CAPÍTULO 13: Intentándolo de nuevo.
Niiummy Sarang ingresó a la oficina de Changmin, secando una lágrima que incomprensiblemente resbaló por su mejilla, para encontrar al mayor mirando silenciosamente por la ventana, contemplando la increíble vista que su oficina, ubicada en el último piso de tan grande edificio, le ofrecía.
–Oppa… –Pronunció la chica para llamar la atención del mayor –tenemos que hablar.
El moreno no dijo nada cuando la vio parada a su lado, y ahora ambos comenzaron a contemplar la cuidad de Seúl, cuyas luces nocturnas iluminaban con fuerza.
–Sé lo que me quieres decir –habló al fin Shim –Sé que soy un mal hombre, sé que merezco lo que está pasando, y también sé que Junsu no merece todo el dolor por el que lo he hecho pasar. Sé bien que la culpa fue mía.
–Si fuera momento de hablar de culpas, yo también tengo culpa en esto, yo, que no fui capaz de pedirte que terminaras con esto a tiempo, y por el contrario, te apoyé silenciosamente.
–¿Por qué ahora, Niiummy? –Changmin la miró al fin, y ella pudo ver que sus ojos estaban enlagunados debido a las lágrimas que reprimían – ¿Por qué ahora que quise hacerte caso y acabar con todo, por qué ahora que pensé en acabar mi aventura con Kyuhyun, Junsu me habla del divorcio? ¿Tanto daño le hice? ¿Por qué no me di cuenta antes?
Lo único que Niiummy Sarang pudo hacer en esos momentos fue brindarle un hombro sobre el cual pudiera llorar sin temor a ser juzgado.
Palabras, que no debí haber escuchado
Si tan sólo hubiera olvidado mi teléfono esa vez.
Palabras que me dejan sin palabras.
Palabras, que no les importa cómo me siento.
–Flashback–
Después de tan emotiva despedida, después de intentar convencerse a sí mismo de que lo mejor era dejar a Changmin vivir su vida junto a su esposo, Cho Kyuhyun se sentía devastado, aun le costaba trabajo el imaginarse a Changmin fuera de su vida. Lo amaba, pero respetaría la decisión del mayor.
Así, regresó a su apartamento, donde Jung Yunho y otros de sus amigos se preparaban para salir de juerga de fin de semana a un exclusivo bar de la cuidad.
Kyuhyun siempre fue muy bueno para esconder sus verdaderas emociones, por lo que, aunque se estaba muriendo por dentro, sólo les mostró la mejor de sus sonrisas a los mayores.
–¿Vienes con nosotros, Kyu? –Le preguntó un sonriente y divertido Yunho.
–No lo creo, hyung. Tengo que estudiar. –Mintió.
–Bien, entonces –se encogió de hombros –hablamos luego.
–Bien, cuídense…
Y una vez quedó sólo, Cho Kyuhyun sólo pudo acurrucarse frente a la mesita de centro de la sala de estar y comenzar a beber. Copa tras copa, intentaba sacar de su mente y de su corazón a Changmin, aunque sabía bien que aquello le sería más que imposible.
Él sólo tenía 24 años, se supone que los adultos de esa edad sólo deben preocuparse por las fiestas y las mujeres, o en su defecto, los trabajos universitarios y su familia. Él era un universitario normal, quien tenía un sueño especial por cumplir. Sí, se suponía que eso era todo lo que debía hacer. Pero ahora se encontraba destrozado por un amor que no debía ser, porque se había enamorado de un hombre casado que en un principio sólo lo consideró una aventura pasajera que él mismo estuvo dispuesto a ser.
–Fin Flashback–
Y ahora se encontraba solo, bebiendo como loco, llorando en silencio. No es que pudiera odiar a Changmin por haberlo utilizado, todo lo contrario, sentía que lo amaba cada vez más.
¿Cómo te olvido?
¿Debería tratar de olvidarte?
¿Podremos volver a como éramos antes?
Entretanto, Kim Jaejoong había perdido la consciencia debido al efecto del alcohol, y se quedó dormido antes de que Jung Yunho lo llevara a su apartamento.
Para cuando el castaño despertó, se halló en una amplia habitación con cortinas blancas y adornos modernos, y supo que jamás había estado allí. Frunció el ceño al no reconocer el lugar, y entonces vio a un sonriente Yunho llegar al lugar con desayuno sobre una bandeja.
–¡Buenos días! –Exclamó el mayor.
Jaejoong seguía confundido, pero se limitó a devolverle el saludo mientras se incorporaba mejor en la cama.
–Disculpa, Yunho... ¿Dónde…?
–Estás en mi casa –se apresuró a responder.
–¿Cómo terminé aquí?
–¿No lo recuerdas? –Sonrió divertido –Anoche bebiste demasiado, y como no sé dónde queda tu casa, decidí traerte a la mía.
–Ya veo… Gracias.
En ese momento Kim Jaejoong hizo su mayor esfuerzo por recordar lo ocurrido la noche anterior. Y quiso que se lo tragara la tierra cuando, efectivamente, recordó todo lo ocurrido de a poco.
No pude decir ni una sola palabra
la última vez que nos hablamos.
–Flashback–
Habían pasado un par de horas desde que Yunho y Jaejoong habían comenzado a beber, y el menor no dejaba de quejarse respecto a la reprobable conducta de su esposo.
–Sinceramente no entiendo por qué tiene que pasar tanto tiempo con Junsu…
–¿No has dicho que son compañeros laborales? Supongo que se debe al trabajo.
–Oh, sí, eso es lo que dice. Sin embargo, hay algo que me molesta –refutó –cuando yo le dije que me había quedado contigo, insinuó cosas extrañas, como si fuéramos mi amante o algo por el estilo –hizo un puchero que a Yunho le pareció demasiado adorable –es tan idiota cuando quiere, y encima se va cada vez que quiere con su amigote de toda la vida…
Yunho, quien estaba lo suficientemente sobria a esas alturas del partido supo disimular bien su sorpresa ante tales palabras. No obstante, siempre fue muy perceptivo con las personas, y supo desde el primer instante en que lo conoció, que no le agradaba a Park Yoochun en absoluto.
Y siguieron hablando de muchas cosas, pero Jaejoong no era muy bueno soportando beber, y fue quien primero se embriagó. Eso, hasta que horas después, Yunho tomó un taxi luego de despedirse de sus amigos y decidió llevar a Jaejoong hasta su apartamento.
–Fin Flashback–
Ahora, Kim Jaejoong recordaba con verdadera vergüenza lo ocurrido, siempre hacía cosas extrañas cuando se embriagaba, pero estaba seguro de que nunca se había auto-avergonzado tanto como con Jung Yunho.
Cuando te decía que te quería
me detenías, y mi corazón sentía que iba a explotar.
Ya me he detenido y
simplemente estoy esperando tus próximas palabras.
–Oh, vaya… –Se frotó la nuca, completamente sonrojado –Lo lamento, Yunho. Anoche, seguramente dije cosas extrañas y…
–No, no, no te preocupes –Lo interrumpió antes de que pudiera continuar, y se sentó a su lado con la bandeja de desayuno –todos hemos pasado por cosas así, todos nos hemos embriagado hasta perder la cabeza. –Rió, notando que las mejillas de Jaejoong estaban realmente arrebatadas de rosa carmín –Pero no es la gran cosa, a decir verdad –se frotó la nuca sin borrar su sonrosa –ni siquiera yo estoy muy seguro de lo que dije.
Jaejoong rió ante las expresiones del mayor.
–Gracias por todo, Yunho.
–No es nada. Ahora –señaló la bandeja con un movimiento de cabeza –a desayunar.
A decir verdad, Jaejoong llegaba a sentirse agobiado ante la constante amabilidad y dulzura que le mostraba el mayor, e inconscientemente terminaba odiándose a sí mismo por sentirse de forma tan extraña cuando estaba con él. ¿Qué clase de emociones eran esas? ¿Cómo podía mirar a su esposo a los ojos después de experimentar sentimientos extraños hacia su compañero laboral? Se sentía como un idiota, se sentía tonto y depresivo y ni siquiera él mismo entendía muy bien el por qué.
¿Cómo te olvido?
¿Debería tratar de olvidarte?
¿Podremos volver a como éramos antes?
Yunho se ofreció a llevarlo hasta su casa en su auto porque el de Jaejoong se había quedado guardado en el parqueadero del bar, –tendría que pasar por él luego–, y mientras viajaban camino a su casa, Jaejoong no pudo evitar pensar en Yoochun y en Junsu, no podía dejar de preguntarse por qué Yoochun no había ido a dormir por quedarse con su amigo. A veces, muy ocasionalmente, un extraño sentimiento suspicaz se plantaba dentro de sí, llegando a preguntarse cosas que antes nunca consideró, como ¿Por qué Yoochun parecía prestarle tanta atención a Kim Junsu, fuera cual fuera la situación? No le gustaba tener esa clase de pensamientos y trataba a toda costa de alejarse de ellos aunque una parte de él insistía en que había algo oculto, algo suspicaz.
¿Realmente pasaba algo entre Yoochun y Junsu?
Palabras que duelen sin importar como las veas
Palabras de despedida.
Y no pudo ser bueno para nadie, que justo en el momento en el que Yunho aparcó su auto frente a la casa de los Park-Kim, Yoochun llegara a casa conduciendo su propio auto.
Los tres intercambiaron miradas; Yoochun fulminó con la suya a Yunho, quien le devolvió una retadora pero sutil, y por su parte, Jaejoong se limitó a mirarlos expectante, repentinamente ansioso ante tan amenazadoras miradas que intercambiaban los otros dos.
El primero en bajar de su auto fue Yoochun, y los otros dos lo siguieron, hasta finalmente encontrarse en la entrada de la vivienda.
–Yoochun… –Murmuró Jaejoong.
El mencionado miró a su esposo y luego al acompañante de éste.
–Buenos días, señor Park. –Saludó Yunho, haciendo una leve venia.
Yoochun seguía examinándolo con la mirada, pero al final le devolvió el saludo sin dejar de mirarlo con evidente desdén.
–Vamos –Dijo Yoochun, tomando la mano de un sorprendido Jaejoong. –Tenemos que hablar, cariño. –Yunho notó que Yoochun recalcó aquella última palabra intencionalmente.
Sin ánimos de echarle leña al fuego, Jaejoong se limitó a vociferar mientras se alejaba, prácticamente arrastrado por el mayor:
–Gracias por todo, Yunho. Hablaremos el lunes.
Yunho asintió y luego abordó su auto para alejarse rápidamente de allí.
Desgraciadamente, las discusiones entre Yoochun y Jaejoong eran cada vez más frecuentes; y por supuesto, esta vez no fue la excepción.
Si tan sólo el tiempo se detuviera.
Si tan sólo pudiéramos borrarlo.
Si tan sólo pudiéramos retroceder el tiempo,
al día en que nos conocimos.
–¿Dónde estuviste anoche? –Indagó de inmediato Jaejoong en cuanto se detuvieron en el recibidor.
Yoochun frunció el ceño.
–Ya te dije que se presentó un asunto con Junsu y tuve que resolverlo.
¿Por qué no le estaba dando explicaciones concretas? Simplemente porque Yoochun consideraba que era algo sin importancia el que se hubiese quedado toda la noche a consolar y cuidar de su despechado amigo en crisis matrimonial.
¿Cómo te olvido?
¿Debería tratar de olvidarte?
¿Podremos volver a como éramos antes?
–Oh, vaya… –Soltó con sarcasmo –otro asunto con Junsu…
–¿Y tú? –Acusó – ¿Desde cuándo eres tan cercano a Jung Yunho que incluso viajas en su auto?
–¿Crees que estás en posición de reprocharme algo? –Recriminó. –Mejor dime por qué demonios no viniste a dormir anoche, ¿Qué estabas haciendo con Junsu? ¿Qué hiciste con él durante TODA LA NOCHE?
–¿Intentas acusarme de algo?
–¡Respóndeme, maldición!
–¡Está considerando divorciarse de Changmin! –Contestó – ¡Estuve consolándolo durante toda la noche!
El grito de su explicación hizo eco sordo en toda la estancia, haciendo que Jaejoong se le quedara mirando tan fijamente como él lo miraba, contemplando la expresión del otro: una era desencajada y enfurecida, y la otra era dudosa, ansiosa y sorprendida.
Me cubro la boca mientras las lágrimas caen sobre mi rostro,
al escuchar esas palabras que no quiero creer.
–Pero tú… –Continuó Yoochun, examinando mejor a Jaejoong –Estuviste bebiendo, ¿no así? –Jaejoong desvió la mirada, no refutaría eso – ¡Estuviste bebiendo con ese imbécil!
–No habría tenido que hacerlo y hubieses llegado anoche a casa –se defendió.
–Tuve que hacerlo. Junsu me necesitaba.
–No me digas… sacrificas mucho por tu mejor amigo… –Comentó con evidente sarcasmo cargado de reproche.
–Yo ya te dije por qué no vine y lo que en realidad ocurrió, tú no tienes excusas para largarte con ese infeliz.
–No me fui con él, me lo encontré por casualidad.
–Interesante… qué casualidades las de esta jodida vida.
–¿Seguirás con tus celos irracionales hacia Yunho?
–Ah, pero claro, ahora resulta que el celoso irracional soy yo, cuando tú te imaginas quién sabe qué cosas sobre Junsu y yo.
Jaejoong enarcó una ceja.
–Acabas de decirlo tú, no yo. Y no me imaginaría nada si en lugar de prestarle tanta atención a él, me la prestaras a mí, como tu esposo que soy.
–¿Cómo puedes ser tan egoísta? –Lo miró, aterrado. –Se trata de Junsu, nuestro amigo, se trata de su matrimonio con Changmin, quien también es nuestro amigo. ¿Tantos años de amistad no te dicen nada?
–¿Qué…?
–¡Junsu es mi mejor amigo! –Exclamó Yoochun. –Estoy en la obligación de apoyarlo.
–¡Changmin también es mi mejor amigo! –Contestó Jaejoong – ¿pero sabes qué? La decisión de casarse fue la que tomaron esos dos, y ni tú ni yo deberíamos interferir ¡porque son ellos los del problema! Así que si quieres jugar al terapeuta matrimonial, adelante, ¡haz lo que te plazca! –Su voz se quebró repentinamente –yo sólo digo que estás más pendiente del matrimonio de tu mejor amigo que del tuyo –una lágrima traicionera resbaló por su mejilla, y su voz se quebró cuando remató: –Eso no es correcto, Yoochun, tampoco es justo conmigo…
En ese momento, a Yoochun le habría gustado seguir echándole en cara que él se había ido a beber con Yunho, pero era un hombre consciente, y sabía que el que su esposo se hubiese ido a beber, en gran parte era su culpa. Al final frunció el entrecejo y se acercó a su esposo.
–Lo sé, Jaejoong –lo abrazó, y el menor ocultó su rostro en el pecho del más alto –perdóname, mi amor… –Se separaron lo suficiente como para mirarse –sé que no es justo, lo lamento mucho… no fue mi intención hacerte pasar por todo esto… ¿Qué puedo hacer? He sido un estúpido –secó con el pulgar los rastros de lágrimas en el níveo rostro del pelinegro –lo lamento…
Aun se amaban, lo sabían. Sin embargo, ¿realmente había oportunidad para que sus discusiones terminaran allí y olvidaran el daño que día a día se hacían mutuamente?
¿Cómo te olvido?
¿Debería tratar de olvidarte?
¿Podremos volver a como éramos antes?
Shim Changmin estaba desesperado, no sabía qué hacer, en ocasiones, llegaba a pensar que todo lo que vivía era una pesadilla de la cual simplemente no podría despertar. Pero recordaba la noche anterior, cuando Niiummy le suplicó que luchara por su matrimonio.
–Flashback–
–Creo que en este momento lo mejor para ambos es que se tomen unas vacaciones.
–No lo sé… ¿realmente será prudente?
–Piénsalo así –insistió la pelirroja –Los viajes ayudan a las personas a relajarse y a abrir sus mentes. Deberían tomarlo como una segunda luna de miel.
El moreno guardó silencio un instante y al final reflexionó.
–Tienes razón. Supongo que unas vacaciones nos quitarán cierta presión.
–Exacto. –Concordó ella –Haré las reservaciones para un hotel en la isla de Jeju, así podrán regresar pronto de ser necesario, ¿Qué te parece?
–Es perfecto, muchas gracias, Niiummy.
Y la chica no tardó en hacer tal y como había dicho.
–Fin Flashack–
No obstante, y aunque Changmin planeaba arreglar las cosas con Junsu y recuperar su matrimonio, no podía dejar de pensar en Kyuhyun, y se odiaba profundamente por hacerlo sufrir como lo hacía, él no merecía eso en absoluto.
¿Qué pasaría con todos ellos ahora?
La lujuria, el deseo, los celos y el desamor se habían plantado en sus vidas y parecía imposible que salieran de éstas.
Porque todavía te quiero
Incluso en mis sueños, no quiero creer esas palabras.
TVXQ –How Can I?