EN ACCION
Se hallaba en su propio mundo, cuando regreso los espectros estaban extraños, pero ya sabía que cuando se comportaban así era debido a sus intereses personales que no tenían nada de malo, mientras que no afectaran su deber.
-Pandora quiero que me dejes solo, estoy muy cansado desde hace unos días, y si no te molesta diles a los jueces que no quiero que me moleste nadie.
-Como usted ordene mi Señor Hades.
-Una cosa más…
-Si, dígame.
-… No puede ser olvide lo que estaba por decirte, márchate cuando lo recuerde te llamare.
Se le estaban olvidando las cosas, se sentía muy cansado y solo significaba una cosa, algo estaba por pasar, siempre se sentía así cuando algo se acercaba. Pensó que el agua lo calmaría, y entro a refrescarse; veía a todos lados las estatuas que se hallaban en el lugar lo estaban incomodando extrañamente, en esa ocasión sentía que entre ellas lo observaban y se sintió desprotegido; salió de ahí sin ropa y se adentro a su habitación, después de todo estaba solo y nadie lo vería.
Se refugió en la cama que tenia sabanas rojas y negras de seda como en su habitación del Olimpo, el cansancio lo tenía a su merced. Termino por dormir un largo tiempo, en su mente no había nada, en su sueño solo estaba viendo al cielo nocturno flotando en un inmenso mar, solo sin nadie más. Unos golpes en la puerta lo volvieron en sí y miro a todas partes, Pandora pedía permiso para entrar, selo concedió de inmediato.
-¿Qué es lo que pasa Pandora?, pedí no ser molestado espero sea importante.
-Mi señor es solo que… esa orden la dio hace como cuatro días, hemos estado preocupados por usted que no ha salido.
Hades durmió por cuatro días seguidos y nadie lo despertó, no podía imaginar lo que le pasaba para que ocurriera eso. Pandora le dijo que habían llevado algo para el de parte de uno de sus hermanos, le pidió dejarlo e irse. Se vistió y fue a ver qué era lo que le enviaron.
-¿Qué me habrá manda mi hermano? –Abrió una caja extraña color negro con una cinta morada y primero saco una carta. –Veamos que dice esto:
“A TI QUE TE GUSTA TANTO LO QUE LOS HUMANOS HACEN, MIRA LO QUE ME ENCONTRE, ME RECORDO A TI, QUE TENGAS DULCES SUEÑOS”
Quito un papel negro que envolvía el contenido y lo que había dentro resalto de inmediato, un conejo blanco, lo saco con cuidado e inspecciono; por ojos tenía un par de botones grandes negros y brillantes, la cabeza era más grande que el cuerpo y el triangulo de hilo negro que tenia de nariz no daba a ninguna boca, no tenía alguna expresión, igual que su color estaba en blanco; pensó que su hermano se burlaba de él pero vio la caja y encontró otra nota.
-Mi hermano está loco… otra nota:
“NO ES NINGUNA BROMA, ES UN REGALO QUE ME RECORDO A TI, Y TE HARA COMPAÑÍA EN TU SOLEDAD.”
-Creo que ya está cambiando, pero aun así le prometí que pasaríamos tiempo juntos así que lo veré mañana.
Aunque se mostraba frio todo el tiempo, ese regalo lo hiso sonreír, lo tomo con ambos brazos y apretó contra su pecho en un abrazo, volvió a su cama y se quedo dormido nuevamente.
Se dirigió al Olimpo en busca de su hermano, al encontrarlo le pidió que hablaran a solas, la mente de él divago con eso, e imagino demasiado; ya solos Hades le pregunto por el regalo, ya que le parecía extraño.
-Es solo un regalo para mi hermano.
-Si yo fuera el menor algo así sería más apropiado, pero soy mayor que tú.
-Pero menor que nuestras hermanas, solo es un regalo, si no lo quieres está bien.
-Yo no dije que no lo quisiera… -consiguió que lo aceptara, así su plan daba frutos. –gracias por el regalo.
Estaba seguro que ese inicio para ganar terreno estaba funcionando, así poco a poco se acercaría sin que lo sospechara y después llegaría la hora del verdadero plan.
Día tras día Hades recibía algún detalle de su hermano, en primer lugar pensó que solo estaba jugando, pero después vio que pasaban mucho tiempo juntos y se debía a eso. Se sintió extraño de recibir tantos regalos, pero como no eran tan seguidos se fue acostumbrando. Su hermano veía que cada vez se podía acercar más y ya tenía todo listo para la verdad, Hades no podría decir que no era muy seguro.
-Hermano ¿Cómo estás?
-Cansado, me siento demasiado débil, quisiera descansar, podrías evitar me molesten.
-Claro, nadie te molestara mientras yo esté aquí.
Hades cayó en la cama pesadamente, ese presentimiento no dejaba de agotarlo, pero no estaba seguro, su hermano lo convenció de que se debía a que trabajaba muy duro en el inframundo. Su hermano aprovecho que ni siquiera se acomodo en la cama y lo levanto cuidadosamente, lo puso bajo las sabanas y lo contemplo por largas horas.