A light in the dark
Capítulo 15
Cuando salí, la lluvia estaba tan fuerte que no podía ver bien. Me puse la capucha, y corrí sin fijarme por donde iba.
Lo busqué en todos los lugares posibles, intentaba llamar a su celular pero no atendía.
Finalmente, después de una hora corriendo por la ciudad, lo vi caminando por la calle de enfrente a la que yo estaba.
- ¡ChanYeol!- grité con todas mis fuerzas, pero él no me escuchó y siguió caminando muy rápido -¡ChanYeol! -volví a gritar mientras esperaba que cambie el semáforo. Las lágrimas empezaron a caer de la desesperación. ¿Y si no me perdona?
Cuando pude cruzar, corrí con todas mis fuerzas. Él estaba a una cuadra y apenas podía divisarlo entre la gente y la lluvia.
Lo vi doblar en una esquina y aceleré el paso, chocando con las personas. Cuando logré llegar y tomar el mismo camino que ChanYeol, vi que la calle estaba desierta. Caminé unos pasos y ahí estaba él, sentado en un escalón bajo la lluvia. Apoyaba su mentón en sus rodillas y tenía la mirada perdida. Corrí hasta estar frente a él.
- ChanYeol...- dije entrecortadamente mientras intentaba recuperar el aliento. Él levantó la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos.
- BaekHyun...- se paró y me abrazó fuerte -Estaba muy preocupado. ¿Dónde estabas? -preguntó angustiado.
- En la terraza de la empresa... Kai me dijo que saliste a buscarme- me separé de él y lo miré -¿Por qué? ¿Por qué seguís siendo tan bueno conmigo después de lo que te hice?
- ¿De qué hablas?- me acarició la mejilla y yo desvié la mirada. La lluvia seguía cayendo copiosamente.
- Desconfié de vos, te ignoré, te grité y te hice sufrir. Todo por un malentendido- lo miré y las lágrimas que estaba intentando contener, empezaron a caer de nuevo -Todo porque soy un idiota.
- ¿Malentendido? ¿Qué malentendido?- me miró indagante. Ambos temblábamos de frío.
- Escuché una conversación que tuviste con Kai y yo... creí que me estabas usando- lo miré avergonzado, sin dejar de llorar -No quiero perderte, por favor perdoname.
- ¿Qué?- se veía dolido -¿En serio pensaste algo así de mí?
- Perdó...- intenté hablar.
- ¿Cómo podría hacerte eso?- miró para otro lado -Yo pensé que no me querías de verdad, que sólo había sido un capricho muy pasajero. Estuve triste, te extrañé mucho.
Empecé a llorar más fuerte.
- Ahora sé que no es así. Perdoname... por favor... no tengo excusa, pero te pido que me perdones. Prometo nunca más desconfiar de vos, no te lo mereces...- me froté los ojos -No puedo vivir sin vos- agregué entrecortadamente. Él sólo me miraba fijo sin responderme, con una expresión extraña en el rostro -Toma- le ofrecí el frasquito -te lo manda Kai. Dice que no te olvides de usarlo- lo deposité en su mano cuando vi que no lo agarraba.
Me di vuelta para irme, pensando que así terminaba todo. ¿Cómo pude dejarlo ir de esta forma? ¿Cómo pude desconfiar de él, si siempre se notó que era sincero? Volví a perder lo que más me importa. No pude contener un sollozo que se escuchó fuerte bajo la lluvia. Caminé unos pasos pero no pude avanzar mucho porque una mano rodeó mi muñeca y me hizo girar. Choqué con el cuerpo de ChanYeol y lo miré confundido. Él me miró a los ojos y me abrazó fuerte, casi con desesperación. Le devolví el abrazo, aferrándome a él.
Nos quedamos así unos minutos, hasta que él empezó a reír levemente. Me separé un poco, sin dejar de llorar y lo miré con curiosidad.
- ¿Qué es lo divertido?- le dije sonriendo tristemente.
- Todo. La situación. Fuimos unos tontos- una lágrima cayó por su mejilla y se separó del todo -Por no preguntar y aclarar las cosas, estuvimos sufriendo mucho- lo miré sorprendido cuando empezó a reírse a carcajadas mientras lloraba intensamente- Las últimas semanas sentí que estaba muriendo lentamente. Como si agonizara.
- ChanYeol...- me acerqué a él y le sequé las lágrimas; lo cual fue inútil porque la lluvia, que no había cesado, seguía mojando su rostro- perdoname.
Él me miró fijo y me rodeó con sus brazos, mirándome a los ojos muy de cerca.
- No tengo nada que perdonar, Baek, esas cosas pasan. Los malentendidos ocurren, sólo me hubiera gustado que me contaras lo que te pasaba en vez de ocultarlo- me sonrojé. Así todo hubiera sido más fácil y menos doloroso.
- Pero te hice sentir mal...- un puchero asomó en mi boca y él la acarició con el pulgar- Triste... -volvió a rozar su dedo con mis helados labios.
- Pero ahora me hacés muy feliz. Diciéndome todo esto, viendo cómo te afecta, me demuestra que realmente te importo. Tanto como vos me importas a mí.
Acercó más su rostro al mío. Corrió su dedo que seguía descansando ahí, agarrándome fuerte de las mejillas y uniendo nuestros labios. Fue un beso tierno, dulce, sin apuros. El más intenso que había recibido nunca, y el que más significado tenía.
Nos separamos por falta de aire y nos miramos a los ojos. Sonreí y él me devolvió la sonrisa.
***
Entramos al departamento, empapados y muertos de frío. Enseguida fuimos al baño para cambiarnos sin mojar tanto la casa.
- Baek, voy a llevar esto al lavarropas- dijo mientras agarraba la ropa mojada y se iba.
Terminé de ponerme la remera y lo seguí sigilosamente.
Él estaba de espaldas a mí, puso jabón en el lavarropas y después cerró la puerta que éste tenía, apretando unos botones para que empezara a funcionar.
Me acerqué sin hacer ruido y lo abracé por atrás, depositando mi cabeza entre sus omóplatos. Él dio un respingo de la sorpresa y yo sonreí.
Dejé que mi mano pasee por su estómago, para después meterla adentro de su remera, sintiendo como se estremecía ante el contacto frío de mi mano. Seguí acariciando, llegando cada vez más arriba y pasando por su pecho. ChanYeol apoyó sus manos sobre las mías y me acarició suavemente. Lentamente se dio vuelta hasta estar enfrentados y me miró. Me acerqué a él y lo agarré del cuello presionando un poco para que baje y así poder llegar a sus labios. Lo besé y él enseguida profundizó. Nos separamos en busca de aire y nos miramos sonriendo. Mis ojos se desviaron a su cuello, que estaba fuera de mi alcance.
- ChanYeol... abajo...- dije ensimismado a modo de súplica. Él me miró sorprendido y lentamente se arrodilló enfrente mío, quedando su cara muy cerca de mi entrepierna. Me quedé inmóvil de la impresión y me alejé de un saltito cuando sentí el calor de su respiración atravesar la fina tela del pantalón de mi pijama. Me sonrojé furiosamente -¿Qué hacés? -pregunté en un agudo susurro de sorpresa.
- ¿No es lo que me pediste?- preguntó parándose, divertido por mi reacción.
- Quería que bajes un poco para llegar al cuello...- desvié la mirada avergonzado. ChanYeol se rió.
- Ya sabía que no te referías a eso, era un chiste- me agarró la cara y me hizo mirarlo -deberías haberte visto. Creo que jamás te vi tan rojo -sonrió.
- Tonto- le sonreí y le di un rápido beso en los labios. Cuando me quise alejar, él me sostuvo de la cintura, haciéndome apoyar contra el lavarropas y profundizando el beso. Acercó más su cuerpo al mío. Llevé mis manos a su cuello y después las subí a su pelo, tirando de él suavemente. Me encantaba hacer eso, y sabía que a él le gustaba que lo hiciera.
Apenas sintió el tirón de mis manos, se agachó hasta abrazarme por la cintura y, sin dejar de besarme, me alzó haciéndome sentar sobre el lavarropas. Sin cortar el beso, se metió entre mis piernas y yo las cerré alrededor de su cadera, acercándome más a él. Bajó a mi cuello y depositó su cara ahí, mientras me abrazaba. Nos quedamos unos minutos quietos, disfrutando del cálido abrazo y de la compañía del otro.
De golpe, el lavarropas hizo un ruido y empezó a centrifugar la ropa, moviéndose muy rápido. Ese movimiento hizo que, accidentalmente, mi intimidad rozara contra ChanYeol y se me escapara un ronco y fuerte gemido. Seguía un poco sensible por lo que había pasado antes, cuando su cálida respiración dio de lleno en esa parte, y eso había sido demasiado repentino como para controlarlo. Sentí mi cara enrojecer y ChanYeol se separó lentamente de mí, mirándome a los ojos. Bajé las piernas y lo empujé levemente. Quería bajarme rápido de ahí, antes de que ese movimiento termine por volverme loco. Se movió un poco y yo me bajé.
- Yo...- tenía tanta vergüenza que no podía hablar ni pensar claramente. Nos miramos unos segundos y después estallamos en carcajadas -Fue el centrifugado- dije cuando me calmé.
- Sí... me di cuenta- me sonrió -Fue... interesante...- rió levemente y yo me sonrojé.
- ¿Por qué interesante?- pregunté tímidamente. Acercó su rostro hasta estar muy cerca del mío.
- Creo que ese fue uno de los sonidos más sexys que escuché en mi vida- susurró y me dio un casto beso en los labios. Se separó y me llevó al cuarto agarrado de la mano. Yo no podía reaccionar, ya que las palabras de ChanYeol me habían sorprendido.
***
Nos acostamos y él me abrazó por atrás. Traté de calmarme pero lo sucedido hacía unos momentos seguía muy fresco en mi mente. Todavía podía sentir los besos y caricias de ChanYeol. Y lo que dijo después...
Sentí que se movía y un cálido calor me golpeó en el cuello. Descansó su boca en ese lugar un rato, dando besos y mordiendo un poco; sacándome suspiros. Subió hasta mi oreja rozándome con la nariz. Su mano se coló por mi remera, acariciando mi abdomen. Me mordí el labio y me acerqué más a él, juntando nuestros cuerpos.
Deslicé mi mano hacia atrás y la dejé apoyada en su muslo un momento, para después empezar a acariciar suavemente esa zona.
- BaekHyun... no sabés lo que provocas en mí...- dijo en un susurro. Su respiración golpeaba en mi cuello y me hacía estremecer -No lo puedo explicar con palabras- juntó su mejilla con la mía, y nos quedamos en silencio unos segundos. Su mano seguía adentro de mi remera, haciéndome suspirar con cada roce.
- Entonces demostrámelo con acciones- le pedí avergonzado mientras me sonrojaba. ¿Cómo me animé a decirle algo así?
Su mano dejó mi estómago para ir a mi cara y pasar delicadamente sus dedos por mi mejilla. Miré hacia atrás, encontrándome con sus ojos. Nos miramos unos momentos y me besó.
Sin separarme de sus labios, me di vuelta con dificultad y profundicé el beso mientras lo abrazaba.
Dejé que una de mis piernas se deslizara entre las suyas, y besé su cuello. Llevé mis manos al final de su remera, me senté y lo ayudé a sacársela. La dejé caer a un costado de la cama y volví a su cuello, esta vez aprovechando los hombros, la clavícula y toda la piel disponible. Él no dejaba de soltar pequeños gemidos que me encantaban.
Decidido a tomar el control de la situación, cambió su posición y lentamente se recostó sobre mí. Empezó a bajar por mi mandíbula hasta llegar a mi cuello mientras que con una mano me sostenía de la cintura. Deslicé mis manos por su espalda descubierta hasta llegar a la zona lumbar y lo acerqué más a mí, juntando nuestras caderas. Él se separó con un gemido, mirándome sorprendido pero yo lo volví a besar. Mis manos, que acariciaban su espalda, se movieron hasta llegar a su abdomen y empecé a pasar suavemente mis manos por ahí. Suspiró de placer y me mordió el labio, haciéndome doler un poco, pero sacándome un gemido. Volvió a mi cuello e intensifiqué las caricias en su estómago, llegando un poco más abajo esta vez. Él había empezado un inconsciente vaivén con su cadera, debido a la excitación. Ambos gemíamos bajito sin parar de besarnos.
- Baek...- dijo entrecortadamente, casi sin separar sus labios de los míos, ni parar ningún movimiento de manos o cadera.
- Chan... nie- intenté hablar. Lo besé. Olvidando lo que me iba a decir, me correspondió.
Bajé mi mano un poco más, encontrándome con el elástico del pantalón, y me entretuve acariciando esa parte. Dejando, de vez en cuando, que algún dedo se deslice sutilmente bajo el borde de la prenda.
Él se separó de mí y levantó mi remera. Me enderecé levemente para hacerle el trabajo de quitármela más fácil. Sin perder tiempo, volvió a mi cuello y besó y mordió sin delicadeza, mientras que su mano paseaba por mi torso, llegando hasta el borde del pantalón y subiendo de nuevo. Me estaba desesperando. Lo agarré de la cara y lo acerqué para besarlo sin delicadeza. Dejé que mi mano pasee por su cuerpo, llegando más abajo que las demás veces, pero subiendo como él hacía.
Su movimiento de cadera se intensificó, haciéndonos gemir a los dos. Llevé mis manos a su trasero, dejando que entren a su pantalón e hice una leve presión. Sin sacar mis manos, las deslicé hacia adelante, presionando su miembro sobre el boxer. Un ronco gemido salió de los labios de ChanYeol, produciéndome un estremecimiento de excitación. Lo besé, casi desesperadamente, sintiendo sus gemidos en mis labios cuando mi mano entró al boxer y empecé a acariciarlo.
Sus brazos flaqueaban debido al placer, y su cuerpo cedió un poco, apoyándose más en mí. En ningún momento dejé de besarlo, me limitaba a disfrutar de sus labios y escuchar los sonidos que producía, que eran los más provocadores que había escuchado. Sintiendo miles de sensaciones y emociones que no había sentido en la única vez que había estado con alguien.
Cuando se corrió, gimió fuerte y dejó que su cuerpo termine de apoyarse en el mío. Saqué mi mano y lo abracé sonriendo. Se separó levemente y me miró, sonrojado y con los labios hinchados.
- Sos tan lindo...-le dije y lo besé de nuevo. Él me correspondió y bajó de nuevo por mi mandíbula hasta mi cuello, que parecía ser su lugar favorito.
- Vos lo sos más...- susurró sin alejarse, haciéndome sonrojar.
Bajó lentamente del cuello, besando, lamiendo y succionando mi torso. Cuando sentí su respiración chocar mi entrepierna, solté un pequeño gemido y levanté la cabeza para mirarlo.
Él me miró, y empezó a bajarme el pantalón, que quedó rápidamente olvidado en el piso. Subió las manos por los costados de mis piernas, acariciándolas, hasta llegar al borde del bóxer. Me volvió a mirar a los ojos, esta vez como pidiéndome permiso. Asentí con la cabeza avergonzado y después la apoyé en la almohada, sintiendo mi rostro enrojecer cuando mi ropa interior fue retirada.
Ahogué un gemido cuando sentí la lengua de ChanYeol deslizarse lentamente por mi intimidad. Me aferré a las sábanas cuando la introdujo en su boca, dejando los gemidos salir. Levanté mi cabeza y miré a ChanYeol, como su cabeza subía y bajaba. Excitándome más ante la visión, volví a apoyarla en la almohada, sonrojado.
Una de sus manos acariciaba mi torso, mis gemidos se habían intensificado y ChanYeol aceleró el ritmo. Sentí un gruñido-gemido salir con dificultad de sus labios cuando agarré su mano y la llevé a mi boca, empezando a lamer los dedos con gula.
Separó su mano con delicadeza de mi boca, y se apoyó en su codo, cuidando de que la mano ya lubricada no toque las sábanas. Lentamente su cara se alejó, recibiendo una queja de mi parte. Subió a mi rostro y me besó mientras que su mano terminaba el trabajo que su boca había empezado.
Tiré de su pelo fuertemente cuando me corrí. Lo miré avergonzado y agarré su mano de nuevo para volver a chupar los dedos. Sentí su miembro crecer al ver esto y sonreí, lamiéndolos de forma más provocadora.
- ¿Seguro?- preguntó con voz ronca. Asentí soltando su mano y volviéndolo a besar.
***
Cuando ChanYeol salió de adentro mío, se recostó a mi lado. Nos mirábamos a los ojos, sonriendo y respirando entrecortadamente. No habíamos casi parpadeado, manteniendo siempre el contacto visual.
- Estás muy rojo...- comentó sonriendo mientras me acariciaba las mejillas.
- Bueno, es normal...- respondí desviando la mirada con vergüenza. Nos tapó con la sábana y se puso de costado, para poder mirarme. Yo lo imité y, con una sonrisa, le devolví la mirada.
- ¿Estás bien?- preguntó preocupado.
- Sí, muy bien Channie- le sonreí cerrando los ojos un momento.
Sentí como se acercaba y depositaba un tierno beso en mi frente. Después bajó hasta estar a la altura de mis ojos, que ahora estaban abiertos.
- ¿Me vas a gritar si te digo que te amo?- dijo recordando ese día en que me había dicho que me quería y le había gritado que no me lo dijera. No pude evitar que mi sonrisa se expandiera, provocando que la suya aparezca. Negué con la cabeza -Te amo.
- Yo también te amo, ChanYeol. No te imaginas cuánto.
Nos besamos lentamente, tratando de transmitir todos los sentimientos que teníamos. Nos separamos y nos sonreímos, mirándonos a los ojos.
- ChanYeol...- dije después de un rato.
- ¿Sí?- me corrió el pelo de la cara y me acarició la mejilla.
- ¿Para qué son esas gotas que causaron todo lo que pasó?- pregunté avergonzado por el recuerdo.
- Para los ojos... a veces se me resecan mucho... ¿No notaste nunca que algunas veces tengo uno más grande que el otro?- se sonrojó. Sí, lo había notado y me parecía adorable.
- Sí... siempre me dio ternura eso...- confesé. Él me sonrió.
- A mí siempre me dio vergüenza, por eso no te lo comenté. Tenía la esperanza de que no lo hubieras notado y no quería que lo hicieras, así que no te dije nada.
- Pero a Kai sí le dijiste...- no pude evitar sentirme celoso. Él rió con ternura y me abrazó.
- Kai ya sabía, esto es de hace años. No estés celoso- dijo adivinando mis pensamientos -Sos el único al que amo, y al que más amé- se separó un poco, me acarició la mejilla de nuevo y me dio un tierno beso.
- Vos sos el único al que amé, el único al que amo y el único al que voy a amar- le abracé fuertemente hundiendo mi cara en su pecho.
Él me devolvió el abrazo y me acarició el pelo hasta quedarnos dormidos.
***
Abrí los ojos a la mañana siguiente y seguía abrazado a ChanYeol. Me quedé un rato mirándolo, grabando a fuego en mi mente ese momento. Le acaricié la mejilla y la nariz suavemente y sonreí. Me acerqué más a él y recordé la noche anterior al sentir una punzada de dolor en la cintura. Se me escapó un ahogado y lastimero quejido y me sonrojé.
- ¿Te duele mucho?- preguntó apenas abriendo los ojos -Perdón- bostezó terminando de despertar.
- No... Es muy leve pero me tomó por sorpresa, por eso me quejé- le sonreí y me acerqué. Él sonrió.
- A mí me dolió bastante- comentó recordando -Supongo que porque yo era mucho más joven de lo que sos vos ahora.
- Puede ser...- le di un beso. Sentí como sonreía y, sin dejar de besarlo, sonreí también.
- Qué hermosa forma de despertar- comentó rozando su nariz con la mía.
- La mejor de todas- apoyé mi frente en la suya. Espero poder despertarme así por el resto de mi vida -Date vuelta que me quiero levantar- dije después de separarme.
- Pero si anoche...- le tapé la boca con la mano, avergonzado -te vi desnudo- a pesar de mi mano, se entendió perfectamente lo que dijo. La saqué lentamente -Y no sólo eso, también toq...- le di un casto beso para callarlo, pero seguía insistiendo -y chup...- me sonrojé furiosamente y lo interrumpí.
- Ya sé, pero me da vergüenza...- desvié la mirada. Me agarró del mentón y me hizo mirarlo. Me dio un tierno beso y se separó tapándose los ojos.
- Apurate. Cuento hasta diez y me destapo los ojos... uno... dos...- me levanté rápido y agarré ropa para luego entrar en el baño.
Después de ducharme, me vestí y salí de nuevo al cuarto. ChanYeol seguía acostado con los ojos cerrados y con la sábana tapándolo de la cintura para abajo.
Me acerqué sigilosamente y me trepé a la cama, acostándome sobre él. Abrió los ojos sonriendo.
- Ahora me toca a mí, no quiero ser el único que huele mal- ambos reímos.
- No hay forma de que huelas mal para mí- respondí y me dejé caer a su lado. Se rió.
- Aún así, es más agradable si los dos estamos limpios y olemos bien- me dio un rápido beso en la mejilla, se levantó y se encerró en el baño. Le sonreí al techo, estaba muy feliz.
Aproveché para ordenar. Cambié las sábanas y recogí la ropa que estaba tirada. Colgué la ropa que ya se había lavado del día anterior y puse la nueva a lavar.
Cuando buscaba algo para comer, ChanYeol apareció en la cocina ya cambiado.
- ¿Hay algo?- preguntó cuándo vio lo que estaba haciendo.
- Sí- apoyé en la mesada los ingredientes y empecé a preparar la comida.
Mientras se cocinaba el almuerzo, lavé lo que había ensuciado. Sentí que ChanYeol me abrazaba de atrás mientras me secaba las manos. Dejé el repasador y me di la vuelta para mirarlo. Él me sonreía.
- ¿Qué pasa?- le pregunté sonriendo.
- Nada, te veías muy lindo y adorable mientras cocinabas. Y además... ¿no puedo abrazar a mi novio?- sonrió y me sonrojé.
- ¿Novio?- asintió -Sí, podés abrazarme siempre que quieras- le sonreí, aceptando su indirecta proposición y lo abracé fuerte.
Levanté la mirada, separándome apenas y él bajó la cabeza sin necesidad de que le dijera nada. Unió sus labios con los míos, creando un tierno beso.
***
Al otro día, en la empresa, yo estaba sentado en el piso de la sala de prácticas, descansando.
Miré a ChanYeol que estaba concentrado mientras SeHun lo ayudaba a él y a LuHan con un baile. Sonreí y llevé una mano a mi frente tocando la casi imperceptible cicatriz que había dejado el golpe que me había dado el día en que conocí a ChanYeol.
- Así que... ¿ya formalizaron?- me preguntó SuHo de pronto sentándose al lado mío.
- Sí, queremos saber- Kai se sentó a mi otro costado.
- Decí que sí... no aguanto tanto drama- agregó D.O, arrodillándose enfrente mío.
Miré a mi alrededor, buscando alguna manera de escapar de sus preguntas. Vi que Kris, que estaba a unos metros, nos miraba escuchando atento para saber mi respuesta. Tao descansaba su cabeza en su hombro con los ojos cerrados.
Dirigí mi mirada a cada uno de ellos confundido, sintiendo mi cara enrojecer. Asentí con la cabeza.
- ¡Bien!- SuHo me pasó un brazo por los hombros.
- ¡Los felicito!- exclamó D.O.
- Ya era hora- finalizó Kai sonriendo.
Kris sonrió y desvió la mirada, apoyando su cabeza sobre la de Tao.
Yo reí, viendo que todos éramos felices. No podría haber encontrado mejores amigos, pensé.
***
- Baek...- me preguntó ChanYeol cuando estábamos en el ascensor del edificio. Lo miré -¿Puedo preguntar cómo te diste cuenta que yo te gustaba? -desvió la mirada, avergonzado.
- Gracias a SuHo...- le dije y abrí la puerta saliendo al pasillo. Él me siguió.
- ¿SuHo? -cuestionó sorprendido.
- Sí... me dijo algunas cosas que me hicieron dudar. Después, cuando te fuiste a Francia, terminé de darme cuenta. Pero lo que sentía, lo sentía desde mucho antes que yo lo notara, y finalmente aceptara. También D.O me ayudó.
- Tendría que pedirle perdón a SuHo- rió. Lo miré indagante -Por estar tan celoso de él- me explicó. Ambos reímos.
- Él ya tiene a alguien...- comenté en voz baja -¿Y vos?- pregunté un poco inseguro -¿Cómo te diste cuenta?- agregué mirando como buscaba las llaves en sus bolsillos.
- ¿Yo? Yo tardé una semana en apreciarte, un mes en quererte mucho y dos meses en amarte con locura- me sonrió y se giró para abrir la puerta. Me sonrojé. ¿Tan lento soy que no lo noté? Aunque ahora que lo pienso, sí se notaba. Sólo que yo estaba ciego.
- ChanYeol...- dije cuando entramos al departamento y cerró la puerta detrás de nosotros. Se giró y me miró -Yo también te amo con locura.
Sonrió y se acercó a mí. Lo tomé de la mano suavemente y lo abracé.
Al separarnos, lo agarré del cuello de la remera y lo hice agacharse un poco para unir nuestros labios, profundizando apenas se encontraron. Rodeé su cuello con mis brazos y él mi cintura con los suyos, alzándome un poco del suelo. Ambos sonriendo en medio del beso.
Mi vida había cambiado mucho en el último año. Ahora tenía amigos, había encontrado el amor y estaba en el camino correcto para cumplir mis sueños. Y no podía ser más feliz.
Y todo gracias a ChanYeol.