NEGOCIOS NEGROS
Horas o minutos el tiempo era eterno, además de tener que soportar a su padre tenía que resistir que lo tocaran cientos de desconocidos. Su padre había encontrado la forma de hacer negocio con él, con su cuerpo, no le interesaba cuanto suplicara, o le lastimaran.
-Vamos come, se quejaron porque estas en los huesos.
-… -Le daba asco compartir la mesa con esa persona. –No gracias…
-Come ya. –Le acerco la cuchara con la comida. –Abre esa boca.
-No quiero… -Aparto con un manotazo violento la mano de su padre.
-… ¡Ya basta ven acá! –Lo levanto del cabello y jalo hasta la habitación donde dormía, L se quedo helado por la reacción, solo significaba una cosa, cada vez que molestaba a su “padre” recibía un castigo, y el peor era que lo violara. -¡Te are entender que conmigo no se juega!
-¡Basta!... Basta… ya no… ¡A!...
Las horas pasaron, los gritos se oían hasta el exterior de la casa pero no había nadie como para escucharlo y ayudarlo; la golpiza fue brutal, L estaba semiconsciente, la vista se le estaba nublando, la sangre que salía de su nariz no lo dejaba respirar. Veía al techo, pero cerca del panorama estaba su “padre”, después de golpearlo por más de una hora lo violo y dejo ahí tirado.
-Eso te enseñara…
-… -Estaba llorando. –Papá… -La vista se le nublaba. –Papá…
-¡Cierra la nadita boca! –Le pateo el rostro.
-pa… pá…
-¡Que te calles! –Se inclino para tomarlo del cuello. – ¡Cierra la boca!... –Se quedo callado ante la acción que tuvo L al tenerlo cerca.
-Papá… Tengo frío… -L lo abrazo con fuerza, estaba temblando, tenía miedo de morir en ese momento. La desesperación lo hiso actuar de esa forma.
Se quedo inconsciente. Aquel hombre dejo el cuerpo entre las sabanas sin ningún cuidado. Tomo las llaves de la casa y salió cerrando todo. L se quedaba abandonado por horas, solo, no había comida, no tenia forma de escapar.
Ya no podían, el tiempo les destrozaba, la policía decidió darle un consejo a aquella mujer desconsolada que buscaba a su único hijo, ya que así no la ilusionarían más, solo así la harían desistir y descansar.
-Señora aun no podemos decir nada.
-¡Pero mi hijo está ahí afuera perdido, en peligro!
-Si lo hubiesen secuestrado para pedir dinero abrían llamado de inmediato, pero…
-¡Pero nada, alguien debe saber algo!
-Es mejor que de por muerto a L, con la fotografía que nos dio, sospechamos que no se llevaron L por simples razones, debieron venderlo a algún lugar o persona, es muy común que se lleven jóvenes para prostituirlos o matarlos y vender sus órganos.
-¡No voy a descansar!...
-Señora espere, por más que le duela debe entender.
-Kimy mi hijo se que lo encontraremos… no puedo aceptar lo que el oficial me dice… siento que aun esta vivió.
Light escuchaba todo, se arto, tomo su chaqueta y salió de esa casa, debía encontrar una pista, encontrar una persona que dijera algo. Alguna pista para esa pobre mujer, no le importaba sacrificar su tiempo, dejar la escuela un tiempo, L debía aparecer.
Camino por las calles, pregunto a las personas, pero todas callaban o decían no saber de hecho, era una zona habitada, y de entre tantas casas era sospechoso que nadie se diera cuenta, alguien debió ver, y ese alguien debió ser callado de alguna forma.
-Disculpe estoy buscando a este chico, ¿Lo ha visto? –Enseñaba la fotografía de L.
-… lo lamento no…
-Gracias.
-Espera… creo que me es familiar su cara.
-Por favor su madre está desesperada, necesitamos encontrarlo.
-Vi a un chico con playera blanca… caminando solo.
-¿Alguien se le acerco?
-… creo que un hombre… no logro recordar bien… lo siento, no me fije muy bien.
-No sabe cuánto ayudo con eso, gracias.
La vida se volvía un pequeño infierno para ambos lados, la desesperación cambia a una persona, más cuando se trata de conservar la vida, aunque se vuelve una tortura terrible tener que soportar todo el tiempo.
-L ven aquí.
-Enseguida… -L no desobedecía, serbia en lo que le pedían, hacia todo para tener contento a su “padre”
-¿Enseguida?...
-Enseguida… padre…
-Límpiate las lágrimas, alguien vendrá esta noche, así que también arréglate.
-Sí padre…
L se sentó en su cama improvisada, esperaba como se lo ordenaba, aunque le doliera quería seguir vivo, así que resistía el estar con todos esos hombres, luchaba por seguir sobreviviendo, porque ya no vivía.
Cada noche era lo mismo, uno, dos, tres, a veces ni los contaba, solo esperaba que lo dejaran solo y así caer rendido hasta que de nuevo todo se repitiera. Tal vez en algún momento la muerte se apiadaría y lo iría a recoger.
-Aquí esta.
-…
-Es un niño… tu precio es aceptable.
-Entonces dame un momento… Despierta L.
-… -La vos, esas voces, debía despertar o lo golpearían. –Padre…
-Listo, veamos ponte en pie.
-¿Padre que pasa?... –Tenía miedo de lo que le pasaría ese día, solo llevaba una camisa de su padre blanca y un short que le quedaba grande, eso le permitía dormir cómodo.
-Todo suyo.
-Es un placer hacer tratos contigo… ¿L?
-Papá… ¡papá!...
El tiempo era un traicionero, L solo era un niño, aquel hombre un monstruo que se beneficiaba con el dolor de a quien hipócritamente una vez llamo hijo. L aun en todo su dolor y odio seguía teniendo una parte que quería a aquel monstruo, por eso lo llamaba padre, quería que lo quisiera, y así le daba su aprobación, cuando obedecía, cuando decía sí a todo, cuando abandono sus intentos por querer escapar.
---FLASHBACK---
L estaba tan asustado que solo comenzó a mover la protección de la ventana que logro abrir, no tendría mucho tiempo, tal vez ya ni lo tenía. Había logrado sacarse la cadena de la pierna aunque estaba sangrando del tobillo.
-Cede, cede. –Los movía, parecía que funcionaria. -… -Logro tirar la protección.
Salió por la ventana y comenzó a correr, solo había arboles, una casa perdida en algún lugar, pero debía haber un camino, estaba seguro, en algún lugar. Corrió entre los árboles, se topo con un sendero con huellas de auto marcadas.
-¡Maldito! –Su padre regreso, la presión se le fue al suelo y solo corrió por inercia. -¡Malnacido regresa!
-… ¡!... –No quería voltear. -¡A!...
-¡Maldito, no vuelvas a escapar jamás!... –Un golpe lo dejo fuera de la jugada, L se defendió para seguir.
Desesperación lo movía, podía ser libre si se escondía y no lo encontraba. Sus piernas llenas de golpes, casi en los huesos, sin energía, un infarto a esas alturas seria una bendición, estaba lo suficientemente desnutrido como para que su corazón solo se detuviera por la debilidad.
-¡L!... –Lo empujaron y cayó al piso con un peso encima. –Te tengo mocoso del demonio…
-… ¡a!.. ¡Aaaa!... –Dejo escapar gritos asustado. -¡Aaaa!...
-¡Cállate!
-… -Con un golpe basto para poder llevarlo de regreso.
Lo arrastro como a un animal muerto en un día de casería, jalaba de un brazo, mientras la pierna ensangrentada dejaba algunas señales en las hojas y tierra. Se aseguraría d que no intentara escapar, sería la última vez que lo hacía, pero primero se encargo de poner la protección de la ventana en su lugar.
-… a… hic… -Despertó y comenzó a llorar, vio su pierna ensangrentada llena de tierra atada de nuevo.
-Espero que aprendieras la lección.
-… papá… ¡A!
-Cállate y escúchame, a menos de que quieras regresar parte por parte a casa será mejor no hables, no te muevas, no parpadees, y no pienses en escapar de nuevo.
-… -Asintió viendo esa cara furiosa.
-Así se quedara esa pierna, si se infecta espero aprendas.
---FIN DEL FLASHBACK---
Desde aquel día cedió a toda petición, así tenía algún privilegio, como salir unos segundos de la casa, solo para sentir el sol. O poder ver la televisión cuando regresaba su padre.
-¿Qué haces en esa hoja?
-… -Uno de los tantos tipos que iban a la casa, L no les decía nada nunca, ya que nunca preguntaban.
-¿Déjame ver?
-Es privado… -La cara molesta le indico que debía hablar y rápido. –Cuando era más pequeño me dijeron que era bueno escribir lo que uno quería ser de mayor…
-Interesante… ¿Y qué quieres ser?
-… -En una ocasión escucho de su boca decir que era psicólogo, de todas formas lo analizaría aunque no hablara. –Quiero… quiero ser un monstruo, increíblemente grande, fuerte y terrorífico, con afilados colmillo… pero en especial ser temido, cuando las personas me vena que griten asustadas, huyan de la cercanía hasta de mi sombra… -se le quedo viendo al tipo con sus penetrantes ojos, aquellas ojeras estaban tan marcadas que si cerraba los ojos parecerían un vacio.
Esa noche el extraño solo se dedico a observar sentado en el piso la pierna de L; había vendado la herida que se hiso al intentar escapar con un trozo mal cortado de la sabana donde dormía. Nadie con algo de empatía podría volver a tocar a una persona que quería ser un monstruo para que no le lastimaran.