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Propuesta por zion no bara

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Notas del fanfic:

Es una trama en tres partes, no muy larga pero creo que les va bien a ellos cuatro.

Este fic está dedicado a Gen_sagitagemini, quien sugirió algo con los espectros, no es exactamente como lo planteaste pero se me ocurrió así, espero que te guste.

También está dedicado a Ross de cancer, quien sugirió a una de las parejas, espero que te guste.

Y que les guste a los demás.

 

Notas del capitulo:

Es la primera parte, espero que les guste.

 

Capítulo I

 

Minos Grifo entró al salón con la misma mezcla de emociones que generalmente sentía cuando debía tomar clases. Se trataba justamente de Historia Antigua, era un buen tema y generalmente no era de sus favoritos pero con el profesor que la impartía de verdad que tomaba vida. Y no estaba por demás decir que el Doctor en Historia Hades Necros era absolutamente apuesto. El joven de cabellos platinados y mirada dorada se ruborizó involuntariamente, como siempre que veía a su guapo profesor de ojos violetas y cabellos negros. De inmediato estaba en su sitio de siempre, desde el primer día cuando tomaba un lugar lo ocupaba el resto del curso, abría su libreta y tomaba una pluma, listo para tomar las notas necesarias, ajustaba sus anteojos y esperaba porque el maestro llegara. Siempre era el primero de la clase.

Hasta antes del profesor Necros la historia le parecía una asignatura de más para él, que deseaba ser administrador de empresas, de igual manera necesitaba aprobarla si deseaba conseguir una beca, ir a la escuela superior y hacer una carrera, pero cuando el de cabellos negros entraba al salón simplemente…

En ese justo momento el mencionado Hades Necros entraba, rodeado de la ya habitual corte de estudiantes que parecían estar a su lado como moscas en la miel. Su largo cabello negro lucía inmaculado como siempre, su atuendo casual, los pantalones de jean y la camisa abotonada que no lograban ocultar su perfecto físico. El cuerpo del joven Minos reaccionaba generalmente de la misma manera, agitado y ansioso pero afortunadamente estaba sentado y nadie lo notaría. Cuando tomaba la clase de historia era capaz de generar bastantes fantasías a elegir, no necesitaba recurrir a nada más para complacerse en sus deseos, que por cierto eran claramente homosexuales. Solo necesitaba la imagen de ese hombre con sus ojos violetas, que se quitaba la ropa…definitivamente sus fantasías viajaban muy aprisa estando en ese sitio en ese momento.

Pero todo se venía abajo cuando una mano lo tocaba en el hombro de manera un poco ruda.

—     Oye, Minos, dame una hoja—decía una voz que podría resultar molesta en esos momentos.

—     ¿Por qué no traes una libreta como todos Aiocos?—murmuró el de mirada dorada.

Se giró un poco para ver al joven que estaba sentado detrás de él, miraba a ese chico de ojos y cabellos morados que se sentaba ahí, aunque si le entregaba la hoja que le pedía.

—     ¿Para qué? Tú siempre traes.

Parecía que sería todo pero nunca era todo tratándose de Aiocos Garuda quien en ese momento miraba por encima del hombro del de Grifo.

—     Tienes un nuevo protector de bolsillo Minos ¡Lindo!

El de cabellos morados se reía y varios que lo escucharon le siguieron la broma pues se estaban riendo. El de Grifo intentaba ignorarlos, ese chico parecía estar siempre al pendiente de lo que hacía y dejaba de hacer y molestaba a cada oportunidad, aunque era tan guapo para ser un soquete, era una pena y no le parecía justo ¿Por qué le gustaban los que tenían los ojos en un tono morado ya fuera suave o no?

Pero el resto del mundo dejo de ser cuando Hades empezó a hablar.

—     Muy bien jóvenes, empecemos.

De inmediato daba inicio con su explicación del día que entraba de lleno con los antiguos griegos, su forma de vida, el arte, la cultura, la escritura, todo, y un diligente Minos tomaba notas y no podía evitar sentirse fascinado con el movimiento de ese hombre al frente, sus largos cabellos, el sonido de su voz… se escuchó un timbre estridente indicando el final de la hora. Esa clase se terminaba demasiado rápido.

 

**********

 

—     Lean el capítulo doce para la siguiente clase y resuelvan el cuestionario del final, servirá de ensayo para la prueba final—decía Hades—Discutiremos todo el viernes—y como si lo recordara justo a tiempo agregó—Una cosa más, la administración de la escuela nos ha pedido ayuda con la organización de expedientes, será un poco monótono y complicado pero espero que alguien se ofrezca a ayudar—mirando alrededor no estaba seguro de que eso fuera posible.

Pero Minos lo pensó, si se ofrecía esos bellos ojos violetas lo mirarían a él.

—     En verdad desearía que alguien me diera una mano con esto—mencionaba el profesor.

El corazón del de ojos dorados latía un poco más aprisa escuchando al hombre al frente hablar, pero era tan tímido…pero podía hacer eso, podía organizar un archivero completo hasta dormido y podría estar cerca del apuesto profesor Necros, que lo mirara…suspiró. Era un lindo sueño pero no había manera de que él mismo fuera voluntario, le costaba trabajo darse a notar…

—     Profesor Necros—se escuchó.

Minos supo que era la voz de Aiocos, no creía que fuera el tipo de persona que se ofreciera para una tarea de ese tipo, sin embargo el de cabellos morados no iba a ofrecerse exactamente.

—     Minos puede hacerlo, es un ratón de biblioteca—decía sonriendo de manera particular.

El de Grifo miraba solamente su escritorio, esperaba que de alguna manera nadie lo notara en ese sitio pero no había posibilidades de eso, menos aún cuando se dio cuenta que el de ojos violetas lo estaba mirando directamente.

—     ¿Podrías ayudarme Minos?—le preguntaba con su profunda voz—Realmente apreciaría tu ayuda e incluso te daría un crédito extra, aunque tú no lo necesitas con tus notas.

El de mirada dorada levantó el rostro lentamente, estaba seguro que su cara se veía roja. Hades lo miraba solo a él, intentó hablar pero no confiaba en su voz así que solo le quedó un camino y se aferró a ello. El otro lo miraba como esperando algo y tan solo movió la cabeza como un gesto afirmativo.

—     Ya he ayudado en archivos antes—logró decir.

—     Maravilloso—decía Hades—Está decidido entonces, gracias Minos ¿podrías esperar unos momentos después de clases? Los demás pueden irse.

Los demás jóvenes empezaron a retirarse, algunos reían y otros hablaban, Minos permanecía en su lugar y justo en ese momento el de Garuda pasó a su lado con un comentario más.

—     Consentido del profesor—le lanzó el otro.

Pero el de Grifo se sintió algo herido por eso, no era así, él era un buen estudiante y los demás lo trataban como si fuera un apestado por eso, los maestros le tenían consideraciones y sus compañeros parecían tomarse a mal eso ¿Por qué Aiocos siempre tenía que estar al pendiente de lo que él hacía? No lo sabía, si al menos su interés hubiera sido de otro tipo… terminó por tomar sus cosas y se puso de pie, ahora debía  concentrarse en trabajar al lado de ese apuesto hombre.

El de cabellos negros le sonreía con gentileza.

—     Aprecio mucho tu ayuda Minos, desearía no tener que separarte de tus asuntos después de clase pero en verdad es una tarea larga y pesada.

—     No hay problema profesor—decía el otro suavemente—No está mal pedir ayuda de vez en cuando. Me gusta organizar cosas.

—     Muy bien, veamos—el de ojos violetas miraba el calendario en su celular—No quiero una fecha que resulte inconveniente para ti ¿Tienes planes durante la semana entrante?

—     No.

Dicho así parecía que no tenía vida alguna pero estaba bastante cerca de ser así.

Discutieron los detalles y finalmente encontraron un tiempo aceptable para los dos y poder con la labor. Minos intentaba no ruborizarse al pensar en los dos juntos pero eso era más un superficial enamoramiento que algo serio, no evitaba de ninguna manera que el hombre le pareciera muy guapo. Finalmente estaban de acuerdo en los detalles y dejó el salón, necesitaba concentrarse en sus tareas y pensar en su petición de beca, la necesitaba para estudiar.

—     Nos vemos Minos.

—     Hasta luego profesor.

Así que se separaron los dos y no parecía que hubiera nada más que decir entre los dos, después volverían a verse.

 

**********

 

Minos estaba ante la puerta cerrada. Necesitó respirar profundamente y volvió a leer “Hades Necros, Historia”. Sentía un poco de nervios pero esperaba poder con ello, llamó con los dedos y no tardó en escuchar una repuesta desde el interior.

—     Adelante.

Así que abrió con suavidad y entro, los ojos violetas estaban sobre él de inmediato.

—     Minos, que bueno que llegas.

Se levantó de su escritorio para ir hacia él y le extendió la mano para darle la bienvenida con firmeza.

—     Hola—logró decir el otro.

Sus manos se estaban tocando y se sentía bien, después de todo el de cabellos negros era un hombre apuesto, y en esos momentos lo era aún más. Usaba pantalones de jean en color chocolate y una camisa blanca que estaba desabotonada casi a la mitad, nunca lo había visto así.

—     Me alegra que alguien me ayude con esto Minos, el decano puede darnos muy malos ratos con estas labores que no sé de donde saca—le señalaba las cajas de archivos que debían ser reacomodados—Se deben pasar a archivos en la computadora ¿Cómo crees que debemos empezar?

—     Creo que deberíamos ver que tipos de archivo son y con eso generar una base de datos específica que pueda ser de consulta.

—     Se escucha bien para mí.

—     Solo es mi opinión.

—     No, me parece perfecto Minos, yo me complicaría mucho más, de verdad eres un chico organizado.

—     Gracias.

—     Será mejor empezar.

Con eso se inclinaron ante las cajas y de inmediato empezaron a revisarlas, como eran parte de los anteriores proyectos de la clase de historia le correspondía a su titular hacerse cargo, y como era bastante trabajo por eso el de cabellos negros había pedido ayuda. No estaba nada mal contar con la del joven Grifo quien en verdad era organizado y veloz, el de cabellos platinados los llevaba recogidos en ese momento y a veces acomodaba sus gafas de nuevo, quería que lo que estaba en papel primero estuviera organizado para proceder con la computadora.

Hades trabajaba sin problemas, no más allá que ese chico siempre era muy callado, se mostraba atento a lo que él le decía pero no parecía ser de los que charlaban demasiado, le daba la impresión que era muy tímido, casi no hablaba en clases y no parecía entenderse bien con sus compañeros, resultaba un excelente estudiante pero eso no podía serlo todo durante los años de escuela, nunca volverían, al menos él disfrutó mucho de los suyos.

—     Parece que es todo en las cajas—decía Hades.

—     Ahora que está todo organizado se puede archivar en un disco duro—decía el de mirada dorada.

—     Pero será en otra ocasión, por hoy creo que es suficiente.

—     Está bien.

El joven se levantó de su sitio y se sacudió un poco, no había polvo pero prefería asegurarse, su profesor mientras tanto parecía limpiarse las manos con una toallita húmeda y le ofreció una, la tomó y cuando terminó con eso se quitó los lentes un instante para frotarse el ojo derecho con suavidad.

—     Tienes lindos ojos.

Por un instante el de cabello platinado no supo como reaccionar, solo miraba su profesor que se mostraba atento con él, debía dar una respuesta, lo sabía.

—     Gracias—murmuró.

—     ¿Deseas que te lleve a tu casa?

—     No se moleste…

—     Está bien, me ayudaste mucho el día de hoy.

—     Pero…

—     Por favor.

No estaba para hacerse del rogar, así que el de Grifo aceptó de un movimiento y si bien el camino fue en silencio la mayor parte no estuvo mal. El joven quedó ante la puerta de su hogar y no tardó en descender del vehículo.

—     Gracias por traerme profesor.

—     De nada, hasta mañana.

—     Hasta mañana.

Y por ese día al menos parecía que sería todo.

 

**********

 

En los días que vinieron ambos siguieron viéndose, no estaba nada mal trabajar juntos, de hecho ese embarazo que sentía Minos al estar cerca del de cabellos negros iba desapareciendo y ya no estaba tan tenso como al principio de su labor, podían conversar un poco aunque siempre sobre lo que estaban haciendo. Un buen día se dieron cuenta que el trabajo estaba casi terminado y eran buenas noticias.

Minos estaba terminando de pasar los últimos archivos, tecleaba velozmente los datos para que fueran ingresando, había formado una especie de planilla estándar para solo ir llenando los espacios en blanco, lo cual había facilitado las cosas considerablemente pero no dejaba de estar consciente que ahí estaba el de cabellos negros, muy cerca, observándolo mientras trabajaba. A momentos le parecía que se acercaba más y más. Sus dorados ojos se sentían un poco cansados así que se quitó las gafas y buscaba darse un leve reposo y casi brincó en su sitio cuando el de ojos violetas se paró tras él, inclinándose y dejando que su negro cabello lo acariciara en el hombro y su aliento casi chocaba contra su oído.

—     Eres realmente eficaz Minos—decía el otro en voz media—Serás muy bueno en la carrera que te decidas—y lo decía dejando su mano en el hombro del joven.

—     Gracias—logró decir el de Grifo—Solo me gusta hacer las cosas bien.

—     ¿Qué has pensado estudiar?

—     Administración de empresas.

—     Muy bien, es una carrera con amplia demanda ¿Tienes alguna escuela en mente?—preguntaba interesado.

—     Si pero necesito tramitar una beca estudiantil.

—     No creo que tengas problemas con eso, eres un excelente estudiante Minos.

—     Gracias—decía con timidez.

—     Sé de varias propuestas para becas ¿Te gustaría que te mostrara algunas?

—     ¿De verdad?

—     Dame un momento.

Y era verdad que sabía de varias, todas eran buenas y los requisitos podían llenarse con facilidad por alguien como él, no estaban nada mal las opciones y tampoco seguir charlando un poco más ya que el trabajo estaba terminado. Se quedaron por un rato observando y estudiando las diversas becas de las que estaba enterado el de cabellos negros, así como de premios entregados a estudiantes para seguir con sus estudios.

—     Es increíble—decía el de Grifo quien ya había llenado tres solicitudes en tan solo una hora.

—     No lo es, solo se trata de estar informado Minos.

—     No sabía de muchas de estas becas.

—     Eres siempre tan introvertido—le decía el de ojos violeta—Debes permitirte abrirte ante los demás, conocerlos y que te conozcan.

—     Es que yo…

Y bajaba la cabeza apenado.

En ese momento el de cabellos platinados se sintió sorprendido pues el de cabellos negros tomaba su silla con ruedas y lo atraía hacia él.

—     Minos—murmuraba el pelinegro.

—     ¿Profesor?—preguntaba el joven con el corazón latiéndole aprisa.

El de Necros estaba muy cerca, sus rodillas estaban entre las del joven de mirada dorada, casi se tocaban.

—     Por favor, llámame Hades—le decía sin dejar de mirarlo a los ojos—Discúlpame por ser tan directo y tal vez estoy yendo más allá de lo que debería pero—estiró una mano y acarició su cabello platinado—Eres hermoso.

—     ¿Yo?

—     Si, tú—le aseguró—Ya tienes dieciocho ¿No es así?

—     Si, los cumplí en abril.

—     Y te gustan los chicos ¿verdad?

El de Grifo no necesitó responder a eso, desvió la mirada pero Hades colocó uno de sus dedos bajo su barbilla e hizo que levantara su rostro hacia él de nuevo.

—     No te avergüences Minos—le decía con suavidad—Todos tenemos nuestro propio tiempo—la misma mano se deslizó hasta alcanzar su nuca y lo acariciaba para después acariciar su cuello y abrirlo un poco más—No deberías esconderte ¿sabes?—preguntaba abriendo más botones de la camisa—Eres muy guapo.

El joven no hablaba, se sentía en medio de un sueño, pero quedó ante la mirada profunda de esos ojos violetas mientras la misma mano se deslizaba en el interior de su camisa pero antes de pasar a más había algo que decir.

—     Si no lo deseas dímelo Minos, no seguiré si no quieres.

Pero la verdad era que el joven lo quería, con cada célula de su ser. Había fantaseado con Hades desde la primera clase que tomara con él y ahora estaba ahí, ante él, acariciándolo y ofreciéndole más que fantasías. Por respuesta desabrochó el resto de los botones dejando su camisa abierta, mirando directamente al otro hombre. El de cabellos negros sonrió y sin aguardar por más se acercó lentamente y besó en los labios al de Grifo.

Los dos estaban de acuerdo en seguir.

 

**********

 

Quedaba en claro que estaban al principio de algo que podrían detener pero no lo deseaban así, por el contrario, ansiaban continuar y tener esa experiencia que los haría vivir un momento único aunque fuera por diferentes razones. En medio de sus besos el de ojos dorados abrió suavemente los labios y sintió la lengua del de ojos violeta entrar, solo pudo gemir, se sentía como un sueño pero esa lengua en su boca era real y esos dedos acariciándolo eran reales también, cuando tocaron uno de sus pezones solo pudo gemir y el de cabellos negros lo besó con más fuerza, haciendo que sus lenguas se enredaran de manera íntima ¿Bastaba con eso? No. Unos dedos estaban ahora deslizándose dentro de los pantalones del de cabellos platinados.

Hades se separó suavemente del beso, apartándose lo suficiente para mirar esos ojos dorados que parecían destellar de pasión en ese momento.

—     No tienes idea de cuanto te deseo en este momento Minos—le dijo con la voz cargada de pasión— ¿Comprendes lo que es eso?

—     Si—admitió el jovencito—He visto películas.

Ciertamente lo había hecho, no podía evitarlo, su cuerpo respondía deliciosamente ante las imágenes descargadas de la red de hombres viriles, musculosos y fuertes amándose con pasión y complaciéndose.

—     Pero no sé si soy…

No terminaba de decir que no sabía si era tan atractivo como los hombres que había visto en esas películas.

—     Eres perfecto Minos—le aseguraba Hades—No te preocupes por eso.

Para terminar de convencerlo lo besó con fuerza en los labios y el otro respondió provocando que con velocidad pelearan con sus ropas para hacerlas a un lado. La camisa del de mirada dorada quedó descartada, unos hábiles dedos fueron a sus pantalones, los abrieron y los hicieron caer por sus caderas y después a sus tobillos, no pasó mucho para que se viera despojado de su ropa interior y las medias, quedando completamente desnudo  y un instante después su espalda estaba sobre el amplio y cómodo sofá de la oficina, siendo examinado por la mirada violácea de un igualmente desnudo profesor de historia de cabellos negros que parecía impresionado en ese momento.

—     En verdad eres bellísimo—reconoció el de Necros.

—     Hades…

—     No tienes nada que esconder Minos, eres definitivamente precioso.

Con esas palabras se recostó sobre él con cuidado, besándolo, y haciendo que sus cuerpos se sintieran intensamente cercanos, el de cabellos platinados no pudo evitar sentir una intensa necesidad y separó sus piernas sin más, el otro hombre no tardó en acomodarse entre ellas. Esas manos varoniles recorriéndolo hacían que el de ojos dorados gimiera de manera abierta y era toda una suerte que por la hora no quedara personal en el lugar pues a ninguno de los dos le hubiera importado. A Minos le estaba resultando toda una experiencia estar entre los brazos de Hades, lo que veía en las películas y lo que estaba sintiendo era algo completamente diferente. Justo en ese instante sentía la mano del otro hombre subir por su muslo, por la cara interna, y no pudo sino estremecerse al sentir un dedo acariciándolo justamente en su entrada.

Por su parte Hades sabía que necesitaba prepararlo, ese chico no parecía haber tenido experiencia alguna y estaba convencido que había alguien más en sus pensamientos pero no se negaba que él mismo necesitaba compañía, no la tenía desde hacía más de tres años pero eso era otra historia. Ahora estaba con él, ese ansioso chico que esperaba aprenderlo todo a su lado y tal vez ponerlo en práctica con alguien más. Por eso el de cabellos negros anegó lo mejor que pudo sus dedos con saliva y los guió con cuidado por la masculina entrada que se abría con suavidad para él, recorrió el anillo de músculo que se opuso pero finalmente cedió ante sus caricias e insistencia, se adentró al tierno sitio que intentaba amoldarse a él, un poco más y descubrió el punto exacto que provocaba un placer excepcional, era así sin duda cuando el de cabellos platinados jadeaba y se arqueaba sobre su espalda viviendo el placer.

Ninguno de los dos necesitaba preguntarse si estaban listos, lo estaban, lo deseaban, así que fue el de cabellos negros el que tomó el asunto entre sus manos, por eso tomó suavemente esas bellas piernas e hizo que lo rodearan por la cintura, ese chico era tan bello que no podía creerse y él le mostraría los primeros pasos de la entrega de su cuerpo, esperaba que se cumplieran como el joven lo deseaba. El de mirada dorada sentía que no podía aguardar más, todo su cuerpo ardía por el ansiado alivio del clímax.

Hades no aguardaría, lo necesitaba con urgencia también, colocó sin más pero con cuidado la punta de su turgente sexo contra la suave entrada que parecía desear abrirse por completo para él, lo sujetó firmemente por las caderas y empujó por vez primera, asegurando la entrada de su sexo, provocando que su juvenil compañero gimiera de manera abierta, sintiendo por completo la invasión a su intimidad que le aseguraba momentos placenteros. Era fuerte y firme, era perfecto, al menos para el de Grifo lo era, resultaba mejor de lo que lo pudiera haber imaginado. No dejaba de agitarse mientras el erguido miembro tomaba posesión de su intimidad, sentía al de mirada violácea retroceder y entrar una vez más.

—     Si…si…si…

El de cabello negro adivinó que le gustaba, así que siguió embistiendo esa cálida intimidad mientras el joven debajo de él separaba sus piernas aún más, buscando que llegara a lo más íntimo de su cuerpo. El mayor montaba al menor con pasión pero procuraba mantenerse cuidadoso, buscaba el ritmo adecuado y no tardó demasiado en descubrirlo, entraba cada vez más profundo y se aseguraba que el joven lo disfrutara, que no lo lastimara nada de lo que hacía, aunque no tenía que estar preocupado. El de cabellos platinados se arqueaba y buscaba recibir cada penetración, su miembro estaba elevado y orgulloso de su propia fuerza, balanceándose al compás de las embestidas que su dueño deseaba y recibía.

Pronto el de mirada violácea estaba moviéndose con fuerza, su compañero disfrutaba cada estoque, más aún cuando Hades encontró el ángulo perfecto para tocar de manera sucesiva el estimulado punto que hacía estallar los sentidos por el placer, si no hubiera sido suficiente y dado el estremecimiento de su cuerpo que marcaba su pronta culminación, una masculina mano se apoderó de su sexo. Era tan bueno, era perfecto, ser masturbado de esa manera al mismo tiempo que era embestido con pasión, no pudo contenerse y empezó a gritar, anhelando llegar al orgasmo de la manera más grandiosa posible.

Solo un poco más y los dos estaban al filo de las sensaciones, todo su ser se estremecía al ritmo de sus embestidas, no dejaban de tocarse y de buscar el ansiado alivio y de pronto todo fue como una serie de explosiones pequeñas que crecían y crecían hasta que era un verdadero estallido de sensaciones, sus cuerpos se tensaban hasta el límite y sus simientes aparecieron de manera feroz y absoluta. Minos sentía que no podía hacer nada, solo vivía ese placentero éxtasis que lo hacía gritar hasta que se fue relajando suavemente, como si durmiera con pesadez hasta la extenuación. Y Hades no estaba mejor, su cuerpo tembloroso apenas si podía hacer nada que no fuera buscar estar unido lo más posible al esplendido chico que le recordaba lo maravilloso del sexo compartido, dejando que su simiente abandonara su ser y fuera hacia el otro, complacido más allá de las palabras de su entrega voluntaria.

 

**********

 

Se quedaron de esa manera por un largo rato, recostados y buscando recuperar el aliento, hasta que el de cabellos negros pudo moverse suavemente y ayudó a Minos a estar un poco más cómodo. Después lograron sentarse en el sofá pero el de mirada dorada experimentaba un nuevo tipo de cuerpo adolorido, pero decidió que después de lo compartido bien lo valía. El de cabellos negros lo ayudó a limpiarse un poco y mientras lo observaba vestirse se decidió a proponerle algo.

—     Eres muy bello Minos pero tu ropa no te hace justicia.

—     Es que no soy muy bueno para esas cosas.

—     Pero puedes serlo.

—     ¿De verdad?

—     Si y estoy seguro que aún él no podría resistirte a ti si cambiaras tu apariencia un poco.

—     Pero…

Se quedó sin palabras, no esperaba que se hubiera dado cuenta de eso.

—     No te preocupes, puedo ayudarte con esto también Minos—decía Hades con calma— ¿Qué te parece?

—     Pues…podría ser divertido.

—     Entonces debemos empezar a planearlo todo.

—     De acuerdo—decía el joven entusiasmado.

Vaya que era un día único para el de Grifo, esperaba que continuara con mejores propuestas aún.

 

**********

 

Continuará…

 

Notas finales:

La próxima semana estaré algo ocupada, por eso adelanto esta semana, si nada sucede la siguiente trama será algo con Shura o puedo seguir con esta trama, depende de si les gustaría saber que sigue en esta.

Nos leemos.

Atte. Zion no Bara

 


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