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TRATOS RAROS, ROMANCES Y RISAS por AzraelK20

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Notas del capitulo:

Perdon por no actualizar pronto pero tenia algunos inconvenientes, entre ellos que se me perdio un fic y lo estoy intentando recuperar, y el otro es que se esta llevando acabo lo reunion dorada en mi casa... mis trece tios contando a mi papá, si es extreaño porque cada uno tiene asignada una casa zodiacal y los geminis son gemelos.

MISION IMPOSIBLE


Después de analizar la situación solo quedaba una opción, y esa era al igual un riesgo, pero no había más los encerraríamos a los dos, su pleito complico todo, y si los encerrábamos por un rato juntos tendrían que hablar o al menos unirían fuerzas para salirse del encierro y para ello debían dirigirse la palabra.


-¿Papá esta todo listo?


-Claro que lo esta, y nadie sospechara nada, aunque conociendo a quien ya saben ¿Qué le dirán?


-Pues… que les dimos un en cerrón y no saldrán en mucho, pero mucho tiempo.


-… que… directos…-Solo en esos momentos se podía ver al dios de los muertos con una cara de WTF? Y no entender. –“Maldito escorpión” –Lo escuchamos decir entre dientes.


-Si como la vez, tú nos mandaste a la tierra lo olvidas.


-Y no hay día en el que no me arrepienta.


-Pues ahora no te quejes.


-Solo no los dejen mucho tiempo o en verdad tendrán que esconderse en el tártaro.


Nos dirigimos de regreso al santuario, pedimos que los mandaran a vernos en la estatua de Atenea. Después de unos minutos los vimos llegar, papá como siempre no se molestaba en nada y llego en pijama, Camus lo veía sacando chispas por como llego, nosotros solo suspiramos.


-Bien esperamos que esto les haga entender las cosas de una buena vez.


-¿De qué hablan? –Nos pregunto Camus intrigado.


-Sí, espero que no tramen nada porque ni hades intervendrá en su castigo.


-Aguafiestas, pues para que de una buena vez entiendan lo que hay dentro de ustedes… -Los miramos fijo y sonreímos. - ¡Que disfruten su estancia en la caverna de las lamentaciones*!


Los desaparecimos y enviamos a la jaula que ahí se encontraba, nada la abriría, bueno solo una cosa, pero ellos la descubrirían… en algún momento.


Abrí los ojos y por un minuto solo vi oscuridad, después de acostumbrarme note que estábamos en una cueva pero tenia todas las comodidades que se necesitaban par vivir en ella, muebles algo rústicos pero que se veían confortables, mire a todos lados y me encontré con la mirada de Camus sentado en una silla, odiaba que me viera así.


-Espero que estés contento ahora. –Mas que una pregunta era un reproche.


-¿De que hablas?


-Estamos encerrados, ni siquiera había oído sobre este lugar… supongo que es una prisión, pero no se por donde podemos salir.


-Lo… lamento… -Eso fue lo único que atine a decir.


Permanecimos en un largo e incomodo silencio, eso nos estaba matando a los dos, era una tortura de verdad, mis hijos estarían en problemas cuando saliéramos de ahí, ni Hades los ayudaría esa vez. Caminamos por el espacio que mostraba el otro lado de una cortina que servía como puerta; cuando llegamos a lo que podía ser la salida nos encontramos con la única verdad.


-Mira es luz. –Camus corrió a ese punto a lo lejos, camine para alcanzarlo correr no era necesario, pero me detuve a distancia prudente cuando lo vi sin avanzar.


-¿Ocurre algo Camus?


-Mira sobre nuestras cabezas y ve lo que esta al frente. –Me dispuse a leer.


-“Deteneos ante esta reja, ya que solo la verdad os ara libres en cuerpo, mente y alma.”… intentemos romper las rejas…


-Esta vez te daré la razón, hagamos un intento.


Elevamos nuestro cosmos para atacar, cuando lanzamos nuestros ataques estos fueron absorbidos por las rejas, y después fue dispersado en el ambiente dejando las rejas intactas, sin duda un poder divino intervenía en ese lugar. Nos acercamos a las rejas y al ver fuera no vimos nada más que un bosque oscuro y sombrío que no parecía tener fin, no se sentía ninguna energía cerca o a distancia, estábamos por completo solos.


-Que estupidez.


-¿Disculpa Camus?


-Estamos encerrados sin poder salir hasta solo los Dioses saben cuando, y yo no pienso quedarme cerca de ti ni un minuto…


-Lamento no ser la persona más agradable del mundo. –Eso me molesto de verdad, aunque en realidad lo que sentí fue un duro golpe donde se supone tengo el corazón, sentí esa misma sensación de aquel tiempo lejano, solo me di la vuelta para volver a donde desperté. Escuche sus pasos detrás de los míos, no le dije nada ya si no quería hablar no haría nada, eso era el final.


-Mirlo… -Solo lo escuche hablarme como antes, como me solía decir. –Lo lamento, tú no tienes la culpa.


-No te preocupes, entiendo. –Después de tantos años había dejado de ser ese escorpión que todos conocían, el duro y tajante, lo había escuchado en palabras del mismo Mu y Shaka que decían cambie mi actitud para bien, pero en realidad solo oculte a mi persona en lo que todos veían.


Estuvimos, en silencio, porque pensaron encerrarnos ahí, quizá era por una razón, pero no sabia como sabían todo eso, claro eran mitad Dioses pero aun eran niños, les faltaba mucho por aprender. Miro a Camus leyendo un libro que encontró a una repisa, realmente pensaron en muchas cosas, esa cueva no era en si una prisión, era para algo más, la caverna de las lamentaciones no era para mantener prisioneros.


-Camus lo lamento.


-¿Mirlo?


-Lamento todo, quiero pedirte perdón y hacerte saber que ya no te molestare más, al fin cumpliré tu petición.


-Milo… yo… quien debería pedir perdón soy yo…


Nos quedamos dormidos en algún momento había unas literas en una sección aledaña de la parte donde estábamos que serbia de habitación, ni siquiera había un reloj para ver la hora, solo uno de arena que no daba indicación alguna, la arena parecía estar congelada en el momento que ambas partes tenían la misma cantidad de arena, era extraño porque cuando llegamos lo vi con la arena cayendo y ahora no avanzaba más.


-¿Camus que haces?


-El desayuno. –Lo mire de arriba abajo, no era que no supiera cocinar, pero digamos que no siempre le salían las cosas bien, y parecía ese era uno de esos días.


-Te ayudare…


-Detente ahí escorpión, yo me encargare ahora me toca a mí disculparme.


Lo mire mientras preparaba lo que fuera que hiciera, era divertido ya que parecía estarse dando por vencido, me acerque cuando lo vi desesperado. Mire que se le había pegado la comida, y me miraba resignado.


-Rescatemos lo que se pueda. –Se hiso a un lado y me encargue, no estaba tan mal intervine a buen momento, solo cuando no estaba bien la comida terminaba así. –listo, se salvo.


-Lamento que tuvieras que encargarte.


-No te disculpes, esta bien…


-Gracias por comprender Mirlo… -No podía evitar ponerme rojo ante su acto, nunca se había atrevido a besarme. –Y por no darte por vencido… ¿Ocurre algo?


-Nada, comamos.


Odiaba los silencios, y más en esos momento después de que hiso algo así. El se encargo de los platos, y creo que agradecía un poco ese encierro habíamos llegado al perdón el uno con el otro y con nosotros mismos.


No sabíamos cuanto había transcurrido pero ya no nos molestaba vernos, estábamos de hecho mucho mejor. Hablábamos como antes de que todo pasara, nos contábamos todo lo que nunca nos pudimos decir por el enojo, parecía una ilusión, pero después de lamentarnos por todo lo dicho y hecho con anterioridad, todo mejoro… lamentos, eso solo quería decir que nos encerraron por una cosa, todo lo que lamentábamos, esos niños ya se estaban salvando de su castigo.


-Intentémoslo ¿Qué dices?


-Quizá no sea como antes pero no podemos dejar que algo afecte la amistad que teníamos. –Camus me miro un poco extraño después de que hable.


-Pues yo quiero algo más que una amistad… -Eso no me sonó a algo que Camus dijera tan fácilmente, lo vi acercarse asía mi. –Y se que tu igual.


-…Camus… -Trague grueso, eso era lo que me fascinaba de él, que fuera tan impredecible, eso lo hacia único, de un momento a otro podía mostrar múltiples facetas de él mismo, como ese Camus que dominaba todo lo que se le ponía enfrente, incluyéndome. -… ¿Estás completamente seguro?... –Se aparto de mi rostro unos sentimientos después de que dije eso y sonrió, sabia lo que significaba.


-Claro que lo estoy.


Fuimos caminado a la habitación, yo ayudado por él ya que me tenia de espaldas por estarme besando. Poco a poco fuimos apartando lo que nos estorbaba en el camino, con ello nostras ropas, paso a paso terminamos en la cama. Seguía siendo el mismo controlador de siempre.


-… Eres un… controlador… Haaa…


-Y tú no dejaras de ser el mismo quejumbroso.


-Camus… espera… Haaa…


-¿Ocurre algo Mirlo? –Paso su mano por mi rostro, yo lo mire para calmarlo.


-Estoy bien… puedes seguir.


Se acomodo entre mis piernas y continuo besándome, sentía que mordía mi cuello, de un momento a otro lo sentí entrar en mi, era algo doloroso pero tuvo cuidado, me aferre a las sabanas y cuando lo noto se quedo sin mover un momento. Después de que pude relajarme continúo, el vaivén era suave, pero poco a poco amento el ritmo, no podía mantenerme en silencio, mis gemidos se escuchaban por toda la habitación.


-Camus… Haaaa… yo… Haaa


-Silencio, lo único que quiero escuchar es tu canto mi bella avecilla…


-Te amos Camus… Haaaa…


-Y yo a ti Mirlo. –Estaba agotado, escuche sus palabras y sentí que me besaba, un beso demandante y apasionado.


Comencé a abrir los ojos y mire a mi lado ahí estaba Camus junto a mí, pensé que solo estaba soñando, que durante nuestra pelea me dejo inconsciente y en mi deseo de que me correspondiera soñé todo.


-Buenos días mi avecilla.


-Camus… te amo.


-Y yo a ti Mirlo.

Notas finales:

Lo de Mirlo solo se lo dice Camus a Milo, escoji el ave porque pues en un inicio era debido al parecido en nombres, pero despues me acorde que canta muy bonito, es una de las aves que me gusta y se ubica en toda europa sobre todo.

Bueno, espero sus opiniones, acepto de todo, pedradas jitomatasos, mentadas de madre, chocolates, flores (en este caso que sean rosas rojas o blancas)

Espero que les haya gustado.


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