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Someday Somehow por Hagane Yuuki

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Notas del capitulo:

la cancion como los personajes no me pertenecen, son de sus respectivos autores

 

SOMEDAY, SOMEHOW

CAPÍTULO 1

– 911– contesto una mujer con voz tranquila y calmada – ¿Cuál es su emergencia? –

–…. – no contestaron del otro lado de la línea, solo podía escuchar un ruido de fondo que definiría como el sonido que hace la lluvia cuando choca contra el suelo.

– ¿Hola?... ¿Sucede algo?... ¿Hay una emergencia? – preguntó con insistencia al no haber respuesta. Llegó a pensar que posiblemente se tratara de una broma, se molesto un poco. Los niños no comprendían que las líneas tenían que estar libres para cuando hubiera una verdadera emergencia.

Según su entrenamiento, y las reglas que se supone debía seguir, simplemente tendría que cortar la llamada, pero estaba tan molesta de que siempre fuera lo mismo. Llevaba solo una semana en su nuevo puesto, se esforzó tanto por entrar en la unidad para que solo recibiera llamadas broma, que mandaría a la mierda las reglas, aunque fuera solo por esta vez, total solo eran niños jugando.

– ¿Sucede algo? – volvió a preguntar claramente molesta, si no le respondían les diría unas cuantas verdades a esos niños malcriados. Pero solo le respondió la lluvia que caía incesante del cielo.

Una vena se formo en su frente, palpitante y no pudo evitar decir:

– ¡Mocosos del demonio! – Rugió – ¡Sé donde están… – Mintió, pero los niños no lo sabían –… y cuando esté haya voy a golpear esos traseros nunca abofeteados por sus padres! La línea debe mantenerse libre para verdade…– sus reclamos fueron interrumpidos al escuchar una leve voz.

– Ha habido un accidente – hablo por fin el que llamaba, su voz no sonaba en burla, era tenue, delgada, casi no le escucho cuando lo dijo pero entendió. Claramente, era un hombre y parecía en estado de shock.

Tal vez después de todo, si habia sucedido un accidente.

– ¿Qué ha sucedido? – preguntó, ya seriamente.

Tardo un poco en llegar la respuesta – ¿Me ha escuchado? –

–Si – hubo un silencio – Un accidente automovilístico, han colisionado dos autos–

– ¿Usted estuvo involucrado en la colisión? ¿Se encuentra bien?

–…– No recibió respuesta y decidió cambiar la pregunta.

– ¿Dónde ha sucedido el accidente? –

– En la carretera rumbo a konoha, en el kilometro 43 en la intersección –

Comenzó a escribir la dirección dada en el teclado de su computadora.

– ¿Cuántas personas resultaron heridas? –

– No se, creo que una–

– ¿podría decirme su estado? –

– Grave–

– ¿El herido donde se encuentra ahora? ¿Aun continua en el interior del vehículo?–

–Si, es imposible sacarlo–

Al escuchar aquello rápidamente dio el llamado a las autoridades y hospitales cercanos al accidente.

–No se preocupe en este momento ya se dirigen las ambulancias a su dirección, señor ¿Usted conoce al herido? –

–…–

– ¿señor? – la línea se habia cortado.

Una mano pálida se dejo caer, en ella un teléfono celular. Se encontraba totalmente mojada como todo el cuerpo por la rugiente lluvia, era sorprendente que en ese estado, el teléfono que en la pantalla vislumbraba el número de emergencias, funcionara aun.

Miro el cielo no creyendo aun lo que habia acontecido hace apenas unas minutos. Sus ojos se cerraron en un efecto para no dejar entrar el agua en sus orbes negras. Se aferro con fuerza al móvil que sujetaba su mano, armándose el valor para abrir sus ojos y mirar al frente. Y ahí estaba su auto, el que venia manejando después de horas de trabajo con dirección a su casa. Nunca le habia pasado, podía jactarse de eso… bueno tal vez ya no. Sus ojos se cerraron unos segundos por la falta de sueño en las últimas noches, algo que nunca le sucedió mientras tenia entre sus manos el volante y kilos de acero, mismo que se estrello contra otro automóvil que salía de la oculta intersección.

No lo vio, trato de esquivarlo tarde. Podría echarle la culpa a la oscuridad de la noche, al pavimento mojado al sus llantas patinarse, a la falta de señalación. Pero lo único cierto es que era su culpa al solo cerrar su ojos por unos cuantos malditos segundos.

Solo suya y de nadie mas.

Se vio sentado en el suelo cuando el sonido de sirenas rompieron el silencio, cuando la luz de la ambulancia y sus faroles comenzó a cegarlo. En un segundo un motón de vehículos se encontraban alrededor del accidente.

No se habia dignado ha acercarse, era increíble, no creyó que fuera posible que alguna vez sintiera el miedo que experimentaba ahora. Solo habia visto de lejos, solo un pasajero en el lado del conductor el cual no se movía, por la sangre seguramente se encontraría grave, lo único que atino hacer en su estupor fue llamar a emergencias ¿Qué más podría hacer?

Alguien se acerco hasta él, asiéndole tontas e innecesarias preguntas a las cuales no les prestaba la menor atención. Su mente se encontraba a kilómetros de ahí escuchando a su esposo decirle lo importante de usar el cinturón de seguridad, en aquel momento le pareció tan ridículo que ahora entre aquella tragedia ya no lo parecía tanto, escuchaba su voz dándole el típico sermón de que el cinturón salva vidas, dándole ejemplos algo macabros de lo que sucedería de no usarlo, para su gusto algo exagerados.

"un camión de frutas podría meterse en tu carril, cayéndosele por la acción toda la fruta en el suelo cuando las llantas del auto pasen por encima de ella el jugo ocasionara que la llantas se patinen e iras directo a cualquier cosa que pueda detener de manera brusca tu auto y… ¡plash!" Recordaba el movimiento que hizo con sus manos al decir eso "saldrás volando, te estrellaras y tu cuerpo quedara esparcido por todos lados. ¿Vez? Pero no habrías salido volando si llevaras el cinturón.

¿Y por que un camión de frutas? Preguntó curioso con una sonrisa de medio lado

¿Ha? ¡Podrían ser muchas cosas! La cosa aquí es que tienes que usar el cinturón ¿entendiste? ¡No importa si no te vez guay con el puesto! Si no te lo pones juro que no volveré a tener sexo contigo y no es amenaza es un hecho, ¡ttebayo! "

Ahora no parecía tan descabellada la idea. Tendría que agradecerle al dobe por inculcarle el ponerse el cinturón, de su tan particular manera. Eso sin duda era el porque ahora se encontrara con vida.

Miro a su alrededor, la carretera ya no estaba sola. Autos que se detuvieron por personas curiosas que se mantenían alejadas por la contención que la policía habia hecho, pero solo hasta ahora lo noto ¿por que su auto se encontraba tan alejado del otro? ¿Por qué la gente señalaba en otra dirección a la que se encontraba su auto? Miro a los bomberos y paramédicos sacar el cuerpo de un joven del automóvil, desprendiéndolo de lo que hubiera convertido en su ataúd. La silueta de lo que parecía ser un hombre, pero se encontraba tan oscuro que no podía ver la cara del mismo.

Se dejo caer, con pesadez. Sus piernas no soportaron su peso, algo comenzaba a formarse en su pecho, desesperación.

Salió de su estupor – ¿Que? – dijo cuando cayo en cuenta de que su teléfono vibraba, miro la pantalla: 'Naruto- entrante'

Sus ideas parecían girar más lento de lo normal. Claro tenía que contestar, seguramente era el dobe para gritarle por no llegar a casa aun, como siempre hacia. Se sintió repentinamente inquieto, anhelante, deseaba tanto escuchar esa voz para asegurarse que el mundo seguía como lo dejo, que no se detuvo en el momento en que su auto choco. Como si él usurantonkachi hubiera sabido exactamente cuando llamar, como si supiera que le necesitaba en ese momento.

–Naruto–

Recibieron una llamada, dos autos se habian estrellados y un posible herido de gravedad. Se movilizaron tan rápido les dijeron donde sucedió el incidente.

No recibieron más información de Sakura, la chica que recibió la llamada.

Se subió al camión de bomberos que lideraba, y con velocidad impresionante él y su equipo llegaron al lugar del accidente. Nunca dejo de sorprenderse a pesar de la cantidad de años que llevaba con los bomberos, desde joven le habia gustado la idea de salvar vidas, pero no se vio a si mismo como un doctor o paramédico, por eso la idea de ser bombero era perfecta, pero por primera vez se cuestiono si realmente podría hacer la diferencia.

El auto que recibió el impacto estaba peor que el que lo dio, se veían claramente los estragos por la velocidad con la que venían ambos, lo sabia a simple vista. Se dirigió dándole ordenes e indicaciones a sus compañeros para sacar al conductor, lo que vio lo dejo helado.

El conductor se encontraba en un deplorable estado, tenia enterrada en su tórax un pedazo del auto y sus piernas estaban encerradas por la compresión, se desangraba. Su cabeza que descansaba en el volante tenía una herida que no dejaba de sangrar al igual que su nariz, y no quería pensar en las lesiones internas. Se maldijo, el herido era aun joven y seguramente tendría mucho por que vivir, si iba a actuar tenia que hacerlo ahora.

Las pinzas lograron retirar la puerta, los paramédicos peleaban contra el tiempo, nadie sabia nada del desconocido solo que tenían que salvarle la vida. Logaron zafar su cuerpo, se escuchaban los gritos de las personas, la alteración era palpable.

Finalmente el joven se vio fuera del auto, totalmente inconsciente. Las personas presurosas corrían de un lado al otro, bomberos, policías, paramédicos, y uno que otro chismoso.

El bombero noto un aparato en el suelo que habia caído del cuerpo del hombre y lo tomo, mientras los paramédicos llevaban presurosos el cuerpo maltrecho del chico a la ambulancia con esperanza, el corazón aun latía. Tomo el aparato que aun servía, al parecer no le habia sucedido nada, miro la pantalla que se encontraba en la agenda seleccionado un nombre entre varios, giro su vista al chico que era subido a la ambulancia, y apretó el botón de llamar.

Muchas personas dicen que antes de morir tu vida pasa enfrente de tus ojos. Cuando eres niño jugando con tus padres, cuando eres adolecente asistiendo a la escuela y conociendo a la persona que cambiara tu vida, cuando eres adulto y tienes a tus propios hijos, para finalmente estar en aquel lugar que te llevo a aquella situación, pasando rápido frente a tus ojos.

Sintió un miedo indescriptible en aquel largo segundo en que la luz que anuncia el fin se hizo presente frente a él evitando que hiciera algún intento por salvar su vida, esa luz borro de su mente aquel instinto que todo ser humano tiene, supervivencia. La única mano que tenia libre se aferro con fuerza al volante, la otra que tenía un pequeño aparato en sus manos se cerró apretándolo, y la imagen de su familia apareció en su mente en cuanto cerro los ojos por inercia para evitar la brillante luz ¿Moriría? ¿Seria su final? Y esperando lo peor, llego el impacto.

Los vidrios se rompieron, el acero se doblo, en un segundo su auto salió girando para finalmente quedar cabeza abajo, las llantas que miraban el cielo oscuro giraban aun y la gasolina que escapaba, se mezclaba con la lluvia diluyéndola. No supo cuando mientras el auto giraba un fierro se habia enterrado en su pecho, increíblemente no dolía como pareciera. Tal vez era la adrenalina asiendo su trabajo.

Podía escuchar voces a lo lejos, muy, muy lejos. Escuchaba a personas desesperadas por sacarle de su auto tratando de hablarle en vano, él no podía responderles ni siquiera era capaz de abrir sus ojos, mucho menos mover su cuerpo, era como estar encerrado dentro de si mismo en una profunda oscuridad.

¿Cómo es que termino así?

How the hell did we wind up like this (¿cómo diablos terminamos así?)

–Naruto– dijo en cuento coloco el teléfono en su oído, después de aquello todo pareció ir increíblemente lento.

Su pecho se contrajo a una increíble velocidad, su cuerpo que se encontraba frio dejo de moverse. Un indescriptible vacio comenzó a formarse, su garganta se cerró asiendo doloroso el tragar, y sus ojos que hasta hora se encontraban resecos comenzaron a tornarse rojizos por la humedad que se quedaba estancada en ellos.

Se levanto del suelo, con las piernas temblándole obligándolas a moverse para girarse en dirección opuesta, para quedar de frente con un auto que no era suyo, el cual se negó a mirar con detenimiento.

Su pupila se dilato* para enfocar mejor en la oscuridad, forzándose a si misma a notar cada detalle del automóvil, cada abolladura, cada golpe y cada lugar que seguía intacto. Mientras mas miraba la sensación de calor y presión en sus ojos aumentaba con un fuerte sentimiento.

–N-no– dijo en un muy quedo susurro, aun con el teléfono en su oído –No– repitió

No sentía a sus pies moverse pero sabía que lo hacían cuando se vio más cerca.

Él conocía ese color del auto, que era iluminado por los faroles del camión de bomberos, ese gris.

Sus ojos se fueron abriendo en demasía, con incredulidad, y negación. No podía ser.

–No–

Él conocía los rines del auto. El ridículo adorno del espejo retrovisor.

–No–

Él conocía el modelo del auto.

–No–

Las placas, él las conocía.

Despego el teléfono de su oído, sus manos se abrieron dejándolo caer, en su trayecto al suelo se podía escuchar un sonido similar, la lluvia caer, una ambulancia, voces… muchas voces y todas hablaban de lo mismo, pero la que le habia hablado no era una que él conociera, finalmente el objeto toco el suelo amortiguando el agua su caída apagándose lentamente la pantalla para dejar de funcionar.

¡Él conocía el maldito auto!

¡¿Cómo no conocerlo si él fue quien lo compro?

– ¡NO!– grito corriendo con desesperación en dirección ha dicho objeto.

El auto le pertenecía a su persona mas preciada, lo habría comprado para 'él' para… – ¡NARUTOOO! – sus ojos finalmente dejaron de contenerse.

Why weren´t we able (¿porqué no fuimos capaces, )

To see the signs that we missed (De ver las señales que se nos escaparon)

Estaba molesto, no más que molesto en el ambiente se podía sentir. Miro la hora, las tres con quince minutos de la mañana. Cruzo sus brazos en un intento por mantener la calma, no era algo que le caracterizase pero tenia que hacer lo más posible para no salir de sus cabales.

–Si no llega en quince minutos juro por el dios del ramen que correrá sangre – aseguro

Paciencia, paciencia era eso lo que necesitaba ¿acaso no estaba ya acostumbrado al maldito teme obsesionado con el trabajo que si no terminaba algo no regresaba a casa? ¿Pero como estarlo si ya llevaba tres noches asiéndole lo mismo?

–Maldito, teme– gruño mientras uno de sus dedos se movía de forma desesperada – ¡Suficiente! – Grito –voy a ir por ti, y traeré tu estúpido trasero a casa yo mismo–

Se levanto de la comodidad de su cama dispuesto a todo. Si el bastardo del Uchiha no quería salir de su oficina él se encargaría de sacarlo de ahí, aun si tenía que incendiar el maldito edificio para conseguirlo. Se quito su pijama para ponerse algo abrigador, la noche se habia tornado fría y no quería pescar un resfriado por culpa del bastardo 'Dígase su esposo'

Salió de su cuarto para encaminarse a otro que se encontraba a solo unos pasos, abrió la puerta y miro dentro no pudiendo evitar embozar una sonrisa cálida -bueno, ya no mataría al teme- pensó después de todo ¿Quién le cumpliría sus caprichos? Cerró la puerta.

Pero eso no evitaría que lo mandara al hospital, si esa idea le agradaba más.

Bajo con rapidez la puerta para tomar las llaves de su auto y salir de la mansión Uchiha.

La idea de matar al bastardo comenzaba a sonarle de nueva cuenta más interesante ahora con los nuevos hechos. En cuanto se supo en la carretera como si fuera una conspiración para que evitara que él llegara a su objetivo, se habia soltado un aguacero ¡un maldito aguacero!

Ah, tal vez era el destino hablándole y diciendo: "Vamos, mátale yo sé que lo deseas" y vaya que lo deseaba, mira que hacerle conducir en esas condiciones a las ¿Qué hora eran? Saco su móvil para mirar la hora, y no fue buena idea hacerlo, una vena más palpitante que la anterior se formaba.

– ¡pero si faltan veinte minutos para las cuatro de la mañana! – Grito sorprendido

Oh no, no se quedaría con las ganas de gritarle unas cuantas cosas al teme ese. Subió mas la velocidad para llegar mas rápido, no habia autos a la vista así que estaba bien, ¿y como iba a ver autos si eran casi las cuatro? Con el teléfono en la mano dispuesto a marcarle para gritarle en lo que llegaba a la oficina, despego por unos cuantos segundos su vista de la carretera para enfocarse en el teléfono, solo necesitaba apretar aquella tecla verde y… una luz increíblemente blanca y cegadora llamo su atención asiendo que levantara la vista en la dirección del lado del copiloto.

And try to turn the tables (Y de intentar cambiar las cosas?)

–No puede ser– dijo un hombre con bata al mirar al herido – ¿Qué tenemos? –pregunto al paramédico

–paciente con herida de gravedad en el tórax y en la cabeza por choque automovilístico, ha perdido mucha sangre. Sufrió un paro cardiaco en la ambulancia y con dificultad logramos regresarle.

–Bien hay que llevarlo rápidamente al quirófano para operación. Que alguien llame a su casa a Tsunade-sama– grito un doctor mientras empujaba la camilla

– ¡pero doctor! Ella se encuentra de vacaciones y no esta en la ciudad– contesto angustiada una enfermera –podemos llamar a otr…– no pudo terminar ya que fue interrumpida bruscamente

– ¡No me importa donde este, solo tráela! –Grito

–Pero…–quiso refutar –No dijo donde iba a estar, no quería ser molestada.

– ¡¿acaso no me haz escuchado, niña? –Rugió –Este no es cualquier paciente, ¡Es el nieto de Tsunade-sama! ¡Así que no me importa si no sabes donde esta metida, solo trae su trasero aquí inmediatamente! ¡¿Entendiste?

– ¡Si! –asintió temerosa mientras veía desaparecer al doctor por la puerta que conducía al quirófano.

–Vamos no pierdas el tiempo–escucho que le decía una de sus amigas –el doctor Kakashi no quiso gritarte pero entiende el herido es importante, así que ¡Despabila!

Entro corriendo lo más que daban sus piernas. Le costaba trabajo respirar, sentía que su corazón se saldría por su pecho, y lo miro ahí parado. Con paso presuroso, se escuchaba el ruido de sus tacones al chocar contra el piso blanco del hospital. Una de sus manos se cerró en un puño y fue a dar al rostro del hombre que mas odiaba en el mundo entero, asiendo que él cayera al suelo por la fuerza ejercida, rompiéndole el labio.

– ¡Sabia que ibas a terminar matándolo! –Grito furica sin importarle donde se encontraba – ¡Tú, maldito malnacido hijo de ….–No termino por que se vio sujetada por los brazos.

–Golpearlo no solucionara nada Tsunade-sama– Dijo un hombre

– ¡suéltame, Yamato! –Exigió –¡Este bastardo choco a Naruto! Golpearlo no será suficiente ¡Quiero matarlo!

– ¡ya basta! –Grito una mujer de pelo azabache –Tsunade-sama, por favor ahora necesita ir al quirófano, kakashi y los otros médicos la esperan.

Se soltó de mala manera del agarre de Yamato, y comenzó a caminar en dirección al quirófano.

–Si Naruto muere, tu vida no te será suficiente para expiar la culpa, Sasuke– sentencio para desaparecer.

–Ella tiene razón, madre–hablo el menor desde el suelo

–Sasuke– susurro Mikoto con tristeza al mirar a su hijo dolido en el suelo –Si él muere, será solo mi culpa. Tal vez si muero con él pueda expirar mi pecado.

– ¡ya estoy aquí! ¡Quítense incompetentes, voy a salvar una vida! – grito la mujer empujando las puertas del quirófano

–Tsunade-sama…

Ella detuvo su andar en cuanto vio la cara de kakashi y de los otros doctores.

– ¡No! – Dijo decidida –No pongan esa cara, él va a salvarse acaso ¿él no es Naruto Namikaze el número uno en sorprender a la gente? – Sus ojos se cristalizaron – ¡Hay que salvarlo!

"No puedes irte" escuchaba como un murmullo a lo lejos "No puedes" Él conocía esa voz.

Era tan reconfortante pero se escuchaba tan diferente a como estaba acostumbrado a escucharla, no le gustaba como sonaba.

¿Irse? ¿A donde se supone que iría? Él no tenia intenciones de marcharse a algún lado, pero por alguna extraña razón se sentía cansado, como si sus fuerzas se vieran mermadas. Era como ir nadando contra corriente, exactamente así se sentía. La corriente enfurecida le empujaba a ir en una dirección y por más que se esforzaba en nadar en sentido contrario las fuerzas comenzaban a fallarle. Quería rendirse y dejarse llevar. Pero esa voz le decía que no se rindiera, que peleara ¿pero como hacerlo si ya no podía mas?

En una ocasión se vio arrastrado. Le jalaron tan fuerte hacia atrás que no pudo resistir, se sintió ahogado y libre, pero le trajeron de vuelta, no pudo evitar pensar por que. Solo no quería sentirse mas así ¿Por qué no lo dejaba irse?

¿Ah? ¿Por qué quería irse? ¿Por qué quería quedarse? ¿Cuál era su verdadero deseo? ¿Solo era por esa voz que le hablaba? Tenia que averiguarlo.

Solo lucharía un poco más para seguir escuchando esa voz.

I wish you´d uclench your fists (Desearía que dejaras de apretar tus puños)

And unpack your suitcase (Y que desempacaras tu maleta)

No sabía donde se encontraba, su cuerpo le pesaba y no tenía idea que demonios habia ocurrido.

Sintió un gran espasmo que lo obligo a intentar abrir sus ojos. Vaya eso se habia sentido realmente feo.

– ¡Naruto! – escucho que alguien hablaba

Giro con lentitud su cuello a la dirección de la voz, se le hacia reconfortante escucharla, como si lo esperara. Sus ojos pesaban y ardían horrores, trato de hablar pero no pudo, tenia algo en su boca que lo impedía además de que le molestaba en demasía. Quería sacar esa cosa de su boca.

–No puedes quitártelo –dijo la dulce voz –eso te ayuda a respirar, si lo haces no podrás hacerlo.

Dejo sus intentos por quitárselo, obedeciendo.

Se quedo mirando a la figura. Era un hombre desaliñado, tenía el pelo revuelto y unas notables marcas de ojeras debajo de sus ojos, parecía que no habia pegado el ojo en un buen tiempo, su ropa se encontraba toda arrugada. Por lo que veía el hombre no se habia bañado en un buen rato.

Trato de estirar su mano, para tocar al hombre, le resultaba difícil el intentar levantarla pero debía hacerlo, deseaba con todas sus fuerzas tocar la pálida piel que se encontraba frente a él. Lo quería cerca, se encontraba desesperado por que ese hombre le tocara.

El hombre sonrió al mirar su intento y le tomo la mano. Oh, sintió un escalofrió recorrerle, no era como los que sentía desde que despertó, esos que le recorrían todo su cuerpo en forma dolorosa. No, ese se sintió diferente y se tranquilizo en el acto. Calmándolo.

Cerró su mano con trabajo sobre la blanca, apretándola tan fuerte como podía.

No podía hablar era claro, y algo en su interior le gritaba.

–Naruto, yo…– la voz se corto

Trato de sonreír ¿acaso él podría notarlo? Supo que si al su mano ser llevada a los labios de él para ser besada con ternura y desesperación.

–Yo…oh dios…Naruto ¿Qué debo decirte? Tenia tantas cosas…– se asusto al sentir algo húmedo en su mano

¿Por qué él lloraba? No quería ver esas orbes ébano acuarse.

–Por favor–suplicaba el hombre –por favor perdóname. No podre vivir si no lo haces.

¿Perdonarle por que?

–Yo…yo fui quien te choco ¡por favor perdóname!

¿Qué?

¿Qué habia dicho su bella voz?

¿Chocar?

– ¡Naruto! – dijo alarmado el hombre

Trato de levantarse de la cama, importándole muy poco el dolor de su pecho. Quería quitarse el tubo de su boca, arrancarlo. Aquello no podía estar pasando.

– ¡No, Naruto! – Le sujeto por los hombros – ¡lo necesitas para respirar!

Tenia que decirle, tenía que decirle.

Los latidos de su corazón comenzaron a acelerarse, aquel aparato que monitoreaba su pulso hacia un molesto pitido, y sus manos que le ayudarían a quitarse el tubo eran detenidas por las manos de él.

No, tenia que decirle antes de que…

– ¿Qué sucede aquí? –escucho un grito en alguna parte de aquella blanca habitación.

– ¡Naruto por favor ya basta!

No, eso no estaba bien esa persona no debería encontrarse en ese estado tan deplorable hablándole de aquella manera. No.

Comenzó a patalear logrando liberar una de sus manos dirigiéndola al tubo, logro des aflojar lo que mantenía el tubo quieto y jalo con fuerza sacándolo de su garganta.

–S-s…sa…s-s…– ¡Maldición! ¿Por qué las palabras no salían?

Lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

–Hay que ponerle anestesia se abrirá las heridas ¡rápido!–dijo alguien por algún lugar

Pero él solo se enfocaba en el atractivo joven frente a él.

– ¡No! – Logro gritar por fin y se aferro al cuerpo del mayor –¡No…S-sas…ke…No! –su garganta dolía y comenzaba a faltarle aire

Pero tenia que decirle.

Se sujeto con más fuerza para el asombro del otro logrando levantarse un poco y juntar sus labios en un delicado roce.

–¡N-no…no…s…es…tuc…ulpa! – se aferro al cuello del azabache.

Sintió como Sasuke lo pego más a su cuerpo y soltaba en llanto. Tenía las manos en su cabeza pegándola a su pecho y él también comenzó a llorar, esperaba que no le molestara que mojara su blanca playera. Sabia que era el fin, lo supo desde que vio aquella luz aproximarse a él.

– ¡Naruto, Naruto!

Sasuke lo coloco en la cama y comenzó a besarlo de manera voraz y desesperada, se sentía tan bien. Sentía la lengua de su esposo recorrer su cavidad, rosándose con la suya propia y la saliva entremezclase, le sabia un poco metálico pero no importaba.

Que importaba el dolor pulsante arriba de su diafragma, o el de cabeza.

Que importaba que el aire no quisiera entrar en sus pulmones o que la fuerza comenzara a fállale, que el sueño comenzara a invadirle.

Solo quería seguir besando a Sasuke, la persona que más habia amado en toda su vida, y tal vez ahora que sabría si existía el más haya, también en la muerte.

– ¡Dobe, no puedes irte! –Le grito el azabache cortando el beso – ¿recuerdas? Tenemos dos hijos ¿acaso quieres dejarlos sin ti?

O si, él tenía dos pequeños con Sasuke, lastima que ya no podría verlos crecer. Ojala no se volvieran amargados como sasuke, aun eran muy pequeños ¿le recordarían? Deseaba que si.

– ¡Naruto!

Sonrió al escuchar su nombre en sus labios. Cuanto amaba al teme.

Trato de hablar sin que sus palabras salieran como un tartamudeo, se trabaran o simplemente no salieran. Quería que la frase que quería decirle se escuchara perfecta a oídos del otro, junto el poco aire que entraba a sus adoloridos pulmones y lo soltó todo.

–Te amo, Sasuke…– sus ojos azules miraron los brunos

Eso habia valido la pena. Sus pulmones ya no podían jalar más aire, sentía como se comprimían, podía escuchar en sus oídos a su débil corazón latir mas lentamente mientras sus ojos se cerraban contra su voluntad, el tacto de la piel de Sasuke comenzaba a desvanecerse al igual que su voz pronunciando su nombre. Su cuerpo comenzaba a relajarse, a sentirse frio por dentro y como cuando se empieza a dormir, simplemente todo se volvió negro.

Al menos no le habia pasado nada malo a Sasuke.

Lately there´s been too much of this (Últimamente ha pasado muchas veces)

Don't think its too late (No creo que sea demasiado tarde)

Notas finales:

Sé que me miran extraño, puedo sentirlo.

Esta es una idea algo loca que se me ocurrió mientras veía el video de Simple plan - Untitled (como pudo pasarme esto a mí) y termino de concretarse al escuchar a Nickelback – Someday (de ahí el nombre del fic) esa es la canción que aquí pongo. (La canción no me pertenece. La uso sin fines de lucro)

Esta es la primera parte de dos, ya que considero que estaba muy largo y tenia que cortarlo. ¿Me mataran por ser Naruto el que conducía el otro automóvil? Lo he estado pensando, ¡pero me encanta el dramatismo!

Esto comenzaba simplemente visto por sasuke pero ha terminado así.

También quería aclarar que no se nada de medicina así que si ven alguna incongruencia, por favor pasarlo por alto (se inclina)

¿Se entendió lo que quería decir? Espero que si, si no tal vez sus dudas se resuelvan en la ultima parte de este Fic.

Espero sus comentarios, nos leeremos pronto.

¡Matta-ne!


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