MISIÓN Y SUMISIÓN
Si bien L nunca tuvo problemas para estar solo, ahora estaban sintiendo una enfermiza necesidad de estarlo, de aislarse del todo y que nadie lo encontrara, lo que antes era su autodefensa contra el mundo se había convertido en su adictiva y enfermiza obsesión, pero para su desgracia no podía estarlo, se encontraba a la sombra de una persona que no le importaba en nada su seguridad.
-No piensas ponerte en pie… -Llevaban largos minutos con la misma discusión, L perdió la cuenta del tiempo transcurrido, y su cordura estaba por el piso, no le había quedado más remedio que volverse sumiso ante toda orden, pero en ese momento no obedecía que se pusiera en pie, su captor ya había optado por soltarlo, pero mantenía una de sus piernas encadenada a una pared. –Levántate de una maldita ves si no quieres que yo sea quien valla por ti. –L salto porque sabía hablaba enserio, así que se puso en pie y se acerco despacio, su aspecto estaba bastante desaliñado ya que llevaba bastante tiempo sin salir, ni asearse. –Eso está mejor… ya es momento de que te de una aseada.
-Espera… -Se aparto al toque un segundo. –Suéltame…
-No te pasara nada, ahora no te muevas.
-Suéltame… no me…
L se resistió unos minutos, a todo hasta que cayó cansado debido a la falta de comida y descanso, ahí su captor aprovecho para sacarlo de donde le tenía y llevarlo a otra parte para encargarse de asearlo. Al poco tiempo de caer rendido comenzó a abrir los ojos, había demasiada luz pero comenzó a acostumbrar la vista y se encontró dentro de la tina de un baño.
-Si te comportas no te encerare haya debajo de nuevo.
-¿Donde?... –Le estaba dando un baño, el agua estaba fría pero no protestaba ni nada.
-Como has sabido tomar tu lugar enserio decidí dejar que estés aquí dentro, pero no podrás salir, no lo intentes que no hay forma de hacerlo.
Ese hombre se tomo el único acto de decencia de entregarle ropa limpia para vestirse, aun así L se quedo quieto esperando saber que pretendía. Después de unos minutos en los que se quedo solo sentado en el piso del baño regreso por él y lo llevo casi arrastrando por un pequeño pasillo; subieron a tropezones unos cuantos escalones y su “padre” lo arrojo dentro de un cuarto pequeño que tenía unas sabanas en el piso. La puerta se cerró tras de sí y L se lanzo al piso sobre las telas, estaba demasiado cansado como para protestar del lugar, que era más cómodo que ese otro lugar donde estuvo, al menos estaba limpio y estar sobre esas sabanas era más cómodo aunque se hallaran en el piso.
Durmió como jamás lo había hecho en su corta vida, todo estaba tan tranquilo y en silencio que las horas se volvieron eternas en sus sueños, pero sabía que al despertar aun estaría ahí encerrado, sin poder hacer nada para salir, era solo un niño, eso era, pretendía ser mayor pero ni el mismo se engañaba, siempre extraño pasar tiempo un poco con sus padres.
-Horus eres tu… -Se despabilo, escucho un silbido igual al de ese avecilla que encontró, pero al buscarla no estaba, había una ventana cerrada y ahí esteba un pájaro casi igual a Horus. -… no abre…
Camino por la habitación, noto que tenía el espacio limitado, le ataron la pierna a un tubo en una pared, eso lo desalentó bastante, se preguntaba si abría una forma de salir o algo que hacer para que notaran que estaba en ese lugar tan horrible. Tras unos segundos se puso en pie y quiso abrir la puerta, para su sorpresa no tenia seguro, así que salió al pequeño pasillo, estaba en un primer piso, solo un par de escalones abajo pero podía salir.
Camino despacio buscando que no lo vieran, estaba todo en silencio, llego a una puerta y vio la cocina pequeña de la casa, entro para buscar algo de agua, tenía bastante sed. Se quedo de pie frente al fregadero largo tiempo, había una ventana ahí, pero tenía una cortina, no sabía si sería bueno la abriera, a final de cuentas no sabía dónde estaba.
-Ya despertaste, era hora de que lo hicieras.
-¡!... –Salto al oír la vos.
-Ya te doy bastante miedo como para hacer eso. –L se encogió y desvió la mirada, no quería que pasara de nuevo, necesitaba descanso urgentemente. –No te preocupes, tengo muchas cosas que hacer… -Le dio un beso en los labios corto, no fue agresivo pero si lo hiso a la fuerza. –N… no…
-Regresare posiblemente en unas horas, si intentas escapar te ira bastante mal. –Le sujeto del cabello y después le soltó para alejarse.
L permaneció en la casa por horas, su “padre” no regresaba, tenía hambre y estaba sediento, no encontró nada en que servirse el agua y del fregadero no logro que saliera agua. La noche llego y se había quedado dormido en la habitación en un rincón sobre las sanas, cuando se escucho una puerta abrir, pero L no despertó.
-Está en la habitación.
-¿Como dices que se llama?.. ¿L?
-Su madre insistió en ese nombre… aunque es más fácil.
-Bien, si dices que es un niño…
-Es un adolecente, pero es bastante pequeño, no creo encuentres problemas. –La puerta se abrió lentamente, dándole la luz en la cara a L, pero su cansancio era mayor, asi que no despertó; dos sombras se proyectaron en el piso, una de estas se adentro en la habitación. –Ten cuidado con los dientes, me mordió una mano en una ocasión.
-Entre más rebeldes mejor es todo. –La puerta se cerró detrás del hombre desconocido; comenzó a acercarse lentamente y a aflojarse la corbata que llevaba. –Es bastante pequeño ese cuerpo para ser de un adolecente. –Le toco el cabello negro revuelto.
-… ¡!... Abrió los ojos de golpe al sentir una respiración sobre él. –Q… qu… ¡quién es usted!
-No te preocupes. –Lo tomo de una mejilla. –Me han dicho que te gustan los dulces. –Le pellizco la misma mejilla, estaba asustando a L ese tipo. –Vamos. –Tomo la mano de L en la suya y dejo un caramelo en ella, L solo lo observo un segundo, esa mirada no le agradaba. –Tu padre tenía razón… -L jalo la mano y se alejo.
-Apártese de mí…
-No te pongas rebelde, que puedo hacerte sufrir hasta que implores piedad. –Lo sujeto del cuello y le aparto las manos. L ya era demasiado dócil como para defenderse de otros, mucho menos de un adulto que le doblaba la altura y le triplicaba la edad.
-… Suélteme… -Comenzó a faltarle el aire, intentaba apartar la gran mano.
Afuera de la habitación en la pequeña sala de la casa un hombre se encontraba sentado viendo un pequeño televisor sin ninguna preocupación, debes en cuando miraba al pasillo cercano dl que provenían algunos ruidos.
“-¡NO!... SUELTAME… gha… ¡suéltame!” –Su sonrisa comenzó a hacerse presente, escuchar eso era música para él. “-¡PAPÁ!... ¡papa… gha…!... por fa… ¡NO!.... ya vasta…”
Después de un par de horas la puerta se abrió, la luz dio a un rincón lejano de la habitación, donde un cuerpo estaba descansando con la ropa rota, tenia algunos golpes en el cuerpo, los moretones comenzaban a aparecer, mas rasguños en las piernas que sangraban.
-… creí que… que podía confiar en ti… -L abrió los ojos, permaneció ahí acostado en el frio piso. -… que eras… mi padre… y que me cuidarías de todo…
-… -Bufo por lo bajo, no le importaba en lo mas mínimo el mocoso frente a él. –cuando lo dije solo eras un bebe…
-Aun recuerdo cosas… que me decías de bebe…
-Un genio, pero de nada te sirve ese cerebro si no puedes hacer nada.
Lejos d aquella casa a vario kilómetros en una mansión se encontraba Light, estaba bastante estresado con que no había ninguna pista de su L, la avecilla no dejaba de revolotearle alrededor y de despeinarlo, era decimado par su persona.
-Ya basta pajarraco. –Movió la mano para apartarlo. –Se que no esta L, pero ya deja de revolotear en mi cabello.
-Veo que mi hijo hiso que esa ave se encariñara mucho. –Horus se paro en lamano de la madre de L cuando ella se acerco. –Es hermosa. –Le acaricio el cuello y Horus silvo.
-El nido de esa ave era la cabeza de su hijo, no me sorprende, con lo despeinado que siempre estaba… perdone.
-No, no importa… -Interrumpieron la charla.
-Aun no tienen noticias en la estación de policía.
-Muchas gracias por su ayuda Kimy, se lo agradezco de corazón.
-No es nada.
-Enserio, usted esta haciendo lo posible por hallar algo por su cuenta, y también al joven Light se lo agradezco mucho.
-Encontraremos a L, aunque tengamos que buscar debajo de cada piedra. –Light solo seguia pensando, habían preguntado a las personas que vivían cerca de donde encontraron ese pedazo de tela pero no le dijeron nada.
-Aun no puedo creer que ninguna de las personas viera nada, L debió gritar o algo; pero este segura señora que ya estamos con algo en manos, no se preocupe.
-Están haciendo mucho por encontrar a mi pequeño, estoy segura de ello.
La madre de L, estaba muy arrepentida de todo, desde que vio como su hijo fue lastimado se dio cuenta que jamás le puso atención, siempre estaba ocupada, cuando este le pedio un poco de tempo o atención jamás lo tenia se decía ocupada, y ahora se daba cuenta de cómo le hacia falta. Se encontraba en su habitación, viendo las pocas cosas que les pedía, aun con el dinero que ellos tenían jamás pedía nada.
-Mi bebe, cuanta falta te hice en esto años. –Tomo una fotografía donde estaba solo, L tenía como 6 años en ella, fue en su cumpleaños, no pudieron estar con él ese día, solo lo felicitaron y se fueron. –Prometo te buscare sin descanso, aunque tenga que invertir todo mi dinero en ello.