros, todavía mordiéndole el cuello, y giraba para poner al detective contra la pared. A L le tomó por sorpresa ese repentino cambio, y decidió dejarle actuar, curioso, a la vez que tremendamente excitado.

_No sabes lo mucho que deseaba hacer esto _le dijo Light justo en su oreja, haciéndole estremecer por completo cuando luego le mordió suavemente el lóbulo.  

_Me lo imagino _le respondió L sonriendo de medio lado. 

Ahora fue Light quien se deshizo de la camiseta del detective, para luego poder acariciar su abdomen a placer. Empezó a bajar a la vez con su boca, dirigiéndola sinuosamente a uno de los erguidos pezones del detective, atrapándolo entre sus dientes y mordiéndolo suavemente, succionándole con fuerza mientras pellizcaba el otro. L no pudo evitar gemir cuando sintió como la mano del castaño se introducía sin escrúpulo alguno en sus pantalones, acariciando su miembro por encima de la ropa interior de forma demasiado lenta como para satisfacerle. 

_Si gritas tan fuerte, nos oirán… _le advirtió Light, sonriendo con cierta malicia, sin importarle realmente que esa afirmación fuera a cumplirse.

L dejó escapar una risilla, divertido, parecía increíble que hace nada hubieran jurado dejarse de juegos, cuando ahora el castaño había empezado uno realmente cruel y excitante. Su paciencia se agotó rápidamente, no conseguiría nada si continuaba esperando a que Light le masturbara de una vez. Se abalanzó sobre él, tumbándole en el suelo sin más preámbulos. No quedaría así como así, esta sí que se la devolvería. Así que volvió a besarle, mordiéndole el labio inferior, estirándoselo con cuidado mientras le acariciaba el abdomen con lentitud. Light gimió, exasperado, sabiendo que el mismo se lo había ganado, pero no queriendo perder todavía, puso las manos en las caderas del detective, uniendo por encima de la ropa sus miembros erectos, obteniendo a cambio un delicioso, a la vez que insuficiente, placer. L siguió su tormentoso trayecto por el cuello del castaño, acariciándolo con la lengua, mordiendo con fuerza en la hendidura de las clavículas, pellizcando a la vez con una mano los pezones del muchacho.

_Ah… Ryuuga… ya, por favor…

L sonrió, mirándolo con expectación, sabiendo que le daría lo tanto ansiaba. Le era imposible negarse al verlo de esa forma, sonrojado, con el flequillo adherido a la frente debido a la traspiración, mordiéndose el labio de esa forma tan sugerente… Sus súplicas le recordaban tanto a esa vez en el baño.

_Está bien… pero luego terminas lo que has empezado antes _le dijo el detective, poniendo una mano encima de la entrepierna abultada del castaño, haciendo cierta presión en ella, pero sin llegar a moverla. 

_Hecho _le respondió al instante, sonrojado e impaciente.

El azabache puso las manos en las caderas de Light, y no esperó ni un segundo más para bajarle la ropa de un tirón. Cogió el miembro del castaño con su diestra y empezó a moverlo rápido y brusco, provocando que los gemidos de Light subieran de intensidad por momentos. L aprovechó este hecho para besarle, introduciendo su lengua en la cavidad del otro, casi ahogándole al impedirle coger aire con la boca. Aumentó la velocidad de su mano mientras Light se aferraba a su espalda, gimiendo de forma entrecortada y respirando forzosamente por la nariz entre la lujuria de ese beso. Sus caderas empezaron a moverse a un ritmo frenético, acompañando a la mano del detective, desesperado por más placer, sumergido en ese mar de lujuria y pasión mientras su corazón latía a un ritmo vertiginoso. Su cuerpo sufría ligeros espasmos, temblaba de puro goce, y L no tardó en sentir en su mano el semen salir de las entrañas del castaño acompañado por un sonoro y tembloroso gemido. Posteriormente, el detective se incorporó, sentándose con las piernas abiertas y la espalda apoyada contra la pared, mirando con una sonrisa al castaño, esperando a que se recuperara del reciente orgasmo.

Light permaneció en el suelo unos minutos más, intentando recuperar el aliento. Cuando lo consiguió también se enderezó, devolviéndole la sonrisa, completamente consciente del prominente bulto que escondían los pantalones del azabache. Fue gateando sinuosamente hacia él y le dijo con voz baja, mordiéndose los labios provocativamente:

_Mi turno…

Se deshizo de su ropa apresuradamente, dejando al detective completamente desnudo ante él. Tragó duro, observando atentamente el miembro erecto de este, sintiendo un potente e irracional nerviosismo aflorar en su interior. Jamás se le había cruzado por la mente llegar a hacer algo así, a la vez que sentía un irrefrenable deseo de hacerlo. Sin pensárselo más, se arrodilló y se lo puso directamente en la boca, succionando al principio con intensidad, lamiendo después de forma más pausado y mordiendo ligeramente en la punta. L dejó escapar un profundo y grave gemido mientras le cogía de la cabeza para incitarle a seguir. No lo hacía nada mal para ser la primera vez, y casi estuvo tentado de preguntarle si había practicado con un plátano, caramelo o similar. Pero no se lo preguntó, había demasiadas probabilidades de que le diera una hostia… o le mordiera más fuerte de lo conveniente.

_Ah… no te detengas, Yagami…  

Poco después, Light se alejó de él en silencio, limpiándose con los dedos los restos de la substancia del detective de sus labios mientras este mantenía los ojos cerrados y la cabeza reclinada en la pared, respirando todavía con algo de dificultad.

_Acabo de chupártela en el puñetero trastero de la universidad, creo que nos tenemos la suficiente confianza como para dejarnos de formalismos y dirigirte a mí por mí nombre _comentó Light con voz serena, mirándolo con el ceño fruncido y los ojos entornados.

El detective abrió los ojos y se lo quedó mirando, ciertamente sorprendido por sus palabras.

_Me sorprendes, Light… no me esperaba este tipo de vocabulario de ti… _le contestó L dejando escapar un leve risilla socarrona. Light se sonrojó, era la primera vez que le llamaba por su nombre, y sonaba genial_. Pero tienes razón, dejémonos de formalismos.  Me encantaría que te dirigieras a mí como Ryuzaki.

_Ryuzaki…

L sonrió, complacido, su nombre (aunque falso) también sonaba genial en los labios del castaño. Ambos se levantaron del suelo, con cierta pereza, estaban agotados. Recogieron sus ropas del suelo y se vistieron mutuamente con tranquilidad.

_Light, no eres tan sólo un entretenimiento, lo sabes, ¿verdad? _le dijo el detective una vez terminaron de arreglarse, mirándolo a los ojos y acariciándole con el pulgar los labios. 
 
_Lo sé… ahora lo sé _le sonrió con cariño.

_Bien, larguémonos de aquí _le devolvió la sonrisa, para luego besarle con pasión.

_Por cierto, Ryuzaki, ¿cómo has conseguido mi número?

L se quedó quieto en su lugar, a medio camino del aparcamiento del campus, sin saber que responder. Con todo lo que había ocurrido ese día, se le había olvidado pensar en una excusa por si Light llegaba a preguntárselo.

_Páginas amarillas _respondió finalmente con convicción.

_Ya… ¿sabes que mientes fatal? _repuso Light, mirándolo alzando una ceja.

_¿En serio? Sólo contigo. ¿Quieres que te lleve a alguna parte? Tengo el coche aquí _cambió de tema, señalando su coche de forma casual. Light se quedó de piedra en su sitio, acordándose de algo importante y que había olvidado por completo_. ¿Qué ocurre?

_¡Kayla! ¡Tienes que llevarme al Ring Gold!

_Hecho.

Ambos subieron al choche, Light completamente alarmado y L riendo por lo bajo.

 

Notas finales:

Miyuki: Bueno… y aquí estoy, después de tanto tiempo, para comentar el capítulo…

Beyond: ¿No te preocupa que alguien te lance un dardo envenenado? xD

Miyuki: ¿La verdad? Bastante… =S

L: Miyuki, deberías de tener un poco más de confianza en tus lectoras, quizás no todas quieran matarte.

Miyuki: ¿Tú crees, L-chan? =D

L: No, la verdad es que no xD

Miyuki: T_T Bueno, no importa, mejor comentamos el capítulo y ya está. Como ya habrán leído, L y Light se han declarado, más o menos... A mí me ha parecido bastante tierno, eso de dejarse de juegos, algo que realmente les estaba haciendo daño. Es que hay que ser idiotas, deberíais de haberlo hecho desde un principio xD

L: Eso díselo a Light xD Que por cierto, ¿dónde está?

Beyond: Creo que dijo algo sobre ir al cementerio a llevarle flores a su dignidad…

Miyuki y L: o_O

Beyond: Sí, un poco extraño...

Miyuki: ¿Sólo un poco? xD Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que le haya gustado mucho, ya que he invertido mucho tiempo en él, para que quedara perfecto y así no me mataran xD 

L: Y dejen muchos reviews, siempre son una alegría para ellas xD

Miyuki: Hasta el próximo capítulo, y no se preocupen, como ya he dicho arriba, no tardaré tanto, ya que estoy de vacaciones. Saludos.

Agradecimientos:

Bella chan

Anónimo 1 (otro anónimo xD)

Hanako

kariko

haru_98

Anónimo 2 (¿otro? o.O)

lucia

Kamy

Rea Lawliet

Anónimo 3 (¡Oh, dios! ¡Nos invaden!)

abed

Lady Kakashi Birthday

KiraKuran

VampireDark

aikoyukizero

Natsuko.emi

FAN

Aria Kimiharu

BeyondL

allis


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