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Renacer por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola atodos

¿que tal?

buenoeste fic sesupone que elcap final seria unlemon,pero laverdad en todo este tiempo y conlos problemas que me surgieron en dos años no pude hacer un buen lemon de la pareja, por lo que decid hacer un final mas al gusto de los romanticos, espero les guste.

 

Las cortinas de la habitación se movieron por acción del viento, bailando una especie de vals que solo el castaño dueño del cuarto podría comprender.  Entro a hurtadillas dando pasos lentos y suaves para hacer el menor ruido posible, sonrió de su fechoría mientras caminaba lentamente adentrándose a la habitación.


-Nioh-kun – exclamo  el dueño de la recamara sentando en un sillón justo frente a la puerta del balcón.


-Puri- susurro al verse descubierto cuando la luz de la lámpara de noche se encendió.


El castaño estaba sentando en el sillón con las piernas y los brazos cruzados, esperando a su compañero de cuarto entrar. Se ajustó los anteojos antes de levantarse dando un largo suspiro y fijo su mirada en el recién llegado.


-Yagyuu…yo…


-Espero que te hayas divertido.


-Puri- exclamo sorprendido.


-Vete a bañar.


-Me salve del regaño- susurro caminando con lentitud hasta el baño de la habitación.


Nioh entro a bañarse sintiéndose un poco aliviado y estaba seguro que al salir el castaño se sentiría orgulloso de ver su cuerpo sano, ya no tenía rasguños ni heridas y cuando Hiroshi lo viera posiblemente olvidaría las ideas de regañarlo. Se miró al espejo antes de entrar a la ducha, se veía tal cual el recordaba cuando joven, ni un raspón mas, ni un solo hilo de sangre volvería a estar en su rostro,  y se sentía orgulloso. Después del baño se puso la bata color azul marino, lista para ser usada, salió del cuarto y vio Hiroshi sentado en la cama mirando seriamente. Se quitó la bata demostrando que no tenía heridas ni marca alguna que le diera vergüenza, el castaño sonrió y le dio la mano para guiarlo a la cama.


-Nioh-kun, no quiero discutir de nuevo.


-Puri- sonrió cerrando la bata.


-Quiero volver a casa y encontrarte aquí, no me interesa lo que hagas el resto del día, querías verme más,  reduje mis horarios de estudio, ya no me quedo tanto en la universidad, abandone las materias avanzadas para hacerlas el año entrante, pero al regresar no estas aquí ¿Por qué vuelves a las dos de la mañana?


-Tengo cosas que hacer.


-Nioh-kun.


-No puedo decírtelo, puri.


-¿Por qué no puedes? ¿Estás haciendo algo malo Nioh-kun? Puedo ayudarte.


-No es nada malo…solo es importante para mí.


-Vamos a dormir, ha sido una larga noche- sentencio seriamente quitándose los antojos.


-Acabo de llegar…pensé que podríamos…


-Lo sé- susurro abriendo la cama para darse paso- hoy no,  mañana tengo clases temprano.


Nioh bajo la cabeza y fue a abrir uno de los cajones donde Yagyuu ponía su ropa ordenadamente, se colocó un pantalón deportivo y una remera algo vieja para dormir, dio un largo suspiro antes de recostarse y finalmente se durmió, dándole la espalda al de lentes.


A la mañana siguiente Hiroshi se colocó su conjunto deportivo para salir a correr antes de ir a sus clases matutinas, salió intentando hacer el menor ruido posible y dejar dormir al albino, quien apenas cerró la puerta de la habitación se sentó en la cama. Con sus lentes colocados casi perfectamente salió de la casa camino a hacer sus dos kilómetros diarios, aprovechando que aún no salía el sol, paso por el balcón que daba frente a la calle y ahí vio un mero reflejo, Nioh ocultándose tras la cortina, mirándolo alejarse.


Corrió a su ritmo normal en su camino de todos los días, centrándose solo en mantener su ritmo habitual en hacer ese corto entrenamiento para no poder formar. Sus pensamientos se disiparon mientras avanzaba, con solo una imagen en ellos, Masaharu llegando cada noche sin importar la hora o sus esfuerzos, ya no veía lastimado al menos, pero continuaba con la misma rutina que él conocía de la secundaria, desaparecía durante todo el día y reaparecía solo para volver a dormir. Se paró en seco y se tomó la cabeza antes de tomarse los cabellos y revolverlos.


-Nioh-kun ¿Por qué haces las cosas tan difíciles?- se revolvió la cabeza y fue cuando noto que estaba frente a un dojo que conocía, la casa de familia de uno de sus antiguos compañeros de instituto. Sonrió de costado recordando los buenos tiempos, cuando iba a casa de Sanada para ayudarlo con sus deberes o por expreso pedido del sub-capitán para ayudarlo con algunas cosas del hogar para las que necesitaba un par de manos extra.


-Yagyuu-san- una vos suave detrás de él se posó, se dio media vuelta solo para ver a si antiguo capitán del club de tenis, el cual tenía una escoba entre manos y un muy avanzado embarazo- me da mucho verte.


-Yukimura- susurro sorprendido y seguido se ajustó los anteojos- a mí también me da gusto verte, espera… ¿eso no es perjudicial?


-Solo estoy barriendo, él lo menos que puedo hacer para no sentir que soy una carga para Sanada.


-Ya veo- exclamo un poco más calmado, recordando la gran familia que Sanada venia armando- ¿Cómo esta Kazuya?


-Lo deje durmiendo con Sanada, está meditando como todas las mañanas y a Kazuya le gusta estar entre los brazos de su padre.


-Ya veo.


-Pasa, espero tengas tiempo para tomar una taza de té, hace mucho que no te veo.


-Gracias Yukimura-san, con mucho gusto.


La residencia Sanada no había cambiado en nada en los años que habían pasado, seguía teniendo el mismo aire tradicional, todo ordenado y con imágenes de los antepasados en cada pared. Yukimura guio al de lentes hasta la cocina donde ya estaba el agua a punto y las tazas dispuestas en la mesa, como si lo esperaba. Se sento en una silla a la derecha mientras Yukimura vertía el líquido sobre las tazas.


-Té de jazmín.


-Gracias- asintió- Veo que estas por tener familia ¿Cuándo crees que sea el parto?


-No, aún faltan cuatro meses más o menos,  es que son gemelos.


-La familia se expande rápido… ¿Kazuya ya tiene amigos?


-No, es introvertido en la guardería, la maestra cree que es así porque no conoció a otros niños de su edad antes de la guardería, creen que cuando nazcan sus hermanitos será un niño más abierto- respondió pensante- ¿Qué tal las cosas con Nioh? ¿Ya han pensado en tener familia?


-Buscamos tiempo para nosotros- susurro mirando al líquido humeante- disculpa, no quiero agobiarte con mis problemas, Kazuya te cambio el mundo y debes tener otras cosas en mente que escuchar los problemas de pareja.


-No tanto, es un niño maravilloso que nos unió mas a Sanada y a mí, nunca creí amar tanto como amo a Kazuya- respondió sonriendo- me dolió mucho dejar el tenis, pero por Kazuya valió la pena.


-Ya veo…


-Hablemos de ti, ya sabemos mucho de mí, ¿Cómo van las cosas con Nioh? Lo último que supe  fue que se mudó a tu casa.


-Hace ocho meses, no sé si la palabra sea mudarse, sus cosas están en mi casa pero solo se aparece a las dos de la mañana a dormir, mi madre dice que lo ve por las mañanas durmiendo pero al mediodía él ya ha desaparecido y yo…Yukimura disculpa.


-No hay problema, al principio me pasaba lo mismo con Sanada cuando comenzó a trabajar, llegaba muy tarde a la noche y se iba temprano a la mañana, luego comenzó a cambiar sus horarios para pasar más tiempo en casa con Kazuya que lo ama.


-Quiero hacer eso con Nioh…deje materias avanzadas y así pasar más tiempo con él, antes llegaba con moretones y olor a cigarro, hoy ya no pero…me siento impotente, tengo más tiempo libre pero Masaharu continua con su rutina.


-Quizás ya dejo la rutina infantil y ahora es un poco más seria.


-No creo, es el mismo de siempre solo que ya no se mete en peleas.


-Confía en el, no es mala persona y tú lo sabes.


-Seiichi, Kazuya se durmió y debo de ir trabajar, podrías llevarlo a la cuna mientras…- interrumpió el pelinegro entrando a la cocina con el pequeño infante en brazos- Hola Hiroshi.


-Yo lo veo despierto- sonrió el de menor estatura en la habitación mirando al pequeño en los brazos de su padre- hola hijo.


-Mami- sonrió el pequeño de cabellos negros sonriendo, alzo los bracitos en dirección a Yukimura, quien ni lento ni perezoso lo tomo en sus brazos.


-Saluda al tío Hiroshi.


-Hola- susurro mirándolo detenidamente.


-Hola Kazuya, me da mucho gusto verte- sonrió el de lentes.


- Kazuya muéstrale al tío lo que sabes hacer ¿Cómo dice el tío Hiroshi?


-Adieu- exclamo tímidamente y luego señalo al de lentes.


-Solo la decía en tenis.


-Puri, Piyo, Pupina- acoto.


-Así dice Nioh,  ¿viste lo inteligente que es mi pequeño?- sonrió orgulloso Seiichi.


-El  Piyo está muy bien, el Puri es más acentuado, el Pupina se dice como más enfatizado, es para hacerme enojar- corrigió el de lentes- un gusto verte Kazuya.


-Dos auras- susurro mirando al de lentes nuevamente, el cual apenas lo escucho pero no le dio importancia, pensaba que hablaba de sus futuros hermanitos.


-Con su permiso me retiro, no les quiero importunar.


-Un gusto verte, Hiroshi, vuelve cuando quieras, despide al tío Kazuya.


-Adieu- susurro moviendo la mano en modo de despedida.


Salió corriendo apresurado  directo a su residencia, se había tardado mucho charlando con Yukimura y no tenía tiempo de hacerle el desayuno a Nioh, por lo que tendría que dejarle dinero para que al salir se comprara algo de desayunar. A llegar dejo las zapatillas ordenadas a un lado de la puerta y subió las escaleras camino a su recamara, fue directo al baño para darse una corta ducho y salió con una idea en mente, abrazar a aquel que era el gran amor de su vida, y lo vio allí durmiendo,  se encogió de hombros y comenzó a cambiarse, al parecer aquella visión de Nioh mirándolo salir a correr solo fue su propia imaginación.


-Nioh-kun- dijo con seriedad.


-No molestes, tengo sueño- exclamo dándose vuelta.


-Está bien,  descansa- sonrió besándole la mejilla- volveré a las ocho.


-Puri- se sentó después de sentir el beso, se froto lo mejilla ante la sorpresa y miro al de lentes cambiarse- ¿No te puedes quedar?


-Hoy no, tengo pediatría en la mañana y clínica en la tarde- respondió mientras se abotonaba la camisa.


-¿Mañana puri?


-Es sábado,  claro que me quedare contigo, no tengo clases Petenshi- respondió acercándose al albino- ¿Necesitas dinero?


-No- respondió recostándose nuevamente- ya vete.


- Te dejo dinero para que te compres algo de desayunar, en la puerta de mi universidad hacen un muy buen café y muy barato- acoto dejando un par de billetes en la mesa de noche-Nos vemos en la noche, Nioh-kun, quiero verte cuando vuelva por favor.


-Adiós- levanto la mano para despedirlo.


-Nioh-kun, te amo- susurro antes de irse.


-Puri- fue la última respuesta que escucho antes de irse.


Por primera vez en mucho tiempo espero otro respuesta y no aquella palabra clásica de Nioh, pensó que quizás le respondería diferentes, un yo también, un te amo, o quizás que le volviera a pedir que se quedara y él no le diría que no ante la insistencia. Suspiro decepcionado antes de volver a su rutina diaria, remota y, tal como la describía Nioh, aburrida.


Desayuno en la universidad y se encontró lo más posible en la nueva información que acreditaría su profesión en un mañana. En  la primera clase los profesores hablaban de las enfermedades comunes entre los dos y los cinco años, tomo cuanto apunte pudo porque conocía a un niño en esa edad y quizás si Kazuya se enfermaba podía el ser de gran ayuda.  En la siguiente clase se dispersó, no entendió pero en entendía lo que explicaban con otros ojos, porque lo vio, en cierto modo lo vivió, era la clase de psicología en el adulto, la profesora hablaba sobre él porque ante ver a un niño sufriendo el instinto humano dicta protegerlo, hablo sobre la edad de tener hijos y los cambios en las familias convencionales, como un hombre pasa por un periodo de adaptación durante los meses de embarazo hasta que nace el hijo, y  recordó que esos cambios los había visto  en al menos dos de sus amigos, en Sanada cuando supo que Kazuya estaba en camino y en meses resientes Yanagi, quien para Junio esperaba a su primogénito.


-Al final todos tendrán hijos- recapacito después de las clases, compro su almuerzo en el comedor universitario y comenzó a pensar.


Sabía que en menos de un mes Bunta tendría un hijo, no era algo que no pudiera enterarse, después de todo Marui era visto buscando los antojos de su embarazo a casi todas horas y conforme el embarazo avanzo los cambios fisiológicos fueron notándose cada vez más. Yanagi tendría un hijo en junio según este le dijo en una de sus muchas charlas cuando se cruzaban, Kirihara había pausado sus estudios cuando se notó demasiado su estado y su presión parecía no mantenerse normal, el castaño le había dicho que Kirihara estaba bajo absoluto reposo por ello hasta que naciera él bebé. Yukimura estaba por tener gemelos en julio según le dijo en la mañana y ya tenía a Kazuya de dos años,  Sanada parecía verse feliz de la familia que estaba formando.


-Me siento el tío soltero- exclamo pensante mientras comía su almuerzo.


Regreso a casa después de las ocho de la noche, tras hacer un par de compras, y encontró la habitación que esperaba, completamente vacía y el dinero en la mesa de noche. Ceno un plato de sopa instantánea y luego dio un baño, intento conciliar el sueño pero no lo logro, espero paciente mirando aquel techo que tantas veces había examinado mientras esperaba a su antiguo compañero de dobles, para finalmente levantarse y esperarlo, sabía que regresaría a las dos de la mañana.


Nioh volvió a las dos de la mañana, ni un minuto antes ni un minuto después,  y Yagyuu lo esperaba para darle un susto al lado de la puerta de vidrio del balcón, espero a que sacara los zapatos y en cuanto Nioh comenzó su andar pausado se puso detrás de él.


-Nioh- sonrió, haciendo que el albino saltara ante el susto.


-Yagyuu- exclamo tomándose del pecho.


-Te dije que me esperarás a las ocho.


-Puri- se encogió de hombros.


Hiroshi fue hasta el interruptor del cuarto, aquel que prendió la luz más alta y que alumbrara cada rincón, fue cuando noto algo, la playera que Nioh llevaba, no era una de las suyas, era más bien una roja con cuello amarillo, en el centro tenía un dibujo de una pizza con un reloj, tenía puesto un pantalón corto de color rojo con franjas amarillas a los costados y que de frente tenía el nombre del local.


-Sorpresa- exclamo acercándose- trabajo repartiendo pizza.


-Nioh-kun, no lo sabía- exclamo acongojado mirándolo de pies a cabeza- nunca llegas con olor a pizza ¿Paso algo?


-No querrás saber- bufo molesto.


-Insultas al amor que te tengo, claro que quiero saber- acoto-vamos, te ayudare a bañarte y me cuentas porque esa cara.


Nioh sonrió ante la muestra de afecto de su pareja y obedeció, se encamino al baño quitándose la playera y el pantalón de color rojo con franjas amarillas. Yagyuu le preparo la bañera mientras el peliblanco se quitaba la ropa, y ante la mirada atenta de su novio se metió a la tina.


-¿Qué paso?- pregunto buscando el jabón para pasarle por el cuello, donde parecía haber rastros de queso.


-Fui a llevarle a un tipo como Sanada su pizza, al llegar me la tiro en cara diciendo que no era la que el pidió, una familia que tenía una reunión pidió unas quince, me reclamaron que faltaba una por lo que tuve que volver al local, desconectaron el valor de esa pizza de mi paga- miro agotado.


-Ser repartido debe ser agotador- exclamo tallándole la espalda.


-Es un trabajo.


Yagyuu miro sorprendido y no tardo en pensar que debía hacer, no era una decisión difícil y vio que su pareja había tenido una mala noche. Se quieto la ropa percatándose que Masaharu seguía viendo al agua tibia, se metió latamente y comenzó a besarlo.


-¿Ayer paso lo mismo?- pregunto sentándose en la bañera ante la mirada aborta de su novio.


-Ayer, y antes…todos los días- susurro sonriendo.


-Ya veo.


-No creerás las cosas que nos hacen a los pobres como yo- sonrió antes de besarlo.


-Tenemos toda la noche para nosotros- susurro acercándose a besarlo- solos tu y yo…podemos empezar en la tina y terminar en la cama ¿Qué dice señor repartidor?


-Puri.


La tina de baño pronto se desbordo de agua, la cual incluso llego a hasta la alfombra del cuarto, la cama esa noche quedo empapada en agua y sudor, la almohada fue su confidente durante la noche de lo que fue una larga velada.


-Nioh-kun- susurro cansado el castaño, abrazando al albino.


-Puri.


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Un mes después llego la sorpresa para Yagyuu por la que deseo degollar a Nioh, tras dos semanas de malestares que pensó serian fruto de la estación y con la certeza de sus amigos le dieron quedo en la dulce espera. Según Yukimura ya era hora, solo Nioh y el faltaban tener descendencia, Marui se les rio a carcajadas pensando que tendrían un hijo cuando fueran más viejos, antes de los cuarenta y tuvo que pagarle dinero a Jackal.


El cuatro de Junio Yagyuu llamo a Yanagi para felicitarlo por su cumpleaños, lo había visto días antes en la universidad y se veía sumamente alterado, pensó que su hijo estaba por nacer y el embarazo de Kirihara no estaba transitando bien, por lo que espero escuchar buenas noticias del otro lado. Grande fue su sorpresa al enterarse, por boca de Yanagi que su hijo había nacido el día anterior y que en ese momento Yanagi estaba en el hospital ocupándose de Kirihara y el bebé, por lo que no podía atenerlo. Cuando al fin Yanagi lo atendió le deseo el feliz cumpleaños, recibiendo como contestación un consejo, que intente hacer lo mismo con Nioh, aunque su hijo había nacido un día antes de su cumpleaños había sido el mejor regalo y por ello él lo llamo Ren,  seria buen detalle de parte Hiroshi hacer lo mismo ya que estaba programado que sus embarazo finalizaría en diciembre, Yagyuu solo asintió.


Un mes después se enteró del nacimiento de los gemelos Sanada, a los que nombraron Ken y Seichirou. Ese mismo día el futuro doctor fue a hacerse unos estudios de rutina donde le dieron la noticia que menos esperaba, estaba esperando mellizos. Sanada le dio una palmada en el hombro en modo de ánimo, sabiendo que quizás Nioh no estaría a su lado mientras los niños crecieran por sus actitudes irresponsables conocidas.


El cinco de diciembre, un día después del cumpleaños de Nioh, nacieron los mellizos a los que llamaron Hiroki y Masato. Hiroki tenía pequeños mechones de color castaño, aunque Nioh aseguro haberlos visto rubios en su momento, Masato en cambio tenía más bien el color de su padre y también Masaharu juro haberlo visto cambiar de color.


Nioh dejo su trabajo nocturno para dedicarse a cuidar de los mellizos mientras Yagyuu terminaba su carrera en medicina, buscaría volver  a estudiar para tener un trabajo mucho más emocionante cuando los niños fueran a la guardería, pero jamás dejaría que alguien cuidara a sus hijos mientras él podía hacerlo.   Yagyuu termino sus estudios para recibirse como doctor y un tiempo después comenzó a trabajar para el hospital general de Kanagawa, donde rápidamente comenzó a tomar las horas necesarias para mantener a su familia.


Masato y Hiroki eran dos mellizos que uno podía asegurar se llevaban como si fueran gemelos, mientras los gemelos Sanada competían entre sí, los mellizos Nioh cooperaban en todo. Hiroki tenía cabellos castaños y según sus padres ojos entre azules y verdosos, desde los dos años llevaba un par de lentes que reflejaban la luz que les llegaba, impidiéndole a quien intentara saber su color de ojos para identificarlo, era un niño muy inteligente y muy amable, según sus padres todo un caballerito. Masato era más parecido a Nioh en lo físico, no requería de usar lentes como su hermano mellizo por lo que permitía ver sus ojo azules como lo de su padre, un niño muy bien portado, inteligente y obediente, quizá algo solitario ya que se lo veía únicamente siempre de la mano de su hermano. Los dos niños eran tan unidos que habían inventado su propio lenguaje secreto y se veían siempre a los dos interactuando uno con el otro, sin prestarles atención a los demás amigos de su edad, amigos no le faltaban.


Tenían al pequeño Ren,  que era castaño y de ojos verdes, que en mano siempre se lo veía con un  cuaderno donde dibujaba desde que aprendió a tomar un crayón en sus manos, llevaba un corte recto largo que le tapaba las orejas.  Ren parecía ser muy inteligente ya que desde muy pequeño se lo escuchaba hablar de porcentajes y números, aunque Akaya siempre le daba una consola portátil para que jugara y desviara su atención de cosas complicadas.


Otros dos amiguitos eran los gemelos Sanada, si es que se los podía llamar así,  dos niños de cabellos negros y ojos oscuros, que extrañamente eran la copia exacta de su padre sin el flequillo que llevaba, ambos niños competían en todo lo que hacían para hacerse notar uno contra el otro, pero los dos gemelos también eran un imán para los travesuras, en dichos de Sanada, por una u otra razón la victima de sus juegos era Genichirou, mientras Yukimura defendia a los dos pequeños diciendo que no sabían lo que hacían, aunque Seiichi podía asegurar que si lo sabía.


El pequeño Kazuya se podía decir que era un niño más, Masaharu practico mucho con él en sus tiempos libres hasta que nacieron los mellizos, ya que habían expulsado a Kazuya de las guarderías por actitudes extrañas. El niño era muy solitario y lo mantuvo incluso cuando nacieron los gemelos, quienes lo llamaban coco, aunque nadie sabía de dónde sacaron la palabra. Kazuya estaba siempre solo o con su madre, no se supo hasta que tuvo una entrevista con un médico especializado que el tenia sentidos extrasensoriales y podía ver más allá que cualquier otro, Yagyuu cuando supo eso supuso que Kazuya había presentido que los mellizos nacerían cuando l visito, por lo que creía firmemente en que Kazuya era un niño extraordinario,  y Nioh también lo apoyo en ello, lo que cuando podían cuidarlo no buscaban pretextos, era un niño curioso y divertido a su modo.


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Tres años después


Las largas cortinas blancas se movieron impulsadas por el suave viento de la noche, como si se tratara de una especie de baile al compás de una música imposible de escuchar. La luz de la luna era la única que alumbraba la habitación, envolviéndola en un tono blanco espectral, las luces de la calle no llegaban a introducirse por la pequeña ventana, solo la luz blanca del astro era la única fuente de iluminación. El silencio era el único acompañante, ni un auto transitaba a esas horas por una calle de un barrio familiar y tranquilo, un sonido podía romper el silencio, el de las luces de la calle por el sonido  de los viejos cableados y de alguno que otro insecto camino a la luz central.


El de lentes se sentó en la cama y vio las cortinas moverse, sonrió de lado antes de levantarse a cerrar la venta, en casi tres años que habían pasado no cambiaba algunos hábitos, como dejar unos pocos centímetros abiertos de cualquier entrada que comunicara la habitación con la calle, dando entrada a quien siempre lo acompañaba en la cama.  Se colocó las pantuflas que estaban al borde la cama, busco su salida de cama y se la coloco lentamente, fue a cerrar la ventana y por un momento se paró a contemplar la noche, el cielo repleto de estrellas, la luna que apenas asomaba sobre una casa, sonrió de ver una bicicleta pasar y a lo lejos, en la parte más ajetreada las luces encendidas de la noche de viernes.


-Masaharu ¿Seguro no quieres ir a tomar café?- pregunto cerrando la ventana- es una linda noche.


-No- respondió desde la cama el peliblanco.


Regreso a la cama, notando entonces la puerta del cuarto más abierta de lo habitual, se tomó su tiempo antes de regresar, contemplando un marco de foto que la luz de la luna apenas estaba alumbrando, lo regreso con lentitud sobre un pequeño mantel que el mismo había tejido, sobre la pequeña cómoda de color café, se quitó las pantuflas y dejo a un lado su salida de cama, no sin antes notar dos bultos debajo de las frazadas que cuando se levantado estaba seguro que no estaban.  Saco primero al acolchado encontrando a su vista los dos bultos, como si fueran dos pequeñas pelotas escondidas, casi pudo escuchar una pequeña risita, y al sacar las sabanas tomaron forma, los dos pequeños de tres años que habían salteado los barandales de sus camas, uno estaba siendo abrazado por Masaharu, envolviéndolo en sus bazos de manera sobreprotectora, el otro tenía los ojos abierto, esperándolo a que se acostara.


-¿Quién dejo al puerta abierta esta vez?- se preguntó recostándose en la cama, abrazando al niño de cabellos blancos que sonrió al sentirse abrazado.


-Hay espacio en la cama- replico el albino aferrándose al pequeño.


-¿Los lentes de Hiroki?- pregunto acobijando al pequeño que lo abrazaba- los necesitara en la mañana.


-En mi mesa de noche.


-Trinkster.


-Puri- sonrió besando la frente de los dos pequeños.


Yagyuu miro al pequeño que acababa de cerrar los ojos, tenía un rostro inocente y no se contuvo en besar al pequeño en la frente,  y  lo acurruco tanto como al pequeño le gustaba. Miro al hermano mellizo que dormía abrazado a Nioh, con la misma inocencia que brotaba de los ojos de quien era tal cual como su hermano fraterno. Cuando sintió a los dos niños completamente sumidos en su sueño noto que los ojos de su pareja estaban abiertos, miraba a los pequeños y no desviaba la mirada, centro su mirada en los pequeños que eran su adoración, su regalo de cumpleaños dijo una vez.


-Nioh-kun.


-Si- respondió acariciando al pequeño de cabellos castaños.


-Nada en particular, solo…me alegra que ya no entres por la ventana.


-Puri- asintió volviendo su mirada al pequeño de cabellos castaños.


Fin 

Notas finales:

Esperolesalla gustadoel final algo pobre? bueno es un final

Los personajes de Masato,Ken y Kazuya lepertecen a Shin Black.

Para los queles gusten mis fics, una b uena noticia, terminare todos los de POT  que deba terminar o al menos quepueda hacer

El siguiente fic en la lista para finalizar es:

Celos por los videjuegos 

Si les gustan mis fics y quieren leer mas y que actualice mas en febrero voy a comenzar a actualizar los demas, En busca de la felicidad tambien se actualizara pero necesita quien lo acompañe, tengo 21 fic sin terminar asi que me pondre a trabajar en dos a la vez.

Por el momento sololes puedo dar a elegir los que se me vienen a la mente que so:

Historias de Fantamas

Amor Pirata

Hottel Passionate sex

Desiciones 

El resto no lo recuerdo pero nombren en su review el que les gustaria que continuara 

un abrazo y nos leemos

 


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