Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cosas de adolescentes por AndromedaShunL

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Quinto capítulo de esta historia :) Espero que lo disfruten y comenten si lo desean ^^

  El cielo se había oscurecido ya y todas las farolas estaban encendidas a pesar de que aún no eran ni las nueve. Shura y Afrodita habían ido al centro a divertirse y a tomar algo a una cafetería más tarde.

   -¿A dónde vamos ahora, Dita?

   -¡Mira! -Le señaló con el dedo índice.

   -¿Una tienda de ropa? -Preguntó Shura arqueando una ceja.

   -¡Sí! Vayamos allí.- Lo miró con ojos de conejito.

   -Está bien...- No pudo resistirse a esa mirada.

   Afrodita lo agarró del brazo y tiró de él hacia la tienda, haciendo que casi se estampase contra el escaparate.

   -¡Mira esta camisa! ¡Es horrible! ¿No te parece? -Le preguntó al español.

   -Emm...- empezó. Lo cierto era que de todo lo que había visto esa prenda era la única que se pondría-. Sí, tienes razón, supongo.

   -Pues claro. ¡Tú mírala! -Se la tendió y casi al instante la volvió a retirar-. Mejor no, no vaya a ser que se te rompan los ojos.

   Shura lo miró atónito. Desde luego Afrodita se comportaba a veces como un auténtico bipolar.

   Recorrieron toda la tienda y todas las perchas. Para desagrado del español, había un segundo piso arriba y un tercero abajo. El sueco, por otro lado, parecía estar en su hábitat natural. Ahora Shura esperaba fuera de uno de los probadores con una tonelada de ropa que había cogido su amigo en los brazos.

   -¿Qué tal me queda esto? -Le preguntó Afrodita mientras salía del probador.

   Se había puesto unos pitillos azules con unas convers rojas, una camiseta blanca con una camisa a cuadros roja encima y un palestino azul alrededor del cuello.

   -No está mal.- Le respondió. Y era verdad. Ahora que lo veía así se fijó en los detalles de su cuerpo y comprobó que tenía una figura increíble. Intentó alejar esos pensamientos de su mente lo más rápido posible.

   -Me lo llevaré.- Anunció Afrodita mirándose al espejo por última vez.

   -¿Y todo esto? -Le preguntó Shura levantando los brazos con toda la tonelada de ropa.

   -¿Te importaría volver a dejarlo de nuevo en su sitio? -Le preguntó mirándolo de nuevo con esos ojos manipuladores.

   -Claro.- Respondió sin antes meditar.

   -¡Gracias! -Le dio un abrazo y casi le hizo caer con toda la ropa.

 

   -Milo, despierta cielo.- Lo llamó Camus cariñosamente mientras le acariciaba el cabello.

   Se habían quedado dormidos en el sofá como dos angelitos que no eran. Milo recostado sobre el pecho de Camus y este abrazándolo con el brazo derecho.

   -¿Qué hora es? -Preguntó el peliazul desperzándose y levantando la mirada hacia su novio.

   -Las diez menos cinco.- Respondió este.

   -¿Por qué no te quedas aquí a dormir? No quiero que te vayas.- Le pidió haciendo pucheros.

   -Mis padres no me dejarán.- Le contestó mientras enredaba sus dedos en el pelo de Milo.

   -Pregúntales. Te dejo mi teléfono para que los llames- se levantó, cogió una manta para cubrirse, fue hasta su habitación y le llevó a Camus su teléfono inalámbrico-. Ahora te traigo un pijama- sonrió pícaramente y regresó con un pijama rosa con ositos dibujados-. Te quedará divino.- Dijo entre risas.

   -Ahora la pregunta es: ¿por qué tienes ese pijama? -Se la devolvió, haciendo que se sonrojase entero.

   Camus marcó el número de su casa y esperó a que atendieran.

   -¿Si? ¿Quién es? -Preguntó la voz de su madre al otro lado de la línea.

   -Soy yo mamá. Te llamo desde casa de Milo- volvió la vista para mirar a este y se lo encontró haciéndole burla. Apartó la cara hacia otro lado para evitar reirse-. Me preguntaba... ¿me dejarías quedarme esta noche en su casa?

   -¿Qué? ¿Dormir en su casa? ¿Y su padres? ¿Están de acuerdo? -Empezó una lluvia de preguntas.

   -Sí. Sus padres no están... ¡au! -exclamó. Milo le había pellizcado el brazo y negaba con la cabeza y las manos-. Quiero decir... a ellos no les importa mamá.

   -Pero, ¿tienes pijama? ¿Qué pasa con la ropa? ¿Llevaste cepillo de dientes? -Otra lluvia de preguntas.

   -Me ha dejado él un pijama, la ropa pues ya verá que hago, ahh...- sintió los dedos juguetones de Milo por su espalda y cintura haciéndole cosquillas. Intentó apartarlo con una mano pero este le agarró la piel del cuello con los labios para hacerle un chupetón-. Cepillo de dientes... ahh... siempre llevo uno... ahh... en la mochila, mmm...-Respondió como pudo sin poder ni querer liberarse de su novio.

   -Camus, hijo, ¿estás bien? ¿por qué hablas así? -Preguntó su madre preocupada.

   -¿Eh? No pasa... nada, ohh... es que... Milo me está... umm... dando un masaje... ohh.

   -Cuando le invites a casa quiero que me haga un masaje a mí también.- Dijo su madre.

   -Entonces, ahh, ¿me puedo quedar? -Preguntó con ilusión.

   -Haz lo que quieras, ya eres mayorcito. Pero tu amigo me debe un masaje.- Dicho esto colgó.

   -¡Milo! -Dejó el teléfono a un lado.

   El peliazul aún estaba enganchado a su cuello como un vampiro. Unos segundos después se separó de su presa.

   -¡Qué gran obra de arte! Nuna me había salido uno tan bien y tan grande.- Exclamó Milo admirando su creación.

   -No hay quien pueda contigo- dijo Camus negando con la cabeza-. Ahora mi madre pensará cosas raras. Prefiero no ver lo que me has hecho.

   -¡Pero si quedó muy bonito! -Replicó el peliazul.

   -Deja de decir tonterías.- Le sonrió y le dio un suave beso en los labios.

   -Vamos a cenar algo.- Le propuso Milo.

   -Buena idea, me estaba muriendo de hambre.

   El griego se levantó del sofá y fue a su habitación para ponerse un pijama él también.

 

   Shura había acompañado a Afrodita hasta su casa después de haber pasado por dos tiendas de ropa más. Recordó la cantidad de veces que su amigos les había dicho que iba de compras y se preguntó si su habitación parecería una pasarela de moda.

   Iba caminando hacia su casa mientras pensaba en Mu. No sabía por qué pero no podía apartar su mirada de su mente. ¿Sería que...? No, no podía ser. Shura nunca se había planteado que le gustasen los hombres, aunque en el fondo lo sabía muy bien. ¿Podría ser que se estuviera enamorando del pelilila?

   Pasó al lado de una tienda de peluches y se fijó en uno muy simpático. No pudo evitar entrar para comprarlo.

  

   -¡Milo, qué has hecho! ¡Esto está asqueroso! -Exclamó camus mientras probaba un trozo de lasaña.

   En realidad lo que habían planeado era cocinar algo a mano entre los dos, pero viendo sus grandes habilidades culinarias optaron por algo más sencillo.

   -Creo que me pasé con el tiempo...- Se excusó este.

   -Más bien le falta- Dijo mientras se levantaba de la mesa con el plato en las manos-. Lo meteré en el microondas unos tres minuos más.

   -Sí, yo también.- Le siguió el peliazul riéndose.

   -Cuando vivamos juntos yo me encargaré de cocinar.- Le anunció dándole un beso.

   -¿Y yo? -Le preguntó Milo curioso.

   -Tú serás mi esclavo y te encargarás de calentarme la cama.- Le respondió agarrándolo por la cintura.

  

   Cuando acabaron de cenar Camus le pidió a su novio que le dejase el portátil. Milo se había puesto al grande.

   -No hay nada interesante, como siempre.- Suspiró el peliazul mientras cerraba una ventana y volvía a abrir otra.

   -Yo voy a conectarme al msn a ver quién hay.

   Puso su correo y contraseña e inició sesión. Se había sentado en la cama de su novio con la espalda apoyada en la pared, las piernas cruzadas y el portátil encima.

   Nada más conectarse le llegó una petición de un tal Shaki_17@hotmail.com. Dudó si aceptarlo o no y al final optó por hacerlo. Al principio no cayó en quién podría ser hasta que vio la foto que tenía puesta: un joven rubio de ojos azules muy guapo.

   Unos minutos después, Shaka le habló.

  
    Si no puede convencerlos, confúndalos. dice:

     -Hola, Camus, ¿cómo estás?

    El paso del tiempo by Camus dice:

     -¡Hola! Muy bien, ¿y tú?

    Si no puede convencerlos, confúndalos. dice:

     -Más de lo mismo.

     -¿Mañana sales?

   -¿Con quién hablas, cielo? -Le preguntó Milo desde la mesa, haciéndose el desinteresado.

   -Con mi prima.- Mintió. Por alguna extraña razón no quería decirle que hablaba con Shaka.

   -Ah.

 

    El paso del tiempo by Camus dice:

     -Sí, con mi grupo de amigos.

   ¿Por qué de repente el rubio le agregaba al msn, se ponía a hablarle e incluso le preguntaba eso?


    Si no puede convencerlos, confúndalos. dice:

     -Aioria, Mu, Milo, Shura, Afrodita y Saga.

     -¿Me equivoco?

    El paso del tiempo by Camus dice:

     -No XD

   Por otro lado el peliazul también había iniciado sesión en el msn y había comenzado a hablar con Shura y con Afrodita.


    *$hura q te importa* dice:

     -todo el maldito dia de tienda en tienda jaja

    Eres como un escorpión dice:

     -Dita es peor q una novia jajaja

    *$hura q te importa* dice:

     -ya te digo XDD

   Cambió de conversación para ver lo que le decía el nombrado.

  
    Las rosas son rojas. La sangre también. dice:

     -pues eso, yo creo que le gusta y deberíamos hacer algo

     -pero no se lo digas a nadie, es solo una suposición

   Afrodita le había dicho que por la forma en que lo miraba Mu podría estar enamorado de Shura. Esto a Milo le parecía una estupidez, pero parándose a pensar en ello más detenidamente descubrió que no era tan imposible después de todo.


    Eres como un escorpión dice:

     -no se lo dire a nadie

     -q podemos hacer si resulta ser cierto?

    Las rosas son rojas. La sangre también. dice:

     -averiguar si a Shura le gusta Mu

    Eres como un escorpión dice:

     -y como? XD

    Las rosas son rojas. La sangre también. dice:

     -por el momento mañana intentaremos comprobar lo de Mu, luego ya veré qué hacemos

    Eres como un escorpión dice:

     -ok

   Por otro lado, Camus había caído en la típica conversación de preguntas de cuando conoces a alguien y no sabes qué tema tratar con él.


    Si no puede convencerlos, confúndalos. dice:

     -¿Y cuál es tu color favorito?

    El paso del tiempo by Camus dice:

     -Me gusta mucho el verde del mar, pero definitivamente me quedo con el azul del hielo XD.

    Si no puede convencerlos, confúndalos. dice:

     -Vaya, ¿eres frío? Jaja.

    El paso del tiempo by Camus dice:

     -Qué va, jaja.

     -Soy todo un sol XD.

    Si no puede convencerlos, confúndalos. dice:

     -Oh, eso me gusta, XD.

    El paso del tiempo by Camus dice:

     -¿Y tú? XD

    Si no puede convencerlos, confúndalos. dice:

     -¿Yo?

     -¿Tú cómo crees que soy?

     -Responde sinceramente.

    El paso del tiempo by Camus dice:

     -Pues... Digamos que me parecías un chico bastante frío y reservado.

    Si no puede convencerlos, confúndalos. dice:

     -Bueno, es la impresión que quiero dar.

     -Aunque cuando quiero puedo quemar más que una estrella.

   Camus no pudo disimular una sonrisa y le pareció que Milo lo fulminaba con la mirada. Estaba seguro de que le había mentido, más que nada porque Camus no tenía primas, y temía saber quién era la persona con la que hablaba.

   -¿Qué te hace reir tanto? -Le preguntó.

   -Ehm... un chiste que me acaba de contar mi prima.- Mintió.

   -¿Me lo cuentas? -Casi le exigió el peliazul.

   Después de un silencio que pareció eterno camus habló.

   -Milo... está bien, lo siento, en realidad estaba hablanco con Shaka que me acaba de agregar.- Le dijo con semblante de culpa.

   -Con Shaka...- Casi murmuró el peliazul.

   Era lo que temía. Unas pulsaciones aceleradas le brotaron en el corazón y un escalofrío recorrió su espina dorsal.

   -¿Qué sucede Milo? -Preguntó levantándose para reunirse con él, preocupado.

   -Nada, solo que... -meditó unos instantes-, da igual- concluyó-. ¿Nos vamos ya a dormir? Estoy muy cansado.

   -Claro.- Asintió, a pesar de que aún no era muy tarde.

   Se desidieron cada uno de los contactos con los que habían estado hablando, apagaron los ordenadores y fueron al baño para lavarse los dientes. Después se metieron en la cama de Milo, abrazados.

   -Camus.- Lo llamó en un susurro.

   -¿Si, mi vida?

   -Dijiste que nunca me abandonarías, ¿verdad? -Preguntó, con expresión triste.

   -Así es.- Respondió, y le dio un beso en la frente.

   Milo esperó a que se separara para agarrarlo de las mejillas y besarlo salvaje y apasionadamente bajo las mantas.

Notas finales:

Muchas gracias por leer :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).