Despertó horas más tardes. La oscuridad lo consumía, impidiendo ver lo que se encontraba a su alrededor. Matt trato de levantarse más sin embargo cuando lo hizo se dio cuenta de que llevaba peso extra en sí mismo, en sus muñecas tenia grilletes que al parecer estaban conectados con la pared, sus tobillos también estaban en el mismo estado. Avanzo unos pasos y quedo ahí, al parecer las cadenas tenían un límite. Suspiro resignado.
El pelirrojo se sentía un tanto nervioso, ¿acaso era él el único en esa habitación?, sentía más presencias y eso era lo que lo mantenía un tanto incomodo.
-¿Hola? –El ojiverde se animo a hablar- ¿Hay alguien aquí? aparte de mi, claro.
-¿Matt? ¿Dónde estás? –el pelirrojo escucho la voz de Elle- ¿Dónde estamos?
-Ni idea… ¿te encuentras bien Elle?
-Sí, solo me duele la cabeza.
-A mi igual…-de la nada las luces se prendieron. Matt hubiese preferido que se quedase a oscuras pues lo que veía no le gustaba para nada. El cuarto estaba decorado con pieles y huesos de lo que parecían ser restos humanos, emanaban un desagradable olor, provocándole nauseas. Las paredes estaban pintadas de crema, pero encima de ese suave color había manchas rojas con formas de manos o manchas sin forma. Le dio unos escalofríos haciéndole tener piel de gallina, y trago grueso. En una de las esquinas de ese cuarto se hallaba una camilla y al lado de esta había una mesa de metal oxidada, donde se encontraban instrumentos para cirugías totalmente embarradas de sangre al igual que la camilla. Matt retrocedió involuntariamente con el miedo plasmado en su rostro. El pelinegro vio su reacción y lo llamo para poder calmarle, el pelirrojo salió de su trance y volteo a donde estaba Elle, encontrándose con su mirada a sus demás amigos que yacían inconscientes y en las mismas condiciones que Elle y él.
La puerta se abrió iluminando mas la habitación, de ella salió un muchacho que no pasaba los 25 años. Tenía una sonrisa escalofriante en su rostro pálido, y manchas rojas, que suponían que era sangre, en toda su polera blanca. Elle observo a aquella persona o cosa o monstruo, su mirada simplemente helaría hasta el calor del sol, o tal vez mataría a cualquier animal que se le cruzase. Jeff camino por la habitación, ensanchando su sonrisa aun mas, dirigió su mirada al pelirrojo quien lentamente fue cayendo al suelo, después poso sus ojos en el pelinegro, quien le miraba con un profundo miedo.
Jeff se quedo ahí parado en medio de la habitación, esperando a que los demás despertasen de su profundo sueño. Pasaron unos minutos y todos ya habían recobrado la conciencia. El asesino tomo una botella vacía que se hallaba en el suelo y la aventó contra la pared, provocando que todos le mirasen.
-¿Tuvieron un buen sueño? – Pregunto con voz rasposa y sarcástica, paseando su mirada por todos los presentes- durante estos años he estado totalmente aburrido, sin poder disfrutar un momento conmigo y con mi cuchillo- rio gravemente- Hoy, ustedes están de invitados. Por lo tanto haremos un pequeño juego, que, dependerá de que respondan para seguir con vida.
-…-nadie hablaba, no podían, tenían un nudo en la garganta que impedía que la voz saliese.
-Nadie dirá nada ¿no? –Sonrió- Muy bien, entonces yo comienzo, por ahora serán 2 preguntas. Serán simples. –Se sentó en el suelo con una pequeña cuchilla, que jugueteaba entre sus dedos- Veamos…tu, el peliblanco…dime algún número del 1 al 8…- Near le miro con miedo y tartamudeando respondió.
-3
-Ah, muy bien. Entonces, escuchen. Se han dado cuenta que todos están sentados como en fila. El pelirrojo es el primero…y de ahí sigue al segundo que es el rubio, y el tercero vendría a ser el castaño- Jeff se levanto del suelo y se acerco a Light, quien a cada paso que daba el asesino su cuerpo temblaba mas y mas- Bien. Dime cualquier color…el que quieras- Light dudo en responder, mas sin embargo si no respondía tenía miedo de que le pudiese pasar.
-N-negro
-Oh que conveniente. Terminamos el juego numero 1. Todos serán libres, excepto tu –señalo a Mikami quien se encontraba al lado de Light- pero antes, les daré una pequeña presentación de lo que, tal vez, les haga a ustedes muy pronto- se acerco a Mikami y lo libero, arrastrándolo lo puso en la camilla y lo amarro a esta, el de anteojos comenzó a gritar por ayuda y a moverse de forma brusca, provocando que Jeff se enojase- veo que no vas a cooperar, como ansiaba a que hicieses eso, ahora podre probar nuevas formas de torturarte.
Debajo de la camilla, escondida entre las ruedas, saco una mochila. De ella saco 4 desarmadores con punta afilada. Tomo una de ellas y la clavo en su mano derecha, Mikami dio un grito de dolor lastimándose sus cuerdas vocales. Siguió el mismo proceso con su otra mano, y luego con sus pies.
-Ahora ya sabes…si te mueves te dolerá- lanzo una fuerte carcajada al aire.
De la mesita que se encontraba a su lado tomo un bisturí. Acerco el arma a la muñeca derecha de su víctima y lo introdujo, provocándole otro gemido al pelinegro, de ahí subió lentamente por todo su brazo hasta llegar a su codo. Mikami estaba llorando y dando gritos de auxilio. No soportaba ese terrible dolor, y lo peor de todo era que su asesino no le tenía compasión. Agarro otro instrumento que tenía ahí: una pinza tisular Allis. Se acerco a los ojos de su víctima y se preparo para meter la pinza en sus ojos.
-Por favor…no lo hagas- Mikami pedía a Dios que lo salvase, tenía miedo y sentía demasiado dolor que no podía con ello- déjame…te lo suplico, haría cualquier cosa…
-Si lo pones de ese modo- de golpe introdujo la pinza en su ojo y con fuerza lo saco, dejando un cuenco vacio, aun se veían los nervios conectados con el ojo, dándoles nauseas a sus amigos quienes miraban aterrados y desconcertados por tal acto que ese asesino les estaba dando. Near no aguanto más y vomito. Mello trataba de borrar todo lo que había visto hasta ahora, no soportaba el dolor de los demás, era como si estuviese pasando por ese mismo dolor, Beyond frunció el ceño y evitaba no ver lo que pasaba, estaba frustrado y con rabia por no poder defender a su amigo, veía de reojo a Elle quien miraba la escena con lagrimas desbordándoles de sus ojos negros, su hermano apretaba con fuerza sus brazos mientras trataba de evitar soltar un sollozo. Matt quien estaba al lado de Mello lo abrazaba para poder reconfortarlo, le tapaba sus oídos para que no escuchase los gritos de Mikami. Light cubría su cara tratando de detener los sonidos que escuchaba, por culpa de él Mikami iba a morir.
Jeff reía a cada cortada que le hacía al cuerpo de Mikami. Con las pinzas repitió el mismo acto que con el otro ojo, dejando otro cuenco vacio. De su bolsillo saco su cuchillo y penetro en el estomago del casi destrozado cuerpo del pelinegro. Volvió a penetrar su estomago una y otra vez hasta que sus intestinos salieron del cuerpo.
Pasaron unos segundos y durante ese tiempo Mikami tenía convulsiones hasta que… quedo totalmente inerte. Jeff volvió a reír esta vez con más fuerza, su risa resonaba por toda la habitación, era demasiado chillona, dándoles escalofríos a los demás. Su risa ceso, y con ello los chicos que estaban encadenados retrocedieron, el asesino dejo su cuchillo a un lado y comenzó a acercarse a ellos con una sonrisa psicópata plasmada en su rostro blanco. Después de ese momento ninguno de los 7 muchachos que quedaban recordaron que paso con ellos después de la muerte de Mikami.