ESTUDIANDO
Permaneció quieto y observando con cuidado cada rincón de esa habitación, se pregunto si la mujer leyó todos esos libros que veía en el estante, después si acaso le tenía lastima, infinidad de preguntas asaltaban su cabeza, incluidas las de que sería de él al regresar a casa.
-¿L te gusta alguno de estos libros?
-No conozco algunos, pero se ven interesantes… no lo digo por su portada, claro está.
-Si gustas te puedo prestar el que quieras y después me lo regresas.
-Gracias.
La distancia que el padre de L puso lo hiso sentirse aliviado, ya no lo molestaba y lo dejaba solo en la habitación, parecía que algo lo detuvo. Su pierna ya estaba mejor por lo que pronto volvería a la escuela; se encontraba entre las aves que tanto adoraba su madre, ahí tenía un espacio su amigo, esa avecilla que cuido cuando estaba lastimada.
-Pronto volveremos a la escuela, así que ya no nos preocuparemos tanto porque él me lastime… -se quedo con la cabeza escondida entre sus piernas escuchando los cantos mesclados de todas las aves, no era sociable con las personas, a veces se sentía mejor con los animales, pero ahora que tenia a Light sentía más equilibrada su vida. –Ya quiero volver a la escuela… ya quiero ver a Light. –Lo último lo dijo con una tenue y corta sonrisa.
Después de un par de días tranquilos un auto se paro frente a la escuela, de ahí bajo L que caminaba con su ya habitual expresión de frialdad, pero bajo esa mascara se escondía una gran sonrisa que se mostraría cuando viera a Light. Se paro frente a la habitación y abrió con su llave, no había nadie, sabía que Light podía estar haraganeando en algún lugar o en las clases sin prestar atención.
-¡L qué bueno que regresaste! –Reconoció la vos detrás zullo.
-Light. –Y ahí estaba su sonrisa que tomo desprevenido al castaño. –Te extrañe.
-Bueno yo no pude verte porque…
-No importa, lo bueno es que estoy aquí ¿No crees?
-Si es lo bueno.
Ambos entraron y L se quedo sentado como siempre, mientras tanto Light tomaba una ducha porque saldría, L no quiso acompañarlo aunque este se lo pidió. Cuando Light se arreglaba se paro frente al pelinegro y se le quedo viendo traía de nuevo al ave en la cabeza, pero de extra llevaba una jaula, suponía que ahí la pondría en las noches.
-Iré a práctica y volveré después.
-No sabía que hacías deporte.
-Es por lo que no te fui a visitar, me uní al equipo de básquetbol.
-Que bueno, nos vemos mas tarde.
Reviso su pierna, esta ya estaba casi recuperada, solo le dolía muy poco, pero ya podía caminar por su cuenta. Las horas pasaron y L se decidió a bañar, pero en eso la puerta se abrió y entro Light, L se estaba quitando la camisa cuando el entro y lo vio.
-¡Que te paso!
-¿Qué?
-Tu espalda, ¿qué te paso, quien te lo hiso?
-Fue... un accidente…
-¿Estás bien?
-Sí.
-Pero mira todos esos golpes, no pudo ser solamente un accidente.
-Fue un accidente, me caí de las escaleras, no te preocupes. –Sonaba muy convincente, pero no convenció a Light.
-¿Tus padres ya te vieron los golpes?
-Sí, me llevaron a revisar, estoy bien.
L se estaba dando un baño cuando la puerta se abrió, se asomo y vio a Light a punto de entrar a la regadera con el por lo que se impresiono, apenas había llegado y ya estaba detrás de él, aunque lo quería sintió su espacio personal invadido.
-¿Qué haces?
-Nada, me quería dar un baño contigo.
-No… espera…
-¿A que me espero?
-NO… suelta… ¿? -Light estaba tomando la situación a su favor, L no se resistía, pero hacia un esfuerzo para mantener un poco de distancia. -… Haaa…
-Tu cuerpo no dice lo mismo.
Lo fue recorriendo con cuidado con sus manos, no quería lastimar más su espalda, lo tenía recargado contra la pared dándole la espalda, la vista para Light era excitante; no era difícil sacarle gemidos a L, su cuerpo era demasiado sensible, así lo veía Light, pero hacia más divertido el juego. El ruido de la regadera no paraba, L casi estaba gritando pidiéndole que se detuviera, sonrojado e intentando recuperar el aliento.
-par… a… Haaa… -Esas fueron sus últimas palabras, ya que las manos se dirigieron asía su entrepierna comenzando a sacarle más gemidos de lo normal. –Haaa… ¡!
Entre caricias y besos se les paso el tiempo bajo la regadera, el agua ya estaba fría, pero ellos no lo notaban. Hasta que terminaron L comenzó a titiritar, Light cerro la llave del agua y lo abrazo fuertemente. Salieron de la regadera, L se recostó en la cama, tenía algo de frio debido al agua.
-Hace frio ¿no crees?
-No para nada, yo no tengo frio. –Reviso la temperatura de L, estaba frio pero no tenía nada grave, tomo las cobijas y lo cubrió con cuidado. –Estarás bien… ¿Quién será?
-Creo que yo sé… -Se escuchaba llamaban a la puerta, L suponía la identidad de quien tocaba. –Podrías decirle que estoy dormido.
-Pero quien e…
-Buenas tardes.
-Buenas tardes. –Miro a la mujer con cuidado, suponía era medico, su broche era el típico emblema de medicina.
-Soy Kimy busco al joven L. –Miro con más atención el broche, no era el emblema medico, era el de psicología. –Tú debes ser Light, necesito verlo podrías decirle…
-Está dormido.
-A… bueno, por favor cuando despierte dile que lo veré en la oficina que está al lado de la dirección.
-Usted es la psicóloga de la que nos dieron aviso, va a trabajar aquí ¿no es verdad?
-Así es, a y por cierto es un gusto.
-Igual, pero… ¿Cómo me conoce?
-Un conocido me hablo una vez de ti.
-Bien… bueno… yo le digo…
-Gracias.
Cerró la puerta y volvió con L, y de verdad estaba dormido no le había mentido. Se sentó en la cama acariciando el cabello revuelto, su rostro estaba demacrado, no le había dicho nada porque si con los golpes se negó a hablar al seguir insistiendo no le respondería nada. La respiración tan tranquila lo hipnotizaba, el pajarillo se había vuelto a posar cerca, L parecía tener algo con ese animal que lo seguía a todos lados.
-… ¿Qué hora es?...
-Ya es de noche. –Revolvió con cariño el cabello. –Por cierto una mujer me pidió te dijera fueras a la oficina junto a la dirección.
-Está bien…
-¿Tú la conoces?
-Sí… ella es… mi psicóloga…
-¿¡Eh!?
-Sí, es verdad.
-No importa… pero no lo sabía.
En la mañana L se salto las clases para ir a verla, quería saber que pasaba para que lo llamara. Se paro frente a la oficina de forma clamada y algo adormilada, últimamente siempre le daba sueño como a una persona normal.
-Adelante, puedes entrar.
-Hola…
-Hola L, ayer me dijeron dormías, quiero hablar contigo.
-Bien de qué.
-Pedí me abrieran un espacio aquí, en parte para observarte y en otra para ayudar a más personas, así que primero te preguntare si no te molesta te acompañe en algunas clases.
-No… no es molestia.
-Bien, podemos irnos ahora, tienes clases si no me equivoco.
-Es verdad.
Caminaron al salón donde se llevaba a cabo la clase, L entro como si nada, ni siquiera el profesor dijo algo, lo que Kimy no sabía era que L acostumbraba hacer eso, entrar sin avisar, no le reprochaban ya que no tenía ningún otro tipo de problemas, y no era muy conflictivo. La clase continuo normal, como en cualquier salón, pero L no parecía estar ahí, se encontraba sentado en su peculiar forma con la mano en la boca y la mirada abajo.
Ya era hora del almuerzo, L estaba sentado solo en la banca ella era la única compañía que tenia, L miraba la cancha de basquetbol con su misma expresión seria, los veía correr de aquí para allá, entre los integrantes de uno de los equipos se encontraba Light.
-¿No practicas deporte?
-¿Ha?… perdón, no, con lo que le paso a mi pie ya no es buena idea.
-Me voy a mi oficina, es todo por hoy ¿Te parece si nos veos después del horario de clases?
-Está bien…