COLECCIÓN DE INSECTOS RAROS Y CONDIMENTOS PELIGROSOS
Debíamos comenzar con nuestra travesía, para salir de ahí y encontrar a nuestro padre, solo esperábamos que ella no lo tuviera secuestrado, sino todo sería peor, así que nos debíamos apurar.
Seguimos nuestro camino ignorando a los demás que se peleaban si parar, de verdad se estaban volviendo locos, si es que no lo estaban desde antes. La lógica no existe porque usarla, en este lugar nada es lo que parece. Escuchamos un alboroto, era Camus que discutía con Dita, esos dos no era normal que se pelearan.
-¡Ya te lo dije traía los dos guantes!
-¡Pero yo no recuerdo que trajeras guantes!
-¿Cómo te explicas que ahora solo traiga uno? –Se quedo parado mirando a una casa y entro corriendo, Dita lo quiso detener pero fue muy rápido.
-¡Camus!
-No se preocupen, solo esperen y verán que regresa. –Efectivamente regreso con los dos guantes puestos. –Bien C. Blanco ya no te quedes atrás.
Siguiendo con el camino comenzamos a escuchar silencio, no era normal que ya no se escucharan sonidos de su parte, de ningún tipo. Miramos inquisitoriamente para encontrarnos con la nada, ya ninguno se encontraba detrás, el problema se hiso más grande con todos perdidos. Nos debíamos apresurar para ayarlos a todos.
Continuamos con nuestra caminata extraña, perdiéndonos en un bosquecillo, que ponía a las plantas y demás de un tamaño superior al nuestro, incluso a l de Aldebarán. La única verdad era que ya ninguno de nosotros sabíamos dónde estábamos ni quiénes éramos en realidad, la confusión era demasiado grande.
-¿Quiénes somos en este lugar tan grande?, eso quisiera saber, ¿Quién eres tú? ¿Quiénes somos nosotros en realidad?
-Shaka. –Ya teníamos a uno.
-¿Quién eres tú?, haber responde.
-Bueno... pues yo… -No podía responder, nadie podía responderle eso a Shaka.
-¿Qué les pasa? Soy yo no me miren así… cof… cof… lo siento pero el humo… cof…
-Vamos antes de que algo más pase.
Mientras continuábamos nuestro recorrido nos topamos con algo extraño, no caminábamos en círculos era seguro, pero la vista se nos estaba moviendo de dirección, tal parecía que caminábamos de lado. Llegamos a un jardín, estaba todo en calma cuando escuchamos la vos de alguien, era de Dita.
-Hasta que se aparecen, me estaba cansando de estar aquí solo.
-Ustedes se separaron no tenemos la culpa de nada Merienda posa.
-No me diga así… Traen consigo al fumador pasivo.
-Óyeme… cof… cof…
-Vámonos en ese caso, ahora nosotros dos somos responsables siendo los únicos adultos con ustedes.
-¿Adultos?, si ustedes lo dicen.
-Si nosotros creímos traer colección de insectos raros.
-Tenían que ser hijos del bicho.
-Dita es imposible con ellos.
Escuchamos insistentes estornudos que parecían pertenecer a Saori, después le fuimos siguiendo nosotros, cuando pasamos al lado de una casita los estornudos se hicieron más fuertes, parecía oler a pimienta pero eso molestaba demasiado la nariz.
-¡Achu!
-¡ACHU!...
-Que horrible lugar… ¡A, A, A, ACHU!...
-¡Ya me estoy cansando, quien estará aventando tanta pimienta!... ¡HA! –Alguien le aventó un pimentero en la cabeza desde una de las ventanas de la casa a Shaka.
-Jajaja… ¿Quien fue? –Le dieron de igual forma a Afrodita.
-Agáchense que aquí parece que están aventando la casa por la ventana… auch… -Pobre de Shaka le dieron de nuevo en la cabeza.
-Salta Dita. –Salto tiempo antes de que le dieran en los pies con una sartén.
-¡Shaka cuidado! –Dita le advirtió de un cuchillo volador, alguien estaba haciendo un desastre.
-¡Córranle! -Dita fue el primero en correr pero se fue de boca al piso porque le dieron con un plato en la cabeza.
Decidimos entrar a la casa, ya que si estaban aventando las cosas así afuera no corríamos peligro adentro. La puerta estaba abierta por lo que solo entramos sin avisar, se escuchaba un griterío de alguien en la cocina. Nos encontramos con Atenea en el comedor.
-Señorita Atenea… ¡Achu!
-Hola caballeros, me perdí y termine aquí, por lo que decidí esperarlos, ¡Sabia que mis primitos lindos vendrían a ayudarme!... ¡Achu!
-Si claro…
-Lo que tú digas.
-¿Por qué hay tanta pimienta Atenea?... ¡ACHU!
-No lo… ¡ACHU!... no lo sé, pero por más que abrí las ventanas esto no se arregla…
“-¡Pimienta!”
-¿Quién está ahí?
Esa vos no la conocíamos, cuando la buscamos la percibimos cerca de una puerta vecina a donde estábamos, provenía de la cocina, pero a su dueña no la podíamos identificar. Saori abrió la puerta dejándonos ver a una cocinera de espaldas a nosotros, la cocina era el lugar más infestado por esa especia, no se podía ver ya que molestaba incluso en los ojos.
-¡LLEGAN TARDE PARA LA SOPA! –Dita se agacho esquivando un plato que termino en la pared embarrando todo su contenido en esta. -¡NIÑOS MALCRIADOS!
-Desde hoy díganle a nuestro padre que odiaremos la sopa. –Un aliado de esa bruja nos estaba esperando en la cocina, como nosotros estaban tomando los papeles de algunos personajes. – ¡Cuidado Saori!
-Señorita Atenea…
-Salgan de aquí, nosotros dos nos aremos cargo.
-Shaka, Dita ustedes váyanse, es nuestra responsabilidad…
-¡Nosotros somos los adultos así que salgan con Atenea!
-Vamos.
No poder hacer nada nos molestaba, pero cuando estábamos saliendo del comedor escuchamos un fuerte golpe y la pared se vino abajo, con un golpe Dita había sido enviado fuera de la cocina, cuando nos dimos vuelta, encontramos a Shaka intentando resistir. Atenea nos jalaba fuera de la casa; pero parecía que no nos dejarían avanzar.
-¡NO IRAN A NINGUNA PARTE!
-¡Cuidado!
-¡Atenea! –Por primera vez la veíamos responder a una agresión, nos pondríamos firmas eran nuestra familia. –Atenea quédese detrás de nosotros.
-Pero…
Atacamos a nuestro agresor sin darle oportunidad a Saori de protestarnos; notamos que Shaka y Dita se acercaban, les miramos diciéndoles que no se metieran ya que era nuestra pelea.
-Si creen que me van a ganar siendo solo unos medios dioses no lo creo, somos mucho más fuertes que ustedes.
-¡Cállate que solo te enfrentaras a uno de nosotros!
-Prefiero pelear con ambos, soy más fuerte, sería una desventaja para su lado si solo uno pelea.
-Creemos que estas cometiendo un error.
-Así es, porque nosotros aun siendo humanos tenemos sangre divina…
-Y eso significa que quien morirá serás tú, después de todo también poseemos la habilidad de quitar la vida igual que nuestro padre Hades.
-¿Qué es lo que pasa?
-Atenea, todo se ensombreció repentinamente.
-Creo que es momento de decirles el secreto que Milo, Hades y yo les habíamos guardado por todos estos años, la razón por la que Milo les negaba pelear.
-¿De qué secreto habla atenea?
-Shaka como sabes Hades elegía al humano más puro, y por esa razón Melina y Blas nacieron con un alma que no tiene un concepto definido del bien y del mal como todos normalmente tienen, sus almas pueden ser corrompidas por una provocación muy sencilla, atacar a su familia.
-No deberemos interferir en las peleas que ellos enfrente no es así.
-Así es Afrodita, porque de hacerlo, serán devorados de igual forma que el enemigo por la oscuridad, la oscuridad de la muerte sin retorno alguno, sin la posibilidad de la reencarnación.
Pelear y deshacernos de ese obstáculo era todo, y ver ese bello color frente a nuestros ojos era algo maravilloso, era nuestro color favorito… el rojo intenso de la sangre, nada se comparaba con él.